Historia de juan, mi cliente y su madre.- i

A Esperanza, la cuenta un cliente su gran secreto y es como va seduciendo a su madre hasta que consigue que ella se entregue a él y hacerla su amante.

HISTORIA DE JUAN, MI CLIENTE Y SU MADRE.- I

Hoy les voy a contar una historia que un cliente mío Juan , un chico de 40 años, me contó sincerándose conmigo un día, tras haber acabado de de hacerle un servicio. Juan es un hombre como he dicho de 40 años, casado y con dos hijos mellizos, estando tumbados los dos desnudos en la cama, descansando de nuestra follada me contó lo siguiente:

Mira Esperanza, voy a contarte algo personal dado la confianza que ambos nos tenemos, pues se que más que cliente me consideras ya amigo por los años que llevamos conociéndonos.

Cuando yo tenía 7 años, mi padre nos abandono a mi madre, que por aquel entonces tenía 32 años  y a mí, para irse con otra mujer, pasado un tiempo ambos se dieron el divorcio. Pero antes de continuar te diré que mi madre se llama Elena tiene actualmente 65 años, por su edad ya no tiene  el cuerpo que en la época que la dejó mi padre tenía, pero aún se conserva bastante bien.   Mide 1,65 de estatura, un  poquito de barriga y posee desde siempre unos pechos divinos y grandes (pues usa una talla 120 de sujetador) Es de pelo moreno y lleva una media melena. Fue un divorcio traumático y muy doloroso para mi madre, que al final para acabar con ello accedió a las condiciones que quiso mi padre, el cual solo la dio la casa donde vivíamos y tuvo que renunciar para conseguir esta a la cuota de manutención mía. Mi madre estuvo como un año de duelo, lloraba seguido, malhumor, dolores de cabeza, etc. Para poder mantenernos, se tuvo que poner a trabajar en varias casas haciendo las labores de las mismas y fregando escaleras en varios portales que la contrataron. Desde su divorcio la que siempre estuvo a nuestro lado fue una prima hermana suya, mi tía Laura, seis años mayor que ella, también casada  (se tuvo que casar a los 17 años por quedarse embarazada del que ahora es su marido) y con una hija (Nerea) que en ese tiempo contaba 13 años. Mi tía nos visitaba y sigue haciéndolo a menudo y la animaba a mi madre a salir y a no encerrarse en casa. Pero ella solo vivía para trabajar y que nada me faltará a mí, no saliendo a divertirse ni estar con ningún otro hombre desde que nos abandonara mi padre. Al cabo de unos cinco años tras su divorcio, un día mi tía Laura la dijo que un vecino suyo se había quedado viudo sin hijos y andaba buscando una mujer para que le atendiera la casa, que si ella quería y la interesaba podía decírselo y concertar una entrevista para ver las condiciones y lo que quería que hiciera. Mi madre la dijo que bueno que le dijera que ella podía atenderle la casa. Al día siguiente Laura llamó a mi madre y la dijo que el señor Miguel (así se llamaba el vecino de mi tía), la esperaba mañana a las 7 de la tarde para ver si ambos se entendían en lo que tenía que hacer y las condiciones. Mi madre acudió a la reunión y aceptó el trabajo, para lo cual debió de dejar la limpieza de dos portales de los que habitualmente hacía, pero que con lo que este señor la pagaba sacaba bastante más, aunque tuviera que estar medía jornada trabajando en la casa. Fue pasando el tiempo y entre Miguel y mi madre fue naciendo algo más que una relación de patrón y obrera, de tal forma que un día al llegar a casa y contando yo ya con 14 años, mi madre me pregunto:

“Juan, ¿qué opinas, si yo me volviera a casar, te sentirías mal?, es que Miguel, bueno mi patrón el señor Miguel y yo llevamos un tiempo que sentimos algo especial el uno por el otro y me ha pedido que me case con él. Es un hombre bueno y trabajador y sé que te tratará como si fueras su propio hijo. Pero si tú no quieres no me caso, seguiría con él como hasta ahora, aunque yo si deseo hacerlo.”

Yo la conteste:

“Mamá, si tu lo deseas por mí no tengo ningún inconveniente, sé que si le has elegido es porque es una buena persona y que con nosotros se portará bien”

Y en efecto, se casarón por lo civil y desde entonces para mí se ha comportado como un verdadero padre. Miguel  es 14 años mayor que mi madre, es viajante de una conocida empresa, por lo que esta bastantes días ausente de casa. Miguel tras la boda quiso que nos trasladáramos a vivir a su casa, a lo que mi madre accedió por ser mejor que la nuestra. Allí nos trasladamos y nos quedamos a vivir todos formando la nueva familia. Yo por aquel entonces contaba ya con 14 años de edad y comenzaba a despertarse en mi la curiosidad hacía el sexo contrario, tonteando con algunas de mis compañeras de clase y fijándome en alguna que otra mujer  de más edad que mis compañeras. La verdad Esperanza, es que siempre he sentido una especial atracción hacía vosotras las mujeres maduras. Por aquella edad yo ya tenía un poco alteradas las hormonas y me empezaba a excitar por poco que pensara en esas mujeres o con poco que consiguiera verlas. En una ocasión hablando con mi madre me dijo que Miguel deseaba que tuvieran un hijo, pues con su anterior mujer no habían conseguido tenerlo, lo cual haría que si esto se producía yo tuviera un hermano y no me sintiera tan solo en la vida cuando ellos dos faltaran. Parece que la cosa se la tomaron en serio pues comencé a oír por las noches, cuando todos estábamos acostados y ellos pensaban que yo dormía, a mis padres cómo follaban. Yo dormía en una habitación que se encontraba pared con pared con la de mis padres. Esto me permitía oír los ruidos típicos de la cama cuando ellos se encontraban fornicando encima de ella. Solían hacerlo cuando mi padre venía de un viaje largo. Y hay que reconocer que no debían de sospechar que yo les oyera y supiera lo que hacían, pues suelen dormir con la puerta entreabierta. Yo cuando oía algún ruido que pudiera indicarme que iban a comenzar agudizaba mí oído todo lo que podía y la verdad que se escuchaba bastante. Al principio se oían besuqueos. Al rato solía oírse algún ruido que yo asociaba al elástico de las bragas de mi madre. Seguramente era Miguel que ya le estaba echando mano a su coño. Y por último ya se oían más ruidos de muelles del colchón y sobre todo los suspiros de mi madre. La verdad que se contenía bastante la zorra, y sólo se oían algunos resoplidos, pero no había duda de que mi padrastro se la estaba follando. Al final se oía un poco más de ruido de muelles que seguro que se correspondía con las últimas embestidas de él, que se estaba corriendo en el coño de mi madre. Una de estas noches, ya cerca del verano, como hacía calor yo había dejado la puerta de mi habitación abierta  (mi habitación tiene en frente el cuarto de baño), tras acabar de oír el ruido  de mis padres haciendo el amor, a los pocos minutos oí que alguien salía de la habitación, era mi madre, que iba con su camisón azul semitransparente (que le llagaba por encima de la rodilla) al cuarto de baño a asearse. Al encender la luz pude apreciar por primera vez al trasluz la silueta de su cuerpo, cosa que hizo que por primera vez comenzara a sentir como se me endurecía mi polla, me la toque y sentí un placer que antes nunca había sentido. Ella al acabar apago la luz y marchó a dormir al lado de su marido, pero yo no pude apartar de mi cabeza la imagen de la silueta de su cuerpo, que hacía un  momento había podido admirar. Desde aquel día comencé a sentir una sensación rara hacía mi madre,  y buscaba desesperado tratar de ver algo de su anatomía o parte de ella y comencé hacerla objeto de mis masturbaciones y pajearme como un poseso.   Cada vez me daba más morbo oír a mis padres follar, y sobre todo oír a mi madre correrse, que es la que más ruido hacía. Me imaginaba a mi padre follándose a esa jamona y llenándole el coño de su semen, y cada vez deseaba más enseñarle a mi madre la polla que tenía su hijo y metérselo hasta las bolas.

Fue pasando el tiempo y mi madre no quedaba preñada, mi padrastro parece que fue olvidando la idea de tener ese hijo, a la vez que se iba haciendo mayor y por tal motivo fue bajando su intensidad sexual con mi madre, cosa que note al ir oyendo muy de tarde en tarde sus sesiones amatorias. Pero yo notaba que mi madre aún era joven y como tal sentía en sus carnes la necesidad de satisfacerse sexualmente, pero también sabía que nunca lo buscaría fuera de su matrimonio, pues era una mujer con un fuerte sentido religioso, a pesar de ser una mujer muy caliente.

Cuando cumplí mis 19 años fue la primera vez que tras todos estos años espiándola y tratando de ver cada vez más partes de su cuerpo y de sus partes intimas, conseguí  verla desnuda y fue Realmente impactante. Llegó mi madre de hacer la compra cargada de bolsas hasta arriba y sudando como una perra, pues era ya casi verano. Se le notaba sudado todo el escote de la camiseta que llevaba, así como las axilas. Y dirigiéndose a su habitación, me dijo:

“Juan hijo, voy a cambiarme de ropa para estar más cómoda”.

Yo inmediatamente me fui para su habitación para espiarla por la rendija que dejaba en la puerta.

Mi madre empezó por quitarse los zapatos y la camiseta. Al hacerlo, ya dejó al descubierto sus brazos y al subirlos para quitarse la camiseta pude ver sus axilas llenas de una mata espesa de pelos y su tripa aún incipiente.  Ahí pude ver sus carnes blancas y aún prietas de una de mujer de 44 años, estaba buena la cabrona. A continuación se quitó el sujetador pudiendo ver sus grandes tetas, que al quitarse la prenda cedieron un poquito, y es que aunque aún las tenía tersas la gravedad no perdona. Al ver su torso desnudo hizo que me empezara a calentar subiéndome el deseo de ella, poniéndome muy cachondo pues me encantan esas tetas típicas de las maduras. Y además tenía unas aureolas tan grandes como las galletas redondas que comemos en el desayuno, las cuales destacaban sobre el blanco de sus tetas y unos pezones tan gordos como mi dedo. Además se ve que la puta venía empitonada de la calle, porque llevaba los pezones muy tiesos. Menudas tetas tenía, ya al entrar y notar sus pezones marcándose en su camiseta había hecho que mi polla comenzara a inquietarse.

Yo baje mi mano hacía mi polla y comencé a acariciármela metiendo mi mano por la cintura de mi pantalón y comenzando a sobármela a base de bien, cuidando no hacer ruido para que no me descubriera. A continuación mi madre se quitó la falda que llevaba y quedó sólo con unas bragas blancas grandes altas, que me excitan muchísimo el vérselas a las mujeres de vuestra edad, Esperanza. Estoy harto de las modas de hoy de llevar tangas o braguitas minúsculas. Yo prefiero unas buenas bragas de toda la vida, de esas que retienen bien todos los aromas del coño. Y por supuesto, en consonancia con esto, también me chiflan los coños peludos. Una buena mata de pelos siempre contribuye a retener mejor el aroma a coño excitado y sucio por los jugos que al calentarse desprende, además de gustarme más estéticamente.

Mi madre entonces volviéndose hacía la puerta se bajó las bragas dejando ante mí al descubierto un chocho con un abundante matorral de pelos que la cubrían toda su entrepierna y casi la llegaban hasta su ombligo que estaba separado de ellos no más de dos dedos. La verdad es que tiene un felpudo muy poblado, (Esperanza muy parecido al tuyo) como a mí me gusta y que ya tan difícil va siendo ver. Un bosque negrísimo protegía su raja. Yo no me corrí en el momento porque la verdad que tengo bastante aguante, pero estaba ya con la polla a tope. Además pude ver cuando se giró para dejar las bragas sobre la cama su culazo con carnes también prietas, pero que al mismo tiempo se veía grande y apetitoso, en ese momento me vinieron unas ganas tremendas de follárselo.

Después se puso otras bragas y una bata abierta corta (son las que suele usar), como a unos 20 centímetros por encima de sus rodillas de esas de estar en casa para hacer las tareas del hogar. Y así sin sujetador ni nada salió de la habitación. Yo previamente me había apartado ya de la puerta y me fui al baño donde me masturbe a tope hasta que conseguí correrme. Pero antes de correrme cogí el bote del gel de mi madre y decidí que le iba a hacer un regalito. Me menee con fuerza mi verga y solté una corrida  súper espesa que fue derecha al bote del gel. La verdad que la consistencia del semen era tan espesa que no se distinguía apenas del gel de baño. Lo mezclé un poco y tapé el bote. Pensé para mis adentros:

"La zorrita de mi madre hoy se va a refregar mi semen por su cuerpo de jamona y puta que tiene".

Luego volvió poco a poco a su estado de reposo. Aquel primer día en que la vi desnuda, se puede decir que fue el punto de partida. Fue la primera vez que tuve claro que a no mucho tardar me iba a follar a mi madre. A ese día siguieron bastantes otros en que seguí espiándola  desnuda. Al principio la solía espiar cuando se cambiaba de ropa en su cuarto, tal y como acabo de relatar. Pero poco después empecé a espiarla también en la ducha. Al ducharse solía dejar también la puerta entornada, de forma que era prácticamente imposible ver nada. Pero lo que ella no se había fijado es que había un espejo, de forma que desde la rendija de la puerta se podía ver con el ángulo justo al que se estuviera duchando. De esta forma podía ver a mi madre en la ducha.

Y allí el espectáculo era aún mayor. No solo podía ver a mi madre desnuda en todo su esplendor, sino que además veía como remojaba todo su cuerpo y se frotaba por todo él con la esponja. Las pajas que me cascaba al verla de esta manera eran tremendas. Era un lujo ver cómo se sobaba con la esponja sus tetazas, o ver cómo se frotaba bien por todo su culazo. Y para añadir aún más morbo estaba el hecho de que se lavara el cuerpo con el gel en el que yo me había corrido (cosa que cogí por costumbre). Se me ponía la polla como un caballo cada vez que pensaba que mi madre se estaba restregando mi semen por su cuerpo.

