Hermosa familia

De repente me percaté que en una de las esquinas de la sala estaba Dunia, lo que me obligó a sacar mi pene.

Hermosa familia:

Hola soy Skyline1981 y llevo varios días observando este sitio y decidido lanzarme a relatar algo, aunque he publicado varias cosas en otra página, pero esta de verdad me agrada.

Resulta que hace unos meses me mude a un departamento yo solo, decidí separarme de mis padres y comenzar una vida solo.

Ha decir verdad no me va tan mal, que soy uno de los mejores abogados de mi compañía y mis honorarios me colocan dentro de la clase acomodad de mi país.

Bueno, volviendo al tema, llegué al nuevo departamento y me instalé en un día, para luego comenzar a conocer a los vecinos. Al principio todos me miraban un poco extrañados, puesto que además de ser joven (tengo 24 años), tengo un auto y una moto y eso, para alguien de mi edad es muy raro en mi sociedad.

Bueno, hice amistad con una vecina de unos 40 años llamada Elsa, a decir verdad muy hermosa y deseable, con un cuerpo descomunal que hacia que todos los hombres del vecindario se pajearan pensando en ella.

Nos llevábamos muy bien, hasta que un día me invito a visitarla y eso hice, pero allí comenzó todo. En su casa estaban sus dos hijas de 18 años cada una, ya que eran gemelas, se llamaban Marta y Dunia. A decir verdad estaban buenísimas, iguales a su madre, entre las tres parecían un cuadro hermoso lleno de sirenas.

Elsa me las presentó y me dijo que le había hablado de mi a sus hijas, las cuales me miraban de una forma pícara.

Nos sentamos y conversamos un rato. Yo no dejaba de mirar aquel espectáculo. Elsa era rubia, con un rostro perfecto y unos senos parados y grandes, además de un culo y unas piernas magníficas, en su cuerpo no se veían vestigios de haber parido, para sus 40 años yo le echaba 30. Por otra parte sus dos hijas eran igualitas a ellas, pero con cuerpos mas jóvenes.

Ya entrada la noche las hermanas se retiraron a sus cuartos a dormir y yo me quedé solo con Elsa conversando y entre los tragos comenzamos a tener algunos roces entre nuestros cuerpos lo que me calentó muchísimo.

En uno de esos momentos Elsa se levantó, pero perdió el equilibrio y yo me adelanté para sostenerla, momento en que ella apoyó una mano sobre mi pene y allí se quedó.

Comenzó a movérmelo por encima del pantalón y eso me puso a mil.

Ella se arrodilló frente a mi y sacó mi pene erecto de su prisión para luego pasarle la lengua y engullirlo completo dentro de su boca.

No hay forma de explicar el placer que me hacía sentir, yo solo aprisionaba su cabeza para que no se detuviese en su labor.

De repente me percaté que en una de las esquinas de la sala estaba Dunia observándonos, lo que me obligó a sacar mi pene de la boca de su madre, quién también se sorprendió al ver a su hija.

Dunia se acercó hacia nosotros y pude notar el bochorno de su madre, pero la muchacha la miró a los ojos y me agarro el pene con fuerza, pero mayor sorpresa tuvimos Elsa y yo cuando ella comenzó a mamarmelo.

Yo no entendía nada, solo estaba super excitado ante aquel suceso. Al parecer Elsa se dejó llevar por sus impulsos y comenzó a besarme los muslos, mientras su hija me daba una buena mamada. Posteriormente entre las dos me chuparon los huevos y el `pene disputándose quien seria la primera en comérmelo, durante esa lucha sus lenguas se cruzaban y tanto madre como hija se fundían en un gran beso.

Pero todo no termina ahí, repentinamente apareció Marta totalmente desnuda y se unió a la lucha, lo cual no sorprendió ni a su madre ni a su hermana.

Elsa dejó que sus hijas continuaran chupando y se colocó detrás de ellas. Les acarició el culo y se dispuso a mamarles la vagina a cada una y entre cada vez que alternaba entre sus hijas estas gemián de placer.

Yo no aguanté mas y me logré zafar de las hermanas y me puse detrás de Elsa, quién ya estaba totalmente desnuda y así mismo en cuatro patas, mientras ella le mamaba el chocho a sus hijas le clave mi pene hasta lo último y comencé a bombear con mucha fuerza, pudiendo ver a sus hijas frente a ella con las piernas abiertas para que su madre les mamara y les metiera los dedos.

Cuando sentí el gran orgasmo de Elsa salté sobre Dunia y se la metí con fuerza mientras que su madre y Marta se sumergían en una sesión lésbica.

Aquella imagen de ver como madre e hija se chupaban las tetas, el clítoris y el culo entre si me volvía loco, lo que provocaba que se la metiera mas fuerte a Dunia, hasta que esta tuvo su orgasmo.

Se la saqué de un tirón y aparté a Elsa de Marta, ordenándole que se encargara de Dunia, así que la madre volvió a su lesbianismo con su otra hija, quien la recibió con las piernas abiertas para formar un excelente 69.

Tomé a Marta y se la metí con mucho gusto y placer, mientras ella gritaba por la fuerte clavada que le estaba dando, eso sumado a los gritos de Elsa y Dunia, quienes simultáneamente llegaban al orgasmo.

Luego de que Marta hubo de estremecerse tras su orgasmo, yo que todavía no podía creer que no había eyaculado fui hasta su madre, quien estaba llenándose de caricias con Dunia, esta última entendió mis intenciones y se desplazó hasta su hermana, para entre las dos soltarse a sus placeres sexuales (de más está decir que ambas hermanas comenzaron a besarse y chuparse todas partes del cuerpo).

Coloqué a Elsa en cuatro patas frente a sus hijas y le susurré al oído "quiero que veas como tus hijas se cogen entre ellas mientras te cojo el culo".

Elsa sonrió, miró a sus hijas, las que sudaban de placer tocándose y metiéndose los dedos entre ellas, se mojo los labios con la lengua y me dijo "culeame".

Sin pensarlo dos veces le metí el pene por el culo y ella soltó un grito de dolor, pero pronto comenzó pedirme que se lo hiciera mas fuerte, y así fue, se la metí todo lo duro que pude y sus gritos inundaron la habitación, mientras sus hijas se acercaron a ella para besarla y mamarle las tetas.

Cuando Elsa tuvo su orgasmo sentí que el mío vendría en ese momento, así que se la saque del culo y me senté en el sofá. Las tres mujeres se arrodillaron frente a mí y cuando solté mi chorro de semen comenzaron a disputárselo, lo que hizo que las tres se embarraran y comenzaran a limpiarme el pene, luego se besaron entre ellas y empezaron a limpiarse el semen de sus cuerpos con la lengua, así que las tres cayeron al suelo lamiéndose entre ellas.

Yo me levanté, me vestí y salí de allí dejándolas sobre la alfombra listas para meterse mano entre ellas.

Al otro día me las encontré en el mercado y les dediqué un saludo, pero minutos después de llagar a casa tocaron a mi puerta y al abrir allí estaba Marta.

Mi mamá quiere saber si te gustaría cenar con nosotras esta noche? – me preguntó con un movimiento coqueto de su cuerpo.

Yo solo pude responder que sí, pero lo de esa noche es otra historia.

Chao.

Skyline1981

Si te ha gustado mi relato escribeme.