Hermanitos (14)-A
Ahí estaba Soco, desnuda, acorazada para proteger el cuerpo de su amada Nayeli, parecía un leona protegiendo a su cachorra. Porque eso parecía Nayeli, cuando quedaba toda desmadejada, luego de un orgasmo líquido.
Hermanitos (14)-A
MI NUEVA HERMANA.
Hola soy Nayeli. Comencé esta historia [Hermanitos] cuando tenía 18 años. Mi más grande amor había sido y es mi hermano Carlos y aunque de niña lo pregonaba a diestra y siniestra y decía que yo me casaría con él, las circunstancias me obligaron a guardar silencio y en ese amor silencioso y deseo de entregarme a él, fue que llegué a México a vivir con él y su esposa para continuar mis estudios. Vino el divorcio de mi hermano y me convertí en su mujer. Por fin me entregué a él, descubrí las maravillas del incesto, manjar sexual maravilloso, perverso y erótico, se convirtió para mí en un acto devocional y por tanto, cotidiano; en mi fuente de investigación e inspiración.
Antecedente: Hermanitos, Hermanitos (7 y 13).
Desperté en los brazos de mi hermano, apenas recordaba, cuando sonó su despertador. Se paró de un brinco, me dijo: -tengo mucho trabajo hermanita, me urge terminar la entrega porque allá, debemos echar a andar ya la “Residencia de Obra” y Huberto y César están de acuerdo en que yo la lleve; pero, me baño y vamos a desayunar a donde quieras. -¿Qué te parece si desayunamos en donde Manolo e invito a Brenda, tengo interés en que ustedes entren en contacto. –Si hermanita me agradará conversar con ella.
-Me alisté y me fui al estudio. Lo primero que hice, fue escribir un mensaje a Huberto: Hola. ¿Cómo está mi monstruo? Salúdalo y dile que lo extraño y que le tengo otra cuevita para que la pruebe. Luego le hablé a mi asistente y le dije: Buenos días Sara. Reanudamos los protocolos de la oficina, porfa llámame siempre a las 7:00, Checa que Soco esté aquí hoy a las 8:00, que me marque cuando llegue por favor. Habla a donde Manolo y hazme una reservación para cuatro personas para desayunar hoy a las 8:30. Hablé con papi, luego de saludarlo y responder sus preguntas sobre el rumbo de la oficina, le dije: papi, ayúdame por favor, quiero que Brenda esté conmigo en las inversiones tanto de Huatulco, como de la Cava y le expuse las alternativas que veía. Él como dueño de los recursos, vio soluciones más fáciles. Me dijo una y me pidió que le hablara cuando estuviera con Brenda y Manolo y expusiera la idea trabajada como mía. Sonó el celular, era Soco, nos saludamos y le pedí que subiera. Hablé con Brenda y le pedí que si no tenía compromiso, me gustaría que desayunáramos las dos con Carlos, a lo que estuvo de acuerdo.
Llegó Soco, nos saludamos, nos besamos muy pasionalmente y le dije que estaba mi hermano en casa, que si me podía hacer el favor de preparar tres jugos de naranja o de zanahoria. Llegué a la cocina, los tenía listos, brindé con ella y le dije que muchas gracias por los jugos que terminara el suyo y nos veíamos abajo. Subí, Carlos ya estaba listo, tomamos los jugos, le arreglé el nudo de la corbata y salimos del brazo.
Aunque ya se conocían Carlos y Brenda los presenté y cuando se daba sendos besos en las mejillas, no pude menos que recordar el trío riquísimo que hicimos papi, Brenda y yo y sentí de inmediato la humedad en mi vagina. También presenté a Carlos y Manolo. La plática fue muy cordial. Carlos había ido a comer varias veces con Kalena a la Tropicana, en donde a Kalena le daban siempre una atención muy especial. Sería bueno, comenté, que cada quien platicara cosas de su vida, que nos permitirían conocernos más. Todos asintieron. –Antes –dijo Carlos y se refirió a Manolo: -veo que le tienes un trato tan especial a Brenda como se lo tienes a Kalena -y Manolo dijo:-sí y ahora a Nayeli. Kalena fue mi compañera en la primaria, Brenda en la profesional y Nayeli –sobándome el hombro –porque es mi talismán de buena suerte.
