Historía de Q. El regreso

Una mujer casada encuentra lo que ¿quizás buscaba?

"Q" condujo hasta una en una parada de taxis lejana a casa, apagó el motor y nos miramos, ninguno nos atrevíamos a hablar, a partir de aquí empezaba una nueva vida para nosotros, habíamos establecido un lazo muy fuerte entre ambos y sabíamos que íbamos a tratar de mantenerlo por encima de todo. Yo rompí el hielo,

Tengo que irme, estaremos en contacto ¿verdad? – le dije.

"Q" me rozó los labios con sus dedos, ¡Dios! eso me ponía a mil, me abalancé sobre él y le entregué la boca, nos besamos con desesperación, durante unos instantes nos apoderamos el uno del otro a través de nuestro aliento, si lo hubiera intentado, me habría dejado follar allí, en medio de la calle. Por fin nos separamos, antes de bajarme me desabrochó un botón del escote, salí y, mirándolo, me desabroché tres de abajo, solo otros tres continuaban cumpliendo su función, cerré la puerta y, sin volverme, cogí mi pequeña maleta y entré en un taxi, ni me acordé de "A" ni, por supuesto, era él, mis pensamientos estaban en otras cosas. Le di mi dirección y arrancó, el camino a casa fue una recopilación mental de ese increíble, pero muy real, fin de semana. Cuando llegamos y pagué, tomé conciencia de mi aspecto, la parte superior de mis tetas y el canal entre ellas estaban a la vista de cualquiera, por la parte de abajo el panorama era aún peor, el coño prácticamente estaba al descubierto, respiré hondo y decidí entrar así en casa. Mientras caminaba hacia el ascensor, pensé en el día que "Q" me arrancó el orgasmo en la puerta de casa e hice el camino rezando para no encontrarme a nadie, esta vez no hubo tanta suerte, un vecino subió conmigo y no apartó su mirada de mi pecho hasta que me bajé… me gustó que me mirara y pensé en como había cambiado mi concepto del sexo en solo cuarenta y ocho horas… hubiera querido mostrarle más.

Entré en casa y salió mi marido con la niña en brazos, la cara de sorpresa de mi marido fue un poema cuando me agaché a soltar la maleta, la vista que le di no creo que fuera autorizada para menores, nos abrazamos y llevó una mano a mi entrepierna y me miró fijamente al notar la ausencia de bragas, me sobresalté, pero reaccioné sonriéndole y tocando su polla, él, me devolvió la sonrisa y, creo, se tranquilizó. Estuvimos jugando un rato con la niña y la acostamos, comenzaba la primera prueba después de mi "iniciación" , tenía que hacer el amor con mi marido pero lo que yo había hecho los dos últimos días no era eso,

había sido follada

, me habían follado una y otra vez, me habían sometido, dominado, usado, domado y… lo disfruté, nunca en mi vida sentí lo que en esos días, y era eso lo que deseaba, creía que mi comportamiento en la cama no volvería ser igual. Perdida en esos pensamientos no me di cuenta que mi marido se acercaba a mí y me abrazaba por la espalda, noté la dureza de la polla a través de la liviana tela de mi vestido, cerré los ojos, el me preguntó,

¿Has ligado mucho?, por lo que he visto parece que sí -

No creas, solo con dos o tres, pero no te preocupes, hay cosa que te las he reservado a ti – contesté sin volverme.

¿Si? , ¿qué me reservas?

Me volví y desabroché los tres botones que quedaban y me saqué el vestido.

Todo esto, ¿te gusta?

Se quedó mirándome y me tomó de los pechos acariciándomelos tiernamente, sus labios buscaron los míos y me besó, me abracé a él y le devolví el beso, bajó su mano a mi sexo y lo acarició por encima, yo lo apreté contra su mano buscando más contacto y el metió un dedo, me susurró al oído,

Tienes el coño chorreando -

El corazón me latió con fuerza, pensé en el polvo del descampado con "Q", estaba tocando mis jugos mezclados con el semen de mi amante, mi vientre reaccionó a los estímulos a los que se había acostumbrado últimamente y comenzó a rezumar flujos, mi marido movió su dedo con mas velocidad y volvió a hablarme,

Si que estás caliente.

