Historia de mi esposa IV
Fin
Tras la orgia montada por Don Alfredo y Hamed con mi esposa y conmigo como complaciente colaborador y espectador, los acontecimientos se desbordaron, Mi esposa y yo ya no compartíamos cama durmiendo yo en el sofá, sexo con Ali en absoluto, es más Don Alfredo vino algunas noches a mi casa a dormir, bueno dormir, se encerraba en el dormitorio y follaba con mi mujer. No me dejaban entrar y yo tras la puerta escuchaba los gemidos de Ali y los bufidos de Don Alfredo, mientras me masturbaba como un poseso.
Un día Don Alfredo me llamó y me comentó que ya estaba cansado de mi esposa, que había conocido otra putita y que accedía a terminar con esteo juego. Me citó en su oficina a las diez de la noche aprovechando que Ali estaría también ya que tenían guardia aquella noche. Presuroso llegué y entrá en su oficina.
Don Alfredo esstaba sentado frente a su escritorio, al instante noté unas fuertes manos que me agarraron mis brazos desde detrás, y una cuerda apretó inmediatamente mis muñecas con mucha dureza, intenté soltarme pero no pude. Giré mi cabeza y ví a Juan Carlos que sonreía con una mueca de burla.
-¿Que ocurre?, soltarme inmediatamente.
-No pasa nada cornudito dijo Don Alfredo, sólo queremos divertirnos un poco.
-¿Divertiros? acerté a contestar. Soltarme inmediatamente.
-Las cosas se piden por favor dijo Juasn Carlos.
-Eres tan necio que pensaste que todo se había acabado dijo Don Alfredo, pues las cosas no son así. Por cierto, Ali pueddes salir del armario el marica de tu marido ya está aquí.
Mi esposa salió del armario en el que yo una vez estuve escondido, estaba preciosa y totalmente desnuda. Hilos de semen corrían por su vagina y culo hasta juntarse en sus muslos.
-Bien Ali, eres una amante viciosa y una perfecta esposa, te hemos emputecido lo que hemos querido, pero esta noche es tu noche dijo Don Alfredo.
Ali tomó la palabra y contestó:
- Desnudar a este cabrón, hoy me habeis follado lo que habeis querido pero ahora es el momento de que también os folleis al marica de mi marido.
Me quedé helado y petrificado, intenté contestar pero Juan Carlos introdujo en mi boca un tanga de mi mujer y puso cinta adhesiva. Pataleé, intenté suplicar pero fue en vano, Don Alfredo y Juan Carlos con sendos cuchillos literalmente destrozaron mi ropa quedando desnudo ante los tres.
Ali volvió a tomar la palabra y dijo: Alfredo dale al play.
Alfredo fue hacia su mesa giró la pantalla del ordenador y al instante vi en el monitor nuevamente como Don Alfredo y Juan Carlos follaban a mi esposa a la vez. No quise mirar pero no pude evitarlo, mi polla empezó a endurecerse y gotitas de líquido presiminal empezaron a caer al suelo.
-Como te gusta ver a tu esposa bien follada por todos sus agujeros, verdad cornudito dijo Don Alfredo.
Juan Carlos me quitó el tanga de mi esposa de la boca y puso su mano sobre mi verga, bajó mi glande y empezó a subir y bajar su mano por el tallo de mi polla mientras que con su otra mano apretaba mis huevos. Empezé a gemir y jadear e inconscientemente arqueé mis piernas para que las manos de Juan Carlos actuasen con más comodidad.
-Se nos va a correr este puto maricón, parece que le gusta que se la casque otro dijo Juan Carlos.
Alicia mientras tanto cogió el teléfono móvil de Don Alfredo y empezó a grabar la escena. M imujercita dijo: Que se lo ponga. Tu Juan Carlos deja de pajear al mierda este.
Don Alfredo se dirigió al armario y sacó una caja de cartón, la abrió y me dijo póntelo. Miré al interior de la caja había un tanga de encaje de color rojo y unas medias a medio muslo a juego. No tenía fuerzas para replicar, lo único que ansiaba era placer y que Juan Carlos continuase masturbándome ya que para mí se había abierto un nuevo mundo de sensaciones. Me puse el tanga y las medias y cuando acabé, Ali ordeno:
-Exhíbete zorra, haznos un paseito que te veamos bien quiero que te contornees bien ante los dos machos que se follan a tu mujercita y que hoy te van a follar a tí.
Totalmente entregado paseé entre los dos machos los cuales procedieron a darme fuertes cachetes en las nalgas de mi culo.
