Historia de Q 9

Una mujer casada encuentra lo que ¿quizás buscaba?

Me desperté y no sabía donde estaba, mi sensación de desorientación era total, oía como sonaba un teléfono insistentemente e intentaba cogerlo, de pronto, sentí como alguien me ponía el auricular en mi oído, era "Q", repentinamente, recordé donde estaba y escuché la voz de mi marido,

¿Qué te pasa? ¿Por qué no contestas? – preguntaba.

Perdona, estaba dormida – repuse.

Son casi las doce, imagino que tendrás que dejar la habitación. ¿A que hora vuelves?

No supe que contestar, miré a "Q" que me decía mímicamente que por la tarde, reaccioné y le dije,

Nos vamos por la tarde, tenemos una comida de despedida y, supongo, que después habrá copita, te llamo en cuanto en cuanto salga.

Me había arrodillado en la cama mientras hablaba, "Q" me había colocado unas mínimas braguitas azules que casi no me tapaban el coño, no eran de las que yo compré, al parecer él trajo "refuerzos", sonreí, mi seductor era un fetichista. Mi marido continuaba hablando,

si quieres voy a recogerte con la niña – decía.

El corazón me dio un vuelco, ¿qué le contestaba? , salí del paso como pude,

No te preocupes, espérame en casa, no se a que hora voy a terminar

Me quedé muda, "Q" había abierto mis piernas y se colocó su cabeza debajo de mi entrepierna, estaba de rodillas, abierta para él y mi sexo a escasos centímetros de su boca.

perdona estaba bostezando – le dije – Cuando salga te llamo y si es temprano vas a recogerme, ¿de acuerdo?

De acuerdo, ¿recordarás que tienes una deuda conmigo?

Ese fue el momento que eligió "Q" para soplar suavemente en mi sexo, mi corazón comenzó a latir con más fuerza, su calido aliento hizo que se me erizara el vello.

Si… - dije mientras emitía un suspiro.

Y ¿me vas a sorprender? – preguntó.

"Q" con un dedo, estaba marcando el relieve de mi hendidura y, yo, comenzaba a mojar mis bragas, mi vientre y mis pechos comenzaban a agitarse mientras mi cuerpo iba caldeándose.

¡Por supuestoooo! – le respondí tratando de disimular mi voz.

¿Estás caliente? –

Como nunca en mi vida – contesté.

Mis bragas se mojaban más y más. "Q" cogió una pequeña navaja de la mesilla y las rasgó por abajo, me quedó como una pequeña faldita, totalmente accesible a sus manos, noté las contracciones de mi vagina, quería que me tocara, necesitaba sentir sus caricias, oía la voz de mi marido pero mi cuerpo pedía sexo, comencé a girar mis caderas buscando el contacto de sus manos

¿y que me harás? – continuaba hablando mi pareja.

Lo que tú quieras – le dije, no podía contener mis gemidos.

¿Me dejarás estrenarte el culo? – preguntó.

Enrojecí, recordé como me lo habían desvirgado la noche anterior y… exploté, un torrente de flujo bajó de mi vientre, noté la boca de "Q" en el coño, se había incorporado para beberme, vi su cara brillante de mis flujos mientras me lamía con desesperación. Necesitaba entregarme a él, quería sentir como me taladraba el coño, como me sometía una vez más, mi húmeda vulva lo esperaba ansiosa

Ya… lo… pensaré… - dije con voz entrecortada – me estás poniendo a mil así que te dejo, te llamo luego, te quiero.

Me arrojé sobre "Q" y le cogí la polla, le hizo ponerse de espaldas y que recogiera sus piernas contra su pecho, tenía su culo y su miembro a mi disposición, comencé a lamerle desde los huevos hasta el ano, me mojé tres dedos en el coño y traté de abrírselo, el bufaba, con la otra mano le apretaba la polla, sentía como le palpitaba. Por fin su esfínter cedió, uno de mis dedos entró, redoblé mis esfuerzos y, rápidamente, pude introducir los tres, los moví con fuerza en su interior, "Q" botaba en la cama, jadeaba y movía la cabeza de derecha a izquierda, mientras le miraba pensaba en las veces que él me habría visto a mi así en esos casi dos días, abrió los ojo y dijo,

Me corroooo… -

¡Ni se te ocurra! - grité y le apreté fuertemente los testículos.

¿Que haces? ¡Estás loca!

