Historia de mi vida, Capítulo 2

Veo a tantas parejas andando por la calle de la mano y yo me pregunto, ¿Cuándo estaré yo así? Ya ha pasado cinco años y aún tengo sueños agradables y no tan agradables con ella...

Creo que me perdí porque aún le sostenía la mano y me puse nerviosa y le solté la mano. Dios, pero sus ojos…  Definitivamente me perdí en ellos, eran tan bellos...

  • ¡Sia, vámonos! – Gritó un chico a lo lejos. Era obvio, una hermosa mujer como ella debía tener novio y ahora que lo pienso, es menor que yo, puede que tenga unos 17, sí, tal vez… Pero no podía negar que era hermosa.

  • ¡Apúrate! – Gritó a lo lejos la niña quien ya se había alejado de nosotras.

  • Fue un gusto conocerte, Sia… - Tenía que ser realista, he conocido a muchas mujeres pero ninguna me llamaba la atención con ella.

  • Igualmente, Jayde… - Sonrió y ambas estrechamos manos en forma de despedida, podía notar que no era de aquí. Ella se subió a aquel auto rojo y se alejaron y yo como estúpida aquí parada. Decidí sacar toda mi curiosidad en otro maratón de quince vueltas y al terminar me dirigí de nuevo al apartamento y me di una larga y “relajante” ducha. Al terminar de ducharme, peine mi larga cabellera (que por cierto, es castaño claro y con pequeñas ondas que le dan estilo), me coloque unos pants cómodos, una camisa blanca y los primeros zapatos que encontré, que eran unos converse. Agarre mi teléfono, mi identificación, un poco de efectivo y salí a comprar el desayuno, porque algo estaba seguro, el apartamento se incendiaria. (Yo no sé cocinar, si lo sé, soy patética) No iba a esperar que se levantara Kim hasta las diez porque seguramente yo ya estaría muerta. Kim es la que me alimenta, pero una vez a la semana o cada vez que se levanta antes que yo.

Lo bueno es que vivimos en el Barrio de Jordaan (Exactamente en Brouwersgracht, ¿No saben dónde queda? ¿El canal de los cerveceros?) Así que no se me dificulta mucho en el tema “ir a comprar”. Llegue a ‘Tazzina’ y ordene mi desayuno y el de Kim (Vean, no soy mala después de todo). Después de recibir mi enorme pedido me dirigí de nuevo al apartamento que estaba prácticamente a tres calles de ahí.

Termine de comer y decidí ir a despertar a Kim. Camine hasta su habitación y abrí la puerta de golpe y no había nadie en la cama pero estaba hecha un desastre. No había nadie hasta que dirigí mi mirada al balcón que tenía ella en su habitación y me encontré una escena perturbadora para mí, me di la vuelta y salí de ahí lo más rápido que pude. Lo único que vi era a Kim con un arnés embistiendo salvajemente a una rubia quien estaba pegada al ventanal que daba al canal que estaba enfrente al edificio… Esperen, ahora que lo pienso bien, la rubia era una  de las clientas con las que anteriormente he trabajado. Después de esa perturbadora escena sexual, para mí sí, Kim es como mi hermana y verla en ese tipo de cosas se me hace incómodo. No es la primera vez que me sucede esto.

Fui a mi habitación y lo primero que hice fue cerrar las puertas del balcón para evitar escuchar aquellos gritos y prendí mi computadora en donde me dedique a editar y corregir las fotografías que había tomado en Nueva Zelanda, específicamente, en el famoso “Sky Tower”. Las fotografías eran de una pareja de edad mayor, festejaban sus 30 años de matrimonio. ¿Kim donde estaba en ese momento? Pues, ella estaba al otro lado del mundo, ella estaba en Denver, Colorado. La contrataron para la fotógrafa de una boda que se llevó a cabo en la Catedral Basílica de la Inmaculada Concepción. (Un nombre largo, lo sé).

  • ¡Hastings! Goedemorgen! – Saludó Kim entrando a mi habitación. (Goedemorgen = Buenos días)

  • ¡Goedemorgen, Dankworth! – Exclamé sin despegar la mirada de la pantalla de mi computadora.

  • Cállate, no lo divulgues… - Susurró apenada.

  • ¿Por qué? Ese es tu apellido – Dije divertida.

  • Es un apellido raro, como de viejitos – Rió – En fin, vine a agradecerte el desayuno y a avisarte que iré al estudio a preparar mi equipo, ¿vienes? – Preguntó desde la puerta.

  • No, yo tengo mi equipo aquí… Recuerda que tienes que llamar a Miss Beltroy – Le recordé.

