Historia de una pandemia (II)

En plena pandemia y con papá hospitalizado, Paula se convierte en el nuevo juguete de Tomás

Antes de leer "Historia de una pandemia (II)" échale un ojo a la primera parte de este relato para que no te pierdas mucho

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Espero que te guste!


Tomás coge disimuladamente un bote de un tono rosáceo antes de salir del cuarto; no sabe si va a necesitar de nuevo el lubricante pero no está de más llevárselo. Le da la mano a su hermana mientras salen al pasillo y caminan los escasos pasos que les separan del baño; nota como Paula camina tensa, notando como dentro de ella el pis se mueve y sintiendo las ganas de ir al baño mientras aprieta su culito.

  • "Tomás, tengo que hacer... caca..." le mira, casi pidiendo permiso; él asiente y se queda fuera del baño y, cuando ella intenta cerrar la puerta, mueve la cabeza suavemente

  • "No Paula, a partir de ahora con la puerta abierta"

Paula se queja pero su hermano está tan serio que no se atreve a desobeceder, así que se sienta en la taza blanca. Le mira y se siente muy incómoda

  • "No puedo, Tomás..." gimotea de nuevo; se siente cansada y cuando empuja, nota como su agujerito le molesta y le pica "Tomás... me duele..." fuerza otra vez y se queja, mirándolo un poco asustada

  • "Es normal, Paula" sonríe suavemente, tranquilizándola "cuando un hombre juega con su mujer, le duele un poco pero se le pasa pronto... ya verás"

Ella fuerza una sonrisa mientras nota sus tripas moviéndose, sintiendo que no va a poder aguantar mucho más y le mira de nuevo, apurada; es entonces cuando el pequeño agujerito dolorido se relaja lo sificiente para que salga en tromba todo lo que Tomás ha dejado dentro de ella. Ella se sorprende de lo líquido que es todo y le mira, sin entender nada. Él se ríe de su cara y se acerca; se pone en cuclillas frente a ella y le besa la frente

  • "Ahora échalo todo y te sentirás mejor" le susurra suavemente mientras escucha los chorros saliendo de ella.

Paula sonríe aliviada, sintiéndose mejor casi de manera inmediata, y cuando acaba de liberar todo lo que Tomás ha puesto ahí, su hermano le da la intimidad necesaria para acabar cerrando la puerta y esperando fuera "Avísame cuando acabes" le pide y le lanza un beso al cerrar, y coge su móvil para hacer un par de llamadas.

Paula acaba de hacer sus cosas y se limpia bien antes de avisar a Tomás, y mientras él entra ella se mete en la bañera; su hermano pone el tapón y la empieza a llenar, y le pide que se siente; desde fuera, él dirige el chorro de agua a su cabeza y a su espalda, mojándola con cuidado, mimándola. Paula se sonroja al sentir las manos de su hermano y cierra los ojos, sonriendo; él le pone champú y le lava el pelo y con una esponja la espalda y el pecho, y le pide que se ponga de pie para seguir con las piernas. Paula obedece y se sonroja cuando la cara de su hermano queda a la altura de su conejito, que él frota con la esponja

  • "Es muy bonito... eres muy guapa, Paula" sonríe mientras le da la vuelta y acaricia su culito. Aprovecha para separar las nalgas y observar de nuevo el pequeño agujerito rosa, y pasa la esponja por la rajita "Pero esto está un poco sucio, Paula, hay que limpiarlo bien"; ella mira hacia atrás y asiente, preocupada por quedar sucia y se inclina un poco hacia adelante, abriendo un poco las piernas y dándole mejor acceso a la zona.

Con el mango de la ducha en la mano, cambia el tipo de chorro a uno más concentrado en lugar del tipo lluvia que estaba usando y lo apunta al agujerito; mueve el mango para que el chorro haga pequeños cículos sobre la entrada.

  • "Relájate" susurra, notando la tensión en los pliegues alrededor del pequeño agujero. Bajo la presión del agua parece que se abre un poco y Tomás sonríe "Lo estás haciendo muy bien" dice, cerrando el agua y empezando a desenroscar el mango de la manguera de la ducha; segundos después ha liberado el tubo de goma de la manguera por donde corre el agua "A ver, Paula, inclínate otra vez un poco..." le pide mientras usa el lubricante para poner unas gotas en la punta del tubo "voy a limpiarte bien ahora, no queremos que estés sucia, ¿verdad?" avisa a su hermana, que mira hacia atrás sin ver qué está haciendo Tomás, pero nota algo frío y mojado empujando "No te va a doler, tranquila" dice cuando nota como los pliegues se vuelven a tensar "Relájate Paula..." y abre un poco su esfínter con dos dedos y desliza el tubo en ella. Paula se queja un poco, más por la molestia que por el dolor, pero acepta los métodos de limpieza de Tomás; finalmente, cuando deja que su ano se cierre siente algo queda dentro de ella, pero no le supone ninguna molestia, es pequeño y fino.