No le hice caso, me metí la polla en la boca, no se como lo conseguí pero entró entera, su vello púbico estaba pegado a mis labios, jugué con mi lengua y labios hasta que la sentí dura como nunca, entonces, le hice estirar las piernas y puse las mías una cada lado de sus caderas, me fui agachando poco a poco, mis manos abrieron mi sexo para él y continué descendiendo, veía su miembro moverse incontroladamente, lo cogí con una mano y lo guié a la entrada de mi vagina, nos miramos y, sin hablar, yo me deje caer y él empujó con fuerza su pubis hacia arriba, mi sexo se abrió como nunca y noté como su polla impactaba en mi útero, grité incontroladamente, me había traspasado, tenia la sensación de que algo se rompía dentro de mí, mil olas de calor subían y bajaban por mi cuerpo. Yo, con la cabeza echada hacia atrás me deslizaba sobre su miembro. "Q" arrancó los restos de mi braguita y tomo mi clítoris con dos dedos, con su otra mano me apretaba los pechos con rudeza, notaba como mi caliente líquido no paraba de fluir mojando su pubis que, yo, notaba caliente. Sus embestidas eran cada vez mas fuertes, mis movimientos cada vez más débiles, la igualdad se había roto, me sometía de nuevo, me manejaba, imponía su ritmo, me sentía suya, era suya y solo pedía que, cuando el quisiera, me diera el regalo de su ardiente semen en mi vientre. Notaba como ya era él quién me subía y bajaba por su polla, yo estaba desmadejada y, si no me hubiera tenido sujeta, me habría derrumbado sobre él. Era como si tuviera dentro una barra al rojo, las paredes de mi vagina ardían y de mi boca salían palabras inconexas,

Tuya… tómame… te quiero…dame tu semen

"Q", manteniéndome penetrada se incorporó y me tendió, puso mis piernas sobre sus hombros y comenzó a moverse lentamente, yo gemía débilmente, me mordió los labios e incrementó el ritmo, mis gemidos se hicieron más altos

Háblame mientras te follo, dime que soy para ti – me dijo.

Suspiré, mi cabeza era un hervidero, ¿qué podía decirle mientras esa polla me llenaba de placer? Comencé a hablar entre gemidos,

Ahora eres mi hombre… mi "macho"… te he dado lo que no le he dado a nadie… me has convertido en una puta…cualquier hombre me hace correrme… me has hecho olvidar durante dos días a las personas que mas quiero… me has hecho feliz… me has enseñado lo que es follar

Mientras hablaba, "Q" ya no me follaba, me martilleaba el coño, se hundía en mí una y otra vez y yo gozaba, disfrutaba, me sentía plena. De pronto, mi cuerpo comenzó a convulsionar, mi cabeza iba a explotar, me sentía parte de él, lo quería y necesitaba que lo supiera. Él seguía sin parar, entrando, saliendo, entrando

¡Dame tu semilla! ¡Lléname el vientre! ¡Te quiero dentro de mí! – rogué.

"Q" metió dos dedos en mi boca, los chupe con desesperación, los mamaba como si fuera su polla, de pronto se incorporó, la sacó casi por completo y me embistió como si efectivamente, quisiera meterse en mi interior. Sentí borbotones de lava ardiente en mi interior, mi vientre se quemaba mientras salían de mi lo que parecían ser litros de flujo. Le tomé por detrás del cuello y le atraje hacia mí, nos besamos con pasión, abrazados y unidos por la boca estuvimos varios minutos.

Nos tendimos en la cama y entrelazamos nuestras manos, mirábamos al techo sin hablar, yo aún estaba bajo los efectos del polvazo que habíamos echado, sentía nuestros flujos en los muslos y los temblores de pecho y vientre, pensaba que esto se terminaba y así rompí el silencio,

Bien – dije – esto llega a su fin.

Esto está empezando – respondió él, apretando mi mano.

¿Tú crees?

Y tu también, ¿o no? –

Será muy difícil mantener una situación así – argumenté yo.

También era difícil lo de este fin de semana y aquí estamos, no sabes en la cantidad de sitios que tenemos que follar- contestó.

Intenté imaginar donde me querría follar, ascensores, bares, parques… lo dejé, sabía que lo haría donde quisiera.

Bueno –dije – tendremos que pensarlo mucho y tener cuidado.

Lo pensarás el tiempo que tardes en llegar al sitio en el que yo te espere cuando te llame – respondió.