  • Oh, cierto, ahora le llamo – Escuche la puerta cerrarse pero volvió a abrirla – Los chicos me invitaron a “Odeon”, ¿Quieres venir con nosotros?

  • ¿Qué paso con “Sugar Factory”? Siempre iban ahí, ¿No? – Seguía editando las fotos. Tenía que agregarle un poco de luz suave ya que ese día estaba un poco nublado.

  • No querrás saber – Carcajeó. Sabía que significaba eso. Una, por armar un alboroto o por tener sexo en los baños – Entonces, ¿vienes?

  • Sabes que ese no es mi ambiente…

  • ¡Por dios! Tienes 23 años, tienes que salir a divertirte – Dijo haciendo que me diera la vuelta sobre mi silla giratoria.

  • Sí salgo, es solo que no quiero llegar con resaca a la boda, tenemos que ser profesionales – Le advertí.

  • Vamos, no beberemos mucho, te puedes conseguir a alguien por ahí – Dijo con picardía. Deje caer mi peso en el respaldo de la silla y me quite los lentes.

  • No quiero a nadie – Contesté limpiando mis lentes con el pañuelo – No te atrevas a traer a nadie, ya estas advertida – Volví a colocarme los lentes y giré para seguir en mi trabajo.

  • Not even a quickie? – Dijo con voz aguda.

  • No, ni un rapidito.

  • ¡Vamos! – Exclamó como niña caprichosa.

  • No, ya te dije, la semana pasada casi salgo violada por una loca – Susurré apenada. Les cuento rápido. Yo soy de sueño ligero pero ese día estaba exhausta y no sé a qué hora llego Kim de la discoteca pero lo único que sentí fue el peso de una persona encima mío, por un momento pensé que era Kim bromeando hasta que sentí unas manos levantarme la camiseta y unas uñas levemente presionadas recorriendo mi espalda. No le tome importancia hasta que sentí embestidas en mi trasero (Sí, yo siempre duermo boca abajo cuando estoy cansada), giré haciendo que la chica cayera a mi lado y literalmente me tire al suelo y me pegué al ventanal mirando hacia la cama y ahí estaba una rubia en brasier y tanga de encaje negro, la chica se acercaba a mí, creo que de manera juguetona hasta que le grite a Kim y esta llego con una botella de Whisky en la mano y con un arnés en… ya saben en donde, no tengo que decirlo. De nuevo.

  • Yo te invite a participar – Dijo riendo.

  • ¿Qué? ¿En un trio? – Resople escandalizada.

  • Somos jóvenes, ¡hay que disfrutar la vida! – Escuche que se acercaba pero yo seguía con lo mío.

  • Lo único que conseguirás será ITS… - Ustedes saben a lo que me refiero, ¿No? Bueno, calma no lo busquen en Wikipedia para los que no lo saben, Infecciones de Trasmisión Sexual.

  • No seas dramática.

  • ¿De dónde sacas a esas las chicas? ¿Del Barrio Rojo? – Carcajeé considerando la remota posibilidad.

  • No – Contestó – No es por presumir, pero en realidad soy un capricho de la perfección, todos desean lo perfecto. Soy necesaria para todos – Dijo el ego de Kim, Wow, ya se me hacía extraño el ambiente “cálido” entre nosotras – ¿Vienes o no?

  • Ya te dije que no – Negué suavemente con la cabeza siguiendo con lo mío. Kim salió de mi habitación cerrando la puerta detrás de ella.

Estamos a Jueves y mañana ambas tenemos una boda en el hotel ‘Sofitel’. Después tengo que viajar a Berlín para el cumpleaños de una señora que festejaría sus 40 años en el “Bocca di Bacco”. Luego tendría un aniversario de una joven pareja, aquí en Ámsterdam. Sí, mi agenta está muy ajetreada.

  • ¿Me prestas tu auto? El mío se quedó sin gasolina – Dijo apenada. No pude evitar carcajearme de la manera más descarada que había hecho en toda mi jodida vida, según ella, nunca se quedaba sin gasolina.

  • Ve caminando a Total tankstation…

  • ¿¡Qué!? – Dijo escandalizada - ¿Tengo que caminar?

  • Bueno, puedes Caminar hasta Nieuwe Willemsstraat, esperas la tranvía tres y luego te bajas cerca del…

  • Estúpida, ya sé cómo llegar a la gasolinera, pero no tengo tiempo, anda… préstame tu auto, se ve bien feo con esos metros de tela pesada encima.

  • Se llama, lona o protector para auto… Eso se lo tengo puesto para evitar que se arruine la pintura o un pájaro deje los regalos ahí. Sí no quieres usar las tranvías, pide un taxi – Seguí con lo mío.

