Historia de Juan (II)

Tras su encuentro con el sexo, Juan busca su identidad contrastando sus propias experiencias con las de sus amigos.

Historia de Juan (II).

Mi vida en Madrid se había comenzado a estabilizar. El cambio había sido fuerte y sobre todo la experiencia de mi iniciación homosexual con Alberto. Después de mis ajetreos que os conté en el capítulo anterior me hallaba en la tesitura de definir mi orientación sexual (Ana me privaba y me volvía loco y Alberto también), cuestión que quería resolver, y de zanjar mi vida anterior en mi ciudad natal y establecerme definitivamente en Madrid.

Llegó el fin de año y, con él, algunos días de vacación. Era veinte de diciembre y el día 22 a las tres salía de viaje hacia mi ciudad natal con pocas ganas de reencontrame con mi vida anterior pues en Madrid me lo pasaba muy bien y, además, tenía pocas ganas de hacer traslados aunque fuera de pocos enseres. Ana marchaba al día siguiente por la mañana y habíamos quedado en despedirnos con una cena romántica en mi apartamento.

Yo preparé la cena: ensalada de pasta y lubina al horno, preparé un buen Rioja, y Ana trajo el postre, como era de esperar trajo helado de frambuesa. Ana estaba espectacular, su media melena rubia, sus ojos azules, sus tetas firmes y su precioso culo, embutido en unos jeans Armani, me volvían loco.

La cena fue genial, hablamos mucho y nos reímos más. Mientras recogíamos los platos en la cocina nos tropezábamos, nuestras manos se iban a donde querían, las caricias sobre nuestros culos eran rápidas e intensas. Yo llevaba unos pantalones azules de pinzas y una camisa blanca, me desabroché algún botón más de la camisa para que pudieran comprobarse mis pectorales. Además, tal y como aprendí en una fiesta erótica a la que fui, me di aceites esenciales para la piel por todo el cuerpo, con lo cual desprendía una suave fragancia y, a la luz de las velas, mi cuerpo, mis pectorales sobre todo, resaltaban.

Ana se estaba poniendo, yo lo veía en su caminar cada vez más rápido y en que preparaba el postre, yo me estaba empalmando si bien contenía mi excitación pues las chicas prefieren una entrada más suave a diferencia de los hombres.

El postre comenzamos a comerlo conjuntamente, nos empezamos a dar el postre cucharadita a cucharadita del uno al otro hasta que en una de estas cucharaditas nuestros labios se encontraron, nuestras lenguas se juntaron y estuvimos besándonos sin resuello un largo tiempo entrelazando nuestras lenguas y mordiendo nuestros labios. Mi empalmada era ya difícil de disimular y la excitación de Ana tampoco. Ana llevó su mano derecha a mi pecho y comenzó a desabrocharme la camisa y a sacarla de mis pantalones mientras me quitaba el cinturón, yo me quedé con la camisa desabrochada, sin cinturón y con el pantalón abierto. Mis manos tampoco estuvieron paradas pues le quité los pantalones y la camisa a Ana que quedó en sujetador de encaje y con un precioso tanga que dejaba ver su hermoso culito.

Ana me tumbó en la alfombra, me quitó el pantalón, zapatos, calcetines y camisa, quedé con mi boxer "Giulio" de topitos que era el que más le gustaba, y acto seguido comenzó el ritual de extender el helado por mi cuerpo y comerlo, se paró especialmente en mis pezones, y me excitó mogollón. Esta vez yo quise cambiar las tornas así que suavemente me levanté, la dejé en el suelo y la cubrí de helado sobre todo en sus pechos y en su sexo, comencé a comerlo en sus pecho acaricié sus pezones con la lengua y procedí a mordisquearlos ella gemía "uhm…uhm.., sí, machote sí , sigue…uhm…" luego fui bajando comiéndome su ombligo y soplando suavemente en las zonas en que antes había pasado la lengua hasta que llegué a su sexo y procedí a meter mi lengua en sus labios mayores y menores, a comerle el clítoris con avidez mientras escuchaba sus gemidos "oh..oh…oh, qué gozada…sigue mi toro,,,,sigue…" y yo seguía y mis manos subían hasta cogerle los pezones y apretárselos suavemente mientras mi lengua seguía haciendo diabluras en su sexo, Ella no pudo más, se zafó de mí, nos incorporamos, se abalanzó sobre mí y me llevó a la habitación, me echó sobre la cama y se montó encima de mis 17 cms de polla que le entraron despacio y a placer "ah..ah…, siiiii" "Oh…Oh…", ella empezó a bailar encima de mí mientras yo pasaba mis dedos por mi lengua y luego los llevaba a sus pezones y le hacía retorcerse de placer.

