Hijo de una Diosa (2)
Sorprendiendo a mi madre...
Hijo de una diosa II
Pasaron los años, muchas veces vi actitudes sospechosas en mi madre, la sorprendí en algunas mentiras con mi padre, pero preferí no darle mayor importancia al tema. Mi madre era una suelta y mi padre ya no estaba en edad para encontrar a otra mujer y si el llegase a saber de alguna infidelidad de ella, seguramente se separaría de ella y eso lo afectaría mucho.
Justamente cuando yo había entrado a estudiar a la universidad, fuera de la ciudad, en una de mis idas a la casa, me encuentro con la sorpresa que mis padres se habían separado. Por lo que me contó mi padre, había descubierto que mi madre le había sido infiel y que por esa razón la había echado de la casa. Por muy soberbia que era mi madre, y los años que tenía mi padre, el carácter de mi padre en extremo autoritario y a veces un poco agresivo, no tuvo más opción que pescar sus cosas y marcharse de la casa. Igual me afecto su separación y me acerque a mi madre para saber como estaba.
El tiempo pasó, mi madre viviendo con mi abuela y recibiendo una mínima mesada de mi padre. Yo estudiando fuera de casa y mi padre metido en sus asuntos. Sin embargo esa separación le hizo mucho daño a mi padre y al tiempo lo afecto mucho la salud.
Para bien o para mal, cuando cursaba mi cuarto año de universidad, mi padre en parte perdono a mi madre y al cabo de unos meses ella volvió a la casa. Claro que esta vez mucho mas controlada, incluso comenzó a trabajar en la misma empresa de mi padre.
Todo parecía normal, aunque yo sabía muy bien que mi madre no había cambiado. Por el poco tiempo que pasaba con ella, no veía nada sospechoso, pero su forma de vestirse y comportarse, no habían cambiado, quizás había subido algo de peso, pero eso no hacia otra cosa mas que aventurar sus definidas curvas, pechos mas grandes y una cola mas grande e increíblemente bien formada, siendo nuevamente una adinerada y exuberante mujer de 48 años, con un marido casi llegando a los 70, era imposible poner las manos al fuego por su fidelidad.
Justo en ese año, cuando a mi me quedaba el ultimo semestre de universidad para sacar mi carrera, cuando mi padre sufrió un ataque al corazón que casi lo manda al otro mundo. Luego de muchos cuidados, y con lo porfiado que este era volvió a desempeñar su cargo en la empresa. Sin embargo me citó un día a su oficina, y me dijo que necesitaba que yo, aprovechando que ya tenía muy pocas clases, me hiciese cargo de sus cosas. Me dejó a cargo de uno de sus empleados de confianza, Gonzalo Salvatierra, para que me enseñara todo lo que debía saber para manejar sus negocios.
Fue a si como pase a ocupar un importante puesto dentro de la compañía más grande de mi padre, aprendiendo de su empleado de confianza y de él mismo como funcionaban sus empresas, trucos de contabilidad, manejo de personal , contactos etc.
Mi madre ocupaba un cargo de directora dentro de la empresa, pero después de mi padre, pase a ser yo el dueño de la compañía. Con mucho esfuerzo logre terminar mi carrera, mezclando el estudio y el trabajo, pero al fin ya me podía dedicar de lleno a las empresas de mi padre.
Al pasar mas tiempo en la oficina, y siendo el superior de mi madre, me pude dar cuenta que nuevamente mi madre estaba siendo infiel a mi padre. Notaba mucha confianza entre el empleado de confianza de mi padre y ella, y revisando algunos libros de contabilidad, me di cuenta que muchos de los viajes que constantemente se tenia que realizar para finiquitar algunos negocios en otras ciudades, era frecuente que ambos viajaran.
Lo daba casi por hecho, que en alguno de esos viajes, mi libidinosa madre y Gonzalo, habían tenido algo, ya que el, a sus 45 años, tenía toda la facha de un galán de teleserie, a expensas más encima de los gastos de la compañía.