Y el no va más era ver cómo se frotaba por el coño. Además, a la puta se ve que le picaba bien el chocho, porque se excedía en la tarea de limpiarse el coño. Se pasaba 3 ó 4 minutos sobándose y magreándose el chocho, con la esponja y con la mano, y se la notaba suspirar, por lo que sin duda se estaba dando mucho gusto para su cuerpo.

Y por si había alguna duda, la confirmación llegó a los pocos días. Estaba de nuevo duchándose, siguiendo su ritual de siempre, y de nuevo terminó frotándose el coño. Esta vez más tiempo si cabe. Y se ve que a la puta  debía picarle bastante el chumino, porque al terminar la ducha, y cuando yo ya esperaba a que empezara a vestirse, no hizo eso, sino que se sentó en el bidet. A continuación abrió el chorro del agua, y ahí sentada empezó a hacerse una paja en toda regla. No solo se frotaba su coño con uno o dos dedos sino que empleaba toda su mano, porque la zorra estaba ahí sentada abierta de piernas y frotándose el coño a base de bien con toda la mano mientras el chorro del agua impactaba en su almeja, comenzando a suspirar demostrando el gusto que se estaba dando:

“Oooohhhhhhhh, que gustooooooo siiiiiii aaaahhhhhhhh que placeeeer , como me guuuuuusssstaaaaaaaa………me corrroooooooo ….aaaahhhhhhhhh.”.

A los 5 minutos terminó la masturbación viéndose claramente que acababa de alcanzar el orgasmo. A continuación se secó y se vistió, saliendo afuera como si nada. Al salir yo hice como si estuviera tumbado viendo la tele, y la muy golfa con gran ironía me dijo:

“Uy hijo, me he alargado hoy en la ducha y veremos a ver si me da tiempo a hacer la comida”

Y yo pensé para mis adentros:

"Menuda zorra estás hecha. Si supieras que acabo de ver la paja que te has hecho"

Ese día fue el clave, en el que yo ya me di cuenta sin lugar a dudas de que mi madre estaba falta de polla, pues mi padrastro llevaba un tiempo que por necesidades de la empresa (habían reducido la plantilla) tenía que estar casi toda la semana fuera de casa y los días que estaba, muchos de ellos no tenía ni siquiera fuerzas por su edad, para contentar a una mujer aún joven y tan caliente como mi madre. Esto me hizo pensar y decidirme a lanzarme, habían pasado ya casi tres años desde la primera vez que la vi desnuda, (ahora estaba a punto de cumplir los 22 años ) y decidí que un día sería mía, el verla masturbarse en el bidel había sido la señal que había estado esperando en este tiempo. La putita de mi madre necesitaba un semental que la tuviera bien follada y lo iba a encontrar en su hijo, que para eso tenía polla y huevos de toro.

También observe, que al bajar la frecuencia sexual de follar con mi padrastro, que mi tía Laura, desde hacía algún tiempo visitaba con más asiduidad a mi madre. Cosa que no di importancia, al vivir al lado y ser primas. Lo que sí me di cuenta es que tras estar un rato en la sala de estar o en la cocina (según donde estuviera en esos momentos mi madre), después solían pasar al dormitorio de mi madre y si yo estaba presente, cerraban la puerta. Un día que volví  temprano de la calle, al entrar oí ruidos en la habitación de mis padres, me acerque hasta allí y pensando que estaban solas no habían cerrado la puerta, dejándola abierta unos diez  centímetros (seguramente pensando el poder oír si llegaba alguien). Yo me asome por este hueco y pude ver a las dos primas completamente desnudas abrazadas besándose  y sobándose una a la otra. Sobre una de las mesillas de noche había varios tipos de hortalizas (todas de forma parecidas a un pene), entre las que se encontraban pepinos, calabacines e incluso una berenjena bastante gruesa. Tras un rato dándose un buen morreo con lengua incluida, mi tía Laura hizo que mi madre apoyara su espalda sobre la cama y ella comenzó a acariciar y chupar sus pezones para ir bajando con su mano hasta el coño de mi madre donde se entretuvo en acariciársele por un tiempo. Luego sin dejar de tocárselo con una de sus manos, cogió un pepino de los que había en la mesilla y se lo fue metiendo poco a poco a mi progenitora, comenzando hacerla un mete y saca como si la estuviera follando, cuando estaba en esto mi tía la dijo a mi madre:

“Elena, por favor coge  el calabacín o mejor la berenjena y métemela, necesito que me calmes como yo estoy haciendo contigo, necesito algo grande y gordo dentro de mi coño, pues con tus toqueteos y besos me has puesto muy cachonda”

Mi madre alarga su mano hacía la mesilla donde están las hortalizas y coge como ella le ha indicado la berenjena, la acerca al coño de su prima y me  quedo sorprendido con la facilidad que le ha entrado con lo gorda que es la. Mi madre como está haciendo su prima comienza un mete y saca con la berenjena, dentro del coño de Laura consiguiendo hacerlo cada vez a mayor ritmo. Al cabo de menos de un minuto ambas comienzan a emitir grandes quejidos y suspirando de placer y a mover sus cuerpos con gran pasión, se notaba que estaban ambas disfrutando muchísimo.

Me sorprendió gratamente, ver el cuerpo desnudo de mi tía, pues siendo 6 años mayor que mi madre, aún conservaba  bajo sus ropas de mujer decente y madura, un cuerpo que podía dar a cualquier hombre mucho placer. Tenía unas tetas también grandes  (más aún que mi progenitora) debía de usar al menos una talla de sujetador 130 ó 140 y tenía unas aureolas y pezones iguales a los de mi madre, aunque los pechos  Laura los tenía más caídos. Su coño era grande, gordo y muy peludo y al igual que mi madre en sus sobacos también tenía pelos. Tenía un poco de barriga, mayor que la que tenía mi mamá, pero esto también hizo que me excitara aún más al ver a las dos desnudas.

Permanecí quieto viéndolas y sacándome mi polla comencé a masturbarme mientras ellas se daban placer, hasta que no pudiendo aguantarme más me corrí salpicando con mi semen toda la puerta del dormitorio de mis padres. Al acabar saque un pañuelo de papel y lo limpie y seguí observándolas hasta que ambas llegaron al orgasmo. Tras esto se tumbaron abrazadas las dos en la cama a descansar, no dejándose de tocar una a la otra los pechos y sus sexos. Entonces Laura dijo a mi madre:

“No entiendo Elena como Miguel, teniendo este cuerpazo y ese coño que tú posees, te ha ido dejando y hace tanto tiempo que no goza de él. Es normal que tú a tú edad andes caliente y salida todo el día, necesitando que una buena polla visite ese coñito tan bonito y rico que tienes. No me extraña que al tenerte tú marido un poco abandonada, cayeras tan fácilmente con mis caricias en mis manos. Yo que tú me buscaría una buena verga que me consolara y calmara, ya que tú marido no lo hace, y si fuera joven y vigorosa mejor pues tiene más aguante y potencia y por tanto te hacen disfrutar más. Te lo digo por experiencia, pues a mí me pasa lo mismo con mi marido, que ya con la edad o no le apetece, no puede o se ha cansado de mí. Por eso de vez en cuando salgo por los alrededores de los lugares que frecuentan los jóvenes  y con más de uno he calmado mi calentura y falta de polla. Porque esto nuestro nos da placer y está bien para calmar nuestra calentura, pero las dos sabemos, que como un hombre, por mucho que las dos nos demos placer y disfrutemos, no hay nada”

Mi madre entonces sin dejar de tocar los pechos de Laura la dice:

“Tienes razón prima, pero yo nunca haré lo que tú, aunque me apetece muchísimo, pero soy una mujer casada y decente y no quiero que mi reputación sufra por irme con uno de esos jovencitos que tú te vas y que (ya sabes cómo son los jóvenes) por parecer más hombre lo cuente a cualquiera y todo el mundo se entere. Otra cosa es que fuera con alguien de mucha confianza y que supiera que nunca lo contaría. O bien con un hombre que estuviera también comprometido y que le perjudicara tanto como a mí que esos encuentros salieran a la luz pública. Pero bueno Laura, dejemos este asunto, estamos bien como estamos, gozando y disfrutando de nuestros encuentros lésbicos y me conformaré con ello, pues no quiero ni creo que pudiera ser infiel con otro hombre (joven, de nuestra edad incluso mayor ) al bueno de mi marido Miguel. Pues sé que si no cumple todo lo que yo quisiera y necesito, es por su edad, date cuenta que me saca catorce años y si yo ahora tengo 47 él tiene 61 y ya no tiene la fuerza sexual que tenía cuando nos casamos”.

Tras oír esto, y viendo que si sabía jugar mis cartas, aprovechando la falta de hombre que tenía mamá, podría no tardando mucho conseguir mi objetivo de seducir y conseguir que mi madre se entregara a mí y más sabiendo que si con el que lo hiciera fuera alguien de confianza estaba casi decidida a serle infiel a Miguel, me decidí a conseguirlo.  Viendo que ambas mujeres no tardarían mucho en levantarse de la cama y que corría el peligro de ser descubierto, cogí y me metí mi polla de nuevo en mi pantalón y sin hacer ruido me fui a la calle. A eso de una hora volví y encontré a mi madre, ya sola, sentada en la salita de estar, viendo la televisión como si no hubiera pasado nada. Yo la di un beso y la salude, preguntándole que tal  la había ido el día pero no la comenté nada de lo que esa tarde había visto.  No era el momento, lo guardaría por si alguna vez me fuera necesario utilizarlo para mis intereses(bien con ella o con mi tía, pues me había calentado mucho y gustado ver también desnuda a Laura y no descartaba tener también si terciaba algún encuentro con ella).

Las palabras de mi madre me acabaron de confirmar lo necesitada que estaba de hombre, la puta necesitaba un buen semental que la tuviera bien follada, y yo su hijo estaba decidido a ser ese hombre y por eso desde ese día puse en práctica mi plan para que cayera en mis brazos.

Mi siguiente paso fue ir poco a poco, como si fuera normal, el ir exhibiéndome a mi madre cada vez mas e ir enseñándola poco a poco cada vez más  partes de mi cuerpo. Tenía que hacerlo, como si lo hiciera sin darme cuenta ni darlo importancia. Todo ello con el fin de irla calentando y de conseguir que se fijara en mí y comenzara a tomar interés por mi y que cada vez quisiera conseguir ver algo más de mi anatomía. Yo tenía que conseguir hacerla ver el hombre que tenía en casa.  Yo entonces el objetivo que me puse fue conseguir que ella al cabo de un tiempo viera por descuido mi polla y mis huevos, para que de esa forma me deseara, pues sé que sería casi seguro así al estar tan falta de polla.

Comencé por quitarme para dormir  (y más siendo ya la época estival) el pantalón del pijama y hacerlo solo con calzoncillos, pues pensé que esta sería una buena forma de que mi madre, cuando por cualquier cosa entrara en mi habitación o nos cruzáramos por cualquier lado de la casa apreciara mi paquete. Pues como tú bien sabes Esperanza, yo tengo una buena polla y unos cojones de buen tamaño, y por consiguiente todo ello bajo mis calzoncillo me abulta bastante (no es por presumir, pero sé que al menos abulta más de los de los dos maridos – que son los únicos que ha podido ver mi madre- que ha tenido). Me ponía el calzoncillo más ceñido que tenía para que resaltara más y marcara el más mínimo detalle de mi paquete (polla y cojones). Yo por aquel entonces y ahora en muchas ocasiones, cuando me levanto por la mañana, lo hago con la polla tiesa o al menos semi erecta, lo cual muestra un gran morcillón, de esta forma mi madre podía apreciar mejor el aparato que tenía su hijo.

Como era verano y yo estaba de vacaciones, no madrugaba, no así mi madre que tenía por costumbre hacerlo para hacer la labores de la casa, limpiando toda ella incluso mi habitación. Por eso era normal que ella entrara mientras yo dormía y se pusiera a limpiar mi habitación.

Los primeros días, ni me entere cuando entraba y limpiaba, pero uno de ellos hizo un ruido sin querer y yo me desperté, pero sabiendo que era ella ni me moví, solamente me di la vuelta quitándome de encima la sabana que aún cubría parte de mi cuerpo quedando tendido  (y haciéndome el dormido). Estaba  boca arriba sobre la cama y mostrando en todo su esplendor mi gordo paquete, aprisionado bajo la tela de mi calzoncillo y con una marca húmeda, en la parte de él, donde estaba situada la punta de mi polla (que como era costumbre en mí al despertar por la mañana se encontraba bastante erecta), la cual se podía apreciar perfectamente todo el grosor y longitud de la misma. Yo como digo continúe haciéndome el dormido y ella al terminar de limpiar salió despacio y cerró la puerta. Cuando ella cerró no pude por menos que sacar mi polla del calzoncillo y masturbarme pensando en que la estaba follando a mi madre. No me quedaba ninguna duda de que ella me había visto perfectamente mi paquete, pues con ese fin  me puse boca arriba y bien expuesto. Me lo acabó de confirmar cuando a los 20 minutos me levanté y fui donde ella estaba y tras darla los buenos días ella me dijo a la vez que me miraba con una cara entre avergonzada y sorprendida, y no podía evitar echar miradas descaradas a mi entrepierna:

“Buenos días hijo, ¿Qué tal has descansado esta noche?”

Yo la contesto:

“Bien, mamá, bien y tú te veo un poco sofocada”

Ella poniéndose aún más nerviosa y colorada me contesta:

“Si hijo, estoy sofocada por el calor que tengo, al estar trabajando limpiando y eso la casa me entra mucho calor y por eso me ves así”

Yo comencé a ir por casa el resto del día, con el torso desnudo, sin camiseta y utilizando un pantalón de deportes al que le había quitado la huevera, para que al sentarme y según la posición en que me pusiera se pudiera ver parte de mis genitales (siempre que alguien tuviera interés de verlos).

