Hielo en las venas: Ice

Estas aquí porque alguien decidió que así fuera y yo estoy aquí porque ese alguien quería que lo que pago por ti valiera la pena, hace tiempo que dejaste de pertenecerte

"Estas aquí porque alguien decidió que así fuera y yo estoy aquí porque ese alguien quería que lo que pago por ti valiera la pena, hace tiempo que dejaste de pertenecerte"

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A veces conviene abrir los ojos lentamente al despertar, así, si lo que ves al despertarte no te gusta, siempre puedes volver a cerrar los ojos y tratar de dormir de nuevo. Por desgracia, Álvaro los abrió demasiado deprisa y, cuando contemplo la curtida superficie de Molly atenazando sus tobillos, fue incapaz de volver a dormir.

Aunque sabía que no iba a ser posible aún guardaba la pequeña esperanza de despertarse en su cuarto y no en aquél, nacido de una revista de decoración post-modernista. Le dolía el hombro allí donde este había estado toda la noche flexionado, unido al brazo esposado al cabecero. Uno de sus tobillos también daba señales de entumecimiento y en general todo su cuerpo parecía roto.

Intentó levantarse de la cama, por desgracia no recordó que Molly estaba firmemente atada por uno de sus extremos a una de las patas, así que solo consiguió flexionar dolorosamente su pierna adormecida.

Era extraño pero sí, tenía agujetas. Aunque, si se pensaba mejor, no era tan extraño teniendo en cuenta su resistencia del día anterior, pero claro, Álvaro no quería recordar.

Mientras se seguía desperezando gracias al reducido margen que las esposas le dejaban, intentó tragar saliva. No pudo, sentía una sed atroz y, todo sea dicho, un hambre casi peor. La sed encontró solución en la pequeña botellita que descansaba a su lado en la cama, con mucho esfuerzo por parte de sus dedos adormecidos fue capaz de abrirla usando solo una mano y, derramando una cantidad sorprendentemente pequeña, posteriormente fue capaz de beber.

El hambre ya no tenía solución.

En contra de lo que su cerebro le estaba gritando decidió ignorar los recuerdos del día pasado, sintiéndose mejor analizando al milímetro cada sutil e insustancial novedad en la habitación. No quería recordar al chico, Jack, pero tuvo que hacerlo al darse cuenta de que sus ropas del día anterior ya no estaban en la habitación, así mismo alguien había movido la silla que usó para contemplar al principio a Álvaro y también había ropa pulcramente doblada sobre esa silla.

Álvaro reconocía unos pantalones blancos y lo que parecía ser una camisa color arena, así como la peligrosa superficie de un cinturón con su todavía más potencialmente peligrosa hebilla. Un peligro tanto para sus secuestradores, si el chico conseguía hacerse con él, como para el propio Álvaro, si tenían intención de usarlo ellos mismos.

Hizo una suave mueca cuando su cuello se quejo al doblarlo pero el esfuerzo se vio recompensado con lo que parecía una nueva botellita de agua y una manzana apoyada contra ella. Intento moverse para cogerla cuando la puerta corredera de su habitación se abrió de nuevo.

-Buenos días por la mañana- saludó alegremente Jack entrando.

Álvaro cortó el movimiento de su mano intentando coger la manzana y se irguió como el día anterior para encararse con el chico. Esta vez Jack no iba vestido con el impecable traje del día anterior, en su defecto llevaba unos vaqueros bastante gastados, descoloridos con agujeros y pequeños trasquilones estratégicamente repartidos, una camiseta de jugador de basket de color negro con las letras y el logo plateados, el pelo rubio le lucía levemente oscuro por las pequeñas gotitas de agua que le resbalaban por el cuello.

Entró como si fueran amigos de toda la vida y se acomodó en la cama, derrumbándose en ella a distancia prudencial de Álvaro y fuera de su alcance. Suspiró sonoramente.

