Hielo y vapor
Prosa poética erótica.
Hielo y vapor
En donde antes había hielo, ahora hay vapor. Si es cierto que la pasión es mágica, contigo quiero hacer varias pruebas empíricas. Puedes hacer lo que quieras conmigo que estoy en modo romántico, dispuesto y tan hambriento de ti. Como un plato de comida que rebalsa, me llenas el corazón de adrenalina, mujer hermosa y encendida. Te besaría con acaloramiento, te abrazaría con toda la fuerza reprimida, te acariciaría con afecto, te halagaría con admiración, te tocaría con devoción, como si me fuera a morir mañana, como si no hubiera un después. Lamería y relamería golosamente tu fascinante mariposa como si fuera un dulce. Tus risas, y tus repetidos gemidos de mujer acompasados a los míos, serían como melodías que entran en mis oídos, y yo quiero que formes una canción con ellos.
También quiero que tus gritos de placer genuino formen una pieza de ópera, incluyendo los que tratas de tapar con tus manos o con la almohada, acallándolos de forma inane, mientras tu cuello, tus pechos, tus hombros y tu espalda están brillosos por la transpiración. Tus frases de aliento arderían por sí mismos sobre mi memoria, me harían enamorarme más de ti. Tus sonrisas y tus muecas lascivas me las almorzaría cada una de un bocado. Haría de tus pezones, caramelos rellenos en mis papilas gustativas carantoñas. En tus pechos divinos me gustaría dormir. Me gustaría que abras tus piernas y que hagas de mí tu hombre, aunque sólo sea por un periodo breve. Que transcurra lo más cadenciosamente posible, si va a ser por un corto tiempo.