Hermanos a la fuerza. Capítulo 1

Nora una joven adolescente que acaba sus estudios de secundaria y decide irse a la capital a estudiar es obligada por sus padres a vivir con su hermano mayor Ryan, del que hace años que no sabe nada...

Hola a todos, en primer lugar, deciros que éste relato se desarrollará de una forma un tanto peculiar debido a que lo hemos roleado entre dos personas haciéndonos pasar cada una por un personaje. Por ello habrá dos puntos de vista en primera persona dentro de la misma historia, espero que no os cueste mucho seguirlo, decirme que os parece en los comentarios.

CAPÍTULO 1: NUEVA ETAPA

Nora: Hola, me llamo Nora, Nora Alves, tengo 18 años recién cumplidos, no sé muy bien como describirme la verdad. Bueno, vamos a ello, mido 1,63 cm de altura y peso 56 kg. Soy una chica normalita la verdad, tengo los ojos de color marrón claro, mi cabello es color castaño ligeramente ondulado y con un flequillo algo marcado.

Vivo en un pequeño pueblo de una remota provincia de España, he vivido tranquilamente con mis padres ajena a todo lo que me rodeaba, todo mi mundo se acaba ahí, hasta que llegó en fatídico día. Acabo de terminar mis estudios secundaria y debo ir a estudiar una carrera, salir de casa, volar del nido, es difícil de explicar. La cuestión es que llevo 18 años viviendo en una cómoda rutina, y se acaba de terminar. Ahora voy de camino a casa, seguramente sea uno de mis últimos días en éste pueblo, no puedo evitar sentir el ahogo y la angustia típica de éste tipo de situaciones.

- ¡Mamaa, ya estoy en casa! – Grito al vacío sin apenas esfuerzo.

No recibo ninguna respuesta, en fin, estoy acostumbrada, subo hasta mi cuarto y dejo mis cosas, me quito la chaqueta y bajo a la cocina. Al entrar me sorprendo, veo a mi madre esperando sentada en la mesa con un sobre en las manos.

- Mamá, pensé que no había nadie en casa… -

Madre:

- Siéntate Nora, tenemos que hablar… - Dijo sin apenas levantar la vista.

Nora:

- ¿Qué pasa mamá? Pareces triste… -

Madre:

- Nora…, Ya sabes que tu padre y yo no tenemos mucho dinero para mandarte a la capital, aun así, hemos conseguido ahorrar con mucho esfuerzo una pequeña cantidad para poder hacerlo. La cosa es… que no podemos hacer mucho más esfuerzo así que toma, vas a necesitar el dinero cuando pagues y eso -. Explica mientras empuja el sobre hacia su atónita hija.

- Hemos decidido que irás a casa de tu hermano, él está estudiando en la capital y podrá ayudarte más que nosotros -.

Nora: levanté las cejas impactada.

- ¿Así? ¿Sin más? Hace años que no le veo ni hablo con él, y pretendes que vaya a vivir con él como si nada-. Dije visiblemente molesta.

Madre:

- Es lo mejor, créeme que nos ha costado tomar la decisión, pero es lo mejor… -. Dijo fríamente.

Nora: sin apenas mediar palabra se levantó y fue a por mi maleta, un taxi me esperaba en la puerta para llevarme a mi nueva vida con mi completamente desconocido hermano mayor al que hacía varios años que no veía. ¿Quién sabe lo que me deparará?


Ryan: Hola, yo me llamo Ryan, mido 1,82 y peso unos 80 kg. Mis ojos son color marrón verdoso, tengo el pelo color rubio cobrizo muy oscuro y lo peino con un sutil tupé apenas definido.

A mis 21 años se puede decir que vivo preso de mi libertad. Hace unos años que me fui del pueblo a la gran capital para comenzar mis estudios universitarios, mis padres apenas podían costearse el dinero que valían mis estudios así que tuve que ser el alumno más aventajado y sacar las mejores calificaciones para conseguir alguna que otra pequeña beca que me permitiera pagar los estudios. Aun así, no era suficiente, y tuve que ponerme a trabajar descargando cajas en unos grandes almacenes.

Toda mi vida se cernía en torno a una cómoda monotonía, universidad, trabajo y casa; todo eso era mi mundo, hasta que recibí la llamada de mi madre, mi hermana pequeña venía a vivir conmigo. La pequeña Nora, ¿cuánto hace ya? Han pasado seis o siete años, parece que fue ayer cuando cogí la maleta y me fui de casa de mis padres.

Lo cierto es que la situación no me incomodaba, pero me causaba temor.

Nora: el bus está llegando a la ciudad y contemplo fascinada todo lo que me rodea, los edificios, las nubes grises, … Sin apenas darme cuenta el autobús apagaba el motor, he llegado. Me levanto bastante nerviosa pensando en sí él estará esperándome, ¿se habrá olvidado? ¿y si me quedo sola? Inmediatamente me niego a mí misma y bajo del bus, cojo mi maleta y avanzo buscando entre la gente al que se supone que es mi hermano.

