Historia de andrea (3)
Para la mejor compresion del relato recomiendo leer las dos partes anteriores, publicadas en dominacion.
También llego el día de que Angélica, la esclava criada fuera llevada con su amo por lo que me ausente una par de días para realizar la entrega.
Durante una semana le permití a la perra que tuviera sexo tanto con nosotros como con las otras esclavas.
Pasado el plazo, inicie una nueva fase de adiestramiento. Su amo no me había dicho nada, pero considere que era necesario tanto por si iba a ser requerida para ello o para que se sintiera más perra aun.
La finca tenía un cercado, bueno realmente era una perrera, donde descansaban los tres canes corsos, perros de guardia, que poseía. Disponía de un amplio espacio para corretear y de cinco casetas de ladrillo para que cada perro usara una.
Después de los ejercicios matutinos de carrera a dos pies, la lleve a cuatro patas y de la correa a la perrera. Supongo que debió intuir mis intenciones, por que comenzó a llorar y a ladrar lastimeramente. Abrí la puerta.
-Entra –dije mientras que soltaba la correa del collar- Ahora empieza tu autentica vida de perra.
Cerré la puerta y fui a mis actividades que en ese momento era sentarme en el porche de la casa y observar qué ocurría en la perrera.
Se quedo junto a la puerta. Al poco vinieron los perros. Dieron vueltas a su alrededor y la olieron muchas veces. Andrea seguía llorando y me miraba como si implorarse. Cuando les pareció se marcharon. Ella comenzó a deambular por la perrera. Vio donde estaban los bebederos y comederos. Tendría que comer lo mismo que mis perros, por suerte para ella no les daba la comida seca o pienso. Luego se dirigió a las casetas. Las olio. Los perros se pusieron en alerta, ya que cada uno había tomado una como suya.
La perra siguió su camino oliendo las otras dos casetas. Se metió en la última.
Se quedo bastante tiempo. Pero cuando el hambre y la sed le apretaron, salió. Fue derecha a los bebederos. Los canes la observaron sin ningún interés. Cuando se sacio, miro en el comedero, pero estaba vacío. Solo les daba de comer una vez al día y la hora ya había pasado. Quería que en siguiente reparto de comida tuviera hambre.
Volvió a su caseta y allí permaneció toda la tarde. Mis canes la ignoraron salvo cuando pasaban por delante de su refugio, miraban y olían.
Al día siguiente mande a John que sacara a pasear a la perra (o sea a hacer sus ejercicios a dos patas para que no atrofiaran del todo sus huesos y músculos), mientras que yo y Candy nos ocupamos de las otras esclavas.
Cuando terminaron la perra fue de nuevo introducida en redil y mi ayudante llenó los comederos y bebederos.
Mis perros se lanzaron sobre el comedero, la perra se acerco, era mucho más lenta, intento meter su hocico pero los machos no la dejaron y le enseñaros las fauces. Ella se aparto un poco y ellos siguieron comiendo.
Uno se aparto y la miro fijamente. Luego se le acerco oliéndola, ella se dejo hacer pero tenía ojos de miedo. El perro le dio varios empujones con el hocico, como diciéndole que se acercara a comer. Al fin pareció entender y comenzó a deglutir la comida bajo la mirada de dos de los perros ya que el otro seguía comiendo.
Cuando termino bebió agua y se fue a una zona de sobra donde se tumbo. Los machos se dedicaron a corretear y a jugar.
Ella observaba. Al rato el que le cedió su sitio en el comedero fue hacia ella, la olisqueo de nuevo y lamio las piernas, luego le lamio la cara y se tumbo a su lado.
Me sorprendió su comportamiento ya que era el perro más agresivo de los tres, posiblemente el líder de la pequeña manada.
Yo había instalado un sistema de cámaras para poder vigilar la perrera desde la casa. Lo único que no controlaba eran las noches, por lo que decidí poner alguna cámara de visión nocturna y para dejarla funcionando y grabar en el ordenador lo acontecido
Pasaron varios días sin novedades reseñables, salvo que el líder cada vez estaba más pendiente de ella.
Una tarde, casi a última hora, vi como la perra se estaba masturbando dentro de su caseta. Tardo un buen rato, lo hizo en silencio. Cuando termino salió a beber. Mientras que estaba saciando su sed, el perro se acerco y después de olerla entera, comenzó a lamer su culo. Los otros perros estaban atentos a lo que hacía su líder.
Ella se dejo hacer atenazada por el miedo. Ante la insistencia de los lametones se fue relajando. Supongo que cuantos más lametones daba el can, más fluidos tenia la perra.
Lógicamente al final disfruto de otro orgasmo. Cayo al suelo y se quedo tumbada. El perro se separo y correteo por la perrera.
