Historia de M la puta feliz 29. Comida familiar

M se levanta una mañana y se prepara para comer con su padre y su novio. Es el día en que se van a conocer. Antes, se divierte un poco para llegar al restaurante excitada y caliente.

Después de acabar la noche anterior muy borracha, y comerme la polla de un tipo entre dos coches a la salida de un pub, para agradecerle que me había invitado a beber, tenía una acidez tremenda. No sabía si era causa del alcohol o del espeso semen de aquel puto pajillero que como una ocurrencia divertida, me propuso invitarme a una copa, y mira por donde le salió la noche redonda, porque no solo se la acepté, sino que me hice la idiota, me trague sus ridículas gracietas, una tras otra, y al salir a buscar el coche, se encontró con que la rubia era una guarra redomada y arrodillada entre dos coches, le bajó la bragueta, le sacó una polla muy sudada que apestaba a meados y le pegó la mejor mamada de su triste vida... y haciendo honor a la chupada, ciertamente se corrio abundantemente, recuerdo seis o siete trallazos de espeso semen que me meo en la boca y yo, que no dejo pasar la ocasión, me lo bebí desesperada, relamiendo lo que le chorreaba por el rabo y deseando que no se acabase nunca.

Aunque ahora solo eran las diez y media de la mañana, me di cuenta de que ya no volvería a dormirme. Me levanté con dificultad y puse una capsula de café expresso en la maquina. Me fuí a mear y mientras se calentaba, me encendí el primero del dia. Normalmente no madrugaba tanto y aunque hoy tenía una comida antes de irme al puti, me quedaban unas cuantas horas por delante. Sentada meando, levante un barzo para olerme el sobaco y no me desagradó. Olía a sudor pero no me aptecía darme un agua. Pensé en ir de tiendas para hacer tiempo. Si, ya había llegado el calor y con el, las rebajas. Me tomé el café cargado y solo, como siempre y se me ocurrio meterme en el culo un dildo de los que llevan un adorno de cristal en el extremo, para poder ir a provocar a alguna tienda. Aunque no dejan entrar en los probadores más que a una persona por lo de la mierda del covid, siempre podría salir del probador al pasillo a pedir otra talla, con la joya asomando en mi culo para provocar y zorrear a las dependientas o las clientas que hubiera en ese momento.

Estaba decidido el plan. Unas chanclas de playa, una mini de tela vaquera en color blanco roto y un top marinero sin mangas de algodon casi transparente. Me peiné la melena y cogí unas gafas de sol retro, de pasta negra... y ah joder,que cabeza la mia, casi me voy sin rellenarme el ojete....Volvi al salón y elegí uno adornado con un cristal azul oscuro para que destacase muy bien entre mis nalgas. Ensalivándolo, me lo clavé.

Caminar en verano por la ciudad es un puro goce. La mirada se me va de una cosa a otra. Ver esas niñatas con los pies practicamente al aire, o más aún cuando van enseñando medio culo...ver la pijas que bajan de las oficinas, igualmente enseñando unos pies perfectos con esas caras de gilipollas...ver a los tios con sandalias o chanclas y pensar en como deben de olerles los pies...ver los chavales con zapas deportivas y percibir el dolor de sus huevos y su necesidad que que cualquiera los ordeñase convenientemente...me pone mala....