En un momento dado incorporé mi torso y mi boca tomó sus pezones alternativamente mientras con mis manos sujetaba sus caderas y con mi pelvis iniciaba un movimiento de vaivén que sustituía el que hasta el momento llevaba ella, seguimos así hasta que ella se agarró a mi cuello, puso los ojos en blanco y yo sentí cómo su sexo se cerraba sobre mi pene en un espectacular orgasmo. Ella quedó rendida y yo la eché sobre mi cama , le abrí las piernas y volví a introducir mi verga en su coñito, ella sonrió, yo comencé a follarla al estilo más clásico mientras gritaba "¿Te gusta? A mi me encanta, me pones, me vuelves loco" ella me jaleaba "Sigue así mi toro, vaya pectorales, vaya brazos, cómo me gusta, cómo se te ha puesto la polla, qué barbaridad…" efectivamente sentí que mi polla se agrandaba y que el semen me venía impetuoso a la punta del capullo y en ese momento Ana y yo reventamos de vez y quedamos exhaustos sobre la cama.

Nos quedamos dormidos del puro cansancio y placer, a la mañana siguiente despertamos a las siete, no había prisa, yo llegaba al trabajo y dejé a Ana en su casa y me despedí de ella pues también se iba de viaje.

Ese día trabajé feliz, por la tarde, a eso de las ocho, salí de casa a devolver unas películas al Sex Shop. Tenía que devolver "Swordmaster", que me había encantado, así como "Luky LuKas" donde había descubierto a Lukas Ridgeston como nuevo porn star, estas películas las había cogido a sugerencia de Raúl el chico del Sex Shop que me las había recomendado para superar mi adición a Ryan Idol, asimismo me había indicado varios títulos de DC Chandler y de Johan Paulik, él era un fanático de las películas del Bel Ami decía que eran más perfectas y los actores mejor seleccionados. En fin que me gustaba que me orientara.

Raúl estaba bastante bien y yo seguía confuso, hasta la fecha mis relaciones sexuales eran libres, con tías era monógamo pero con los tíos no, me gustaba experimentar y me iba mucho el sexo directo, sin embargo, la última sesión con Ana había apaciguado mis ánimos sexuales, Raúl me atraía mucho, sus 190 cms de altura, unos pectorales duros como pedernal y que se dejaban ver bajo la camiseta blanca que llevaba en la que sobresalían sus dos pezones, el pelo al cero, un piercing debajo del labio y un pendiente en una oreja, piernas largas y culito redondo embutido en unos jeans desteñidos, a ello se unía una cintura estrecha y unos abdominales que, por "descuido", de vez en cuando enseñaba.

Aquél día dejé las películas a Raúl y comencé a mirar otras, en esto sentí que Raúl se aproximaba por detrás y me decía "oye, me gustaría hablar contigo" yo me volví y vi a Raúl un poco cortado "Dime" "es que….", miró y no vio a nadie en el local "…el otro día, en un bar de ambiente vi a un tío impresionante que es el guarda jurado del edificio donde está tu despacho, lo veo desde entonces todos los días y me vuelve loco, creo que es gay y me gustaría ligármelo" "Y ¿qué puedo hacer yo?" "Sé que hoy está de guardia, ¿podría ir contigo esta tarde a tu despacho?", "Me parece bien pero ¿cómo te lo vas a ligar?" "Ya veremos" dijo.

Quedaba poco para cerrar el local, yo bajé a las cabinas y me hice una paja con una película de Jef Palmer. Cuando cerramos, Raúl vino conmigo al despacho, encima de su camiseta se puso un grueso jersey de lana y una chupa de cuero, luego se puso unas gafas de sol y la verdad es que estaba de lo más atractivo.

Al llegar saludamos al vigilante, a mi no me pareció nada del otro jueves, tenía una estatura similar a la mía, de tez morena, ojos negros, pelo corto, y un cuerpo cercano al culturismo más que a la musculación que yo tenía, Raúl sería un intermedio entre el guardia y yo y la verdad es que Raúl estaba más bueno para mi gusto.

