Historia de Q 2

Una mujer casada encuentra lo que ¿quizás buscaba?.

Mi marido estaba un poco desconcertado, por una parte, mi actividad sexual le tenía loco, pero mi negativa, la primera en casi dos años, parecía haberle afectado. Yo estaba apenada porque lo quería, me satisfacía y era el hombre de mi vida, pero también sabía que no podía desaprovechar la oportunidad que "Q" me estaba brindando, estaba convencida de poder hacer compatibles esa nueva vida que añoraba y mi vida familiar, era muy difícil, necesitaría mucha suerte y, si era descubierta, muchísima comprensión.

Todos estos pensamientos pasaban por mi mente mientras esperábamos el taxi que nos llevaría a casa de "Q", este nombre hizo que "despertara", iba a verle y, seguro, que a algo mas, mi coño empezó a responder a este estímulo y deseché mis dudas. El taxi llegó y mi marido se sentó delante, probablemente enfadado conmigo, yo fui a abrir la puerta trasera cuando vi que ya la abría el taxista, levanté la vista para darle las gracias y un estremecimiento me recorrió, aquél me miraba de igual forma que "Q" en el inicio de esta aventura. Mantenía la puerta abierta y yo no podía apartar mi mirada de el, decidí que se merecía una pequeña recompensa y viendo que mi marido tenia la vista fija al frente, me levanté el vestido casi hasta la cintura y entré, los ojos del taxista parecieron salírsele de las orbitas cuando vio mis piernas desnudas y mi zona púbica mal cubierta por mi tanga, cerró la puerta y se subió. Vi como manipulaba el retrovisor e imaginé para qué, me había calentado y se lo había ganado, le di una buena exhibición durante el trayecto. Al llegar a nuestro destino, se bajó rápidamente para abrirme la puerta, me miro a los ojos y después al pubis, mi pecho empezó a palpitar, abrí las piernas y le dejé disfrutar por unos segundos, de una visión preferente de mi coño. Alargó la mano, pensé que para ayudarme a salir, pero la dirigió directamente a mi entrepierna, le miré y nuevamente me abrí, el suavemente me pasó la mano por encima del tanga y mi vientre se estremeció. Me tomó de la mano para a salir y vi que me había pasado un papel, levanté la vista y el tenía sus ojos fijos en los míos, apreté el papel y bajé la mirada. Mi marido no notó nada, pagó, me tomó del brazo y nos dirigimos a la casa, me pregunté ¿qué me esperará esta noche?, notaba el tanga mojado y pensé cuanto tiempo tardaría "Q" en quitármelo.

"Q" y su esposa salieron a recibirnos y tras los saludos rituales, nos pasaron a una gran terraza que era donde íbamos a cenar. Yo busqué la mirada de "Q" pero el no parecía dispuesto a "jueguecitos" tempranos. Tomamos unos aperitivos y hablamos durante un rato de cosas triviales. Cuando menos lo esperaba, "Q" me miró y dijo "Necesito ayuda", me ofrecí de inmediato y aunque su esposa trató de hacerlo ella, "Q" consiguió que yo fuera su ayudante, comentó que íbamos a elegir los vinos y me llevó a una habitación en la que había una gran mesa, un par de ordenadores y un mueble para vinos, pensé que era su refugio. Nada mas entrar y sin decir palabra, me subió el vestido hasta el cuello e hizo que lo sujetara, miró el tanga y dijo - Me encanta tu regalo-, a continuación comenzó a sobar mis pechos, lo hacia con rudeza y yo empecé a gemir, bajó la cabeza y me besó los pezones. Inopinadamente, me soltó los lacitos del tanga, abrí las piernas y cayó al suelo, me abrió los labios vaginales y comenzó a acariciarme lentamente el clítoris, mis jadeos iban en aumento, una especie de fuego me subía hacia el pecho y no sabía si iba a poder aguantar sin gritar, de repente, incrementó el ritmo y me metió un dedo en el culo, pensé que se hundía el suelo a mis pies y abrí la boca para gritar pero el me la tapó con un beso, el primero, solté un bufido en su boca al tiempo que una catarata se desbordaba en mi vientre y se derramaba en el suelo. ¿Qué me daba? ¿Cómo me arrancaba esos orgasmos?, estaba como en una nube, no me importaba que a escasos metros estuvieran su mujer y mi marido, me estaba llevando a la cima del cielo y no habíamos hecho mas que empezar.