-Una duchita fría después de una sesión de ejercicio siempre me sienta de maravilla- comentó mientras le guiñaba uno de sus ojos negros- Aunque aún me queda una maratón- Álvaro, como el día anterior, optó por guardar silencio total. Jack pareció no darle importancia- ¿Hambre?- se sentó en la cama quitándose las zapatillas- Si fueras más amable te podría conseguir más comida que una triste manzana... Pero con la manzana al menos no se te ocurrirá hacer ninguna tontería-

Álvaro tuvo que admitir ante sí mismo que sí que estaba pensando en hacer alguna con lo primero que tuviera a mano. Jack estaba tranquilo, mirándole sin pudor alguno y gracias a ese gesto tan evidente nuestro chico fue consciente de que le habían cambiado el bóxer. Alzó las cejas sorprendido para luego bajarlas furioso al caer en la cuenta de que unas manos debían de haber estado trasteando con su cuerpo cuando estaba dormido. Aquellos eran negros.

-Te quedaban mejor los blancos- comentó Jack, como estaba más cerca de la mesilla se estiró cogiendo la manzana; se la tendió a Álvaro que la miró sin decir nada, tras un par de segundos de cortesía Jack se encogió de hombros y se la llevó a la boca- Parece que seguimos sin ganas de hacer amigos-

Álvaro se removió incomodo en la cama, estar manteniendo la misma posición le estaba matando, Jack se dio cuenta.

-Te podría soltar del todo... Para  que anduvieras y te estiraras- pareció pensarlo mejor- Claro que te tendría que dejar puestas las esposas de las muñecas y a Molly - se rió- Pero oye, menos es nada- miró a Álvaro a los ojos- Pero no creo que pudieras resistirte a intentar escapar- miró significativamente a la puerta corredora cerrada- De verdad, si fuera tan fácil como salir por esa puerta...- volvió a morder su manzana- ¿Con ganas de follar?-

Álvaro se esforzó mucho en no mirarle, perdiendo su mirada en un punto indefinido de la pantalla de plasma en la pared. Sintió movimiento a su lado, Jack se había puesto a su alcance dejando la manzana a medio comer en la mesilla, luego se movió para colocarse casi a su lado. El secuestrado evaluó sus posibilidades de reducir al chico, eran de la misma edad, pero Jack era potencialmente más fuerte que Álvaro, aunque nuestro chico tenía mucha fuerza en las piernas por el fútbol, piernas que en este momento estaban atadas. Tragó saliva pensando, tanto se abstrajo en apenas medio segundo que le sorprendió sentir los dedos de Jack en su cuello, haciéndole mirar.

-Mejor que no- le dijo leyendo sus pensamientos, se movió más para sentarse sobre las dormidas piernas de Álvaro que gritaron mudas de dolor- Te considero un chico listo, estás con una mano y una piernas esposadas a la cama, además tienes a Molly uniéndote los tobillos de las dos- se echó hacia atrás- Y no eres más fuerte que yo, así que si me golpeas...- sonrió tristemente- Mejor que no quieras saber qué pasa si me golpeas- se movió sobre Álvaro destrozándole los nervios de las entumecidas piernas- ¿Te duelen verdad?- se echó hacia delante poniendo sus manos en el cuello del chico- ¿Si te dejo levantarte de la cama harás alguna tontería?-

Álvaro negó con la cabeza evitándole la mirada, el chico no pareció contentarse con eso.

-Dilo- hizo fuerza moviéndole la cabeza para encararle- O me lo dices o nada-

-No...No haré tonterías- respondió Álvaro apretando la mandíbula.

Jack no le volvió a hablar, con una delicadeza que Álvaro no esperaba Jack se deslizó de encima, luego le redujo al máximo la extensión de la barra que ataba sus piernas y finalmente le soltó las esposas de la pierna y la muñeca. Álvaro dudó un segundo en si intentar algo o no, por desgracia Jack había tenido demasiada razón; demasiada para que hasta la desesperación que empujaba algunos de sus pensamientos se lo replanteara.

Además, quedó demostrado que sería incapaz de tener algún tipo de posibilidad cuando apoyando las piernas en el suelo fue incapaz de levantarse de la cama. Ahora que las tenía apoyadas sobre la madera nuestro chico fue consciente del imperceptible temblor que las atenazaba, Jack se había levantado y estaba con las manos en los bolsillos contemplándole.

-Normal, llevas tres días sin comer nada y ayer ya hiciste demasiados esfuerzos- le siguió mirando durante unos segundos- ¿Si te traigo comida te la comerás sin causar problemas?-

-Si- respondió escuetamente Álvaro, aunque albergando la esperanza de que Jack abandonara la estancia.