Subimos al despacho, Raúl en el ascensor me dijo que ese era el tío en cuestión yo le pregunté "¿y ahora?" él me dijo, "ahora tardamos a salir y nos montamos una "fiestecita"" la verdad es que la "fiestecita" me sonó bien. Llegamos al despacho y llevé a Raúl a la Sala de Juntas, él me dijo al ver la sala "ya sospechaba yo que eras un cabroncete capitalista"· acto seguido me dijo "¿A que te gustaría verme en bolas?" yo le dije "Claro que sí" Raúl procedió a quitarse lentamente la ropa, primero los zapatos, luego los calcetines, luego la chupa que dejó caer en el suelo, luego su jersey que tiró sobre la mesa, luego la camiseta, debajo de la camiseta apareció un cuerpo de Adonis, todo lo que yo sospechaba, ante tal aparición mi polla se puso totalmente tiesa, luego se quitó el pantalón y quedó en boxer "Adolfo Domínguez" yo le dije "para pijo tú que vas de marca hasta en los huevos" él sonrió y se quitó el boxer, su polla saltó me quedé asombrado calculé 20 cms como poco, ¡menudo pollón!. El me dijo "ahora tú" hice la misma operación que Raúl y noté el deseo de su mirada quemándome la piel. Entonces Raúl se dirigió hacia mí y me tumbó en la mesa con el ánimo de comerme la polla pero en esto se abrió la puerta de la Sala de Juntas y oí "¿Qué pasa aquí?" era el vigilante, yo le dije "Nada una "fiestecita"" "¿Te apuntas?" El dudó pero Raúl se incorporó mostrándole todo su cuerpazo, yo le dije "No pasa nada, te dejo con mi amigo y pongo el cartel habitual de que estás de ronda, mi amigo y yo ya nos conocemos, está bien conocer a nueva gente" el vigilante dijo "me parece bien", yo me comencé a vestir y él se acercó a Raúl , se besaron, Raúl le quitó la gorra, le quitó la camisa, pantalones, etc…y descubrió un cuerpo de culturista perfecto , Raúl se separó de él para contemplar a su amante al que dejó puesto su tanga azul que marcaba su paquete y redondeaba su trasero. Yo bajé a poner el cartel y luego subí a mi despacho a espiar a oscuras.

Los cogí justo en el momento en que el boy enculaba a Raúl, tenía a Raúl con la espalda sobre la mesa de juntas y las piernas abiertas y el boy se lo follaba, la follada duró unos tres minutos, acto seguido Raul se levantó, lo levantó y lo sentó en la mesa y comenzó a comerle la polla, él gemía "Ah…sí…ah… qué buenos estás y qué bien me la comes" yo me estaba excitando así que opté por hacerme una paja mientras veía el espectáculo. Raúl se la comió hasta que éste reventó. Entonces Raúl lo puso a cuatro patas y lo penetró, Raúl como buen fan de las películas porno las veía en versión original y no gemía en español sino en inglés, así que cada vez que le metía su pollón al guardia gritaba "Oh yeah.." como Ryan Idol y compañía, Raúl lo folló con locura y se le corrió en la espalda.

Después de esto me pidieron la ducha, y tras la ducha aún hicieron un 69 en el pasillo, eran insaciables. La verdad es que conectaron y yo descubrí que no todo el sexo me apetecía al mismo nivel, que el vigilante no me excitaba y no me apetecía hacer nada con él a diferencia de con Raúl si bien no me importaba esperar.

Al salir el vigilante se reincorporó a su puesto y Raúl vino conmigo "Te debo una" "y grande" le dije "me la cobraré en películas o en carne ya te diré" "Me parece bien", dijo Raúl, "Tú eliges."

Me fui a dormir y al día siguiente emprendí viaje. Al llegar a mi destino fui a mi viejo apartamento que en esas vacaciones iba a desmantelar, no volvía desde julio que fui a Madrid y ahora, con una mejora de condiciones laborales en Madrid, venía de despedida, totalmente decidido a no mantener ese alquiler y a centrar mi vida en Madrid.

No es que le tuviera manía a mi vida anterior, pero los cambios que sufrí en Madrid, las personas que en Madrid me esperaban y el futuro que allí veía me impulsaban a dejar mi ciudad natal y a pensar que, en cierto modo y en algunas cosas, en el pasado había perdido el tiempo.

Nada más llegar a casa comprobé el correo y vi una invitación a la Asamblea anual de exalumnos de mi colegio, decidí ir, pues en esas vacaciones no tenía mucho plan salvo el desmontaje de la casa y la despedida de amigos, pensé que allí vería a varios.