-Yo comienzo: les conté entonces de cuando Carlos y yo nos fuimos de Luna de Miel [Hermanitos (2)]. Cómo disfrutaba el sexo con mi hermanito, me volvía loca a cada cogida, la imaginación de Carlos era inagotable, la mía, apenas despertaba.
Regresamos a casa; yo era la mujer de mi hermano [Hermanitos (3)] y mi objetivo fue darle un hogar como lo habíamos tenido de niños, con mucho amor, sus comidas sabrosas, nutritivas y a tiempo. Caridad había sido en el internado, mi maestra, mi asesora y en forma personal mi guía. Resulta que se salió del convento y vino a visitarme. Me dio tanto gusto verla y supongo que a ella también, que cuando nos dimos cuenta [Hermanitos (4)], nos estábamos besando y acariciando, las tetas, las nalgas; nos desnudamos e hicimos el amor con fruición, con frenesí; mi primer amor lésbico. Llagó Carlos [Hermanitos (5)] y tuvimos nuestro primer trío. Yo estaba encantada, fascinada con esta nueva experiencia. Pasado esto, mi hermanito me preguntó formalmente si quería yo ser su mujer. Claro que sí hermanito, contesté más que rápido. Ese era el anhelo más grande de mi vida. Al día siguiente, hicimos un trío con mi amiga y compañera Mariana [Hermanitos (6)].
Pasaron 5 años de luna de miel ininterrumpida, incluidos nuestros tríos, ya con Caridad, ya con Mariana para que se realizara el viaje a Huatulco [Hermanitos (7)]. Durante el vuelo, sin querer e inducida indirectamente por mi hermano, le enseñé los calzones a una pareja que iba en el asiento de a alado, César y Verónica. En Huatulco tuvimos sexo con ellos, cambiando parejas, las puras mujeres y otra vez cambiando parejas. Me entregué a César en un acto lujurioso, como jamás lo había hecho antes. Luego nos enteremos que eran padre e hija Y apareció en escena Kalena y luego su padre y amante, Huberto, quien actualmente es mi amante, en tanto que César es mi esposo. Se me vino encima una vorágine de sexo y lujuria y muy grandes responsabilidades, pues papi nos hizo accionistas de la ampliación del Hotel. Kalena es la esposa de Carlos y Verónica de Huberto. Las tres nos decimos hermanas de leche porque saboreamos la leche de los tres [Hermanitos (8 a 11)]. Caridad es ahora, pareja de la tía de Verónica, Mariana, mi amiga y amante lo es de Margarita, la asistente de Kalena. Me entregué sexualmente a Papi [Hermanitos (12)] Le prometí que cada vez que quisiera coger conmigo, no tenía más que llamarme. Mi papi me metió a trabajar a su oficina y nunca imaginé que me soltaría grandes responsabilidades desde un principio. Aunque claro, cuento con la guía y apoyo de Brenda. Quien resultó que era mi hermana y la adoro.
-Yo quiero platicarles –dijo Brenda –principalmente a Carlos y Nayeli porque siento que deben saberlo para estar a tono con la línea de Nayeli de que impere la honestidad entre nosotros. Manolo, ya sabe la mayor parte de lo que voy a decir. Cuando Manolo y yo terminamos la carrera y me dijo que se iba a regresar a Huatulco, para levantar el restaurante que les había heredado su tío, pero que antes quería presentarme con un ingeniero que era muy rico, pero un hombre amable, justo y muy trabajador y que seguramente me daría trabajo, pero que si no lo conseguía, me esperaba en Huatulco para trabajar juntos.