Le solté el cinturón del pantalón y tiré de ellos hacia abajo, me separé un poco y bajé mi mirada, tenía la polla totalmente erecta, la toqué, estaba caliente y dura, mi mente comenzó a trabajar por su cuenta, "Q" estaba dentro de ella y comenzó a actuar como lo haría él, le agarré con fuerza y le pregunté,

Quien te la ha puesto así ¿yo o mis ligues del fin de semana? –

El entró en la trampa, me miró mientras seguía acariciando mis tetas y contestó:

Aun no lo se, cuando me cuentes hasta donde has llegado con ellos veré si me molesta o me calienta –

Masajeaba su polla con fuerza, subía la mano hasta que desaparecía el glande y la bajaba de golpe hasta la base, cerraba los ojos y estaba congestionado, nunca la había visto tan grande, me agaché y me la metí en la boca, ardía, comencé a lamerla de arriba abajo, mi marido gruñía, le metí la lengua en el agujerito superior y jugué con la puntita en él, jadeaba sin parar, me mojé los dedos en mi mojado coño y le metí un dedo en el culo, se tensó y dijo,

Me voy a correr… -

Todavía no – le contesté mientras le mordía con alguna fuerza el pene – me tienes que contestar, ¿te pone cachondo que pueda haber estado con alguien?

Dio un pequeño grito, diciéndome que le había hecho daño, moví el dedo en su culo y cuando noté la reacción en el pene, le volvía morder esta vez el glande, volvió a quejarse, le repetí la pregunta y me contestó jadeante,

No lo sé… no me lo he planteado nunca, bueno…excepto cuando "jugamos" entre nosotros… y siempre somos tres

¿Me ves abierta de piernas debajo de otro hombre? ¿Te gustaría? – insistí.

Noté como su polla vibraba y aumentaba de tamaño y sus jadeos se hacían más rápidos, no le di tregua, le metí un dedo más en el culo y los giré, dentro de él, a izquierda y derecha, mientras mí otra mano subía y bajaba por su miembro, volví a hablarle

¿Qué haría si me vieras penetrada por otro? ¿Lo impedirías o te quedarías mirando mientras yo gemía y le pedía que me diera más fuerte?...

No pude seguir hablando, noté que la polla se hinchaba y la llevé a mi boca, no llegué a tiempo, su primera descarga fue a la cara, las siguientes si fueron recogidas por mi lengua, chupaba mientras las sentía y, al mismo tiempo, masajeaba sus testículos, los sobé y apreté hasta que ni una gota salía de su miembro, me levanté y le miré a los ojos que tenía medio cerrados por el placer, abrí la boca y le enseñé el semen que la llenaba y seguidamente lo tragué. Me miraba sorprendido, yo le sonreía, limpié con una de mis manos el que tenía en la cara, chupé parte de él y le acerqué el resto a su boca, lo lamió hasta que no quedó nada en mi mano

¿Me llevas a la cama? – pregunté con una sonrisa.

Me tomó en brazos y se dirigió al dormitorio, yo, con la cabeza apoyada en su hombro, pensaba que mis relaciones con mi marido no volverían a ser como antes, mi forma de entender el sexo había cambiado radicalmente y me gustaba el cambio, había sido feliz haciendo disfrutar a mi pareja; me apreté contra su pecho y le mordí el hombro, se sobresaltó y me miró, yo le besé los labios. Llegamos al dormitorio y me posó en la cama, me acordé de "Q" y un escalofrío me recorrió

Tiéndete a mi lado – le pedí.

Se puso a mi izquierda, me volví y apoyé la cabeza en su pecho, mi mano derecha bajó y cogió su polla que descansaba fláccida en su muslo, le pregunté.

¿No me dices nada?

Estoy sorprendido – respondió – no era este el reencuentro que había imaginado, creía que iba a ser yo el que tomara la iniciativa, de hecho, según mi plan, a esta hora yo debía estar comiéndote el coño y tu gritando como una loca.

Reímos los dos, veía como se iba relajando por momentos y esperaba que aquella noche terminara de manera inolvidable. Yo tenía sueño, estaba agotada y quería dormirme, pero le debía algo y se lo iba a dar, comencé a mover mi mano sobre su miembro.

¿Te ha gustado lo que te he hecho? -

Me ha encantado, deberías comportarte así con más frecuencia, me has llevado a las nubes - repuso - ¿cómo has inventado la historia del otro en tu cama? , me costó mucho que admitieras ese tipo de fantasías y, de pronto, las inicias tú.

Tenía muchas ganas de ti-le mentí – las sesiones de sexo telefónico me dejaron muy caliente y quería que mi llegada fuera especial y el morbo nunca viene mal ¿o sí?, te recuerdo que era tu polla la que se ponía cada vez mas dura mientras yo hablaba. Confiesa que has disfrutado y has vivido la situación.

Si… – confesó – hubo un momento que te veía gritando y con tus piernas alrededor de la cintura de un tío que te follaba con fuerza y me calentó, igual que cuando fantaseamos con un trío.

