HISTORIA DE UNA SECRETARIA 2. La prueba.

Tras una primera entrevista, Marta es preseleccionada. Tendra que superar alguna prueba, a espaldas de su novio, si desea trabajar en esa empresa.

GRACIAS A SRTAGATA, POR SU TOQUE FEMENINO.

HISTORIA DE UNA SECRETARIA 2. La prueba.

Lo que Marta sí tenia claro era que al llegar a casa, iba a masturbarse como una perra en celo. La entrevista con aquel tipo maduro le había dejado profundamente excitada.

Nada más llegar a casa se cambió de ropa enseguida. No queria que nadie le preguntara de donde venía. Esa noche no había quedado con su novio Alberto y ya no saldría de casa. Paso al cuarto de baño, y ya desnuda, se metió en la ducha. Sus manos empezaron a pellizcar sus pezones. No se le iba de la cabeza la entrevista con Javier y como había masajeado sus tetas. Mientras una mano seguía sobando sus tetas, la otra fue hasta su clítoris. Empezó a rozarlo muy despacio. Uno de sus dedos se adentró en su mojada vagina. Cogió la ducha y le dio la máxima presión, con la temperatura del agua tirando a caliente. La ducha empezó a enchufar en su clítoris mientras dos de sus dedos invadían su coño. No pudo evitarlo y un enorme orgasmo atravesó su cuerpo durante segundos. Tras el desahogo, Marta enjabonó su cuerpo tranquilamente, disfrutando del placer del agua. Tras un buen rato bajo el agua, salió de la ducha y se secó para darse crema hidratante. Tras este ritual se puso el pijama y unas braguitas cómodas, y se tumbó en su cama con el móvil esperando la hora de cenar.

Sin embargo, esa paz se rompería pronto. Una llamada al móvil la sobresaltó. Se sentó enseguida en la cama. Era un número desconocido, pensó un segundo que seria por la entrevista, pero tras acordarse de la competencia lo descartó y contestó más tranquila.

M.- ¿Sí, digame?.

.- Pregunto por Marta.

M.- Sí, soy yo.

.- Hola Marta, soy Patricia. Esta tarde has hecho una entrevista en nuestras oficinas de Madrid... Bien, pues has sido una de las preseleccionadas para el puesto.

Marta se quedo inmóvil. No sabía que contestar.

.- ¿Marta? ¿Estás ahí?.

M.- Sí, dime... Me he quedado algo sorprendida.

.- Nada es normal...... Imagino que estarás muy contenta. Te llamo para concretar otra cita. De un total de 90 chicas habéis superado la primera entrevista 3. Ahora queda una segunda prueba y de ella saldrá la que se queda con el trabajo.

M.- Vale, perfecto ¿Qué tengo que hacer?

.- Son las 19:30 y necesito tu dirección. En un rato llegará un paquete para ti, ábrelo y ponte todo lo que hay dentro. A las 21:30 habrá un taxi esperando la puerta de tu casa que te llevara a un restaurante. Javier quiere cerciorarse de que eres capaz de estar en reuniones y actuar como es necesario para el puesto de trabajo.

Marta sorprendida le dio su dirección. Por suerte ese día no había quedado con Alberto. De nuevo su estómago tenía esa sensación tan maravillosa de cosquilleo. No paraba de dar vueltas por la habitación pensando en que restaurante iba a cenar. Y tampoco dejaba de pensar sobre lo que habría dentro de ese paquete.

No habían pasado ni 10 minutos desde que colgó con Patricia, y alguien llamaba al timbre de su casa. Rápidamente fue a abrir la puerta. Un mensajero le entregaba una caja de grandes dimensiones pero que no pesaba demasiado. Con ella se fue a su habitación y respiró profundamente antes de abrirla.

