¿Hetero? V

Cuento la historia del trío con C y G

Hola a todos, gracias por vuestros comentarios, como siempre. Voy a continuar la historia en el punto que la dejamos (recomiendo leer parte anterior).

Llegó G, nos saludamos todos y charlamos brevemente. Tanto C como yo estábamos ardiendo por el juego previo que teníamos, por lo que C no tardó en comenzar a acariciarme al tiempo que daba por terminada la charla. Nos pusimos de pie e invitamos a G a unirse, cosa que hizo sin dudar, quedando en medio de ellos. Enseguida me despojaron de mi camiseta y se lanzaron a besar mis pezones, creí estar en el paraíso sintiendo esas 4 manos y 2 bocas dándome mimos. No me quedé atrás y les quité también las camisetas, quedando los 3 desnudos de cintura para arriba. C me giró, quedando frente a él, aproveché para lanzarme a su cuello mientras G se acercaba a mí y notaba su bulto rozando mi trasero, así que decidí empezar a moverlo ayudado de las caricias que C daba por mi espalda. G pellizcaba suavemente mis pezones y C me besaba jugando con su lengua; me estaba excitando aún más de lo que ya estaba (pensé que no sería posible). Comencé a bajar entre ellos dos, quedando de rodillas y acariciando sus pollas por encima de los pantalones, al tiempo que ellos se besaban.

Comencé a bajar el pantalón de C, haciendo saltar su polla ante mí, pasé la lengua por todo lo alto y me dispuse a hacer lo mismo con la de G. Estaba ansioso por ver esa polla que ya se adivinaba grande, bajé los pantalones al igual que había hecho unos segundos antes con C y, ante mí, apareció una polla un poco más larga que la otra, rasurada, igualmente apetecible. Agarré una polla con cada mano, la visión que tenía desde ahí abajo, arrodillado, con las manos llenas, ambos mirándome deseosos y la mano de C acariciando mi cabeza... me sentía la más putita y me encantaba.

Abrí la boca y me fui acercando a la polla de G, quería saber si estaba tan rica como la de C, pasé la lengua rodeando la punta y la fuí introduciendo en mi boca. Noté que G comenzaba a suspirar e, inmediatamente, miré hacia arriba buscando su cara de placer; cada vez iba metiendo un poquito mas de polla en mi boca, pero era incapaz de tragarla entera (como he dicho antes, era un poquito más larga que la de C). Bajé hasta sus huevos y los lamí, mientras masturbaba ambas pollas lentamente.

G: Ufff qué bien la chupas.

En ese momento volví a mirar hacia arriba y ambos estaban observando cómo lo hacía. Habían dejado de besarse, solo se acariciaban lentamente. Sin dejar de mirarles, fui subiendo por todo el largo de G, hasta llegar a la punta, la volví a introducir y cambié a la de C. Volví a repetir la labor realizada anteriormente en la polla de G. Sus gemidos, saber que les estaba dando tanto placer, me ponía muchísimo.

C: Eso es... así... muy bien.- Me decía entre suspiros.

Después de un buen rato así, donde ya me empezaba a doler un poco la mandíbula (aunque podría seguir así toda la tarde), C sugirió pasar al dormitorio, donde estaríamos más cómodos. Nos terminamos de quitar la poca ropa que nos quedaba puesta y entramos los 3 en la habitación. Primero se tumbó G, luego yo, mientras C cogía del cajón lubricante y se unía. Me tumbaron boca abajo y me empezaron a acariciar la espalda y el culito, haciendo que se me erizase la piel. Yo sólo suspiraba y movía la cintura provocándoles. C tomó la delantera y acercó su boca a mi ano, me ponía tanto su lengua moviéndose por ahí que perdía la cabeza. G se sentó en la parte de arriba de la cama y aproveché para lanzarme de nuevo a su polla; qué putita me sentía y, a la vez, cómo lo estaba disfrutando. Mis gemido eran ahogados por la polla de G y, al mismo tiempo, cada vez que C metía su lengua o su dedo yo me tragaba un poco más la polla (a pesar de que llegaba hasta el fondo de mi garganta intentaba tragarla más, estaba muy perrita). Tras un rato así, donde C estuvo preparando mi ano a conciencia, a pesar de que minutos antes lo había conseguido dilatar también; acercó su polla a mi entrada y empezó a presionar, noté cada cm entrar, como se abría paso por mi ano (que le pertenecía ya) sintiéndolo cerradito pero sin dolor, la clavó hasta el fondo y dejó caer su peso en mi espalda, reposando unos instantes y dando tiempo a que se adaptara del todo.