Don Alfredo tomo la palabra: ven y come la polla que se folla a tu esposa. Obedientemente me acerqué a Don Alfredo y arrodillándome delante de él metí su enorme verga en mi boca. Lamí y succioné, acaricié los cojones de Don Alfredo mientras el macho decía:
-Si eso es, cabrón, puto, mama la verga de tu macho. Eres un puto cerdo, la mamas mejor que todas las putas que conozco.
Mientras tanto Juan Carlos no perdía el tiempo y acariciando los senos de mi esposa comentó en voz alta:
-Ves como le gusta zorrita, tu eres nuestra putita Ali, pero el cornudo de tu maridito va a ser la puta más grande de esta ciudad.
-Fóllatelo Alfredo, follate al mierda de mi esposo dijo Ali.
Don Alfredo sacó su verga de mi boca y poniéndose a mi espalda me obligó a ponerme a cuatro patas. Mientras Juan Carlos rápidamente ocupó el lugar de su compinche e introdujo su enorme virilidad en mi boca. Don Alfredo introdujo dos de sus dedos en el coño encharcado de Alicia y bien empapados de sus fluidos, separando el tanga rojo que me había puesto, a su vez los introdujo en mi ano. Di un fuerte grito y un respingo cuando esos dedos invadieron mi intimidad, pero Juan Carlos de un golpe certero volvió a meter su verga en mi boca. Los dedos jugaron en mi culo, me penetraron con firmeza dilatando mi ano, el dolor se transformó en placer y finalment Alfredo, es decir, Don Alfredo de un solo golpe me ensartó su poderoso miembro en mi ano. Mi placer era infinito.
Ali con una mano grababa la escena mientras que con la otra se masturbaba, mientras que no paraba de decirme lo zorra y putita que era, lo que estaba gozando al ser montada por un macho y al comer la verga de otro.
-Juan Carlos monta el culo de ese cabrón y tu Alfredo fóllame, que el puto vea como la polla que le ha abierto el culo folla el coño de su esposa.
Don Alfredo raudo se avalanzó sobre mi mujercita y la montó de un solo golpe de riñones. Mientras tanto Juan Carlos se colocó en el lugar ocupado por Don Alfredo y me la metió por detrás de un solo golpe.
Preciosa escena, un cornudo como yo sodomizado por un desgraciado mientras que un patán se follaba a mi linda esposa. Transcurrido un rato Don Alfredo apunto de correrse descabalgó a mi esposa y se dirigió hacia mí diciendo:
-Me corro puto, me corro cornudo y grandes chorros de leche estallaron contra mi boca manchando mi pelo, mis labios, mi cara.
-Haz que se lo coma todo que yo también voy a correrme dijo Juan Carlos.
Don Alfredo tras darme de vergazos por la cara me hizo nuevamente tragarme su verga, déja la verga de tu macho reluciente putito gritó, a lo que accedí totalmente entregado. Mientras tanto Juan Carlos dando un gran grito introdujo su miembro hasta lo más profundo de mi, sus cojones por última vez chocaron contra mi culo, y entre gritos y gemidos se corrió dentro de mi ano dejándose caer encima de mi espalda.
-Chicos habeís estado esplendidos dijo Ali. Tu putito limpia la verga de Juan Carlos, lo estás deseando, ¿verdad?.
-Si contesté inmediatamente, y como buen sumiso cornudo y aceptada mi condición desde hace tiempo, lamí y limpié la verga del segundo macho.
Caí extenuado mientras hilos de lefa salían de mi dolorido culo.
-¿No te has corrido cariño? me dijo Ali, la cual, con sus manos empezó a pajearme. Lo cierto es que apenás duré unos segundos y mi leche salió a borbotones manchando a mi mujerita.
-Tendras que limpiarla dijeron al unísono Don Alfredo y Juan Carlos, y de esa forma al limpiar a Ali probé el sabor de mi propia leche.
Pasado un rato comenzé a vestirmer, no me percaté que mi esposa se había sentado delante del ordenador y conectado el móvil de su jefe al aparato. Ali giro el monitor y pude contemplarme en la pantalla, Juan Carlos me daba por el culo y mamaba la verga de Don Alfredo, es curioso sólo se reconocía mi cara, el rostro de los otros dos patanes estaban pixelados,
-Ali dijo: ¿chicos me dejais los honores?, clickeó el botón derecho del ratón y un mensaje apareció en la pantalla, ¿quiere Ud. colgar este video en la red? Si/No.
Ali sin dudarlo clickeo SI antes de que yo pudiese reaccionar.
Para cualquier comentario ya sabeis.