Historia de Corinne (8)
Sentí a alguien que manipulaba las cadenas. Al abrir los ojos, me vi cara a cara con René. Me estaba enganchando la cadena al collarín, para a continuación pasar a engarzarme también las pulseras al collarín.
Sentí a alguien que manipulaba las cadenas. Al abrir los ojos, me vi cara a cara con René. Me estaba enganchando la cadena al collarín, para a continuación pasar a engarzarme también las pulseras al collarín.
Su amigo, le pidió excusas y abandonó el dormitorio. Y entonces René se puso frenético conmigo, pero no llegó a mas la situación.
Tuve que dormir atada de semejante manera.
Al despertar, me vi desatada y con una nota en la cocina.
La nota decía ......
! Corinne. Estaré fuera todo el día. Volveré hacia las 4 de la madrugada. Sal y diviértete. Tienes dinero en la caja !.
Me incorporé y revisé a la luz del día la habitación.
Me sentía apesadumbrada. Pensé en los días de tormento, que había pasado en la mansión e inmediatamente pensé en Melba.
Me levanté y cogí el teléfono. Marqué rápidamente el número de Melba. Me respondió una voz que no reconocí y pregunté por Melba.
Era ella !!!. Me explicó que se había acostado tarde y que estaba con dolor de cabeza. La dije que tenía el día libre y que deseaba verla.
Melba, después de estar callada un rato, me respondió ...
*** Corinne. Amor mío. Hoy tengo una fiesta. Pero el caso es que me encantaría verte.
*** No te preocupes Melba, ya nos veremos otro día.
*** Espera. Puedes hacer una cosa.
*** El qué.
*** Puedes ir a la casa negra. Pregunta por Skoda. El te llevará a un sótano lleno de fotos gigantes mías. Luego, él te azotará en mi nombre. Te parece buena idea ??.
*** Prefiero que nos veamos otro día.
*** Como quieras. Cariño, me ha encantado que me hayas llamado.
*** Adiós.
Colgué y me sentí hundida. Me fui al aseo y me di un baño en condiciones.
Y cuando estaba en el agua, oí que alguien entraba al dormitorio. Pensé que se trataría de alguna de las doncellas, por tanto, me relajé y empecé a experimentar gratas sensaciones.
Cuando ya el agua, se estaba quedando tibia, me dispuse a salir de la bañera y secarme, pero en ese preciso instante un hombre apareció en la puerta del cuarto de baño.
Me asusté y le pregunté quien era y que quería.
La única respuesta que obtuve, fue la de que saliera del agua y le siguiera.
Me dejaron confusas sus palabras y lo intenté de otra forma, sin asomar mi cuerpo del agua.
Volvió a repetirme, esta vez acercándose a mí, que saliera del baño y le siguiera, sin rechistar.
Me sentí de lo más angustiada. Quien era aquel intruso y como había podido entrar en la casa ?.
Aquel ser me cogió de los cabellos chorreantes y tiró hacia él. Mas de medio cuerpo me hizo sacar del agua. Y mientras me tenía cogida de los cabellos, lo que me producía un pequeño dolor, me conminó a salir por mis pies o bien a ser arrastrada de los cabellos.
Me decidí por lo primero. Me levanté y salí al exterior. Y cuando me iba a secar, aquel ser me dio un manotazo en la cara y me dijo, que iría así.
Por tanto, le acompañé chorreante y desnuda por toda la casa. Pero, al final salimos al jardín y un coche se acercó a nosotros.
Yo, ya estaba pensando en un rapto, para pedir rescate por mí a René.
El hombre me obligó a introducirme en el coche. Y después él, se sentó a mi lado, sin pronunciar ni una sola palabra.
El coche arrancó y circuló por parajes inhóspitos.
Yo todavía estaba mojada, pero la temperatura en el interior del vehículo era de lo mas confortable.
El coche se adentró en un subterráneo y perdí de vista la luz del sol.
En breves minutos, se detuvo ante unas grandes compuertas. Allí me apeé a la fuerza. Me quedé sola y preocupada.
