Historia de Agustin y Lina 18 EPILOGO
Una historia de...¿infidelidades? ¿Puede una infidelidad ser compartida? ¿Quién traiciona realmente a quién?
Hola a todos/as.
Este epilogo es básicamente para contaros un poco de donde viene esta historia y cómo y por qué la he planteado así.
Antes de nada agradeceros el tiempo que habéis dedicado a leer este relato. Uno no solo escribe porque le apetezca, o porque quiera construir el relato que a él le gustaría leer. En mi caso también lo hago porque quiero compartir. Me apetece tanto hacerlo cómo que los demás disfruten del resultado.
En ese sentido estaré muy contento si os he hecho pasar un buen rato. Espero que os haya gustado.
Os agradezco también a aquellos/as qué habéis tomado la molestia extra de comentar. Os doy las gracias por los ánimos recibidos y por las buenas (y las malas también) críticas.
He seguido con mucho interés vuestras hipótesis y propuestas, así como los análisis qué habéis ido haciendo a lo largo de la historia. Algunas de las ideas y giros que habéis planteado, me han parecido muy interesantes y oportunos, y tentado he estado en alguna ocasión de incorporarlos al relato.
Sin embargo he decidido ser fiel a la idea original hasta el final, básicamente por dos motivos.
El primero es que cuando ya tienes una historia pensada y estructurada, introducir cambios conforme te los van proponiendo, suele dar mal resultado. Al final te encuentras con algo que no es lo que tú habías querido escribir, y generalmente, acaba notándose.
El otro motivo es que quería ser fiel a la parte verdadera de la historia. Porque esta ficción está basada en un hecho real. Atañe a Agustín y Lina, son los nombres que puse a los protagonistas. Yo solo conocí a Agustín.
Coincidimos por temas laborales solo unos meses y nuestro contacto fue muy estrecho, yendo más allá del trabajo. Desarrollamos una amistad basada en que nos caímos bien desde el inicio y además compartíamos gustos comunes, sobre todo un interés muy grande por todo lo relacionado por el sexo.
Hace ya muchos años, yo estaba recién casado y el acababa de salir de un divorcio, hacia un año más o menos. Durante unos meses nos tocó compartir turnos en Madrid. Básicamente hice un mes de tarde completo y otro de turno de noche, sin otra cosa que hacer que estar allí por si surgían incidencias. Mucho tiempo libre para hablar e intimar. Poco a poco nos fuimos conociendo y alcanzamos cierto nivel de confianza. Pronto la conversación se centró en temas sexuales.
Fue el primero que me relato de primera mano cómo era el mundo liberal en Madrid. Yo ya sabía que había pubs y locales de ese tipo, pero todavía me faltaba mucho para interesarme por ellos. Solo años más tarde lo haría. Sin embargo mi interés y mi curiosidad innata por todo lo relacionado con el sexo me llevo a sacar el tema. Y él me contó con todo lujo de detalles, como eran esos locales y cómo funcionaban.
Compartimos historias y experiencias. Y cuando yo me interese por los motivos de su divorcio, el acabo contándome la suya.
Me pareció entonces un tema tan fuerte, que dude si era cierto o se estaba quedando conmigo. Al final, llegue a la conclusión de que no mentía. Simplemente necesitaba contárselo a alguien, sacarlo fuera. El problema es que no es ese tipo de cosas que cuentas en tu círculo familiar ni íntimo, ni tampoco se lo puedes explicar al primero que pasa. Me di cuenta que al coincidir en gustos y haber intimado lo suficiente, me convertí en la persona ideal para escucharlo. Sabía que yo estaba preparado para escuchar sin juzgarlo demasiado, que podía entender su punto de vista y que estaba fuera de su ámbito personal, con lo que la discreción tenía muchas más garantías.
Agustín era un adicto al sexo, como el mismo me confesó. Para el, un día sin sexo era un día perdido. Es un tipo agraciado, alto y con buen físico. Complementa esto con una gran facilidad de palabra y un descaro algo chuleta, lo que le puso fácil desde que despertó sexualmente, ya en la adolescencia, el poder ligar y tener siempre a su lado una chica para practicar su actividad favorita.
El acudir al ambiente liberal, fue en su caso algo que acabo mal. Particularmente, al principio tuve mis dudas, acerca de lo que me acababa de contar. Pero por lo que llegue a conocerlo, concluí que decía la verdad. Su cara y sus expresiones cuando me lo contó, no eran las de un mentiroso ni un jugador de póker echando un farol. Y además, cuando años más tarde yo mismo empecé a investigar el ambiente liberal, pude comprobar que todo lo que me había contado era cierto. Conocía muy bien de lo que hablaba.
Lógicamente he cambiado nombres y detalles para evitar que nadie se sienta reconocido. Así mismo, decir que, aunque partiendo de un hecho real, la trama, los giros, los diálogos y las actuaciones, son inventados y no tienen por qué corresponderse en absoluto con lo que realmente pasó, más allá de que el inicio y el desenlace sí son fieles.
