Historia de desamor pero buen sexo
Cuando se lastima el corazon lo unico que queda es rescatar el placer que te dan con buen sexo.
Historia de desamor pero buen sexo.
Esta vez mi relato tendrá un tinte de desamor, pero no se preocupen, que como todos tendrá una buena parte de sexo, que fue lo rescatable de esta experiencia.
Todo comenzó como muchos de mis relatos con el conocer a un chico en una página de Chat. Justo momentos antes de abandonar mi amada Mar del Plata entro al Chat de esa ciudad y conozco a un chico tan dulce como intenso. Como no había tiempo intercambiamos los números de celulares para seguir en contacto ya que él no tenía mail. Este chico se llama Santiago Ezequiel Vergara y tiene 23 años, vive en Mar del Plata pero es de un pueblito de Santa Fe.
Yo le deje la promesa de volver y conocernos personalmente. Paso un tiempo donde el contacto vía celular era bastante frecuente, el me llamaba y me pedía que yo también lo hiciera porque, supuestamente, le gustaba hablar conmigo.
Toda la situación pintaba como para ser uno de esos encuentros donde dos personas se unen en el amor y nunca mas se separan, con un final feliz.
Pero nunca fue esa su intención.
Yo tenía otra actitud, si no resultaba el amor y si el sexo pasaría a ser un lindo recuerdo y una historia para ustedes amigos y amigas.
Finalmente llego el día; yo volví a Mar del Plata, concertamos la tan esperada cita y nos encontramos.
Yo no sabía como era físicamente, solo sabia que media 1,84 y que pesaba 75 kilos. Que su contextura seria fuerte, ya que en su trabajo tenia que levantar grandes pesos.
Finalmente se produjo el encuentro
Al ir a buscarlo lo salude con una frase cordial como si nos conociéramos de toda la vida y siempre nos hubiéramos visto; él respondió de la misma forma.
Las miradas no dejaban de recorrer los cuerpos de uno y del otro tratando de juntar las voces de los teléfonos con las figuras reales.
Mientras conversamos nos examinamos exhaustivamente, yo veía un rostro que no era como lo había imaginado, pero estaba totalmente enamorada.
Pero había algo mas que flotaba en el aire, era una tensión dulce pero fuerte era una química tan intensa que cuando hubiera un acercamiento físico, no podríamos disimular mas lo que buscábamos.
Eso me denoto al instante que no tenia amor para mi y yo tampoco lo podía sentir por el, solo queríamos matarnos en una cama.
Fuimos a bailar y finalmente se dio ese jueguito tonto donde uno provoca al otro y su respuesta es un acercamiento físico.
Bueno, yo lo provocaba quitándole una bandita elástica, que sujetaba su pelo semilargo, y el para obtenerla me abrazaba con una mano y con la otra se dedicaba a mi escote; que obviamente era pronunciado y generoso.
En ese momento sentí su mano sobre mis tetitas y con un brote fugaz de vergüenza me dejo un poco sorprendida y paralizada.
Así pasaron varias veces, donde yo lo provocaba y el respondía con sus manos en todo mi cuerpo, en los lugares mas osados que puedan imaginar. No tardo mi respuesta con mis manos sobre su cuerpo, tan fuerte como duro y marcado.
Sus brazos y manos eran tan fuertes, también su cuerpo que con esa forma tan dura y marcada me excitaba tanto que producía que se me erizara la piel cada vez que me tocaba.
Provocaba que sus manos en mi se me convirtieran en una adicción
Esa noche nos despedimos sin que pasara nada mas que intensas caricias, yo estaba extremadamente excitada y el se retiraba del bar con una actitud de ganador y solo falto que dijera: se que vas a volver por mas
Obviamente si lo pensó estuvo muy acertado.
No deje mucho tiempo que pasara para volver a verlo pero esta vez yo quería otra cosa, quería que no solo sus manos estuvieran en mí.
A esa altura y con varias observaciones que hice sobre el, como es mi costumbre; ya sabia que no habría amor y que no era su intención, solo quería un encuentro sexual y yo era lo único que le daría.
Nos encontramos y fuimos a cenar primero, charlamos y luego empezamos a dar vueltas por la ciudad sin tener un rumbo.
Yo en todo momento esperaba alguna frase, invitación o señal que diera como visto bueno para que lo atacara.
Llegamos a un lugar donde me invito a jugar al pool. Justo es un lugar muy concurrido sino hubiera sido la mejor de las ocasiones para concretar mi fantasía de tener sexo sobre una mesa de pool.
Empezamos a jugar y como el no me daba ninguna señal, el picante de la situación lo tuve que poner yo.
Yo perdí 3 de los 5 partidos que jugamos, pero los tiros más fáciles no podía ejecutarlos ya que cuando estaba posicionado para tirar me acercaba a el y bajando hasta su orejita le susurraba de forma sensual:
-no la metas que se va a terminar pronto y quiero mas
Luego usaba otros tonos, de forma dulce y aniñada me acercaba a su orejita y volvía a susurrarle:
-no la metas fuerte, hacelo despacito.
Y las estrategias que mas funcionaron fueron: acercarme con mi escote visible a sus ojos y pasarle despacito mi lengüita por su oreja; ubicarme inclinada a la par de el y poner mi mano en su ingle insinuando que la caricia seguiría hacia arriba.
No se cuanta gente había pero no me intereso tampoco. Era una situación insostenible pero el chico se la aguanto como un duque.
