Historia de M 25. Un día normal.

Después de mucho sin publicar, vuelve M, la puta feliz, en un capítulo donde veremos un día como tantos otros, donde prevalece el vicio y la depravación.

LAMENTO EL RETRASO. PROBLEMAS CON MI CUENTA ME IMPEDIAN ACCEDER Y PODER PUBLICAR. VUELVE M. CON SU VIDA DE VICIO Y PERVERSION Y ESPERO QUE LO DISFRUTEIS TOD@S.

Volvimos a casa alrededor de la medianoche, bastante drogadas y sucias después de hacer un servicio juntas. Un servicio de comida y sobremesa, para unos clientes de Esther, que dado que yo había vuelto a la ciudad, no dudo en ofrecerse a que la acompañase y claro, siempre apetece putear, es como una adicción…una zorra necesita venderse…así que es evidente, acepte gustosa, no podía rechazarlo.

Papi estaba desnudo en el sofá, viendo deporte en la tele. Había intentado recoger un poco los trastos de la casa en nuestra ausencia, aunque no se había esmerado mucho, se podía apreciar si había comenzado a hacer las tareas, pero no llevaba su uniforme. Ni rastro del delantal ni de la cofia de doncella francesa. Espero que al menos llevase el plug anal que tanto le recomendé que no se sacara bajo ningún concepto. Tendría que hablar seriamente con el luego.

Nos sacamos los zapatos conforme andábamos hacia el sofa, y nos tiramos en el sin más. Hoy estábamos realmente agotadas.

-Anda papi, ponnos una copa y prepara algunas rayas… estamos rotas.

Levantándose raudo, observé que efectivamente lo llevaba puesto, bueno, algo es algo. Vi que la polla se le puso morcillona al instante, no se si por la humillación de enseñarnos su culo relleno o porque a Esther se le había salido una teta del vestido, pero parecía que el pobre se había mantenido casto todo el día. Le había ordenado antes de irnos que chateara al menos seis horas y que grabase la pantalla en video para después revisar si había conseguido ciberordeñar suficientes pollas, ofreciendose en los canales más depravados y sucios, además de hacer tareas domesticas y prohibirle hacerse pajas.

Lo que iniciamos como una “luna de miel” al volver de Ibiza, fue paulatinamente degenerando. Solo le permitía follarme al principio, luego le descargaba de vez en cuando con la boca y finalmente, en el mejor de los casos, me limite a sacudírsela con la mano, pero a veces ni eso. Tenia que ganarse el poder disfrutar de mis pajas. La mayoría de las veces le dejaba pajearse el mismo, mientras nos veía, o le contábamos algo. Y ya. Mis planes de degradación, incluían una próxima fase en la que le iba a poner a atender pollas y no precisamente de pajilleros por internet, sino en vivo, como un chapero maduro, bueno, más que maduro, viejo, y limitar su vida sexual a ser una zorra, una furcia ridícula, sin tener más opciones que los contactos homosexuales y veréis como lograba disfrutar, ya lo creo que si… sus cojones colgones solo tendrían entonces el alivio que otros hombres le proporcionasen y sé que terminaría por asumirlo y ser una guarra vieja dispuesta a lo más bizarro y disfrutaría con su nueva vida. La fase de sexo ciber terminaría cuando viera que era un experto en calentar a los tíos, a los viejos verdes, a los más pervertidos. Mi puto papi si… El mismo que hace unos años abandonó a mi madre, por el placer de cualquier coño nuevo. El que presumía de camisas italianas y deportivos. El que cerraba los clubes llevándose a cualquier guarra en vez de volver a casa a arroparme y darme un beso de buenas noches o en mis más húmedos deseos, darme su polla para que yo me ocupase de ella y relajarlo antes de meterse en la cama con mi madre. El más sinvergüenza y ahora viejo y sin alternativas, mendigando mis caricias e implorando mi permiso para correrse o para poder cagar. Vivir para ver…

