Hermanas: tangas y bombachas VIII

- Basta que estoy estudiando!!! No te aproveches!!!- Dijo Florcha en voz alta. Martín se quedó quieto, con la pija parada y húmeda, mientras le tenía agarradita la tanga a su hermana. - Es suficiente pendejo! Soltame la tanga que me estás por coger! - Ya te dije que no te voy a coger… dale hermanita… me dejás correrte la tanga un poquito para verte? - Qué me querés ver pervertido? - Quiero verte la concha y el ojete.. porfi. - Nooo!!… soltame la tanga! No seas cochino!

  • Basta que estoy estudiando!!! No te aproveches!!!- Dijo Florcha en voz alta.

Martín se quedó quieto, con la pija parada y húmeda, mientras le tenía agarradita la tanga a su hermana.

  • Es suficiente pendejo! Soltame la tanga que me estás por coger!

  • Ya te dije que no te voy a coger… dale hermanita… me dejás correrte la tanga un poquito para verte?

  • Qué me querés ver pervertido?

  • Quiero verte la concha y el ojete.. porfi.

  • Nooo!!… soltame la tanga! No seas cochino!

Florencia llevó una de sus manos atrás, a su cola, para agarrarle la manito a su hermano y sacársela de su tanga. Un poco más y quien sabe que hubiese pasado. Retiró de ahí la mano de su hermano, y se sentó en la cama.

  • No te pases pendejo! Casi me violas!

  • No seas tan exagerada boluda! Si nomás quería que me muestres la conchita… que mala que sos!

  • Bueno, hacete a la idea de que nunca te la voy a mostrar… ¿entendiste?

  • Ufaa… porquéeee?????

  • Porque no le puedo mostrar la concha a mi hermano! Encima solo mamá y Agus me vieron la chocha… nadie más. Me da vergüenza!

  • A mi también me daba vergüenza mostrarles la pija.. pero lo hice…

  • Está bien hermanito, pero entendé que es distinto!

  • Bueno… te entiendo. Perdoname! Me dejás pasarte mi pito por tu cola como recién?

  • NO!.. basta… eso es demasiado, pendejito sucio…

  • Jooo. Con qué me puedo pajear ahora??-Preguntó Martín con la pija en la mano.

A todo esto, en la otra cama, Agustina se tapó con una sábana, y sin que la vean, se quitó el jean, se sacó la tanga, y se volvió a poner el jean sin nada debajo.

  • Tomá hermanito, hacete la paja con mi tanga. ¿La querés? Mirá que la dejé con mucho olor!-Le ofreció la tanga Agustina.

  • Sii. Gracias Agu!

Agustina le alcanzó la tanguita fucsia mojadita a su hermano, y se fue a la ducha. Mientras caminaba hacia el baño, no podía creer que se estuviera pajeando viendo como casi cogen sus hermanos. Se había puesto muy cachonda viendo como el pendejo le pasaba la pija parada por toda la cola a Flor. Se metió a la bañera y trató de olvidarlo. Al fin y al cabo Florencia tenía razón. ¿Qué pasaba si se la metía? ¿Disfrutaría viendo eso? Eso era incesto del más alto nivel. Mejor no pensó más, y quiso olvidar y enterrar el suceso. Se duchó y se fue de una amiga.

Martín se quedó en la habitación con Florencia. Abrió la tanga de Agustina y se la encontró bien húmeda. La zona de la vagina estaba muy olorosa. Se la llevó a la nariz mientras se pajeaba en frente de su hermana, que lo miraba sentada de frente en su cama.

Martín estaba cerca de terminar, cuando le habló a Florcha:

  • No me querés hacer la paja Flor?

  • No!

  • Si ya me la hiciste.. que te cuesta una vez más, dale… mirá lo dura que la tengo!

  • No hermanito… la otra vez te la hice porque quería aprender a hacer la paja… pero fue una única vez. No te vamos a pajear más!

El chico se resignó aceptando su derrota, y siguió oliendo la tanga de su hermana mayor, mientras le miraba las tetas en el corpiño a Florcha y se pajeaba.

  • Aunque sea me mostras la cola Flor?

  • …Sólo mostrar? Para que veas nomás.. eh.

  • Siii. Quiero acabar viéndote la cola hermanita.

  • Ok.

Florcha se dio vuelta y se puso en cuatro arrodillada en la cama, mostrándole todo el ojete entangado a su hermano. La tanga estaba llena de la babita de la chota de él. Martín podía verle toda la cola, con la tanguita blanca tapándole la raja del culo, el agujero y la concha, nada más. Encima estaba como perrita esperando recibir pija por atrás, mientras se le notaba toda la conchita marcada en la tela.

El muchacho no podía más… verla así era increíble. Si tan solo… si tan solo pudiera verle la concha! Se tenía que contentar viéndole la rajita de la chochita marcada en la tanga.