En breves segundos y cuando el coche ya había desaparecido de mi vista, observé como un par de mujeres se acercaban a mí.
Las mujeres me condujeron hasta la casa en la que entré y me encontré de cara con René.
Me quedé muy sorprendida de verle, pero a él parecía que no le importaba en absoluto el verme de aquella manera. Me cogió del cabello y me empujó hacia una gran puerta que había en el lateral del hall.
Cuando estuvimos dentro me comunicó .....
*** Corinne. He decidido ofrecerte en pública subasta, esta noche, al mejor postor. Y lo mas probable es, que ya no nos volvamos a ver.
*** Pero, porqué ?. Me he comportado mal contigo ?.
*** No. Es simplemente una cuestión de negocios. Además, casi no tengo tiempo para tí. Y es mejor que otras personas se aprovechen de las magníficas posibilidades que posees.
Me quedé aturdida, confusa y triste. Me deje zarandear y casi arrastrar por él, hasta un cuarto adyacente. Allí estaban las dos mujeres que me recogieran momentos antes.
Sin decirme una palabra, me asearon y maquillaron. Luego, me pusieron una capa de color rojo y me condujeron hasta una habitación en donde habían otras 3 jovencitas.
Se alejaron y nos dejaron a oscuras. No hablamos entre nosotras y además cada una permaneció en el mismo lugar en que nos habíamos visto.
Al cabo de un par de horas, comenzó a oírse una escandalera al otro lado de la reja que había en la pared. Esta quedaba un poco alta, pero, nos ayudamos unas a otras para ver que era lo que sucedía al otro lado.
Fui la primera en ver que es lo que allí se estaba fraguando. Las indiqué que me bajaran y ayudé a otra a que se asomara. No tardó en bajar con la cara demudada y lágrimas en los ojos.
Se trataba de un mercadillo de esclavas. Cada jovencita, era anunciada por sus rasgos personales, en los que iban incluidos el color de su piel y sus medidas corporales, así como su peso.
Después de un par de horas mis tres compañeras, fueron anunciadas a la vez. Vinieron a por ellas y se las llevaron. Y me quedé sola y aturdida. Fueron vendidas, aunque no me preocupé de averiguar a quién.
En menos de media hora fui solicitada para acceder a la pasarela. En todo momento fui acompañada por dos robustos varones. Y cuando estuvimos ante los presentes, me dejaron a merced del subastador.
Mi capa roja seguía protegiéndome, pero a cada movimiento que realizaba, se me abría por delante y una parte de mi cuerpo desnudo era ofrecida a los presentes.
El subastador, por fin se acercó a mí y tras descubrirme por delante, dejándome la capa por encima de los hombros, anunció a los presentes que la subasta comenzaba ....
*** Compradores!!!. Os expongo a una bella y agradable hembra para los placeres que queráis hallar en ella. La puja comienza en 100.000 $$$.
La puja subió de golpe hasta los 250.000 $$$. Me quedé algo asustada y aturdida, ya que era un valor en dinero al que yo no había soñado todavía poseer.
Pero la cosa no quedó ahí, ya que varios árabes estaban pujando hacia mí y en breve las pujas comenzaron a elevarse por encima de los 500.000 $$$.
Entonces uno de los pujadores preguntó ......
*** Por la cantidad a la que está esta perra, al menos resistirá la caricia de los cueros, porque si no es así, me retiro de la puja.
*** En efecto excelencia. Esta hembra es capaz de soportar toda clase de castigos y por supuesto una zurra a base de cuero.
Entonces saltó el otro árabe ....
*** En ese caso, me comprometo a ofrecer por cada golpe 50.000 $$$, si mi hermano en Alá deja de pujar. En caso contrario, se la dejaré.
Ante semejante propuesta, fui desnudada totalmente y amarrada a un poste dando la cara a todos los presentes.
Pude ver como uno de los múltiples varones que pululaban en mi entorno, se armaba con una cincha y se situaba a mi espalda.
Sin mediar palabra, me descargó un golpe en las nalgas. Y aunque no era muy fuerte, no tuve otra opción que la de dar un respingo.