Llegamos, me apantallé con la oficina, tan grande, con tanto movimiento, la gente entraba y salía y en la sala de espera un agente de ventas le comentaba a otro: -el ingeniero Valencia no recibe a nadie. Vienes pides una cita, te confiesan, te la dan y el día de la cita te canalizan con el director o gerente del ramo. No sabía que pensar o qué decir, cuando salió una señora madurita muy guapa y dijo: -Manolito, que gusto verte, nos habías abandonado, pasa, pasa, el ingeniero te recibe en un rato, ya sabes cómo anda él de ocupado siempre. –Manolo me presentó y ella casi no me hizo caso. Enseguida salió el famoso ingeniero, en cuanto vio a Manolo fue a alcanzarlo lo saludó con mucho afecto le preguntó por su mamá. Manolo me presentó y yo estaba en babia. Afortunadamente para mí, llamaron con urgencia al ingeniero, quien dijo: en un momentito estoy con ustedes no se vayan. -Amparo por favor invítales un café. –Manolo me dio un codazo y me dijo: -ponte las pilas güey –nunca me había hablado así, por lo que reaccioné y de inmediato me centré. Creo que me pasó lo que a Soco contigo Nayeli, pero en sentido contrario, ella se avivó y yo me atonté. Continuó Manolo –no le pasaste inadvertida, así que lista, aprovecha cada segundo de su presencia, si te abre una puerta métete, si pregunta algo y lo sabes, contesta a fondo, si sugiere algo, tómalo. Recuerda, él no pierde tiempo.
-Regresó el ingeniero, como con resorte nos pusimos de pie. –Soy Brenda Rosedales. Omití, porque era mi costumbre el segundo apellido, tal vez hubiera alertado a papi. Me acabo de graduar como licenciada en ciencias de la comunicación, mi especialidad es de imagen corporativa. –Que bien, tengo una presentación atorada. –Si me permite ingeniero, yo se la hago, es mi materia. Bueno pues lo intentamos. Se despidió Manolo. Para las tres de la tarde, la tenía lista. La vio el ingeniero y dijo: -está lista, horita vemos lo de tus honorarios. Vamos a comer. -Nos fuimos al restaurante del Lago. Papi es genial, pero yo estuve brillante. Al final de la comida, le comenté, puedo mejorar la presentación en dos horas más. -Bueno pues vamos a la oficina –me dijo y repliqué: -me encanta esa oficina. Quiero estar ahí. Volví a hacer la presentación, más bien un video que contenía la dinámica incrementada de mi presentación original e incluí unas acotaciones del propio guion con mi voz. Conociendo un poco al ingeniero, puse música de Vangelis y el conjunto dejó azorado al ingeniero.
Me entregó mi cheque y el recibo para que firmara. Lo vi y pensé $30,000.00 pesos por medio día de trabajo y una comida de lujo, no está mal, nada mal y dije, devolviendo el cheque, gracias ingeniero, pero esto, (señalando el USB con la otra mano) es la muestra de mi trabajo; no quiero honorarios, lo que yo quiero, es trabajar aquí con usted. –Vamos Brenda –me contestó –me sacaste de un apuro y ese cheque es tuyo, te lo ganaste. Mañana comienzas a trabajar aquí en el corporativo, necesitamos revisar la imagen y realizar unas presentaciones confidenciales, que no me atrevo a contratar.
Al principio Amparo me hacía mala cara, mi lugar era en donde está Sara y sólo cuando me llamaba el ingeniero iba a su oficina. A base de que Amparo se dio cuenta de que no chacoteaba con los hombres y que todo el tiempo estaba trabajando, su actitud cambió conmigo. Yo observaba siempre su trabajo y su rutina ya me la sabía de memoria, un día que tuvo una emergencia y se salió corriendo, tranquilamente tomé su lugar y despaché su rutina. Cuando llegó el ingeniero le di un detalle pormenorizado de lo ocurrido y se lo dejé por escrito a Amparo. Ese día, con la confianza de que no estaba Amparo, empezamos a revisar una de las presentaciones en proceso y en menos de lo que se los cuento, terminé sentada en las piernas del ingeniero. Instantáneamente sentí la verga parada y mi cosita humedeciéndose, así, me voltee y nos besamos. Un beso que llevo grabado en mi mente, en mi vagina y en mi corazón y claro en mi boca, se me hacía un aliento delicioso, unos labios inquietantes y una lengua húmeda, caliente y fresca a la vez, que entraba y salía de mi boca, que jugaba con la mía. Ese beso, prendió un fuego enorme en mi sexo que se extendía a todo mi cuerpo. Me urgía apagarlo, porque me estaba consumiendo y entendí que sólo había una forma de apagarlo, con la leche del hombre que estaba besando, no me importaba, ni quería saber de su riqueza, ni de su clase social, ni de su estado civil, era mi hombre, yo lo había escogido y este era el momento. Soltamos el beso, nos paramos, se comenzó a desvestir, siguiéndolo, me quité las zapatillas y las medias, luego la blusa y el bra, me volví a sentar. Se acercó totalmente desnudo. Vi venir esa verga tan hermosa y palpitante directo a mi boca, llegó, la tomé con las dos manos, la besé una y mil veces, mientras él jugaba con mis tetas complacidas, me jaló de las axilas, me levanté, nos besamos otra vez, sentía ahora mis senos aplastarse contra su pecho desnudo y mis pezones tan duros que pensaba que podrían herir a mi amado.