Mientras la miraba así, y sentía el olor a concha de la tanga de Agustina, empezó a acabar, saltando leche y cayendo toda en el suelo de la habitación de las chicas. Otra vez todo el piso manchado con leche del chico….

Florencia sintió los leves gemidos de su hermanito, y supo que ya había acabado. Salió de esa posición, y miró a su hermano con la mano en la pija y todo el semen en el suelo.

  • Uff… gracias Flor! Estás hermosa… tenes una cola increíble.

  • Gracias tontito. Querés que limpie?

  • No.. dejá. Limpio yo.

Martín salió en pelotas de la habitación, se fue hasta el lavadero. Se pasó la tanga olorosa de Agustina por toda la pija, limpiándose los restos de leche, y la tiró al lavarropas. Agarró un trapito húmedo y volvió a la habitación.

Se agachó, y limpió el piso, sacando todo el semen aún fresco con el trapo mojado, mientras Florencia aún con la calza en los muslos, así en tanga y corpiño, seguía repasando en su cama.

Martín, ya habiendo limpiado todo, la miró.. le volvió a mirar la cola entangada.

  • Flor… no me voy a cansar de decirte que tenés la cola más linda y grande del mundo…

  • Jaja, y yo no me voy a cansar de decirte que me avergonzas hermanito!!!!

  • Sos tan sexy.. estás tan buena!...Quisiera volver a pasarte la pija por la cola… algún día me vas a dejar otra vez?

Florencia dejó de mirar la carpeta, y observó a su hermano. Le respondió con su mejor intención, tratando de sonar amable.

  • No… mirá hermanito, yo te quiero mucho, pero no podes hacer eso.. en serio. Te estás pasando… eso es demasiado, ¿entendés? Hacete la paja con nuestras tangas… o me vas a decir que ya no te gustan?

  • Sí, si me gustan mucho. Bueno, te entiendo hermanita. Gracias.

Florencia le sonrió y Martín se fue a lavar el trapo lleno de semen.

La chica terminó de repasar todo y ya estaba lista para el examen.

Cuando se fue a bañar, se sacó la tanga toda húmeda, en la parte de atrás manchada con líquido pre-seminal frondoso del muchacho, y en la parte interior, por su húmeda y caliente chochita virgen. Se había excitado mucho con lo que había pasado, pero no quería distraerse con nada para el examen. Le dejó la tanga en el baño por si su hermano se quería hacer otra paja, y se bañó sin tocarse. Se fue a dormir temprano.

Cuando se fue a duchar Martín, agarró la tanga blanca de Florcha que tenía puesta hacía minutos, y la abrió en su forma original como tantas veces para olerle la parte de la concha. Se dio cuenta de que estaba toda la tanga brillosa ahí, por lo tanto su hermana se había excitado. Le gustó saber que a pesar de que su hermana le puso los puntos, se había calentado. Las conchas, y las tangas dejan rastros!!!

Le sintió el olor a concha a la tanga y se le puso dura de nuevo. Se la enrolló toda en su pija, y se pajeó llenando por completo la tanguita de leche caliente. La metió en el lavarropas y lo encendió.

Pensar en que hace minutos esa tanga estaba toda marcadita por la conchita húmeda de su hermana, lo ponía como loco.

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

*Capítulo XII:

Jugando a provocar*

Ya a la mañana siguiente, Florencia y Martín fueron a su último día en el colegio por ese año, y el verano se hacía sentir.

Florcha estuvo muy nerviosa toda la mañana, el examen fue muy difícil, pero logró aprobar.

Fue mucha la felicidad de la chica, cuando ese día finalmente aprobó el examen de matemáticas.

Cuando volvieron a casa al mediodía, ya de vacaciones, Florencia comunicó la buena noticia a sus hermanos, y obviamente le agradeció el esfuerzo a Martín por haberla ayudado tantas semanas.

A la mayor, Agustina, aún le quedaban algunos días más para rendir exámenes finales de la universidad, pero estaba bien encaminada.

Transcurrieron un par de días sin mayores sorpresas. Martín quería llegar a más con sus hermanas, pero ellas no querían… sólo se limitaban a dejarle las bombachas recién usadas en el baño, para que él se haga pajas.

Uno de éstos días, mientras el chico estaba una tarde aburrido jugando a la play, empezó a recordar como sus hermanitas le hicieron la paja, y se le paró la pija. Apagó la consola y buscó a alguna de sus hermanas por la casa. Se percató de que Florcha había salido con sus amigas, y fue hasta la habitación de sus hermanas, encontrando a Agustina estudiando acostada en la cama.

La chica estaba estudiando acostada boca abajo, con una remerita y en bombacha, sin pantalón. Martín le veía bien el culo, con una bombachita negra cubriéndole la raja del orto.

  • Agu, ¿vamos a jugar un ratito?

Agustina, sin dejar de leer los apuntes, le respondió:

  • ¿A qué querés jugar?