El chico rubio se deslizo tranquilamente, abriendo la puerta corredera, Álvaro intento mirar pero el único hueco que le quedaba para ello era el que los gastados tejanos de Jack permitían entre sus piernas, parecía ser una especie de pasillo ancho, con el mismo suelo de madera negruzca y bien trabajada.

La voz de Jack le salvó de nuevo de perderse en los detalles insignificantes para intentar evadirse. Le sorprendió ver que se estaba dirigiendo a alguien, estaba hablando en un inglés bastante fluido y muy coloquial, lo que contribuía a que apenas entendiera nada a pesar de tener buen nivel de inglés. En algún momento, Jack se rió encogiéndose de hombros y cabeceando hacia atrás para señalarle, su interlocutor dijo un par de frases y luego Jack bajó la cabeza, como dándole la razón de manera triste.

Luego cerró la puerta y se volvió.

-Ya te traen el desayuno, como no sé muy bien que te gusta te he pedido un par de bollos con chocolate y un vaso de cacao, para que cojas fuerzas-

Álvaro intento levantarse de nuevo pero no pudo, demasiadas pocas fuerzas y demasiados músculos dormidos.

-¿Con quien hablabas?- se atrevió a preguntar.

La verdad, no esperaba respuesta, por lo que creía saber los secuestradores no solían compartir información con los secuestrados. Así que le sorprendió cuando ésta se produjo.

-Con otro de los chicos- le dijo Jack mientras arrastraba una de las sillas para sentarse- Heath, ya le conocerás-

-¿Chicos? ¿Que chicos?- preguntó, por un segundo la terrible imagen de hileras de camas con gente esposada cruzó su mente

Jack apoyo los brazos en las rodillas mirándole fijamente.

-Luego, ahora no. No estás preparado- antes de que Álvaro pudiera decir nada Jack volvió a hablar, a preguntar, más bien- ¿Tienes novia?-

Álvaro se sorprendió a mitad del asentimiento. Luego le asaltó una terrible zozobra, era la primera vez que pensaba en Marta, su novia. Cierto que sólo había estado consciente apenas tres horas ayer y con todo lo de la... de por medio, no había tenido espacio en la cabeza para otra cosa. Pero aun así se sintió culpable, parpadeó para evitar las lágrimas, tan inusualmente comunes en él desde ayer.

-¿Cuánto lleváis saliendo?-

Álvaro decidió aferrarse como un clavo ardiendo a la escapatoria que le estaba dando Jack, aunque fuera agridulce.

-Año y medio- respondió con la voz levemente estrangulada.

Jack no volvió a decir nada o tal vez fuera a decir algo justo cuando los golpes en la puerta resonaron. Álvaro volvió a mirar, Jack abrió la puerta y luego agarró una bandeja, entre el movimiento de cuerpos Álvaro creyó ver parte de una cabellera pelirroja que desapareció al segundo. Luego la puerta se cerró y Jack se dio la vuelta.

Como le había prometido en la bandeja había dos bollos bastante grandes con virutas de chocolate encima así como un tazón que humeaba ligeramente. Jack se acercó moviendo la silla de la ropa de una ligera patada para tirarla y poder colocar la bandeja en su lugar. Luego con un poco de esfuerzo colocó la silla delante de Álvaro.

-Toma, es la hora de comer así que le pedí que no fuera un simple desayuno, los ingleses no suelen desayunar muy fuerte así que no quería que Heath se quedara corto- se sentó en la cama a su lado.

Mientras desayunaba, Álvaro se sintió extraño por al parecer estar intimando tanto con aquel chico que hacia apenas doce horas le estaba violando en aquella misma cama, incluso, si se concetraba, era capaz de sentir de nuevosu aliento en la nuca y su mano agarrandole el pelo para que alzara la cabeza; pero aun asi alli estaba, hablando con el como si todo estuviera perdonado.

No sabía porque lo estaba haciendo, tal vez estaba demasiado cansado y desnutrido como para sentir verdadera hostilidad o tal vez lo que no quería era acabar hablando a una pelota de volley llamada Wilson y por eso se decidía a hacerlo con Jack.