No sé en qué pensaba Kim cuando decidió comprarse un Smart, yo en cambio tengo un auto de la marca Dodge. Es un precioso Viper V10 negro y sobre todo, convertible. Mi papá me lo regalo cuando llegué aquí. Hace unas semanas compre una YZF R6 negra por € 3Mil. Un buen precio. Solamente tenía la pintura algo dañada y los frenos no servían, así que la mande a un taller para que la arreglen. Eran mis tesoros, no tan preciados pero sí los cuidaba mucho y es por eso que nunca le he prestado alguno de ellos a Kim por irresponsable.

  • ¿Te llamo un taxi? – Le pregunte.

  • Por favor – Siseó molesta. Llame al servicio de Taxi y en diez minutos ya se había ido la fastidiosa de Kim.

Seguí trabajando hasta las tres y me metí al baño a darme una ducha, me cambie la ropa “cómoda” por algo más casual. Unos pantalones rasgados denim, una camiseta blanca cuello V y ajustada, por encima un Blazer azul marino y unos peep toe negros. Mi cabello lo agarre en una coleta alta y me di uno que otro toque de maquillaje. Agarre mi cartera MK negra, las llaves del auto (Que por cierto, las tengo aseguradas en una caja fuerte bajo el lavabo de mi baño), las llaves del apartamento y mi teléfono.

Manejé por 15 minutos hasta llegar al restaurante “Ciel Bleu” en donde tenía una reunión con una chica con la que había trabajado anteriormente.

  • Buenas tardes – Saludé al anfitrión que estaba en la entrada del restaurante – Tengo una reunión con Miss Laforet.

  • Buenas tardes, acompáñeme, por favor… - Hizo ademan con la mano y lo seguí hasta que logre divisar a una feliz mujer acompañada de una chica unos años menor que ella.

  • Buenas tardes, señorita Laforet – Saludé y la rubia se levantó saludándome amablemente.

  • Nicole, por favor… - Sonrió – Te presento a mi hermana Rachel – Rachel era idéntica a Nicole solamente que más joven, unos 5 años tal vez, ambas bellísimas. Su hermana me sonrió y estrechamos manos.

  • Hola, mi hermana me hablo de tu trabajo, vi tu portafolio y quisiera que tú seas mi fotógrafa para una sesión de fotos que tendré en Nointel. No te preocupes por los gastos del viaje, la agencia pagará todos tus gastos – Dijo para darle un sorbo a su vino blanco y espumoso.

  • Las fotos deben ser profesionales, ¿no? Digo, yo tomo fotos emociónales, artísticas, profesionales, publicitarias, etc… Quisiera saber que estilo quisieras que tomará de la sesión.

  • Las fotos son para una línea de ropa y zapatos, quisiera que fueran artísticas, nada serio… - Sonrió suavemente.

  • Nicole… Usted sabe que mi precio jamás sube, siempre se mantiene en €1500, así que, ese es mi precio por su sesión de fotos – Sonreí y Rachel sonrió ampliamente.

  • Su pago es de €5000 – Sonrió y yo casi me ahogo con el vino.

  • Es demasiado, no puedo aceptar enorme cantidad por solamente una sesión fotográfica – Discutimos un rato más el precio y los detalles de nuestra futura reunión fotografía. Termine de almorzar con ese par de hermosas hermanas y nos despedimos. Llegué al auto y saque el teléfono. 4 llamadas perdidas, recientemente de Kim. Le llamé y enseguida me contesto.

    • ¡Por fin te dignas a contestar! – Dijo riendo - ¿Dónde estás?
    • Saliendo de “Ciel Bleu”, ¿Dónde estás tú? – Pregunté al escuchar tráfico.
    • Aquí pidiendo mi comida en “Olijfje”, Beltroy está más hermosa que nunca… - Suspiró, no pude evitar reír - ¿Puedes venir por mí? Por favor
    • Paso a “Patisserie Holtkamp” y luego paso a buscarte, ¿Está bien? En veinte minutos llego…
    • Cómprame tres Cup Cakes de Vainilla con fruta, te regreso el dinero.
    • Esta bien – Colgué mi maneje por cinco minutos hasta llegar a la pastelería. Hice mi pedido y fui por Kim quien muy egocéntrica se acercó con sus bolsas de compra en Louis Vuitton. Desgraciada, no me invito.
  • Mi amor, que milagro tuyo de sacar esta preciosura a andar – Sonrió – Tienes el privilegio de llegarme a donde tu gustes por las próximas tres horas…

  • ¿Quieres caminar los otros dos kilómetros? – Le advertí al ego.