Callé, sabía que no podía oponerme a él… ni yo lo deseaba, esperaba mas sesiones como las que habíamos tenido y mejores, si es que ello fuera posible. Debía olvidarme de convencionalismos y vivir, solté su mano y lo tomé de la polla, diciéndole,

Cada vez que quieras seré tuya, si me llamas, acudiré y me entregaré a ti. –

Vamos a ducharnos –dijo levantándose.

Nos fuimos al cuarto de baño y nos duchamos juntos, nos masturbamos, intenté "ordeñarle" pero me pidió tregua, el hizo que me corriera con un dedo en el culo y dos en el coño, jugamos como críos y nos besamos como adolescentes, parecía que queríamos tener una tregua tras las horas de lujuria que llevábamos. Cuando terminamos de asearnos salimos desnudos al dormitorio, vi que solo me quedaban unas braguitas celestes, me reí y le dije que habíamos calculado muy bien, el me dijo que necesitábamos una más pero que él lo había previsto y sacó unos pantaloncitos de seda blanca que transparentaba todo. Me puse mis bragas, decidí no llevar sujetador, y el vestido blanco abierto, dejé dos botones desabrochados por abajo y al andar se me veía medio muslo. A continuación hicimos nuestras pequeñas maletas y las dejamos para que las recogieran, nos miramos y nos abrazamos, "Q" fue empujándome hasta que me pegó a la pared, comenzó a morderme los labios mientras sus manos recorrían todo mi cuerpo, cerré los ojos y me dejé hacer, empezando por arriba fue quitando todos los botones del vestido, primero aparecieron mis pechos ya agitados por mi respiración y con los pezones grandes y duros, después mi vientre que temblaba de excitación y, por último, el monte de Venus mal cubierto por las pequeñísimas bragas, sacó el vestido y lo tiró, se separó de mi y me miró yo me quedé pegada a la pared, cubierta solo por la pequeña prenda celeste, separé las piernas y levanté los brazos por encima de mi cabeza ofreciéndome a él, mis pezones apuntaban al techo y, mi coño, empezaba a destilar líquido. Esperaba impaciente que viniera a tomarme, el se acercó y me mordió un pezón, yo le ofrecí el otro que, ahora, chupó, continuó besándome y mordiéndome cuello, labios, pechos, axilas… lentamente fue bajando una mano que me acarició vientre, ombligo, caderas, hasta que llegó a mi sexo, jugó alrededor de él pero sin tocarlo directamente, acariciaba las ingles, el vello púbico, los muslos, pero ni rozaba el coño que se contraía pidiendo atención, yo notaba como mi braguita se iba mojando, mantenía la misma postura indicándole que estaba a su disposición y él me hacía sufrir, como siempre, quería llevarme al límite. Metió una mano por la parte superior de la braga y se entretuvo en acariciar el vello, delineó la costura por fuera, yo jadeaba e, interiormente y pedía que empezara a "castigarme" ya. De pronto, sentí como un dedo me rozaba el clítoris, me envaré, el roce se fue haciendo más intenso, mi sexo comenzó a temblar y mi flujo comenzó a manar en gran cantidad, notaba las bragas chorreando, el líquido caía al suelo y salpicaba mis piernas y mis caderas se retorcían con impaciencia. Después de machacarme el clítoris, el dedo bajó al surco que dividía mis labios, subió y bajó una y otra vez hasta que logró que mi sexo ardiera, entonces se metió en mi vagina y la recorrió hasta donde pudo, a esta alturas, yo gemía como una perra, me sentía una perra que solo quería que la montaran, mi cuerpo entero pedía sexo pero seguía allí, pegada a la pared esperando que mi "macho" decidiera cuando era el momento. Un fuerte tirón me arrancó la única prenda que me cubría, sus manos se apoderaron de mi parte mas íntima y comenzaron a machacarla, no se lo que me hicieron, los dedos entraban, acariciaban, estrujaban, pellizcaban… mis sensaciones se multiplicaban, mi coño era un grifo del que no paraban de manar flujos, era una corrida continua, "Q" no paraba de mover sus dedos, mientras arriba, su boca hacía estragos en mis tetas y axilas, las mordía, besaba, lamía… yo seguía con mis manos sobre la cabeza, jadeando, gimiendo y expuesta a él, a mi "macho".