  • No sé… me puedo hacer la paja acá?

  • Estoy estudiando ahora nene…

  • Joooooo.-Resopló Martín desilusionado.

  • Tengo que rendir, hermanito.. no me molestes por favor. En un rato te dejo la bombacha en el baño.

El chico se fue de la habitación algo triste y siguió jugando a la consola… unas horas más tarde, se hizo la paja en el baño oliendo la bombacha negra de Agustina.

Pasó una semana, con Florencia pasando mucho tiempo con sus amigas, y Agustina estudiando para sus exámenes, en que el chico empezaba a notar que no avanzaba nada con ellas. No quería resignarse a sólo pajearse con sus tangas.

::::

Una de esas tardes, en pleno diciembre, ya con el verano oficialmente instalado, y como saben en el hemisferio sur, con mucho calor…

Esa tarde, Agustina se fue a bañar como siempre. Terminó de estudiar, y se metió a la ducha. El calor era insoportable. Abrió la canilla de agua fría y se refrescó.

Cuando salió de la bañera, y se secó con la toalla, agarró la ropa limpia que había llevado al baño para ponerse.

Primero se puso la bombachita, después el corpiño. Se iba a poner el jean, pero desistió. Hacía mucho calor. Recién terminaba de bañarse y ya casi empezaba a sentirse un poco transpirada. Salió del baño así, en corpiño y bombacha. Cuando apenas salió del baño, miró para atrás y vió a su hermano en la cocina. Le estaba mirando la cola. Se dio cuenta enseguida.

Sonrieron los dos, la chica no le dijo nada, y Agustina caminó por el pasillo hasta su habitación, sabiendo que su hermanito desde la cocina le estaba viendo la cola mientras caminaba. Se sintió acalorada… hacían varios días que estaba con la mente en el estudio, y sentir de nuevo esa miradita del chico, le elevó la temperatura en el cuerpo.

Martín se quedó embobado viéndole el ojete desde atrás, mientras ella caminaba. Que caliente se veía.

La chica entró a su habitación, y no se puso nada más, así con poca ropa siguió estudiando, aunque con la mente algo perturbada, por la miradita que le había dado el chico.

Un rato después, llegó Florencia a casa. Dejó sus cosas en el living y se fue a su pieza. Se encontró con su hermana estudiando en ropa interior.

  • Que hacés hermanita.

  • Hola Flor…

  • ¿Todo bien?.. ¿Y esa cara?-Le preguntó Florcha.

  • ¿Qué cara?-Dijo Agustina riéndose.

  • No te rías boluda… te conozco. Hiciste algo con el pendejo?

  • Jaja.. no tonta. Aunque me puse un poco calentona porque cuando salí de bañarme, me miró toda la cola.

  • Saliste así en bombacha?

  • Sí.. no ves el calor que hace?

Las dos se rieron.

  • Pobre.. seguro lo re calentaste.

  • Jaaa.. mirá quien habla. Si le debe encantar al pendejo…

  • Bueno, eso seguro.

Florencia se preparaba para ir a ducharse. Agarró una toalla, la ropa limpia, y se alistaba a salir de la habitación para ir al baño.

Agustina estaba algo excitada por lo que había pasado.

  • Che… ¿te animás a hacerlo vos?…-Le preguntó una divertida Agustina a su hermana, sonriendo.

  • …Qué? No te entendí.-Respondió Florencia, mirando la cara de traviesa de su hermana mayor, sabiendo que estaba tramando algo.

  • Que ahora vayas hasta el baño en corpiño y bombacha, a ver si te mira.

  • Ay boluda no seas forra… pobre… me va a re mirar.

  • Jaja.. dale! Seguro que le re gusta…

  • Bueeeno…pero cualquier cosa fue idea tuya, eh!

  • Jajaja sí… Después contame si te miró.

  • Jaja ok.

Florencia se quitó toda la ropa que traía encima, y sólo se quedó como le había dicho su hermana, con un corpiño color piel, y una bombachita gris.

Agustina la miró… y ambas se rieron. Sabían que su hermanito la iba a mirar de arriba a abajo.

Florcha finalmente salió de la habitación así, con una toalla en la mano, y en la otra, la ropa limpia para ponerse. Apenas salió de la habitación hacia el pasillo, inmediatamente Martín en la cocina giró su cabeza y la vió de frente, caminando por el pasillo. Le miraba las tetas, cubiertas bajo el corpiño, y las piernas desnudas, más el pubis cubierto por esa bombacha gris que tantas veces había llenado de leche. La chica lo miró, y se metió al baño, sabiendo que la había mirado entera.

A Martín se le puso muy dura enseguida.

Unos minutos más tarde, cuando Florencia terminó de bañarse, sólo había llevado como ropa limpia una tanga, y una remera manga corta.