Cuando volvió con dos copas bien cargadas y se dispuso a preparar la coca sobre la mesa, ya estábamos completamente desnudas. Olíamos a sexo y sudor. Nos habían hecho trabajar a tope hoy, ya lo creo…

Sentadas en el sofá, con la pierna de Esther sobre mi muslo, intentábamos relajarnos. El alcohol ayudaba. Nos habíamos metido mucho de todo hoy. Fue una comida de amigos, siete tíos y un par de chicas, una más joven que nosotras y la otra una cincuentona. No sé si serían rameras como nosotras, pero estaban en un estatus diferente al nuestro. Ellas eran invitadas, nosotras éramos dos putas marranas para que se divirtieran a gusto.

Por la mañana, como Esther ya había asistido a estas reuniones otras veces, mehabía dicho como vestirme y como comportarme…

-A ver… sandalias de tacón, mínimas, que parezca que no llevas nada, y que tampoco tardaremos mucho en quitarnos, pero con todo el tacón que puedas aguantar. Luego un vestido de coktail muy escotado, si puede ser por delante y detrás y si no, al menos por delante. Nada de ropa interior. Nada de perfume ni desodorante. A veces hay hombres descuidados y en sus casas pueden tener un problema. Pagan bien pero pagan por horas, en ese tiempo, somos lo que ellos quieran… recuérdalo, esto no es un servicio por polla o por corrida, es por tiempo, que luego te colocas y la lías.

-Oye zorra… no me jodas, ahora vas a enseñarme tu a putear…¿a mí? jajajajaja me meo….por cierto, ¿el coño me lo pelo?

-Si si, el coño pelado del todo, mira como lo llevo yo, perfecto, aunque sea con espuma, ya se que no has podido ir a hacerte el laser, pero repasado bien eh, como de cria…

-Vale vale, descuida…¿Papi? ven un momento y trae lo de afeitar, necesito que me peles…

Fumándome un pitillo subo los pies a los reposabrazos de la butaca y abriéndome bien espero a mi padre. No tarda en aparecer con una toalla, espuma de afeitar y un par de maquinillas. Se arrodilla desnudo y me mira pidiéndome permiso.

-Si, el coño y revisa el ojete, vamos joder que tenemos prisa, tenemos un servicio.

Fumo acariciandome los pezones distraídamente mientras le veo enjabonarme el chocho. No es la primera vez. Ya ha aprendido como me gusta y sabe que la mejor forma de comprobar el rasurado es pasar la lengua después. Esther esta al lado, maquillándose en un espejo, haciéndose la raya con rimmel y la muy puta se tira un pedo como si nada. Prrrfffffff…

-Oh joder, cerda jajajajaja y ya que has sacado el tema, por cierto, ¿me pongo un enema?

-No no, al natural, no te agobies, por cierto ya has cagado esta mañana?

-No que va, hoy todavía no…

-Perfecto entonces, aún mejor, les gusta todo al natural. Nada de condones, por eso me han llamado.

-Sabes que coincidimos en casi todo guarra, soy antigoma, soy perfecta para el trabajo…

-Lo sé, por eso te lo he dicho tonta jajajajaja.

Acabo el cigarro y me enciendo otro, mi padre está ya pasando la lengua. Se que se despista adrede y la boca se le va del pubis a la vulva. Le dejo sorberme los labios del coño pese a que ahí no ha afeitado nada. Me hago la tonta…

-Oye, si el coño está bien, arréglame los pies. Me babeas los talones y me pasas la piedra pómez. Chúpame también si tengo alguna dureza en los dedos o las plantas y lo repasas.

-Claro, enseguida.

-Esther, quieres que después te arregle los pies a ti? ¿nos da tiempo?

-Ufff no sé, nos van a enviar un coche, ahora me confirmaran la hora.

