¿Hetero? III
Continuación de mi primera experiencia con otro hombre
Hola a todos, en primer lugar disculpadme la tardanza en escribir esta tercera parte, pero me ha sido del todo imposible poder subirla antes. Agradecer también a todos aquellos que habéis comentado los relatos anteriores y me hacéis llegar vuestras felicitaciones ya que os han gustado y, en algunos casos, he conseguido provocar alguna que otra erección y masturbación.
Tras aquella conversación con C en la que le confesé que quería que fuese él quien me estrenara el culito y conocer un poco más los gustos de cada uno, tenía unas ganas tremendas de poder quedar y hacerlo realidad. Pasaron unos días de mucho trabajo donde no pudimos apenas hablar, pero, a pesar de todo, estaba todo el día caliente recordando la conversación y la experiencia vivida.
Cada día en la ducha venía a mi mente todas las sensaciones vividas con C y ese momento en que me pidió que me girara para que mi culito quedara a su merced. Lógicamente al momento me excitaba y mi mente viajaba a aquel mundo de placer que me mostró y estaba deseando volver; mis manos jugaban por mi cuerpo y bajaban hasta mi culito, que era acariciado como lo hizo C y, poco a poco, iban acercándose más al ano virgen, jugando en la entrada, rozando, acariciando cada pliegue, imaginando que me entrego a C de nuevo...
Pasaron unas semanas y volvimos a coincidir en el chat, estuvimos hablando y, como podéis imaginar, la temperatura subió al instante entre ambos. Se notaba que los dos nos buscábamos y teníamos tantas ganas el uno del otro. Obviamente, la conversación cogió un camino más ardiente y pasamos al tema del reencuentro:
J: No puedo olvidar lo del otro día, estoy caliente todo el día y me encantaría repetir...
C: Yo también lo recuerdo cada día... Me encantaría, a ver si la próxima semana pudieras y te vienes.
J: El jueves podría, además como aún hay tiempo, me planifico y me escapo por la tarde.
C: Perfecto, eso sería genial. Y ya aquí, como te dije el otro día, hacemos lo que nos apetezca a los dos, no hay que forzar nada.
J: Genial, pero creo que ambos queremos jijiji
C. Desde luego que quiero, pero sabes que no te voy a obligar a nada.
J: Lo sé, aunque creo que estaré más nervioso que la otra vez... jajaja.
C: Tranquilo, de verdad, se trata de pasarlo bien y nada más. Oye tengo que irme ya, quedamos el jueves entonces. Ciao, cuídate.
J: Perfecto, cuídate, hasta el jueves.
El corazón me latía deprisa, sabedor de que había quedado de nuevo con C y, esta vez, quería que me diera por detrás. Nunca había hecho nada así y me empezaron a entrar las dudas, pero no por él, sino por mí, por estar a la altura. Empecé a mirar todo tipo de información acerca del sexo anal, sobre todo basado en una buena higiene. Lo último que quería era que pudiera manchar y arruinarlo todo. Tras un estudio exhaustivo decidí que lo mejor sería que practicara un poco yo, primero metiendo mi dedo y, posteriormente, ir a más.
Así fue, cada día al entrar en la ducha, repetía mi "ritual", mi mente volaba a la ducha de C y mis manos cobraban vida, acercándose a mi ano, cogía un poco más de gel y empezaba a jugar con mi dedito, iba entrando despacio y lo dejaba ahí un rato para que fuese acostumbrando mi ano al "invasor"; después comenzaba un leve mete-saca (no voy a negar que alguna vez, salió algo de "suciedad", precisamente lo que no quería que me ocurriera con C; pero, lavaba a conciencia toda la zona y quedaba limpia para poder seguir jugando), sentía mucho más placer que dolor, lo que me animó a ir introduciendo un segundo dedo y, posteriormente, un dildo de 16cm (que no contaré cómo lo conseguí, al menos de momento)
Llegó el jueves y, después de comer, empecé a preparame para el momento que llevaba mucho tiempo esperando. Me fui a la ducha y rasuré mi polla y mi culito a conciencia, como tampoco tengo mucho vello, repasé las axilas y el pecho, dejando mis piernas exclusivamente con pelos. Después comencé a acariciar mi ano y a abrirlo para limpiarlo, introduje un dedo (que ya entraba con suma facilidad con ayuda del gel), tras él entró un segundo dedo que me daba mucho placer y, finalmente, cogí el dildo y empecé a jugar con la puntita (tras volver a echarle gel para que deslizara mejor) era una sensación completamente distinta a los dedos y me estaba excitando muchísimo. Entró la punta y sentí dolor, pero, a la vez, una sensación de placer y sentirme "lleno"; Cuando se fue adaptando mi ano, fui introduciendo un poco más, muy despacio, hasta conseguir meter por completo el dildo en mi ano. Uffff qué sensación más increíble, lo dejé ahí un rato y comencé a sacarlo lentamente (como podeís imaginar, ésto ayudó a una limpieza mucho más profunda y óptima, además de ir dilantando un poco mi ano para la polla de C); finalmente, acabé mi ducha y me vestí para ir al encuentro.
