Historia de amistad

De como descurbie la sexualidad de mi amigo, y de paso la mia.

Dani y yo

Dani y yo hemos sido amigos toda la vida, desde que yo tenia 4 años. En aquella época mi familia se mudó a otra parte de la ciudad y fue ahí cuando conocí a Dani. Crecimos juntos yendo al mismo colegio y luego instituto. Eramos como hermanos ya que compartíamos un montón de cosas, a él le podía contar todas mis inquietudes y era el primero en decir las cosas que yo sentí. ¿Saben esa sensación que se tiene al leer un libro y el autor habla, por ejemplo, de la soledad y ves impresas sensaciones anteriormente vividas? Pues eso me pasaba con Dani, tenia la virtud de decir lo que yo pensaba.

No éramos dos marginados, en nuestro grupo de amigos éramos un total de siete tíos fijos. A Dani y a mi se nos unían Alex, Antonio, Iván, Chuso y su hermano gemelo Luis. A veces venían amigos de alguno de ellos o conocido del barrio o de las clases, pero nosotros éramos los habituales.

Teníamos entre quince y dieciséis años y el no haber visto a algunos de mis amigos, entre ellos a Daniel, con chicas no era algo de extrañar. Los tíos presumimos de muchas cosas y, la inmensa mayoría, son falsas. Entre los del grupo sabíamos de la timidez de Chuso, por ejemplo, o de la torpeza de Alex al hablar con las chicas. Todos éramos vírgenes y los que más habíamos tenido algo, nada serio, con algunas chicas del barrio.

Fue en una noche de borrachera, en un botellon con muchos más compañeros del instituto y amigos y amigas de Ivan (él estudió en otro colegio al del resto) cuando Dani me beso. Yo estaba muy bebido y estabamos muy apartados del resto de la gente, así que la idea de besar a mi amigo me excito, no sabría decir si fue el alcohol, la noche o la amistad, pero me gusto probar sus labios, él era casi mi hermano. Dani era apuesto, algo más pequeño que yo, en torno al metro ochenta, tenia poco pelo (eso con quince años) y una delgadez bastante llamativa. Aunque no fuese el prototipo de belleza masculina, si era un chico bien parecido con una mirada dulce con sus ojos azules. Algo así como un ángel, pero con sexo.

Bueno, no me quiero desviar de lo que paso aquella noche. Con el ruido de la música de fondo, no recuerdo bien que música era ya que no me gustaba en exceso, supongo que Ivan había llevado un casette con cintas de extremo o reincidentes (sus amigos y él eran muy devotos de aquel rollo) nos besamos, no es que fuera la situación ideal , el paradigma del romanticismo, pero nos besamos y no paro ahí la cosa ya que acaricie las mejillas de Dani mientras el bajaba mi bragueta. No tengo un gran pene, yo nunca lo considere así, pero el caso es que a pesar del alcohol y de lo delicado de la situación, note como crecía en las manos de mi amigo, note sus labios con los míos y como nos acariciábamos. Dani me dijo que me iba a agradecer ahí mismo todos mis años de amistad, paso su lengua por mis labios, mi cuello...siguió un recorrido muy lentamente, saboreando cada centímetro de mi piel, con un gran detenimiento, no sé como puedo recordar todo esto pero sé que me desabrochaba la camisa mientras lamía mis hombros, mis pechos donde mordisqueaba mis pezones, en aquel entonces sin pelo en el pecho, dos niños nada mas, pero hoy, siendo un hombre, si recuerdo la gran excitación que sentí con el contacto de aquel hombre. Dani bajo mi pantalón y luego deslizo mi polla, erecta, del calzoncillo, mi amigo la lamía desde la punta hasta los testículos y me la chupo muy delicadamente, con mucha dulzura. Jamas hasta aquel día pense en el sexo como algo dulce. Termine corriéndome en la boca de Dani, al poco de empezar a lamer me corrí. Él me limpió con su lengua, me subió la ropa y me dijo que fuéramos con el resto.

A la tarde siguiente me llamo para hablar. Le conté que apenas recordaba nada pero que jamas había sentido ninguna atracción por un hombre. Me dijo que era gay y penso que yo lo sabia, le dije que le apoyaría en todo pero que me gustaban las mujeres, aunque no pude, no puedo, negar que aquello fue genial para mí. No lo negué pero discutí con él por todo aquello, yo tenia quince años y no quería reconocer que mi primera experiencia de carácter sexual había tenido lugar con un hombre, con mi mejor amigos. La cosa se complico cuando me amenazo con contarle a todo el mundo lo ocurrido al menos que hiciera algo por él. Se bajo los pantalones y pude ver su verga, relajada estaría próxima a los doce centímetros, lo cual me pareció increíble (con el tiempo me acostumbre). Me dijo que tenia que pagarle con la misma moneda, le dije que no lo haría, que yo no era como él, pero eso era mi boca, mi pensamiento, no mi alma o mi instinto que al ver aquel hermoso falo colgando me indicaba como proceder.

Me escupí en los dedos y le metí el índice por el ano, eso le gustó, abrí mi boca todo lo que pude para intentar trabar aquel inmenso pene. Dani estaba excitadisimo y su verga me estaba llenado la boca, la notaba crecer más y más, no exagero al decir que aquello rondaría los 20 cm. Le penetraba con mi mano mientras lamía aquella polla y su semen estallaba en mi boca.

Aquel día describí que el único hombre que me gusta es Daniel, de vez en cuando nos vemos y recordamos aquellos días, jugamos con consoladores, bolas chinas y cualquier objeto alargado. Aún no le deje follar mi ano, sé que lo desea pero aquello me excita más, me suelo introducir cosas pensando en él y luego me masturbo pensando lo caliente que le dejo sin poder poseerme. Él me desea pero soy yo el que le usa.