Historia de un despertar

Historia real de un despertar maravilloso, se cumplio la fantasia de despertarse follando.

HISTORIA DE UN DESPERTAR

No recuerdo muy bien con qué soñaba. Pero seguro era una tontería. Estaba cansadísimo, me había acostado muy tarde después de haberme pasado toda la noche de fiesta, serían las 5.30 de la mañana cuando me fui a la cama, y eran ya las 11.30 cuando desperté, ¡Glorioso despertar!

Todavía quedaba gente en la casa, aunque a esa hora ya no alborotaban mucho. Yo seguía durmiendo, ya digo que no recuerdo con qué soñaba, pero sería un sueño normal, sin mucho sentido, cuando de repente mi mente empezó a crear en mi cabeza imágenes mas obscenas a medida que notaba cómo mi cuerpo se calentaba cada vez más. Pronto un leve movimiento me hizo despertar, abrí los ojos, y aparte del techo, no veía nada más, bajé la mirada y noté un gran bulto bajo el edredón, y al levantarlo… Al levantarlo la descubrí a ella, resplandeciente por el sol de la mañana, completamente desnuda, arrebatándome con suavidad todas las prendas de mi cuerpo y seguidamente jugando con mi pene. En ese momento pensé que debía estar soñando, pero no, aquello era real. Una de mis fantasías era despertarme follando y mi novia la estaba haciendo realidad aquella mañana del 1 de Noviembre.

Todavía medio atontado, comencé a acariciarla, su espalda, sus hombros, sus pechos, sus caderas, sus nalgas… Quise continuar, pero ella no me lo permitió, parecía se que sabía perfectamente lo que quería hacer, así que apartó mis manos de ella, me recostó de nuevo, y comenzó a besarme el ombligo y las ingles, prosiguiendo a lamerme con énfasis mi excitado pene. Lo estaba haciendo de maravilla, yo ya estaba en el séptimo cielo cuando, mientras cambió su boca por su mano, salió por fin de debajo de las sábanas y empezamos a besarnos con pasión y a acariciarnos con dulzura. Fue entonces cuando, sin separar sus labios de los míos, hizo que mi pene la penetrara, y comenzó a cabalgarme con excitación, dejando ver lo caliente que estaba; oír sus gemidos me excitaba más aún, al saber que ella también estaba disfrutando de esa maravillosa sorpresa que iba dedicada para mí. Seguimos unidos haciendo el amor un rato más, hasta que me hizo sentir un espléndido orgasmo mientras sentía como me corría dentro de ella. Ella se recostó a mi lado, nos quedamos en la cama en silencio, como habíamos estado a lo largo de todo el polvo, hasta que, rompiendo el silencio, me dijo "Por cierto, buenos días".

Nota: Este relato es completamente real. Se lo dedico a mi novio, el relato es un regalo que le hago a él, es un pasaje real de nuestra relación, pero lo he escrito como si yo fuera él en ese momento. Espero que guste.