Historia de un fin de semana.
Lucía decide cuidar a su padrastro en ausencia de su madre. ¿Que pasará con su fin de semana? ¿Podrá mejorar?
Lucia caminaba por la calle, la luz de las farolas iluminaba tenuemente su camino, mientras que sus tacones golpeaban el pavimento acompañando su trayecto. Pasaban las 10 de la noche, aun llovía y su casa no se veía tan cercano. Se juró a sí misma que sería la última vez que saldría con aquel idiota que la había dejado tirada en el bar para irse de “gamer” con sus estúpidos amigos, de saber esto, hubiese tomado el automóvil en la mañana y se habría puesto algo más cómodo.
Tenía 26 años, empezaba a vivir sola después de encontrar un trabajo en otra ciudad, así que dejo el nido y salió a vivir por su cuenta. Conocía al idiota ese en el trabajo, habían follado algunas veces en la oficina, y una vez más en el pequeño departamento que rentaba, pero ella sabía que no iría a más. Lucía no era fea, y generalmente atraía las miradas de los hombres que pasaban a su lado, sin embargo, siempre había sido reticente a ellas, y no se sentía cómoda ligando con desconocidos. Era alta, con un cuerpo increíble, piernas torneadas, cadera prominente, pechos grandes y suaves y el culo duro y bien formado; genética.
En el portón de aquella zona departamental, se cruzó con la mirada persistente de un chiquillo que llegaba o se iba a penas de juega. La saludó como de costumbre, relamiéndose los labios después, cuando según él, ella ya no lo veía, sin embargo, siempre lo veía. El mocoso siempre era estúpido para dedicarle miradas y sobarse el paquete después de verla. “Valla hombres”, pensaba.
Nada más entrar a su pequeña casa, arrojó sus cosas al sillón, y comenzó a quitarse la ropa mojada. Cuando se halló desnuda, tomó una copa de vino y saco del refrigerador un pedazo de pollo de la cena anterior. Sería, sin duda un aburridísimo fin de semana.
Contaba con el estúpido del trabajo para que su fin de semana fuera un poco más, divertido; sin embargo, el “FIFA” debe ser más divertido que llenarla de semen caliente, pensó. Sin muchas ganas, y después de ver “El padrino” por enésima vez se decidió por irse a la cama, pero antes de eso, debía revisar los mensajes de la contestadora. Podría ser su madre, o su hermana en la universidad.
“Lucia, hola mi vida. ¿Cómo has estado?, ¿Qué tal la vida de adulta? Mi amor, siento molestarte, supongo que aún no vienes del trabajo. Pero tengo un favor que pedirte, tu padre ha estado un poco enfermo, ya está en tratamiento, no te preocupes, pero no quiero dejarlo solo, y mi jefe me ha pedido viajar a la matriz de la empresa, hay unas cosas que debo arreglar. Solo serán solo tres días, ¿Podrías venir a quedarte con el necio de tu padre? Su puedes, márcame, si no para llamar a tu hermana”. ‘-¡Venga ya!, llamar a Martha? Esa niña debe tener mejor vida que yo.-‘le gritó al aparato como si fuera su madre.
Bueno, el fin de semana no pintaba mejor. Cuidar a su padre, tampoco era un plan genial, pero por lo menos podría no estar sola como ostra encerrada en ese cuarto oscuro.
Julián no era realmente su padre, su padre biológico abandonó a su madre recién se embarazo de ella, y no volvieron a saber de él. Sin embargo siempre lo ha visto como tal y el vínculo que los ha unido siempre ha sido muy fuerte. Martha por su parte, si era hija de él, pero era tal el parecido que tenía con Lucia, que parecía que ambas habían sido hermanas de sangre.
Decidió llamar a su madre para informarle que estaría ahí en la mañana. Que no se preocupara. Aprovechó para dormir hasta las 5 am. Se hacía tarde, así que tomó una ducha, se vistió tomó sus cosas y tomó el auto. Condujo por dos horas, deleitándose con el aire que entraba por la ventanilla y mientras escuchaba su lista de reproducción para amenizar el viaje. Cuando llegó a la casa de sus padres, su madre apenas pudo decirle hola, cuando tuvo que tomar el taxi para irse al aeropuerto. Su padre, Julián, la abrazó con fiereza, mientras ella le sonreía y apretaba a su padre contra su pecho.