El árabe que había hecho la propuesta, guiñó los ojos y un nuevo latigazo cayó, esta vez, sobre mi espalda.
Volví a respingar y esto gustó a todos los presentes. Los veía odiosos, con sus asquerosas sonrisas y babeantes de emoción.
Y de nuevo el látigo cayó sobre mi cuerpo, pero esta vez en las corvas, por lo que casi bailé de sensación. Y a lo que los presentes aplaudieron a rabiar.
Y ya no recibí ningún latigazo más. Había sido comprada por aquel árabe que me hacía estremecer de terror, cada vez que lo miraba.
Fui conducida por un lateral hasta la salida en donde me aguardaba un furgón en el que me obligaron a entrar.
Al subir al interior, encontré a una joven, que estaba amarrada a una de las paredes del furgón.
Fui atada desnuda, en la pared opuesta a la de la joven.
El furgón arrancó y traqueteó por diversos caminos, hasta que llegamos a un lugar en donde fui desatada y obligada a caminar con los ojos tapados por una venda.
Cuando fui liberada de la venda, me encontré en una especie de salón, de amplias dimensiones. Y por el balanceo, que sentía, supuse que me encontraba en una embarcación de grandes dimensiones.
El suelo estaba formado por una extensa piel de pelo largo y suave. Ante mí, estaba aquel odioso ser que me había comprado y que me repugnaba en exceso.
Vi como sonreía ante mi impotencia. Y esto determinó mi pensamiento, de que una amarga experiencia me aguardaba junto a él.
Se limitó a mostrarme mi nuevo hogar. Me enseñó mi habitación, tan solo separada del resto de la gran sala, por unas cortinas totalmente transparentes. El baño estaba en el mismo dormitorio, bajando unos escalones.
Entonces me anunció lo que deseaba de mí ....
*** Querida Corinne. Has de saber, que te he comprado para que me proporciones placer y además mucho dinero. Estarás desnuda la mayor parte del tiempo, tan solo deberás cubrir en cada momento tu nariz y labios con un pañuelo de seda, sin importar el color. La falta de esta regla determinará un gran tormento para tu cuerpo. Por otra parte, podrás relacionarte con hombres y mujeres, a tu gusto, salvo en las circunstancias de que seas cedida a alguien que te alquile por horas. Para mí, bailaras desnuda todas las mañanas. Si te cuesta trabajo te ayudaré con un látigo.
*** Señor, porqué he de seguir padeciendo toda clase de ignominias en mi persona ?.
*** Es tu promesa, querida Corinne. Quizá, ya la has olvidado ?. Espero y confío en que no.
*** No la he olvidado. Pero hasta cuando tendré que soportar esto ?.
*** Pues, quizá, para siempre. Pero eso a mí no me preocupa. Pero lo que si me importa es el que estés disponible y encantadora para mis huéspedes.
*** Señor, es usted un ser miserable. Disfruta viéndome sufrir y además me entrega a otras personas para que disfruten, abusando en mi cuerpo. Y ahora, hasta es posible, que decida darme unos cuantos azotes.
*** Te equivocas. Yo no deseo el mal para tí. Lo que si deseo es que todas mis posibles amistades, se sientan a gusto en mi casa.
Ahora, prepárate para danzar ante mí. Se acerca la hora del amanecer. Tan solo utiliza el velo que te cubra la parte inferior de tu cara.
Me dejó a solas, mientras yo me cuestionaba mi presencia en aquel antro y las vejaciones que iba a tener que soportar, por la estúpida promesa que una vez le hice a mi amante René.
Antes de que me diera cuenta, el tiempo había transcurrido a tal velocidad que ya era la hora de danzar ante mi nuevo amo. No sabía que es lo que debía hacer, pero en cualquier caso aprendería, aunque me tuvieran que ayudar con el látigo.
Vinieron a buscarme un par de hombres. Para entonces yo, ya me había colocado un velo en la parte inferior de mi rostro.
Subimos a cubierta y no vimos a ser alguno durante el trayecto. Pero al llegar a proa, mi amo estaba sentado y rodeado de más de 7 mujeres, tan desnudas como yo.