"Q" se separó de mí, observé como se dirigía hacia una butaca, la cogió y la puso frente al espejo en el que me vi reflejada la noche en que me folló por primera vez, yo continuaba inmóvil esperando lo que él dispusiera, estaba mojadísima, aun notaba hilos de flujo corriendo por mis piernas, estaba ardiendo, necesitaba que me follaran. Me miró y me pidió que me acercara, obedecí de inmediato me paré delante de él, me tomó de un brazo y me colocó encima de un brazo de la butaca , levanté la mirada y me vi reflejada en el espejo, me impresionó, estaba congestionada, sudorosa, temblorosa, pero lo mas impactante era la expresión de mi cara, era la de una persona esperando ser follada, parecía estar preparada para un sacrificio, pero no era así, quería ser follada, quería ser tratada de este modo y me encantaba. Se puso a mi espalda, levanté el culo para él, deseaba hacerle ver que era suya… que estaba a su disposición… que podía hacer de mí lo que quisiera… que podía usarme del modo que deseara, movía mis caderas retándolo, provocándolo, ansiaba sentir sus manos sobre mi piel que, cada vez , sentía más caliente. A través del espejo vi como acercaba sus manos y cerré los ojos, me puso la mano en el coño y sentí como si quemara, un gemido escapó de mis labios, comenzó a pasar toda la mano, me sobaba mi empapado sexo que se abría y cerraba incontroladamente, era su puta, me sentía manoseada y me gustaba esa sensación, me restregaba contra su mano sin pudor ninguno. De pronto, arrastró su mano hasta mi culo, lo estaba lubricando con mis flujos vaginales, apoyé mi cabeza en el asiento y, con mis manos, separé mis glúteos y le dejé totalmente expuesto mi ano. Repentinamente me introdujo la polla en la vagina, mi cuerpo se tensó, después de jugar unos momentos dentro de mi, la saco y me la puso en el culo, siguió el surco arriba y abajo, e intentó meterla, involuntariamente mi esfínter se cerró, ahuequé un poco el vientre y, por entre mis muslos, llevé una de mis manos a mi sexo embadurnándola de jugos, la devolví a mi orificio posterior y traté de meter dos dedos en él, "Q" mientras tanto, me penetro otra vez por el coño. Mi culo se iba abriendo paulatinamente, mis dedos y su polla que alternaba ambos agujeros, lo estaban consiguiendo, ese particular calor que crecía en mi cuerpo cuando invadían mis entrañas se incrementaba segundo a segundo y una especie de lamento salía de mi garganta, de pronto, una embestida más fuerte, hizo que parte de su polla entrara en mí, se me escapó un grito y lágrimas me mojaron el rostro, me mordí los labios. "Q" me pidió que me tocara el clítoris; con esfuerzo volví a llevar una mano a mi sexo y comencé a acariciarme, el siguió intentando progresar lentamente, sentía como poco a poco me iba invadiendo, aunque el dolor se atenuaba paulatinamente, mis dedos recorrían cada rincón de mi coño y el intenso calor que me ahogaba se iba haciendo más llevadero, mis caderas empujaban hacia atrás buscando una penetración más profunda y mis gemidos de placer/dolor se convertían en jadeos de pasión. El presionaba cada vez más y, pronto, sentí su vello púbico rozando mi piel, mi coño goteaba, saqué la mano y la llevé al asiento, me apoyé en las dos y empujando fuertemente me clavé su polla hasta el fondo, una sensación de sofoco me invadió pies a cabeza. Tras un momento de descanso comenzó a moverse lentamente dentro de mí, el calor interior iba subiendo mientras el dolor se había convertido en una leve molestia, moví mis caderas pidiéndole más. El entendió enseguida y aumentó su ritmo, yo le respondía ondulando mi cuerpo con lujuria, "Q" empujaba cada vez con más fuerza y yo intentaba seguirle, quería estar a su altura pero el placer me iba ganando, me la metía y sacaba frenéticamente y mis caderas se vencían ante su empuje, yo gritaba sin tapujos, no me importaba donde estaba, él me estaba llevando al paraíso y mi mente se lo agradecía a través de mis gritos y gemidos. Levanté la cabeza y me miré al espejo lo que vi hizo que de mi vientre brotara un borbotón de jugos, tenía el pelo sobre mi desencajada cara, la saliva colgaba de mi abierta boca, las aureolas estaban mas oscuras y grandes que nunca y los pezones parecían querer salirse, mis pechos botaban sin control. "Q" comenzó a azotarme los glúteos rítmicamente, con un esfuerzo los levanté para que supiera que quería que siguiera, estaba ciega y sorda, solo el tacto de su polla en mi interior y el calor que me embargaba, me decían que estaba viva. Justo en ese momento "Q" eyaculó, sentí como su caliente esperma me llenaba y aullé,

¡¡¡Me corrooooooooooo!!!