Cuando llegué y me hizo pasar nos saludamos con un abrazo, le hice saber que me encontraba más nervioso que la vez anterior y volvió a tranquilizarme diciendo que no haríamos nada que yo no quisiera. Estuvimos hablando un poco primero de todo y, poco a poco, fue caldeándose el ambiente, las caricias entre ambos iban en aumento y le dije que quería estaba preparado.
C se abalanzó sobre mí, comenzó a besar mi cuello (sabedor de que así derribaría cualquier barrera que pudiera quedarme en ese momento), sus manos hábiles recorrían mi cuerpo, sobaba mi polla, acariciaba mi espalda... al tiempo que las mías se lanzaban a ese bulto que empezaba a crecer en sus pantalones. Me quitó la camiseta y me besó, introduciendo su gruesa lengua en mi boca jugando y enredándose con la mía. Yo, en ese momento, sólo podía dejarme hacer por ese hombre que seguía mostrándome un mundo de placer que deseaba explorar. Nos pusimos de pie y aproveché para desnudarle de cintura para arriba, acaricié su espalda y me lancé a sus pezones, lamiendo, mientras sus manos bajaban por mi espalda hasta alcanzar mi culito, lo apretó al tiempo que resoplaba; volvió a pedirme que me girara (esta vez menos autoritario que la anterior), obviamente, me giré y me pegué a él, notando su polla en mi trasero, cada vez más dura, al tiempo que C metía su mano por delante haciendo fuerza para acercarme más a él y jugando con mis huevos.
Yo movía el culito en círculos y gemía, logré colar una mano para acariciar su rabo, tras un rato así, me coloqué de frente, me arrodillé y, mirándole a los ojos, le bajé los pantalones mientras saltaba su hermosa polla frente a mi cara. Resopló y me pidió que se la chupara, obediente abrí la boca e introduje la punta mientras mi lengua se movía sin control alrededor de ella.
C: Uffff joder qué bien lo haces.- Me decía gimiendo y acariciando mi cabeza.
Mi mano comenzó a acariciar sus huevos mientras iba tragando cada vez más, hubo un par de arcadas ya que era incapaz de tragármela entera, aún así, seguía chupando con ganas toda su polla, bajaba a los huevos, los lamía y volvía a subir mirándole con lujuría.
C: Ummmmm para que si sigues así me voy a correr.
J: No importa, luego volvemos a empezar de nuevo.- Le dije mientras le guiñaba un ojo.
Me sonrió y me levantó, volvió a besarme y me dijo que quería probar mi culito. Me lo acariciaba con ambas manos, sobándolo bien, amasándolo.
C: Desnúdate
Le miré, me puse de espaldas a él y me bajé los pantalones junto con los boxer doblando la espalda intentando sacar el culo. Estaba muy excitado y hacer eso me calentaba aún más. C volvió a admirar mi culito y me invitó a ir a la habitación mientras me acariciaba.
C: Túmbate en la cama.- Me estaba dando pequeñas órdenes (al menos así me lo pareció), pero me gustaba sentir que tenía él el control y jugaba conmigo mientras a la vez me cuidaba.
Obediente me tumbé boca abajo, nervioso y deseoso de que me hiciera suyo. Se acercó y comenzó a besar mi espalda, mi cuello, mientras notaba su peso encima, sólo estaba jugando conmigo, acercaba su polla a mi culito y yo lo movía, quería ver si realmente yo estaba seguro de querer y así era. No podía parar de gemir bajito, su roce me estaba volviendo loco. Poco a poco fue bajando y sus manos se apoderaron de mi trasero, jugó con él e introdujo un dedo, sentí un poco de dolor y se lo hice saber; me dijo que estuviera tranquilo, que iba a coger lubricante pero antes quería comérmelo.
No me lo esperaba, nunca me habían comido el culito, creía que intentaría penetrarme con cuidado, pero su idea me pareció aún mejor. Le miré con cara de sorpresa y lujuría y le dije que confiaba en él, que adelante.
C: Bien, relájate y disfruta. Si tienes que parar en algún momento dilo y pararé.
J: Está bien, gracias.
Cuando sus manos separaron mis nalgas y su lengua recorrió mi ano de arriba hacia abajo sentí un escalofrío por todo mi cuerpo que me hizo gemir y apretar las sábanas. Su lengua gruesa se movía como loca por mi agujerito dándome oleadas de placer, solo podía arquear la espalda y sacar el culito hacia él para facilitar su labor, me estaba volviendo loco y no quería que acabara nunca eso. Poco a poco mi ano fue cediendo y pudo entrar con mayor facilidad tanto con el dedo como con la lengua.
C: Ummmmm qué rico culito.