Uno de estos días, un viernes, yo ya tenía cogida la hora de llegada de mi madre hacer mi habitación, unos minutos antes de que ella llegara me estuve tocando durante un rato mi cipote hasta que conseguí ponerlo completamente erecto, de tal forma que las venas del mismo se marcaran en él como si fueran a explotar y al tener esta medida me salía por encima del elástico de mi prenda intima quedando todo mi glande fuera de la tela de la misma (cosa que era lo que pretendía). Cuando oí la puerta me coloqué en una posición en la que ella pudiera apreciar bien mi entrepierna y me hice el dormido, viendo todo lo que hacía al tener mis ojos semi cerrados  (es decir viendo a través del pequeño hueco que dejaba entre mis pestañas) pero que a ella le parecieran que estaban cerrados. Ella comenzó a barrer alrededor de la cama haciendo el menor ruido posible, pero en un momento dado se agachó para coger algo del suelo  y al agacharse y llevar la batita corta que usa en casa, pude apreciar todo su trasero y ver sus bragas  y como se la escapaban gran cantidad de pelos de su coño saliéndola por los laterales de la misma. Eso me pudo muy caliente y mi polla lo noto poniéndose a tope y alcanzando mayor tamaño aún que el que tenía , lo que hizo que ya no solo la cabezota de ella quedara fuera del calzoncillo, sino unos dos centímetros más de mi barra de carne. Cuando se incorporó echó al recogedor lo que había cogido y siguió barriendo, pero al darse la vuelta para barrer alrededor de mi cama y estar de frente se quedó de golpe parada  sin poderse mover (como si  fuera una estatua) mirando hacía mi entrepierna  que estoy segura que la impactó lo que acababa de ver. Así estuvo durante lo que a mí me pareció un minuto más o menos. A continuación se puso a barrer la habitación aunque sin duda seguro que seguía echando miradas furtivas a mi entrepierna. Siguió limpiando la habitación durante unos minutos más, hasta que de nuevo la vi que se paraba. La muy puta se había puesto delante de mi cama y miraba hacía donde yo estaba admirando mi polla. Yo procuraba fingir lo mejor que podía que dormía, aunque la situación me estaba poniendo algo tenso y excitado sintiendo un hormigueo en mis huevos y haciendo que siguiera mi verga con una buena erección. Llevaba ya un buen rato en esa posición, por lo menos uno o dos minutos cuando oí un ruido de ropa rozándose y vi como ella se había metido una de sus manos por la raja de la bata y la había llevado al elástico de sus bragas y metiéndose la mano dentro de ella comenzaba a acariciarse su coño. Eso ya era superior a mí. Me excitó tanto, que mi polla creció aún un poco más hasta ponerse dura como un tronco y al pasar esto se salió completamente de su encierro quedando totalmente expuesta a su vista. Mi madre inmediatamente se sacó la mano de las bragas y salió de la habitación. La muy golfa, la cogió de sorpresa el que se me saliera mi polla y se asusto al verme todo mi capullo, estoy seguro que era la verga más grande y gorda que había visto en su vida.

Cuando me levanté a los cinco minutos, no quería darla más tiempo, me quite el calzoncillo y me pude el pantalón de deporte (sin cojonera) y fui hacía la cocina donde ella se encontraba fregando unas tazas de su desayuno. Yo entonces me acerque y haciendo con que pasaba hacía la cocina para coger la leche y echarme el desayuno (el espacio entre el fregadero y la mesa del centro de la cocina es un poco estrecho), la dije:

“Mamá, me dejas pasar, voy a coger la leche”

Y sin esperar su respuesta, pasé por detrás de ella, restregándole todo mi paquete muy despacio y a conciencia por todo su culazo. Ella ni se movió, pero tampoco dijo nada, seguro que en esos momentos y tras lo que había visto hacía un rato en mi cuarto, tendría completamente mojadas todas sus bragas. Yo para que ella se diera cuenta que ese roce no había sido por casualidad, al volver con la leche, de nuevo volví a restregarme más fuerte y por más tiempo, quería que sintiera perfectamente el tamaño y la forma de mi polla en su culo y estoy seguro que así fue.

Cuando yo llevaba unos minutos desayunando mi madre me dijo:

“Hijo, mientras acabas, yo me voy a ir dando una ducha, luego recojo la taza y las cosas de tu desayuno”

Se dirigió al baño, mientras yo permanecía en la cocina desayunando. Cuando oí que entraba en el cuarto de baño, me dirigí, con la intención de observarla como siempre por la hendidura que dejaba, como era su costumbre al no encerrarse en el baño. Pero en esta ocasión cuando llegue la puerta si estaba cerrada, y si oí el caer del agua de la ducha. Esperé hasta que dejé de oír caer el agua y cuando pensé que se estaría secando me sorprendió escuchar la salida de agua de otro grifo, que yo rápidamente lo identifique con el del bidet, oyendo al poco tiempo el ruido que hace la mano al frotar el coño cuando se hace con agua por medio. No había pasado ni medio minuto cuando comencé a oírla a emitir gemidos de placer, como consecuencia evidentemente de la masturbación que en esos momentos se estaba haciendo:

“Aaaahhhh, siiiiii…..ooooohhhhh que gustooooooo siiiiii….ooooooh ….siiiii…siiiiii  ooooohhhh”

Estos suspiros no me dejaron lugar a la duda, la putilla de mi madre se estaba masturbando pensando en mi polla. Seguro que en su mente ya había medido y sopesado el tamaño de mi herramienta. Esto me lleno de alegría pues con ello había conseguido una de las partes quizás más difíciles de mi plan, y era que ella se fijara en mi y comenzara a desearme. Mi madre al ver mi polla esa mañana se había puesto muy excitada y al pararse su caricia en su sexo al salir asustada de la habitación, no había hecho más que sentirse más caliente que una verdadera perra en celo, deseando en su pensamiento mi polla, cosa que  (aunque ella ni se lo imagina) yo estaba deseando de dársela y seguramente ocurriría quizás antes de lo que yo había pensado que fuera.

Mi padrastro ese día por la tarde noche llego de estar una semana fuera de casa por razones de trabajo. Tras cenar y ver un rato la televisión en familia, ellos se fueron acostar cinco minutos antes que yo y al pasar por su dormitorio vi que habían cerrado la puerta (cosa que hacía tiempo que no hacían). Esto me hizo pensar que esa noche y con lo caliente que había estado mi madre todo el día y la calentura que acumulaba, necesitaba echar un polvo fuera como fuera y al llegar esa tarde mi padrastro se le presentó la oportunidad de hacerlo y de momento era con el único que podía hacerlo. Yo pegue mi oído a la pared, como había hecho en tantas ocasiones cuando estaban en su plenitud sexual los dos. A los pocos minutos comencé a oír voces melosas y besuqueos, respiraciones fuertes y a continuación los ruidos típicos de los muelles de la cama y del colchón. A los pocos segundos comencé a oír los suspiros y casi gritos sostenidos de mi madre, que en esa ocasión se la notaba con más excitación y más intensidad que otras veces. Por su forma de suspirar y de gritar realmente esa noche mi madre necesitaba ser follada en condiciones. Pasado un rato los ruidos cesaron en la habitación de al lado y yo pensé que todo había acabado, y que no obstante a pesar de su edad mi padrastro había cumplido bastante bien. Pero pasado una medía hora cuando estaba ya medio dormido empecé de nuevo a ori ruido en la habitación de ellos. Era como si de nuevo comenzarán a abrazarse y a besarse. Y efectivamente, al poco empezó de nuevo el ruido del colchón y los quejidos sordos de mi madre. Joder, lo nunca visto. El calentón que le había pegado a mi madre la había hecho necesitar dos polvos en una misma noche, que yo supiera, por primera vez en su vida. El morbo que sentí al saber que yo era el causante de esa calentura de mi madre fue increíble. Seguramente mi madre estaría pensando en mí mientras mi padrastro se la trajinaba por segunda vez. Al rato oí los golpes y ruidos de la cama como consecuencia de las últimas tres o cuatro últimas culadas y empujones de Miguel sobre el coño de mi madre y los gritos (esta vez sí gritaban) de gusto de los dos a la vez al llegar al orgasmo. Al poco rato mi madre se levanto y (como yo no había cerrado la puerta de mi dormitorio) la vi pasar y meterse en el baño, como hacía antaño. Seguramente se estaría lavando su peludo coño, que con toda seguridad estaría lleno de la leche de Miguel, y hoy, con una ración doble.

Miguel pasó en casa todo el fin de semana y en esos dos días todas las noche follaron, aunque ya la última noche él no pudo aguantar lo que las noches anteriores y apenas comenzar se corrió sin ni siquiera hacer llegar a mi madre conseguir su primer orgasmo, teniendo ella que acabar y contentarse con que su marido la masturbara con sus manos en su  coño, lleno de la lefa que él mismo acaba de echarle dentro, hasta que con gran trabajo pero también con gran maestría la hizo venirse. Mi madre esos días estaba muy excitada y caliente durante todo el día y solo buscaba la ocasión para hacer carantoñas a su marido y que este la tocara por todo su cuerpo (cuando yo estaba delante se refrenaban un poco) pero cuando creían que no está presente se volvían loco metiéndose manos por todas partes los dos. El lunes por la mañana mi padrastro de nuevo tuvo que salir de viaje y esta vez se marchaba para dos semanas, la despedida fue larga y muy erótica, parecía que estuvieran pegados por sus bocas y sus manos no paraban en ninguna parte de sus cuerpos. Por fin se separaron él montó en su coche y marcho y mi madre, en vez de haber calmado su calentura parece que lo que hizo en ese fin de semana es que se la despertara aún más. El calentón la estaba durando a la golfa de mi madre más de lo que yo había pensado. Yo al notarlo, pensé para mis adentros, “mejor así, estará más preparada para cuando llegue el momento, pues de en estos días que esta mi padrastro fuera esta putilla tiene que ser mía y entregarse por completo a mí, tengo que hacer lo posible para que sea ella la que al final se me entregue y se deje follar por mí.

Yo tenía que conseguir que ella me viera desnudo y así levantar de nuevo sus ganas de polla. Primero yo continué durmiendo solo en calzoncillo y todas las mañanas dejaba que ella me observara. Cada vez lo hacía durante más tiempo y como más segura de sí, metiéndose su  mano en sus bragas para masturbarse con más tranquilidad. Cuando creía yo que estaba cerca de llegar al orgasmo, hacía cualquier movimiento para que ella pensara que me despertaría y dejara de tocarse cortándola la masturbación y haciendo que estuviera caliente el resto del día. Yo seguía buscando cualquier escusa para tocarla o rozarla mi cuerpo sobre el suyo y sobre todo tocarla cada vez que podía, como si fuera involuntario, sus gordos pechos y en su culo arrimarla mi polla que siempre estaba erecta cuando estaba a su lado. A ella parecía gustarla esto, pues nunca me dijo nada, entonces yo pasé a otra parte de mi plan que no era otro que dejar o bajar los roces sobre ella y que fuera ella la que los buscara. Al segundo día de no tocarla con tanta asiduidad como lo había estado haciendo fue ella la que buscaba mi contacto por cualquier cosa. Cuando estábamos viendo en el salón solos la televisión como por descuido se abría la bata de estar en casa más que de costumbre para que yo pudiera ver sus muslos y bragas. Entonces cuando habían pasado cinco días de haberse ido mi padrastro pensé que era el momento en que ella me viera completamente desnudo y con mi polla bien tiesa. Por la tarde estando en el salón viendo la tele, la dije:

“Mamá voy adarme una ducha, hace muchísimo calor y estoy sudando y me siento guarro con el sudor que estoy echando”.

Ella me contesta:

“Coge una toalla del mueble, hijo, la que esta puesta la he usado yo y debe de estar aún mojada”

Yo me levanto y me dirijo hacía el baño, entro y dejo la puerta entornada, pero abierta lo suficiente para que ella (si tiene la tentación de ir hacía el baño) pueda verme como ella me trajo al mundo. Me desnudo por completo, doy el agua, la dejo correr un poco, cojo jabón y una esponja y metiéndome bajo el chorro de la ducha comienzo a ducharme. No habían pasado ni un minuto de que comenzara a caer el agua cuando miro por el espejo de reojo y veo la silueta de mi madre escondida en la puerta viendo como me baño y ella con su mano acariciando bajo su braga su coño. Esta vez la doy tiempo hasta que la veo que la llega el orgasmo y se retira. Entonces me salgo de la ducha me seco y me vuelvo a poner el pantalón de deporte me fui al salón donde ella estaba en el mismo lugar donde yo la había dejado cuando me fui a duchar (simulando no haberse movido de allí). Cuando llegue me dijo:

“Hijo, estaba esperando a que acabaras para salir,  pues voy a ir a comprar unas cosas que no he cogido esta mañana y después me pasaré un rato por casa de tía Laura, pues estos días que ha estado aquí tu padre no la he visto y tengo cosas de mujeres que contarla”

Yo la contesto:

“De acuerdo mamá, si cuando vuelvas no estoy es que he salido a dar una vuelta con los amigos, aunque no tengo muchas ganas, si tú volvieras pronto me quedaba hoy aquí en casa contigo viendo la televisión y no salía”

Ella entonces me dice:

“Yo entre unas cosas y otras no creo que tarde más de dos horas, de modo que si te cuadra esperar ese tiempo, podemos cenar y ver juntos la televisión hasta la hora de acostarnos”

Yo la contesto:

“De acuerdo, mamá, te esperaré. En mientras voy a ir haciendo unas cosillas que tenía que hacer y tenía pensado hacerlas mañana, pero a lo mejor mañana , pasa alguna cosa y no tengo tiempo de hacerlo , de modo que aprovecho este rato y lo hago mientras tú estás fuera”.

La verdead es que no tenía nada que hacer, pero si quería quedarme esa noche en casa con ella para seguir calentándola y ver si adelantaba en mi plan. Como no sabía qué hacer para pasar el rato, se me ocurrió que mientras la esperaba haría una inspección a la ropa interior de ella. Me fui hacia el cuarto de mi madre y abrí los cajones de la cómoda en la que sé que guarda su ropa interior. Nada más empezar a revisarla se me puso la polla semidura. Bragas y más bragas, todas súper grandes para poder entrar en el cuerpo de jamona de mi madre. Además eran todas antiguas, de las que a mí me gustan. Todas ellas amplias y de las llamadas de cuello o tiro alto. Y casi todas blancas, marfil, algunas negras y otras de color violeta y dos color carne. Estaba claro que mi madre no había visto un tanga en su vida, cosa lógica por otro lado teniendo en cuenta el cuerpo que tenía y el coñazo peludo que gastaba. Había también otro grupo de bragas más elegantes y semi transparentes (aunque también de cuello alto como las anteriores), otras todas de encaje de las cuales la mayoría eran blancas y de color marfil aunque había cuatro de color negro y unas  rojas, que seguro que eran las que se ponía en Nochevieja para impresionar a su marido. Luego tenía en sus cajas, pues debía de haberlas usado muy poco o no haberlas estrenado  (pues olían aún a nuevas) otros dos conjuntos,  de raso y con ribetes de encaje. Uno color negro con adornos rojos y otro violeta y adornos negros.