Luego, levantó mi falda, bajó mis pantaletas que cayeron al suelo, me tendió en la alfombra, se puso sobre de mí, empuño su verga, la dirigió a la entrada de mi cuevita metió el glande, topó y se salió. Me dijo -eres virgen -sí, pero mayor de edad y es mi voluntad entregártela a ti. Eres el único hombre en la vida que me ha interesado, que me ha calentado con solo verlo y no adquieres ningún compromiso conmigo, sólo quiero que me ames hoy. –Vamos al otro cuarto, me dijo. -Me quitó la falda y se quedó sembrada en la alfombra con toda la demás ropa.
Colocó una toalla grande sobre el diván, puso música bailable y bailamos, pegaditos, besándonos, hasta que volvimos a arder. Me acostó en el diván, se metió entre mis piernas, se produjo el sonido característico de una membrana que revienta y me sumí en un mar de sensaciones, nuevas, eróticas, dulces y fuertes y me sentí mujer que tiene la capacidad de entregarse a su macho, disfrutándolo y las sensaciones se incrementaron y oí rugir el mar que me devoraba, que era el torrente de mi propia pasión y placer y que luego de explotar y confundirme con el propio mar, me llegó la calma, la tranquilidad y el vigor. También la conciencia de que ya era mujer, su mujer y me tenía que comportar como tal.
Desde entonces, fui algo así como la cogedora oficial del ingeniero, si Amparo se dio cuenta, lo disimuló muy bien. Los problemas de Amparo se siguieron multiplicando, entonces, me nombraron auxiliar de la presidencia y paulatinamente fui ocupando su lugar. Un buen día, veo llegar a mi madre, para mi desconcierto, confusión y disgusto. Me paré, la tomé del brazo y le dije, vamos a fuera a platicar, pero ella se frenó, y casi gritó: -Hijita no vengo a hablar contigo, vengo a hablar con el ingeniero. -Sin soltarla le espeté: estoy luchando por ese puesto, se sacudió para soltar su brazo y me grita. –con mayor razón debo hablar con él. Yo ocupé ese puesto, antes de que tú, conozco el poder que da, las responsabilidades y las obligaciones no escritas –No es posible que me hagas esto madre, vas a echar por tierra todo mi esfuerzo; en eso, salió el ingeniero y nos dijo: -pasen por favor. -Mi mamá saludó de beso al ingeniero, quien le contestó igual y le comentó: -De modo que Brenda es tu hija –ella rugió: –NUESTRA HIJA, TU HIJA, ya lo sabes, a ver cómo te comportas con ella. Buenas tardes y se salió, sin voltear a verme.
