Historia de un amor prohibido

Un amigo en medio de los tragos cuenta el detalle una historia escalofriante y a la vez romantica.

Mi cuarto relato lo envié hace 4 semanas y aun no me la publican, volveré a escribirlas, la continuación de "No se lo digas a nadie".

Por ahora les traeré una historia que no es mía sino de una amigo.

HISTORIA DE UN AMOR PROHIBIDO

Era el verano de 1993 en la Ciudad Heroica del Perú, estaba yo en compañía de mi amigo Saúl de casi 21 años, yo tenía casi 18 años tomando copas tras copas de vino, cuando el alcohol se nos subió a la cabeza.

Noté a Saúl un poco extraño, como con ganas de contarme algo, quizás algún secreto, yo le pregunté qué le ocurría, él me dijo que era gay y la verdad es que eso no me escandalizó para nada, ya que para ese entonces yo tenia muy en claro que las mujeres no me interesaban para nada, lo que me dejó atónito fue el saber que mi amigo estaba enamorado de su propio padre, Orlando era su nombre y tenía 34 años, él y su esposa Mariela, de 33 años, se habían casado muy jóvenes por motivos de fuerza mayor, cuando Mariela resultó embarazada. Además de Saúl, ellos tenían dos hijas de 18 y 16 años respectivamente.

En ese hogar las cosas no andaban muy bien que digamos, ya que reinaba la desunión: Mariela y Orlando habían llegado al extremo de dormir en cuartos separados y a vivir únicamente de las apariencias, las niñas eran muy pegadas a Mariela y Saúl muy apegado a su papá, pero nadie se imaginaba lo que ellos ya escondían debajo de las sabanas.

Me puse a escuchar atentamente a mi amigo y esto fue lo que el me contó:

"Desde que era muy pequeño fui el preferido de papá, él siempre estaba ahí para engreírme, mimarme y consentirme, íbamos juntos a todos lados, recuerdo que era el único de mis compañeros del cole a quien su viejo le daba piquitos, yo nunca pude tener un amigo íntimo debido a que todo mi tiempo libre lo pasaba con él, ya que hasta me llevaba y me traía del colegio mientras que a mis hermanas usaban la movilidad del colegio donde ellas estudian. Siempre lo vi como mi héroe.

Pero al entrar a la pubertad las cosas cambiaron, aparte de darme cuenta de mi homosexualidad, me comencé a sentir atraído por él desde la primera vez que me tocó, yo tenia 14 años y recuerdo que estábamos hablando de sexo mientras nos duchábamos, en aquella ocasión él me agarró el pene con el pretexto de ver si es que me estaba desarrollando bien, posteriormente me hizo tocar el suyo dizque para que me diera cuenta de cómo debería ser el mío cuando crezca.

La verdad es que eso me excitó muchísimo y fruto de ello fue mi primera masturbación. En otra oportunidad me sorprendió oliendo la ropa interior que él acababa de quitarse, recuerdo que me asusté muchísimo al verme sorprendido, pero grande fue mi sorpresa al recibir de papá una mirada como de complicidad y un beso en la frente en vez de un regaño. Yo tenía 16 años en ese entonces.

Cuando tenía 17 años le pedí que me llevara a un prostíbulo para iniciarme en el sexo, porque casi todos mis compañeros del cole decían que ellos ya habían estado con una mujer y que yo no quería quedarme atrás, lógicamente que le dije eso sólo para ver cual era su reacción. Recuerdo que él se molestó y me dijo que no me llevaría con ninguna puta, me dijo además de que él se había dado cuenta que a mí las mujeres no me gustaban y que todo lo que yo necesitaba sexualmente hablando lo podía tener a su lado, pero que aún no había llegado el momento de eso.

Seguidamente me sujetó fuerte y me besó en la boca. Yo me quedé helado después de aquello, fue mi primer beso y no sabes como me gustó. Luego de pocos días fuimos al sauna como casi todas las semanas, nos pusimos a tomar y a tomar y cuando entramos a la cámara al seco, éramos las únicas dos personas que estaban ahí dentro.

De pronto comenzamos a besarnos muy apasionadamente, yo estaba con la sensación de fiebre debido al licor, le comenté a mi viejo esto y él me metió el dedo al ano y me dijo que no era fiebre lo que tenía. Yo me sentí adolorido por que la verdad es que fue un poco brusco al hacerme eso, me molesté y le pedí que nos fuéramos.

Al día siguiente era lunes, le dije a papá que a partir de ese día ya no me llevara ni me trajera del colegio, le dije además que me había dado cuenta de que lo mejor para mí era pasar mi tiempo libre con gente de mi edad, tener amigos, salir con ellos y llevarlos a la casa. Pude notar claramente una marcada expresión de tristeza en su rostro al decirme que yo era libre de hacer lo que quisiera, además de que él nunca me había obligado a mi a nada, y así fue como comencé a parar mas con mis compañeros del cole.