En otro de los cajones tenía también bastantes fajas y bragas-faja. Parece que la zorra de mi madre estaba empeñada en disimular su barriguita, pero ella no sabía que esa barriga de cuarentona cercana a los cincuenta era una de las partes de su cuerpo que más me excitaba. Otro de los cajones estaba dedicado a los sujetadores. Sin duda hacían su función teniendo en cuenta los grandes pechos de mi madre. Eran también muy clásicos y de colores como los de sus bragas la mayoría. Me fijé además en un detalle y es que casi todos tenían una pequeña protuberancia en la zona del pezón, cosa normal teniendo en cuenta los pezones tan gordos que tiene de mi madre.  Y dos de ello, y esto me sorprendió, los cuales tenían una apertura en la parte de sus aureolas y pezones, con lo cual estos quedaban fuera de ellos. Creo que se cogía este tipo de sujetadores para que sus gordos pezones pudieran meterse en la protuberancia que tenían en esa zona y en los dos de la apertura que entraran y salieran por ellos para que así no la molestaran. Por eso normalmente se la veían bastante de pico sus pechos bajo la ropa. Lo que sí me di cuenta es que desde que yo empecé con mi juego y ella comenzó a verme “dormido” en calzoncillo, se la notaban más sus pezones que antes, pues estaba todo el día caliente y seguro que sus aureolas y pezones estarían tiesos y duros por la excitación. Se ve que la puta solía ir empitonada casi todo el día.

Tras mirar todas cogí dos de sus bragas, de las normales que usaba a diario y me las guarde. Luego me entró un poco de morbo y quise ver y oler las bragas que se había quitado ese día. Así, que enseguida me fui al cesto de la ropa sucia y cogí las bragas que mi madre había dejado esa mañana. Inmediatamente me las llevé a la nariz. Ummmm! qué bien me olían, olían a hembra caliente, era ese olor  a pescado que desprenden los coños sucios, es un olor que me vuelve loco en las mujeres. Teniendo en cuenta que mi madre iba todo el día muy excitada y cachonda, las había aromatizado bien, y más teniendo en cuenta el matorral de pelo que tiene en el coño. Las cogí y me las guarde, pues miré el reloj y ya habían pasado casi las dos horas que me dijo  y debería está a punto de llegar. Me dirigí a mi cuarto y las guarde, las usadas y las otras dos limpias que había cogido del cajón de su cómoda, bajo la almohada de mi cama. Entonces me miré al espejo y el pantalón de deportes era demasiado grande y no se me notaba el paquete, de modo que decidí ponerme un calzoncillo (cogí el más pequeño que tenía) y esperarla solo con él. Mi idea era que cuando estuviéramos juntos, bien cenando o viendo la televisión si me excitaba o me tocaba, se me pusiera erecta la polla y que se saliera parte de ella por el calzoncillo y yo hacer con que no me daba cuenta y ella pudiera ver de nuevo mi polla al desnudo. Me fui al salón, puse la televisión y esperé a que llegara ella. No había pasado ni diez minutos cuando oí la puerta de la casa, era ella que llegaba. Al oírla me levante y fui a recibirla dándola un beso en su cara y procurando rozar con mi paquete la zona de su sexo por encima de su falda y arrime mi pecho aplastando los suyos y notando en mis carnes el contacto de sus duros pezones.

Ella al notarlo, me sorprendió, pues en vez de retirarse me pareció que se arrimaba aún más y como por descuido rozo dos veces su zona pélvica sobre mi paquete, separándose, me dijo:

“Juan ve poniendo la mesa, pues son las 9,00 de la noche y vamos a cenar, para luego sentarnos un rato a ver la televisión hasta la hora de acostarnos”

Yo haciéndola caso, mientras ella se dirigía a su cuarto para cambiarse, me dirigí a la cocina y monté la mesa (pues cuando estamos ella y yo solos solemos hacer todas las comidas en la mesa que tenemos en la cocina). Cuando volvió mi madre, llevaba puesta una batita de estar en casa, de tela fina, que la llegaba como a unos 20 centímetros por encima de sus rodillas y que se había hecho ella misma para estar más fresca en verano. Era abierta y abotonada con tres botones solamente, el último a unos 30 centímetros del final de la misma,  y el superior poco más o menos a la misma distancia del cuello y el otro botón a una distancia media entre el de arriba y el de abajo, color marfil y la tela como de raso. Al ser tan fina la tela al entrar pude ver que sobre la misma se podía apreciar dos pequeños puntos que resaltaban a la altura de donde debían quedar sus pezones.  Al andar la bata se le abría por su parte inferior bastante quedando a la vista una zona bastante alta de sus muslos, ya casi donde podía empezar sus bragas (calcule que estas comenzarían a uno o dos centímetros de donde se cerraba la batita.

Yo me senté y ella cogió la fuente con la cena y colocándose a mi lado comenzó a servirme, inclinándose un poco para hacerlo más cómodo. Al hacerlo yo pude mirar de reojo por el hueco que quedaba entre la bata y su cuerpo y cuál sería mi sorpresa al poder comprobar que no llevaba sujetador puesto y poder verla hasta la aureola de sus pechos. Ella al ver mi mirada, no sé si por pudor o para que yo viera que se había dado cuenta que la había visto sus pechos, se acarro con una mano una de las solapas de la bata y se la cerró un poco. Luego se fue a su sitio y se sirvió su cena. Yo no estaba más que pendiente, cada vez que se agachaba para coger con la cuchara la comida, mirar a ver si podía ver de nuevo parte de sus pechos, ella se hacía la tonta como si no me viera, pero estoy seguro que si sabía que yo la miraba. Esto hizo que mi polla comenzara a crecer y notaba como luchaba ya por salirse del calzoncillo. Al servirme el segundo plato, ocurrió lo mismo que con el primero, pero esta vez, no sé como lo hizo, que se la abrió aún más la bata y pude verla completamente sus pechos incluido sus aureolas y pezones. Tras el postre, la ayude a recoger la mesa y ella se puso en el fregadero a lavar los platos y los vasos, yo cada vez que la llevaba alguna cosa para que la lavara, procuraba rozarla mi paquete por su culo , encendiéndome y poniéndome cada vez más caliente y supongo que a ella la pasaría lo mismo.

Tras cenar fuimos al salón, para ver la televisión, donde deje que ella se sentara primero con el fin de ponerme frente a ella, para que pudiera apreciar mejor mi bulto y procurará que a lo largo de la noche se me saliera mi polla del calzoncillo y ella, pudiera vérmela (yo haría como que no me doy cuenta de que se me ha salido). Ella se sentó en el sofá y al hacerlo, se la subió bastante la bata, quedando prácticamente sus muslos al aire y yo me senté en el sillón que quedaba a su derecha. Encendimos la televisión y nos pusimos a verla, mientras veíamos la televisión, me dijo que cuando salió había ido a comprar y que después estuvo hablando un rato con su prima Laura, y que se contaron algunos que otros secretillos de ellas y cotilleos de mujeres. Al cabo de un rato, como de unos veinte minutos, cambio de posición y en vez de sentarse se puso recostada sobre el sofá colocando sus piernas y pies desnudos a lo largo del asiento del sofá en dirección  hacia donde yo estaba  y  apoyando el codo en uno de los brazos del mueble. En esta posición ella podía ver perfectamente mi paquete, sin necesidad de voltear la cabeza, pues la quedaba justo en la misma dirección de la televisión. Yo al mirarla, pude ver que la bata al tener apoyado uno de sus codos, se la había abierto quedando gran parte del pecho del lado donde estaba apoyado el codo al aire, vislumbrando el comienzo más oscuro de la  aureola de ese pecho. De sus piernas me quedaba una vista preciosa, pues podía ver prácticamente todas sus piernas y muslos solo quedaba tapada la zona de su sexo. Esta visión hizo que mi sexo comenzara a despertar y yo notaba como crecía dentro de mi calzoncillo, pero aún no estaba lo suficientemente duro como para salirse de él.  Continuamos charlando sobre mi tía Laura, pero cuando estábamos en  esto, ella hizo un pequeño movimiento tendiendo todas sus piernas a lo largo del sofá abriéndolas un poquito. Yo muy atento enseguida dirigí mi vista hacía su entrepierna para ver si podía verla las bragas, y en efecto, muy dificultosamente pude apreciar un punto oscuro, como negro, en la zona donde se juntaban sus piernas. Me sorprendió ver que se había puesto bragas negras, cuando habitualmente suele usar las blancas y más en verano. Yo tras estar un rato mirando ese punto de su cuerpo, cambie la mirada mirándola a su cara y pude observar que ella tenía fija sus ojos en mi entrepierna, eso para mí fue la señal. Como pude hice que se me bajaran uno o dos centímetros el elástico de mi calzoncillo apareciendo, como sin querer, la punta de mi polla. Yo como si no me hubiera dado cuenta seguí mirando la televisión y continué con la conversación que teníamos. Cuando de nuevo miré hacía mi madre me di cuenta que ella había abierto como 10 o quince centímetros sus piernas y pude apreciar perfectamente que lo que yo creía ser sus bragas, era la pelambrera de su coño. La muy puta no se había puesto nada debajo de la bata, estaba completamente desnuda bajo la fina tela de su bata de verano. Pero yo no me corte y la miré descaradamente, quería vérselo y si era posible conseguir apreciar y ver también su rajita. Ella se hacía la distraída y mantenía su vista hacía la televisión , pero me daba cuenta que sus ojos estaban de nuevo mirando mi paquete, que en ese momento por la excitación y la calentura que me había entrado al verla su pelambrera ya se me había salido más de la mitad de mi polla de mi calzoncillo. Ella se paso una de sus manos a lo largo de sus muslos y como si se fuera a colocar se abrió un poco más sus piernas, mostrándome descaradamente toda la raja de su chocho bien abierta y brillante por los líquidos que seguro estaba echando. Así permaneció al menos durante tres o cuatro minutos para luego, sin decir nada, juntar sus piernas colocando una encima de la otra, pero estirada en el sofá, cerrando y de esta forma quitando de mi vista su deseado y rico coño. Yo no me moví y deje que mi polla siguiera creciendo y saliéndose de mi calzoncillo. No habían pasado ni un cuarto de hora de esta escena, que mi madre se levanto y colocándose bien la bata, me dijo:

“Bueno hijo, son ya las 11,00 de la noche, es tarde yo me voy a lavar un poco y a dormir, pues mañana tengo que levantarme de nuevo temprano para arreglar la casa. Tú si quieres quédate un rato más, pues no tiene que madrugar”

Se dirigió al cuarto de baño, pero no cerró la puerta, sino que de nuevo la dejo entre abierta. Sé que mi fase del plan de conseguir que ella viera mi polla, se había completado con éxito y estaba seguro, por lo que la brillaba la raja de su coño, que debía tener su almeja hecho un verdadero bebedero de pato de lo mojado que lo debía de tener. Cuando llegó al aseo se sentó en el wáter y se puso a orinar, yo desde el salón oía el chorro golpear sobre la porcelana del inodoro.

Yo entonces me levanto del salón y muy despacio me dirijo hacía el cuarto de baño (que como sabes esta frente mi dormitorio) oí como abría el grifo del bidet. Esa era la señal inequívoca. La zorra se estaba haciendo una soberana paja sentada en el bidet con la imagen de mi polla aún en su mente. Y esta vez os puedo asegurar que la paja fue más larga de lo normal. Se tiró por lo menos 10 minutos ahí sobándose el coño. Yo estaba asomado por el trozo de puerta que se había dejado por cerrar y la veía pasar su mano una y otra vez por toda la raja de su almeja, la oía resoplar y emitir suspiros de placer y gusto y estoy seguro que era pensando en mí. Sé que ella sabía perfectamente que yo la estaba viendo desde la puerta, sino hubiera cerrado la puerta como hacía otras veces.  Yo cuando vi que dejaba de masajearse su chocho, me retiré de nuevo al salón, donde apague la televisión y cuando volvía para irme a mi cuarto me la encontré  saliendo del baño, de nuevo acerque mi boca a su cara para darla un beso de buenas noches, procurando otra vez acercar y tocar con mi bulto la zona de su sexo.

Yo me metí en mi cuarto y cerré la puerta con el cerrojillo, me tendí en la cama, estaba muy caliente y salido. Saque su braga usada que había metido bajo mi almohada, la olí y comencé hacerme una soberbia paja, con su braga en mi nariz, oliéndola e imaginando que era su coño, que se le comía y me la follaba con ganas. A los pocos minutos de estar meneándomela me vino un fuerte orgasmo corriéndome y manchando las sabanas abundantemente. Tras esto me quede dormido y se me olvido desechar el cerrojillo de la puerta, por lo cual mi madre a la mañana siguiente no pudo hacer limpieza en mi dormitorio.