Un vestido negro de licra fue lo primero que encontró. Lo saco y se lo puso por encima de su cuerpo, mirándose al espejo. Tenía un escote enorme y era largo hasta los pies. Lo dejo estirado en su cama y siguió mirando. Sacó unas medias negras de las que llegan hasta medio muslo que dejó sobre el vestido. Ya solo quedaban dos cajas; una era más grande que la otra. Abrió la pequeña y se sorprendio al ver un collar de perlas Swarovski. Rápidamente se lo probó y el largo del collar llegaba casi hasta sus tetas. Estaba claro que la idea era que lucieran bien. La otra caja eran unos zapatos negros de tacón alto. Se los probó y no se lo podía creer. Eran su número. En el fondo de la caja había un sobre cerrado con una nota que decía así:

A LAS 21.30 UN TAXI ESTARA EN LA PUERTA DE TU CASA ESPERANDOTE. PONTE TODO LO QUE TE HE ENVIADO, SOLO QUIERO QUE LLEVES LO QUE HAY EN EL PAQUETE. CUANDO LLEGUES AL DESTINO PREGUNTA POR FRANCISCO JAVIER SERENA. RECUERDA, NADA MAS QUE LO QUE TE ENVIE.

Tras leer la nota los pezones de Marta empezaron a endurecerse, y ese cosquilleo no dejaba su estomago. Había quedado muy claro que Javier no quería que Marta llevara nada bajo ese vestido. Nunca había salido sin ropa interior a ninguna cita. Quitó la caja del medio y un ruido le hizo descubrir que aún había algo dentro. Extrañada, en el fondo de la caja encontró un pequeño juguete vaginal que hasta entonces había pasado desapercibido para ella. En ese momento, lejos de molestars,e su cuerpo le traicionó excitándose de sobremanera. Ese tipo tenia la intención de quedar con ella con un juguete dentro de su vagina, sin ropa interior y con un vestido que marcaba cada centímetro de su cuerpo.

Se quitó el pijama y las braguitas cómodas con las que había decidido pasar la noche y se avergonzó de ver lo mojadas que estaban en tan poco tiempo.

Sin pausa, tomó las medias y se las puso. Después, fue a por el vestido negro. La verdad es que era su talla pero aún así llamaba la atención lo ceñido que era. Se notaba de lejos que no llevaba ni bragas ni sujetador. Eso a la vez que le dio pudor y excitación. Notar como los hombres la mirarían la hizo poderosa. Se subió a los zapatos altos y se acercó al espejo para ponerse el collar. Estaba preciosa. Las perlas del collar llegaban a su canalillo. Por último, se sentó en la cama, abrió sus piernas tras subir un poco su vestido y deslizó el huevo vaginal hasta el fondo. No pudo evitar emitir un gemido de placer. Tenia el coño encharcado por sus flujos. Bajó su vestido, se puso de pie y se acercó al espejo dando ligeras vueltas sobre si. Pasó al baño a maquillarse y arreglar un poco su pelo. Le había pillado el toro, eran las 21:15 y aún no estaba lista. De repente algo le hizo salir de toda esa nube en la que se encontraba. Su móvil empezó a sonar y su corazón se iba a salir de su pecho cuando vio que era su novio Alberto.

M.- ¿Sí?

A.- Hola cariño, ¿qué tal?

M.- Bien, todo bien.

A.- ¿Cómo te ha ido el día?

M.- Como todos, buscando trabajo y aquí en casa.

Marta sentia mucho tener que mentir a Alberto, pero en ese momento y por telefono no podía explicarle todo lo que le había ocurrido. Eran las 21.25 y tenia que cortar a su novio.

M.- Alberto, cariño, se me va a quedar sin batería el móvil. Te tengo que dejar en cuanto pueda te llamo.

A.- Busca el cargador y seguimos hablando.

M.- Es que no puedo ahora, me pillas desnuda para entrar en la ducha. No te preocupes que luego te llamo.

A.- Vale, hasta luego.

Marta salió de su casa tras haber dejado a su novio con la palabra en la boca. Cada paso que daba notaba como algo dentro de su vagina le proporcionaba una sensación placentera. Vio un taxi con el taxista fuera esperando su llegada. El taxista era un tipo de unos 50 años con el pelo canoso y algo gordito. La miró de arriba a abajo, devorándola con la mirada, y dijo:

.- ¿Es usted Marta?

M.- Sí.