Atacó los bollos casi llorando de felicidad al ver que estaban rellenos de crema de chocolate, comer al menos le distrajo lo suficiente como para no pensar ni en Jack, ni en la recientemente recordada Marta, ni en su situación. Aunque el tazón de cacao caliente quemaba se lo tragó en apenas dos sorbos. Luego ataco el último bollo y cuando acabó se forzó a no deslizarse sobre la cama sintiendose comodamente lleno.

Jack se levantó retirando la silla y la bandeja, luego miró a Álvaro pidiéndole que se levantara. Tras un par de intentos fallidos al final Álvaro pudo hacerlo, con el estómago lleno ahora por fin parecía que la preocupación tenía algo a lo que agarrarse.

Marta...Dios, el secuestro... Y la violación de ayer, sintió un frió desde la nuca hasta la planta de los pies. Se revolvió ligeramente, Jack estaba tranquilo aunque a raíz del escalofrío de Álvaro pareció estar más alerta ante sus evoluciones. El secuestrado probó sus piernas, aún temblaban ligeramente pero el calor del cacao parecía haberlas calmado lo suficiente como para sostenerle en una posible huida.

Las esposas seguían colgando de sus muñecas y Molly aun ceñía sus tobillos, pero aun así... Jack seguía tranquilo, cruzado de brazos. Tal vez de forma inconsciente o no el chico rubio estaba tensándose, poniendo en marcha el cuerpo que el día anterior se había revelado mucho más fuerte de lo que parecía... Álvaro de nuevo se dio cuenta de que no tenía posibilidades.

Sin embargo, esta vez en lugar de aceptarlo con resignación las nuevas energías de las que disponía se transformaron en furia y rebeldía.

-Me estarán buscando- dijo intentando canalizar veneno en sus palabras- Mi padre...No se quedará de brazos cruzados-

Jack le miró a los ojos un segundo, pareció que le compadecía o tal vez sólo le inspirara lástima. Al segundo siguiente ladeó la cabeza pensativo.

-Seguramente tengas razón, tu padre seguramente sea un político o un empresario, ¿verdad?- hizo una pequeña mueca- O tal vez sólo tengas mala suerte y sea un simple tendero...- entrecerró un segundo los ojos- Pero hazte a la idea... Creerás que soy cruel recordándotelo pero... No tienes muchas alternativas aparte de tumbarte en esa cama y dejarte follar, al menos de momento. Si te resistes- hizo un gesto con la mano abarcando la habitación- Nunca saldrás de estas cuatro paredes... Si cooperas- miro hacia la puerta- verás que las cosas no son lo que parecen-

-No me voy a volver dejar follar- respondió Álvaro con chulería que sabía totalmente injustificada.

Jack no dijo nada, seguía mirando la puerta. Tardó un par de segundos en reaccionar, cuando lo hizo volvió a mirar a Álvaro, sorprendiéndose quizá de que en ese pequeño lapso de tiempo no hubiera intentado hacer ninguna tontería. Suspiró, sacándose la amplia camiseta de basket y dejándola caer al suelo.

Álvaro trabó las piernas todo lo que Molly le dejó, buscando un punto de apoyo para ofrecer resistencia. Miró la bandeja apoyada en la silla, pero una rápida patada Jack la lanzó contra el suelo, dejándola fuera de su alcance. El chico rubio se acercó con pasos lentos, Álvaro estudió sus posibilidades, aún le quedaba el cinturón que descansaba a un metro en el suelo, era una buena posibilidad.

Luego miró a Jack, que seguía acercándose lentamente, el chico debía practicar algún tipo de deporte relacionado con el atletismo, su cuerpo en apariencia delgado al estar desnudo dejaba al aire una apariencia distinta. Si bien aún delgado, tal vez esbelto lo describiera mejor, el estómago tenía las líneas suaves de los abdominales, y tanto los brazos como la parte superior del torso no mostraban rastro alguno de grasa acumulada, si bien carecían de la suficiente masa muscular como para inclinar la balanza totalmente a su favor.

El punto fuerte de Álvaro eran las piernas, casi inutilizadas por Molly. La situación pintaba mal, sobretodo por que Jack, que parecía también estar estudiando la situación, seguía acercándose con demasiada y, terriblemente exasperante, tranquilidad. Parecía querer darle tiempo a Álvaro para que el mismo se diera cuenta de sus posibilidades reales.

