Hermanos y amantes

Dos huerfanos se enamoran y deciden compartir juntos sus vidas como pareja.

HERMANOS AMANTES

La historia de Miriam y José dos hermanos huérfanos que se enamoran y deciden vivir como amantes.

Ocurre actualmente en Monterrey, según me lo manifiesta José X por el Messenger.

José tiene 18 años y Miriam 16 y están viviendo como pareja desde hace dos años, Miriam tiene 6 meses de embarazo.

Procedentes de una familia acaudalada quedan huérfanos hace seis años. Con la única compañía de su abuela, una ancianita que casi no puede valerse por sí misma.

José desde su infancia es fanático de los videos porno. Y no le costó nada invitar a Miriam quien tenía catorce a disfrutar de dichos videos. Acostados en el cuarto de José sintieron el calor picoso del sexo mientras veían videos.

Los ojos de Miriam se agrandaban, su boca se secaba y su vulva hinchada comenzaba a secretar flujos. Al ver como la actriz porno subida sobre un bestial tronco blanco y grueso de cabeza roja se lo metía y se lo sacaba con gran maestría.

La visión de aquel coño apuñaleado sin misericordia le hacia saltar el corazón y dar comezón en el coño.

José la abrazó y comenzó a frotarse sobre sus muslos. Ella percibió el calor del macho y la dureza viril.

Los besos y las caricias llevaron a José a sembrar su pene entre los labios de Miriam, a quien le fascinó el hecho.

Pronto estuvo con las piernas abiertas y las rodillas pegadas a sus orejas apuntando al techo con su cuca.

José ubicó exactamente el hierro en el hímen y con fuerza empujó dieciocho centímetros de carne a la profundidad de la vagina. El chirrete de semen explotó entre sus paredes.

Y los dos debutaron satisfactoriamente con orgasmos en su primera vez.

Y esto no quedó allí.

Comenzaron a explorar sus cuerpos con sus dedos, Con sus labios y sus lenguas.

Se enamoraron de sus olores y secreciones. José besaba aquellas nalgas con reverencia. Miriam hacía cosquillas a unas bolas peludas sobre su cara.

Y se acostumbraron a dormir juntos.

Sentir el calor de sus cuerpos jóvenes deseosos de placer. Miriam tambien perdió la virginidad de su ano en una de esas noches de bacanal.

Sin embargo sentía mas placer al cabalgar con fiereza sobre el calvo henchido.

Sentía un dulce dolor que salía desde su vejiga hasta su recto, mientras se mataba con ese palo.

Allí no podía contenerse hasta que dieciocho o veinte contracciones vaginales la enviaban a otro mundo y la elevaban hacia el cielo.

Un día decidieron hacerlo en la vía pública.

Estaba lloviendo y ellos esperaban por el transporte.

Miriam le llevó la mano a José bajo su falda y dentro de su pantaleta. José deseaba clítoris vagina y nalgas sin parar, Miriam sin poder apuntar abrió una poierna y la colocó sobre un murito.

José desde atrás desenfundó el machete. Apartó con rudeza el borde de la pantaleta y enterró la verga dentro de una cuca grasienta y cálida.

Caía la lluvía y ellos culeaban bajo la lluvia, José se corrió con abundancia y al retirar el miembro embadurnó unas hermosas nalgas con semen.

Miriam arregló su pantaleta e inmediatamente desde su coño empezó a manar semen. Caliente y espeso.

Que empapó la pantaleta, sobrepasó el limite de ésta y rumbo hacia abajo empezó a mojar la entrepierna de los muslos, rodillas pantorrillas y medias escolares. Hasta llegar al interior de los zapatos de Miriam.

Qué rico sentía ella esta humedad sabiendo que provenían de su adorado hermano.

Al quedar embarazada decidieron vivir juntos.

El administrador de sus bienes este año pasó a ser José.

Es mayor de edad y sabe administrar moderadamente.

Al control del embarazo José me díce que es una niña.

Le pregunté si sería capáz de coger tambien a su hija.

Me respondió con un :

Tal vez, puede ser.

Por ahora solo amo a Miriam y quiero vivir toda mi vida con ella.

Cerré el Messenger antes le prometí a José que iba publicar su historia dentro de mis relatos.

sotomayormartin@hotmail.com