Historia de sexo adolescente con mis Vecinos I
Ya había probado el sabor de la leche de un amigo, y ahora faltaba que me la metan en la cola, y eso lo hizo primero mi vecino, un morocho con una buen miembro como me hizo deleitar del placer y quitándome la virginidad de mi cola
Hola como conté en el primer relato, donde cuento mi primera experiencia de chuparle esa pija hermosa curvada, dura como una piedra, y después haberme tragado toda la leche calentita y sabrosa de mi amigo Martin. Me dicen Ale y son un chico morocho con ojos verdes de una pija de unos 17cm y con un buen grosor. Esta historia también paso en mi adolescencia
Había llegado las vacaciones de verano y mi amigo Martin con el cual hace muy poco había empezado un juego sexual muy lindo, se fue de vacaciones. Por suerte al poco tiempo volvió más caliente que antes y seguimos experimentando cada vez más cosas.
Pero en su ausencia me junte de nuevo con mi vecino Ezequiel un poco más chico que yo, pero como era vacaciones venía con su primo Ramiro y su otro primo Bruno.
Una tarde estábamos en mi pieza jugando a la play, sentados en la misma cama donde le había chupado la pija a mi amigo, pero como no entrabamos todo traje una silla de la cocina, la idea era que como jugamos de a dos, el que esté jugando se sienta en la silla. Mi vecino Ezequiel que era el más chico le toca dejarme la silla a mí para que yo juegue, cuando le pido que deje sentar a mí me dice no me va a dejar sentar, en todo burlón me dice, “sentate arriba mio”, sin dudarlo lo hago. Al sentarme siento el contorno de toda su pija sobre mi cola algo que me gustó mucho, se sentía que no la tenía muy grande pero igualmente me gustó mucho. Esa tarde la pasamos así, turnarnos entre todos porque el resto de los chicos les gustó la idea. Jugamos que el que estaba en la silla se tenía que sentar arriba del otro. Pero lo que me sorprendió fue cuando me toco sentarme arriba de Ramiro
Ramiro es 3 años más grande que yo, morocho de tez más oscura, ojos negros, de unos 1,75metros de altura y flaco. Cuestión cuando me siento sobre la pija de Ramiro, siempre el juego fue con ropa, pero se sentía muy rico igual…aclaro con ropa hasta ese momento. Siento sobre mi cola que su pija es muy grande, y no solo eso sino que, él ponía cara de placer, y mientras estaba sentado arriba de él me acariciaba mis piernas, me acariciaba el pelo, ahí me di cuenta que eso podía llegar a pasar a más.
Los días siguiente fueron parecidos, con ese juego entre todos lo cual era sumamente excitante, aparte había que hacerlo rápido, esperar que no haya nadie en la casa para que no nos descubran haciendo eso.
Un fin de semana me junto solo con Ramiro, y como en mi casa estaban todos durmiendo la siesta no fuimos a la calle a jugar al futbol, cuando entramos quisimos ir a mi pieza pero estaba ocupada por unos tíos que habían venido de visita y están también durmiendo la siesta, así que nos fuimos al comedor que no había nadie a ver tv, cuestión que yendo para allá el me agarra de la cintura y me apoya de nuevo todo su miembro en mi cola, yo me quedo parado y tiro la cola para atrás para sentir todavía más esa pija frotando mi cola.
El juego había terminado, ya estábamos los dos muy calientes. Como era más grande que yo en edad y tamaño me alza, y me lleva a los sillones, y me sienta sobre su pija que estaba ya parada al igual, que la mía. Empieza a moverse como si estuviésemos teniendo sexo pero con ropa. Lo miro a los ojos y le digo “como te gusta guacho”, el me responde comiendo el cuello, y acariciándome la mi pija con otra mano. Acto seguido me da un beso en la boca, que no duro mucho tiempo porque escuchamos la puerta, y nos tuvimos que separar.
Pasamos el resto del día, mirando tv, saliendo más tarde a jugar al futbol. Ya de noche me fui a bañar, y él se quedó en mi pieza donde no había nadie, pero si había gente en la casa. Cuando salgo de bañarme entro a mi pieza para cambiarme, yo estaba desnudo con una tolla sobre la cintura, me pide que por favor le muestre la cola. Me bajo a poco la tolla y le muestro mi cola, el me la agarra y le da un beso a mis cachetes. Al toque a mí se me para y veo que él se acomoda la pija, la tenía tan parada que el pantalón le estallaba, la saca por unos segundos para acomodársela y es la primera vez que se la veo, hasta el momento era solo todo por arriba del pantalón o short, y veo una pija muy diferente a la de Martin. Esta pija de Ramiro era más grande de unos 19cm supongo, gruesa, derecha y bastante peluda, y los huevos impresionantes lo grande que eran no me entraban en la mano, pero como había gente en la casa no pudimos hacer nada. Quede fascinado con esa pija, igualmente la de Martin también me encantaba cada una tiene lo suyo.
Pasaron algunos días, y no lo volví porque se volvió a su casa, el como conté antes estaba parando en la casa del primo que vivía con sus abuelo, pero yo sabía que día volvía. Cuando por fin llego ese día lo llamo para que venga a jugar a la play a casa, y me dice que no tiene ganas de venir a jugar la play, y le digo mira que en realidad te estoy llamando porque estoy solo en casa, ahí me dijo ya voy.