Solo que esta vez era uno solo el que me follaba y tu no intervenías más que de mirón – el lado perverso que "Q" había sacado de mí volvía salir – esta vez no era un trío – continué – era alguien que me estaba poseyendo con mi consentimiento y tu lo dejabas hacer.

Notaba como su miembro latía en mi mano, mis palabras le estaban excitando y así se lo hice saber

Parece que el tema te calienta – sentí como si su polla quisiera salirse de mi mano - ¿quieres que me calle o continúo? – le dije –

Sigue … -me pidió con voz ronca –

¿Te gustaría ver como tu mujercita se abre de piernas a un desconocido y le pide que la folle? –

En ese momento me senté encima de él y abriéndome el coño me introduje su polla, la notaba dura y caliente, comencé a moverme lentamente mientras le miraba fijamente a los ojos, tenía la cara descompuesta de placer y no contestaba, le volví a preguntar,

¿Así quieres que lo cabalgue o prefieres que me monte él? contesta –

Lo que tú prefieras… pero no pares por favor – respondió.

Poco a poco, mis movimientos eran más rápidos, la imagen de "Q" me llenaba el cerebro, lo veía follándome contra la pared… abriéndome por primera vez el culo, me oía pidiéndole que me llenara con su semilla… que me follara… empecé a gemir fuertemente, tenía los ojos cerrados pero lo veía… veía su polla… su sonrisa… estaba dentro de mí, abrí los ojos y miré a mi marido, bufaba e intentaba levantar su pelvis, pero yo botaba sobre él y no lo dejaba, nuestros cuerpos estaban cubiertos de sudor y mi vientre estaba a punto de entrar en ebullición, me iba a correr, pero antes, mi mente actuó de nuevo, incliné mi torso, acerqué mi boca a la de mi marido y le lamí los labios, luego le susurré

¿Tanto te calienta imaginar que me follan…?

No pude terminar, mi marido se arqueó y gritó:

¡¡¡¡Me corroooooo!!!!

Su hirviente esperma invadió mi vientre, lo sentía arder dentro de mí y en ese momento un inmenso orgasmo sacudió todo mi cuerpo, mi vientre se vació como un torrente, sentía mis calientes flujos saliendo de mi sexo y mojando mis muslos, la polla y el vientre de mi marido, la cama… me derrumbe encima de él, mientras seguía sintiendo las pulsaciones de su polla dentro de mí. Estaba agotada pero mi cabeza no dejaba de pensar, ¿cómo había sido capaz de decir las cosas que había dicho? ¿por qué actué de ese modo? ¿tendría consecuencias con mi marido mi comportamiento? Me decía que estaba loca pero, la verdad, nunca había disfrutado con mi marido como esa noche, aunque debía reconocer que "Q" había influido y mucho. Sentí como su miembro salía mansamente de mi vagina y mi pareja comenzaba a acariciarme suavemente el culo, se paraba los glúteos y acariciaba el surco entre ellos y, tímidamente, rozaba el ano, instintivamente lo contraje y recordé el placer que sentí cuando "Q" tomó mi culo, por segunda vez, apoyada en el brazo del sillón y me vi reflejada en el espejo rota de placer. Estuve a punto de preguntar a mi marido que si quería follarme por ahí, creía que se lo debía, pero pensé que no era el momento oportuno, otra sorpresa más esa noche sería demasiado, temía que empezáramos a hablar pero sabía que era inevitable. Me incorporé para tenderme a su lado, al hacerlo goterones de semen resbalaron de mi sexo cayendo en su vientre, pensé que ahí estaban mezclados jugos de él, de "Q" y míos, caí en la cuenta que "Q" nunca se había ido, toda la noche estuvo presente y, me temía - ¿o quizás deseaba? - que estaría muchas noches más.

Mi marido me pasó la mano por debajo del cuello y me arrimé a él, una de sus manos bajó a mi vientre y lo acarició suavemente

¿Qué te pasa? – me preguntó.

Que me encanta follar y… que me follen – respondí.

¿Has disfrutado?... yo no recuerdo un polvo como este – dijo.

Ya has visto como me corría y te aseguro que tendrás más, yo me preocuparé – le miré con lascivia.

Sinceramente, vienes diferente pero me gusta. Las últimas semanas te veía como desorientada, rara… hoy estás alegre, con vida y… muy traviesa en la cama – bromeó.

Me puse encima de él, restregué mi pubis contra el suyo y notaba su polla, fláccida, contra mi coño. Le miré y comencé a besarle repetidamente en los labios el sonreía y le notaba relajado, le pregunté a bocajarro

¿Realmente te pone imaginar que alguien me folla? –

Mi vientre se movía circularmente sobre su zona púbica.

A veces… - murmuró.

