Hilda mi cuñadita

Un día que no viajo a ver a sus familiares con mi novia me pido que pintáramos su casa.

Como están, espero les guste la siguiente narración, es sobre el comienzo de una relación con la hermana de una exnovia.

Casi siempre dormíamos la siesta en el sillón de la sala, ya que coincidíamos con la hora de la comida en nuestros departamentos. Un día que no viajo a ver a sus familiares con mi novia me pido que pintáramos su casa.

Mario despierta, preparare el desayuno mientras vas a comprar las pinturas, me dijo Hilda.

Yo no lo pensé ya que teníamos una amistad de años y siempre pensábamos cosas bonitas, además de que su hermana era preciosa.

Pasó a mi departamento y comenzó a preparar el desayuno mientras yo terminaba de vestirme para pintar su departamento. Cuando la mire note sus pantalones ajustados y sin brasier por eso su blusa transparentaba con dos manchas negras unas montañas sus senos bien erectos que brincaban cada vez que se movía.

Regrese de las pinturas y procedí a desayunar junto con ella, la platica siempre alrededor de su hermana.

Bueno cuñadito, tenemos que ir a pintar la casa, dijo Hilda

Esta bien, vamos antes de que sea tarde y se haga de noche, le dije.

Procedimos a preparar las pinturas y comenzamos a dejar el lugar bien bonito, ya cerca de cuatro horas de pintar me dijo que fuera por unas cervezas y que ella invitaba. Después comenzamos a tomar y tomar mientras pintábamos hasta que quedamos rendidos en el piso.

Se acostó en mi hombro y me felicito, me dijo que estaría bien tener a un cuñado tan trabajador, sin quererlo nuestros labios se juntaron para no despegarse ya que creo temíamos reprocharnos nuestra infidelidad.

Los besos eran fuertes con ganas de darnos más que besos y caricias, su succión era increíble y su aliento a cerveza termino por embotarnos los sentidos. Mis manos fueron hacia sus senos firmes y los recorrieron una i otra vez mientras mis piernas acariciaban las suyas. Con mi rodilla entre sus piernas acaricie su vagina y se atraganto mientras comenzaba a desabrochar mi pantalón.

Hilda, comenzó a arañar mi espalda mientras jadeaba y unía más su vulva a mi rodilla, por eso levante su playera y bese sus senos una y otra vez mientras se encogían arrollándose en remolinos de mil vueltas.

Ella me quito el pantalón y se agacho para besarme la verga que estaba aun un poco aguada por el alcohol, sus labios se abrieron para dejar que entrara toda, como estaba un poco flácida no le costo trabajo y comenzó a masticarla, por eso me queje ya que sus dientes estaban muy filosos.

Cállate me dijo y se quito su pantalón, para regresar nuevamente a besar mi verga y hacerla parar, mientras yo besaba su vagina que comenzaba a darme sus jugos, sus piernas se cerraron sobre mi cuello e impidieron que siguiera besando su pucha ya que se derramo a montones sobre mi cara.

Por eso decidí penetrarla rápidamente ya que estaba bien lubricada y su boca jalo en ese instante tanto aire que se atraganto, yo pensé que se estaba ahogado por eso me separe, pero la verdad es que solo quería que la siguiera penetrando con todo, solo di que ya no había mas que meter y doble mi pene sobre su vagina para que rozara su clítoris y así fue la tome de los hombros para abajo hasta que ella se acomodo y comenzó a moverse solita frotando ella su vagina sobre mi pene y comenzó a gritar y jadeara mientras nos veníamos.

Después me pare y me apoye sobre la escalera mientras le levantaba una pierna para penetrarla nuevamente mientras me arañaba la espalda y besarme con fuerza tal que me sorprendí.

Después quedamos acostados en el suelo entre botes de pintura y olor a sexo hasta la mañana siguiente en que llego su hermana y mis suegros, y nos vieron acostados entre botes de cerveza y pintura pero vestidos. Por ello jamás supieron lo que sucedió.

Ya les contare como nos las ingeniamos con mi cuñada que era secretaria de un hospital para hacer el amor en su trabajo.