Por lo mismo comencé a prestar mas atención a esta relación y por muchos detalles me di cuenta que no estaba equivocado. A si que cuando nuevamente se presento el viaje de negocios, donde nuevamente era mi madre la que viajaba, informé que ese viaje lo realizaría yo y Gonzalo.
Enseguida noté una molestia en mi madre, ya que esa era su responsabilidad y su trabajo, mas no pudo hacer nada ante mi dedición. En el viaje compartí mucho con este personaje y me di cuenta, conversando fuera de trabajo, que era todo un mujeriego.
Al día siguiente de volver del viaje, me di cuenta que mi madre estaba distinta, algo nerviosa y al irse de la oficina antes que yo, le hace un disimulado gesto a mi tutor, que justo advertí mirando por la persiana de mi despacho. Enseguida sospeché que seguramente se encontrarían fuera del trabajo y dejando todo de lado, bajé mientras el apagaba su computador.
Salí en mi carro y me estacioné en la esquina, esperando que el tipo pasara en su auto. Ya estaba empezando a oscurecer, a una prudente distancia, lo fui siguiendo hasta que al llegar a una esquina, veo que una mujer aborda el auto. No me quedó ninguna duda al ver el BWM de mi madre estacionado a mitad de cuadra.
Tomaron hacia las afueras de la ciudad, donde habían varios moteles y a una gran distancia, veo que entran en uno. Me estaciono en la carretera, me fumo un par de cigarros, dejo pasar un tiempo y me meto al Motel. Lentamente paso mirando cada vehículo, hasta que doy con el auto. Afortunadamente la cabaña del lado se encontraba vacía. Me estacionó en esta y luego de cancelarla a través de una pequeña y oculta ventana, espero que la persona que cobra se vaya nuevamente a la portería y salgo.
Ingreso oculto en la noche al patio de esta cabaña, tratando de que nadie me viese. Llego hasta la puerta y escucho su amena conversación. Intente abrir la puerta, estaba cerrada, luego el ventanal y lo mismo. Caminé hasta la portería y el encargado del motel se sorprendió al verme. Le ofrecí dinero para que me entregase las llaves de esa cabaña, pero dudándolo un poco me dijo no. Obsesionado por conseguir esas llaves, esta vez mi ofrecimiento fue mucho más generoso y el hombre no tuvo otra opción que acceder.
Con la llave en la mano, me dirigí nuevamente a la cabaña. Escuchando tras la puerta, no me quedó ninguna duda de lo que adentro estaba ocurriendo. Muy silenciosamente abrí la puerta de la cabaña e ingrese. Luego de un corto pasillo veo los pies de la cama. Sentí una sensación completamente distinta de la situación ocurrida muchos años atrás. Esta vez estaba preparado para enfrentar a mi madre y a su amante, mas, antes de sorprenderlo quise ver que tan zorra era mi madre.
La lujosa cabaña tenía espejos en las paredes y en el techo, mas la luz encendida, excepto en el pequeño pasillo donde me encontraba así que no me costo nada tener una completa visión de lo que en la cama ocurría. Mi madre completamente desnuda, de espalda, con sus piernas abiertas recibiendo sexo oral de Gonzalo. Con sus ojos cerrados, tocándose sus grandes pechos, moviendo sus anchas caderas de lado a lado, de arriba abajo, sintiendo la lengua de Gonzalo dentro de su cuerpo, inundando el cuarto de gemidos de placer.
Una mezcla de rabia, celos y dolor nuevamente me invadió el cuerpo, no sabía si salir de mi escondite y caerle a golpes a Gonzalo, o quedarme en silencio observándolos. Opté por lo segundo.
Era la segunda vez que observaba a mi madre teniendo sexo con un hombre, pero esta vez era distinto, aun sintiendo un gran dolor en mi pecho, mi excitación estaba al máximo, mi verga se había puesto completamente dura e inconscientemente mi mano la acariciaba por sobre el pantalón.