-Los dos nos quedamos helados. Por fin dije: perdóneme por favor ingeniero, no es posible que yo traiga mis problemas familiares a su oficina, ahorita le preparo mi renuncia. –Brendis, Brendis –me dijo -¿Oíste lo que dijo tu mamá? –Sí repliqué. Que eres… Que eres… -Sí, tu papá Brendis. No salía de mi asombro. –No pasa nada –comentó –vamos a platicar y resolvemos lo conveniente. –Entonces reaccioné, creo que me puse tan brava como mi madre y dije: Mira Héctor o mire ingeniero, como prefieras, ya te dije, estoy dispuesta a renunciar a mi trabajo; pero no estoy dispuesta a renunciar a ti (y le fui bajando al tono) a tu amor, le tomé la cara entre mis dos manos y le dije: no me importa cómo seas o lo que seas, ni lo que diga mi madre, pero (con voz muy melosa) jamás voy a renunciar a tus besos (y bajando mi mano) ni a tu verga (la sobé y estaba parada). Me abracé a él fuertemente y concluí: no voy a renunciar a ti, a nuestro amor, eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Hicimos el amor suavecito, muy lento, conscientes de que éramos padre e hija amándonos y así suavecito, nos fundimos en un solo ser. Así que hermanitos ya lo saben y termino diciendo que los amo a los dos. -Me paré, para abrazar a Brenda y vino Carlos y nos abrazamos los tres. Sin soltarnos, Brenda me besó en la boca, luego besó a Carlos y Carlos me besó. Ahí estábamos los TRES HERMANITOS INCESTUOSOS.
Manolo nos platicó que él desde que se acuerda, se había considerado niña, que por eso se había llevado tan bien con Kalena porque así lo trataba y lo defendía y a Kale le tenían miedo, tanto por su papá, Huberto, pero más por su tío, el brujo Niceto, quien siempre la andaba vigilando de lejos. -¿Te vistes? Le pregunté –se sonrojó y contestó -a veces, en el closet. Kale me vestía y me arreglaba y me decía hermanita, no saben lo dichosa que me sentía así.
-Luego Carlos, nos platicó que en su luna de miel con Nelly, la que fue su esposa, le pedía que hicieran un trío, pero él se negó, -era yo muy timorato –nos dijo: me lo volvió a pedir cuando se hizo amante de su asesor y me volví a negar. Estaba cocido a la falda de mi madre. Fue Nayeli quien me mostró el camino al amor, y a la libertad emocional. Con ella, no sólo tríos, también orgías y nunca la he dejado de amar. Kale lo sabe, pero como ella ama a su papá, me dice que podemos vivir con eso. Y sí, son amores diferentes, los dos son muy sexuales; pero con emociones diferentes. –Entonces, en tono de broma, comenté: hermanito no es por nada, pero (canturreando) aquí tienes otra Nelly (zarandeando a Manolo), otra Nellita. Brenda y Carlos pusieron cara de “¿Qué onda?” y Manolo intervino. –Sí, dicen que Nelly en inglés, equivale a Manuela en español. –Y todos reímos a carcajada tendida.
–Carlos de pronto dijo: -estoy muy contento, me disculpan, pero me tengo que ir –yo agregué, que te lleve Soco e interrumpió Brenda: -Tu novia –y tomando el brazo de nuestro hermano, agregó: -espérate Carlitos, dame dos minutos, tienes que oír esto: hará un par de años el Ing. Valencia me dijo, que contrata una chofer mujer, para que cuando viniera su esposa, la lleve a donde vaya y la acompañe a tiendas y librerías. Llamé a la agencia, entrevistamos cerca de diez candidatas. Socorro destacó entre todas, lo único que tenía en común con las demás es que todas tenían licencia de chofer; pero Socorro además de ser la más joven y una niña muy seriecita, tiene estudios de comercio, también de secretaria, ya saben de la academia Madix, sabe Artes Marciales, es cinta negra y su único inconveniente, que para el ingeniero resultó favorable, es que era seria, seria, jamás reía, no conversaba con nadie, no se llevaba con nadie y con el único que platicaba cosas del trabajo era con Tomás porque sus trabajos tenían que ser coordinados. Bueno, cuando llegó Nayeli, el ingeniero me dijo que se la asignara. Así que llamé a Soco para presentarla con Na y en cuanto Soco la vio, hagan de cuenta que se le encendió un luz por dentro, se volvió risueña, amable, encantadora. Siempre usaba su uniforme con pantalones o falda a media pantorrilla, pues esa noche que llevó a Nayeli a su casa, me habló por teléfono por primera vez y me dijo: Señorita Brenda. ¿Se acuerda que un día me dio unos uniformes que le regresé porque no me quedaban? –Sí le contesté .¿De casualidad los tiene todavía? Sí Soco están en la oficina ¿Por qué? –Es que a la Señorita Nayeli no le gustó mi falda larga y pienso que ésos me van a quedar bien. ¿Me puede hacer favor de avisarle a seguridad que voy a pasar por ellos? -Sí Soco yo les aviso. ¿Cómo ven? –Yo contesté: sí, Soco es mi novia no declarada me la presentaron como mi chofer. Resulta que se estableció una corriente amorosa recíproca de grandes alcances. Cada vez que podemos nos cachondeamos y cuando haya tiempo, seguro que iremos a la cama. Pero, a pesar de todo. Carlos, mi hermano, sigue siendo mi más grande amor. Se levantó, me besó, me dijo: -gracias hermanita eres ampliamente correspondida. –Fue con Brenda, la besó igual y se fue.
