Hipnotizada II
Una vez perdí el control, entro en una espiral de deseo.
Sonó el despertador y al moverme noté algo extraño. Caí en que tenía el consolador dentro de mí. Fui a sacarlo y me costó porque se había secado un poco. Recogí el desastre que había dejado la noche anterior, desayuné poca cosa, y me arreglé un poco más sexy que de costumbre.
En el trabajo, por la mañana, las cosas no estaban para tener la mente distraída. Estábamos a punto de perder un contrato importante y había que salvarlo como fuera. A media mañana parecía que se habían reconducido las cosas. El cliente se había desplazado a las oficinas de mi empresa y a la hora de comer me comentó de invitarme para pulir algunos detalles del contrato. En un restaurante cercano pedimos una mesa y seguimos con la negociación.
Yo en medio del almuerzo comencé a notar un calor especial que me venía de mis partes íntimas. ¿Qué me estaba pasando? A ese hombre que tenía delante lo conocía de sobra y nunca me había atraído lo más mínimo. Pero ahora estaba imaginándolo con su polla dentro de mí. Tuve que centrarme mucho en los temas del contrato para controlar los impulsos. Y estaba segura de que él hubiera disfrutado de habérselo propuesto, pero los negocios son los negocios.
Afortunadamente, terminamos la comida y con un apretón de manos sellamos los detalles del contrato. Sólo restaba subir a las oficinas y firmarlo. La tarde la pasé solucionando otros temas pendientes, pero me descubrí a mí misma imaginándome follada por algunos de los chicos que aún pululaban por las oficinas.
¿Dónde me iba a llevar eso? Abrí mi portátil personal y volví a ver el correo que había recibido la noche anterior.
Llamé al número de teléfono que me indicaban y una voz de mujer me respondió. Tuve que decirle el asunto del correo y la dirección desde la que figuraba que lo habían enviado. Supuse que sería una comprobación de que realmente había recibido ese contrato. Me preguntó por qué cosa estaba interesada. Yo, con bastante vergüenza, contesté que quería sentir lo que las chicas de los videos. Concertamos una entrevista esa misma tarde. Me dio una dirección de un edificio de oficinas que, casualmente, estaba cercano a las nuestras.
A la hora indicada estaba en una puerta que no tenía ningún rótulo. Dudé si sería el sitio, pero al pulsar el timbre se abrió la puerta. Me recibió una chica alta y rubia, elegantemente vestida con un traje de sastre. Al comentarle el motivo por el que estaba allí me hizo pasar a una sala. Me comentó que me sintiera libre de hacer lo que quisiera. Me pondrían un video explicativo, me dijo. En la sala había una mesa que parecía un muestrario de juguetes eróticos, con varios consoladores de distintos tamaños. Me acomodé en un sillón amplio que había frente a una pantalla.
Nada más cerrar la puerta la recepcionista, comenzó la proyección del video. La introducción psicodélica ya la conocía y la chica que salía a continuación también. Me pidió relajarme y que actuara como quisiera. Como otras veces, había flashes en distintos lugares de la pantalla, que, como siempre, hacían que me sintiera un poco extraña a la vez que relajada.
Cambió la escena y la chica que había visto en la recepción, con la misma ropa, comenzaba a desnudarse al ritmo de una música muy sugerente. Únicamente quedó con un liguero, las medias y unos zapatos con un tacón de vértigo. Aparecieron en escena desde detrás de la cámara un par de chicos desnudos a los que sólo se veía por detrás y que tenían un bonito culo que se acercaron a ella y la rodearon. Las pollas de los chicos, sin ser enormes, eran de un buen tamaño y completamente depiladas. Comenzaron a tocarla por todo su cuerpo. La chica elevaba su cabeza y cerraba los ojos mientras sus tetas y coño eran acariciados a cuatro manos. Poco a poco las pollas de los chicos iban tomando forma y a la chica se la veía cada vez más excitada, hasta el punto de que las manos que la acariciaban la vagina salían humedecidas y sus propias manos agarraban sendas pollas.
Uno de los chicos la tomó de los hombros y la hizo arrodillarse. La chica cogió su pene y comenzó a chuparlo y besarlo a todo lo largo. Yo ya comenzaba a notar que me estaba mojando y llevé una mano bajo mi falda para sofocar la incipiente calentura. La chica se introdujo el pene en la boca y éste desapareció dentro. El otro chico colocó su pene al lado y la chica fue sacando muy despacio un pene para introducirse el otro, también hasta el fondo. Se alternó varias veces de una polla a otra hasta que los chicos la pusieron en cuatro y uno se arrodilló para que le siguiera comiendo la polla y el otro se situó tras ella y comenzó a follarla.