Al llegar a la Asamblea, que era ese mismo día a las nueve de la noche, me encontré, como pensaba, con algunos compañeros y cuando estaba hablando con ellos me espetaron por detrás "El gran economista ¿qué tal estás Martínez?" me volví y no podía ser otro: César Sánchez. César era de mi misma edad (26) compañero de clase, él había estudiado Ingeniería, se le veía muy bien, como siempre. Moderno él vestía una camiseta de Custo y llevaba un abrigo negro largo, pantalón de cuero negro y botas. César medía algo menos que yo, unos 175 cms, de complexión atlética, fuerte, musculado, moreno de pelo, ojos negros y todo un líder. Desde pequeño fue el capitán del equipo de fútbol y uno de los primeros estudiantes de la clase. A los 14 años tuvo su primer "lío" con un chico y, a los 18; al cumplir la mayoría, se proclamó abiertamente homosexual y ese día, según él, perdió su virginidad con un tío cachas de 23 en una pensión, lo cierto es que César no solía mentir.

Le saludé efusivamente pues siempre fuimos buenos amigos y conocía a toda su familia. En el Colegio eran dos hermanos: César y Carlos los dos muy amigos míos. César y yo estuvimos juntos en la reunión y a la salida me dijo: "Vamos a fumarnos un cigarro por el Colegio que antes no nos dejaban" y César, con indisimulado placer, sacó un paquete de malboro mientras paseábamos por el Colegio. Al llegar al Gimnasio me dijo: "No he visto a Bascones" Bascones era otro compañero que le tenía bastante envidia y que aprovechó la "salida del armario" de César para atacarle abiertamente. Yo le dije "Supongo que te agradará no verle" "No creas, esperaba verle para recordar viejos tiempos" yo me quedé extrañado y él prosiguió "aquí, en este gimnasio tuvimos un encuentro agradable., era fin de curso de COU y yo estaba hasta los huevos de Bascones, ese día al acabar la clase de gimnasia nos fuimos todos a las duchas. Yo estaba harto de que Bascones me mirara la polla y luego dijera que yo era homosexual, pero ese día antes de que Bascones y yo entráramos en la ducha el de gimnasia nos dijo que nos quedáramos a recoger el material."

Aquí dio una fuerte calada al cigarro y prosiguió: "El material era el plinton, el potro, el caballo, las colchonetas y cosas así, total que había que recogerlo en el pequeño almacén del fondo. Mientras lo hacíamos ni nos mirábamos, pero, al final, cuando todo estaba dentro me encaré a Bascones y le dije: "eres una nena, cuando me tienes delante no me dices nada", él me dijo: "no hablo con mariquitas", y yo le dije : "Si eres tan hombre mira a ver si puedes salir de aquí", él se quedó perplejo pero me acometió, yo recibí la embestida, la contuve y le trabé las piernas hasta que le hice caer de espaldas en una colchoneta y me coloqué encima inmovilizándolo. Bascones estaba fuerte, tenía tipo atlético y era muy guapo ¿recuerdas?, pero yo era más fuerte, cuando le tuve en el suelo comprobé que estaba empalmado y le dije: Bascones estoy convencido de que quieres besarme y comerme la polla, la verdad es que yo estoy deseando hacerlo contigo, él dijo que No y yo le comenté que creía que sí y que sería una pena que toda la gente supiera lo flojito que era peleando, así que Bascones hizo ver que la segunda razón le convencía y accedió. Yo posé mis labios en su boca y abrí su boca con mi lengua, su lengua al principio permanecía quieta pero comenzó a animarse a la vez que iba abandonando la resistencia de su cuerpo, cuando la hubo abandonado del todo mi mano entró por su pantalón de deporte y le cogió la polla y se la empecé a pajear, él comenzó a gemir, nos levantamos y nos desnudamos, en ese momento nos fundimos en un abrazo con un profundo beso mientras nuestras manos recorrían nuestros cuerpos haciéndonos mutuas y sensuales caricias que nos hacían temblar de pasión y deseo. En un momento dado nos hasta tumbamos y comenzamos a hacer un 69 de costado, yo tenía práctica y Bascones no con lo cual Bascones se corrió primero, aproveché entonces para enseñarle a mamarla y Bascones demostró un buen alumno pues al final recuerdo su cara de vicio y mi casi pérdida de conciencia en el momento de la monumental corrida que Bascones recibió en su boca sin apartarla.

Luego fuimos a ducharnos y en las duchas, aprovechando el calorcito del agua y la humedad, puse a Bascones a cuatro patas y lo penetré, le dolió porque era la primera vez pero al salir me pidió que nos viéremos más veces y nos vimos unas cuantas, en secreto, hasta que él se fue a estudiar la carrera fuera. Cuando se fue te puedo asegurar que lo sabía todo a cerca del sexo con tíos."