Julián siempre había sido bien parecido, y a pesar de tener dos hijas ya adultas, el seguía siendo joven teniendo apenas 48 años de vida, era alto, bien parecido y sus canas le daban un toque de elegancia pocas veces vistas en un hombre mayor, siempre olía bien y su vestimenta, a pesar del correr de los años, siempre había sido elegante. Lucia se abrazó a su padre como una niña pequeña mientras él le propinaba besos en la cien.
“¡Hija!, para que viniste, tu padre no es tan viejo y se puede cuidar solo. No deberías de haberle hecho caso a tu madre, sabes cómo se preocupa por nada y por todo. Seguramente tenías cosas mejores que hacer, que cuidar de tu viejo”.
‘-Pues verás que no papi. No tenía nada que hacer así que me viene de maravilla ver “Casablanca contigo”, un fin de semana solitos papi ¿No es increíble?, ¡Como en los viejos tiempos! -’
Lucia tomo de la mano a su padre, mientras entraban a la casa, más tarde sacaría la maleta del auto. Preparó café y se sentó junto a su padre como cuando era niña viendo los clásicos del cine, sin embargo, no contaba con que aquella tarde calurosa, se convertiría en una tormenta eléctrica al atardecer.
Mientras comían Julián le decía a su hija que su belleza se había incrementado, aunque al principio ella se reía pensando en que seguramente lo decía por que no la había visto hace mucho, sin embargo Julián era muy insistente, diciéndole que había sobrepasado la belleza de su madre. Ella lo sentía como un verdadero cumplido, porque su madre a su edad era una mujer realmente bella, con unas curvas impresionantes. Mismas que ella había heredado aunque no tenía tal porte como su progenitora; así que dedicó también un cumplido a su padre, mencionándole lo guapo y varonil que seguía siendo.
Si no fuera su padre, pensaría que estaban coqueteando. Sin embargo no era posible, solo era su padre el que la veía de forma cariñosa, aunque ella, a decir verdad, si no fuera su padre, se lo follaría ahí mismo. Era alto, guapo, varonil con espalda ancha y manos fuertes, además era maduro y con experiencia; todo lo que ella realmente buscaba en un hombre. Pero era su padre, o por lo menos siempre lo había visto de esa manera, así que aparto sus pensamientos mientras sonreía.
‘-Debo irme a dar un baño papi, ¿recogemos?-‘
‘-No Lucía, eso sería incesto-‘dijo Julián, mientras se reía.
Ella hablaba de recoger la mesa, pero por un segundo se quedó de piedra. Después, comenzó a reír. Era solo una broma, pero su padre jamás había dicho tales cosas, supuso que era porque ya no era una niña y ahora entendía esas bromas.
‘-Bueno, técnicamente no sería incesto papi-‘Soltó mientras las risas se escuchaban al unísono y comenzaban a recoger la mesa para lavar los platos.
La tormenta acrecía, sin embargo Lucia quería bañarse, así que mientras su padre ponía música y preparaba el ajedrez para jugar, Lucía corría para poder sacar su ropa del auto esperando que no mojarse completamente.
Cuando regresó a casa, su ropa estaba empapada, su padre, estaba en la entrada con una toalla en las manos para recibirla. Con lo que no contaba Julián es que vería a su hija, con la blusa transparente, dejando ver los pechos sin sujetador de su hija. Cuando la vio, su miembro comenzó a hacer pequeños movimientos imperceptibles para ella, pero él sabía lo que había pasado, su hija ya no era una pequeña y estaba mejor que su madre. ‘-Gracias pá-‘Dijo Lucía, sacándolo de sus pensamientos. ‘-Voy a bañarme, no tardo y comenzamos a jugar, créeme que te machacaré-‘
Y así, Julián vio la silueta de su hija contoneándose por el pasillo, rumbo al cuarto de baño y pudo notal la increíble figura de su hija. Y por instinto toco el bulto que empezaba a crecer más en sus pantalones, sobando de arriba abajo sobre la ropa mientras se dirigía a la pequeña sala de estar. Tenía 20 minutos, podría aliviarse y así poder seguir tranquilo, así que sentado en el sillón, sacó su pene casi erecto y comenzó a aliviarse pensando en la figura de su hija, de su pequeña.