No tardo ni 5 minutos en llegar y ya estábamos en mi pieza, el acostado y yo arriba de él, sintiendo toda su pija sobre mi cola, y arrancamos de nuevo. Yo dándole la espalda, sentado arriba de él, que estaba acostado en la cama, dándome bombazos pero todavía con ropa, era muy excitante, tenía ganas de que me la meta ya, pero todo tenía su tiempo. En algún momento él se sienta y me empieza a comer el cuello, yo sentado arriba de él, dándole la espalda. Saca mi pija del short y me empieza a masturbar, yo giro la cara y nos empezamos a besar, primero unos picos, después besos largos, y ya nos estábamos comiendo la boca en forma salvaje, era una guerra entre lenguas y besos. Hasta que me pide que me baje totalmente los pantalones que me la quiere poner.
Creo que nunca me baje en vida los pantalones tan rápido, el hizo lo mismo. Y sin dudarlo me senté de una arriba de él, es inexplicable la sensación que sentían de sentir esa terrible pija, su cabeza que era enorme punteando el agujero de mi cola. Aclaro que era la primera vez, tengo una cola dura en forma de manzanita sin pelos, y paradita. Pero como era la primera vez no me entraba, me termino sentando sobre su enormes huevos, y él se masturbaba tenía la pija lo suficientemente grande como para que yo sentado en sus huevos y el tronco donde empezaba su pija se pueda masturbar, con una mano se masturbaba esa pija grande y gruesa y con la otra a mí. No tardamos mucho en acabar, primero acabo el tirándome toda la leche calentita sobre mi cola y mi espalda, y parte sobre su panza que después limpie con mi lengua. Yo acabe sobre su mano y le lleno su mano de leche, la cual se la llevó a la boca y se la fue tomando chupándose los dedos lleno de ni leche, yo me pare y fui directo sobre su panza donde había quedado parte de su leche porque descargo litros y litros, y con la lengua le fui limpiando primero la panza, después la punta de su pija. Esta leche era más amarga que la de Martin pero igual de excita. Ese día no paso más que eso.
Al día siguiente me viene a buscar el, y me dice vamos para tu pieza, pero como había gente en mi casa no lo podíamos repetir, pero estábamos los dos muy calientes así que teníamos que buscar un lugar donde no haya nadie, o podamos hacerlo rápido. Fuimos a un lavadero de mi casa, como era por la tarde y estaban todos descansado no corríamos riesgo que nos descubran.
Cuando entramos al lavadero el me agarra de la cintura me bajo los pantalones, el hace lo mismo y me apoya sobre mi cola su pija todavía dormida, yo giro mi cabeza con la intención de buscar sus labios y nos empezamos a besar. Pero esta vez tenía que entrar, así que le digo déjame que te la chupe así después entra. El encantando me dice dale. Me agacho y le empiezo a dar uso besos primero en la panza, cerca de su miembro, después le paso la lengua por todo su tronco desde los huevos hasta la cabeza de su pija, hasta meterla completamente adentro, habré estado unos minutos degustando esa pija, con un gusto a macho y otro olor a la que tenía Martin que también tenía una pija divina. Llegado el momento se la dejo de chupa, y me apoyo contra una mesada y saco la cola para afuera para ofrecerle mi cola para que me metiera esa pedazo de pija en mi colita virgen.
Yo me encontraba sacando la cola, con la pija a mil, el atrás mío con la pija empapada con mi saliva después de la mamada que le hice y re dura. Siento de nuevo la punta de su pija sobre mi cola, y como con esfuerzo poco a poco se iba entrando y mi cola iba cediendo espacio. Era una mescla de dolor pero una placer tremendo, hasta que habrá entrado su mitad y empieza bombear, despacio un rato. El placer de sentir esa pija en mi culo era terrible, hasta que poco a poco la iba metiendo más y más, para mí era más dolor pero más placer, hasta que me la metió completa y empezó a bombearme cada vez más y más, mi dolor se fue. Y empecé a gemir del placer, cada bombazo era un grito mío, y otro de él. Y le pedía más y más, no podría creer que la esté pasando tan bien, con una mano el me masturba, hasta que siento el típico cosquilleo previo a correrme, pero también sentía como me reventaba la cola con su pija hasta que largo toda mi leche. Acto seguido se corre, pero no la saca y me inflo el culo de leche. Cuando me la saco por el agujero de mi cola no paraba de salir leche, mi corazón estaba a mil. Le chupe los dedos que tenía mi leche, y nos dimos otro beso, pero esta vez fue tierno. Me agacho y le entre a limpiar su pija todavía dura con mi lengua para poder saborear toda la leche que le quedo, aunque la mayoría quedo en mi cola, que no dejaba de chorrear. Pero él se encargó de chuparme la cola y dejármelo limpito, otra vez sentir su húmeda lengua sobre mi cola mi hizo explotar de placer. Actos seguido no besamos un rato, nos pusimos la ropa y salimos, porque nose cuanto tiempo habremos estado y teníamos miedo que alguien nos descubra, entre mis gemidos de placer, los del el y típico pa pa pa pa, que se escucha cuando te la están metiendo bien rico y sabroso era posible que alguien nos escuche.
Me dijo que le encanto hacerlo conmigo, yo le dije que también. Me dijo que quería volver hacerlo de nuevo, en la cama, en la ducha, que él iba venir más seguido, y yo sabía que también esa semana volvía mi amigo Martin. Y que yo quería cada vez más y más pija, por suerte lo conseguí y más de lo que me hubiese imaginado