Se puso la remera, sin corpiño, y se puso la tanguita. Salió así del baño, y fue hasta la cocina a buscar un poco de agua, para ofrecerle una mejor vista a su hermanito. Su hermano la volvió a mirar. Mientras se servía agua de la jarra de la heladera, el chico le miraba el enorme ojete, con una tanga roja cubriéndole poco. Florencia terminó de beber agua, sabiendo que su hermano la miraba. Empezó a sentir un cosquilleo en la conchita, al sentirse tan putita. Se dio vuelta rápido y lo cazó viéndole la cola.

  • Que haces pendejito cochino?-Le preguntó Florcha sonriendo.

  • Te miraba la hermosa cola que tenés…

Florencia se rió y volvió a su habitación, encantada de haber calentado a su hermanito tan gratuitamente.

Una cosa era mostrarle la cola a su hermano porque él se lo pedía explícitamente, a cambio de haberle enseñado matemática, y haberla ayudado a estudiar para un examen.

Pero mostrarle la cola en tanga, gratis, haciéndose la tonta, era otra cosa muy distinta. Se dio cuenta de que lo hizo sólo para calentarlo, y a ella le encantó eso… y se humedeció.

Caminó y llegó de nuevo a su habitación.

  • Yyyy… qué paso? ¿Te miró?-Preguntó enseguida muy ansiosa Agustina.

  • Siiiiiii… mucho!-Respondió Florcha, mientras se acostaba en su cama.

  • Contame bien… y te gustó?

  • Si… me miró toda… encima fui a la cocina a tomar agua, dejé que me vea bien toda la cola…

Ambas se rieron, tras haber calentado a su hermanito a modo de juego.

El chico tuvo que descargarse haciéndose la paja oliendo la bombacha gris que había dejado Florcha en el baño, pensando en su ojete entangado.

Así las hermanas empezaron a pasearse más en ropa interior apropósito por la casa. Aprovechando que mamá nunca estaba en casa por la tarde, las dos chicas se dejaban ver en corpiño y bombacha, e incluso tanga, por la casa, con la excusa del calor. Ellas se divertían haciéndolo. Les gustaba sentirse miradas por su hermano.

A la mañana siguiente, Agustina ya se había ido a la universidad, mamá al trabajo, y Florencia junto a Martín se quedaron durmiendo, disfrutando de las vacaciones.

Cerca del mediodía, Florcha se despertó, se levantó en remera y tanga como estaba ayer, se arregló un poco el pelo frente al espejo en su habitación, y salió así para la cocina. Se iba a poner una calza, pero hacía mucho calor. Aparte así calentaría a su hermano. Miró el reloj, casi eran las 12. Cerró la cortina de la ventana para que no entre más sol.

Así vestida con la remera y la tanguita roja, sin nada más, empezó a sacar las cosas de la heladera para preparar algo para comer. Fue hasta la habitación de su hermano, lo llamó para despertarlo, y siguió cocinando.

Caminar por la casa en tanga era algo que le agradaba, y la ponía excitadita…

Mientras estaba en el mesón preparando la ensalada y unas pastas, Martín apareció en la cocina bostezando, recién levantado. Estaba en cuero, solo con un short.

Miró a su hermana… y otra vez estaba en tanga, por Dios. La miró mientras se sentaba en la mesa de la cocina… ya con la pija parada. Se veía súper sexy, con el pelo morocho enrulado cayendo por su espalda, con la remera llegándole justo hasta el comienzo de la cola, y la tanguita roja cubriéndole apenas poco de ese orto descomunal. Miraba como la tela se le metía entre las nalgas…

Florcha preparaba el almuerzo de espaldas a él, mostrándole el culo entangado de manera gratuita.

El chico no quiso perder la oportunidad, y se puso de pie, se le acercó por detrás, mientras ella preparaba el almuerzo en el mesón. Ahora tenía su pija parada haciendo bulto en el short, a escasos centímetros del ojete en tanga de su hermana. La agarró desde atrás, poniendo ambas manos sobre la remera de la chica, en las caderas, y le apoyó la pija en el medio de la cola.

  • Me dejás apoyarte un poquito?-Le preguntó el chico, ya apoyándola entera.

  • ¡Hey! ¡¿Qué hablamos hermanito?!... Salí…

Florcha lo empujó un poco hacía atrás, despegándolo de ella. Al ratito, el chico nuevamente la apoyó igual, poniéndole la verga en la cola.

Florencia lo re sintió, notó como la pija del chico se le incrustaba en su cola, estaba durísima… y se le empezó a humedecer la concha bajo la tanga.

  • ¡¿En qué habíamos quedado pendejo?!-Dijo Florcha tratando de empujarlo para atrás.

  • …Vos tenés la culpa por estar en tanga, así me re calentás, boluda…

  • Bueno hermanito, pero estoy así porque hace mucho calor…

  • Dale.. déjame cogerte un minuto así, si ni siquiera me la saqué del short…

  • Basta!... vamos a comer…

Florencia lo separó de ella, tratando de comportarse.