Me arregle como pude mientras el elegía unas botellas y regresamos, le pregunté por el charco que había quedado en el suelo, me sonrió y me dijo –No te preocupes, se nos ha caído otra copa – recordé el Púb. y me estremecí.

Mientras, nuestras parejas habían llevado la cena a la mesa y hababan animadamente, les oía pero no los escuchaba, mi mente no descansaba, miraba a "Q" y sabía que estaba maquinando algo, ¿qué era lo próximo que me esperaba? Lo temía y, al mismo tiempo, lo anhelaba.

Nos sentamos a cenar, mi marido y su esposa frente a nosotros. "Q" estaba a mi derecha y hablábamos de diferentes temas. Mi marido propuso hacer un viaje por Asturias los cuatro y a todos nos pareció bien, me iba tranquilizando y mi tensión parecía disiparse. De repente me sobresalté, sentí que una mano subía por mi muslo, intenté disimular como pude pero cuando la mano llegó al coño y empezó a acariciar mi vello púbico, recordé el tanga, estaba en el suelo de la habitación, rápidamente pedí disculpas y me levanté para ir al servicio, la mujer de "Q" quiso acompañarme y le dije que no era necesario, ya sabía donde estaba. Me fui directamente a la habitación, no vi el tanga pero sí una mancha en el suelo que hizo que mis pezones se endurecieran. Busqué debajo de los muebles y nada, ni rastro, me volví hacia la puerta y allí estaba "Q" sonriendo con el tanga en la mano - ¿Lo buscabas? –. Le dije – "Q", nos van a echar de menos -, "no te preocupes" contestó "he dicho que iba a buscar cava y ellos están retirando la mesa. Por cierto ¿quieres beber algo? y me miró, supe lo que tenía que hacer. Me acerqué a el y, sin decir una palabra, empecé acariciarle la polla por encima del pantalón, sentí su calor y noté como crecía bajo mis caricias, bajé la cremallera y la saqué, era la primera vez que la veía y la miré con deseo, ella y la mente de su dueño me iban a dar muchas horas de placer. Me arrodillé y empecé a lamerle el glande, "Q" comenzó a gemir, me la metí en la boca todo lo que pude, empapándola con mi saliva y moviéndola arriba y abajo, "Q" gemía con mas fuerza, echando su cabeza hacia atrás, introduje una mano en la bragueta y busqué sus testículos, estaban duros y llenos, "Q" parecía que iba a acabar, en ese momento se oyó a su mujer - ¿Tardáis mucho? – "Q" contestó como pudo – Enseguida vamos -, elegí ese momento para sacarme la polla de la boca, le miré a los ojos y le dije – Quiero la leche de mi macho – me la introduje de nuevo y tiré con fuerza del prepucio hacia atrás, "Q" emitió un gruñido y se vació en mi boca, le miré y le mostré como la tragaba – Es la primera vez que pruebo el semen – le dije - ¿Y te gusta? – El tuyo sí – respondí. – Te lo daré con frecuencia – sentenció, le limpie con un pañuelo nos arreglamos la ropa y volvimos con nuestras parejas. Mi marido al vernos - ¿Qué estabais haciendo?, a ver si vamos a tener que pensar mal – "Q" riendo, le contestó – Por desgracia solo le enseñaba algunos buenos vinos, además tienes una mujer muy guapa a la que dedicarle cinco o diez minutos sería una grosería, ni creo que ella se conformara con eso, de hecho, el día que nos vayamos a la cama le dedicaré como mínimo una noche – Yo trague saliva pero los tres empezaron a reír. Abrimos unas botellas de cava y brindamos por los tópicos de siempre, la amistad, el amor, la familia, etc. De repente "Q" levantó su copa y dijo - ¡Por mi proyecto actual ¡ - y me miró, todos levantamos la copa y brindamos mientras mi vientre temblaba, solo "Q" y yo sabíamos que su proyecto estaba allí y desnuda debajo de su vestido. La mujer de "Q" pidió a mi marido que le ayudara a preparar el hielo y las copas largas y bromeó – Dejemos a los enólogos solos -.