Nada más llegar ante su presencia una música comenzó a sonar.
Al principio no supe que hacer, pero poco a poco, la música se fue colando en mi interior y en breves segundos empecé a menearme, al principio sin seguir el son, pero en seguida comencé a vibrar con la melodía y a dejar que mi cuerpo se contorsionara con armonía y sensualidad.
Cuando la música cesó, me sentí como ausente en un mundo irreal.
Enseguida mi nuevo amo, me indicó que me aproximara a él.
Cuando estuve a un metro escaso, me agasajó con fluidas y finas palabras que me hicieron estremecer de gozo. Pero mi estupor llegó, cuando ordenó que fuera instalada en la proa.
Dos hombres se acercaron a mí y agarrándome con brío me hicieron caminar hasta el mascarón. Allí, me aguardaba una especie de sillón.
No tenía respaldo. Además el asiento era minúsculo y para colmo, me ataron los tobillos a las patas traseras de aquel sillón. Y por último mis muñecas fueron sujetadas firmemente a dos salientes laterales.
Aunque, la postura no era la mas incómoda que había tenido que soportar, sí al estar en la parte mas pronunciada de la proa, me producía fuertes elevaciones y descensos, a la vez que tenía que soportar el agua que llegaba a mi cuerpo, al romper la proa las olas.
Pero había otra cosa más, que me iba a aturdir. Era el sol implacable, que caía sobre mi desnudo cuerpo.
Así permanecí por espacio de dos horas, hasta que sentí las manos de mis verdugos y guardianes que me liberaban.
Fui conducida de nuevo a mis aposentos. Al entrar, pude ver a un hombre que me miraba de la forma mas impúdica que imaginarse pueda.
A su lado estaba mi amo, que indicaba algo sobre mi cuerpo.
El invitado, asintió y se decidió a sacar un fajo de billetes y entregárselos a mi amo.
Entonces éste, indicó con un gesto a sus hombres que desaparecieran y nos dejaran a solas.
Mi amo y su huésped se aproximaron hasta mí. Y entonces le oí decir :
*** Allub, puedes llevártela por dos días, espero fervientemente que disfrutes con ella. Pero recuerda, no quiero ver rastro alguno de la orgía.
Ante mi estupor, contemplé como mi nuevo amo, abría un baúl de gran tamaño y me hacía señas para que entrara en él.
Me conmina a que me introduzca en un baúl. Le obedezco y pronto el cierra la tapa y la oscuridad me invade totalmente.
Siento los traqueteos de los que me conducen a no se sabe que lugar, pero estoy segura de que voy a ser ultrajada de forma mas miserable que con Melba.
Cuando abren la tapa, me encuentro en una especie de mazmorra. Al ojear mi entorno observo, que está lleno de jovencitas de todas las razas. Y están totalmente desnudas, como yo.
Me abandonan junto a ellas sin atarme. Me acurruco en un rincón, al lado de una joven negra, que tiene el cuerpo surcado por el látigo y que llora desconsoladamente.
Me dan ganas de acariciarla y consolarla, pero me abstengo. Es casi mejor la ignominia.
Antes de que pueda reaccionar se abre la puerta y arrojan a dos jovencitas. Una es de tez blanca y la otra amarilla. Han sido febrilmente azotadas como lo demuestran las marcas en su piel.
Nadie las presta ayuda. Y para colmo, una de las jóvenes, aparta a una de las recién llegadas a patadas.
Viendo los malos tratos que están recibiendo las pobres chicas, me decido en ir en su ayuda. Y apartando a la que la patea las hago incorporarse y las acompaño hasta mi rincón.
"" Es lo peor que podía haber hecho ""
Cuando estoy terminando de acoplarla, observo que varias piernas me rodean. Y al levantar la vista, observo a 5 mujeres de tez blanca ante mí.
Todas están tan desnudas como yo, pero siento un escalofrío en mi interior. Y enseguida una de ellas, me ordena .......
*** Levántate y acompáñanos, debemos cuidarnos de tí.
Sé que lo que ha querido decir no es nada bueno para mí, pero aún así me levanto y mezclándome entre ellas, las acompaño.