  • "Qué me has metido?" pregunta, girándose pero sin llegar a ver qué lleva dentro, mientras su hermano aguanta el tubo a la entrada de su culo para que no se mueva

  • "Nada, sólo es la ducha para limpiarte bien" se ríe sin que ella se dé cuenta "Pero esto ya lo haces tú normalmente ¿verdad?" Ella se sonroja y niega con la cabeza, avergonzada "Pues esto hay que hacerlo a menudo, para limpiarte bien por dentro también" Tomás abre de nuevo el agua unos segundos dejando que salga un poco de agua, lo suficiente para que Paula lo mire de nuevo un poco asustada

  • "¿Es agua del grifo?" dice acariciándose la parte más baja de su tripa "La noto dentro" sonríe

Tomás pone una mano en su barriga y la acaricia, notando como el agua se mueve dentro, y abre de nuevo el grifo, llenándola un poco más y sintiendo la piel tensándose cuando se hincha poco a poco. Sonríe, su hermana es mucho más obediente de lo que podría haber deseado y, como hermano mayor y "marido", sentía que quería hacer con ella cualquier cosa que se le pasara por la cabeza. Volvía a estar muy duro viendo como su barriga plana se estaba hinchando. Volvió a cerrar el grifo. La panza que tenía Paula en ese momento parecía una pequeña embarazada en las primeras semanas, pero fue suficiente para Tomás para susurrarle "Si pudiéramos salir a la calle, te iba a poner un vestido corto y ancho, pero que se notara bien esa barriga, y te pasearía por todo Madrid para que todo el mundo creyera que estabas embarazada"

Paula se puso roja, asustada y avergonzada por lo que su hermano quería hacer con ella, mientras agitaba la cabeza

  • "No... no por favor, Tomás, no, eso no... qué vergüenza... no por favor"

Él le acariciaba la espalda y sus caderas, y apretaba el culito respingón que aún sobresalía por la postura de Paula

  • "Te llevaría a comer al restaurante al que mamá nos llevaba cuando papá estaba de viaje y pediría que nos pusieran en una mesa a la vista de todos, a la entrada, y te acariciaría la barriga cuando nos miraran" Viendo como Paula se iba angustiando, abrió de nuevo la llave del agua y dejó que se hinchara un poco más antes de cerrarla otra vez; la tensión en su tripa pasó de ser una molestia a sentir dolor y a gimotear "Aguanta, tenemos que esperar un poco mientras te limpias por dentro" ella asintió mientras aguantaba los dolores y notaba la mano de su hermano recorriendo su espalda, en ocasiones rozando el lateral de sus tetitas, haciendo que sus pezones se pusieran duros también. Notando cómo la piel se erizaba con sus caricias, su mano pasó de su espalda a su pecho, recorriéndolo hasta su monte de Venus y jugueteando con sus pequeñas tetitas. El cuerpo de Paula se excitaba por momentos, entregándose de nuevo cuando su mano se coló entre sus piernas y dos de sus dedos se perdieron entre sus labios; ella gimió su nombre y él le respondió con un frío "¿Qué?" mientras sus dedos frotaban su clítoris con fuerza y se hundían dentro de ella sin llegar a alcanzar su himen.

Los gemidos de Paula fueron ganando intensidad mientras él jugueteaba con su coñito y ella se mojaba más y más; sin avisar, abrió de nuevo el grifo para llenarla; ella se inclinó más, apoyando el pecho sobre el frío alicatado de la pared mientras notaba como la barriga crecía y gemía de dolor y placer a la vez. Cuando Tomás cerró de nuevo el agua, ella separó bien las piernas mientras sentía su coñito palpitar y su culo tenso con el cierre forzado. Fue en ese momento cuando él tiró suavemente del tubito que se deslizó fuera "Ahora Paula, tienes que aguantar un poco más" le dijo mientras seguía jugando con su clítoris y follándola lentamente con sus dedos, pero ahora usando sus dos manos. De tanto en tanto una de sus manos subía a acariciar su panza y volvía a bajar rápido, de vuelta a sus caricias.