Una vez la chica terminó cocinar, se dio vuelta con la comida y la puso en la mesa, notando como a cada paso su hermanito le miraba la entrepierna y la cola, sintiendo como esa tanga le cubría muy poco. Con las miradas, andar tan suelta de ropa, y la apoyada… ya tenía la concha bien húmeda.

Esperaron a Agustina, y se pusieron a almorzar.

Cuando Agustina llegó a casa y abrió la puerta, vió a su hermana parada en tanga sirviéndose agua, y a Martín comiendo, con tenedor en la boca, mientras la miraba… que panorama!

Apenas ingresó, se miraron entre las chicas sonriéndose. La mayor dejó su portafolio tirado a un costado en el piso.

  • Que calorrrrrr que hace!

Se sacó la remera, y se bajó el jean, sacándoselo en frente de sus hermanos, ahí en la cocina.

Se quedó en corpiño y bombacha, mientras ambos la miraban. Se sentó en la mesa y se sirvió un vaso de coca-cola, mientras le pedía a Florcha que le pase la ensalada.

Comieron así, los tres casi en bolas, sin que ninguno diga nada. Martín ahora le miraba las tetas en ese corpiño a Agustina, y como se movían cuando la chica levantaba el tenedor para comer.

Tras el almuerzo, las chicas se fueron a su habitación, mientras a Martín le tocaba levantar la mesa y lavar los platos.

Una vez que ambas se acostaron en sus camas, se pusieron a hablar:

  • Hay que admitir que es un juego divertido… viste como nos mira?-Dijo Agustina.

  • Si… aunque otra vez me apoyó, boluda.. antes de que llegues!

  • En serio??!!??

  • Siii… me apoyó entera… encima me dijo que lo re caliento así en tanga!

  • Contame bien todo!

En ese momento, Florcha le contó como su hermanito se había calentado y la había apoyado en la cocina.

Mientras le contaba, ella que ya había quedado algo excitada, se calentó más contándolo. Una vez que le contó todo, a Agustina le gustó, y quiso ir a más:

  • Me diste ganas de calentarlo, pendeja! ¿Vamos a seguir jugando?-Preguntó Agustina.

  • ¿Cómo?

  • Voy a ir así a buscar mi portafolio que dejé en la cocina…

  • Jaja dale!

Las dos se rieron, Agustina se levantó de la cama, y caminó hasta la cocina en corpiño y bombacha, para jugar a calentar a su hermanito…

Llegó a la cocina, su hermano escuchó sus pasos y se dio vuelta mientras lavaba los platos, ahí la miró.

Agustina sin decir nada, buscó su portafolio de la uni, y se agachó para agarrarlo, mientras le mostraba el culo a su hermano, haciéndose la tonta. Una vez en su mano, se dio la vuelta y miró al chico, notando como la miraba toda. Regresó a su habitación, habiendo logrado el objetivo.

El muchacho le vió toda la cola mientras se agachaba, en la posición perfecta para culearla, mientras la bombachita se le metía adentro.

A Martín, este cambio en sus hermanas, le parecía algo extraño. Si bien varias veces las había visto en ropa interior por la casa, era una vez cada tanto. Ahora se le mostraban así todos los días, sabiendo todo lo que había pasado. Empezaba a tener la leve sospecha de que lo hacían para calentarlo… pero se dijo que quizás eran sólo ideas suyas.

Lo que sí era cierto, era que tenía la pija como una bomba a punto de estallar… después de haberlas visto a las dos así. Era un martirio…

Se tuvo que pajear otra vez, pensando en ellas. Quería cogérselas y culearlas a las dos, por más que sean sus hermanas… necesitaba hablarlo con alguien, pero no se lo podía contar a nadie, ni a su más íntimo amigo.

Cuando Agustina llegó a su habitación, le contó a su hermana lo puta que había sido, agachándose para mostrarle bien el ojete. Obviamente, ambas se divirtieron.

Este jueguito de andar casi en bolas por la casa les empezó a gustar mucho a las chicas, que les encantaba recibir las miradas de su hermanito menor.

El problema era que al pobre chico lo calentaban mucho, y no lo dejaban ir a más.

::::

Al día siguiente, por la tardecita, con el sol ya cayendo, Martín llegó de jugar un partido de fútbol con amigos, cuando entró a casa y se encontró con Agustina caminando por el living en ropa interior.

La chica juntó sus carpetas de la uni en la mesa del living, y cruzó la sala para volver a su habitación, para estudiar. Cuando lo vió al chico, se le subieron las pulsaciones un poco, sabiendo que la estaba mirando.

El chico dejó sus botines en el suelo, mientras se dedicaba a mirarla, la podía ver de frente. Tenía un corpiño color negro, sin tirantes en los hombros, sólo atrás…no entendía como no se le caía! Encima soportar esas grandes tetas… y abajo traía una tanguita negra, del mismo estilo del corpiño… parecía que combinaban. Enseguida notó su miembro crecer poco a poco debajo del pantalón deportivo.