Me senté en una calle centrica a tomarme algo sólido, no suelo comer demasiado pero me apeteció un medio bocadillo de jamón y una copa de vino tinto, pues al estar bajo la sombrilla no tuve la necesidad acuciante de beber cerveza. Mientras almorzaba, me descalce y dejando las chanclas a un lado me restregue los pies desnudos en el suelo, disfrutando su aspereza, jugando con uno y otro pie, moviendo los deditos con las uñas pintadas como una choni y exhibiendo mis plantas casi siempre sucias y aún pedí una segunda copa de vino para hacer algo de tiempo. Me dí cuenta de como me observaban juguetear descalza y no solamente eran hombres, también alguna madurita se fijo y no quitaba ojo de mis piernas y mis pies. Decidi de manera natural abrir un poco los muslos para que quien tuviera una visión frontal pudiera entreveer mi raja sin bragas. Una mesa donde almorzaban tres tios se dio cuenta y observe como hacian comentarios. En otra mesa, una de las mujeres que había estado mirando con interés, murmuró algo que no llegue a oir , pero me baje las gafas un poco para que pudiera ver mis ojos y lance un beso al aire con mis morritos. entonces giró la silla lo bastante para escapar de mi angulo directo de visión. Bueno, que le vamos a hacer....no me diría nada bonito...ella se lo perdió. Con ganas de seguir jugando, agarré mi bolso pero deje las chanclas bajo la mesa y entré en la cafetería preguntando por el lavabo... descalza por supuesto...El camarero me miro con ojos de: "vaya pedazo de guarra" y me dijo que tras la barra tenia los aseos. Me metí en el de hombres como muchas otras veces y no cerré la puerta de la cabina, solo la dejé entornada. Al plantar el culo en la taza, la note meada pero era lo que buscaba. Vacié mi vegija a gusto y ya que estaba me saque el didldo del culo por si me daban ganas de evacuar. Lo lamí mientras esperaba una señal de mis tripas pero no hubo suerte y me lo volvi a colocar. Ya cagaría en otro momento...Al salir de la cabina, vi en los urinarios a un tipo meando que se sorprendío y debió de perder la concentración y el chorro. Sonriendo, le dí los buenos dias y salí, tras pagar en la barra, a calzarme en mi mesa.

Era una calle muy comercial. Tenía un Mango, Zaras, Intimissimi y alunas tiendas más. Era cuestión de elegir bien. Con el almuerzo se me había ido un buen rato. Había quedado a comer con mi noviete Alberto y con mi padre, pues pensé que sería divertido que se conocieran. A las tres, teóricamente debía de fichar en el puti para empezar mi jornada.

Me decidí por el Zara, me gustan las dependientas de allí... Cogi de los percheros varias prendas al azar, me daba igual, solo era la excusa para entrar en los probadores. Cuando me tocó el turno me dijeron que pasase al número 6. Un probador centrado del segundo pasillo, oculto a la vista de la tienda. Me quité la poca ropa que llevaba puesta y me puse unos zapatos de tacon de aguja y una falda negra muy cortita. Con las tetas al aire y los pezones duros abrí la cortina y salí al pasillo para decirle a una de las chicas que si tenía una talla menos. Era una rubita menuda pelo corto y un tatuaje en el empeine. Me miró las tetas y sorprendida no supo reaccionar hasta pasados unos segundos...

-¿Una talla más?

-Si, yo creo que si, o crees que me hará muy culona? (dándole la espalda, levanté la falta para que viese mi culo relleno y desnudo)

-No...no...bueno, esto... yo no sé que decir, quizás debería de avisar a una encargada, ¿puedes esperar un momento?

-Claro, estoy en el 6

Al volver al probador, me descalcé y me saqué la falda negra quedándome totalmente desnuda y disfrutando de mi imagen en el espejo de pared. Al cabo de un minuto, oigo un toc-toc en el quicio y digo adelante. La encargada es una tia algo mayor que yo, con el pelo negro cortado con flequillo de cleopatra.

-Hola... no puede usted salir desnuda al pasillo...

-Ah...¿solo estaba pidiendo otra talla? ¿cual es el problema?

Desnuda frente a ella, observo como los ojos se van al espejo y se fija en lo que llevo metido dentro del culo.

-Bueno, problema no es, pero comprenda que hay señoras que se pueden escandalizar, no es conveniente...

-¿Insinua que yo no soy una señora?

-No, no, por favor, no he querido decir tal cosa...

Meto mi mano detrás y me saco el dildo del culo y retirándome la mascarilla, comienzo a lamerlo mirándola a los ojos.

-Esto... esto es... es muy poco conveniente...yo creo...