Caminamos por un pasillo de cuerpos que se ha establecido al instante y llegamos a un recodo de la mazmorra, en donde hay otras 6 mujeres.
Además puedo ver que todas están armadas de cueros y además hay una pequeña pilastra de ruda madera, en donde se notan aún las señales de los cueros fallidos.
Comienzan por atarme a la pilastra, tanto las muñecas como mi cuello. Una vez en la postura indicada, se aprestan a castigarme rudamente con los cueros que portan.
Me descargan varios cueros a la vez, pero sobre diversas partes de mi cuerpo. Me contengo, a pesar del dolor y la quemazón. Pero, antes de que pueda recuperarme, una nueva tanda cae sobre mi espalda.
Esta vez, resoplo y me agito ligeramente en mis ataduras.
Al parecer me han observado, pues en un momento, cae una lluvia de azotes que me hace temblar de dolor y a la vez agitarme y hasta gritar.
Me siguen azotando entre risas y murmullos, pero ante la sorpresa de todas, oímos la puerta y la voz de uno de los carceleros que me llama por mi nombre.
Rápidamente me desatan y me conducen hasta el centro de la sala. Me veo enfrentada a mi posible torturador y me entra miedo.
Salgo de la mazmorra y me dejo guiar por él. Camino sin mirar atrás. Presiento que mi futuro inmediato no va a ser nada bueno. Por fin, llegamos hasta el que parece ser el punto de destino. Veo a dos mujeres y un hombre que me miran atentamente.
Siento como el rubor me sube por todo el cuerpo, al permanecer desnuda ante aquellas personas. Antes de que sea capaz de pensar en algo, una voz me anuncia ......
*** Corinne. Pareces una maldita zorra. Vístete rápidamente y ve con ellos. Mas tarde hablaremos de este asunto.
Me quedo algo perpleja con esa voz en off. Pero rápidamente obedezco y coloco unos trapos sobre mi desnudez.
Y enseguida me sitúo al lado de aquellos tres seres, que parecen mudos. Sin dirigirme la palabra, me conminan a que camine hacia una gran mansión que se ve frente a nosotros.
Pero antes de llegar, me obligan a girar a la izquierda hacia una especie de palacete en mal estado y de aspecto cochambroso y escalofriante.
Llegamos ante la puerta y nos recibe una mujer de aspecto desagradable y de edad aproximada de unos 50 años. Los tres que me acompañaban, dan media vuelta y sin pronunciar palabra me dejan a solas con aquella mujer.
Esta, me hace entrar en la casa y tras cerrar la puerta me anuncia...
*** Desnúdate.
Me quedo algo retraída y ella me asesta un manotazo en la cara y me repite lo mismo.
La obedezco y entonces ella dice ........
*** Observo, que has sido azotada recientemente. Mejor!!!. Así te será todo mas fácil. Y ahora te contaré algo de lo que te espera. De aquí es imposible que puedas huir. Vas a ser destinada a la sala de exposición y prueba de productos. Debes obedecer todo lo que te indiquen. Ahora camina hacia la puerta negra, te han de bajar los humos.
Me dirigí sin más, hacia la puerta negra. Y al llegar junto a ella, se abrió sola, franqueándome el paso.
Entramos en aquella estancia y me entraron escalofríos, al ver la cantidad de aparatos de tormento que había.
Mi nueva ama, me susurró .......
*** Si obedeces en todo y no ocasionas quejas, nunca visitarás esta sala.
Por fin, conseguimos atravesar aquel salón maldito y llegamos a otra estancia totalmente desnuda de muebles. Solo había una cadena que caía desde el techo y dos varones armados de cueros.
Cuando llegué a su altura, se limitaron a cogerme las muñecas y engarzar mis pulseras en la cadena, que tensaron poco después. Y a continuación procedieron simplemente a azotarme todo el cuerpo. Me dejaron exhausta y sudorosa. Tenía todo el cuerpo cubierto de las rabiosas huellas de los cueros.
Sin dejarme descansar, me descolgaron de la cadena y me hicieron caminar hasta una nueva salida. Tras recorrer un largo corredor, llegamos hasta una puerta blindada.