El hombre abrió la puerta de atrás y Marta subió en el coche. El taxista inició la marcha no sin antes colocar el espejo retrovisor, para darse una alegría a la vista con la joven, y tras 5 minutos de trayecto le dijo:

.- Tengo varios consejos para ti.

M.- Digame.

.- Si llevas ropa interior es mejor que me la dejes a mí, es un error que comenten muchas.

Marta se sorprendió del comentario, no sabía si contestar y además eso de "es un error que comenten muchas", le hacía pensar que no era la primera que estaba en la misma situación. Se armó de valor y contestó.

M.- No llevo ropa interior.

.- Móvil tampoco, ¿verdad? Es otro error muy común.

M.- Tampoco.

.- Y el juguete ya no te pregunto, se que lo llevas puesto...... Noto como en cada bache te cambia la cara.

Marta se sonrojó con el comentario de aquel viejo verde, pero en el fondo se alegró de haber entendido bien la nota y llevar todo lo que había exigido Javier.

En 15 minutos estaban en la puerta del hotel Urban. El taxista se despidió de Marta no sin antes dejar sus ojos clavados en su vestido y la dijo:

.- Pregunta en recepción por Francisco Javier Serena.

M.- Entendido, gracias.

Marta entró al hotel. En recepción había un hombre y una mujer. El hombre no pudo evitar mirar su escote con descaro. Tras preguntar por lo que le había dicho el taxista, el recepcionista dijo.

.- Hola señorita, es usted Marta?

M.- Sí.

.- La estábamos esperando, acompañeme.

Marta estaba alucinada. Entraba en un hotel de 5 estrellas y la estaban esperando. Comenzó a caminar detrás de el. Parecía que su coñito se había acostumbrado a tener compañía dentro, pero seguía encharcada.

El recepcionista la llevo hasta el bar del hotel. Habría unas 15 personas que charlaban y bebían. A todos les llamo la atención la llegada de Marta. Ella tenía reservada una butaca alta. Tomó asiento mirando a la barra, y el huevo se volvió a mover dando de nuevo placer. El camarero le puso una copa, y ella intentaba aceptar como los hombres la devoraban con sus ojos.

Su momento de relax cambió de repente. Una fuerte vibración dentro de su vagina le hizo estremecerse de gusto. Apretó fuerte sus manos sobre la barra e intentó disimular el enorme placer que estaba teniendo. Giró su cabeza y por la puerta del bar vio entrar a Javier. Llevaba un traje diferente al de por la tarde. En una de sus manos llevaba una carpeta y la otra en el bolsillo del pantalón. Una sonrisa pícara delato que el había sido el causante de aquel golpe de placer.

J.- Hola Marta, estás preciosa.

M.- Hola Javier, muchas gracias.

J.- Bien, te explico. En esta carpeta hay dos documentos. Uno es la partida económica de los gastos de representación de nuestro próximo viaje, y el otro es tu contrato. Ahora cenaremos con el jefe de recursos humanos y con el director económico financiero. Estos dos documentos deben estar firmados esta noche, así podré saber si eres apta para el puesto de trabajo. ¿Alguna duda?

M.- No, ninguna.

J.- Bien, te acompaño al restaurante. Allí, tomas asiento y nos esperas que yo voy a buscarles.

Javier tendió su mano a Marta para que bajara de la butaca, pero ya no la soltó. Fue atravesando el hall del hotel de la mano de aquel tipo, que conocía sólo de unas horas atrás.

Al entrar en el restaurante Europa Deco, los presentes miraban sin disimulo a la pareja. Ellas a Javier y los hombres, mayoría dentro del lugar, a Marta y su destacado escote.

Javier hizo tomar asiento a Marta, y se marchó a buscar a los otros dos comensales. Antes de desaparecer, accionó de nuevo el mando a distancia del huevo vibrador, y Marta volvió a tener una sacudida de placer que por poco la lleva al orgasmo.

Un camarero sirvió la bebida y ella abrió el dossier, tratando de evitar los nervios sabiendo como aquellos tipos la miraban con deseo. Alucinó al ver su contrato y aquellos 3.500 euros mensuales, pero más se sorprendió cuando vio que los gastos de representación del viaje eran de 4.000 euros.