-¿Que crees? (me sobo una teta con la otra mano jugando con mis pezones) Aún piensas que no soy una señora ¿verdad? Pues sabes, no, no lo soy, soy un pedazo de guarra, tienes buena intuición, pero veo que sigues aquí con la cortina corrida...¿Las encargadas de tienda tienen privilegios?

-Si...alguno tenemos...

-Me parece perfecto...(de mi teta, mi mano se desliza hacia la suya, y se la sobo sobre la blusa)

Ella se baja la mascarilla y veo una bonita dentadura sonriendome. Me aproximo un poco más hasta notar su aliento y dejando caer el dildo, la agarro por la nuca que noto empapada de sudor y abriendo mi boca, la pego a la suya. La lengua de la morena no tarda nada en buscar la mia. No le importa haberme visto lamer el sabor de mi culo. Nos frotamos lengua con lengua y se mezclan nuestras babas. Mira con ojos de vicio, con ojos de guarra. Pegadas totalmente, yo desnuda y ella vestida, comienza a sobarme el culo y yo le hago lo mismo sobre los pantalones y noto que no lleva bragas, solo lleva un tanga de hilo.

-Zorra....

-Marrana... ¿algún problema si te entretienes diez minutos?

-No, que coño, para eso soy la encargada.

-¿Tus privilegios verdad?

-Mis privilegios...pero oye, vamos a un despacho que tengo cerca. Estaremos más tranquilas.

-¿Me llevas en pelotas hasta alli?

-Joder...que guarra eres niña... va venga...

Le paso el dildo y la muy puta tras olerlo, mientras agarro mi poca ropa, se pone a chuparlo mientras salimos del probador y avanzamos entre cajas, por un pequeño almacen hasta un puerta cerrada.

Pasa ella delante y veo que alguna otra empleada nos ha visto, ir juntas, yo desnuda y encerrarnos en el despacho. Al entrar, de una patada se descalza, se desabrocha el pantalón que cae y veo efectivamente un tanga minúsculo. Yo le quito la blusa y el sujetador. Tiene las tetas más gordas que yo. Ahora las dos desnudas, nos pegamos cuerpo con cuerpo y lengua con lengua. Nos exploramos mutuamente la raja de los culos. El suyo esta mojado, imagino que de sudor. Le busco el ojete y se lo dedeo. Gime en mi boca y me dice que soy una cerda. Tan cerda como tu cariño, le replico. La empujo contra una mesa y la hago sentarse. Saco su tanga y lo huelo sonriendo y lo lanzo al montón de mi ropa. Ella abre las patas y su depilado coño de labios colgones nos baña en un perfume delicioso. Agarro una de sus piernas y comienzo a lamer su pie mirándola. Que barbaridad.... Un 39 como yo calculo, con la pedicura francesa y un aroma a pies muy potente. Creo que es de tanto patear la tienda con zapato cerrado, pero quizás esta mañana no se ha duchado, es demasiado intenso...

Tras repasar a conciencia sus pies, su cara ya de por si de guarra redomada, ahora es indescriptible.

-¿Tienes alguna dependienta fija que te relaje los pies cariño?

-Ufff no, no... pero me encantaria meter los pies en la boca de más de una...

-Pero, ¿eres lesbiana?

-No que va, soy bi...¿tu?

-También, a mi me va todo...adoro las pollas pero los coños me vuelven loca, de hecho ahora mismo, tengo novio y estoy liada con una compañera de trabajo...

-Que cabrona, no te privas de nada eh....

-Hay que disfrutar...