Cuando noté que estaba preparado, comencé a mover la cintura para hacerle ver que ya podía comenzar ese mete-saca que tanto me gusta. Yo, mientras, seguía comiéndome la polla y los huevos de G que suspiraba y me acariciaba la cabeza y la espalda; solo paraba de mamar de vez en cuando para gemir cuando la clavaba hasta el fondo o para suplicar que siguiera. Al rato, salió de mi interior, me colocó de lado e hicimos la cuchara; me agarró de la cintura y mientras ambos movíamos acompasadamente la cintura para hacer la penetración más profunda. Gemía y me moría de placer mientras masturbaba a G.

Después de un tiempo así, C salió de mí, y cambió de posición con G. Como ya sabía de conversaciones anteriores, la posición favorita de G es en 4, así que aproveché que se colocaba detrás de mí para esperarle en esa postura. Además C se colocó sentado pegado al cabecero con las piernas abiertas y así tenía acceso a su polla; le miré con lujuría mientras pasaba la lengua por mis labios, C me guiñaba un ojo y G colocó su polla en la entrada de mi ano, echó lubricante en su polla y en mi trasero y comenzó a meter la punta. Entró muy fácilmente gracias a la follada de C, sin embargo, al ser más larga, sentía un poco de dolor cuando la metía hasta el fondo (al notar mis molestias, G paró y cogió más lubricante, además de ir con más cuidado, cosa que agradecí), iba metiendo la polla y me dejaba moverme a mí para que fuese adaptando el ritmo y la profundidad, así conseguí clavármela del todo.

J: Ufffff, qué sensación, joder. Parece que me va a salir por la boca.

Tras unos momentos así, comenzamos a coger más ritmo, posó sus manos en mi cadera y marcaba él la profundidad, mientras me comía la polla de C que estaba a tope viendo cómo se la chupaba mientras me daban por el culo (como luego me dijo), con el vaivén me tragaba hasta el fondo la polla de C, me sentía lleno y me estaba poniendo cada vez más cachondo, me sentía una putita dando placer a esos dos hombres. G cada vez iba más rápido y sus penetraciones eran más profundas hasta que hubo un momento en el que noté dolor. Se lo hice saber y paró enseguida pidiéndome disculpas.

J: No te preocupes, no pasa nada. Es que menuda polla tienes...- Reímos los tres.

Propuse cambiar de posición, G se tumbó boca arriba, C de pie a mi lado y yo me sentaría y cabalgaría la polla de G. Agarré su polle y la dirigí a la entrada de mi culo, la pasé de arriba hacia abajo y la fui metiendo mientras le miraba. Entraba perfectamente y su cara era de placer absoluto, me sentí poderoso y muy perra deseando cabalgar semejante semental. Apoyé las manos en su pecho y comencé a subir y bajar el culito, sintiendo como me abría el ano y se deslizaba toda su polla. Sus manos acariciaban mi cuerpo, bajaban por mi espalda hasta alcanzar mi trasero y daba algún azotito suave que, al ver que me gustaba y gemía, repitió varias veces más mientras me decía.

G: Ummmm, sí, muy bien, así. Cabalga.

Cada vez iba cogiendo más y más ritmo, no sentía dolor ya que era yo quien marcaba la profundidad de la penetración. C subió a la cama, se colocó delante de mi y me lancé a comerle la polla; sujetaba mi cabeza y movía la cintura, me estaba follando la boquita suavemente. Me sentía en el cielo, cuánto placer. Tras unos minutos así, G avisó que se correría y que le encantaría hacerlo dentro. En el estado que estaba, podían pedirme lo que fuese que se lo iba a conceder, sólo deseaba seguir sintiendo sus pollas. C se apartó y G aprovechó para agarrarme de la cintura y ayudarme a aumentar el ritmo. Subía y bajaba como una zorra, arqueaba la espalda, me la clavaba hasta el fondo y le gemía:

J: Siiiii, más, dame más. Quiero tu leche, lléname por favor.