Gonzalo se incorpora y se monta sobre mi madre. Fuertemente le tomaba sus pechos y se los chupaba brutalmente, mientras ella le pedía que la penetrara de una vez. Pero Gonzalo no hacía caso de sus súplicas y seguía absorto trabajando sobre sus tetas, amasándolas, apretándolas, pasándoselas por toda la cara, mientras mi madre, metiendo la mano por entremedio de las piernas de Gonzalo le tomaba su verga y trataba de metérsela ella misma.
Al fin Gonzalo de una sola envestida introdujo toda su herramienta entre las piernas de mi madre. Los gemidos de ambos eran cada vez más fuertes. Las manos de Gonzalo se habían clavado en el gran culo de mi madre y la penetraba una y otra vez, besándola apasionadamente.
Como envidiaba a ese hombre al tener una hembra como mi madre. Como envidiaba cada caricia que el le daba, como sus dedos no conformes con acariciar las hermosas nalgas de mi madre, mas encima buscaba la entrada de su culo e intentaba entrar a este, hasta conseguirlo.
Mucho rato duro esta escena, hasta que cambiando de posición, mi madre se coloca en cuatro patas, y Gonzalo arrodillado tras de ella la comienza a penetrar por detrás.
Veía claramente ahora el rostro de mi madre, con los ojos cerrados, su boca abierta gimiendo como una perra en celo, sus grandes y deliciosos pechos colgando chocando entre ellos por el movimiento, mientras Gonzalo tomándola de sus caderas la movía de adelante hacia atrás hartándose del culo de mi madre.
Ahora Gonzalo se escupe los dedos y sin contemplación, mientras la penetraba por detrás le introduce uno de sus dedos en el culo, haciendo que mi madre gritara de placer. Mientras le clavaba su estaca y le metía el dedo en el culo, la trataba de puta, de perra caliente, de zorra. Le preguntaba si le gustaba sentirse penetrada por ambos lados y mi madre a todas sus respuesta entre gemidos respondía que sí.
Una pequeña pausa y este mal nacido saca la verga del coño de mi madre y colocándosela en la entrada de su culo, comienza a presionar para metérsela. Mi madre en vez de detenerlo, le dice solo "espera", y apoyando su cara contra la cama, lleva sus manos atrás y ella misma se separa las nalgas para darle una ayuda a la penetración de Gonzalo. Un gran gemido de ambos me indica que su miembro ya estaba dentro del culo de mi madre y moviéndose lentamente al principio, van tomando el ritmo hasta que veo como mi madre es brutalmente cogida por el culo.
Los gritos ensordecedores de mi madre y los quejidos de Gonzalo me avisaban que no durarían mucho y tratando a mi madre como una verdadera puta Gonzalo comienza a acabar dentro de ella.
Ambos quedan rendidos en la cama. Gonzalo ahora un poco mas cariñoso se deleita besándole los pechos a mi madre, mientras ella enciende un cigarrillo. Pensé que seguramente uno de los dos iría al baño y de hacerlos era seguro que me sorprenderían, a si que aprovechando un gran sillón que se encontraba en el pasillo, me senté en el suelo, tapado por este para escuchar que conversaban. Ya no los divisaba a través de los espejos, pero escuchaba claramente su conversación.
Hablaban de la empresa, de cómo yo había echado a peder su "luna de miel", incluso Gonzalo le mencionó que el pensaba que yo tenía mis sospechas. En eso suena el celular de el. Era su esposa. Cínicamente el le dice que estaba en una reunión de trabajo y que llegaría en 2 horas mas. Aproveché de apagar el mió, cosa que se me había olvidado y que inmediatamente me hubiese delatado. Mientras lo hacía escucho que mi madre se dirige al baño.
Gonzalo corta con su mujer, mi madre regresa a la cama, beben y fuman conversando de cosas de la oficina, de cómo la mujer de Gonzalo sentía celos de mi madre, hablaron de la cabaña, de otros cuartos en los que había estado, incluso de unos dineros que Gonzalo había usurpado a la empresa etc. Pasó un rato y quedándose en silencio se vuelven a besar suavemente.