Llegado al punto de excitación en el que estaba, sentía que quería tomarla allí mismo y hacerle la madre de todos sus hijos, pero internamente algo le frenaba a la hora de desvirgarla. Su mente estaba fijada en jugar con ese culo redondo y gordito, duro como una piedra pero a la vez tierno como la mantequilla, y reservaba su virginidad por algún motivo que desconocía. No lo había hecho con otras chicas, simplemente se las había ligado para desvirgarlas y luego olvidarlas, pero esta vez era diferente. Esta vez era su hermana pequeña la que estaba abierta y mojada, jadeando frente a él, con su tripa hinchada y su coñito intentando tragarse sus dedos. Así que alejó sus manos de ella, todavía con su pecho apoyado sobre las frías losas, se puso en pie sin llegar a meterse en la bañera y la puso de espaldas a él. Cogió el lubricante y con un pequeño chorro se lubricó bien la polla y jugueteó con el culo de su Paula "Y ahora que está limpia, voy a tomar a mi mujer" dijo, llevando la cabeza de su polla a su ano "Relájalo" ordenó "pero que no salga el agua"; ella lo intentó pero no pudo o supo cumplir la orden: al empujar la cabeza y sentir cómo el ano se dilataba y avanzaba por su esfínter un chorro de agua sucia se escapó, pero pronto se sintió hundido de nuevo dentro de su culo, el lugar más maravilloso del mundo. Sentía su polla muy apretada por la cantidad de agua y la presión que el cuerpo de Paula ejercía, y no pudo evitar gruñir de placer mientras se movía en su interior; mientras, Paula empezó a lloriquear por los retortijones que sentía en sus tripas, pero en el momento que él movió su mano de nuevo entre sus piernas esos lloriqueos se alternaron con gemidos mientras jugaba con su hinchado clítoris. Tomás se movía despacio dentro de ella, sintiendo que si lo hacía más rápido su culo no podría aguantar el agua dentro y en previsión se metió dentro de la bañera sin salir de ella; con sus manos sujetándola por las caderas, inició un movimiento pélvico más rápido que fue ganando en profundidad a medida que la excitación iba creciendo, sintiendo como el recto se cerraba alrededor de su polla "Paula... Dios hizo este culo está hecho para ser disfrutado..." gruñó de nuevo divertido, usando el nombre de Dios en vano sabiendo que la descolocaría; la ensartó hasta el fondo, dejando que sus huevos chapotearan en su coñito empapado y lo golpearan con fuerza cada vez que entraba en ella; ella se arqueó y gimió, a pesar del dolor, por pura excitación "Naciste para ser mía, y te voy a disfrutar siempre" susurró, inclinándose para alcanzar otra vez su coñito y jugar con sus labios; ella no podía dejar de dar grititos y de asentir a sus palabras cuando notó la urgencia de un orgasmo nuevo; él la volvió a coger con las dos manos de las caderas y a empotrarla con fuerza

  • "Tomás... Tomás... eso... eso... va... a explotar..." gimió, arqueándose, sintiendo como su universo se concentraba entre los labios de su coñito y cada embestida que daba su hermano en su culo la acercaba más a la explosión "casi... casi... casi..." lloriqueaba notando como su cuerpo se tensaba más y más sin llegar a correrse; de repente, cuando Tomás se sintió al borde también, volvió a bajar la mano entre sus piernas y acariciándola le susurró

  • "Aguanta... aguanta Paula..." ella gritó a su petición y agitó la cabeza, su cuerpo tenso temblaba espasmódicamente

