Hijo inutil, pero obediente

Un hijo es dominado por su madre y amigas.

Me llamo Roberto, tengo 23 años y actualmente vivo con mi madre y dueña, como sucedio esto, pues aqui les cuento mi historia.

Mi madre se llama Lucia, tiene 47 años,y un prestigio ganado a costa de su talento y caracter, se caso joven, recien terminada su carrera de derecho, e ingreso a trabajar en un buffete de una amiga, Marcela, 15 años mayor que ella,en donde destaco rapidamente, llegando a convertirse en socias. Mi padre no tuvo tanta fortuna y fue asi que mi madre cansada de mantenerlo lo boto de la casa, nunca supe mas de él.

A los 10 años, sin padre, mi madre se encargo de mi educacion, de forma estricta, diciendome siempre que tenia la esperanza que triunfara y no sea igual a mi padre.

Yo me esforzaba, pero la verdad el estudio no es mi fuerte, y a duras penas ternime la carrera de derecho, con la ayuda de mi madre, consegui un empleo, pero despues de hechar a perder varios casos, a pesar de la influencia de mi madre fui sacado del trabajo.

Regrese a casa vencido, por mas q buscaba trabajo no lo conseguia, y vivia a costas de mi madre, la cual no dejaba de menoscabarme, poniendome adjetivos de todo tipo, como inutil,basura, y poco a poco acabando con mi reducido orgullo.

De la casa se ocupaba una empleada, la Sra. Cristina, de 50 años, que si bien hacia su trabajo a veces no se daba abasto. Un dia de los tantos, en los que me encontraba yo sin hacer nada, me llamo mi madre a su despacho, y me dijo que ya hora que hiciera algo, que ella no iba a mantener vagos, que si no era capaz de conseguir un empleo, tendria que trabajar en casa, haciendo las cosas que ella me mande o me tendria que ir de la casa. Acostumbrado a vivir con comodidad la idea de estar fuera sin dinero y sin trabajo me aterraba, asi que sin pensarlo mucho acepte.

Mira inutil, dijo mi madre, de ahora en adelante, haras las labores de la casa bajo mi mando y el de la Sra. Cristina quien te enseñara lo que tienes que hacer. Ahora ve a la cocina que te espera Cristina.

Me dirigi, a la cocina donde vi que me esperaba sentada a la mesa la Sra Crisitina, con cara dura y seria, entre, y le dije: buenas tardes Cristina.

A lo cual Cristina me respondio: ¡Silencio! nadie te ha dicho que hables. Me dejo frio, pero me calle, por miedo a contrariar a mi madre.

Inmediatamente me dijo Cristina: tu madre me ha explicado tu situacion, y me ha pedido que te enseñe las labores y la obediencia, asi que empezaremos de inmediato, pero antes te dire las normas que seguiras al pie de la letra:

Primero, yo soy para ti, la sra. Cristina y asi de dirijiras a mi.

Segundo, haras todas las labores que se te ordene, sin preguntar, solo obedeceras.

Tercero, no hablaras a menos que te lo pida.

Cuarto, te levantaras a las 6 de la mañana, y estaras aca enla cocina, listo para cualquier cosa que se te necesite.

Espero que todo te halla quedado claro, continuo, por que me ha dicho tu madre que si no aprendes, te botara de la casa.

Yo me quede frio, nunca pense que la empleada me hablaria de esa forma, pero su amenaza ultima, no me dejo dudar, y solo dije: Si Señora Cristina.

Cristina esbozo una leve sonrisa y me dijo: pues a trabajar, comienza lavando esos platos y despues los secas y guardas que ya regreso.

Al cabo de un momento regreso y me dijo: Todavia no terminas, pero si eres un inutil, date prisa, gritó.

Cuando termine, me dijo: ahora coge ese balde y esa espónja y ponte a limpiar el piso, como dude, me grito, ¡que esperas¡, ¡estupido!, que no sabes lavar un piso, ponte a cuatro patas como el animal que eres, y usa esa esponja. Solo me quedo obedecer.

Y asi pasaban los dias entre mandados y humillaciones de la Sra. Cristina, pero obedecia en todo ya que sabia que si ella no daba el visto bueno a mi madre seria botado a la calle.

A mi madre casi no la veia con los quehaceres y ella con su trabajo, apenas si nos cruzabamos, pero sabia que hablaba a diaro con Cristina, pero no sabia de que.

Despues de unas semanas mi madre se quedo en casa, a descansar, yo estaba en la cocina y fui llamado por Cristina al despacho de mi madre.

Ahi estaban las dos, mi madre y Cristina, conversando, cuando llegue, Cristina me dijo: ¡Ve a traer un vino y dos copas inmediatamente!, a lo cual yo solo respondi, Si señora. Mi madre sonrio y le dijo a Cristina que me habia enseñado bien, a lo cual Cristina respondio con una sonrisa.

Al regresar, servi las copas a mi madre y Cristina, despues mimadre dijo:

Desde hoy, las cosas van a a cambiar para ti, me dijo, lo cual contare mas adelante.