Mi madre estuvo todo el día nerviosa y azorada, no sé si por no haber podido verme ese día mi paquete o porque, pero se la notaba que la puta se había calentado mucho al ver la noche anterior de nuevo el pollón que gastaba su hijo y con el juego de exhibición que habíamos hecho los dos. Tras comer, la dije que me iba a echar un rato a siesta. Esta vez no cerré la puerta, pues sabía que con el pretexto de limpiar el dormitorio iría a él con el fin de poder ver de nuevo mi paquete y si la suerte la acompañaba mi polla, que a lo mejor por una casualidad del destino se hubiera salido de mi calzoncillo. En efecto no llevaría yo acostado ni media hora cuando se abrió la habitación y apareció mi madre con una escoba y un recogedor, yo me hice el dormido. Ella comenzó a barrer y se quedó un buen rato mirándome al lado de la cama y tocándose su chochó por encima de la tela de la misma bata que había tenido puesta la noche anterior. Luego continuo barriendo y cuando estuvo situada a la altura de donde yo tenía mi cara se agacho con que a coger algo del suelo, enseñándome todo su culazo, pero esta vez no tenía puesta bragas y pude ver con toda perfección su bella raja del coño toda rodeada de pelos, los cuales también la cubrían todo su pubis y se quedaban como a dos o tres centímetros de su ombligo. Cuando yo más entusiasmado estaba mirando se dio la vuelta cogiéndome de improviso y me dijo:

“Hijo, ¿Qué haces mirando el culo de una vieja?, ¿es que te gusta?”

Yo al cogerme desprevenido, no sé qué decirla y solo me sale de mi boca:

“Mamá, no llevas bragas, tienes un culo precioso y todo lleno de pelos tu chocho que es como a mí me gustan, estas preciosa”.

Y ella riéndose me dice:

“No llevo las bragas porque tú me has quitado las que me iba a poner hoy, son esas que asoman bajo tu almohada.  ¿De verdad te gusta mi culo? ¿O te gusta algo más de tú madre? Es esto lo que llevas buscando y tratando de ver todo este tiempo, Juan”

Y diciendo eso se desabrochó los tres botones de su bata y cogiendo con cada una de sus manos las solapas de la misma, la abrió, mostrándome todo su cuerpo desnudo. Era un cuerpo normal de una mujer madura, un poquito rellenito, con su barriguita (no muy grande, pero lo suficiente para que se la notara y sobresaliera un poquito del resto de su cuerpo) y unos pechos gordos y hermosos que a pesar de su edad aún se mantenían tiesos y erguidos. Aquel cuerpo que tenía ante mi vista para mí era el cuerpo más maravilloso, esplendido y deseado del mundo.

Yo al ver esto me  bajo un poco mi calzoncillo y sacando mi polla fuera y comienzo a tocármela. Al hacerlo la observo a mi madre que no retira su mirada de mi verga y noto como sus pezones están erectos y duros por la calentura que tiene y el deseo. Entonces la digo:

“¿Qué miras mamá?”

Y ella poniéndose un poco colorada pero sin dejar la postura que tiene (se encuentra como hipnotizada), me dice:

“Nada, nada, hijo”

Y yo sigo diciéndola:

“Pues yo creo que me estás mirando la polla, y si quieres verla basta con que me lo digas”

Entonces levantándome y poniéndome de pie, dejo caer el calzoncillo al suelo y saliéndome de él me acerco a ella  y la digo:

“Mamá, sé que me estas deseando igual que yo a ti y que llevas muchos días queriendo que esto ocurriera, pues ahora a llegado la hora, aprovechemos esta ocasión mamá”

Ella  sin moverse ni alejarse de mí me dice:

“Juan sois mi hijo no me puedes decir eso, aunque es verdad que te deseo y llevo un tiempo que solo pienso en ti, pero soy tu madre, y tú mi hijo y esto no estaría bien hacerlo”

Yo entonces la digo:

“Hagamos una cosa si no quieres que nadie se entere ..........”

Me vuelvo y me quedo un rato en silencio, ella comienza a llorar diciéndome:

“Hijo te deseo muchísimo, pero esto no puede ser es antinatural, por favor hijo aún estamos a tiempo”

Yo la abrazo y al hacerlo noto mi cuerpo desnudo pegado al suyo, siento sus pechos contra los míos y su barriga tocando la mía y con mi polla muy tiesa la estoy tocando su sexo, ella al sentirlo trata de retirarse y echar su culo hacía atrás, pero enseguida vuelve a acercarse y se pega aún más que antes a mi cuerpo. Yo llevo mi boca a su mejilla la voy dando besos hasta llegar a su boca, paso mis labios por los suyos y ella se deja hacer y poco a poco va abriendo su boca, introduzco mi lengua en ella y se junta con la suya  y así estamos un rato. Luego ella se retira un poco y a pocos centímetros de mi boca me dice con voz muy baja:

“Seguro, Juan,  que nadie se va a enterar  de esto, me lo prometes ,mira que esto….. nunca debe de ent……”

No la dejo acabar y la contesto:

“Mamá nadie lo sabrá, no te preocupes, será nuestro secreto, quiero que desde hoy seas mi mujer, mi puta y mi amante y yo seré tú hombre. Ese hombre que tú necesitas para calmar esa mujer caliente y puta que llevas dentro y que tú viejo marido no es capaz de calmar”

La beso nuevamente y a la vez llevo mis manos a la solapa de la bata y comienzo a deslizarla hacia abajo todo lo largo de su cuerpo hasta que consigo que caiga la prenda al suelo quedando ahora mi madre completamente desnuda ante mis ojos. Ahora los dos desnudos la abrazo y la beso y la voy llevando hacía mi cama, me siento con ella en la cama y la acuesto (ella a todo esto se deja hacer y no dice ni una palabra). La paso mis manos por su pechos, que siempre me han gustado y excitado mucho, y arrimando mi boca a sus pezones comienzo a chupárselos y con una mamo le acaricio a su vez sus piernas hasta que consigo llegar con ella al medio de su pierna, sigo subiendo y llego a su sexo, al sentir mi mano en él ella emite un suspiro de placer:

“Unnnn….oooohhhhh…siiiiiiiii”

Yo entonces acerco mi boca a su oreja, se la chupo, la beso y la digo:

“Cómo me pone tu cuerpo desnudo, mamá, joder aunque estas un poquito llenita estas buenísima, que guapa y buena que estas, como me pones, me tienes excitadísimo, mamá, cuanto he deseado este momento, cuanto se ha hecho esperar mamá….”

Entonces ella me contesta entre jadeo y jadeo y con un hilo de voz:

“Cállate hijo, calla y sigue, por favor, yo también te deseo y tengo muchas ganas de ti desde hace un tiempo, por eso ayer cuando fui a casa de mi prima se lo conté y ella me convenció de que diera este paso que acabo de dar. Me dijo que me insinuara a ti y que facilitara cuanto antes esto que está pasando, hijo, sigue, por favor oooohhhhh, sigueeee….te deseoooo”

Yo entonces la digo:

“Prepárate mamá que te voy a sobar a base de bien y te voy hacer disfrutar como no lo has hecho nunca antes en tu vida”.

Y dicho esto deje de tocarla para tumbarme y colocarme mejor junto  a ella en la cama (los dos desnudos), la abracé otra vez (pegando mi cuerpo al suyo) por la espalda y eché una mano a sus tetazas y la otra a su coñazo. Con la mano de las tetas la estaba sobando a tope. No paraba de amasar sus melones, sopesándolos, estrujándolos y tirando de sus pezones, que al poco tiempo ya estaban duros y tiesos. Se notaba que la puta por mucho que se empeñara no podía evitar la calentura. Sobre todo teniendo en cuenta que con la otra mano no paraba de magrearle el coño, frotándole su clítoris. Al minuto de estar sobándola aquel coño parecía ya un pantano de los caldos que estaba empezando a soltar, nuestros temores y dudas ya habían desaparecidos. Y además de aquel recital con las manos no paraba de pegarle bien la polla y los huevos a su culo y espalda, y restregárselos bien, y a la vez ya me iba poniendo yo a tono y preguntaba yo viendo que ya estaba muy caliente:

“¿Te gusta mami?, ¿disfrutas mamá?”

Y ella solo me decía entre suspiros y con un hilito de voz:

“Siiiii siiiiiiii mi amooooor me gustaaaa me gusta lo que me estas haciendoooooo...ooooohhhhh…..siiiiii….sigue, sigueeeeee………”

Yo como si no la oyera y deseando de oírla pedirme que siguiera la contestaba:

“¿Qué has dicho? No te oigo. Si no te gusta paro mamá solo quiero que tú disfrutes...”

Y  hacía el ademán de quitar la mano de su coño, y enseguida ella volvía a decirme, pero ya con una voz más fuerte y excitada:

“No pares por Dios, hijo. No me dejes así, sigueeee….sigueeeee….no pareeess”.

Yo entonces quise de cambiar de táctica y ya comencé a hablarla de otra forma, pues con otras mujeres con las que había estado se que las excita que las insulten y las hablen con palabras groseras y fuertes, y entonces la digo:

“Vaya, parece que ya estas cachonda y comienza a salir al exterior la puta que llevas dentro. Esto seguro que te está gustando zorra más que las pajas que te haces en el bidet, verdad”.

Al oír esto se puso roja como un tomate. No se esperaba que yo estuviera al tanto de sus frecuentes masturbaciones. Pero la furcia ya había llegado a un punto de no retorno. Por mucha vergüenza que pasara y por muchos remordimientos que tuviera, la calentura que tenía en ese momento en el coño, podía más que todo, entonces ella hablándome más alto me dice:

“Siiiii…..me gusta, me gusta mucho hijooooo…siiiiii estoy disfrutando muchismooooo….sigueeeee….sigueeee quiero que me ayudes a sacar para ti la puta que soy y que llevo dentro….sigue por favoooooorrrr.”

Estuve todavía un rato más sobándola y pajeándole el coño, hasta que decidí que a mi madre tenía que ponerla aún más cachonda. Así que la senté en el borde de la cama, la abrí de piernas todo lo que podía y empujándola con delicadeza su cuerpo hacía atrás hice que se echara de nuevo con medio cuerpo sobre mi cama y me dispuse a hacerle una buena comida en su coño. Me coloqué de rodilla entre sus piernas, a la guarra le olía el coño una barbaridad. Entre lo mojada que estaba, y la pelambrera totalmente empapada de sus jugos, el olor a hembra yo creo que se podía  detectar a decenas de metros a la redonda. La verdad que me costó un poco empezar la comida de su almeja, dada la cantidad de pelos que tenía en su chocho, pues la tapaba literalmente su raja,  entonces con mis manos pude ir separándolos poco a poco hasta que conseguir dejar bien al descubierto su hermosa y brillante raja. Entonces arrime mi  cabeza a su raja sacando mi lengua comencé a darla lamidas de arriba abajo y poco a poco fui entrando con mi lengua por primera vez una parte de mi cuerpo dentro del de mi madre, saboreaba el sabor de sus jugos, (los cuales Esperanza puedo decirte que me encanta tragármelos igual que cuando lo hago contigo), seguí lamiéndola y chupándola y llegue a su clítoris entreteniéndome en chupársele, succionársele e incluso darle pequeños mordisquitos. Ella no hacía más que chillar del gusto que mis caricias le estaban proporcionando. Yo sabía bien como tratarle esta deliciosa parte de su cuerpo y más sabiendo que nunca antes en su vida la habían hecho una comida de coño, se estaba derritiendo de gusto y me decía chillando:

“¡Sigue cabrón!...¡Sigueeee!...¿Qué me estás haciendo? Me arde el coño…..ooooohhhhh pero que placer me daaaassss sigueeee….sigueeee hiiiiijooooooo….no pareeees por favoooorrr no pareeeeesss.”

Y mientras decía esto no paraba de chillar y resoplar. Y de apretarme la cabeza contra su chochazo. Que menudo chocho tenía la cabrona por cierto. Era un chochito rosita y para haber parido, no le tenía demasiado dado de sí, pues cuantas mujeres mucho más jóvenes lo tienen bastante más abierto que ella,  la verdad es que da la sensación como que no  hubiera parido, aunque de eso estoy seguro que si lo ha hecho, pues yo estoy aquí. Lo que sí tenía un poco más desarrollado era su clítoris que enseguida que se excita. La sobresale hacía fuera y por eso es tan fácil excitarla y creo que al tenerle así solo el roce de sus bragas la produce placer, de ahí que sea o este todo el día tan excitada. De repente al ver tan cerca su coño se me vino a la mente que yo había salido por él, por ese coño que ahora me estaba comiendo.

Después de un rato de comerle el coño noté que la guarra estaba ya camino del orgasmo. Entonces empecé a hacerle una paja con el dedo corazón y el anular hacia arriba, buscándole el punto G, mientras con el pulgar le frotaba bien su clítoris. Esta técnica, Esperanza,  por si no lo sabes os vuelve locas a las tías, y mi madre no iba a ser una excepción, esto la volvió loca. Ya no podía más de su boca salía un chillido y gruñido de placer continuo, la muy golfa no paraba de chillar y gritarme:

“¡Cabróoooon, no pares!...¡no paaares!...¿Qué me haces hijo, qué me haaaces…..?.....Aaaaah, ah, ah, aah, aaaaaaaaaah me estas matando de placeeeerrrrr……siiiiiii!

Y yo seguía con mi tarea, buscándole ya el éxtasis final. Y para humillarla y dominarla más le decía:

“Siiii disfruta, disfruta pedazo de golfa, disfruta ahora siiiiii y contesta a esto que te voy a preguntar guarraaaaa ¿Vas a ser mi puta de aquí en adelante, mamá?¿Vas a ser mi guarra para follarte cuando quiera? Dímelo, contesta, contéstame…..siiiiii dime si vas a serlo yaaaaa”

Y ella fuera de sí me contesta:

“Sí hijo, síiiii....lo que tú quieras,  tu puta, tu perra  y tu guarra y  quiero que me folles todos los días a partir de ahoraaaa pero por favor no paaares, no pares  por Dios, aaaahhhhh que placeeeerrrr  me estas dandooooo cabrónnnnn hijo mioooooo…..”.