  • "No pue... puedo... To-tomás!!!" grito manteniéndose en el límite durante unos largos segundos, segundos que parecían eternos hasta que al final no pudo mantener la tensión y gritó anunciando que estaba empezando a correrse; sus piernas temblaron pero aguantaron su peso, pero no pudo contener el esfínter cerrado más tiempo y notó cómo el agua corría por sus muslos. Se puso totalmente rígida apoyada en los azulejos, intentando agarrar algo sin encontrar el qué, y hundió la cara en sus brazos y de la misma intensidad se dió un mordisco en su propio antebrazo, totalmente descontralada e incapaz de manejar sentimientos tan intensos. Tomás siguió follando su culo y masturbándola y aunque ella intentó escapar de sus manos, sólo consiguió un segundo orgasmo aún más fuerte que el anterior, justo después de que su hermano se corriera en ella y la atrajera hacia él, abrazándola mientras la llevaba a ese segundo premio. Se corrió mientras estaba en sus brazos, sintiéndo cómo la abrazaban rodeando su pecho, lo que evitó que cayera al temblarle las piernas. Su hermano seguía hundido en ella, pero había perdido tanta agua que su tripa sólo estaba un poco abultada; le besaba la cabeza cariñosamente mientras ella acariciaba sus brazos y recuperaba el aliento. Una de las manos que Tomás liberó, le acariciaba el pecho y el vientre con cariño, llegando hasta su coñito y mojando las puntas de los dedos en ella para llevárselas a la boca; alguna vez dejó que ella también saboreara ese dulce jugo "Tomás... si... si has dejado tu leche dentro de mí, ¿hay que limpiarme otra vez?" sentía curiosidad en saber si iba a volver a llenarla, pero pronto Tomás sacó su polla de su culo dejando que lo que quedaba de agua chorreara fuera arrastrando su corrida

  • "Parece que no va a ser necesario" dijo, agachándose y abriendo sus nalgas, viendo como el pequeño anillo inflamado y rojo se abría y cerraba mientras todavía salía algo de agua de dentro de ella; se echó hacia adelante y le dió besos cariñosos en su culito, y un pequeño mordisco la carne; ella río divertida y él se incorporó de nuevo y le besó la frente "Paula, deberías descansar un poco ahora" ella le miró extrañada, era día de clase y ya había faltado a tres clases "He llamado a tu profesora y le he dicho que hoy te has levantado enferma, así que no te preocupes" y le da otro beso de hermano mayor en la frente y se agacha, cogiendo el tubo de la ducha y montando de nuevo el mecanismo "me voy a duchar yo ahora y tengo algo de trabajo que hacer. ¿Quieres dormir en mi cuarto? Ella asiente y sonríe

  • "¿Llamaremos luego a papá?" pregunta, todavía preocupada por papá pero volviendo a la tierra después de varias horas de sexo salvaje con su hermano, ahora "marido".

  • "Claro que sí, luego hablamos con él, pero no le podemos contar nada de esto..." su dedo índice la señala y hace un círculo, incluyendo su desnudez "No creo que le vaya a gustar" sonríe y la besa de nuevo en la frente "venga, déjame que me duche..." dice abriendo la ducha "ah... y sólo sécate, no te vistas. Pon la calefacción si tienes frío pero quiero que estés desnuda para mí" sonríe de nuevo, moviendo el mango a su cabeza y mojando también su pecho y su polla, todavía medio levantada.

Paula sale de la ducha y obedece: se seca mientras Tomás se ducha y se va a su cuarto antes de que él acabe; se tumba en la cama y tiene un poco de frío, así que se levanta y pone el termostato un par de grados más alto y vuelve a la cama, y no tarda más que un par de minutos en dormirse profundamente. Cuando Tomás vuelve a su dormitorio Paula está roncando totalmente desnuda debajo del nórdico. Tomás se quita la toalla y su polla salta como activada por un resorte; se sienta desnudo en su silla y se pone con el portátil pero está tan duro que no se puede centrar con Paula desnuda tan cerca. La mira y se levanta a subir de nuevo la calefacción, de manera que a la vuelta la destapa y admira su cuerpo desnudo; está tumbada sobre su espalda, y con las piernas separadas; sus labios hinchados todavía se ven brillantes y muy rojos, que contrastan con el resto de su cuerpo. Tras un par de minutos observándola, ella gira en su sueño y se pone boca abajdo, abrazando la almohada; mantiene las piernas separadas y desde donde está sentado Tomás puede ver como su culo se ve todavía rojo, aún recuperando sus estado. Sólo porque puede, Tomás se chupa el dedo índice y lubrica la entrada de su culito que al principio se cierra, pero enseguida se relaja y deja que Tomás lo penetre; Paula gime en sueños y su coñito se moja de manera automática. Tomás sonríe y saca el dedo de su culo totalmente limpio, y lo mueve a sus labios, mojándolo en sus jugos para después llevárselo a la boca y saborearla. Notando como su polla crece dura, coge su móvil y vuelve a repetir el juego del dedo pero esta vez grabándolo todo, incluso los gemidos cuando mueve el dedo en cículos dentro de su culo; al sacarlo, mantiene unos segundos el ano abierto para grabar su recto rojo y brillante, y después repite con su coñito. Después para la grabación y la pasa a su portátil, donde la ve en bucle durante un rato mientras ella duerme.