Mi ama apretó unos botones y la puerta se abrió y pude contemplar el interior. Me disgustó casi más que la sala de los tormentos. Uno de los más de 10 varones que había por allí se aproximó hasta mí.
Mi ama, dándome un empujón, le dijo ....
*** Aquí tienes una nueva zorra para el negocio. Espero, que ésta te dure algo más.
Caí sobre las rudas manos de mi nuevo poseedor, mientras ella se iba y me dejaba a merced del nuevo destino.
Me contempló durante unos segundos y luego, sin pronunciar palabra, me ató las manos a la espalda y me conminó a caminar.
Llegamos ante una especie de despacho. Había 3 hombres y una mujer, que al parecer era la jefa de aquel antro.
La mujer me miró maliciosamente, al tiempo en que se volvían los 3 varones. Quedé enfrentada a todos ellos, sin saber que hacer, ni que decir.
No hizo falta, unas manos me obligaron a sentarme en una banqueta de cuero rojo. Todos los varones me rodearon, mientras la mujer seguía sentada en su aparente trono.
Entonces, la mujer levantándose se acercó a mí y tras acariciar mi sudoroso cabello y pasarme sus dedos por mis pechos, me preguntó :.....
*** Corinne. ¿Qué edad tienes?.
Me atreví a mirarla al rostro y la respondí ....
*** Tengo 32 años.
*** ¿Has sido azotada alguna vez, exceptuando la de hoy ?
*** Sí.
*** ¿Cuántas veces y porqué?
*** Han sido muchas y sin ninguna razón.
*** Sí lo que dices es cierto. ¿Porqué estás aquí?
*** No lo sé, Señora.
*** Da igual. ¿Eres masoquista?
*** No. Nunca lo he sido.
*** De acuerdo. Mejor así. Has de saber lo que se espera de tí. Estás aquí por varias razones.
1ª. Eres joven, bonita y sensual.
2ª. Eres el tipo de hembra que vale para este negocio.
3ª. Ya has probado el látigo mas de una vez.
4ª. Me pareces muy adecuada para este ambiente.
Confío en que disfrutes de tu estancia con nosotros. Bien es verdad, que lo pasarás mal algunas veces y que sufrirás castigos incontrolados, pero eso a nosotros nos da igual. Por otra parte, podrás ir a donde quieras, dentro del recinto. Y hasta es posible que puedas visitar el mundo exterior, si te portas bien.
Y ahora, te comentaré por encima tu trabajo....
Esta casa se dedica a la venta de artículos de castigo.
Desde los grilletes, cadenas, látigos y demás artefactos necesarios para producir dolor en el sujeto y alegrar la vida de cada uno de nuestros clientes.
Nuestros clientes, la mayor parte de ellos, compran el material que necesitan, después de haber visto alguno de los vídeos que les mostramos. Pero hay otros, que necesitan el probarlo ellos mismos, sobre mujeres como tú.
Si el cliente sabe lo que quiere, la mujer objeto no suele recibir mas de 25 azotes.
Pero si es un cliente indeciso, el castigo puede llegar hasta los 300 o incluso 500 azotes. Hemos tenido mas de un caso.
Para terminar, te comentaré, que aquí se dan pequeñas fiestas en las que algunas de vosotras estáis y no precisamente para divertiros, sino todo lo contrario.
Y ahora,..... Gus, es toda tuya. Límpiala y llévala a su nuevo aposento. Debe estar dispuesta para la sesión de esta noche.
El tal Gus, me cogió de los cabellos y medio me arrastró por el suelo, hasta que pude afirmar mis pies en el suelo y seguirle de forma normal.
No os contaré aquí, lo que sucedió, pues sería repetirme. Desde, quitarme las marcas del látigo, hasta maquillarme, todo.
A las 12 de la noche, volvía a estar frente a Solara, que era el nombre que tenía la dueña de aquel antro.
Observé como sonreía, mientras nos acercábamos a ella.
Y entonces dijo a Gus .....
*** Me parece un trabajo estupendo, Gus. La pondremos en la fiesta del fin de semana. Ahora, llévala a la exposición de posibles actrices de la casa.