De repente noto que su pelvi empieza a temblar y a darme pequeños golpe con ella en mi boca y cara y que su respiración se le empieza a entrecorta, era síntoma inequívoco, que la muy guarra estaba alcanzando uno de los mayores orgasmos que con toda seguridad había tenido en su vida. Yo al ver que la llegaba comencé a masturbarla con más ganas a la vez que la decía:

“Ya está aquí, zorra, ya te llega el orgasmo golfa, correteé guarra de mierda, córrete que eres una puta, eres una guarra y puta que te corres con tu propio hijo, degenerada, putaaaaa…”

Justo en el momento que acabe de decir esto mi madre no pudo aguantar más y alcanzó el orgasmo. Yo note como apretaba (por la convulsión que la proporcionaba el placer) con los músculos de su coño los dedos que yo la tenía metido dentro de él. Entonces empecé a notar cómo me llenaba toda la mano y el brazo con los jugos de su chocho. La guarra era de las que soltaba buenos chorros de jugo al correrse. Seguro que con su marido Miguel nunca lo había conseguido. Pero cuando creía que todo había acabado la vinieron ganas de orinar por el esfuerzo realizado y comenzó hacerlo sobre mi cara y boca, yo al ver que la salía el orín, abrí todo lo que pude mi boca y lo peque a su rajita recibiendo gran cantidad de su orina caliente y esquisto en mi boca, la cual me trague toda la que pude produciéndome este hecho muchísimo placer.

Acto seguido a mi madre se le aflojaron las piernas y cayó de espaldas en la cama, como si se hubiera quedado sin un gramo de fuerza en el cuerpo. La puta se había quedado atontada tras la corrida. Las sábanas estaban todas mojadas y chorreando de los jugos y de la meada  que había soltado y ella estaba tumbada, con todo el cuerpo sudado y sin poder moverse. Yo noté también en mis rodillas como se me mojaban, al irme cayendo todos los meados de ella y mirando hacia abajo vi el gran charco de orines que se había formado en el suelo.

Me levante y me tendí en la cama junto a ella, dejándola reposar ahí tirada sobre las sabanas mojadas de la cama durante un minuto o así, manteniéndonos los dos  en silencio descansando. Ella no me miraba, había girado su cabeza hacía el lado que yo no estaba y entonces le dije:

“Mamá, ¿has disfrutado?, ¿te ha gustado?, perdona si mi lenguaje contigo ha sido un poco fuerte al llamarte puta, zorra, guarra, etc., pero estaba muy excitado y sé que a muchas mujeres las gusta y excite que cuando las están follando las traten así”.

Ella me contesta:

“Si hijo, me ha gustado mucho y ye disfrutado como nunca lo había hecho, es la primera vez que alguien me chupa mi sexo y se bebe mi orín. Y no te preocupes por lo que me has dicho ,pues tienes razón con lo que dices de que hay mujeres que esa forma de tratarlas , insultándolas y diciéndolas esas cosas se excitan, pues a mí me ha pasado lo mismo, cada vez que me llamabas puta , guarra o zorra me excitaba más, hijo. Lo que sí aún con todo lo que he disfrutado, tengo dentro de mí un sentimiento de culpa por haber hecho esto contigo, pues eres mi hijo y estoy preocupada por si alguien se entera , por las consecuencias que eso nos podría traer. Pero por otro lado tenía tantas ganas de entregarme a ti, pues como te habrás dado cuenta, mi marido (por su edad), ya no es capaz de calmar mis ardores todo lo que yo necesito y estoy todo el día muy excitada y desde que te vi tu miembro ando todo el día muy salida y aunque me masturbo no consigo saciar mis ganas de entregarme a ………”

Yo sin dejar que acabe, la digo:

“¿Entonces, mamá no te echarás atrás en lo que me has dicho hace un rato cuando estaba comiéndote tu sexo?. Y quieres que continuemos con esto. Yo te prometo que por mí no se enterará nadie y que tendré cuidado cuando este Miguel en casa, para que él no note nada, mamá”

Ella dándome un beso me dice:

“Si hijo, lo que dije, aun estando excitada, sigue adelante y quiero continuar  con esta relación que ahora acabamos de comenzar. Y como te he dicho, hace un rato, quiero ser toda tuya, si quieres seré tú mujer,  y si quieres  puedes insultarme y tratarme, si eso te gusta como una puta.”

Yo al oír esto la digo:

“Entonces si es así, puta ahora me toca a mí que tú me hagas disfrutar, quiero que me la mames, hasta que me corra en tu boca”.

Ella me dice:

“Juan, no sé si podré, no lo he hecho nunca y me da un poco de reparo meterme tu miembro dentro de mi boca, pues siempre he creído que eso era una guarrada, cuando alguna vez he oído comentarios de que algunas mujeres se lo hacen a sus maridos”

Yo con un tono más fuerte de voz y como enfadado la digo:

“Te da asco chuparme la polla y no te ha dado asco, ni has tenido ningún inconveniente  (al menos no te has quejado) cuando yo te he hecho lo mismo que te pido en tu coño. Puta zorra, venga que no tengo todo el día, menos remilgos y empieza a mamármela ya, guarra”

Tras decirla esto, la dije que se bajara al suelo y se pusiera de rodillas entre mis piernas. Y yo me senté en el extremo de la cama  poniéndole la punta de mi verga, ya un poco erecta justo enfrente de su boca. Ella no pareció darse por aludida. Entonces la cogí de los pelos con una mano, le tapé la nariz con la otra y al abrir la boca para poder respirar le metí la verga hasta la campanilla, diciéndola:

“Ya la tienes en la boca joder, chupa hostias. Ya me has dicho que es la primera vez que lo vas hacer, pero estate segura que te voy hacer la mayor come pollas de toda la comarca, pues vas a ser una mamona de campeonato. “

Yo no sé si fue por mis palabras, pero el caso es que al momento empezó a mamármela y a los pocos minutos lo hacía ya con más bríos. Se notaba que no lo hacía bien, pero ganas sí que le estaba poniendo la cerda. Parece que tenía ganas de que me la follara.

Como ves Esperanza yo tengo un buen pollón de veinte cm en erección, con unos cojones gordos y grandes que  me cuelgan bamboleando por debajo de ese cipote. Por supuesto mi madre no alcanzaba ni a tragarse media verga en sus chupetones, pero hacía lo que podía, porque se tiraba sobre mi polla como una posesa, y notaba como se la metía hasta la garganta, de manera que de vez en cuando daba arcadas.

Ella debía sentirse muy caliente al estar siendo tratada de esa forma y tener mi polla en su boca, pues no pudo aguantarse y llevándose una mano a su chocho, comenzó a acariciárselo a la vez que seguía chupando mi miembro.

Con la otra mano se ayudaba se ayudaba para sujetarme la polla mientras mamaba, pero al rato le quité la mano y la obligué a mamar sin manos, llevándose la que había tenido mi verga a tocarse y sobarse sus gordos pechos y de esta forma darse placer y excitarse (si era posible) aún más. Me puse de pie entonces y empecé a follarle la boca a tope. Al poco de estar así empezó a babear y los chorros de saliva le caían de la boca. Yo entonces la dije:

“¿Por qué babeas zorra? ¿Es que no eres capaz de metértela entera y dejar de babear? ¡Guarra, que eres una cerda, sigue, sigue trágatela hasta tu garganta zorra. Y si quieres que te folle ahora después esmérate en hacerlo bien, que si no me corro en tu boca de guarra y te quedas con las ganas”.

Ella a duras penas y aprovechando un corto espacio de tiempo en que yo para que respire la he sacado mi polla de su boca me dice:

“Sí hijo, si quiero que me folles, ¿te gusta, te gusta cómo te lo estoy haciendo, mi amor”

Yo la sigo culeando en su boca y cuando llevo haciéndolo un tiempo, me canso de estar de pie, así que me senté de nuevo sobre la cama y le agarré la cabeza del pelo. Entonces le metí la polla en la boca y empecé a pajearme la verga con su cabeza por así decirlo. Ahora era su cabeza la que se movía mientras yo me estaba quieto. La movía a mi antojo mientras la sujetaba por los pelos. Así estuve durante otros 4 ó 5 minutos, entonces ya completamente erecto mi miembro y para impedir correrme  (pues quería hacerlo en su cara) se la saque y echando mi culo un poco más hacía fuera y separando bien mis cachetes del mismo la obligué a que me chupara el ojete y los huevos. Me encanta, y tú lo sabes Esperanza, que me hagáis las mujeres esta caricia en mi culo y en mis, pues creo que eso ayuda a que me suba más leche aún para la corrida. Y yo notaba que en esos momentos le iba a regalar a mi madre una corrida de antología. Menudo baño de esperma se iba a llevar de bienvenida mi madre. La tuve unos cinco minutos más chupándome el ojete y la puta la verdad que se estaba portando bien. No se conformaba con chupar superficialmente, sino que metía la lengua con fruición, buscando complacerme al máximo. Menuda follada quería ganarse la puta. Yo entonces comencé a menearme mi erecto miembro con mis manos hasta que noté que me venía el orgasmo y entonces apartándola de mi culo la hice abrir la boca y me corrí en su boca. Al ver que no lo tragaba la tape con una de mis manos la nariz y al querer tomar aire para respira tuvo que tragarse todo lo que tenía en la boca. Yo seguí echando chorros de esperma llenándola toda su cara y parte de sus pechos con esos chorretones. Tras la corrida se me ablandó un poco la polla, me tuve hacía atrás en la cama y mi madre que parece que no tenía bastante, se sube también en la cama  y  se metió mi polla mancillosa  en la boca y con su lengua comenzó a pasarla por toda ella hasta que consiguió quedármela toda limpia de los restos de mi esperma que quedaban aún en ella. Después nos colocamos los dos mejor en la cama y ella no dejo de tocarme mi verga, hasta que fue consiguiendo al cabo de quince minutos que de nuevo estuviera erecto y con ganas de continuar.

Yo entonces pensé que  tras la comida de polla y de ojete que me propinó, la zorra se había ganado como premio con crece una buena follada. Cojo y muy despacio me coloco encima de ella, separándola con mis piernas un poco las suyas y la digo:

“Mamá, ábrete bien de piernas, que vas a comprobar y sentir hoy lo que es una buena follada, y voy a ser yo tú hijo el que te folle”.

Ella me hizo caso. Se, abrió sus muslos, y dejó su peludo y chorreante higo abierto frente a mí. Entonces cogí mi polla tiesa como un tronco y se lo acerqué a la entrada de su coño empezando a restregarle la polla por su raja para ponerla bien cachonda. Mi capullo frotaba toda su raja y su clítoris. De vez en cuando hacía amagos de meterle el capullo, pero se lo sacaba enseguida. Mientras tanto, con mis manos comienzo a acariciarla todo su cuerpo me refriego mi cuerpo contra el suyo. El notar el contacto de mi piel con su caliente cuerpo me produce un placer nunca sentido. Llevo mis manos a sus pechos y cogiendo uno de ellos comienzo a chupársele, paso mi lengua y mis labios por sus aureolas y juego con sus pezones, notando la dureza de los mismos. Cuando  estoy un rato con un pecho le dejo para pasar al otro hacerla lo mismo. Noto como estas caricias y el sentir mi sexo tocando su rajita la he puesto a tope de caliente, ella no puede dejar de refregar su sexo contra el mío, lo que hace que mi pija se me ponga a punto de reventar del gusto que ese movimiento de ella me produce en él. Dejo sus pechos y con mi boca me dirijo a la suya buscando un beso creo que deseado por los dos. Cuando nuestros labios se juntan se funden los dos en uno y con fuerza nos besamos salvajemente, con ganas y esto produce en mí un  sentimiento hacía mi madre que nunca antes había sentido, era un sentimiento de amor, de querer hacerla mía con todas mis ansias. Entonces la digo:

“Mamá déjame que coja de la mesilla un preservativo, no vaya a ser que me corra dentro de ti y te deje preñada”

Ella entonces abrazándome con más fuerza hacía ella me dice en voz muy baja:

“No hijo, así está bien, quiero al menos esta primera vez sentirte sin nada que impida nuestro contacto total y quiero sentir tu corrida dentro de mí y notar como tu leche se va deslizando por toda mi vagina, no me importa si me quedas preñada, pues si esto ocurriera no te preocupes está todo bajo control”

Ella entonces lleva una de sus manos a mi verga, que en esos momentos esta duro como una piedra, y con todas las venas bien marcadas y comienza a acariciármela, así está un rato y se nota que su excitación y ganas de tenerla dentro ya no puede soportarlo más y me dice:

“No me hagas sufrir más, métemela ya cabrón, que me estás poniendo mala con tu tardanza, dámela, por favor la necesito ya dentro de mí, por favor…”

Yo entonces la contesto:

“¿Quieres polla? Pues toma polla, puta”

Y diciendo esto me dejo caer con un fuerte golpe sobre su coño, me cuesta entrarla, pues mi madre es estrecha de coño, (por eso me da tanto gusto entrársela) pero yo sigo empujando y poco a poco logro entrarla mi capullo. Cuando le tengo metido me quedo un momento quieto, subo mis manos a tus teas, que las tiene ya duras y sus pezones erectos como dos pitones y cuando menos lo espera  aprieto mis manos con fuerza estrujándola sus pechos y de nuevo doy un empujón fuerte con mi pelvi  consiguiendo de esta forma meterle toda mipolla asta mis huevos. No lo esperaba y estoy seguro que debió sentir daño, pues nunca antes había tenido una polla tan gruesa y grande como la mía dentro de su vagina, pues cerrando fuertemente sus ojos y frunciendo el ceño dio un fuerte grito:

“¡Ahhhhhhhyyyyyyyy……que dolooooorrr me mataaaass cabrón!”

Yo  al oírla gritar así, me asuste y se la volví a sacar de nuevo, preguntándola:

“Te ha dolido, lo dejamos “

Y ella con un hilo de voz me dice:

“No hijo, no por favor sigue, sigue la necesito y quiero que sigas”

Yo entonces, me olvido de sus gritos anteriores y la vuelvo a preguntar:

“¿De modo que quieres más polla zorrilla? Que puta que eres mamá”

Y ella entonces con una voz fuerte e imperiosa y fuera de sí por el deseo, me contesta:

“Sí hijo, fóllame, por tu madre, que tengo el chocho empapado y no puedo más, fóllame y párteme en dos de una puta vez cabrón….”

Entonces yo le dije:

“Querrás decir por la puta de mi madre, que eres tú, guarra.  Toma, toma polla”

Y dicho esto volví a hincársela hasta mis cojones. Cuando se la tengo toda metida ella emite un suspiro largo de placer:

“Ohhhhhhh siiiiiiiii que gustoooooo….como la nota toda dentrooooooo”

Mi madre mientras hacía esto ponía una cara de gusto tremenda. Yo comienzo a bombearla  con fuerza y entonces ella me dice:

“Despacio hijo, despacio me haces daño, date cuenta que yo soy muy estrecha y tu tienes una polla muy grande y gruesa, y mi chocho es la primera vez que tiene en su interior una como esa, hijo por favor suave, despacio, poco a poco y sin prisa, tenemos todo el tiempo del mundo, veras como dentro de poco entra mejor”.