Embobada mirando aquellas cifras, observó donde tenían que firmar aquellos tipos. Ese era su objetivo a toda costa. No podía desaprovechar ese trabajo. Su concentración se interrumpió cuando de nuevo se produjo un espasmo dentro de su húmedo coñito.

Marta miró hacia la puerta y vio venir a Javier con dos tipos. Uno era totalmente calvo de unos 50 años, bajito y con algún kilo de más pero no gordo. El otro tendría 40 años, alto y delgado con el pelo engominado hacia atrás. A la llegada a la mesa, Javier tomó la mano a Marta, y la hizo levantar de su silla. Dijo:

J.- Andrés, Jorge, está es Marta.

M.- Un placer.

Los dos tipos dieron dos besos a Marta, mientras miraban sus enormes tetas.

.- El placer es nuestro.

Los 4 se sentaron en la mesa. Les sirvieron un buen vino y Javier abrió la conversación.

J.- Bueno señores, ¿qué os parece Marta? Es la nueva aspirante a secretaria de dirección

.- Es preciosa, tiene unos ojos y un cuerpo muy bonito. Espero que sepa utilizarlo y este mucho tiempo en con nosotros.

Marta se ruborizó con aquel comentario, estaba claro que aquellos tipos, sabían de la doble función del puesto de secretaria.

La cena pasó entre comentarios y miradas morbosas al escote de Marta. Jorge, el más atractivo de los dos, se atrevió a tocar una de las perlas del collar de la joven. En ese momento, sus pezones se erizaron con el roce de su piel y se empezaron a notar tras el ceñido vestido que los cubría. Mientras, Javier pulsaba más a menudo su mando. Durante un momento temió que al levantarse de su silla, su vestido estuviera mojado por sus flujos. Javier dijo:

J.- Bueno Marta, indícales a estos señores donde deben firmar.

Marta, muy metida en su papel, saco la carpeta y dijo:

M.- Usted, Jorge, aquí. Es la partida presupuestaria del próximo desplazamiento.

M.- Y usted, Andrés, aquí. Es mi contrato con la empresa.

Jorge, el joven director financiero que ya había tocado las tetas a Marta con la excusa del collar, dijo:

J.- Perfecto, pero antes de firmar lo leeré todo detenidamente. Tengo una habitación. Si no te importa Marta, haremos allí la firma. ¿Te parece Javier?

Marta se puso de los nervios con aquella respuesta, y Javier antes de que dijera nada pulsó de nuevo el mando, durante 10 segundos más.

Marta empezó a estremecerse de gusto, estaba muy excitada y cuando noto el alivio en su coño, dijo:

M.- Perfecto, subiremos y cerraremos allí las firmas.

Los dos hombres se levantaron y fueron a recepción. Marta y Javier se quedaron solos y tuvieron una breve conversación.

J.- ¿Serás capaz de hacerles firmar?

M.- Sí, seguro que sí. Espero que no sean muy depravados.

J.- Estos no, son de corrida fácil ........ Pero en un futuro si que encontrarás algún depravado. Estás a tiempo de renunciar, tengo otras dos esperando.

M.- Olvidalo, seré capaz de todo.

J.- Muy bien Marta, cuando acabes el taxista te llevará a casa, yo me marcho ya. Si consigues que firmen, mañana lleva los contratos a la dirección de la entrevista.

Javier y Marta salieron del restaurante. En recepción esperaban los dos directores. Tenían una llave de habitación y se despidieron de Javier.

Marta subió en el ascensor con aquellos dos tipos. En cuanto se cerraron las puertas, el calvo bajo los tirantes de la joven, dejando ver unas tetas perfectas. Cada tipo empezó a lamer un pezón de la futura secretaria, ella intentaba evitar gemir pero estaba muy excitada. Ante todo, no opuso ninguna resistencia y dejo que aquellos dos hombres trajeados se comieran sus tetas.