Los otros dos perros se acercaron, como haciéndose los distraídos. Comenzaron a lamer el cuerpo de la perra. Cuando el líder se dio cuenta, volvió corriendo y los hecho de allí.
La perra permaneció quieta y el líder se tumbo junto a ella, poniendo una de sus patas delanteras por encima como queriendo decir que “esta hembra es mía”.
El resto de la tarde paso sin novedad.
A la mañana siguiente, después del desayuno, visione los videos de las cámaras nocturnas. Sentía mucha curiosidad por lo que pudiera haber ocurrido en la noche. No paso nada, cada perro durmió en su cubículo. Por lo que me uní al entrenamiento de las otras dos esclavas.
Después de comer y descansado un rato en el porche, desde donde tenía una visión completa de la perrera observe movimiento.
El líder se acerco a la perra. Comenzó con el habitual olisqueo que alternaba con lametones, especialmente en la cara. Luego se centro en el coño de la hembra, esta se dejo hacer como el día anterior. Poco a poco se fue poniendo en posición, elevando el culo. En un momento dado el macho se subió a la grupa y comenzó a moverse, Andrea se aparto rápidamente.
Yo me acerque para ver mejor. El perro siguió con los lametones en la vagina de ella que miraba fijamente al suelo. De repente giro la cabeza y miro al macho y luego volvió la vista al suelo.
El perro se monto de nuevo en la grupa y con las patas delanteras se abrazo con fuerza al pecho de la hembra. Esta intentó separarse pero no pudo y termino por dejarse hacer.
Observe como la perra tenia los muslos muy juntos, cerrando el camino a su coño. El líder daba empujones contra ellos y vi como fue creciendo su pene, un gran pene debo decir. No cejo en su empeño y consiguió meter entre los muslos parte de su polla. Vi como le crecía la bola, inútil en esta ocasión. Parecía que estaba endemoniado por la velocidad y fuerza que usaba en cada envestida. No tardo mucho en correrse, nunca había visto tal cantidad de semen en una corrida. La perra no logro llegar al orgasmo. El perro lamio parte del semen que corría por las piernas de la chica.
El can se marcho a un rincón y comenzó a lamerse la verga. Andrea se quedo mirándole, estoy seguro que miraba la gran polla.
Pasaron varios días repitiéndose la rutina del perro intentando montar a la perra, pero siempre terminaba entre los muslos de la hembra aunque si fue variando la forma en que lo realizaban. La perra no oponía ningún impedimento, dejaba al macho la iniciativa. Siempre comenzaba lamiendo el coño de Andrea. Luego esos lametones se fueron prolongando en el tiempo por lo que la hembra cada vez se excitaba más. A los cuatro o cinco días se corrió por primera vez. Desde ese momento fueron rolando los papeles y Andrea fue tomando el mando poco a poco.
Buscaba a los otros perros y les dejaba que lamieran, hasta que el macho alfa imponía su poderío y montaba a la hembra como siempre entre los muslos.
Una mañana, revisando los videos nocturnos, vi como entraban los dos animales a la caseta de Andrea, quien tomo totalmente la iniciativa. Se dejo lamer al principio, luego cambio de posición, cosa que no pareció gustar al macho. Comenzó a tocar la funda del pene hasta que salió la verga. Sopeso y masturbo la polla. El perro estaba quieto, supongo que sorprendido por la acción. A continuación paso la lengua por la verga y al poco se la metió en la boca. Le hizo una mamada en toda regla. El semen comenzó a brotar de la boca, chorreándola por las tetas y cayendo al suelo.
Pare el video, Salí del despacho y busque a una de las esclavas, la afortunada fue Nancy que pasaba por allí.
Entramos y le dije que me hiciera una mamada. Ella sabía perfectamente como me gustaba y que no debía hacer que terminara hasta que se lo indicara. Me senté ante la pantalla y ella se arrodillo entre mis piernas y comenzó a comer la polla. Seguí viendo el video.
El macho lamio el semen de pecho de la hembra. Cuando termino, ésta, se apoyo en la pared y abriéndose de piernas, ofreció su coño totalmente abierto al perro. Parece que adivino las intenciones de Andrea e inmediatamente comenzó a lamerle. Disfruto de un intenso orgasmo, mientras que el perro seguía trabajando son su lengua la hinchada vulva.
Cuando se recupero, se puso a cuatro patas. El macho se subió y como siempre no acertaba a meterla donde debía. Ella, con su mano agarro la verga y la guio a su coño. El perro la acometía con rapidez y violencia, parecía desesperado, la hembra trataba que fuera más despacio y que no se le saliera la polla.
Entre los gemidos, se oyó un grito de Andrea, pero siguieron follando. Supongo que fue el momento en que le penetro la bola y quedo abotonada.