Yo, después de manifestarle mi estupor sobre lo de Bascones, le comenté que también sabía bastante al respecto aunque aún no tenía clara mi orientación y él me dijo "qué lástima, hace unos años te habría tirado los tejos, siempre has estado muy bien, pero ahora tengo una pareja muy exigente." Así que fuimos a ver a su "pareja muy exigente" y me presentó a Silvio un cubano espectacular de 190 cms, anchas espaldas, cintura estrecha, largas y musculadas piernas y mirada felina, además de muy simpático y de trato cálido.

César me dijo: "este bombón es un demonio en la cama, es el único hombre que me ha llegado a agotar, al que le he llegado a pedir, en alguna ocasión, no creas que en muchas, que parara que no podía más. Lo paso de vicio con él y me ocupa todo el tiempo. Vivimos juntos, cada cual va a su bola hasta por la noche en la que nos la mamamos, nos follamos y no paramos hasta que nos dormimos de puro agotamiento."

Se me ocurrió un trío pero pensé que quizá en otra ocasión, le pregunté por su hermano y me dijo "Carlitos está muy bien, ya tiene 21, tiene novias discontínuamente y contínuamente a Roberto" "¿A Roberto?" "Sí hombre, su compañero de toda la vida, con el que iba a natación de críos" recordé a Roberto, amigo de toda la vida de Carlos, César siguió: "Roberto y mi hermano siempre han sido como gemelos, ahora que Roberto estudia cuatro de Derecho en Madrid se ven en Madrid y aquí de vez en cuando y están en permanente contacto por mail, yo creo que están liados". Acto seguido César explicaba su teoría: "Mi hermano no está mal, mide 170 cms, ya sabes que los Sánchez no somos muy altos, ojos azules, rubio, complexión atlética propia de nadador y una polla superior a la media y muy gruesa. Roberto está de cine: 180 cms, ojos verdes, pelo castaño, complexión atlética, pectorales perfectos, abdomen liso con pectorales marcados, sin un gramo de grasa, estudioso, en fin, una joya. Total que un buen día fui a Madrid al apartamento de Roberto donde había quedado con mi hermano, fui muy temprano y, como tengo llaves, entré sin llamar, no se oía nada y fui al dormitorio de Roberto, y allí vi a esos dos cuerpos perfectos entrelazados en la cama, las pollas eniestas (enorme la de Roberto) pues era temprano, y una generosa mancha de semen en la cama. Me fui sin ser visto y les esperé en la cocina, cuando salieron "por ahorrar tiempo" fueron a la ducha juntos y te prometo que no ahorraron tiempo. En fin, si vienes a nuestra fiesta de fin de año ya conocerás a Roberto, 21 años, estudiante de Derecho en la Complutense, gran deportista, el mejor amigo de mi hermano, y al que nunca me he podido tirar".

Después de esta historia me fui a mi apartamento, pasaron las vacaciones y llegó fin de año, era la última fiesta que pasaba allí, de hecho ya tenía el coche preparado para ir a Madrid con todo y seguía en mis dudas, además comprobaba que mi deseo sexual no me incitaba a liarme rápidamente con cualquiera parecía que estaba buscando algo fijo, alguien con quien estabilizarme.

Al llegar fin de año, como decía, fui a la fiesta de los hermanos Sánchez.

La fiesta era la típica orgía de los hermanos Sánchez, toda la casa a disposición de los invitados, chicos y chicas de 20 a 28 años y Carlos y César de perfectos anfitriones. La fiesta era la recreación de una bacanal romana, a la entrada los invitados se quitaban la ropa, salvo la interior, y vestían unas togas que dejaban a los hombres medio pecho al descubierto, las mujeres quedaban perfectamente, si bien escasamente, tapadas. Yo fui a la cena antes de las campanadas y la cena fue graciosa y tranquila, después de las campanadas todo el mundo comenzó a besarse: chicas con chicos, chicas con chicas, chicos con chicos, hubo intercambios de pareja y comenzó el follón, yo comencé a besarme con un tal Pablo, luego me cogió César y comprendí por qué era irresistible, su lengua me masajeó suavemente mis labios y se engarzó a placer con la mía. Mientras, su mano se posó en mi pecho y me acarició suavemente el pezón, yo ,entretanto, puse mi mano en su culo y comprobé lo duro y redondo que era, Silvio, entre tanto, se había quedado ya sólo en tanga, lucía un tanga rojo, y exhibía su cuerpo broncíneo a los presentes, se estaba comiendo a una joven bastante buena. Carlos, en una esquina, estaba con su novia ajeno al follón y cerca de él Roberto mordiendo con un joven atleta de más o menos su misma edad.