Cuando le dejé los pies bien limpios a base de lengua y babas, elegí una de sus piernas para recorriendola con mi boca, acercarme a su raja. El tufo a coño me confirmó que esta mañana no se había duchado. Sorbí sus labios, alternando los besos en el clítoris con mi lengua dentro de ella, rebañando caldo. Era un coño delicioso. Ella se sobaba las tetas, las amasaba. Cuando me bajaba al final de la raja no pude resistir meterle la lengua en el ojete. Me pasa igual cuando estoy lamiendo unos buenos cojones sudados. El culo lo llevaba muy sabroso también. Un culo de hembra caliente. Sin aburrirme de su culo, pensé en no llevarla aún al orgasmo. Hacerla sufrir un poco. Deje momentáneamente su raja y subí a lamer su ombligo sudado y luego comerme sus tetas. Ella no paraba de insultarme. La puta rubia descarada estaba haciendola disfrutar aquella mañana... Incluso lamí sus sobacos. Su cara de vicio mezclado con incredulidad me ponía aún más perra.

Me subi a la amplia mesa de despacho junto a ella. Abriendo mis patas y enseñandole mi coño húmedo y gordo. No me importaba dedicarme a ella, aunque no la conociese de nada. Era como putear de gratis con ella, pero como soy tan puta, me sale de manera natural. No necesitaba correrme ahora, ya que luego a la tarde, tendría clientes suficientes como para poder pegarme unas buenas corridas... La escupi varias veces desde donde estaba. Algunos lapos cayeron en sus tetas y otros en su vientre. Ella recogió babas con su dedo para lamerlas pero yo comence a acariciarle el coño con uno de mis pies. Seguro que habia visto claramente como llevaba las plantas negras de roña. No pareció importarle. Cuando lo tenia abierto con los dedos de mi pie, empuje suavemente...

No sé lo quería creer pero a la vez, se abrio aún más, acomodando su postura. Y claro que se lo follé. Empecé un mete saca cada vez más rápido y cada vez más profundo. Las babas de su coño, al poco rato estaban negras de la mugre. Levante la otra pierna para darle a lamer el otro pie y agarré uno de los suyos. La muy puerca se tiró a comerse mi pie asqueroso. Si esta cerda supiese que había estado descalza en la calle y pisando en el wc de caballeros del bar un rato antes... El caso es que entre mi follada con el pie, el comerse el otro mio y un adecuado tratamiento con los dedos en su raja, la guarra se corrio hasta mearse. Y se meo, mojándose el culo y mojandome a mi los muslos y el coño. Me preguntó si podía hacer algo por mi y le contesté, que quizás otro dia, que esto habían sido tan solo los privilegios de la encargada. Se rió y nos comimos la boca para disfrutar un poco más de nuestras lenguas. La suya olia a pies. La mia a coño sucio, a culo y a sus pies... Nos vestimos sin dejar de besarnos y tras recomponernos un poco le dije que me quedaba con su tanga. Me lo puse, notando su hunedad en mi chocho y sé que si en ese momento insisto, nos pasamos lo que quedaba de mañana, jodiendonos...

Era cerca de la una y debía de llegar a tiempo al restaurante donde había quedado con mi padre y mi novio. Prometí volver a verla cualquier dia y totalmente excitada me dirigí a mi cita.

El bueno de Alberto ya había llegado y me esperaba como un buen chico que es. Le dí un beso, metiendole la punta de la lengua, deseando que el idiota reconociera alguno de los sabores que custodiaba en mi boca. Si lo notó, no lo dijo. Tomamos una mesa y al poco vi llegar a mi padre. Estaba un poco cambiado. Tenía más pinta de anciano y más aspecto de derrotado. No lo había visto desde que lo eche de mi casa y me metí de puta en casa de Conchi. No sé cuantos meses habían pasado. Fueron unas presentaciones muy formales y nada inconvenientes. Se mostró muy comedido y educado, pero yo sabía que todo el tiempo pensaba con añoranza, como había podido sustituirle por el imbecil de Alberto. Por supuesto no sabía mi padre que yo había vuelto a putear y menos aún en una casa tan barata y tan tirada como era la de Conchi. Tras pedir la comida y mientras tomabamos unas copas (Alberto pidió agua mineral, mi padre una cerveza y yo un martini pues era ya hora de empezar a emborracharme) mi padre dijo que tenía que ir al baño. Yo me levante a continuación y como soy una chica inteligente, en seguida se me ocurrió una excusa.