Ryan: veo como aparca el autobús y comienza a salir gente, no puedo evitar sentir nervios en el estómago. Después de unos segundos veo salir a una preciosa niña morena que baja del autobús prácticamente temblando y buscando con la mirada a su acompañante, sin saber que era yo.

- ¿Nora? -. Pregunto al cruzarme con ella.

Nora: escucho mi nombre y me giro tragando saliva al encontrarme con un chico no tan mayor como me había imaginado.

- Sí, ssoy Nora, encantada. Esto… -. No sabía cómo presentarme, hacía mucho tiempo que se había ido de casa, apenas habíamos pasado unos años juntos.

Ryan: al verla no puedo evitar sonreír y darle un abrazo.

- No hace falta que te presentes, soy tu hermano, aunque no te acuerdes de mí, yo te vi nacer. Mejor hablamos en casa ¿te parece? -.

Al verla con su top naranja y su falda vaquera negra me di cuenta que nada quedaba de aquella niña que dejé en el pueblo. Recojo su maleta y la acompaño hasta el parking .

Nora: es verdad, es raro pensar que él me conocía mucho más que yo a él, aunque es lógico nunca había pensado en ello.

- Si claro claro… -. Digo algo desubicada.

Apenas llevamos unos metros cuando suena mi teléfono.

- Si mamá, sí, ya estoy con Ryan -. Suspiro. – Sí, me vino a recoger… No, estamos en el coche…... está bien…… adiós. -. Vuelvo a suspirar en lo que guardo en teléfono en el bolsillo de la falda.

- Era mi madre, bb, bueno, nuestra madre… Lo que sea -. Digo entrando al coche.

Ryan:

- Mira Nora, no sé por qué motivo ni cuánto tiempo, pero nos va a tocar vivir juntos, y si no te relajas esto no va a funcionar. Asumamos de una vez que ésta situación es muy incómoda y pasemos página ¿te parece? -. Digo fríamente.

Nora:

- Amm, vale… -. Decido no decir nada por el momento.

Me abrocho el cinturón muy decidida y le hablo sin mirarle a la cara.

- A ver, me resulta más difícil de lo que piensas de repente ir a vivir con mi… “hermano”, pero voy a intentar relajarme -. Digo recalcando la última palabra, tras la cual suspiro y miro por la ventana.

Ryan: supongo que es sólo cuestión de tiempo, pero me va a costar…

- Es lo mejor, sólo, déjate llevar… -. Digo tranquilamente.

Nora: miro por la ventana ni mediar ni una sola palabra, contemplo el grisáceo paisaje metropolitano. El coche para, me quito el cinturón, abro la puerta y salgo del coche con intención de sacar mi maleta del maletero.

Ryan:

- ¡Espera! – Grito mientras me acerco rápidamente a sacar la maleta.

- Es por aquí -. Digo señalando el portal.

Vamos caminando hacia el edificio, abro la puerta y cogemos el ascensor hasta el tercer piso.

Nora: me quedo sorprendida, se estaba portando como un caballero, al menos de momento. Subimos en el ascensor y le observo detenidamente.

- Y tú… ¿Qué haces? ¿Estudias, trabajas, duermes…? -. Pregunto con curiosidad.

El ascensor se abre y le sigo hasta la puerta esperando que él la abra.

Ryan:

- De todo un poco, eso ahora no es importante… - Respondo fríamente.

Abro la puerta y entramos en casa.

- Bueno, pues… ¡Ésta es mi casa! Ahora puedes dejar las cosas en tu cuarto y si quieres relajarte un poco el baño está por allí -. Digo señalando al fondo del pasillo.

- Más tarde te explicaré las normas de la casa y como debería funcionar esto… -. Señalo.

Dejo las llaves y me siento en el sofá.

Nora: al sentirlo tan frío alzo las cejas un poco, entramos en casa y miro alrededor relajando un poco mi espalda.

- Sí, creo que me daré un baño -. Digo algo tensa mientras le miro.

¿Normas? ¿Enserio también aquí voy a tener de eso? En fin, tampoco estoy en situación de decir nada.

- Está bien, como gustes… -. Contesto.

Voy a por algo de ropa cómoda y me meto en el baño.

Ryan: al verla entrar al baño respiro profundamente. Pienso: ¡Joder Ryan! Tienes que relajarte, sólo es tu hermana pequeña. Pongo la TV y a los pocos minutos me doy cuenta que no le he dicho dónde están las toallas. Me acerco a la puerta del baño y doy tres golpes.

- ¿Nora? ¿Me oyes? –. Pregunto con voz clara.