Yo seguía con César que me llevó a un cuarto, cerró la puerta y le dije "¿Y Silvio?" "Que le den por el culo, hace tiempo que quería hacer esto" César se despojó de la toga y quedó en boxer, yo hice lo propio, nos acercamos, posé mis manos en su culo, acaricié la suavidad de la lycra de su boxer y metí mis manos bajo el elástico, César había vuelto a meter su lengua en mi boca y me hacía perder la razón, mis manos comprobaban la tersura del culito de César mientras le bajaban el boxer. Le quité el boxer y su polla saltó, no era muy grande pero César se ponía en una situación en que te apetecía mamársela así que me agaché y comencé a mamársela, César temblaba de puro placer y yo seguía, César me jaleaba "Sí Juan sigue…sigue….hace tiempo..ah….ah…cabrón, tú si que sabes…!", llegó un punto en que abandoné la mamada y me incorporé, César me llevó a una cama y me tumbó , me la comenzó a mamar él, yo sentía sus suaves labios sobre mi capullo y luego su boca engullendo la totalidad de mi polla hasta los huevos con una cadencia regular que aumentaba cuando César me veía más excitado y disminuía para que no me corriera enseguida. Cuando lo consideró oportuno César abandonó y me dijo "Te voy a follar", yo me puse a cuatro patas y César me metió su polla por el trasero y comenzó a moverse, sentía el golpeteo de sus huevos en mis nalgas y su polla cada vez más crecidita, César gemía: "Oh…oh… me gustas cabrón…" mientras me follaba su mano se desvió a mi pene y me masturbaba, estaba ante una auténtica sex-machine y me dejé llevar con gran acierto por mi parte pues César me elevó al sumo placer sobre todo cuando nos corrimos a la vez.

Al salir del cuarto la fiesta seguía igual, Silvio vino a buscar a César, me sonrió y se largaron por ahí, yo entonces me acerqué a Roberto que estaba sólo junto a una mesa y me presenté, Roberto se acordaba de mí y estuvo simpático, vi que era un joven bastante maduro, sensible, atractivo, muy deportista, sano (ni tabaco ni alcohol) y que controlaba con sus relaciones a diferencia de mi. Me comentó que Carlos era su mejor amigo y que siempre estaba donde él estaba, así había sido desde niño, y que le caía muy bien la novia de Carlos. Carlos y su novia se habían ido por ahí y Roberto, tras divertirse un poco, estaba cansado y me dijo que se iba que al día siguiente por la tarde pensaba ir a Renfe para coger un billete el día dos para Madrid, yo le dije que iba en coche y que tenía una plaza, que iba el mismo día dos y que podíamos quedar, él me dijo que encantado y nos intercambiamos los móviles.

La fiesta siguió hasta el amanecer, yo ya tenía cubierta mi ración de sexo y diversión y decidí retirarme, Roberto ya se había ido, eran las 6:00 cuando me fui a dormir.

El día 1 lo pasé haciendo maletas y despidiéndome de familiares y amigos, el día dos llamé a Roberto para salir después de comer. Roberto apareció a las tres, me sorprendió que llevara unas gafitas redondas que le daban un marcado aire intelectual "Tengo una dioptría en cada ojo, me las pongo de vez en cuando".

Iniciamos el viaje, la conversación giró sobre amigos comunes: los Sánchez, Roberto me dijo "Seguro que César te ha dicho que estoy liado con su hermano y que a ti te me como antes de llegar a Madrid" le dije que sí, él prosiguió: "Este César no tiene remedio, con su hermano ni me he liado ni me voy a liar, te habrá contado lo del apartamento, la cama y la mancha de semen, lo cierto es que ese día vinimos cansados de una fiesta, Carlos estaba borracho, hacía muchísimo calor, no había otra cama, nos desnudamos totalmente y nos tumbamos juntos, a Carlos se le empalmó a primera hora de la mañana y se hizo una paja pensando en la última tía que se había ligado esa noche, paja de la que él no se dio cuenta ni yo tampoco porque dormía, y, despés, en el baño, estuvimos mucho tiempo porque Carlos no paraba de potar."

"Con Carlos tengo amistad desde que de críos íbamos al cole y a natación, a los 18 mis padres decidieron trasladarse a Madrid y yo me matriculé en la Complutense, a los veinte mis padres decidieron marchar a La Coruña y yo me quedé en un apartamento en Madrid. Ahí empezó mi verdadera vida sexual pues antes había tenido escarceos con chicas no culminados.