J: Ahhhhhh siiiii joder, qué gusto me estás dando. Ufff no pares
Metió todo lo que pudo la lengua, la noté dentro de mi ano, solo gritaba de placer y mi cuerpo se colocó en 4 con la cara pegada a la cama y mis manos separando mis nalgas para ofrecerle mi ano,
C; Ufff si joder, ponte en 4, ábrete bien
J: Mmmmmmm siiiii joder, dios, por favor, fóllame. Necesito sentir tu polla dentro de mí.- Le supliqué que me diera por el culo.
C; Ummmm está bien, creo que ya estás preparado, voy a poner un poco de lubricante.
J: Si, ves con cuidado, por favor.
C: Tranquilo, lo tendré.
Me puso el lubricante y me metió dos dedos hasta el fondo, me hizo un poco de daño, en parte porque no me lo esperaba. Llevó la punta de su polla a la entrada de mi culito virgen y la pasó por ahí un rato haciendo que le volviera a suplicar entre gemidos que lo hiciera. No le veía porque estaba concentrado en sentir y con la cabeza abajo, pero imagino que tendría una cara de triunfo y orgullo sabiendo que me tenía a su merced.
C: Allá vamos.- Me dijo mientras ponía la punta en la entrada y apretaba un poco.
Mi ano fue cediendo y dejando paso a su polla que era más grande y más gruesa que la que había probado yo en la ducha. Cuando entró la cabeza sentí alguna molestia, pero no era el mismo dolor que había sentido anteriormente, por suerte mi culito estaba amoldándose muy bien a su polla y ya estaba más abierto entre la sesión de la ducha y la comida de culo que me habia dado.
Fue entrando poco a poco, preguntándome en todo momento cómo iba. Me pareció encantador que en un momento así siguiera preocupándose tanto por mí, yo iba adaptándome muy bien a su polla, aguantaba unos momentos con ella y era yo mismo quien movía el culito para que entrara un poco más. C me dejó hacer a mi ritmo y en poco rato (o eso me pareció) tenía toda su polla dentro.
C: La tienes toda dentro, campeón.
J: Ufff joder es enorme. Mmmmmm me encanta.- Le dije al tiempo que comenzaba a moverme hacia delante y atrás despacio.
C: Ummmm ya veo que te gusta. Joder qué culito más increíble tienes.- Mientras con sus manos empezaba a amasar mi culo y acariciar mi espalda.
Tras un ratito así, mi ano terminó de adaptarse a su polla y no sentía ni un poco de molestias por lo que empecé a moverme más rápido. Al notarlo, C me agarró de la cadera y empezó a aumentar el ritmo. Empecé a gemir más y más con cada embestida que me daba, me estaba llevando al paraíso.
J: Siiiii, joder, dame más. Ummmm no pares, dioossss.
C: Ummmm, ¿te gusta, zorrita?.
Al escuchar eso casi me corro del morbo que me dio. Se me erizó toda la piel y salió la zorrita que hay en mí.
J: Siiiii, me encanta. Soy tu zorrita, azótame.- Gemía y suplicaba mientras estiraba mi espalda y levantaba todo lo posible el culito para darle a entender, aún más, que podía hacer conmigo lo que quisiera.
¡Plas! ¡Plas! Me dio un par de azotes mientras seguía dándome a buen ritmo y me decía que le encantaba mi culito.
No podía parar de gemir cada vez más; seguía dándome en 4, primero volví a separar mis nalgas para que entrara hasta el fondo, después apoyaba las manos y movía la cintura como una auténtica zorrita (así me sentía y me encantaba).
J: Ahhhh siiiii, qué grande es, parece que me va a salir por la boca. Dios, más, más, no pares.- Estaba como poseído y en un estado de placer inmenso. Sólo deseaba devolverle tanto placer como él me estaba dando a mí.
C: Siiiii, joder, qué buena zorrita que eres. Eso es, muévete así, Mmmmm, me vas a hacer acabar. Te voy a llenar el culito.
J: Siiiii, por favor, llénamelo
Me cogió de la cintura y aceleró el ritmo. Yo no paraba de gemir y pedirle más. Noté que empezaba a latir su polla dentro de mi culo y salia un líquido caliente que me llenaba, dejándonos a los dos exhaustos. Despacio salió de mí haciendo el ¡Pop! típico que hace cuando queda pegado y salió un poco de su semen resbalando, lo recogí y lo llevé de nuevo a mi ano que noté abierto. Me mordí el labio y una sonrisa se dibujó en mi rostro.
C se acercó y me dio un beso, mientras me decía que había sido increíble y, por supuesto, preguntándome qué tal había sido mi experiencia, si me había dolido mucho, etc. Tras charlar y darle las gracias por cuidarme tanto, además de darme por el culito, me tumbó boca arriba y me hizo una mamada como la anterior vez hasta que me corrí en su boca.
Seguimos charlando otro rato más y me comentó que había otro chico, más o menos de mi edad, que era muy majo también y que seguro que nos llevaríamos genial, por si quería hacer un trío. Pero eso ya... es otra historia.
PD: Hasta aquí la tercera entrega de mi primera experiencia con un hombre, espero sus comentarios y, sobre todo, que les haya gustado. Si todo va bien, contaré si hubo o no trío... :P