Me apoyé en la terraza mirando a la calle y rememoré lo ocurrido en las últimas horas, le había negado sexo a mi marido, me había exhibido delante de un taxista poniéndole el coño, mal cubierto por un tanga, a escasos centímetros de sus ojos y permitiéndole que me lo tocara, me habían masturbado a escasos metros de mi pareja y de la de mi masturbador y, por último, le había hecho una mamada a mi "macho" bebiéndome su semen, ni el de mi marido había probado. ¿Hasta donde iba a llegar?, la respuesta fue instantánea, hasta donde "Q" quisiera. En ese momento reviví la mirada del taxista cuando me iba a subir al taxi y recordé el papel que me dio, lo había metido en el bolso, lo abrí y lo busqué, solo ponía un nombre "A" y un número de teléfono, lo arrugue para tirarlo, en ese instante vi que "Q" me miraba fijamente, volví a meter el papel en el bolso y me apoyé de nuevo ahora de espaldas a la calle. Se acercó a mí lentamente y me preguntó que quería beber, le pedí un gin tonic y observé como se alejaba. Vi como se acercaba a un equipo de música y miraba varios DVD, por fin se decidió por uno y lo puso, a continuación se acercó a la mesa donde estaban su mujer y mi marido preparando las bebidas, ella le dio dos copas, se acercó y me dio una - ¿Qué te pasa, no hablas? -, yo tenía la boca seca, tomé un trago y le pregunté - ¿por qué no suena la música? – el sacó un mando a distancia, pulsó un botón y la música comenzó a sonar, para mi sorpresa, aunque no se como me sorprendía, la canción era el tema central de Enmanuelle, "Q" me miró y yo no pude aguantarle la mirada, vi como su pareja y mi marido empezaban a bailar, yo seguía apoyada de espaldas a la calle y "Q" delante de mí mirándome. Acercó su mano a mi pubis y empezó a acariciarme por encima del vestido, exhalé un suspiro y me mordí los labios, aumentó su presión y mis flujos comenzaron a resbalar por mis piernas. –Por favor- musité, él sin dejar de acariciarme me preguntó –Que quieres que haga? – Baje mis ojos y le contesté – Sigue, no pares -. De repente vi que nuestras parejas se acercaban a nosotros y se lo advertí, apartó la mano y se volvió. - ¿Qué hacéis? – preguntó su mujer. "Q" no dudó, - Hablábamos del viaje a Asturias, tenemos que preparar un itinerario gastronómico-turístico, ellos se encargarán de la gastronomía y tu de los lugares de interés - , su mujer le preguntó - ¿y tú? -, - Yo prepararé las sorpresas – respondió. Mi vientre recogió el mensaje.

El equipo de música seguía desgranando canción tras canción, reparé en que todas eran temas de películas de temática erótica, "7 semanas y media", "El último tango en Paris", "El portero de noche"…, "Q" continuaba dándome pistas del tratamiento que me esperaba y mi cuerpo y mi mente las recogían de inmediato, notaba mi coño mojado, pensé que lo tenia así desde que me miró el taxista y me pregunté cual sería el siguiente paso.

Mi marido me cogió del brazo y me sacó a bailar, la pieza que sonaba era "J´ai t´aime mais non plus", me apreté contra el y comenzó a hablarme al oído, me preguntó que por qué le había rechazado esa noche, que si aun le quería, que si me daba placer en la cama. Yo le daba pequeños besos y le contestaba que no le dejé para no retrasarnos, que le quería y que me follaba muy bien, hablar de esto y mirar a "Q" fue instantáneo, el también bailaba con su mujer, al ver que lo miraba empezó acariciarle los pechos, ella trataba de apartarle las manos, pero "Q" insistía, sentí una pequeña punzada de ¿celos?, no se, pero me hubiera gustado que aquellos pechos hubieran sido los míos.

Terminó la pieza y las dos parejas nos separamos, mi marido fue a la cocina a por hielo y "Q" me hizo una seña, se dirigió al fondo de la terraza y ahora fue el él que se apoyó de espaldas a la calle, yo me puse delante de él y le pregunté si nos miraba su mujer, - No, está buscando música – respondió, sin mas, baje mi escote y aparecieron mis pechos hinchados y con los pezones grandes y duros, me los cubrió con sus manos y me los acarició lentamente.

¿ Te gustan mas que los de ella?- pregunté.

  • Los conozco más que los de ella – contestó

Sentía una fuerte opresión en el pecho, le pedí:

Muérdeme los pechos.

Tu marido viene hacia aquí.