Agachando la cabeza intentó, con las últimas fuerzas de un condenado, embestir a Jack, sin embargo, pese al desayuno que acababa de tomar seguía demasiado débil. Jack se limito a agarrarle por los hombros parándole en seco. Luego bajó sus manos a los codos del chico para impedir que usara los brazos.

-Tranquilo...-

-Para- dijo Álvaro intentando soltarse, a pesar de que seguía débil ahora la posición le favorecía, Jack tenía que aplicar el doble de fuerza de la que necesitaba Álvaro para soltarse- Que me sueltes, joder-

El chico rubio se daba cuenta de que estaba a punto de liberarse así que adelantando una pierna la trabó entre las del chico y, usando a la propia Molly como punto de apoyo, le hizo caer en la cama.

Se colocó como antes sobre sus caderas, los tejanos se movieron y estiraron de tal forma que uno de los trasquilones se quedo a la altura de su cadera, un espacio suficiente para meter por lo menos cuatro dedos y que dejaba ver como su piel se perdía al final tras la tela azulada de un bóxer.

-Tranquilo- repitió, esta vez usando su propio peso para acabar de dominar a Álvaro- Tal vez quieras probar...- se cortó, pareciendo pensarse mejor lo que acababa de decir.

Álvaro estaba demasiado preocupado intentando sacárselo de encima. Jack uso una rodilla para aprisionarle el cuerpo mientras dejaba libre una de sus manos para alcanzar las esposas colgantes del chico. Álvaro sabía que en cuanto se cerraran apenas tendría ninguna posibilidad de modo que intentó resistirse con todas sus fuerzas.

La mano de Jack enganchó uno de los extremos colgantes, por un segundo el chico rubio pareció dudar pero finalmente cerró el extremo alrededor de la otra muñeca. Luego agarró la cadena tensándola hacia arriba mientras se tumbaba ligeramente sobre Álvaro.

-No debería haberte dado de desayunar... Ahora a saber como me lo voy a montar- se inclinó más, Álvaro sopesó la idea de darle un cabezazo, pero Jack acabó colocando su frente sobre la del secuestrado, sin dejarle margen para ganar fuerza- Álvaro para... por favor, nos lo estás haciendo más difícil a los dos-

-No quiero que me folles, suéltame- respondió apretando los dientes e intentando soltarse, de nuevo se prometió a si mismo que no lloraría, se asustó al comprender que eso escapaba de su control.

Álvaro soltó el aire muy lentamente.

-Joder Álvaro, no sirve de nada resistirse- le siseó furioso- Si yo no puedo, enviarán a otro... A otro menos amable- la mano que no mantenía tiesas y tirantes las esposas le agarró el cuello- ¿No lo entiendes? Intento hacértelo lo menos traumático-

-¿Si no puedes que?- pregunto-¿Follarme?-

Jack negó levemente con la cabeza

-No...Bueno, sí, en parte- se recostó más contra su cuerpo- Tengo que... no sé, enseñarte, si lo quieres llamar así...Tú...Tú vales dinero ¿no lo ves? Y quieren que ese dinero crezca-

-Que no, que me sueltes, !ya¡-

Jack se rió por lo bajo, dejando ya de sisear para hablar alto.

-Está bien, tienes sed- dijo el chico rubio separándose repentinamente- Pero ya la ultima distracción- siguió abriendo uno de los cajones y tirándole una botella de plástico sin etiquetas- Estará templada pero bueno... Servirá- siguió con una sonrisa, parecía que las palabras susurradas de antes no habían existido.

Álvaro al principio pensó en no coger la botella, luego razonó que le serviría para ganar tiempo y empezar a pensar una salida. Era cierto, el agua estaba tibia pero en cuanto pasó de la boca a la garganta pareció congelarla de dentro a fuera.

Lo mismo cuando bajó por ella, congelándole el pecho y finalmente el estómago. Miró a Jack furioso, antes de que pudiera decir nada el chico rubio comenzó a hablar.