El relato acaba con el último episodio narrado. Coincide con el tiempo en que conocí a Agustín. En ese momento, por lo que me contó, estaba ya rehaciendo su vida. Tenía una nueva compañera y por lo que sabía, Lina trabajaba en la tienda que había montado Fran y al parecer, aunque no vivía en su casa, mantenía con esta pareja el mismo vínculo que cuando se separaron. Sé que a muchos no les agrada que al final, que los protagonistas no hayan recuperado el amor y que muchos no entenderéis, que sea Agustín el que se haya llevado la peor parte y qué Lina (teniendo como mínimo la misma responsabilidad que él o más en los hechos), haya salido incólume o incluso beneficiada de toda esta situación.
Pero como he dicho, quería ser fiel a la realidad. Este no es un relato ejemplarizante ni complaciente. La vida a veces es así de puñetera. A pesar del regusto amargo que haya podido dejaros o incluso enfado, a veces, las cosas simplemente pasan de esta manera, cómo le sucedió al protagonista real.
Esto es como ir al cine: el que solo le guste reír o los finales felices, solo verá comedia y películas de Disney. Los que entiendan que disfrutar también puede ser llorar, estremecerse, sentir miedo, indignación, aprender, cuestionarse las cosas o pensar, ampliará notablemente su catálogo de experiencias y de películas.
De esa forma, lo que he intentado es que la historia de Agustín y Lina provocara sentimientos encontrados. Precisamente su originalidad, además de que está basada en un hecho real, me pareció qué partía de que todos esperábamos un reencuentro entre Lina y Agustín. O bien que al menos, esta saliera perjudicada de todo este asunto, en la misma medida que su marido. Y esto no sucede.
Yo tuve la oportunidad de conocer al Agustín real. Os puedo asegurar que no me pareció que en ningún momento guardara rencor a su mujer. Más bien se veía como responsable de lo sucedido, porque fue el que de alguna forma empujó a la pareja hacia estas prácticas. Reconocía que era un adicto al sexo y que fue la mejor solución que se le ocurrió porque si no, hubiera acabado casi seguro siéndole infiel. Yo creo que el error que cometió fue no buscar ayuda y no reconocer su adicción. Los temas liberales, intercambio de parejas y todo lo que en general suponga meter a terceros en tu relación, siempre tiene un riesgo. Solo parejas muy compenetradas, muy seguras y en las que haya mucha comunicación, pueden afrontar este reto con garantías de que sea para bien y no para mal.
Entiendo que él se sintiera más responsable de lo sucedido, sobre todo porque según me contó y tal y como intento reflejar en el relato, su actuación durante la crisis y los meses inmediatamente posteriores no fue la adecuada, y lo único que consiguió, fue distanciar más a su mujer. A toro pasado es más fácil analizar las cosas y creo que Agustín era consciente de que su adicción al sexo, que le impedía pensar y actuar con lógica. La tensión y la depresión que siguió cuando las cosas se les fueron de las manos, y el refugiarse en otro tipo de adicciones aún peores, le hacían pensar de que no estaba en condiciones de echarle nada en cara su mujer.
Más bien al contrario, creo que su renuncia a intentar recuperarla, partía de la base de que él sabía que no estaba preparado para cambiar. Tenía problemas y la vuelta de Lina solo hubiera servido para continuar teniendo desencuentros y hacerle daño a ella. Me pareció que para una persona sumida en una adicción y en todos los problemas que eso conlleva, era la más clara prueba de amor hacia su mujer. Mantenerla al margen y dejar que se fuera, reconociéndose como alguien tóxico.
Para cuándo lo superó todo y recuperó el control, qué fue aproximadamente un año después, ya era demasiado tarde. Por lo que me contó, Lina había rehecho su vida y no había posibilidades de volver a estar juntos.
El que Agustín me hablara de esto sin rencor (aunque con dolor evidentemente), me hacía pensar que era una buena noticia, por qué eso suponía que él también estaba empezando a rehacer su vida. De hecho en ese momento mantenía una relación estable con otra chica.
Es posible que haya cosas que Agustín no me haya contado y tampoco conozco el punto de vista de Lina, porque con ella no pude hablar, nunca llegue a conocerla, así que lógicamente a partir de ahí, yo me he inventado los detalles, con lo cual es posible que lo sucedido realmente y el proceso real, no se corresponda con lo narrado.
En lo que se refiere al relato, mi idea fue seguir fielmente la primera impresión que me causo la confesión de Agustín. Que por otro lado la he visto repetida muchas veces en parejas que se lanzan a las aventuras liberales. Ellos insisten y ellas reacias al principio. Con el tiempo y una vez que se introducen en ese mundo y cogen confianza, se invierten los papeles. Conforme ellos se van dando cuenta que van perdiendo el control de la situación, al meter a terceros de por medio, van tratando de frenar o de reconducir. Pero a veces ellas simplemente no están dispuestas a renunciar: ¿no querías esto? Pues ahora toma. Ahora me gusta a mí y no estoy dispuesta a renunciar. Yo también decido.