Lucia por su parte, se encontraba en la ducha, escuchando la lluvia torrencial y la música de su padre. Se miró al espejo y miró sus pechos a través de la blusa, segura de que su padre los había visto y recordando cómo sin darse cuenta se relamió al verlos pensando que Lucía no se había dado cuenta. Pero sí, lo vio, y eso encendió su entrepierna, por el morbo de ver a su padre relamerse al ver su cuerpo, se desnudó y se contempló en el espejo. Estaba guapa, y su tatuaje resaltaba en su piel morena, se preguntó qué le diría su padre al verlo. Era una rosa completa en medio de sus pechos. Toco sus pezones y sintió un escalofrío en la espalda y toco sus labios vaginales, este acto le arranco un suspiro y en su pensamiento, su padre estaba sobre de ella, pasando la lengua sobre su tatuaje, justo antes de lamerle un pezón, mientras metía su pene hasta el fondo de su ser. ‘-Contrólate a ti misma Lucía-‘se dijo a sí misma, y abrió la regadera.
El agua caía sobre su cuerpo, y encontró esta acción, altamente erótica, y mientras pensaba nuevamente en la polla de su padre, la luz del cuarto de baño, se apagó. Al salir del cuarto de baño a tientas, pudo darse cuenta de que todas las luces de la casa se encontraban a apagadas.
Julián había terminado de aliviarse a sí mismo en la sala, y justo antes de que la luz se fuera pudo limpiar todo su desorden. Le gritó a Lucía, y ella contestó que se encontraba bien.
Lucía se vistió nuevamente con un vestido corto blanco con transparencias sin bragas y sin sujetador, quería provocar a su padre, total, eso por lo menos le daría material suficiente para masturbarse acabada la noche, y le daba morbo pensar en que el también se masturbara pensando en ella. Bajó a la sala a tientas, mientras que su padre intentaba alumbrar la casa con velas.
‘-Se fue en toda la calle hija, tardará en volver, ¿Estás lista para “machacarme”?-‘al decir esto levantó la mirada y contemplo a su hija usando un vestido cortísimo, que dejaban ver sus bien formadas piernas y su pecho apretado en la tela; y tragó saliva.
‘-Si papi, te voy a acabar-‘y se sentó en el pequeño sillón con las piernas en flor de loto. Olvidándose por completo que no llevaba bragas, y que aun con la tenue luz de las velas, su sexo se veía a la perfección e incitaba a Julia, a no dejar de verlo.
Julián, sentía como se le nublaba la vista y su polla encerrada en el pantalón, no cesaba el movimiento, estaba dura, otra vez, a pesar de correrse justo antes, su polla estaba muy dura y el, intentaba cubrirla con un cojín del sillón. Lucia por otra parte intentaba concentrarse en el juego, pero la mirada de su padre la calentaba de una manera inexplicable, quería enseñarle más, quería que la viera completamente desnuda y ver como a su padre se le hacía agua la boca probar su coñito estrecho.
Así que, después de dos partidas, empezaron a platicar, Lucía contaba sus experiencias en la Ciudad donde vivía ahora, del tipo que veía y de que era un estúpido para follarla. Julián, se preguntó por qué ahora Lucía era tan abierta a hablar de ese tipo de cosas, ella siempre había sido muy cautelosa con su vida, así que decidió preguntar con cautela. Lucía, sin saber exactamente por que le contaba de sus trágicas experiencias con sus ex amantes, le respondió que era su papá, que él podía ayudarla, además de que es un hombre, y que podría darle consejos sobre cómo atraer a un hombre.
Julián, trago saliva y le dijo ‘-Mi vida, no tienes que atraerlo tú, ellos deben venir a ti como perros, estás hermosísima y si ellos no lo ven y prefieren jugar videojuegos que follarte, los que están mal son ellos, no tu mi amor.-‘Lucía, miró a su padre que ahora, la observaba con descaro, ya no podía negarlo.