Comencé a sentir nuevamente los gemidos de Gonzalo y lentamente salí de mi escondite para volver a mirar. Esta vez mi madre me daba la espalda, con su tremendo culo completamente levantado, arrodillada en la cama, se la chupaba a Gonzalo mientras este le acariciaba sus cabellos. Luego de un buen rato de estar chupándosela, mi madre se incorpora sentándose sobre Gonzalo y enterrándose su verga lentamente. Con suaves movimientos disfrutaba sentirse completamente llena de verga mientras Gonzalo acariciaba suavemente sus pechos.
Pensé un momento en lo que haría, estaba decidido a encararlos en ese momento, pero no se de donde, se me vino la idea de prender mi celular, dejarlo en silencio y fotografiar a los amantes. Capte imágenes de mi madre sobre Gonzalo, de mi madre montada sobre el rostro de el , haciéndole que este le comiera la concha, luego cuando cambiaron de posición e igual que la vez anterior Gonzalo la empieza a penetrar por detrás , mientras mi celular captaba cada una de las eróticas poses.
Gonzalo deleitándose del culo de mi madre, mientras yo ahora haciendo un pequeño video de lo que ahí ocurría, salgo de mi escondite grabando el momento exacto en que, con un gran grito de terror de mi madre, ambos se percatan de mi presencia.
Petrificados ante mi presencia, mi madre tapándose con las sábanas, y mi puño viajando a toda velocidad hasta encontrase con la cara de Gonzalo arrojándolo hasta el otro lado de la cama.
Me trencé a combos con Gonzalo el cual no supo como reaccionar hasta dejarlo casi inconciente. Mi madre completamente desnuda, gritando y llorando, tratando de separarme de su amante. Ya cuando Gonzalo botado en el piso, todo ensangrentado y mi madre llorando en una esquina, me calmo un poco y ordeno a mi madre que se vista inmediatamente. Ella pidiéndome perdón, y llorando a mares, me hace caso y rápidamente se viste.
Tomo a Gonzalo del cuello y le digo que mañana a primera hora quería su renuncia en la oficina, si no quería que lo metiera preso por la malversación de fondos a nuestra empresa, mas mostrarle a su esposa, las reuniones de trabajo de su marido. El, todo molido me respondió con la cabeza que si y botándolo al piso le di una última gran patada en su estómago.
Tomé a mi madre del brazo y abandonamos el motel. En el auto, manejando a toda velocidad, le recriminé a gritos su actuar mientras ella lloraba desconsoladamente y me pedía perdón. La dejé en su auto y le dije que ambos sabíamos que si mi padre se enteraba de esto, le podría causar la muerte, por lo que mantendríamos el secreto entre ambos, pero amenazándola con las penas del infierno si la volvía a pillar o a dudar siquiera de ella.
Llegue a mi departamento completamente alterado, no sabía que pensar, que hacer. Me dolía la mano, la tenía ensangrentada, seguramente uno de los dientes de Gonzalo me la había roto. Me serví un trago que agritos necesitaba y fume un cigarro tras otro. Igual sentía mucha pena por mi padre, ya viejo, acabado, seguramente algo así terminaría con su vida y algo de pena por mi madre, verla llorar de esa manera, tan humillada, no sabía como enfrentarla al otro día. Sin embargo su cuerpo desnudo, sus gemidos, su forma de follar, no me la podía sacar de la cabeza. No sabía que me pasaba, ¡como era posible que me excitara mi propia madre! bueno, que una mujer así, era imposible que a ningún hombre no se excitara.
Una Diosa, su hermosa cabellera rubia, sus enormes pechos, el color de su piel, sus movimientos, su cadera, su culo, sus piernas, todo grabado perfectamente en mi mente no me di ni cuenta cuando sentado en el sillón, con un vaso de wisky en la mano comencé a revisar las imágenes captadas con mi celular. Una y otra vez veía las imágenes en mi celular, excitándome viendo los pequeños videos donde mi madre era penetrada por Gonzalo, me imaginaba que era yo y sin poder evitarlo terminé masturbándome pensando en mi madre.