Me levanté un instante y cogí dos consoladores de la medida que suponía tendrían esos chicos. Me senté de nuevo remangándome la falda y me aparté el tanga. Un consolador poco a poco fue entrando en mi coño y comencé a moverlo al ritmo de la follada que veía. El otro comencé a chuparlo y traté de mamarlo tal y como lo hacía la chica en la pantalla. Como otras veces, deseaba ser yo la que estuviera en el lugar de esa chica.
De pronto oí una voz en off que me decía que pasara a la sala de al lado y de repente se abrió una puerta. Traté de recomponerme y al cruzar la puerta me encontré con una sorpresa: El video que estaba viendo no era una grabación, sino que estaba ocurriendo en esa sala.
- Quítate la ropa -me dijo la chica viendo mi cara de sorpresa.
Comencé a desvestirme bastante rápido con una mezcla de nervios y mucho deseo. Me quedé completamente desnuda. Uno de los chicos se puso en pie y me tendió la mano. Me acerque a él y me dio un morreo que me dejó impactada. Las manos del otro chico recorrían mi cuerpo haciendo maravillas en mis pezones con la mano humedecida de mis propios fluidos. En otro chico, al igual que con la chica antes, me empujó hacia abajo de mis hombros hasta quedar arrodillada.
A ratos me venía algo de remordimiento por lo que estaba haciendo, pero el deseo era mucho mayor. Con mis manos agarré su polla que estaba completamente tiesa. Llevé mi lengua al prepucio e imitando lo que acababa de ver comencé a chupar su troco arriba y abajo. Después mis labios rodearon su polla y fui introduciéndomela en la boca hasta donde podía, que no era mucho menos de lo que la chica había logrado. Le miré con un gesto de pedir perdón por no poder metérmela entera y con cara complaciente me dijo que ya aprendería.
El otro chico desde atrás me estaba sobando mis pechos haciendo especial hincapié en mis pezones mientras yo me dejaba follar la boca suavemente. Mi coño a esas alturas estaba chorreando.
Al igual que con la chica antes, me hicieron ponerme en cuatro y el chico al que le había comido la polla se puso detrás de mí y fue metiéndomela. El otro chico se puso frente a mí para que le comiera su polla, la cual me metí en la boca al instante.
El par de chicos me estaban llevando al cielo. Uno follaba de maravilla y el otro al ritmo me metía su polla en la boca. Recordaba las escenas vistas y ahora sí me sentía bien, la protagonista, recibiendo pollas, y me calenté hasta el punto de llegarme un orgasmo de repente, que me sorprendió. El chico que me estaba follando se tumbó y me hizo señas para que lo cabalgara, cosa que hice. El otro se situó detrás de mí y me echo sobre el primero.
Noté como por mi trasero corría algo fresco y la mano del chico lo repartía alrededor de mi ano. De pronto entró uno de sus dedos. Di un respingo, pero al instante eché atrás el trasero para recibirlo. Al rato eran dos dedos los que tenía y que trataban de dilatarme. Los sacó y puso su polla. La necesitaba dentro de mí así que me eché un poco más hacia atrás para ser yo misma la que me penetrara, pero me agarró de la cintura y muy suavemente fue metiéndomela por el culo. Apenas noté dolor, supongo que por la excitación del momento.
Una vez tuve dentro de mí las dos pollas los chicos comenzaron a moverse al compás. Jamás me había sentido tan llena y tan zorra. Yo traté de moverme al ritmo de ellos, pero me dejé hacer ya que estaba a punto de otro orgasmo. Y no fue un orgasmo. Encadené al menos seis o siete. ¡Qué barbaridad! Me hubiera quedado así el resto de mi vida.
Los dos chicos se salieron de mí y me dijeron que me arrodillara. Se pusieron frente a mi cara y se tocaban la polla. Casi al tiempo los dos comenzaron a correrse y llenarme la cara de semen. Abrí la boca buscando recibir todo en ella, pero buena parte cayó en mi cara. Me relamía, llevaba los restos a mi boca. Me estaba encantando el sabor, lo estaba disfrutando y sobre todo la sensación de estar llena de semen. Es algo indescriptible.
Cuando pude abrir los ojos estaba allí sola, de rodillas, cubierta de restos de semen y con mis ropas tiradas donde las dejé.
Entró de pronto la chica que me había recibido y que después había visto follar, pero ahora perfectamente vestida. Me saludó afectuosamente y me ofreció una ducha en un aseo contiguo. Salí después de ducharme y me estuvo explicando de qué se trataba la "asociación". Eran personas, sobre todo chicas, que se ofrecían para ser folladas. Voluntariamente, y esto lo remarcó. A cambio de la satisfacción que se suponía que recibías aportabas una cuota para el mantenimiento de la asociación. Me dio a firmar unos documentos que apenas leí, pero hablaban de una serie de normas y me entregó un usuario y clave para un sitio web.