Chorros de flujo cayeron en mis pies mientras yo me hundía en el sofá. Deshecha, notaba mis contracciones que apretaban la, todavía, bastante grande polla de "Q". Pasados unos minutos, se salió de mí, me incorporó, me llevó a la cama y nos derrumbamos en ella. No se que tiempo estuvimos tendidos, pero "Q" me dijo que teníamos que comer, le contesté que deberíamos asearnos, me repuso que quería que llegara a casa oliendo a él, no me resistí. Nos levantamos y me puse de nuevo el vestido blanco y, tal como hice la primera vez, desabroché los dos botones de abajo. "Q" se acercó y me puso las bragas/pantaloncito de seda, efectivamente se transparentaba totalmente y al ser tan amplias, se tenía un fácil acceso al coño. Bajé el vestido miré a mi amante y… desabroché un tercer botón, cualquiera que se fijara, me vería perfectamente las bragas.

Nos fuimos a la terraza, "Q" me dijo me íbamos a comer en la terraza, podíamos quedarnos en la habitación hasta las seis y así descansábamos un poco. Llamé a mi marido y le dije que me esperase entre siete y ocho, después salimos, la mesa estaba servida con diferentes viandas, nos sentamos y comimos sin muchas ganas, ya si se había acabado el tiempo, al menos por esos días. Prácticamente no cruzamos palabra, solo nos mirábamos de vez en cuando y, yo, pasaba revista en mi mente a las últimas cuarenta y ocho horas. Le comenté que iba a acostarme un rato, estaba muy cansada y lo necesitaba, me fui al dormitorio que volvía a estar en perfecto estado, me quité el vestido y me tiré encima de la cama, "Q" llegó y me tapó con una colcha, se lo agradecí interiormente y me dormí.

Desperté sobresaltada, "Q" me sacudía,

Vamos, es la hora – me dijo.

Me levanté lentamente y me dirigí al cuarto de baño, hice mis necesidades, me refresqué un poco y me maquillé intentando tapar el máximo posible de huellas de ese increíble fin de semana, el resultado no fue malo, pero era difícil borrar la cara de agotamiento que tenía, en fin, pensé, ya vería que excusa daba a mi marido. Pensé lavar mis partes íntimas, pero recordé lo que dijo "Q" y no lo hice, me peiné y salí al dormitorio, él me esperaba y las maletas ya no estaban, me puse el vestido y salí,

He pensado que te llevo yo, te dejaré en una parada de taxis lejana a tu casa –

De acuerdo – contesté.

Antes de salir miré la cama, la pared en la que había sido follada dos veces y el espejo que fue testigo de mi total sumisión, sentí un leve cosquilleo en el vientre, "Q" me esperaba con la puerta abierta, me volví y salí. Bajamos directamente al aparcamiento y en silencio entramos en el coche. El regreso fue triste, no sabíamos de que hablar, fue "Q" el que rompió el silencio,

Anoche me dijiste que me querías –

¡Claro que te quiero! –dije, rompiendo a llorar – como no te voy a querer, ¿crees que a todo el que pasa le dejo hacerme lo que tú me has hecho?

Perdona

No lo dejé seguir

¡Te he dado cosas que no le he dado a nadie, ninguna persona me ha poseído como tú… hasta mi mente te pertenece! Pero también quiero a mi marido y quiero vivir y ser feliz con él y con mi hija, pero ahora estás tú, y cuando me llames iré y me follarás o harás que me follen - yo hablaba y lloraba desconsoladamente – y nuevamente volveré a casa, ¿cómo podremos mantener esto? no lo sé, pero como tu bien sabes, necesito ese sexo que tu me has mostrado.

"Q" no hablaba, conducía muy serio con los ojos fijos en la carretera, le miraba e iba recordando cada uno de los momentos que me había hecho vivir, puse una mano en su muslo y me abrí el vestido, secando mis lágrimas le dije,

Mira si te quiero –

"Q" dio un volantazo pero se hizo enseguida con el coche,

¿Qué haces? – gritó.