Esta vez, Gus, no tuvo que cogerme del pelo. Al oír aquellas palabras di media vuelta y esperé a que él me indicara el camino.
Nos encaminamos a través de grandes corredores hasta un lugar en no sé que número de sótano, en donde me encontré con otras 6 jovencitas tan desnudas como yo y que se las veía tensas y agitadas.
Gus me dejó atada con un grillete en el tobillo en mitad de la sala. Y se retiró hasta el rincón, en donde había otros 6 varones. Y ahora ya no tenía las manos atadas. Todas las jóvenes se tapaban sus partes íntimas con las manos, pero yo, pasé de semejante actitud.
Al cabo de unos 30 minutos de espera apareció un grupo por el fondo de la sala.
Nos miraron y nos toquetearon a su gusto. Mis compañeras, intentaban eludirlos, pero ellos eran superiores en número y métodos.
Con respecto a mí, me dejé hacer de todo. Sabía por experiencia, que no valía para nada el resistirse.
Me pellizcaron los pezones y la vagina. Pero, quitando los hurtos y contorsiones lógicas, no les intenté apartar de mí.
No pasó lo mismo con mis compañeras. Una de ellas se puso tan frenética, que acabó siendo condenada a 200 azotes. Que se los dieron, inmediatamente, con lo que las demás quedaron mansas y asustadas.
Después de discutir unos momentos entre ellos, llamaron a nuestros respectivos amos. Les informaron de algo y a continuación se dirigieron a nosotras.
Al llegar Gus a mi posición, me dijo .....
*** Has tenido suerte. Te han seleccionado para 3 películas.
En la 1ª interpretarás a una dama cruel y voluptuosa.
En la 2ª serás la mártir de un sádico y raro inquisidor.
Y en la 3ª serás la esclava de un malvado conde.
Me quedé callada, pero sabía que ésto, solo significaba el peor de los tratamientos, en donde la crueldad se desborda y la única que sufre soy yo.
Entonces, me atreví a preguntarle .....
*** Señor. ¿En cuánto tiempo cree Vd. que se podrán rodar cada una de las películas?
*** Querida. Este tipo de películas se ruedan en un día.
*** ¿Y que días me han asignado para rodar cada una de ellas?
*** Pareces una estúpida. Rodarás las 3 películas en el mismo día. Y claro, en la 2ª y 3ª habrá que curarte varias veces y volverte a dejar como estuvieras, para continuar el rodaje de cada una.
Me callé, aunque estuve tentada de decirle, que eran unos miserables hijos de puta.
Tan solo le pregunté, cuando empezaba. Y me contestó, que dentro de 2 horas.
Me quedé estúpida y totalmente violentada. A pesar de ello, me atreví a hacerle otra pregunta.......
*** ¿Y quiénes van a ser mis compañeros de reparto?
*** Es una pregunta un poco tonta. Estarán todas las hembras que ves aquí y alguno de nosotros. Yo espero estar contigo, al menos, en la de inquisidor. Pero es casi seguro que sea tu amable esposo en la que tu interpretarás a una dama cruel.
*** De acuerdo. ¿Cuantas veces cree, que tendré que cambiar de papel?
*** Normalmente, se hace en 3 sesiones. Pero tienes la suerte de que en la 1ª película no tienes que desnudarte y por tanto, no tienes que estar en la situación anterior. Con respecto a las otras dos, mejor lo averiguas tú, pero no creo que sean menos de 800 azotes. Date cuenta de, que si en una toma has recibido 100 azotes, en la siguiente, deberás partir con esa cantidad. Pero, consuélate, ya que para no perder vigorosidad, te aplicaremos un estimulante.
Me imaginaba el panorama. Y se me hacía muy cuesta arriba. Los 800 azotes los podía soportar. Pero sí tenía que actuar a la vez, me sentía morir de miedo.
Entonces Gus, me dijo ....
*** Creo que lo mejor es que vayamos a los platós. De todas maneras no vas a poder descansar, así que visitemos el escenario, antes de que comience el rodaje.