La verdad es que por entonces mamá era estrecha de coño y  me costo metérsela dentro como te he contado. Yo haciéndola caso comienzo a moverme despacio, con un mete y saca lento y acompasado y poco a poco voy aumentado el ritmo.  Me he agarrado como antes a sus tetas, son esplendidas, las tiene duras por la excitación y lo caliente que está en esos momentos. Yo procuro en mis emboladas llegar con mi polla al fondo de su vagina, dando con mis cojones y barriga en su pubis notando sus pelos tocar mi barriga y produciéndome mucho placer la pequeñas caricia que ello me produce. Al poco tiempo noto como mi madre entrecruza sus piernas a mi espalda y me agarra de mi culo empujando con fuerza hacía ella, como si quisiera retenerme bien dentro de su vagina. Yo con mis manos no dejo de sobar sus tetas  y sobre todo sus aureolas y pezones, esto la calienta muchísimo. Miro su cara y de nuevo la veo y vuelvo apreciar esa cara de gusto que momentos antes había visto. Yo por la posición en que estoy y con lo que ella me atrae hacía su cuerpo mi cara me queda a escasos centímetros de la suya, por lo que puedo apreciar con toda claridad los gestos de gusto y de placer que la están produciendo mi follada, menuda cara de guarra y golfa que pone la puta a medida que la sigo follando.

Ella comienza a gemir y a respirar entrecortadamente, yo entonces al verla así y tan cerca de su cara me entran ganas de comerla esa boca de vicio y de golfa que tiene en esos momentos y no pudiéndome aguantar comienzo a morrearla con fuerza llenándola toda con muy saliva, metiendo mi lengua dentro de su boca y tratando de llegar con ella si me es posible hasta su campanilla, es un morreo guarra y sucio, quiero tratarla como una puta y golfa y sé que a partir de ahora voy a emputecerla al máximo, quiero que se convierta en una verdadera puta, en una perra que me pida y suplique todos los días que la folle. La muy puta me devuelve el morreo gustosa, noto que la tengo completamente entregada a mí y eso me gusta, quiero hacerla sentir la necesidad de mí y sé que en poco tiempo así será.

Yo sigo follándola en esa posición durante más de cinco minutos, y noto como ella está llegando o al menos esta cerca de alcanzar un orgasmo. Comienza a moverse con fuerza a dar saltos con su culo hacía arriba, tratando de que mi polla la entrara un más, comienza a gritar y gruñir como una guarra. Parece como si nunca antes se la hubieran follado:

“Aaaaahhhh…..aprieta, aprieta fóllame fuerte cabrón, sigue, sigue folla a tu madre hijo de puta, folla, follame siiiiiii siiiii soy una gran puta como tu quiereeeees hiojooooo mioooooooo”

Entonces yo viéndola tan fuera de sí y excitada y a punto de llegar a uno de  los muchos orgasmos que tendría esa tarde la quiero hacer sufrir un poco y la digo:

“¿Te gusta, te gusta zorrita como te folla tu hijo, te gusta cómo te estoy follando zorra? ¿si no te gusta te la saco? Dímelo, quiero oírlo, te gusta o te la saco, dilo puta, dilo”

Ella entonces como rogándome y suplicándome me dice:

“No me la saques, por favor, sigueee…..sigue no seas cabrón, no me la saques….aaaahhhhh siiiii sigueeeee follándome, siiiii hijoooooo ooooooohhhhh es la mejor polla que me ha follado en mi vidaaa , por favooooor quedala dentrooooo no me la saqueeeees por favooooor…..”

Yo la sigo preguntando:

“¿Quién folla mejor tu marido o yo?”

Ella excitadísima y fuera de control me contesta:

“solo quiero follar a partir de ahora contigo hijooooo que le den a tu padrastroooooooo que comparado con lo que tú me estás dado y como me estaaaaassss follaaaando   él no sabe follar...Aaaah, aaaaaaaah, aaaaaaaaaaah...Tú tienes la polla el doble de gorda, que me vas a partir...hijo de putaaaaaaaaaaaaa …..ooooohhhhhh como me gustaaaaa que gustoooooo me estasssss dandoooooo oooooooohhhhhhh!

Y terminando de decir esto se corrió la puta. Al igual que había hecho antes, convulsionó toda la zona pélvica, me llenó la polla de líquido y se le aflojaron las piernas.

Entonces yo le saqué la polla y sin dejarla descansar me senté sobre sus pechos y se la metí en la boca, diciéndola:

“Límpiala guarra la polla de tu macho, que te voy a seguir follando”.

Ella se puso a chuparla sin rechistar, relamiendo todo el flujo de su coño del que estaba impregnada toda mi polla, mientras yo me tomaba un pequeño descanso. Después de esto la dije:

“Ponte a cuatro patas guarra que te siga follando. Porque tras ver lo puta que eres ahora quiero hacerlo como lo que realmente eres, una perra y a las perras se las folla a cuatro patas, pedazo de golfa”.

Ella levantándose de la cama y colocándose sobre ella en la posición de perra, es decir a cuatro patas me contesta:

“Sí hijo. Soy una perra. Tu perra. Que me tienes en celo desde hace una semana. ¡Móntame! ¡Cabronazo! ¡Móntame como los perros montan a sus perras! Que de aquí en adelante voy a ser tu perra, tu puta voy a ser todo lo que tú quieras que sea y haré todo lo que me pidas hijo”.

Yo, al oír esto me coloco detrás de ella de rodilla entre sus piernas, la hago abrir esta el máximo que puede, la agarro por sus caderas  y le introduzco esta vez sin tanta delicadeza  mi polla dentro de su peludo coño (entrando ya sin problemas) con mi madre a cuatro patas como toda una perra. La imagen era ahora todavía más morbosa si cabe. En esta posición la imagen que daba mi perrita era excitante y muy morbosa, sus grandes tetas la colgaban llegando casi a rozar la cama, y podía apreciársela también su barriguita (que como he dicho antes no era grande, pero al estar en esa posición agachada la colgaba algo), y su esplendido y gran culo ante mi  rozando mi cuerpo. Comienzo a bombearla con fuerza y más rápido que la anterior follada. La metía pollazos tremendos. El sonido de mis cojones chocando y tocando una y otra vez su hermoso pandero se oía en toda la habitación. Y yo, mientras la follaba le decía:

"Anda guarra, golfa como te gusta que te follen y te traten de esta forma, como lo que realmente eres, toda una puta perra. Si te viera en estos momentos tu marido, Miguel los cuernos que le estas poniendo con tu propio hijo. Joder ramera asquerosa ojala te quede preñada esta tarde o en estos días que no está el cornudo de tu marido”

Mi madre, al oír estas cosas, parece que se ponía aún más cachonda, pues culeaba con más fuerzas, intentando que le entrara mi verga hasta su útero. Yo al verla su calentura y sus ganas de que la entrara bien a dentro, fui acelerando el ritmo del mete y saca y también comencé a azotarle con mis manos su hermoso culo, viendo como poco a poco se le iba enrojeciendo con mis azotes (esto hace que me excite muchísimo), quería hacerla ver que aunque ella era mi madre, el que realmente mandaba allí en esos momentos era yo.

A continuación, empecé a tirarle del pelo con una mano, como si fuera la rienda de un caballo, hasta hacerla girar la cabeza para que me mirara y cuando lo hacía la comencé a tirar escupitajos que chocaban contra su bella cara y la resbalaban por toda ella hasta la comisura de sus labios, ella como buena perra sacaba su lengua y se los relamía tragándoselos, mientras que con la otra seguía apaleándole bien el culo. Así parecía que estaba montando a esa furcia en todos los sentidos.

No habrían pasado ni siete minutos desde que había comenzado a follarla, tipo perro, cuando noté que de nuevo se corría la guarra. Entonces apreté el ritmo de la follada y además le cogí sus tetas con las manos y se las apreté fuerte. El orgasmo que alcanzó fue más grande que los anteriores si cabe, a tenor de los gritos que soltó y de la cantidad de flujo que echo. Yo al verla así me anime aún más en mi follada y no deje de metérsela y sacársela sino que aumente la fuerza y ritmo de la misma. Consiguiendo con ello que ella entrará en una etapa en la que no podía parar de encadenar un orgasmo tras otro. Tras cada uno de sus orgasmos, parecía calmarse pero, pero con el bombeo que yo tenía en su coño inmediatamente empezaba de nuevo a ir in crescendo su excitación y gritos (pues si al principio procuraba acallar sus gemidos y susurros de placer, ahora ya no los disimulabas sino que gritaba como una loca)  hasta que alcanzaba otro orgasmo. Y así otro y otro y otro. Hasta más de 8 ó 9 le conté yo. Las sábanas eran ya un asco. Todo estaba pringado de sus corridas y a esas alturas estoy seguro que si los vecinos de al lado estaban en casa la habrán oído.

Yo tampoco aguantaba ya mucho más y trate de salirme de ella para no correrme dentro de su vagina, con el fin de no correr el peligro de preñarla, pero ella al notarlo lleva sus manos a mis nalgas para impedir que me salga, apoyando sus hombros en el colchón de la cama e impinando un poco más su culo, me dice:

“Hijoooo, tranquilooooo, no te salgaaaasss por favoooor no te salgaaasss , esta todo bajo controooooo quiero sentirte dentro…..”

Con estas palabras me dio a entender que quería que me corriera dentro de ella, que quería sentir mi esperma en su vagina eso me dio a entender que quería que le acabara dentro de ella. A mí me llegaba empece a tensarme, y ella al notarlo me decía:

“¡Vamos hijo, échamelo dentro , hijo , siiii quiero que me llenes toda mi vagina con tu leche , quiero sentirla dentro de mí, quiero que te corras dentro siiiii….asiiiii.asiiiii…..quiero que me preñeees , quiero que preñeees a esta poutaaaa quwe no es otraaaa que tu propia madreeee….aaaahhhhhh siiiiiii siiiiii ya la siento siiiiii, oooohhhhhh como la notoooo calentita dentro de mi coñooooooo mi amoooooor,…..siiiiiiii”

Yo entonces, al poco de oír esas palabras animándome a correrme dentro de ella de mi madre, estalle en uno de los orgasmos más fuertes que he tenido en mi vida . Comencé a soltar chorros de semen a presión. Unos lechazos tremendos y abundantes que pronto llenaron toda su vagina, a la vez que la gritaba:

“Aaaaaahhhhhhh me esta llegandoooooo siiiiiii ya estaaaa aquíiiiiii Aaaaaaahhhhhhhhh, que gustoooooooooo….. Como follaaaassss pedazoooooo de zoooorraaaaaaaa, me corrooooooooo, me corrroooooo toma toda mi lecheeeee putaaaaa de mierdaaaaaa, toma mi lecheeeeeee no quiero que se vierta nadaaaaaaaa “¿La notas, puta? ¿Notas la leche  de tu hijo? quierooooo preñarteeeeee, quiero que me deeees un hijoooooooo ….un hermanoooooo, tomaaaaaaa…….siiiiii, siiiiiiiiiii toma me lecheeeeee, te preñooooo, te preñoooooo…..oooohhhooo……tu mamá eres mi mujeeer, mi mujeeeerrrr te quierooooo, te quieroooooo,…..solo…..tiiiiiiiii, cuanto te he deseadooooo,.todooooo este tiempooooo. sigueeee moviendoteeeee no te pareeees acompañaaa mis envestidaaaas , siiiiii mamáááááaaaa , siiiii, siiiii´me corrroooooooo, tomaaaa tomaaaaa toda mi lecheeeeeeee, es para tiiiiiiiiii mamáááá…..aaaahhhh….ooooohhhhhhhh aaaahhhhhh te llenooooooo…”

Yo me dejo caer sobre la espalda de mi madre pero sin sacarla aún mi polla y ella cede y cae sobre el colchón de la cama conmigo encima, entonces arrimando mi boca a uno de sus oídos la digo:

“Gracias mamá, me ha encantado y me has hecho muy feliz , llevo tanto tiempo deseando que esto sucediera, que ahora mismo soy el hombre más feliz del mundo y todo gracias a ti mi madre, mi amante mi mujer, mi todo”

Ella me responde:

“A mí también me ha gustado Juan, y como te ha pasado a ti llevo un tiempo deseando que esto ocurriera, pero por favor quiero que esto sea un secreto nuestro y de nadie más para toda la vida. Antes cuando te querías salir de mi cuando te ibas a correr, te dije que no te preocupara que estaba todo controlado, pero no era así, solo deseaba sentir tu esperma dentro de mí, caso que me dejes preñada, tendré que engañar a Miguel haciéndole creer que es de él la criatura que pudiera venir, ¿no te importa que sea así si esto ocurriera, verdad hijo?”

Yo saliéndome de ella me tiendo a su lado en la cama y la contesto a la vez que veo que comienza a escurrirla por sus muslos restos de mi semen y de sus jugos:

“No te preocupes mamá, nadie sabrá nada de esto y si has quedado preñada o quedas preñada de ahora en delante de mí, pues seguramente así ocurra, dado que  nunca te follaré con preservativo, yo asumiré la decisión al respecto de la criatura que tú quieras. Que decides hacer creer a tu marido que es suyo, suyo será que decides otra cosa esa cosa aceptaré yo. Lo único que quiero es que a partir de ahora seas mía, quiero que ante los demás sigamos siendo madre e hijo pero entre nosotros quiero que seas completamente mi mujer y yo tu hombre, mama”

La beso y la paso mi mano por toda su espalda hasta llegar a su culo, ella entonces, da la vuelta se baja de la cama y al agacharse para coger la bata que está en el suelo e inclinarse puedo ver todo su coño echando y saliéndola mi semen mezclado con sus jugos y toda su pelambrera negra llena de ellos. Entonces me bajo de la cama y la digo:

“Quédate así quieta mamá”

Me tumbo en el suelo metiendo mi cabeza bajo sus piernas y agarrándome a sus piernas con mis mano me apoyo y levantando un poco mi espalda llego con mi lengua y boca a su chochito impregnado de todos los líquidos que la salen de él y comienzo a lamérselo y poco a poco la voy limpiando con mi lengua y boca toda su almeja tragándome ese rico néctar que esta brotando y saliendo del interior de su coñito. Cuando acaba ella se agacha y poniéndose de rodilla en el suelo, hace lo mismo con su lengua en mi verga, dejándomelo completamente limpio de sus jugos.