Lo que a ti te gusta- le contesté mientras levantaba el culo y me bajaba las bragas.

Giró a la derecha y se metió en un desvío, conducía y me miraba de vez en cuando, yo permanecía con las piernas abiertas y los pechos al aire. Entró por un camino de tierra y paró en un pequeño claro.

¿Te has vuelto loca? ¿Querías que nos matásemos?

Yo no le contesté, subí la mano por su muslo y comencé a acariciarle la polla por encima del pantalón, se quedó helado, abrí la cremallera del pantalón y se la saqué, agaché la cabeza y me la metí en la boca, jugué con mi lengua en su glande y ensalivé su tronco hasta donde pude alcanzar, notaba como crecía en mi boca y, sin sacármela, le desabroché el cinturón y abrí el pantalón, "Q" se levantó un poco y tire de ellos hasta dejarlos a sus pies. Me separé de él y me quité el vestido,

Vámonos atrás- le dije.

El terminó de sacarse los pantalones y corrió los asientos hacia delante, yo esperaba desnuda fuera del coche, le pedí que entrara él y se sentara, así lo hizo. Yo entré a continuación y continué con lo que estaba haciendo, me metí la polla en la boca y seguí chupándola y mordiéndola, mientras que una de mis manos apretaba y sobaba sus testículos, mis dedos se paseaban desde la base de su miembro hasta el ano y sus quejidos iban aumentando de trono. Cuando creí que era el momento oportuno, la saqué de mi boca, abrí los muslos y puse uno a cada lado de su cuerpo, cuando el coño rozaba su glande, me lo abrí con las dos manos y me incrusté en él, ambos gritamos al unísono, lo abracé y puse su cara en mis pechos, empezó a morderlos y chuparlos mientras yo me deslizaba a lo largo de su polla, uno de sus mordiscos me hizo daño y yo aumenté mi ritmo, mi coño se iba licuando mientras se acentuaba el roce de su miembro,

¡Dame más!- le pedía.

El intentaba aumentar la fuerza de sus penetraciones y no cesaba de "maltratarme" las tetas, rodeó mis caderas con sus brazos y me introdujo un dedo en el culo, entro con toda facilidad y yo boté con más energía encima de él, estaba a punto de correrme e intenté intensificar mis sensaciones, me tiré hacia atrás y me recosté en los respaldos de los asientos delanteros, estábamos unidos por nuestros sexos, miré y vi como salía y entraba en mí, me excitó ver como nuestros vellos púbicos se confundían, adelanté una mano y me toqué el clítoris… el mundo desapareció de repente,

¡¡¡¡SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!! – grité con toda mi alma, mientras mi cuerpo se desbordaba.

¿Has terminado? – oí que me preguntaba.

Siii – le contesté desfallecida.

Yo no – dijo dando un fuerte golpe de caderas y haciéndome sentir su polla en el último rincón de mi cuerpo. Un intenso calor en mi interior me hizo saber que, nuevamente, se había derramado dentro de mí.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo y un sollozo de placer salio de garganta. Me incorporé y me abracé a él de nuevo, metí la lengua en su boca y le besé con pasión, me separé, le miré con lujuria y le pregunté:

¿Te quiero? –

Algún día me tendrás que contestar a cuantos le dirás eso en el futuro – respondió.

No le respondí, pero me dije que tendría que analizar esa frase, puse mi cara en su pecho y esperé que su polla saliera de mí, entonces cogí las bragas se la limpié con ellas y se las entregué,

Toma, tu último trofeo… por ahora – le dije

¿Vas a ir sin bragas? – preguntó.

Y llena de tu semen ¿te gusta? – respondí.

Sonreímos los dos, nos vestimos y continuamos la marcha, durante el regreso mi vestido estuvo abierto hasta la cintura todo el tiempo, "Q" lo acarició hasta la extenuación, compartimos el semen y el flujo que rezumaba de mi coño y así… fue mi iniciación en el insondable mundo del sexo que, después de muchos años, sigue siendo primordial para mi, lo he disfrutado y lo disfruto, muchas han sido mis ¿aventuras? y algunas dignas de contar pero lo que llevaba mucho tiempo pensando era compartir lo que he compartido con vosotros, fue una experiencia alucinante y nunca me arrepentí de ello.

¿CONTINUARA?