¿Tienes fantasías con esto? – le hablé con voz contenida.

Sí… imagino situaciones morbosas y, en ocasiones, las vivo en sueños – repuso.

Yo continuaba sobre él con mis ojos fijos en los suyos y sin detener el giro de mis caderas, su polla comenzaba a crecer.

Eres un pervertido –dije sonriendo - ¿y que me hacen?

Mi voz se iba enronqueciendo mientras mi corazón comenzaba a latir con fuerza. Su respiración también se entrecortaba y tampoco apartaba su vista de mí.

Muchas cosas – me contestó – son muchas las situaciones que se me vienen a la cabeza –

Cuéntame alguna – le pedí mientras mi coño, ya húmedo, presionaba su polla con más fuerza.

No sé… no se me ocurre nada ahora – contestó mientras se le escapaba un gemido.

No cedí, como si no le hubiera oído continué hablándole mientras sentía como su polla ya presionaba con fuerza mi vientre.

¿Me tocan?... ¿Me acarician por todas partes?... ¿Me desnudan?... – pregunté.

Mi vagina vertía continuamente líquidos sobre su vientre y él gemía entrecortadamente, le mordí los labios y noté que ardían. Me incorporé y quedé sentada a horcajadas sobre él, me moví hasta que su miembro quedó encajado en mi hendidura.

Contéstame- musité.

De todo… te hacen de todo… -

¿Me follan? – volví a preguntar.

Siiii… te follan – murmuró.

Me incorporé y, dándole la espalda, me arrodillé, apoyé la cara en la cama, separé las rodillas y levanté el culo, tenía mis dos orificios a su disposición

Demuéstrame como me follan… por donde quieras, tu eliges – le pedí gimiendo.

Noté como se aproximaba a mí, paseó su polla por la raja que separa mis glúteos y por el surco de mi sexo, deseaba sentir su ataque y temía por no saber donde se produciría, súbitamente entró en mí, noté como las paredes de mi vagina se abrían a su paso, un pensamiento cruzó por mi mente, "Q" me habría roto el culo. Comenzó a embestirme con fuerza, el coño me ardía, yo necesitaba mas marcha y traté de animarle con palabras

¡Dame fuerte! ¡Destrózame el coño! ¡Quiero más! ¡Follame!

Mi marido imprimía más fuerza a sus acometidas y yo me retorcía buscando que me venciera, noté las contracciones de su polla y empujé hacia atrás, busqué con furia su miembro y, de pronto, sentí como un líquido ardiente me inundaba, empujé mi culo con fuerza sintiendo como su sexo se me encajaba muy profundamente y exhalando un profundo gemido… me vacié. Caí sobre la cama, notaba el peso de mi marido sobre mí, los dos jadeábamos pesadamente, una extraña sensación comenzó a invadirme, me ahogaba, le pedí que quitara de encima y noté cuando lo hizo pero no me recuperaba, me estaba mareando y le pedí ayuda, me llevó al cuarto de baño, mi cuerpo temblaba y, de repente, comenzó a caer sobre mí agua fría, grité mientras que mi pareja me frotaba fuertemente todo el cuerpo, comencé a tranquilizarme, mi respiración se fue calmando, me sacó de la ducha, me envolvió en una gran toalla y me secó cuidadosamente, después me llevó al dormitorio e hizo que me sentara mientras el ponía sábanas limpias y arreglaba la cama, después de ponerme un camisón me acostó. Me besó en la frente y me preguntó - ¿estás bien? - , asentí, me arropó y vi como se alejaba, dos lágrimas resbalaron por mis mejillas.

(CONTINUARÁ)

P.D. No puedo terminar sin darles las gracias a todas las personas que me han leído y a las que han hecho comentarios sobre mí escrito. El 99% han sido extraordinarios y solo unos pocos me han molestado, no por ser críticos, en absoluto, sino porque aún existen personas que piensan que una mujer que escriba sobre estos temas debe ser una puta y como tal hay que escribirle, de todas formas, repito, gracias a TODOS.

Un apunte para dos de los comentarios que han llegado, nunca había escrito en TR anteriormente y mi estilo es totalmente personal o, al menos, eso creo yo.

Otra cosa que me ha llamado la atención es las pocas mujeres que se atreven a opinar sobre estos temas, parece que aun subsiste un fondo de vergüenza, yo llevo relativamente poco tiempo entrando en TR pero hay experiencias dignas de ser leídas y comentadas.

En fin, no os quito mas tiempo, dentro de unos días enviaré un último relato de la saga Historia de"Q", como este, no tiene número, lo llamaré **Historia de "Q" .

La secuela** y está relacionado con los capítulos publicados.