Agustina, con sus carpetas en la mano, empezó a caminar así por la sala, cuando Martín, nuevamente, no pudo contenerse.

  • Que linda estás hermanita…

  • Ja…gracias pendejo… vos también.

  • Jaja… te puedo decir algo?

  • …Mmmm.. depende. Jaja.. sí, dale.. qué?

  • Estás tremenda así… y ese corpiño te queda perfecto.

  • En serio?

  • Sí…¿puedo acariciarte una teta? ¿Aunque sea por arriba del corpiño?

  • ¿Otra vez?

  • Si… son enormes! Quiero tocártelas de vuelta…porfi.

  • ….mmmmm…………Bueno.. pero 5 segundos, ok?

Martín aceptó y agradeció… 5 segundos eran mejores que nada.

Estiró su brazo, y abrió toda la mano, apoyándosela toda sobre el corpiño, en una de sus tetas. Agustina lo miraba. El chico inmediatamente movió su mano, acariciando y manoseando toda la teta. Todavía no podía creer lo perfectas que eran esas tetas.

Agustina le retiró la mano.

  • Bueno! 5 segundos… listo!

  • Ahhh… un ratito más!

  • Jaja no, suficiente pendejito… ¿la tenés parada?-Le preguntó Agustina mirándole el bulto en el pantaloncito.

  • Si…se me para viéndote en corpiño y bombacha… o eso es tanguita?

  • Es tanguita! ¿Te gusta?

  • Siii… ¿me mostrás como te queda en la cola?

Agustina le dio el gusto a su hermano, y se dio vuelta, para mostrarle la cola.

Martín le veía ahora la espalda completamente desnuda, excepto por la tira del corpiño, y abajo la tanguita negra diminuta casi sin cubrirle nada… le estaba viendo el ojete prácticamente desnudo! La línea de tela de la tanga era demasiado fina, y se le enterraba por completo en el orto.

El muchacho se calentó mucho, y sin decirle nada, le apoyó la palma entera de la mano en la cola, en uno de los cachetes.

  • Heyyyyyyyyy!!!… sacá la mano de ahí!!!!!!!!-Exclamó Agustina.

Martín obedeció tras haber sentido el culo caliente de su hermana mayor, y enseguida trató de apoyarle la pija en la cola. Lo intentó, pero la chica estuvo atenta y no se dejó.

  • Qué hacés?

Martín volvió a intentarlo, aprovechando que Agustina estaba contra la pared del living, y esta vez sí, empujó hacia delante, y con la chota bien parada bajo el short, se la clavó entre medio de las nalgas.

  • Ayyy nooooo hermanito…

  • Dale.. dejate Agus…

El pendejo pensó que para andar así en tanga por casa, había que pagar un precio.

Martín empujaba hacia delante y atrás como ella misma le había enseñado, apretándole la pija en la cola. Con esos movimientos, mientras le enterraba la pija, la tanga despareció entre las nalgas del culo, se le metió por completo adentro de la raja del ojete.

La chica trataba de defenderse, esto de jugar a calentar a su hermano se le estaba escapando de las manos. El chico mientras la apoyaba fuerte, llevó una mano hacia delante y le agarró una teta por encima del corpiño, manoseándosela entera.

Agustina estaba apoyada en contra de la pared, con las carpetas de estudio en una mano, tratando de frenar a su hermanito.

  • …Ay no nene… tengo que estudiar! Dejame…

La chica se movió un poco para el costado, zafándose del acoso del chico, que la quería agarrar de nuevo.

  • No te dí permiso para que me hagas eso pendejo!

Agustina se fue hasta su habitación a seguir estudiando… otra vez había estado cerca. Un poco más y…

El siguiente par de días, fueron parecidos. Agustina y Florencia andaban por la casa en corpiño y bombacha, para jugar a calentar a su hermanito, que las miraba y no podía hacer nada, más que masturbarse con sus bombachas en el baño.

Además el chico notaba que cuando estaba mamá en casa, por las noches, las dos se vestían un poco más.

Se levantaba, y veía a Florencia preparando el almuerzo en tanga, estaba jugando a la play, y pasaba por el living Agustina en bombacha, era un calvario. Y las otras dos, se reían entre ellas cuando se contaban como se habían paseado en frente de él para calentarlo un poco.

::::

Agustina ahora ya había rendido sus últimos exámenes, y por fin podía disfrutar de unos meses de vacaciones como sus hermanos.

Un buen día, ya cerca de navidades, con el sol machacando y haciendo saltar los termómetros…

Martín se despertó al mediodía, fue hasta la cocina y observó a sus dos hermanas en corpiño, Florcha estaba en bombacha, y Agustina tuvo la decencia de ponerse un shortcito deportivo al menos.