Bueno, tiempo de trabajo. En eso, sonó mi cel. Es Verónica mi hijastra, comenté. Nos saludamos y me dijo, oye: sí tomo el préstamo de tu papá para lo de la Cava.- Qué bueno mi amor. Así estamos completas. Es muy probable que tengamos una socia más en esto, es mi hermana, se llama Brenda. La firma ante notario es pasado mañana a las 12:00 Hs. Por favor avísame tu número de vuelo para ir por ti al aeropuerto. Te mando un pagaré para que me hagas favor de revisarlo, Dale un beso a nuestro papito.
Colgué, Brenda ya le estaba diciendo a Sara que enviara, desde mi correo, el pagaré a Verónica. Brenda, te lo digo delante de Manolo, quiero que sepas, que desde hoy, tú tienes un lugar junto a mí, esté en donde esté y quiero que veas mi ofrecimiento no como una cadena, sino como una opción. Habrá cosas que aceptes y cosas que no. Puede ser que piensen los dos que esto es ridículo porque Brenda es una mujer con experiencia y yo como que estoy aprendiendo. Pero lo que nadie me puede negar Brenda es aceptarte como mi hermana y amarte como te amo, como tal. ¿Te acuerdas Brenda de la cantidad que depositó papi para las inversiones en curso? –Si. –Pues mira en mi tableta. ¿Qué ves? – Que creció considerablemente. {Al ver Brenda la cantidad crecida, supo que Nayeli era la jefa y más le valía aliarse que volverse enemiga}.
Tomo eso como base para decirles que lo voy a proponerles, está respaldado por papi. Brenda le pedí a nuestro papá que tú tuvieras el mismo número de acciones en el proyecto de las Veigas que Carlos y yo. Estuvo de acuerdo. ¿Las aceptas Brenda? -Pero por supuesto. –Muy conmovida continuó. Nunca me esperé esto, ¿Quién eres tú Nayeli una ángel del cielo o qué? – Tu hermana Brenda, ya platicaremos para ver cómo resolvemos las broncas con nuestras respectivas madres.
Manolo. Quiero que Brenda esté con nosotros en lo de la Cava. Pensé primero, que la solución podría ser muy sencilla, si Verónica no quisiera participar. Como dijo que sí, pensé que yo le podría ceder la mitad de mis acciones a Brenda o bien, que cediéramos entre las tres una parte proporcional, pero papi me dio una lección que les comparto: -Si restas o divides, estarás compartiendo eso, el criterio de resta o división. No, la solución debe venir de suma y multiplicación. Platica con Manolo, dile que me enteré que había solicitado participar con acciones en la Veigas. Bueno si él nos cede un 14:16% de sus acciones en la Cava, yo le abro la puerta para que lo acepten en las Veigas. –De acuerdo –contestó de inmediato. No se hable más del asunto. Marqué a papi, le dije asunto arreglado y me dijo que en ese momento él hablaría con Huberto y Cesarito y más tarde con Manolo. Se los trasmití. Brenda se des hacía en agradecimientos. Me paré, la besé en la boca y le dije: me debes un beso hermanita. Un poco turbada me contestó: -Sí, seguro Na. -Te alcanzo luego, Brenda, me quedo un rato con Soco. Manolo ¿Me facilitas un cuarto por favor? –Desde luego Na.