Nora: genial, simplemente genial, cojo mi ropa para bañarme y cuando salgo ¿qué? No tengo toalla, esto empieza de maravilla.

La puerta suena y me pongo nerviosa…

- ¿SsÍ? -. Toso levemente. - ¡Dime Ryan! – Respondo alto.

Ryan:

- Se me olvidó decirte que tienes una toalla en el armario junto al lavabo, puedes usar la rosa. Si te hace falta algo sólo dímelo -.

Nora: asiento durante unos segundos hasta que me doy cuenta que no puede verme.

- ¡Está bien, gracias! -. Respondo.

Me levanto y apoyo mis pies en la ropa sucia, mientras me seco con la toalla. Me pongo una camiseta sin sujetador y unos shorts holgados pero cortos, cojo la ropa sucia y salgo del baño hacia mi habitación.

Ryan: al escuchar la puerta, sin girarme alzo levemente la voz.

- ¿Qué tal? ¿Más relajada? -.

Seguidamente me giro y al verla no puedo evitar abrir la boca al completo en señal de asombro, definitivamente no quedaba absolutamente nada de mi hermanita pequeña.

Nora:

- Si bueno, creo que mejor -. Comento y suelto un suspiro.

Avanzo por la sala con un leve sonrojo en las mejillas y me siento a su lado en el sofá. Lo miro unos instantes, con todo el jaleo apenas había tenido de observarlo detenidamente. No parecía el mismo chico que estaba en casa, hace tanto…

- Por cierto, ¿Cuántos años tienes? -. Pregunto curiosa.

Lo cierto es que no sabía nada de él.

Ryan:

- 21 -. Contesto sin apenas mirarla a la cara.

- ¿Sueles hacer tantas preguntas? -.

Nora:

- Umm, sí, cuando me mudo y empiezo a vivir con un hermano del que no se nada lo suelo hacer -. Respondo en el fondo molesta.

Subo mis pies descalzos al sofá mientras cojo mi teléfono y me pongo a mirarlo durante unos segundos.

Ryan:

- Lo dices como si lo hubieses hecho muchas veces… -. Digo mientras me acomodo en el sofá.

Nora:

- Pues mira sí -. Le digo y vuelvo a mirar el teléfono. – En mis ratos libres, como hobbie, me gusta mudarme de ciudad y vivir en casa de hermanos desconocidos y eso… -. Digo sin levantar la vista del teléfono.

Ryan:

- Por lo menos tienes sentido del humor -. Digo mientras me levanto en dirección a mi cuarto.

- ¿Cenamos fuera? ¿O prefieres… que te haga algo? -. Digo mientras sonrío levemente.

Nora: Me encojo de hombros y le miro.

- Creo que hoy ha sido un día movido, me gustaría descansar… -. Contesto mientras apago mi teléfono y le busco con la mirada.

- Pero si quieres ir a cenar fuera me cambio y nos vamos -. Digo en tono neutro.

Ryan:

- Será mejor que descanses, te preparo algo y te acuestas, estarás cansada –. Explico mientras me voy a mi cuarto.

Ante la decisión de no salir a cenar decido ponerme algo más cómodo, me pongo una camiseta de manga corta un pantalón largo de pijama.

Nora: mi mirada le recorre inevitablemente de arriba abajo y asiento con la cabeza.

- Te ayudo -. Me levanto caminando con él hacia la cocina.

Ryan: saco la sartén y comienzo a preparar.

- No es necesario, estoy acostumbrado -. Respondo fríamente.

Nora:

- Ya, pero creo que hoy ya has hecho mucho por mí -. Contesto mientras me acerco a donde estaba él.

- Dime que quieres que haga -. Le digo mientras espero una respuesta por su parte.

Ryan: al escuchar eso me doy la vuelta quedando justo en frente de ella, la miro fijamente y le susurro.

- No he hecho nada por ti, nada que me tengas que compensar, sólo siéntate y procura relajarte -.

Nora: al encontrarme con su mirada penetrante, noto como un escalofrío me recorre la espalda. No voy a permitir que note mis nervios. Bufo y salgo de la cocina camino del sofá del salón.

Ryan: cojo los platos y me dirijo a la mesa.

- Ya está la cena, puedes ir sentándote -. Digo en voz alta.

Nora:

- Vale -. Digo completamente neutra.

Me levanto del sofá y me acerco a la cocina, me siento en la silla y le espero.

- Huele bien -. Comento con intención de salir del incómodo momento.

Ryan:

- Espero que te guste, aunque no es gran cosa - . Me siento y empiezo a comer.

Nora: asiento y le miro sonriendo levemente.

- Está bien así, que aproveche -. Le digo mientras empiezo a comer junto a él.

No podía parar de pensar en mañana, será domingo, me gustaría ir de turismo por la ciudad y familiarizarme con el barrio.