  • Tranquila, estoy jugando – Rió nerviosa, ella sabía que si era capaz de bajarla y dejarla ahí – Es un asco andar en Taxi – Resopló enojada - ¿Podrías ponerle gasolina al auto? Luego te lo pago, Alsjeblieft? (¿Por favor?)

  • Esta bien, pero deja de mirarme así, por favor… Oye, antes de que se me olvide, iré a Francia el 4 de diciembre, ¿Nos vamos el 17, verdad? – Kim asintió – Perfecto, tengo tiempo para entregar las fotografías de Rachel…

  • ¿Rachel? Cuéntame de ella… - Dijo curiosa.

  • Estoy manejando, ¿Sí? Por cierto, compre tus Cup Cakes, Nico se queja porque no has ido a visitarlos – Reí.

  • El trabajo, el trabajo, el trabajo – Tarareó cantando.

Llegamos y platique con Kim sobre la sesión de fotos que tendría con Rachel en Francia y me felicito, ella me comento que se iría a Rotterdam a visitar a Alex, un amigo de nosotras. Yo quería ir… (Sad Face)

Kim se despidió de mí en eso de las siete porque iría con unos amigos a un restaurante a cenar y de ahí se irían a “Odeon”. A mí como siempre, me dio hambre cuando ya me había comido (Yo sola) una tarta de coco para 6 personas (¡Impresionante!) y el único lugar que me quitaría el hambre sería el “De Pizzabakkers” para después dar una vuelta por las tiendas para bajar la comida. Me coloque una blusa negra ajustada, un suéter hollister tipo chompa de botones, unos skinny jeans azul eléctrico y unos botines mustang planos de color café oscuro. Agarre mi identificación, un par de tarjetas de crédito, poco de efectivo (Nunca se sabe si necesitas efectivo), mi teléfono y por último, mis llaves. Salí del edificio mientras me acomodaba mi bufanda, camine y camine por diez minutos hasta que llegue a mi sabroso destino.

Veo a tantas parejas andando por la calle de la mano y yo me pregunto, ¿Cuándo estaré yo así? Ya ha pasado cinco años y aún tengo sueños agradables y no tan agradables con ella, ¿Y sí la amé de verdad? ¿O solo enamórame en ese tiempo? ¿O quería saber que se siente ser amada por alguien que no fuera tu familia?


  • ¿Qué es esto? – Le pregunté curiosa al recibir un regalo de su parte.

  • Ábrelo, mi amor – Sonrió oliendo el ramo de rosas rosadas que le acababa de dar.

  • Esto es tuyo – Sonreí al sacar de mi mochila su regalo. Jenna rió nerviosa.

  • ¿Otro? Pero sí es suficiente con el ramo, cariño – Dijo apenada tomando el otro regalo.

  • ¿Libros? – Pregunté extrañada al quitarle el envoltorio del regalo.

  • No son cualquier libro… Es un libro de Ira Levin, “A Kiss Before Dying” y “Romeo y Julieta” de William Shakespeare… Quiero que los leas, por favor – Sonreí y asentí.

  • Abre tu regalo, cariño… - Vi como abría su regalo tal cual niña en navidad y lo único que escuche fue un grito y se lanzó a darme besos efusivos en el rostro - ¿Te gusto, preciosa?

  • ¡Me encantó! – Sonrió quedándose encima mío – Te amo – Dijo sonrojada, era la primera vez que me lo decía.

  • Yo te amo más… - Sonreí dándole un beso corto en los labios.


Una lagrima recorre mi mejilla, es lagrima está llena de recuerdos, de sentimientos, de momentos que marco mi vida… Una lagrima de experiencias vividas. Sonreí y me seque la lágrima. Ya estaba terminando mí Cheesecake de Limón mientras jugaba en mi iPhone cuando me interrumpe una voz femenina.

  • Hola… - Siseó tímida. Dirigí mi mirada hacia el lado derecho y allí, nuestros ojos se cruzaron, su hermosa mirada y esa sonrisa tímida que jamás podía olvidar – Perdón si te interrumpí, no fue mi intención…

  • Hola, no para nada, ¿Quieres sentarte? ¿Vienes con alguien? – Le ofrecí el asiento de mi mesa, ella asintió y se sentó frente mío.

  • No, he venido sola, estaba paseando pero al parecer me he alejado lo suficiente para decir que estoy perdida – Rió apenada – Quiero disculparme por lo que hice, no fue correcto y actué de la peor forma…

  • Sia, no te preocupes – Sonreí y al parecer mis manos tomaron vida propia porque coloque mi mano encima de las de ella y me puse nerviosa, demasiado diría yo.