Me pone cerda ver a mi padre lamiéndome los pies, toda despatarrada ante el, con mi coño húmedo abierto y mis pezones duros. Podría correrme con facilidad, tocándome, con Esther o con el, pero intentaré mantener la cabeza fría, ser profesional y procuraré ir a la cita con toda la calentura posible, como una autentica buscona desesperada, eso siempre repercute positivamente en los clientes y aunque pueda correrme numerosas veces en un día, es mejor ir cachonda como una perra…para controlarme me bebo un zumo de naranja con un chorro de vodka, o mejor dicho, un vodka con un chorro de naranja.

Mi primera elección para el vestido es rápidamente descartada. La segunda, un vestido negro muy fino y escotado es la opción elegida. Me marca los pezones y a poco que me mueva se me salen las tetas. Perfecto…. salvo que es de día, pero doy preferencia al escote y lo corto que es, a el color. Esther opta por un mono también negro con un doble escote, uno delante hasta el ombligo y otro detrás hasta la raja de su culo. Melenas sueltas bien peinadas, ojos pintados y los labios muy rojos para que no dude nadie para que sirven.

El coche finalmente es una furgoneta de lujo con los cristales tintados. El chofer aparece con mascarilla y guantes y nos indica que nos sentemos en la tercera fila de asientos, pero que si nos paran nos agachemos en el suelo. No pasamos ningún control y al cabo de un rato, llegamos a una villa en la parte alta de la ciudad. Es un barrio caro de chalets individuales, aislados por vallas y setos altos. Tras cerrarse el portón al paso del coche, se detiene y nos invitan a bajar. El camino de grava hace que nuestros tacones se claven y nos cuesta desplazarnos, pero nos cogemos de la mano. Al llegar a la vivienda, hay una mesa larga con gente a punto de empezar a comer. Se levanta un hombre y se acerca a nosotras, los demás nos ignoran. Es un grupo curioso, siete hombres de varias edades y dos mujeres, una muy joven y otra bastante mayor. Van vestidos de manera informal pero se nota que son prendas caras, probablemente de las mejores marcas. Me siento un poco ridícula vestida de negro en esas circunstancias pero por suerte el anfitrión nos indica que podemos desnudarnos y que si estamos más cómodas, también podemos descalzarnos. Le comenta algo a Esther y vuelve a ocupar su sitio en la mesa. Esther comienza a desnudarse inmediatamente y se agacha a quitarse las sandalias. Yo hago lo mismo, me gusta estar descalza en cualquier circunstancia. Me quito fácilmente el vestido y mis pezones se me erizan. Me agarra de la mano y me lleva hacia la mesa donde veo varias bandejas de marisco y muchas botellas de vino abiertas. Hace que me agache y se introduce a gatas bajo la mesa. Yo que no soy tonta, entiendo cual es mi función. Me meto debajo con ella y la veo bajando una bragueta. Me dirijo hacia quien tengo más cerca y hago lo mismo. Son unos pantalones chinos de color crema, no recuerdo al tipo al que pertenecen. Intento sacar la polla pero esta medio dura y no voy a poder sin hacerle daño, así que voy a sacarle los pantalones. Lo descalzo y se los bajo. No lleva slips. La polla bota alegremente hacia arriba. Bueno Marta, al lío. Eres una jodida puta y tu sitio afortunadamente, es de rodillas delante de una polla.

Huele un poco a meados, lo normal. Da igual que la guardes en unos pantalones de 200 euros o en unos de 8 euros, así debe de oler una buena polla. Después de olerla, me pongo a lamerle los huevos y subir hacia el glande. Al llegar a la punta está baboso y rojo. Me encanta. Una polla dura, un capullo rojo y gordo, caliente, con esa piel tan suave. El contraste del tronco, del escroto, de los cojones peludos. Es un parque de atracciones para una guarra. Así lo veo yo. Mamo mientras le sobo las pelotas. Distraigo un dedo para acariciar su ojete, húmedo y caliente. Me llega su olor. El olor a ingle sudada, a pelotas calientes, a culo de tío. El me acaricia con sus pies. Miro a Esther a ver si hay que acabarse la polla antes de pasar a otra pero me doy cuenta de que no. Solo es un aperitivo para ellos. El placer de comer con una guarra debajo de la mesa ensalivándoles las pollas. Sería una torpeza hacer que se corra alguien tan temprano.