Hice indicación a la esclava para que me hiciera correr ya.
Se corrieron, no puedo decir si a la vez o muy próximos. El semen chorreaba por los muslos y caía al suelo.
El macho trato varias veces separarse, pero los gritos de la hembra lo paraban, cuando por fin se desengancho, salió de la caseta.
Andrea quedo tendida en el suelo, derrengada pero con cara de felicidad.
Después que limpiara adecuadamente mi polla, mande a Nancy que siguiera con sus actividades.
Al poco rato asomo el hocico otro de los perros. Al ver a la hembra tendida se acerco despacio y comenzó a olerla. Esta se dejo hacer. Comenzó a lamerla los muslos y el coño aun mojados con el semen del macho alfa.
Luego, la perra, se puso de rodillas para que siguiera lamiéndola y al mismo tiempo comenzó a tocarle la funda de la verga, era una autentica puta. Poco a poco fue saliendo, también tenía una verga considerable. A diferencia con el otro perro, este no trato de montarla, lamia y se dejaba masturbar. Andrea se corrió de nuevo.
Siguieron así un rato hasta que la hembra dio un par de pasos hacia delante, giro la cabeza para mirar al perro y se dio un par de palmadas en el culo. El macho entendió. La monto y ella guio la verga hacia su vagina.
El perro estaba frenético, se movía con una rapidez inaudita, supongo por si aparecía el alfa. Se corrió rápido y se quedo parado ya que también la tenía abotonada. La hembra siguió moviéndose hasta que llego al orgasmo.
Así termino la grabación.
Inicie mis actividades del día. Supervise el entrenamiento de las otras esclavas ya que la perra lo hacia ella sola. Pase junto a la perrera a la hora de la comida. Allí estaba ella comiendo, la primera y los tres machos mirándola. Se había convertido en la jefa de la manada.
-Esta noche te lo has pasado muy bien –le dije al pasar cerca de ella-
Levanto la cabeza y me miro. Mantuve la mirada, me sonrió y siguió comiendo.
Pasaron algunos días. Los roles de los canidos se afianzaron. Los machos seguían igual que antes, pero era Andrea, la perra, la que dominaba la perrera. Estaba completamente desinhibida y metida en su nueva condición de animal de compañía.
Una tarde, estando en el despacho, Karen vino a decirme que saliera al patio para que viera lo que estaban haciendo los perros. En un principio me asuste un poco pensado que alguno hubiera atacado a mi pupila.
Por el contrario, lo que vi al salir me satisfizo mucho. Los machos estaban formando un semicírculo, en el centro estaba la perra. Estaba lamiendo la verga de uno de los perros y con las manos masturbaba a los otros. Fue rotando entre los tres.
Luego se acomodo a cuatro patas frente al macho alfa, le miro y se dio una palmada en las nalgas. Como en un acto reflejo, este la monto y sin ayuda la penetro en la segunda envestida, curiosamente se quedo quieto. Llamo a otro de los perros y le obligo a tumbarse en el suelo, ofreciéndole la polla, que comenzó a lamer y cuando llamo al tercer perro le comenzó a masturbar.
Yo estaba como extasiado viendo la escena. La perra comenzó a mover el culo para follar al macho líder y este le acompañaba en los lentos movimientos.
El perro al que estaba comiéndole la verga, lamia los pechos colgantes de la hembra.
Joder, yo, mis ayudantes y las esclavas estábamos como clavados en el suelo, sin movernos y viendo un cuarteto de perros. Mi polla estaba súper dura y yo más que excitado pero no requerí ningún servicio de las putas, eso vendría mas tarde. No quería perder detalle.
El primero que se corrió fue el animal masturbado. Se lamio el pene y luego el suelo y se quedo mirando la escena. El segundo fue el mamado que también se lamio el pene y luego siguió trabajando las tetas de la perra.
Luego fue Andrea la que comenzó a tener el orgasmo entre suspiros y ladridos. La apoteosis de la hembra fue cuando el abotonado macho alfa descargo dentro de ella. Creo perdió el sentido por algunos segundos.
Una vez recuperada y liberada del abotonamiento, incito a los otros dos machos para ver cuál de ellos era el que la iba a montar por segunda vez. Fue un escarceo rápido entre ellos y como es normal el más fuerte fue el que la follo.
Cuando terminaron, la perra se fue hacia su caseta. El pobre can que no la había montado hizo un intento para conseguirlo, pero a una indicación de ella, los otros machos se lo impidieron. Entro en el cubículo y los dos perros montaron guardia para que el tercero no pudiera entrar. Parecía un castigo por ser el más débil.
Estaba preparada para ser enviada a su amo. Al día siguiente le avisaría