Mientras esperaban la comida, Florencia puso la mesa… el mantel, los platos, los cubiertos… y mientras lo hacía, le ponía el culo al lado a su hermano, para que se lo vea todo. La zorra lo hacía a propósito, mientras se miraba con Agustina para divertirse.

El chico trató de pensar en otra cosa, pero no… apenas levantado y ya con la verga apretándole el calzoncillo. Florencia estaba con un corpiño ajustado blanco, y una bombachita violeta… era imposible no mirarle ese enorme y gordo ojete con el que tantas veces se había hecho la paja.

Comió como pudo, ya un poco harto de calentarse porque a las señoritas se les ocurre andar casi sin ropa por el calor.

Después de eso, a la hora de a siesta, Martín se dedicó a ver un partido de fútbol en la TV de la cocina. Lo peor era que no podía sacarse de la cabeza el culo de su hermana. Esa mañana estaba muy caliente.

Las chicas estaban en su pieza, con el ventilador prendido al máximo, el calor era insoportable.

Agustina estaba sentada en su cama con la notebook en sus rodillas, navegando en Internet, algo transpirada… mientras Florencia se estaba pasando una crema por las piernas, de pie en frente del espejo.

  • Flor… vas a buscar un poco de agua a la heladera?

  • …Ok…

Florencia iba a salir de la habitación, mientras Agustina le miraba el ojete a su hermana, y se le ocurrió una idea.

  • Esperá… está Martín en la cocina?

  • Sí.-Respondió Florencia.

  • Tengo una idea.

  • ¿Querés que lo caliente mostrándole la cola?

  • Sí.. pero vení acá primero.

Florencia fue hasta donde estaba Agustina, y se quedó parada en frente de su hermana, aún sentada en la cama.

  • Date vuelta!

Florcha se giró, dándole la espalda a su hermana. Ahora Agustina tenía el orto de su hermanita a escasos centímetros.

Estiró sus manos hasta la cola de su hermana, y le agarró la bombacha violeta a Florencia.

  • Qué estás haciendo?

  • Te voy meter la bombacha más adentro de la cola así lo calentás más!…

  • Que hdp que sos!-Dijo Florencia riéndose.

Agustina agarró la bombachita de su hermana en la parte de la cola, y se la metió bien adentro de las nalgas, para dejar más a la vista, mientras con sus dedos rozaba toda la piel en esos cachetes gordos. La estiró para arriba, de manera que la parte de tela que cubría la raja del culo, se deslizó hasta meterse toda adentro.

  • Que orto tenés boluda.-Dijo Agustina dándole una palmada en un cachete.

  • Hey.. pará.. me la metiste toda!-Dijo Florencia mientras se tocaba la cola y no encontraba la tela, dándose cuenta que se la metió toda.

Las dos se rieron, y ya Florencia salió de su habitación con la bombachita violeta bien enterrada en la cola por su hermana. La sentía demasiado adentro… tenía la cola casi desnuda para calentar a su hermanito. La sintió tan clavada en el ojete que se sintió muy putita… solo se le veía la tira de la bombacha en la cadera, y el pubis.. parecía que tenía la cola completamente desnuda.

Caminó hasta la cocina así, abrió la heladera, y su hermano dejó de mirar el partido, para mirarla a ella.

Martín sacó la vista del tele, y observó como Florencia abría la heladera, de espaldas a él, en corpiño y bombacha, pero con el ojete completamente descubierto… sólo le veía el elástico de la bombachita en la espalda baja.

“Hija de puta… no podés ser tan zorra de andar así por casa.. encima tenés el culo más grande del mundo.”

El chico, que ya estaba caliente y un poco molesto por la situación, se puso de pie.

Florencia cerró la heladera, mientras tenía la botellita de agua en la mano, tratando de quedarse unos segundos más así para mostrarle toda la cola casi desnuda a su hermano. Estaba sonriendo sabiendo que el chico la estaba mirando.

Martín caminó hasta donde estaba ella, y se sacó la pija parada del pantalón, dejándola al aire libre.

Florencia se iba a dar vuelta, pero enseguida el chico la agarró desde atrás, de la espalda y la empujó levemente contra el mesón.

  • Ay que te pasa nene?

Martín se agarró la pija con sus dedos, y se la llevó hasta la cola de su hermana, haciendo contacto entre el glande y la piel de las nalgas.

  • Paraaaa hermanito… eso es tu pija?

  • Siiiii.

  • Qué hablamos?!?!? Soltame ya pendejo!

  • No seas tan provocadora entonces! Te dije que en tanga me calentás!

  • …Ay pero…

  • Nada! Me voy a hacer la paja en tu ojete así aprendes a no ser tan zorra!

  • Ya te dije que me visto así porque hace calor hermanito… soltame dale!

Martín no obedeció, estaba muy caliente como para detenerse esta vez, mientras le apoyaba todo el tronco de la pija en la cola, llevó sus manos adelante y le empezó a manosear ambas tetas por encima del corpiño.