Cuando alquilamos el apartamento decidimos pintarlo, éramos cuatro amigos y sólo me podía quedar yo ese mes de septiembre para ayudar al pintor, decidimos llamar a un pintor rumano recién llegado a España para que nos saliera más barato, yo, como estaba ayudando, no pagaba gastos de pintura.

Era el 20 de agosto y así conocí a Kostantin. A las 8 de la mañana se presentó en la casa, era alto 190 cms, rubio y de ojos azul intenso, tenía unas buenas espaldas y se adivinaba un excelente torso, cintura estrecha y abdomen liso, el culo era perfecto, y su edad similar a la mía, hablaba perfectamente castellano pues llevaba ya más de un año en España.

Kostantin y yo nos entendimos enseguida y comenzamos a pintar, teníamos para unos tres días, ese primer día sobre las 12 hacía un calor insoportable, Kostantin, se quitó el mono, se quitó la camiseta (comprobé que tenía razón en lo que pensaba, pero aún más sus abdominales se le marcaban perfectamente, sus pectorales se recortaban con precisión y sus pezones eran duros), se quedó en pantalón de deporte y volvió a ponerse el mono sin mangas que dejaba ver casi todo su cuerpo, yo hice algo parecido pero como no tenía mono me quedé en unos pantalones vaqueros cortados a la altura de las ingles, con satisfacción vi que Kostantin se me quedó mirando fijamente y noté en un momento más bien largo que me miraba el culo.

Seguimos pintando e incluso comimos allí. Por la tarde al acabar le dije que se diera una ducha allí, nos quitamos la pintura con aguarrás, a lo cual nos ayudamos frotándonos mutuamente las partes de nuestro cuerpo donde había una mancha de pintura, y Kostantin se metió en la ducha, salió desnudito exhibiendo un pene erecto de unos 20 cms, yo no pude más, me agaché, le cogí la polla y comencé a pajeársela Kostaniín se estremeció. No dijo nada sino "oh…oh…oh..uhm…", me metí su polla en mi boca y comencé a mamársela mientras veía cómo se contraían los pectorales y abdominales de Kostantin. Cuando lo tuve muy cachondo me levanté y nos besamos largamente, en esto enseñé a besar a Kostantin pues era algo torpe, era mejor con las manos que con la boca. Luego lo llevé a un cuarto donde había una cama, Nos acostamos y comenzamos un 69 que yo no pude seguir pues el placer me invadió y bloqueó mis actos, me di cuenta que Kostantin era un auténtico experto, su boca controlaba mi cipote incluso creí que me lo estaba haciendo más grande de sus 19 cms, me abandoné de tal manera al placer que me corrí en la boca de Kostantin.

Entonces Kostantin me cogió me puso de espaldas, flexionó, elevo y separó mis piernas, me lubricó el ano con su saliva, se puso un preservativo y comenzó a penetrarme, al principio sentí dolor pero Kostantin era un perfecto conocedor de los tíos y logró ir cambiándolo en placer hasta que se corrió.

Quedé enganchado de Kostantin, la pintura que debía durar tres día duro seis y luego nos seguimos viendo donde podíamos, aprendí con él de todo sobre el sexo con tíos hasta que le salió una oferta de trabajo en Málaga y marchó.

Lo eché de menos un tiempo pero ahora tengo novio fijo de mi clase de la Universidad, se llama Pedro. Lo vi en clase un día, mide 180cms, castaño, ojos marrones, complexión atlética, debe pesar unos 85 Kgs, es más bien robusto y está cachas, tiene unas buenas piernas, unos pectorales muy marcados, un abdomen liso, y unas anchas espaldas, y un enorme cipote de 20 cms. Lo conocí en clase y luego estudiando, hicimos unas prácticas de Derecho del Trabajo juntos. Es muy discutidor y le gustan las innovaciones, últimamente se ha dejado una "mosca" en la barbilla. Nuestra relación comenzó en clase y se aceleró en el gimnasio.

Un buen día cuando estaba en el gimnasio me percaté de que Pedro, a quien ya conocía de clase, estaba allí haciendo pesas, me acerqué y comenzamos a charlar, él me dijo que luego iba a nadar algo, y le dije que también. Nadamos, yo le enseñé algunas cosas sobre la natación, estuvimos hablando un rato y nos fuimos a las duchas, las duchas eran cabinas separadas y tapadas por una cortina, fuimos allí con la toalla en la cintura y al comenzar a ducharnos Pedro me gritó "No tengo gel de baño ¿me puedes pasar del tuyo?", yo le dije "Tengo gel en los ojos, pasa y cógetelo tú" él pasó y me dijo "Vaya cuerpazo que tienes cabrón" yo abrí los ojos y le dije:"pues tú no estás nada mal ¿me puedes dar gel en la espalda" "Como no" y comenzó a aplicarme gel con su manaza, mi polla se estremeció y él lo notó, tan es así que desplazó su mano a mi culo y me lo masajeó, cuando me estaba poniendo a cien dijo "Bueno ya está, me voy a lo mío" rápidamente le dí a la ducha de agua fría para bajar la tensión.