-Eso que acabas de tomar es agua con Ice - se metió las manos en los bolsillos- Sí, es una droga... Aunque en sí no se le puede llamar como tal- continuó sentándose en la silla- No te destruye el cerebro ni nada como eso, lo único molesto es todo ese frío que te recorre el cuerpo- en cuanto lo dijo sufrió un breve escalofrío- Y no es adictiva, o sí, según se mire; al menos no se pensó para que lo fuera-

Álvaro intento hablar pero el frío de su pecho le atenazaba los pulmones, impidiendo, al menos a su juicio, que pudiera respirar.

-Cuando te acostumbras no es tan molesto...- miro a Álvaro- El Ice te...Bueno, ¿has visto "Resacón en las Vegas"? pues más o menos hace eso, no te hace hacer locuras ni te borra la memoria, sólo... Te suelta, sexualmente hablando- hizo una pequeña mueca con la boca- Piénsalo así, si aun no lo entiendes: dentro de un minuto te entrará el mayor calentón de tu vida-

Álvaro intentó levantarse pero el frío que parecía haberse extendido le había arrebatado la fuerza de las piernas, así que se desplomó sobre el borde de la cama, cayendo al suelo de madera negra.

-Si, todos nos hemos sentido así cuando lo probamos por primera vez- dijo el chico rubio levantándose de la silla y sentándose a su lado- Jem casi se cae por las escaleras...- miró a Álvaro, inclinándose le quitó las esposas de las manos y le recostó contra la cama- ¿Vas bien?-

Álvaro solo gimió o, mejor dicho, soltó el aire mientras intentaba hablar de tal forma que pareció que gemía.

Era cierto, sentía como el frío se extendía desde el centro de su pecho, los pulmones, hacia fuera. Como escarcha en una ventana, y después, más allá de eso un terrible calor como si alguien con las manos al rojo vivo intentara abrirle el pecho.

Parpadeó con fuerza bajo la atenta mirada de Jack, la boca se le secó mientras intentaba pasarse una de las manos por la frente, de pronto sudorosa. En realidad toda la piel tenía una pequeña película de sudor. Y aun así el frío seguía devorándole poco a poco, sintió la mano de Jack en su pierna, así como la otra en su cuello, haciéndolo girar la cabeza.

Tuvo un pequeño salto mental y lo siguiente de lo que fue consciente era que se estaba besando con él. Además, un beso que destilaba pasión, su lengua quería meterse dentro de su boca y enroscarse con la suya, quería acariciar cada centímetro de su piel.

Se alejo un segundo, en una especie de ramalazo de culpa. Intentando centrarse, pensando en Marta, su novia, y se asusto muchísimo más cuando se superpusieron a lo que estaba pasando las imágenes de cuando los dos se lo habían montado. Soltó el aire sofocado, Jack le estaba acariciando el cuello y los hombros, Jack...un chico, y ahora mismo Álvaro sentía unas ganas terribles de comérselo a besos mientras, por otro lado, su mente era un caldero hirviente de escenas tórridas con Marta.

Ni podía pensar y a cada segundo que pasaba sentía más frío y más calor al mismo tiempo, sus venas y arterias parecían literalmente de hielo puro, ascendiendo desde la punta de los dedos por los brazos, directos a un corazón que parecía el núcleo de una ventisca. Además sentía el ardiente beso de lo que parecía lava en el pecho, queriendo abrirle la caja torácica como si se estuviera ahogando y los pulmones estuvieran gritando a la desesperada por aire.

Sin pensarlo mucho, se lanzó a atacar a Jack, mordiéndole el hombro mientras se derrumbaban los dos sobre el suelo. El chico rubio gimió pero con un ágil movimiento de cadera consiguió darle la vuelta. Se agachó para besarle mientras le agarraba del pelo. Álvaro intentó abrirle la bragueta aunque al final creyó que esta literalmente explotaba bajo la presión de sus dedos frenéticos.

Una vez que se hubo librado de la bragueta, Jack comenzó a moverse sobre él, restregándose lentamente. Tal vez por efecto del tal Ice o tal vez fuera porque el chico realmente era bueno en lo que hacía pero el gesto le pareció lo más caliente del mundo, su polla durísima le estaba gritando que se lo follara.