Mi papá pasaba cada vez menos tiempo en la casa, debido a que no encontró mejor refugio que el exceso de trabajo ante mi indiferencia y los irremediables problemas surgidos con mi mamá. Pese al distanciamiento con mi padre, yo no pude conseguir olvidarme de él, así es que decidí aprovechar la primera oportunidad que tuviese para acercarme a él. Coincidentemente pasada la Navidad recibimos la invitación de tus papás para viajar a Arequipa a pasar el Año Nuevo y una temporada adicional. Mi madre y mis hermanas se entusiasmaron mucho con la idea y viajaron solas. Papá dijo que no podía ir debido a su trabajo y a mí no me costó mucho hallar el pretexto adecuado para quedarme también.

Recuerdo que mi viejo y yo nos fuimos a la casa de la abuela a esperar la llegada del Nuevo Año en compañía de la familia, y como de costumbre había licor de sobra en aquella reunión. De regreso a casa eran como las 4 de la mañana, llevé a mi padre a su cuarto, el pobre estaba tan borracho que no podía desvestirse solo, así es que lo ayudé. Cuando le quité la trusa, noté que tenía el pene crecido, algo así como semi-erecto, yo nunca se lo había visto así, luego lo cubrí con la sabana y me retiré de la habitación, me sentía recontra arrecho y a pesar de no tener la costumbre de dormir sin ropa, ésta vez me metí a la cama como vine al mundo. Por más que lo intenté no pude conciliar el sueño, miles de ideas me pasaban por la mente, en esos instantes me sentí invadido por el deseo y la pasión. Como a las 7 de la mañana, sentí un ruido que provenía del primer piso de la casa, exactamente de la cocina, definitivamente no era nadie del servicio ya que se les había dado el día libre. Me puse una bata e inmediatamente bajé a ver lo que estaba ocurriendo.

Cuando me asomé, pude ver a aquél irresistible hombre a quien yo llamaba papá completamente desnudo y con la pinga mas parada que nunca ahí dentro, yo sin pensarlo dos veces me quité la bata que llevaba puesta y entré.

Lo primero que hice fue preguntarle qué hacia ahí, él me dijo que le dio sed y bajó a tomar agua. Cuándo volteó a verme me miró de pies a cabeza con esos ojos del color del cielo que siempre me embobaron, y sonriente me dijo que por lo visto yo también me moría de calor. Luego él se acercó a mí, me agarró de la cintura y nos comimos a besos, y mientras me besaba me apretaba las nalgas con sus fuertes manos, seguidamente me condujo a su habitación, me recostó en la cama y puso su enorme verga dentro de mi boca, yo pese a mi inexperiencia puse todo de mi parte y empecé a succionar lo mejor que pude, no tardo mucho en acabar. Yo trate de beberme toda su leche, y cuando pensé que lo había logrado, me dieron nauseas y corrí al baño mas cercano.

Él me siguió y mientras yo estaba arrojando, él comenzó a lamerme el culo, la verdad que esa placentera e indescriptible sensación mitigó el malestar que me había producido el vómito. Posteriormente me abrasó y me besó, me llevó de nuevo a la habitación, me dijo que no tuviera miedo, que no iba a hacerme daño, que me relajara, yo lo complací.

En seguida me colocó de nuevo sobre la cama, puso mis piernas sobre sus hombros y me penetró sin piedad, yo gritaba frenéticamente, pude experimentar por primera vez la mezcla de dos sensaciones, el dolor y el placer, al ver su rostro y escuchar sus gemidos de macho azotando a su hembra pude percibir que lo estaba disfrutando de un modo descomunal. Cuando eyaculó lo hizo dentro de mí y no sabes el favor que me hizo, ya que ese espeso liquido hizo el papel de ungüento debido al ardor que sentía en mi desflorado ano.

Luego después de tomarme entre sus brazos y besarme una y otra vez me dijo lo mucho que me amaba y lo mucho que había sufrido durante el tiempo en el que yo no le daba bola para nada, yo le dije que también lo amaba, seguidamente me pidió que cuando estemos a solas no lo llamara papá, sino Orlando, según el para sentirse menos culpable, yo le dije que por mi parte no había ningún problema en eso y nos quedamos dormidos.

Así como te cuento amigo, estoy enamorado de verdad y sé que soy plenamente correspondido. Éste año termino la secundaria, luego entraré a la universidad y Orlando me ha prometido que en cuanto yo sea profesional nos iremos al extranjero a trabajar y a vivir libremente nuestro amor, sin nadie que nos lo impida".

Y la verdad es que yo le creo.

Esa fue la revelación que me hizo mi amigo Saúl, al principio me escandalicé pero luego pensé mejor las cosas y llegué a la conclusión de que cada quien es libre de vivir su vida del modo que le parezca, el caso de Saúl y Orlando me enseñó que siempre vale la pena luchar por lo que uno quiere de verdad, es decir por lo que uno considere pueda representar su felicidad y que definitivamente quien no arriesga no gana. En la actualidad mi recordado amigo Saúl y su amado progenitor se encuentran juntos en algún lugar de este mundo haciendo realidad aquellos sueños e ilusiones que formaron, forman y formarán parte de esta su historia de un amor prohibido.