Paso al tipo que tengo a mi derecha, este la tiene pequeña y no le quito los pantalones. Puedo sacársela por la bragueta, incluso los huevos. Es una polla corta y gorda, los cojones canosos ya. Es complicado llegar a un punto donde se retuercen de gusto y no pasarte. Depende de cada uno y nos los conozco.

Miro de reojo y la siguiente no es polla, es coño. Creo que por los pies y las piernas, es la madura. Se notan los años. La piel reseca, el cuerpo algo ajado. Me espera con el vestido subido más arriba de los muslos. Con esta no hay problema en hacer que se corra. El olor a marisco es penetrante y no me refiero a lo que hay sobre la mesa. tiene unos labios salidos y colgantes. Rasurada como yo. Se reclina y coloca sus piernas en mis hombros la cabrona. Tengo que comérselo sin manos. Necesito apoyarme para aguantar el peso. Sus muslos me rodean. Babea el puto coño al momento y mi cara se empapa de caldo. Hacia tiempo que no tragaba caldo de madura. Fuerte, potente…. Acaricio su tripa mientras le trabajo el clitoris. Suaves toques de lengua alternando con succiones. La he llevado a un punto de no retorno. Se corre finalmente en mi boca mientras acaricia mi cabeza y dice exclamaciones obscenas… la puta rubia…chupa hija de puta…comete mi raja cerda…y oigo como dicen: joder cariño, te estas corriendo a mares…

Paso a otra polla y Esther está zampándose el otro coño. Era una tía que aparentaba ser más joven que nosotras. Con este rabo completo vuelta. Dios como me gusta mamar! pagaría por hacerlo, mira, igual cuando sea una vieja cerda, es probable que lo haga jajajajaja… me centro en lo mío y disfruto de la mamada. Sube un tufo considerable desde su culo. Le acaricio los pies mientras mamo. Es una polla de 19 o 20 cm. Lo se porque son las que justo permiten que chupe los cojones mientras me roza la garganta. Un poco más larga o me da arcadas o no llego a los huevos, y un poco más corta, no me llena lo que necesito. Cuando lleva un rato con las pelotas pegadas a la picha, me paro. No puedo hacer que se corra, pero me dejan con mono de esperma. Es una putada pero bueno, no estoy de fiesta, estoy trabajando.

Salimos de debajo de la mesa y vemos que tras las bandejas de marisco cocido, están disfrutando un arroz en paella, creo que un arroz del senyoret. La verdad es que tenemos hambre. Nos dicen que vayamos a la cocina que nos darán de comer algo. De la mano y moviendo los culos, nos vamos hacia el interior de la casa, descalzas y desnudas, apestando a polla y coño. Por fin la encontramos. La cocina es grande, hay un par de tíos y una mujer. Ellos están en camiseta, sudando como cerdos. Ella desnuda. Tiene pinta de eslava. Cuarentona, con un coño muy peludo y unas tetas gordas algo caídas. Uno de ellos la soba por detrás.

-¿Hola? somos las putas, nos han dicho que nos daríais de comer

-Claro que si, adelante. Sin cumplidos. Adelante….