El chico rubio se separó mordiéndole ligeramente el labio al hacerlo, se coló entre sus piernas bajándose los vaqueros y los bóxers, posicionando sus piernas debajo de Molly . Entre el caos de frío y fuego Álvaro fue consciente de que se preparaba para follarle, pero creía que se convertiría en hielo mientras la madera negra del suelo estaba en llamas. Algo tan simple como quien follaría a quien carecía de importancia. Sólo quería estar más cerca de quien fuera.

Descansó la cabeza en un suelo que apenas si sentía mientras los dedos de Jack, húmedos seguramente de lubricante o saliva, intentando entrar. Por un segundo el antiguo Álvaro intentó resistirse, finalmente el nuevo Álvaro, que se sentía en el corazón de una supernova, suspiró relajándose y entrecerrando los ojos.

El primer dedo entró y el chico se mordió el labio, su polla estaba medio dura lo que parecía totalmente fuera de lugar. Se la agarró empezando a machacársela mientras de nuevo el caldero hirviente de las imágenes de Marta y el mismo follando le abrumaron, Jack por su parte siguió penetrándole con los dedos soltando comentarios tanto en español, como en inglés y en esa lengua extraña suya.

Álvaro se encontraba al borde del orgasmo; cuando finalmente Jack acabó de dilatarle con el tercer dedo, el secuestrado ya se masturbaba furiosamente mordiéndose el labio inferior con saña. Levantó un brazo para acariciarse el pecho, pensando en Marta y en su cuerpo voluptuoso mientras el cuerpo firme de Jack se inclinaba en el primer empellón.

Y luego vino otro y otro, Álvaro no pudo resistirlo. Al tercero tuvo que abrir la boca para gemir... Gemidos que se cortaban en pequeños ronroneos cuando Jack le penetraba del todo. Apenas sentía nada, la dureza de la madera no era nada comparada con el calor que despedía su propio cuerpo mezclándose con el hielo de sus venas.

Su mano seguía aferrando impertérrita el hierro al rojo vivo que tenía por polla mientras no paraba de estimularla, a través de las brumas de sus ojos entrecerrados seguía viviendo los momentos vividos con Marta siendo a su vez terriblemente consciente de cada centímetro en el que su piel tocaba a la de Jack.

No podia verla pero aun asi, con los ojos cerrados, era capaz de imaginarsela. Dura, firme y recta, entrando y saliendo sin parar. Como si escapara de su cuerpo casi podia imaginarse la escena desde arriba, casi podia hacer un plano mental de cada centimetro de la dura anatomia de Jack que en estos momentos bregraba para entrar dentro de él

Soltó su polla para con las dos manos apretar el culo del rubio, lo palmeó con fuerza sintiendo que no se abollaba ni cedia apenas; sin saber muy bien lo que hacía pero empujándole cuando le penetraba, queriendo que llegara más hondo. Jack se inclino y Álvaro le agarró de los brazos para luego levantarse buscando sus labios.

Con cada pequeño empellón ambos habían ido avanzando unos pocos centímetros de tal forma que ahora nada impedía que los dos se tumbaran completamente. Jack seguía besándole y Álvaro parecía estar bebiendo de él, ya era incapaz de distinguir el frío del calor, solo sentía corrientes eléctricas.

-Marta...Marta- comenzó a gemir Álvaro.

Jack sólo se rió mientras le besaba el cuello. Álvaro acabó corriéndose con el cuerpo y la mente hechos un lío. Jack se estremeció un par de veces y luego suspiró derrumbándose sobre Álvaro, ambos respiraban agitadamente pero Jack normalizó su respiración en pocos segundos. Álvaro por su parte parecía desbocado.

Sintió los dedos de Jack acariciándole la piel y giró la cara para prolongar las caricias, el chico rubio salió de él, desprendiéndose del condón, haciéndole un nudo y tirándolo a una basura cercana. Luego se levantó, subiéndose los bóxers y los pantalones.

-El Ice dura poco, pero te parecerá haber corrido una maratón...- se inclinó tendiéndole la mano- Aprovechemos, tira al baño y haz lo que tengas que hacer.

Álvaro se levantó, Jack agachándose le soltó por completo a Molly y le saco del todo los bóxers. Luego empujándole suavemente de la cintura llevó a un atontado Álvaro al baño. Le liberó de las esposas y le hizo meterse en la ducha. Luego bajo su mirada le pidió a Álvaro que se duchara.