Me volví para casa y durante el camino no me sacaba de la cabeza lo ocurrido. Había tenido más sexo en los últimos días que en varios años atrás y aun así, a la mínima ocasión me excitaba y deseaba más sexo. No sabía que me estaba pasando, pero no me preocupaba.
Nada más entrar en casa accedí a la web que me habían dicho. Parecía ser un curso, con un temario y guías de estudio y prácticas. Avancé y lo primero que había era un texto de introducción bastante largo en el que se daban las instrucciones para los tutoriales. En todos previo al capítulo había que escuchar un audio y no se podía pasar al siguiente hasta no finalizado el corriente.
Comenzaba mi formación...
En el audio que puse una música muy relajante de fondo daba paso a una voz masculina muy profunda y grave. Comenzó recomendándome que me pusiera cómoda y dejara lo que estaba haciendo y sólo escuchara procurando no tocarme. La locución iba repasando punto por punto los cambios que había ido notando y como la "asociación" iba a calmar mis necesidades de sexo y cómo me sentiría mejor.
Pero ¿Qué iban a calmar? ¡Si cada día notaba más necesidad de sexo! -pensé.
La voz seguía enumerando varias prácticas sexuales y dando una breve explicación de ello. Yo me sentía muy relajada con esa locución e interiorizaba cada cosa que decía al tiempo que me excitaba imaginarme en todo aquello de que hablaba.
Me sorprendí a mí misma excitándome ante la idea de que una mujer me comiera el coño o hacerlo yo, ya que era lo que en ese momento relataba y eso que jamás había sentido la menor atracción por otra mujer.
Tampoco me imaginaba ponerme tan caliente imaginando como un chico le comía la polla a otro, pero ahí estaba casi llevando una mano a mi entrepierna conforme la voz iba describiendo como un chico era masturbado mientras el otro le clavaba la polla hasta el fondo de sus entrañas.
La voz siguió hablando de más prácticas sexuales y mi excitación crecía. Por fin terminó la locución y yo estaba cachonda perdida. Di rienda suelta a lo que me pedía el cuerpo y me hice un dedo que en poco tiempo me llevó a un orgasmo.
Sólo era la introducción del curso y me había corrido en menos de un minuto. ¿Qué me iba a deparar esto? No quise esperar a saberlo y abrí el primer capítulo, que trataba sobre la masturbación femenina.
Yo en los últimos días había cogido una experiencia enorme en esas lides, pero me puse a leer textos buscando mejorarlo. De vez en cuando veía algún video en el que una chica seguía las instrucciones que acababa de leer. Alguno de los videos los volvía a ver para comprobar como con los toqueteos que se daba, la chica mostraba mayor excitación. Veía su coñito depilado y como sus dedos se humedecían cuando se introducían o frotaban sus labios o el clítoris. Yo también me mojaba y estaba embelesada en ese coñito que, en ese momento, me parecía precioso y muy deseable.
Tras finalizar el capítulo se me proponía una práctica. Sí, tenía que masturbarme siguiendo lo que había visto, lo cual no me sería difícil, sino más bien era lo que estaba deseando. Pero, tenía que hacerlo frente a la cámara de mi portátil y esto me daba bastante vergüenza. Sin embargo, era parte de la práctica. Coloqué la cámara de modo que no se viera mi cara y en el fondo no hubiera nada con lo que quien fuera pudiera reconocerme. Me senté frente al ordenador y pulsé el botón que daba inicio a la práctica.
La lucecita de la cámara me intimidaba un poco, pero comenzó a sonar una voz masculina que me animaba diciéndome que se estaba tocando su polla imaginándome, que quería follarme y otras cuantas cosas más que hicieron que me excitara. Mi mano ya jugueteaba con mi coño y ver la imagen de esto en pantalla me estaba poniendo cachonda. La voz seguía hablando de lo bonito que era mi coño y lo jugoso que se veía y me animaba a correrme para que él se pudiera correr. Mis dedos seguían las maniobras que había visto e imaginaba el coño de la chica que había visto antes y ahora estaba el mío en pantalla.
Poco a poco mi excitación crecía y la voz del hombre ya susurraba auténticas guarradas que no hacían sino ponerme más caliente aún. Notaba como en breve me vendría el orgasmo. De pronto la voz que oía era de una mujer que me decía que me lo estaba tocando tan bien como lo había hecho ella - ¿sería la chica del video? - y eso fue el culmen. Me corrí abundantemente y el orgasmo fue muy intenso. La voz de la chica no paraba de decirme lo delicioso que era tocarse a sí misma.
Cuando me recuperé, di por finalizada la práctica. Un mensaje en pantalla me decía que ya me harían comentarios al respecto. Yo me quedé pensativa: la voz de la chica me había disparado la excitación. No sabía por qué me había pasado eso.
Después del día que llevaba pensé que lo mejor era irme directa a descansar.
Continuará (si veo buena acogida)...