‘-Papi, ¿Tu, me follarias?, digo, si me vieras en la calle, ¿te atreverías a hablarme para follarme?-‘
‘-Lucía, por me preguntas eso, soy tu padre.-‘
Lucia se acercó a él. Y sus pechos se pegaron a su brazo. El sintió por encima de la ropa los pezones duros de su hija y la miró. ‘-Papi, solo dime, no hay de que tener pena, solo es una simple pregunta, y te lo pregunto como hombre. Si pudieras follarme aquí mismo. ¿Lo harías?-‘
‘-Pues veras Lucía, si, lo haría. Estas hermosa, además de que tu cuerpo, ¡Dios!, tu cuerpo es extraordinario. Además, bueno, tus tetas están como para lamerlas hasta el cansancio. Y ese culo. No podría resistirme al verlo en pompa, esperando para meterle mi polla.-‘Soltó Julián como si al decirlo, se quemara el deseo y volviera a verla como la pequeña hijita de sus ojos. Pero para su asombro, Lucía se quitó el pequeño vestido y se quedó desnuda delante de sus ojos. Tomó una de sus manos y la puso en su pecho. Mientras lo miraba a los ojos le dijo las palabras que jamás olvidará y que volvieron locos sus sentidos aquella noche.
‘-Follame, y follame duró papi-‘mientras acercaba sus pechos a la boca de su padre.
Julián, ya no resistió, sintió la turgencia de los senos de su hija y se llevó uno a la boca, lo besó y saboreo mientras las gotas de lluvia golpeaban la ventana y los gemidos de su hija llenaban la habitación.
Lucia, se sentó a horcajadas sobre él, mientras que el besaba sus pechos y lamia sin cesar sus pezones, mientras su manos recorrían el culo de su hija, y abría las nalgas con desesperación, queriendo tocar todo el cuerpo de su hija sin reparo.
Lucia, comenzó a quitarle la ropa, quería verlo desnudo y ver todo su cuerpo, sentirle la piel caliente al contacto con la suya, mientras el vaivén de sus caderas sobre la pelvis de su padre la volvía loca, podía sentir toda su erección y empapaba sus jugos en el pantalón de su papi, era como marcarlo y le dio morbo saber que quien lavaría esas prendas sería su madre. Esto la puso muy caliente, y comenzó a moverse con más fiereza, mientras que su padre le comía los pezones con furia, apretándolos, sobándole las nalgas y propinándole a estas nalgadas cargadas de placer.
Para cuando termino de quitarle la camisa, su padre, la tomo de la cintura y la arrojo al lado. Lucía pensó que tal vez se había arrepentido, sin embargo, notó como se quitaba el pantalón, mientras que le exigía a Lucía, mostrarle el culo a esto sonrió sintiéndose tranquilizada. Ese culo grande y apetitoso que Julián notó desde que su hijita empezó a crecer. Ella obediente con su padre, se colocó en posición para dejarle ver todo el culo. Julián, con la polla más dura de lo que alguna vez la tuvo, se arrodilló y comenzó a lamer los labios vaginales, las nalgas y el ano de Lucía. Olía tan bien su pequeña, y sabía mucho mejor. Lucía por su parte contribuía a la faena moviendo las nalgas de arriba abajo, ayudando a que su padre no se cansara del movimiento y así, aferrar su sexo a la boca de su padre, y comenzó a moverse cada vez más ansiosa, frenética. Tomando de la cabeza a su padre, empujándolo contra sus nalgas, pidiendo más y el orgasmo llegó. Mientras su padre lamia con fiereza y azotaba sus nalgas.
No tardo en recuperarse, y quería más. Así que se dio media vuelta y quedo sobre sus rodillas. Alcanzó la polla de su papi y se la introdujo a la boca, comenzó dándole una pequeña lamida al glande, inmediatamente después, se introdujo todo el falo en la boca, al sacarlo le lamia de la base hasta la punta y volvía a introducirlo en su boca mientras succionaba. Al mismo tiempo que su hija introducía su pene en su boca, el empujaba su cadera, tomándola de la cabeza y viendo a su pequeña hacerle la mejor mamada de su vida. Sintió que se corría, así que detuvo a su pequeña. Lucía tomó a su padre y lo sentó nuevamente en el sillón, ella sin dejarlo de mirarle a los ojos, se sentó sobre él, y se introdujo poco a poco su miembro hasta el fondo.