-Disculpa Alberto, pero es que el pobre lleva un corsé ortopédico y debo ayudarle, si no no puede ir al baño...

-Claro cariño, no te preocupes, tarda lo que necesites.

Lo seguí rápidamente y aún logré alcanzarlo antes de que se encerrase en un aseo. Por supuesto ni corsé ni leches. Cuando cerré la puerta tras de mi, le dije:

-Papi ¿has venido a cagar o a mear?

-Iba a hacer de vientre.. ¿que quieres?

-Nada.. como hace mucho que no te veo, podrias cagar mientras me cuentas como te va.

Le ayude a desnudarse y me arrodille frente a el, sentado en la taza. Comence a lamerle los cojones sudados y a descapullar su rabo. Iba cargadito de queso. Estaba muy cortado, no sabía ni que decir, pero a la vez se empalmó ipso facto. Me iba a comer los restos de sus pajas o lo que fuera que llevase pegado en el glande mientras el cagaba tranquilamente.

-Bueno y ¿como te va? ¿estas con alguien?

-No... no exactamente... alguna cosilla tengo por ahi.... (sabia que mentía, probablemente seguía visitando las saunas gays y siendo el agujero de cualquier polla)

El rabo duro me entro en la boca cuando oí que empezaba a vaciar sus tripas. El olor y el chapoteo me hacía mamar con más ganas si cabe. No me duró demasiado. Por una vez, no se meó mientras cagaba, debido a la erección. Me bebí su leche y como hacia antes muchas veces, le guiñé un ojo cuando empezó a disparar el semen dentro de mi boca. Era la señal de que la guarra comenzaba a tragar leche... Se limpió un poco el culo mientras yo limpiaba la leche que le quedaba en la polla y en los pelos de sus huevos. Me asomé a ver la cagada y le dije que no tirara de la cadena, que era más de cerdo dejarla ahi. Sonrió e intento besarme. El pobre seguía enamorado de mí. Me dió pena y le deje morrearme. Le lamí las encias y la lengua y nos comimos las babas.

-Va joder papi, que te lias, y tengo a mi novio fuera esperando...

-Es que tengo tantas cosas que decirte y te echo tanto de menos....

-No seas moñas y ya me contarás, otro día quedaremos a solas y nos pondremos al dia, esto no ha sido nada.

Al volver, notando el semen de mi padre aún entre mis dientes, le dí un piquito a Alberto.

-No hemos tardado ¿verdad? es que el pobré no puede quitarse solo el corsé...

-Nada, lo que haga falta, me gusta que te preocupes por tu padre, es de ser una buena hija...

-Si, creo que lo soy, es que debemos de cuidar a nuestros mayores... (me vino a la mente la imagen de tantos jubilados jodiendome a pelo por 15 euros una tarde tras otra) y sonrei como una hija de la gran puta.

Ellos se cayeron bien, creo...Comimos a gusto eso si. Después del martini, me calcé una botella entera de tinto, pero como no se me notaba boprracha, Alberto no me llamó la atención. El sabía que entraba de tardes y no se puso pesado. Me despedí de mi padre con dos besos demasiado cerca de su boca para que notara mi aliento y recordara como le apestaba la polla al cabron. A Alberto otro beso metiendole un poco de lengua mientras miaraba de reojo a papi, para joderle. Con un saltito, baje de la acera y saludandoles con la mano, paré un taxi. Me esperaba una tarde de pollas y culos. Una tarde de seguir bebiendo porque estos puteros eran tan cutres que ni traian coca para drogarme con ellos. Una tarde ordeñando cojones por cuatro euros y tragando corridas de cualquiera que viniera. Llevaba tal excitación encima que los puteros que se pasaran a por mi, lo iban a disfrutar. Realmente, el dia iba transcurriendo mejor de lo que aquella mañana imaginé. Mi vida era perfecta.

M.