Ellos están desnudos de cintura para abajo. Las camisetas que fueron blancas, están grasientas, con un cerco oscuro alrededor de los sobacos. Son peludos, con tripa. Parecen todos rumanos o búlgaros. Van descalzos, pisando los restos de pelar las gambas y lo demás…como una barra de bar de carretera de antes…. Uno de ellos se acopla a la tía y probablemente esté follándose su culo o su coño, el movimiento es claro y no lleva a equívocos. Nos acercamos al otro. Nos pela una gamba a cada una, con unas manos grandes y sucias. Uñas negras. Nos la mete en la boca y nos soba. Hay vino tinto. Bebemos a morro. Mucho. Agarra un puñado de arroz con la mano y nos la da a comer. Tengo unos de sus dedos en el culo. Me penetra profundamente. Noto como llega a mi recto. Saca la mano y vuelve a coger un puñado del arroz que les sobró y me lo mete en la boca. Menudos cerdos hijos de puta. Me ponen cachonda y me arrimo a el. El aliento le apesta. Los sobacos son un puto poema. El otro jode a la camarera con fuerza. Ahora veo claramente que la esta enculando. Apoya sus tetas sobre la mesa sucia de trabajo mientras le revienta el ojete. Esther y yo nos conocemos de años, no tenemos ni que hablarlo. Sincronizadamente nos arrodillamos sobre la mugre y ella mama la polla mientras yo le abro el culo gordo y peludo. Uffff, vaya tela por Dios…. Me arrimo y saco la lengua para lamer la raja sudada hasta llegar a su ojete. El sabor es el que esperaba. Acre, potente, amargo. Un culo sucio de toda la vida. Me agarro a sus nalgas mientras la basura se me clava en las rodillas. Le morreo el ojete y meto la lengua lo que puedo. Esther le chupa el rabo y se que nuestro menú de hoy, depende de cuanto se divierta. Si queremos algo más que esperma, hemos de dejarlo muy contento. El hijo de puta aguanta más de lo esperado. Llevo chupándole el culo un buen rato y por fin su esfínter aprieta mi lengua cuando Esther recibe el semen en la boca. Mi lengua queda atrapada en su culo hasta que se termina de correr y se relaja. Ella se ha tragado la corrida, pero yo estoy casi en ayunas. Satisfecho, nos deja comer lo que no han servido fuera. Parece que él es el chef. Mientras, los otros dos han terminado de joder, nos soban con sus manazas sucias, mientras comemos sin cubiertos lo que nos apetece y bebemos a morro un Muga muy bueno. La zorra nos morrea antes de que terminemos de deglutir la comida, sobando nuestras tetas. Nos saciamos pero al poco nos reclaman. Nos sacudimos la porquería de los pies descalzos para no llevar al jardín la basura, pero vemos que es una tontería. Los anfitriones están revueltos en inmundicias, lo mismo que la cocina. Restos por el suelo, platos sucios por el suelo, ropa tirada, botellas, colillas y alguna vomitona…

Afuera están a punto de terminar el postre. Quienes quedaron sin pantalones no se los han vuelto a poner. Las otras dos, están completamente desnudas. El alcohol corre sin control y uno de ellos vomita girando la cabeza. Nadie hace el menor caso. Buen ambiente. Nos acercamos a la mesa. Pronto las manos nos recorren. Sin pudor. Solo somos cuerpos para sobar, para magrear a placer. Se levanta la madura y viene a por mi. Me empuja sobre la mesa y planto mi culo encima de los platos sucios. Entra entre mis piernas y busca mi boca. La furcia apesta a vino y a alguna caries no resuelta. Me da lengua que mamo y chupo con ardor. Nuestras babas se mezclan. Las tetas juntas. La piel sudada se pega a la mía igualmente sudada. Se va notando el calor de mayo. Me hace bajar de la mesa bruscamente y me tira al suelo. Se gira y me planta un culazo celulitico en la cara. Un culo es un culo. Lo abro y chupo. Puta cerda vieja, ni siquiera se lo limpia bien. Lo restriega a placer en mi cara y en mi boca la muy puerca. Soy como ella. No puedo criticarla. Le lavo el culo y se va. Al dejar su sitio viene uno y me mete la polla en la boca. Me la folla un rato. Agarrado a mi pelo, me jode. Levanto la mirada y veo que cara de cerdo pone. Sabe como tratar a una guarra. Eso me complace. Sin miramientos. El macho paga y debe pasárselo bien. Nosotras somos tan solo un puto agujero para joder, o tres agujeros para joder exactamente. Bebe de una botella de escocés a morro y le resbala por la tripa. Cuando llego a su pubis con mi nariz me llega el olor. Saca la polla y me mete el cuello de la botella en la boca. Pego un gran trago y vuelve a follarme la cara. Lo bueno de estas fiestas es el descontrol, la manada de machos, el joder con desconocidos en grupo. Lo malo es que no tienes iniciativa. eres una furcia que pasa de mano en mano, de polla en polla. Me quedo con las ganas de comerme su puto ojete, pero se va a esnifar y me deja con la boca abierta babeando sobre mis tetas. Al levantarme veo a Esther comiendo los pies de uno de los más viejos. Me acerco a la mesa donde hay coca para parar un tren y me meto tres rayas tremendas. Después de esnifar voy donde veo más ambiente. No tardan en usarme. Me ponen de culo y me la meten. La niñata esta también recibiendo por su culo. Que bonita escena. Van pasando sin correrse de culo a culo. Se que las pollas salen sucias y entran sucias en la otra. Noto como resbalan. Me ponen muy cerda. Me hago un dedo y me corro como una burra, tanto que me meo allí de pie. No se si se ha corrido alguno, sospecho y deseo que no. Será una larga sobremesa….