Julián resoplaba con fuerza y Lucia comenzaba a moverse de arriba abajo con lentitud.
‘-Oh, papi, es tan rico sentirte tan dentro de mí, ahh, ¿sientes rico al follarte a tu hija? Ah, te gusta cómo me muevo, quiero que te sientas igual de satisfecho que yo papi, no sabes lo mucho que me exista papi, ahhhh.-‘
‘-Lucía, eres increíble mi cielo, venga, vamos, cabalga bien a tu papito, oh dios como te mueves, como mueves ese culito tuyo-‘
‘-Papi, pégame, fuerte, soy una niña mala que se está follando a su papi, ah, así, pégame otra vez, ¡Oh Dios que delicia!, ahhh, si así papi-‘ Mientras decía esto, comenzó a subir la cadencia de sus movimientos, y comenzó a cabalgar la polla de su papi con más fuerza y rapidez, sus tetas rebotaban en la cara de Julián y el las apretaba con una mano, mientras con la otra enrojecía las nalgas de su hija con golpes.
De pronto, Lucía comenzó a temblar y a gemir más fuerte, mientras que su cadencia se hizo más veloz y Julián tuvo que apretar fuertemente las nalgas de su pequeña para no correrse mientras Lucía tenía su orgasmo.
Lucía se levantó y Julián la tomo de la cadera, la volteó para verle el precioso culo mientras se levantaba del sillón. Le besaba la espalda, mientras la tomaba del cuello y la empujaba hacia la pared más cercana. Tomó su polla y se la introdujo con un movimiento rápido y agresivo y Lucía gimió de placer, llevó las manos de su hija hacia su espalda, donde él las tomó y comenzó a bombear el coño apretadito de su hija. Con una mano tomaba las manos de su hija y con la otra tomaba uno de sus pechos y los apretaba fuerte en su palma, le jalaba el pezón, le mordía los hombros y seguía bombeando fuerte, el sonido de su cuerpo contra el de Lucía le sacaba de quicio, Lucía por su parte, no podía disfrutar más de la sumisión hacia su padre y gemía con fuerza, pidiendo más. Julián comenzó a resoplar con más fuerza sobre la espalda de su hija, y bajó el ritmo un poco, sin sacarle la polla caminó hacia atrás y se sentó, su hija aun clavada en él, comenzó a moverse dando pequeños círculos sobre su polla, Julián, tomaba los pechos de esta y los apretaba con fuerza y Lucía, apretando el coñito, comenzó a moverse con mucha rapidez, gimiendo los dos a la par.
‘-Papi, me voy a correr, papi, ah que rico, lléname de tu lecha papi. Quiero que te corras en mí, ahhhh papi-‘Y mientras gritaba esto, comenzó a temblar más violentamente y a la vez, Julián, resoplaba con firmeza mientras que su leche salía disparada dentro de su hija. Lucía se echó para atrás, recostándose sobre el torso desnudo de su padre, mostrando sus pechos firmes mientras que Julia, aun sin salir de ella comenzó a masturbarla otra vez, mientras que Lucía buscaba desesperadamente sus labios.
Sus respiraciones eran agitadas y lucía, aun con la polla de su padre dentro de ella, besaba a su padre que sobaba el clítoris de su pequeña. Se miraron aun sudorosos y comenzaron a reír, con la complicidad de siempre, se besaron y comenzaron a vestirse.
Decidieron irse a dormir a las 5 am, después de todo la acción, la luz había vuelto la tormenta había apaciguado y estarían solos dos días más.
Después de todo el fin de semana pintaba mejor de lo que se pensaba y a decir verdad así sería.
Lucía y Julián, comenzaron a vivir una situación prohibida cuando se podía. Su madre salía últimamente mucho de viaje, y Lucía para no ir y venir, regresó a vivir con sus padres. Ahí Lucía experimentaría muchas más cosas con su padre, muchos secretos serían revelados y muchas historias serán contadas… pero eso se verá en otra ocasión.
Nota del autor:
Hola a todos.Espero que encuentren interesante este relato. Gracias por sus comentarios y Saludos.