Después mama va al baño a orinar (aunque yo pensaba que iría a lavarse su coño), espero y al rato vuelve, se sube a la cama donde yo ya la espero tumbado, echándose ella también a mi lado. Entonces se prende un cigarrillo y me dice:

“Hijo, nunca pensé que eras tan viril a tu edad y que follabas tan maravillosamente, me has vuelto loca y me has hecho subir a la gloria.”

Yo la contesto:

“Tú lo has comprobado, y si dices eso es porque te ha gustado como me he portado”

Ella se sonríe. Yo me incorporo un poco, la beso y de nuevo me tumbo al lado de ella, Nos fumamos un cigarrillo cada uno lo terminamos y la empiezo a besar en su cuello y le acariciaba su cabeza hasta que ella se me pone encima mío y me dice ahora, me toca a mí me empieza a dar besos en mi barriga hasta que baja a mi verga y me la empieza a chupar. Lo hacía en forma tan suave que la agarro y la pongo en la pose 69 y entonces empecé a chupársela y estuvimos así un tiempo largo hasta que los dos volvimos a corrernos cada uno, esta vez en la boca del otro.

Luego la dije:

Mamá, cuando estemos solos, te llamaré puta, zorra, golfa, guarra como se me ocurra, pues he visto que cuando te trato como una cualquiera y te digo cosas como estas te gusta y te excitas muchísimo. Y me gustaría que cuando estemos solo sea yo el que mande en nuestro “matrimonio”  y es más me gustaría que me pertenecieras y fueras completamente mía. Y que lleves ropas que sean fáciles de quitarte y que pueda follarte con facilidad, pues quiero hacértelo todo los días  si es posible varias veces al día. Y cuando este tu marido, deberás buscar al menos una o dos veces al día algún sitio o alguna escusa para que podamos disfrutar los dos. Quieres que esto sea así mamá o propones tú otra cosa.

Ella me contesta:

Hijo mucho me pides, pues prácticamente estás diciendo que sea como si fuera de tú propiedad, pero la verdad es que me ha gustado como me has tratado esta tarde y estoy dispuesta a aceptar esas condiciones. No sé quizás a parte de haber conseguido sacar a la luz a esta Elena puta que llevaba en mi interior, también has sacado a esa mujer sumisa que también debo llevar en mi interior, pues me ha gustado el trato imperativo que has tenido conmigo esta tarde y me ha gustado sentirme sometida a ti, tanto por tus insultos como por la forma de follarme. Por tanto no solo acepto tus condiciones sino que además te digo que de ahora en adelante podrás hacer conmigo y mi cuerpo todo lo que desees y te apetezcas, que yo te prometo que a partir de ahora lo aceptare con gusto, sea lo que sea hijo, pues quiero ser a partir de ahora tu mujer con todas las consecuencias. Tu amante para todo, tu puta y zorra para todo y ser toda completamente tuya.

Aquella noche fue la primera noche de muchas que dormimos juntos como marido y mujer, dado que la cama de mi dormitorio estaba completamente empapada de orines, semen, flujos de ella, etc, quitamos las sabanas y dejamos que le colchón se secara, por tanto estuvimos durmiendo en el dormitorio de matrimonio de mi madre. Cuando estábamos abrazados y acariciándonos, besándonos y excitándonos el uno a la otra ella me suelta y haciendo que yo me tumbe boca arriba en el centro de la cama, se sube encima de mí cuerpo  justo encima de mi polla, yo cuando la noto tocar su coño mi verga , me dispongo a penetrarla , pero entonces ella  me dice:

“Para hijo, déjame a mí, que tú esta tarde me lo has hecho muy bruscamente y muy bruto, voy a enseñarte como debes hacérselo a una mujer y para que no seas tan brusco, déjame esta noche que sea yo la que maneje la situación, mi vida “

Ella se acomoda mi polla en su almeja y va bajando lentamente, yo estaba muy excitado y con mi polla muy tiesa. Ella se sienta en la punta de mi polla y se deja caer despacio para que entre poco a poco toda ella en su vagina hasta que nota en su culo mis gordos cojones. Yo la miraba a medida que se la iba entrando, y note en su cara el placer que la producía el sentir rozar sus paredes vaginales centímetro a centímetro según iba entrando mi duro mástil. Ella comenzó a subir y a bajar despacio al principio y de vez en cuando paraba y se quedaba sentada con su culito encima de mis huevos y comenzaba hacer movimientos circulares con mi polla dentro de su coño, produciéndome a mi mucho placer y supongo que a ella también. Luego se quedaba un ratito quieta sin hacer ningún movimiento y tras esto, jugando con sus músculos vaginales apretaba y los volvía a aflojar sobre mi polla, esto me hacía subir a las nubes, al parecer mi madre sabía trucos y técnicas que yo nunca esperé que ella las supiera (luego se lo pregunte , como sabía hacer esas cosas y me dijo que mi padre, su primer marido, era muy morboso y que con él aprendió muchas cosas para hacer feliz a los hombres y que poco a poco me las iría enseñando). Después comenzaba de nuevo a cabalgarme despacio para poco a poco ir aumentando el ritmo de su cabalgada. Cuanto más se movía y más rápido hacía más la brincaban y saltaban sus gordos pechos, era todo un espectáculos ver como se movían, me encanta que me haga esto, me excita muchísimo y desde ese día es rara la vez que cuando follamos no la hago que salte para poder ver el movimiento arriba y debajo de sus grandes tetas. Yo no puedo resistirme y la agarro sus pechos con mis manos e incorporándome un poco de espalda llevo mi boca a ellos y comienzo a chupárselos y a mamárselos, esto la enloquece y la saca de control del gusto que la produce y me dice:

“Siiiiiiiii, cómetelos todossssssssss, los pezonesssssssssss, comeme los pezonesssssssss, chupa, chupa de ellos, mámalos, son todos tuyooooossss siiiiiiii….son solo para tíiiii a partir de ahoraaaa no dejare que me los chupe mi marido , solo túúúú….mi amooooorrr  mis tetas son todas tuyaaasss siiiii solo  tuyaaaasss,  mama, siiiiiiiii…..sigueeeee….no pareeesss….…..aaaaaaahhhhhhh como me gusta que me los chupeeeesss y te los comaaaassss….– uhmmmmmmm uhmmmmmm, siiiiii, diosssss, me gustaaaaaaaa, me gustaaaa, vas a conseguir que me exploten los pechos de los duro que los tengooooooo, siiiiiii siiiiiiii”

Mi comida de tetas la puso muy excitada y caliente y lo noté al brincar con más fuerza y rapidez sobre mi polla. Cuando llevaba un rato cabalgando, igual que una bella amazona, comencé a notar que la llegaba el orgasmo, viniéndola primero uno para seguir enlazando una cadena de ellos comenzando a brincar sobre mí y gritando como una loca:

“Siiiiiiiii siiiiiiiii joderrrrrrrr si la notoooooooo, la notoooooooo y la disfrutooooooo, joderrrr que pollonnnnnnn, como me pones mi amooooorrrr, que gustoooo , que gustooooooo me dassssssssss…sigueeee…..sigueeee empujandooooo….entramela todaaaa…..siiiii la quiero toda dentrooooo….siiiiii…ahhhhhhh…..que gustoooooo….. asiiiiiii….asiiiiiii….quiero sentirme llenaaaa……como la notoooooo..asiiiii….noto como roza mis paredes vaginales mi amoooooorrrr…..AAAhhhhyyyyyy miiii amooooor, me..meeee….vieeeneeeeee….voy a corrermeeeee…sigueeee…sigueee, no pareeesss…sigueeeee…, siiiiiii siiiiiiii destrozameeee, follameeeee, me corro cabrón, me corro cabrón, la quiero todaaaaa todaaaaa….quiero que tú también te corras dentro de miiiiii quiero que me preñeeeeessss hijoooooooo.”

Yo al oírla comienzo a culearla tambien al compás de su cabalgada, profundizando con ello mis penetraciones, me estoy dando con todas mis ganas, muy duro y ello me está proporcionando muchísimo placer ella aún estando corriéndose sigue saltando, sigue  entrandose y sacándose mi polla en cada una de sus  embestidas, me está follando bestialmente, la muy puta, entonces la digo:

“Te gusta mamá, estas disfrutando, es esto lo que esperabas, siii, siiii, dimelooo a que es esto lo que te gusta zorra asquerosa, que dirá el cornudo de tú marido si se entera alguna vez que te follo guarraaaaa…vas a tener una noche golfa que nunca olvidarás, te voy a destrozar ese coño y ese culo a pollazos, ya verasssssssss , joderrrrrr putaaa joderrrrrrrr que gustazoooooo me está dando tu chochaaaaaa oooo hhhhh que estrechitaaa……que placer siento al rozar mi polla con las paredes de tu vaginaaaaaaa….., dios te voy a llenar de lecheeeeeee , aunque aún falta para que me corra, quiero hacerlo cuando tú lo hayas hecho infinidad de veces y no puedas mas y me lo pidas, diosssssss…. qué rica estaaaaassss….guarra”

Ella tras esto , y habiéndose corrido varias veces, en vez de caer rendida sobre mi cuerpo como yo esperaba,  de golpe se saca mi polla de su mojado coño y me la empieza a chupar y yo al ver esto estoy totalmente enloquecido de placer. Ella  se la mete en la boca pero no hace movimientos de arriba hacia abajo con su lengua adentro me la acariciaba  y me la aplasta contra su paladar dándome mucho, pero que mucho placer, yo noto que me está llegando el orgasmo y que me voy a correr, entonces agarro su cabeza y trato de retirarla, entonces ella separándose un momento me dice:

“Déjame, déjame por favor, quiero que acabes en mi boca”

Y de nuevo se la mete en la boca y a los pocos segundos no puedo aguantar más y acabo dentro de su boca con una corrida tan grande como la de un caballo y la digo gritando:

“Siiiii…..siiiii…..oooooohhhh hhh……..que placeeeerrr, como la chupaaaaasss…putaaaaaa     .meeee corrroooooo……guarraaaaaa me vieneeeeee……tomaaaa….tomaaaa mi amoooor tomaaa toda mi lecheeeee tragatelaaaa…….siiiii ahhhhhhhhhh……no puedo máááásssssss  tomaaaaaa ….. es  toda tuyaaaaa………..”

Ella se traga todo lo que la he echado, no podía creer que mi madre se comportara así, parecía una verdadera puta, parecía como tú toda una profesional del sexo. Ella se queda un rato con mi polla en su boca y cuando se la retira mi verga  salió toda blanda y limpia y entonces me dice:

“Juan te gusto, hijo lo que te hijo tu puta mi amor”

Yo la contesto:

“Si me encanto, eres una verdadera guarra mamá, así me gusta que te portes conmigo como una verdadera puta y golfa y que seas muy guarra en todo lo relativo al sexo. Mamá para no haber mamado pollas hasta esta tarde lo has hecho muy bien, es más cuantas profesionales, no son capaces de dar con una mamada  a un hombre el placer que tú acabas de darme con la que me has hecho”

Ella  se acuesta al lado mío y yo comienzo a acariciar todo su cuerpo, la beso y la voy dando masajes , siento muchísimo amor por esta mujer, pero ya no es solo el amor que hasta ahora la he tenido, ese amor de hijo, no ahora es un amor distinto es ese amor que un hombre siente por la mujer con la que quiere estar y que sea suya y el ser suyo, es decir con la mujer que ama, entonces la vuelvo a repetir dándola un beso en sus labios:

“Mamá, me gustaría ser tu marido por la noche y tu hijo de día, como estamos ahora mismo, ya sé que te lo he dicho esta tarde, pero es que ahora mismo es lo que siento y más deseo.”

Ella devolviéndome el beso me contesta:

“Ya lo sois lo que te hice hoy se lo he hecho solo a un hombre y ese era tu padre, ni a mi actual marido le he hecho una cosa como la que acabamos de hacer, desde ahora en adelante hijo, tu eres mi elegido , tu eres mi hombre , mi único hombre, aunque como sabes y comprendes deba seguir viviendo con mi marido como si nada estuviera pasando.

Los días siguientes hasta que volvió mi padrastro Elena, para andar por casa, un día la dije que debía de ir completamente desnuda (solo tenía la bata fina de estar en casa colgada en el perchero de la entrada por si llamaba alguien y había que abrir, para que se la pusiera y se cubriera. Otro, como me gusta verla con esas bragas grandes la hice que estuviera en bragas y con uno de los sujetadores con apertura en sus aureolas y pezones y así la hice ir vestida cada vez de una forma, incluso un día la hice que se vistiera y pintara como una verdadera puta. Nos amábamos y follábamos en cualquier parte de la casa, durante todo el día. Así estuvimos hasta que llego su Marido en que cuando él estaba en casa vestía como hacía de costumbre. Busco en este tiempo algunas escusa para ausentarse de la casa e ir a nuestra antigua casa (en la que vivíamos antes de que ella se casara con Miguel)  donde nos amábamos como lo que éramos marido y mujer. Por las noches ya en la casa familiar, esperaba a que Miguel se durmiera y sin yo decirla nada, se iba a mi cuarto, se metía en mi cama completamente desnuda y procurando no hacer mucho ruido nos amábamos y permanecíamos juntos hasta bien entrada la madrugada en que se iba de nuevo a su dormitorio con su marido.

No me voy a alargar más, en el próximo relato seguiré con la historia que mi cliente Juan me contó, en el que entrarán a formar parte activa su tía  y prima.

Como siempre todo aquel que quiera ponerse en contacto conmigo puede hacerlo a mi correo [email protected]

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