El agua sirvió para despejarle, aun sentía unas ganas locas de volver a acostarse con el chico rubio pero a medida que el agua clara le caía sobre la cabeza y le resbalaba por el cuerpo los ánimos se fueron calmando.

Aun así tardaba demasiado en reaccionar de modo que se dejó finalmente secar por Jack y llevar dócilmente hasta la cama donde de nuevo le volvió a esposar a la cama y le ató a Molly. Mientras los ojos de Álvaro se iban centrando y su mente dejaba de ser la batalla de hielo y fuego que había sido Jack comenzó a hablar.

-Te han secuestrado... Pero no para que yo me acueste contigo... Soy un escort , un chapero de lujo... Y estoy aquí para convertirte en uno; seguramente te rebeles y no te guste pero lo tendré que hacer... Tú... tú eres lo que llamamos un Taken , te han secuestrado porque alguien te quiere tener; alguien que te ha escogido por alguna razón que solo él sabe... Tú no has elegido esta vida pero esta es la que te va a tocar vivir, ni tu ni yo nos pertenecemos-

Álvaro ya estaba despertando, empezó lentamente a hacer fuerza en los brazos para intentar liberarse. Ahora estaba furioso por lo que acababa de pasar, por lo que Jack le estaba diciendo y porque era incapaz de quitarse de la cabeza las imágenes que había revivido sobre Marta mientras... Intentó liberarse.

-Nadie me va a tocar- dijo con cuidado.

-¿Tú crees?- sonrió con tristeza- Ya van tres de tres las veces que me he propuesto follarte y lo he hecho... Mira, sé que es difícil... Yo también estuve donde estuviste tú, pero... Pero te harías un favor si intentaras adaptarte a tu nueva vida, estar atado a una cama no es lo peor que te pueden hacer... Si colaboras... Te dejarán moverte libremente, hacer lo que quieras... Hay más chicos ahí fuera y más mundo del que crees... Esto no es un motel de carretera en mitad de una llanura-

-!No me voy a prostituir, joder!- miró a Jack- ¡Suéltame y déjame ir!-

Jack le miró un segundo como si de verdad estuviera pensando en soltarle. Luego se levantó lentamente, dándose la vuelta y dirigiéndose a la puerta.

-Hazme caso, no hay salida... Lo mejor que puedes hacer es dejarte llevar... Volveré mañana y empezaré a... La botellita de Ice esta en la mesilla de noche-

-No volveré a tomar esa mierda- medio gritó- No me vuelvas a tocar-

Jack salió de la habitación, andando por el pasillo escuchando los berreos de aquel chico. Que no paraban de colarse en sus oídos, sabía que en cuanto pasara un par de minutos solo en aquella fría habitación la desesperación de nuevo le inundaría y volvería a llorar. Sentía una corriente de lástima y simpatía por aquel chico, pero aunque no lo viera le estaba haciendo un favor.

En el salón había ruido de tele y risas pero ahora mismo no tenía ganas de ninguna vida social. Subió las escaleras en silencio y caminó por un pasillo igual al que acababa de dejar, finalmente se paró delante de una puerta específica y la abrió con cuidado.

En sí era la misma habitación en la que estaba atado el chico, la misma distribución y los mismos muebles. Sin embargo, a diferencia de la otra ésta tenía alma, estaba llena de partes suyas, de su personalidad, camisas y camisetas por la cama, un ordenador con la silla giratoria en la esquina, los mandos de la Play 3 y de la Wii, las fotos enmarcadas en las que salía él con otros chicos sonrientes... Era esa parte del mundo que el chico aún no había conocido.

Suspiró deslizándose dentro de su cama, sin molestarse en quitarse los pantalones. A diferencia de Álvaro, Jack sí que pudo dormir esa noche. Lo diferente era que Jack estaba acostumbrado a dormir con el grito de los recuerdos.

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Bueno, empieza a tomar forma la cosa. Y ahora que por fin empiezan mis vacaciones tendre mucho tiempo libre de por medio para escribir y pulir los detalles

Por cierto, aunque en mi perfil pone que tengo 20 en realidad tengo 19 jaja Burocracia ya sabeis

!!GRACIAS POR LEERME!!