Me quedé paralizada pero el se agachó me mordió un pezón y después el otro y me subió el escote, unos segundos mas tardes mi marido estaba junto a mí, el pecho me subía y me bajaba sin control, creía que nos había visto pero no, me dio un beso en la mejilla y me pregunto, ¿nos tomamos una copa y nos vamos?, antes de que respondiera, "Q" intervino, - Recuerda que antes de irte te de el libro que querías De - - De acuerdo – le contesté. Mi marido preguntó - ¿Qué libro es? – "Q" le dijo – Un compendio de artículos de García Márquez –. – Ven - me dijo – ayúdame a buscarlo –

  • Vamos – y dirigiéndome a mi marido le pedí. - Anda cariño, prepárame la copita – le besé en los labios y me fui con "Q", la pareja de este nos miró riendo y dijo: - Menos mal que esta vez vais de "cultos" y no de "borrachos" – reímos todos, pero mi coño empezó a rezumar jugos por enésima vez en la noche, ¿Qué "cultura" pensaba inculcarme "G"?.

Fuimos por tercera vez en la misma habitación, nada mas entrar me sacó el vestido por la cabeza, yo me dejaba hacer, por primera vez me tenía completamente desnuda, solo tenía puestas mis sandalias de tacón, me cogió en brazos y me tendió en la mesa empezó a besarme y morderme los labios al tiempo que me apretaba los pechos y pellizcaba los pezones, empecé a gemir como una loca, sacó el tanga del bolsillo y lo metió en mi boca. Bajó sus manos y me acarició las ingles y el vello púbico, yo estaba ardiendo, arrastró mi culo por la mesa y dejó mis piernas colgando y el coño totalmente expuesto, me abrió las piernas y se sacó la polla.- Va a follarme – pensé, algo subió por mi columna y estallé, me pareció que litros de flujo salían de mi coño, emitía gruñidos a través del tanga que olía sexo, esperaba la penetración de un momento a otro y cerré los ojos, sentí un cosquilleo en el clítoris, miré y vi que su polla se paseaba por todo el coño pero sin penetrarme, subía, bajaba, giraba por todo mi sexo, de nuevo sentí que una explosión se acercaba, me incorporé un poco, alargue las manos, tomé sus testículos y apreté, "Q" emitió un quejido, me quitó la polla de las manos, y empezó a regarme de semen todo el cuerpo, los pechos, el vientre, el coño, los muslos, mientras yo convulsionaba de placer. Tras unos momentos me levanté, me quité el tanga de la boca me agaché y le chupé la polla hasta dejarla brillante. "Q" me puso el vestido sin dejar que me limpiara y me dijo: - He marcado mi territorio, todo lo que está lleno de semen me pertenece, tu cuerpo es mío y, en poco tiempo, tu mente también lo será. – Le contesté - Ya es tuyo – "Q" repuso – Tu misma sabrás y me dirás cuando me pertenezcas completamente.-

Cogimos el libro, yo me fui al servicio y "Q" volvió a la terraza. Fui a lavarme pero algo me dijo que no era lo que él querría, decidí no hacerlo, me acostaría llena del semen de mi "Macho" (otra vez me salía esta término que nunca había utilizado ni me había gustado, pero que, sin duda, era la que reflejaba lo que "Q" era para mi) y lo sentiría en mi piel toda la noche. Me puse un poco de desodorante y de colonia que encontré, para intentar paliar el olor a sexo, no sabía si lo notarían pero me daba igual, una nueva etapa de mi entrega había pasado… y me había encantado. Regresé a la terraza y comenté con la pareja de "Q" que había utilizado desodorante y colonia porque olía mucho a sudor, al parecer no notaron nada y el final de la velada fue muy tranquilo, tomamos la "espuela", hablamos de cosa intrascendentes y fijamos una cena en nuestra casa en una o dos semanas. Estaba convencida de que para entonces la "consumación" se habría producido y mi coño usado por "Q" muchas veces.

Mientras esperábamos el taxi, mi marido fue al servicio, "Q" y yo nos quedamos un par de minutos solos. Me miró sonriendo y dijo. – Hueles a puta –. Yo le contesté, - Voy impregnada de tu semen, no me lo he limpiado y sí, soy tu puta. –

Cuando llegó el taxi tuve la secreta esperanza de encontrarme al mismo taxista, si era así, le iba a enseñar el coño pero esta vez desnudo. Sufrí una pequeña decepción cuando vi que no era él.

Mi marido me preguntó que si lo había pasado bien, le contesté que mucho. Después quiso saber si me parecía bien lo de Asturias y le respondí que me apetecía.. Ya en casa quiso que follaramos, le mentí diciéndole que me acababa de bajar el periodo y que estaba muy molesta. Aquella noche dormí con un camisón y el semen de "Q" sobre mi cuerpo.

(continuará)