Salimos de ahí y otra vez a caminar sin sentido. Yo después de todos los intentos sin respuesta fehaciente me resigne y le pedí que me acompañara a mi hotel.
En el camino, solo era provocaciones verbales pero que terminaron con un pedido de el, de sentarnos en un banco de la plaza para conversar mas tranquilos.
Ahí fue peor, porque me dieron ganas de provocarlo nuevamente y el estaba esperando eso. Ahora las respuestas eran mas descaradas llegando a dejarme casi sin remera y con mis tetitas al aire y el con el pantalón y bóxer bajos, en plena vereda de la plaza.
Había mucha gente pasando por ahí así que yo sin más reparos lo tome de la mano y le pedí que fuéramos a un hotel.
Llegamos, entramos y ni bien cerró la puerta se desato la guerra
El me empujo a la cama y se lanzo sobre mí, arrancándome la remera y yo mientras trataba de sacarle su pantalón a los tirones.
Parecíamos dos animales en celo que se estaban dejando llevar por solo instintos.
El se apodero de mis tetitas y hasta me dejo una marca roja que me duro una semana.
En menos de un minutos estábamos los dos sin ropa, el sobre mi y yo aprisionándolo con mis piernas para que no se separara su cuerpo del mío.
El me sujeto con fuerza por las muñecas y puso mis brazos extendidos a los lados de mi cabeza, yo no podía moverme para nada y comenzó a besarme el cuello, apoyando su pene tan duro como grande sobre mi cosita tan mojada como excitada.
El lo notó así que, soltó una mano y la dirigió a la zona mas mojada en mi cuerpo; me empezó a acariciar y observaba como yo lo disfrutaba, comenzó a penetrarme con sus dedos y ahí yo reaccione ya que no era lo que quería tener adentro mío.
Pude soltarme, lanzarme sobre el y comenzar a apoderarme de esa tersa y tibia piel.
A recorrerla con mi boca y mi lengua bajando desde su cuello, que de paso mordí suavemente, pasar por su pecho y llegando a su pene caliente y brillante, note que se había quedado quieto y tranquilo.
Su respiración se hacía gemiditos de placer.
Ahí me apodere de su pene con mi boca, lo introduje primero hasta su cuello varias veces y de golpe lo metía todo dentro. Su respuesta no se ocultaba sino que era una sinfonía de suspiros y gemidos de placer. Solo se cortaban para escuchar los ruidos de chupeteo que hacia mi boca sobre su peno duro y rojo brillante, eso le gustaba tanto que lo hacia ponerse mas excitado aun.
Cuando ya estaba por explotar volvió a reaccionar y rápidamente se incorporo poniéndose sobre mí en busca de mi cosita toda mojadita con su boca.
Los dos disfrutamos de un 69 muy intenso, donde no se dio tregua y la intensidad no se perdió en ningún momento.
Los dos animales en celo que parecíamos ya no querían mas jueguitos y después de haber probado todos los rincones de cada cuerpo, sus olores y sabores, volvió a tomarme con fuerza y me penetro con tantas ganas que los dos gritamos de placer.
Me habría al máximo las piernas, para tener mayor profundidad. Me sujetaba con fuerza y sus dedos se incrustaban en mí, dejándome las marcas.
Mientras, no faltaron los mordiscos en el cuello y los besos furtivos.
La situación no daba para más, ya casi no podíamos contener el orgamos más intenso de nuestras vidas, pero hubo un poco más
Se detuvo bruscamente y levantadose rápidamente me giro sobre la cama, se coloco detrás de mí y puso su pene duro, a punto de explotar, en mi colita.
Comenzó a empujar despacio pero constante, yo no lograba relajarme así que empezó a dolerme se lo dije con gemiditos de dolor y tratando de safarme de su penetración pero no lo pude hacer.
El me sujeto fuertemente por la cadera para que no pudiera moverme y acercándose a mi oído me susurro:
-me encanta cuando te quejas así, me excitas más
Eso logro relajarme y empecé a disfrutar yo su penetración, además de excitarme también a mí.
Comenzó a bombearme cada vez más rápido, más fuerte, mas adentro. Una de sus manos me sujetaba fuertemente por la cadera, su torso se apoyaba en mí y mordía mi espalda alternando con algunos besos. Con la otra mano acariciaba rápidamente mi clítoris y yo solo disfrutaba como loca gimiendo y pidiéndole más
Estuvimos los pocos minutos que se pueden aguantar así de calientes y le pedí que me acabara adentro de mi colita, eso lo enloqueció y no tardo en llenarme toda la cola con su leche caliente, sentía como me inundaba y empezaba a escurrirse por mis piernas.
Después nos tendimos en la cama y al cabo de unos minutos nos recuperamos bastante y reiniciamos la contienda en dos ocasiones más; tan intensas como excitantes todas las veces.
Luego nos fuimos del hotel y al llegar a la esquina nos despedimos, me pidió que le mandara un mensaje a su celular para volver a vernos.
Pero yo a pesar de haber estado totalmente enamorada de el, sentí y me di cuenta que esto no pasaría a nada mas que un encuentro sexual.
Fue buen amante pero como persona le faltaba sinceridad y yo no perdono las dobles intenciones.
Paso a ser solo una nueva historia para ustedes amigos.
Como me quedaban unos días, asome mi personita a pescar una nueva historia del Chat y claro que encontré una nueva que les contare en el próximo relato.
Nos vemos en el próximo relato