A la salida él me esperaba con mirada pícara, estaba sólo con la toalla en la cintura y vistiéndose, cuando nos empezamos a vestir comenzamos a hablar de nuestros respectivos cipotes y sus medidas en términos elogiosos para ambos. La conversación se tornó tórrida, yo le alabé su masaje de mi culo y él dijo que había sido un placer, al salir del gimnasio en la puesta pasamos a la vez y nuestros pechos quedaron frente a frente Pedro rápidamente aprovechó la ocasión y me dio un besito rápido yo sonreí y le dije "¿Hay alguien en tu casa?" él dijo "No".

Fuimos a su casa, nos empezamos a magrear en el ascensor, yo salí con el cinturón desabrochado y él con la camisa por fuera del pantalón, entramos, dejamos las cosas en el hall y nos avalanzamos sobre el sofá del salón, Pedro ya iba sólo en boxer "Calvin Klein" blanco y yo en mi boxer "giulio" de rayitas, puse a Pedro de espaldas sobre el sofá y comencé a mordisquearle el cipote que dibujaba una sugerente forma bajo su boxer, luego le quité el boxer y su cipote surgió duro cual poderosa Afrodita, erótico y viril, yo me quité mi boxer, abrí mis piernas a tope y clavé mi culito en el cipotón de Pedro "Ah…campeón, si follas tan bien como estudias te pongo Matrícula de Honor en Derecho de Folleteo, ah..ah.." él me decía y continuaba: "eres un hijoputa con esas gafitas, tan modosito, tan buen estudiante y escondía este cuerpazo el cabrón, oh.. oh…ohh.. " casi se corrió.

Entonces yo me levanté, le levanté sus piernas y comencé a penetrarlo al ritmo de "oh yeah…oh yeah…" "cabrón ¡qué bueno que estás! Desde que te conocí en el examen de economía del año pasado te quería follar, ah…ah…", mientras, él se masturbaba hasta que una gran explosión de semen se desparramó sobre su pecho . A vista de tal espectáculo, con mi compañero casi desmayado de placer, el semen esparcido por su pecho, yo me comencé a pajear furiosamente como un poseso, mis pectorales temblaban y mis abdominales se contraían marcándose con auténtica lujuria, Pedro me miraba con indisimulado placer de amante hasta que:" ah….ah…aj…me corr…..o!" y, regándole su deseable abdomen con mi leche, caí sobre él rendido de fuerzas."

Yo había asistido al relato con cierta excitación, ya llegábamos a Madrid, Roberto me dijo que seguía con Pedro en clase, en el gimnasio y en la cama y que estaba muy bien, que Carlos conocía a Pedro y se caían muy bien y que de César no quería saber nada.

Llegamos a su casa, al bajar me dijo "Un placer, ya ves que no te he comido pese a estar muy bueno, llámame cuando quieras y salimos, te presentaré a Pedro quizá tengamos un plan entre todos.", me despedí de él y volví a casa, la rutina comenzaba otra vez, pero yo estaba más seguro. Había descubierto que el sexo es algo muy distinto al amor, que la sexualidad no es sólo una y que a mí me atraían las personas y no el sexo de cada cual, por eso podía estar bien con una mujer y con un hombre.

Mi vida laboral se estabilizaba en Madrid, ahora después del chute de adrenalina que en mi vida metió Alberto (ver primera parte), y después de todas mis aventuras y de conocer la vida de mis antiguos amigos y compañeros, me he decidido a buscar mi pareja, a estabilizar mi vida. La cuestión es ¿con quién? Pues estoy bien con mucha gente, pero es claro que necesito a alguien fijo, con Ana estoy bien pero ella se huele el tema y no se acaba de comprometer conmigo, Alberto está muy lejos, Raúl está liado, ¿quizá Roberto? Tiene pareja. En fin, tengo las ideas más claras pero no sé con quién estabilizarme, quizá lo deje al azar.

Puede que haya una tercera parte de la historia, que será la última, tengo algunas ideas, irá orientada a la pareja definitiva de Juan, si es que algo es definitivo. Me gustaría recibir vuestras sugerencias. Idol. pedrocha@ozu.es