Hipnotizando a mis cuñadas (5)
Sergio recupera el control de sus esposa y sus dos cuñadas.
Hipnotizando a mis cuñadas (5)
Finalmente todo sucedió mejor de lo que yo pensaba. Casi sin planificarlo. Claro que me ayudó la lujuria de Héctor desatada por la habilidad sexual de mi esposa. Ella gracias a la hipnosis había superado todas las inhibiciones y era toda una experta en el ring de las cuatro perillas, una verdadera loba sexual.
Gracias a una cámara escondida en su cartera, pude grabar una gang bang que protagonizaron Héctor, Enrique, Ramiro y dos tipos más con mi esposa. Ella fue penetrada por todos los orificios y lo disfrutó mucho. Pero tanto Enrique como Ramiro eran tipos casados y conocidos en el “jet set” local, así que el escándalo no les venía bien. Además Héctor era un profesional que gozaba de una fama bien cimentada así que al recibir una copia de la grabación en su correo electrónico, comprendió que era mejor dejar a mis juguetes en paz.
Gracias a la grabación también pude conocer la frase-gatillo de mi mujer: “Duerme gatita caprichosa”.
Sin conversar directamente, fumamos la pipa de la paz por correo electrónico y acordamos que él no vería más a mi esposa y a cambio yo guardaría el video a buen recaudo de ojos extraños. Obviamente que yo lo veía en mis ratos libres, generalmente mientras mi propia esposa o una de mis cuñadas me hacía una mamada.
Por fin tenía nuevamente a mis juguetes para mí solo. Así que organicé mi rutina para poder disfrutar de ellas sin mayores interrupciones ni intervenciones externas. Trasladé la mayor parte de mi trabajo a casa para ir solo la cantidad imprescindible de días al trabajo. Eso disminuyó mis ingresos pero luego contaré como me las ingenié para generar mayores ingresos.
Para empezar a las tres las tenía en casa, vistiendo faldas cortas tipo enagua y con polos ligeros o blusas sencillas. Sin ropa interior para no perder tiempo en quitárselos cuando yo tuviera ganas de poseer a una o dos de ellas.
Además hice que se pusiesen ampollas anticonceptivas, así mataba dos pájaros de un tiro. Evitaba los embarazos y que tuviesen la regla, con lo cual podía disfrutar de ellas durante todos los días del mes.
Un día habitual para mi, empezaba a eso de las 7:00 a.m. Generalmente despertaba primero con lo cual aprovechaba para sorprender a mi compañera de la noche anterior y la despertaba penetrándola. Me proporcionaba un placer especial ver su rostro sorprendido y asustado al sentirme dentro suyo, sus ojos abiertos como platos y un grito que yo ahogaba con mi mano. Se sacudía unos instantes mientras yo le decía su frase-gatillo correspondiente al oído. Ahí se calmaba y me permitía eyacular dentro suyo.
Curiosamente era Renata la que más se resistía. Mientras que Sandra y Kelly eran más dóciles cada día. Sobre todo Sandra, ella se humedecía de inmediato y disfrutaba del sexo apretando mi cuerpo con sus piernas. Realmente disfrutaba esas ensartadas mañaneras.
Es verdad el dicho común que dice que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Dolorosamente tuve que admitir que esa frase popular era muy cierta. Meses atrás había descuidado a mis esclavas y yo mismo había sido sometido al poder de la hipnosis. Cuando eran mías las había usado como si fueran descartables pero la verdad es que mi esposa y sus hermanas eran un verdadero tesoro.
Sandra era la que más complaciente se mostraba día a día. Me podía pasar horas enteras disfrutando de sus labios carnosos, besándolos o disfrutando de sus caricias orales en mi pene. Era una verdadera delicia, un placer vedado para el común de los mortales.
Lo que más disfrutaba era follarme a Sandra delante de mi esposa o hacer que mi cuñada me hiciera un oral mientras mi esposa hacía labores domésticas alrededor nuestro. Gracias a la hipnosis éramos completamente invisibles a sus ojos.
Otra cosa que extrañaba y pude volver a disfrutar era hacerle el beso negro al delicioso culito de mi cuñada Kelly, ella también lo disfrutaba. A veces me olvidaba de follarla por su vagina ya que su anito era más apretado y siempre muy bien cuidado, con ese penetrante olor característico pero delectante para mis papilas gustativas.
Los días transcurrían así para mí, como un continuo festín de placer sexual con mis tres esclavas sexuales.
Pero esta vez no me dormí en mis laureles. Ellas hacían un resumen de todas sus actividades del día y yo los leía mientras desayunaba. Así sabía si alguien había querido aprovecharme de mis juguetes.
Renata asumía los papeles de esposa y de empleada doméstica a mi voluntad. Mis cuñadas eran quienes más recibían mi semen dentro de sus tres orificios principales. Sandra bebió innumerables veces mi semen y el ano de Kelly estaba repleto de mi esperma. Ambas hacían méritos para hacerme más feliz cada día.
En cuanto a generar ingresos económicos para no depender de un salario tuve una idea que resultó de lo más ingeniosa.
Como todos sabéis, abundan las páginas con webcam erótico. Pero la mayoría son en inglés y requieren una membresía mensual o anual. Yo ideé una página similar en español donde aparecían mi esposa y mis dos cuñadas, pero para que nadie las reconociese, usaban antifaces. Ahí aparecían desnudas, masturbándose o en actos lésbicos. La suscripción era por horas o inclusive minutos. Teníamos un precio muy asequible que nos garantizaba ingresos constantes. Además con frecuencia hacíamos exhibiciones gratuitas que nos permitían darnos a conocer a miles de pajerillos virtuales de habla española.
Así transcurrían mis días y desde entonces no he tenido mayores inconvenientes.