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Si papi, hemos tenido un día agotador. Nos folló todo el que quiso. Las rodillas peladas de hacer mamadas, la mandíbula reventada cuando nos jodían la jeta. Cuando estaban tan borrachos o drogados que no podían tenerse en pie, nos toco a nosotras montarnos y mover los culos. Las pollas sucias de los culos entraban por nuestros coños o nuestras bocas. Los que quisieron nos mearon. Las otras dos tias se portaron genial. Lo compartimos todo. Luego me dijeron que una era la mujer de uno de ellos y la otra, la joven, que estaba liada con uno de los viejos, era hija de un intimo amigo de el. Muy cachondo como comprenderás.

-¿Te acuerdas zorra cuando nos pusieron cara a cara, frente a frente, para que nos insultásemos y nos escupiésemos mientras la niñata nos calentaba los culos a correazos?

-Ufff que si me acuerdo, me corrí varias veces, cuando me decías lo puta que soy, me decías algo así como que era la vergüenza de las mujeres, una sucia cerda adicta a venderse por nada a cualquiera, el orgullo de mi puta madre feminista jajajaja

-Ya te vi, hija de puta… y tu a mi me decías que cuando una noche me quedase sin joder, me meteré en la cama de mi hijo para que me folle y no te falta razón…

-Es que lo tengo clarísimo, dale unos años para que se empalme y verás lo que tardas guarra jajajajaja

-Me estoy poniendo cerda otra vez…por cierto…

-Ven marrana…(me agarra y me mete profundamente la lengua en la boca)

Lamo sus dientes y sus babas se mezclan con las mías. Las manos de las dos recorren el cuerpo de la otra. Los sucios alientos de las dos se funden en uno e inhalo su respiración y ella la mía, gimiendo como dos enamoradas. Miro por encima del hombro, sin dejar de frotar su lengua con la mía, lo que hace mi padre. Esta allí plantado en posición de recibir ordenes, desnudo y con una buena erección, le gusta lo que oye y lo que ve, pero solo se ha portado regular. No sé si habrá ordeñado a muchos palilleros, pero ni lleva el uniforme y la casa está a medias…creo que no se merece la paja.

Voy a correrme otra vez con mi amiga, por descontado, pero se me ocurre que él, se folle el culo y procure estimularse la próstata bien, porque si necesita descargar las pelotas, ha de ser solo con estimulación anal. Así va practicando, para cuando lo ponga a follar con hombres. Por supuesto, luego que coma su semen del suelo a cuatro patas como siempre. Hablo con Esther para ver que hacemos. La muy guarra, no es una enferma del anal como su hermana, pero le gusta el tema culo, más que a un tonto un lápiz. Me dice que podemos darnos marcha en los culos hasta prolapsar y luego frotarnos rosa contra rosa, mirándonos como nos hacemos un dedo. Suena bien, hace tiempo que no lo hacemos. Los coños maltrechos nos agradecerán dejarlos un rato tranquilos, desde luego.