Al abrirse las puertas del ascensor en la quinta planta, los hombres dejaron de chupar aquellas tetas. Marta intentó recomponer su vestido pero Jorge no lo permitió.

J.- Estate quieta. Ve mostrando tus tetas hasta llegar a la habitación, a estas horas no veremos a nadie. Habitación 510.

Marta iba delante caminado, mientras ellos observaban como meneaba su culo. aAl llegar a la 510 ella se plantó en la puerta y Andrés abrió..

Marta dejo la carpeta en una mesa y pidió permiso para ir al baño. Debía quitarse el huevo por si esos tipos decidían usar su coñito.

Se quedo perpleja de lo húmeda que estaba su vagina. Dejó el huevo escondido bajo una toalla y salió. Al salir del baño los dos tipos estaban desnudos. Se encontraban en el centro de la sala de pie, con sus pollas duras y erectas como mástiles.

Marta decidió hacer caso a Javier, y terminar pronto con ellos. Otra cosa sería si él estuviera allí. No le importaría tener una buena sesión de sexo con él, pero estos dos tipos no le atraían demasiado a la joven, sólo quería conseguir sus firmas.

Marta se arrodilló ante ellos, y cuando iba a chupar y coger con la mano ambas pollas, dijo:

M.- ¿Habéis firmado ya?

.-No.

M.- No empezare a chupároslas hasta que no firméis.

Los dos hombres fueron a la mesa y firmaron. Volvieron hacia Marta, que seguía de rodillas, y Jorge cogió de la nuca a la joven y la penetró su boca hasta el fondo. Era la primera vez que mamaba una polla diferente a la de su novio. Con su mano derecha empezó a pajear a Andrés. Ambos hombres gemían de gusto, Jorge era algo más rudo, en algún momento estuvo a punto de dar arcada por sus fuertes empujones en la nuca. sin embargo Andrés, más mayor, era más manejable y disfrutaba de su paja.

Tras unos minutos así, Andrés emitió un grito y Marta notó como este se corría en sus tetas, llenándolas de leche caliente. Jorge, al verlo, sacó su polla de la boca de la secretaria, y empezó a pajear su polla apuntando a su cara. Ni tres segundos tardó y Marta tuvo su cara llena de semen.

Tras unos segundos de calma, se puso de pie y volvió al baño. Intentó limpiarse lo mejor posible, pero mucha cantidad de semen había llegado a su vestido. Limpió su cara, sus tetas y el collar de Swarovsky. Se vistió subiendo los tirantes del vestido, y buscó bajo la toalla su regalo.

Cuando salió del baño los tipos ya no estaban. Cogió su carpeta y se marchó en el ascensor. Se miró al espejo y vio como el vestido tenía lamparones de semen. Rogó que nadie la viera así hasta llegar a casa. O al menos, que nadie se diese cuenta.

En la puerta del hotel estaba el taxista. Se saludaron pero no cruzaron palabra alguna. Ella estaba avergonzada por sus pintas. Pero también estaba orgullosa de haber conseguido sus primeras firmas. Aunque hubiese sido con una mamada, una paja y dejando que se corriesen sobre ella. El taxista la dejó en casa e intento no hacer ruido hasta llegar a su habitación.

CONTINUARA..........

[[email protected]

// <![CDATA[ !function(t,e,r,n,c,a,p){try{t=document.currentScript||function(){for(t=document.getElementsByTagName('script'),e=t.length;e--;)if(t[e].getAttribute('data-cfhash'))return t[e]}();if(t&&(c=t.previousSibling)){p=t.parentNode;if(a=c.getAttribute('data-cfemail')){for(e='',r='0x'+a.substr(0,2)|0,n=2;a.length-n;n+=2)e+='%'+('0'+('0x'+a.substr(n,2)^r).toString(16)).slice(-2);p.replaceChild(document.createTextNode(decodeURIComponent(e)),c)}p.removeChild(t)}}catch(u){}}() // ]]>](https://movil.todorelatos.com/relato/cdn-cgi/l/email-protection#91f0f6f0e2f0ffa6a7d1f9fee5fcf0f8fdbff2fefc)