El cuerpo de G se tensionó, su polla comenzo a palpitar dentro de mi ano y a expulsar varios chorros de semen calentito. Sentía mi culito lleno, pero seguía moviéndome arriba y abajo para exprimirle hasta la última gota. Extasiado, me abrazó y me besó, saliendo de mí y dándome las gracias por el polvo.

J: Gracias a ti.- Le contesté.

Volvieron a cambiar de posición, C se tumbó boca arriba, G se quedó a un lado, observando. Yo me coloqué sobre C, llevé su polla hasta mi ano y repetí la operación. Entraba sola, sin esfuerzo, entre lo dilatado que ya estaba y la leche de G, la clavó de una vez hasta los huevos. Me mordí el labio, le sonreí y comence a cabalgar lentamente mientras mi mano acariciaba su cuerpo. Aumentaba el ritmo, las penetraciones se hacían más profundas, saltaba sobre él provocando el característico sonido que hacen dos cuerpo al chocar.

J: Ummmmm, joder. Hasta el fondo... siiiii.- Le gemía, mientras alternaban sus caricias con cachetes en mi trasero.

Tras un buen rato así, salió de mí, volvió a colocarme en 4 y se colocó detrás. Yo movía el culito, mirándole por un lado y suplicando:

J: ¡Vamos! Dame por el culo.

¡Plas! ¡Plas! sonó, lamió mi ano dándome placer, acercó su polla y la metió de golpe hasta el fondo.

C: Buffff, qué culito más increíble tienes, zorrita.

J: Ahhhh... siiiii... es tuyo... dómame...- Gemía y me movía como loca, como la más putita, como me hacía sentir ese hombre increíble. Intentando darle tanto placer como él me daba a mi.

Me apoyé en las manos y moví el culito en círculos, adelante y atrás, me la metía hasta el fondo y la sacaba hasta la punta para volverla a introducir, Nuestros cuerpos chocaban y sonaba en toda la habitación, cuanto más lo oía, más caliente y más perra me ponía.

C: ¡Mira! Eso es, mira cómo se mueve esta zorrita. Ya te dije que era increíble. Muy bien putita, sigue así, no pares, vamos, demuéstrame lo zorrita que eres. Sácame la leche.

J: Siiiii... soy tu zorrita... joder... siiii... dame.. dame tu leche... por favor.- Gemía y suplicaba mientras mi cuerpo se movía libre a una velocidad endiablada.

No sentía ni el más mínimo dolor, solo placer. Notaba mi cuerpo estremecerse, escalofríos recorriendo toda mi piel, estaba disfrutándolo tanto... C me agarró de la cintura y acompasó la penetración al ritmo de la follada, clavándola aún más al tiempo que me gritaba que se corría y su cuerpo se tensaba, su polla latía y se vaciaba dentro de mí. Calló rendido sobre mi espalda, pegados por el sudor, se fue relajando y salió de mi ano. Noté un vacío cuando lo hizo, tenía el culo muy dilatado, lo notaba, se caía la leche de los dos hombres que me habían follado poco antes y me sentía genial. Me tumbé boca arriba y ambos se acercaron y comenzaron a comerme la polla y lamerme los huevos. Ufff qué sensación más alucinante, después del placer que había sentido, ahora recibia una mamada doble, estuvieron un buen rato comiendo hasta que G me hizo acabar en su boca, no desperdició ni una sola gota.

Una vez acabamos los tres, nos fuimos recomponiendo, nos limpiamos y hablamos que teníamos que repetir lo vivido...

PD: Hasta aquí la historia, espero sus comentarios y, sobre todo, que os haya gustado y lo hayáis disfrutado. Os animo a que me escribáis y quien sabe si podréis ser los protagonistas de mi próxima historia... Un abrazo muy calentito a todos.