Tiro al suelo lo que hay en la mesa del comedor y me subo. Esther me acompaña. Nos colocamos en una posición como para hacer una tijera pero realmente es un 69 de pies. Bien abiertas, nos acariciamos la raja y le ponemos a la otra un pie a su alcance. El suyo esta realmente sucio. Aún me parece oler entre sus dedos a cabezas de gamba jajajaja. Se que acabaremos con las lenguas negras. El mío está igual. Me pone cachonda. Chupeteo entre sus dedos y le como la planta del pie. Ella intenta meterse el mío entero en la boca. Lo que consigue es un torrente de babas que se deslizan por su pecho. Que mirada de furcia tiene. Está guapísima, desnuda y sucia con el maquillaje corrido y los ojos de guarra pidiendo más. Me meo y me mojo toda y la mojo a ella. Tengo el coño irritado pero me estoy metiendo dedos a saco. Soy feliz. Mi padre se está metiendo un consolador por el culo. Buen chico. La tiene dura, y le cuelga el líquido precum casi hasta el suelo. Me lo comería joder, pero debo ser firme, debo pensar en su adiestramiento…. Antes de correrme me estoy ocupando del otro pie y metiéndome un dildo por el ojete. Debo llevar semen de varios todavía en el recto. Me doy mucha caña para poder prolapsar. Esther necesita menos esfuerzo, ella tiene el culo reventado. Por fin sacamos las rosas y acercamos los culazos la una a la otra. Que sensación frotar mis tripas con las suyas…me encanta… Resbalan de tanto semen que nos han meado dentro. Menudo gusto joder!

Restregándonos bien, nos mandamos besitos la una a la otra con los morros. Nos decimos cosas de enamoradas. Bien abiertas, castigando los coños de puta. Mi padre gime como una cerda marrana. El vaivén del consolador es frenético. Está a punto el cabrón. Como le gustan los numeritos de bolleras joder, se nota el vicio que tiene. Esther está congestionada, está también a punto. A mi me queda un momento. Me palmeo el clítoris con la mano abierta. Apenas me corta la excitación el golpe y por contra me pone más caliente. Alterno caricias y palmadas. Ella se sonríe. Se ha corrido y se ha meado a la vez. Al momento voy yo. Me pego un orgasmo larguísimo, de los mejores de hoy. Mi padre eyacula sin tocársela. La polla tiene un movimiento propio, como si tuviera un resorte mecánico, soltando chorros de lefa espesa. Es lo bueno de restringir sus corridas, luego se corre muy espeso. Pero se queda mirándonos, agarrado a una silla para no caerse, con el culo relleno de goma.

-Ves que bien, maricón? Las tres nos hemos corrido por los culos…Creo que pronto vas a empezar a putear aquí en casa, hay que sacarte rendimiento, que tu pensión nos la fundimos demasiado deprisa.

Bajamos de la mesa con la dificultad del colocón y de los orgasmos recientes. En otro momento, mi padre nos hubiera devuelto las tripas al sitio, empujando con su polla, pero hoy no. Hay que ser consecuente y disciplinarlo. Me bebo lo que queda en las copas y me dirijo al dormitorio. El me sigue hasta su esterilla y le esposo como todas las noches a la pata de la cama para que no se toque cuando estamos dormidas. Esther ya está tumbada. No se encuentra bien. Le meto los dedos en la garganta para hacerla vomitar. No me cuesta demasiado…a saber que ha comido que le ha sentado mal… Cuando vacía el estómago se vuelve a tumbar. Las sabanas sucias y arrugadas me molestan para juntarme a su cuerpo y me levanto a estirarlas. Me gusta dormir muy pegada a ella. Piernas entrecruzadas y boca con boca, para respirar su aliento y morrearla al despertar…

-Papi?

-Si

-Mañana por cierto, te vistes y bajas a la farmacia. Me han contado que como jubilado te corresponden un par de mascarillas…

-Entendido cariño, buenas noches, que descanses…

M.