Si todo eso lo metemos en una coctelera dónde añadimos:
falta de comunicación: en el fondo Agustín no comparte con Lina los motivos verdaderos ni su plan para introducirla en el mundo liberal, posiblemente por miedo a su negativa a participar y lo que hace es disfrazarlo de otra cosa, como algo que le viene bien a los dos. Lina tampoco es del todo sincera acerca los nuevos sentimientos hacia Fran y Cati.
que se generan sentimientos de amistad (y quizá otros más profundos) entre Lina y sus nuevos amigos.
el orgullo herido y la negativa a reconocer los errores frente al otro, por ambas partes.
la adicción al sexo y posteriormente a las drogas y alcohol de Agustín, como respuesta a la discusión y ruptura con Lina, en un momento en el que todavía había posibilidad de sincerarse y quizás reconducir la situación.
la posibilidad que se ofrece a Lina de cumplir sus sueños y acceder a un mundo de cierto nivel.
... pues como digo si lo metemos todo en una coctelera y agitamos, la separación está servida.
Respecto al Fran y a la Caty reales, tengo pocas referencias.
Agustín me comentó que estaban casados, aunque parecían tener una relación totalmente abierta. Abierta a prácticas liberales me refiero, en ningún momento me dijo que fueran promiscuos cada uno por su lado. También me comentó que tenían un alto poder adquisitivo, así como la idea de montar un negocio, que fue dónde acabó trabajando Lina.
Con todo esto, me decidí a darle contenido a los personajes en la forma que habéis visto en el relato.
Una pareja liberal que no se esconde nada (Fran y Caty). Una Caty que acepta gustosa que Fran lleve el timón, así como todas sus propuestas de las que es cómplice incondicional, a cambio de la estabilidad y seguridad que le proporciona su nuevo marido. Ella está segura de Fran, qué a pesar de todas sus aventuras y sus ideas, nunca la ha abandonado por otra. De alguna forma sabe que siempre hay un hueco para ella aunque entre gente nueva en la relación. Tiene la seguridad de que Fran no la dejará tirada aunque incorpore a chicas como Lina a su vida. Para ella esto no supone nada, no tiene ningún conflicto en participar de los juegos de Fran.
Creo que ha habido un poco de confusión con Cati y Fran. Hago referencia al primer divorcio de ella, pero en ningún momento digo que Fran la quiera dejar por Lina. Su idea no es romper su matrimonio, sino incorporar a Lina al mismo. Para él, Caty es familia y tiene un vínculo con ella muy fuerte, independientemente de que al final se pueda enamorar de Lina. Juego un poco con esto, pero mi idea es que Fran en ningún momento está enamorado de Lina. Como en los negocios, como en el resto de su vida, Fran es un cazador de oportunidades, de talentos, y se siente impresionado por ella. Como a la hora de ganar dinero, poder, o simplemente incorporar a los mejores a su equipo, en el aspecto sexual se conduce de la misma forma. Ve un tremendo potencial en Lina y decide no dejarla escapar bajo ningún concepto.
En ese aspecto el personaje es totalmente egoísta. Los negocios son los negocios más allá de aspectos sentimentales. En este caso sucede igual, no sé si en la realidad pasó tal y como lo cuento (habría que oír al resto de los personajes), pero en mi relato a Fran no le importa las consecuencias que tenga para el matrimonio de Lina todo esto. Se ocupa de darle a ella lo que sea para atraerla, pero lo que ocurra con Agustín le importa bien poco.
Caty es su fiel escudera en todos estos asuntos. Se presta a jugar el papel que sea necesario y que Fran le asigne, sin cuestionarlo nunca, aportando su experiencia y encantos. Es una mujer aún rota y traumatizada por la vida, y ha encontrado su salvación junto a Fran. Mientras él la mantenga flote, todo lo demás no importa.
Respecto a la forma de presentar el relato, tuve mis dudas acerca de en qué sección debía ponerlo.
Era demasiado largo para ponerlo como relato único y quizás sea un poco corto para ponerlo en grandes relatos.
Así que decidí optar por grandes series dividiéndolo en capítulos cortos.
Sé que algunos no os ha gustado que sean capítulos tan breves. La otra opción era hacer capítulos más extensos agrupando los textos pero esto rompía la estructura del relato. Si habéis observado, cada capítulo se asocia a un protagonista y se cuenta desde su punto de vista. Mezclar en uno mismo a varios de ellos eliminaba parte del suspense y descuadrada esta estructura, produciendo posiblemente algo de caos en la narración. También implicaba tardar más entre cada entrega con parones en el relato y provocando que se enfriase el interés.
Al final opté por este formato, que si bien puede hacer que cada entrega sepa a poco, también es cierto que traté de compensarlo colgando los capítulos muy seguidos, a veces cada día, para que tuvierais lectura continuada.
Bueno en suma, espero que os haya gustado.
Tengo algunos relatos cortos ya listos y quizá más adelante cuente otra historia más larga.
Un saludo y gracias por leer.