Me alcanzó Soco, venía radiante, se podría decir que feliz. Nos abrazamos, nos besamos apasionadamente y nos desvestimos una a otra entre beso y beso y caricias por todos lados. Desnudas nos abrazamos nuevamente y juntamos nuestros senos. ¡Que delicia! Los tenía suaves, tersos y duritos de consistencia y sus pezones erectos, que sentía yo que se encajaban en mi piel. Le chupe las tetas, como si quisiera sacarle la sangre por ahí, ella gemía y se restregaba los muslos uno contra otro. Así que bajé, separé los muslos agresores con mi cara, los besé y lamí. Pasé mi lengua varias veces por su exquisita concha. Abrí su orificio con mis pulgares y “voila”, ahí estaba intacto, metí la punta de la lengua, retiré los pulgares, empapé mi boca en su vagina y así, escurriendo, me subí en ella, metí mi brazo derecho a un lado de su cuello para abrazarla estrechamente y le ofrecí mi boca y barba empapadas. Me lamió con voracidad, disfrutaba de sus propios jugos vaginales en mi boca, nos besamos y la apreté muy fuerte contra mí, aplastando sus senos contra los míos; sentí sus estremecimientos y oí sus gemidos, que arrancaron los míos, metí una pierna entre las suyas, me apretó con ansiedad y tuvo un orgasmo idílico; gritó, gimió, se retorció, todo entre mis brazos y explotó. Aflojé un poco sin soltarla, seguía temblando, así que me fui a su vulva que estaba toda vía palpitante y le ofrecí la mía inundada.
Cuando sintió mi lengua repasar toda su vagina y titilar en su capullo, tuvo otra serie de orgasmos cortos y por fin se encargó de mi vagina que escurría y la lamí y me lamió, la besé y me besó, chupé su capullo y chupó el mío, seguí lamiendo y ella, por su cuenta pasó toda su cara por mis humedades y se detenía a saborear mi jugos que sacaba con su lengua de mi orificio y ya no pude más y solté mi orgasmo que fue líquido y no quitó su cara ni despegó su boca, la entreabrió y yo oía como tragaba. Terminé, me bajé de ella, me hice ovillo, metí mis brazos entre mis piernas que temblaban sin control y un tanto espantada al ver mi reacción me preguntó:
-¿Qué te pasa Nayeli, mi amor; estás bien? –Si mi amor, estoy bien, tuve un orgasmo líquido, luego te explico. Sólo abrázame y deja que me calme. Se arrodilló por el lado de mis nalgas, cubrió mi cuerpo con el suyo en diagonal, se apoyó en sus antebrazos para no cargar su peso sobre mí y curvó su cuello hasta que tocó con mi nuca con su frente. {Ahí estaba Soco, desnuda, acorazada para proteger el cuerpo de su amada Nayeli, parecía un leona protegiendo a su cachorra. Porque eso parecía Nayeli, cuando quedaba toda desmadejada, luego de un orgasmo líquido. Cuando se repuso, permaneció un momento así para darse cuenta de la posición de Soco, se comenzó a mover y dijo}: -Soco mi amor, nunca antes, nadie me había protegido tanto cuando me encuentro tan desvalida. Te amo, te amo mi Soco, mi novia, mi amor.
Entonces Soco se acercó para besarme, se detuvo, se quedó mirando un rato y por fin dijo: Nayeli, ¡Qué hermosa! Te brillan los ojos, resplandeces belleza. ¡Eres un ángel! –Así me pongo luego de un orgasmo líquido y me dura varios días. –Tienes que estar así siempre –me dijo y agregó: -¿Si en algo te puedo ayudar? –Y reímos las dos de muy buena gana. Entonces la miré y le comenté: Soco, tú también estás muy bella, irradias felicidad. -Estoy muy feliz Nayeli. Este es el día más feliz de mi vida y te lo debo a ti. Gracias mi amor y ahora si me besó, nos besamos, con la misma pasión que siempre, pero con mucha mayor comunicación entre ambas.
Eres virgen Soco, ¿qué vamos a hacer con eso? –Lo que tú me digas Na, mi virginidad es tuya, yo soy tuya. –Pero tampoco tenemos prisa ¿verdad Soco? –No, ninguna. -Veremos que sea algo muy hermoso. –Sólo pido que tú estés presente Nayeli. [Continuará en Hermanitos (14)-B].