- Entonces… ¿Tienes 21…? ¿Vas a la universidad como yo? – Le miro mientras espero su respuesta.

Ryan:

- Sí, en realidad no me queda mucho, pero sí -. Respondo desganadamente.

Alzo la vista y la miro fijamente.

- ¿Y tú? ¿Qué has decidido estudiar? -. Pregunto interesado.

Nora:

- Em, quiero estudiar filología, supongo que hispana pero no estoy muy segura -. Frunzo el ceño levemente mientras sigo comiendo con tranquilidad.

- Supuestamente tengo la matrícula hecha, pero no sé si empiezo ya o… -.

Ryan:

- ¿O qué? ¿Acaso hay algún problema? -. Pregunto con inquietud.

Nora:

- No sé… Es todo muy indefinido y eso… Supongo que es cuestión de tiempo -. Respondo con ambigüedad.

Me recoloco en la silla y sigo comiendo a mi aire.

Ryan:

- Bueno, emm… Sabes que si te hace falta algo me lo puedes decir. Igual yo conozco a alguien… o no sé -. Digo con intención de parecer cercano.

Nora:

- Sí gracias, no te preocupes -. Digo sonriendo mientras me levanto y le miro fijamente dejando el tenedor en el plato.

- Me da igual cómo te pongas, pero voy a recoger yo -. Cojo los platos vacíos y me dirijo al fregadero.

Ryan: me levanto y voy a la cocina.

- Está bien, si me lo dices así no puedo llevarte la contraria… -. Contesto con sorna.

Nora: me río por el comentario, creo que en el fondo me cae bien.

Ryan:

- Cuando acabes me gustaría explicarte las normas de la casa si te parece -. Suelto del golpe.

Nora: asiento con una ligera inquietud en mi cuerpo. Termino de pasar los cacharros por agua y los meto al lavavajillas. Tomo un trapo, y mientras me seco las manos me dirijo al sofá.

- Ya estoy -. Le digo mientras salto encima del sofá.

Me recompongo y me quedo sentada.

Ryan:

- Bien, emm… En realidad, más que normas… Son como… ¡Pautas para la convivencia! -. Explico intentado excusarme.

Nora:

- ¿Pautas para la convivencia? -. Pregunto intrigada.

Ryan:

- Sí, eso mismo. Lo primero es que entiendo que vas a ir a la universidad, que por ende vas a hacer amigos y vas a salir de fiesta y demás; sólo voy a decirte que aquí deberías llegar a una hora prudente y en un estado… Aceptable… -. Explico remarcando la última palabra.

- ¿Comprendes por dónde voy? -.

Nora: asiento.

­- Si sí, está bien, como veas… -. Me siento y subo las piernas sentándome sobre ellas a su lado.

- Soy consciente de que hago y eso… -. Comento al aire esperando el resto de sus “pautas”.

Ryan:

- Ya… -. Digo con desgana.

- Bien, los ruidos y demás espero poder evitarlos, y luego el tema limpieza y lavadoras nos podemos organizar como quieras, un día cada uno o cada uno su ropa. -. Digo con tono amable.

Me pongo serio y la miro fijamente.

- Y lo más importante, como quien dice, aquí estoy a cargo de ti durante el tiempo que estés conmigo, me gustaría que confiaras en mí y que cualquier cosa que te haga falta me lo digas. -. Le digo mientras le pongo la mano en el hombro.

Nora: asiento sonriendo mientras le miro, al menos parecía que no le molestara mi presencia en casa, es un alivio.

- Bien… La verdad que para empezar… ¡Mañana me gustaría ir a dar un paseo y conocer la ciudad!, si no tienes nada que hacer claro… -. Digo alegremente.

Ryan:

- Me parece bien, además te vendrá bien ir conociendo la zona -. Le sonrío.

- Mañana nos levantamos temprano, te invito a desayunar y damos una vuelta. Pero ahora será mejor que descanses, ha sido un día duro… -. Me levanto y le doy un beso en la frente.

Nora:

- Sí, la verdad que estoy cansada… -. Contesto mientras de mi boca sale un bostezo.

Veo como se acerca y me besa la frente. Me sonrojo y al separarse aparto la vista hacía la televisión.

Ryan:

Me dirijo a mi habitación a paso relajado.

- Si tienes alguna duda de tu habitación sólo dímelo… -. Le digo sin girarme.

Nora:

- Ssi, gracias -. Trago saliva mientras voy hacia mi cuarto.

- Descansa Ryan -. Le digo a lo lejos.

Ryan:

­- Tú también Nora… -. Respondo mientras cierro la puerta de mi cuarto.

Nora: ya en la habitación me estiro, estoy cansada y me abro la cama. Coloco los cojines y me meto dentro. Inconscientemente paso los dedos por la frente, justo donde Ryan me dió el beso.