  • Nooo.. paráa pendejo!!! No podés hacer esto….te estás pasando!!!!-Decía Florcha mientras trataba de sacarle las manos de sus tetas, pero no podía.

  • Sacate las tetas afuera Flor, te las quiero tocar!

  • Bastaaa!!! Hacete la paja con las bombachas y punto.. si querés después te doy mi bombacha…pero dejame!

  • No, qué bombacha?!?!?.. me voy a hacer la paja en tu cola así aprendes hermanita.. me calentaste demasiado!

El chico empujó para adelante, y mientras apretaba a Florencia contra el mesón de la cocina, le metió la pija en el medio de la cola, clavándosela entre las nalgas, sintiendo la tela de la bombacha ahí bien adentro.

  • Mmmm zorrita… mirá como te metiste la bombacha en la cola para calentarme… y eso que sos virgen…

  • Perdóname hermanito.. no lo hice a propósito!

El chico se separó de ella, y sacó una mano de sus tetas, para llevarla atrás y agarrarle bien la bombacha del elástico de arriba. Tiró hacia arriba, haciendo que la bombachita violeta se le entierre al máximo en el ojete, y se le clave bien la concha.

  • Ayyyyy me haces mal pendejo!!!! Me aprieta la concha!!

  • Eso te pasa por ser tan puta hermanita!

  • No soy putaaa!!… bastaaaaaa.. porfaaa sacame la bombacha de ahí que se me clava en la chocha y me duele! Me vas a lastimar!!!!

Florencia sentía como su hermano le clavaba la bombacha bien arriba, y le estaba doliendo la concha mientras se la apretaba así.

Martín, con la mano izquierda le agarraba y manoseaba una teta por encima del corpiño a su hermana, y con la mano derecha se empezó a hacer la paja en el culo de la chica.

Florencia sintió la cabecita de la pija bien dura, hinchada y babeada, tocándole la cola, junto con la mano de su hermano, notando como se estaba pajeando en su ojete.

  • No lo hagas hermanito… por favor… no te podés hacer la paja en mi cola! Esta mal!! Muy mal!! No seas chancho!

  • Jodete por ser tan puta Flor!... te voy llenar el culo de leche.. todo este ojete hermoso que tenés.

El chico se hacía la paja, con el movimiento de su mano hacia arriba y abajo, le tocaba los cachetes de la cola a su hermana, mientras que la cabecita de la pija hacía contacto también con la piel de la chica, en la raja del ojete, dejándole todo el líquido pre-seminal ahí en la cola. Mientras tanto, con la otra mano le tocaba la teta.

Florencia dejó de resistirse un poco, sabiendo que ella misma tenía la culpa por haberlo provocado tanto. Todavía tenía la bombacha violeta bien clavada en la conchita, y mientras su hermanito la manoseaba toda y se pajeaba en su cola, se empezó a calentar.

Era la primer mano de un chico que le tocaba las tetas, y encima la pija de su hermano estaba bien dura, sentía como le mojaba la cola con esa babita que le sale del glande.. y ahí ya sintió que la concha se le humedecía.

Martín le miraba bien ese enorme y gordo ojete mientras se pajeaba sobre él, estaba en una posición casi como si estuvieran cogiendo, sabía que si le metía la pija más abajo, podría sentirle la chochita a su hermana!

El muchacho trató de moverle el corpiño, y no pudo.

  • Dale Flor, sacate las tetas afuera un ratito!

  • Noo…

  • Porfaaa…

Florencia ya sintió que estaba mojando la bombachita, no podía creer que se pusiera tan excitada…

Martín dejó la paja por unos segundos, mientras se la dejaba así paradita punteándosela en la cola, y con ambas manos adelante, trató de bajarle el corpiño y sacarle las tetas afuera. Mientras trataba de hacerlo, Florencia se cansó de tanto manoseo y lo ayudó. Florcha se sacó ambas tetas afuera del corpiño, dejándolas al aire libre, mientras sentía la pija de su hermano clavarse en el medio de la raja de su ojete, y sin admitirlo, le estaba gustando demasiado.

Tener esa verga jugando ahí, haciendo contacto con toda su cola, le encantaba, la mataba… de a ratos tenía el instinto animal de abrirse bien la cola para que su hermanito se la clave bien adentro, pero se contenía. Ya la pobre notaba la concha hinchada bajo la bombacha, mojando la tela.

Ahora con las tetas afuera del corpiño, Martín se las tocó bien, abriendo enteras las palmas de sus manos y agarrando las lolas por completo, sintiendo los pezoncitos bien duros en su mano…las tetas de Florencia eran más pequeñas que las de Agustina, pero las notaba mas firmes y redonditas.. ambas tenían unas tetas tremendas.

Luego, dejó una mano en una teta, y se dedicó a seguir con la paja, mientras Florcha se inclinaba un poco en el mesón, ya dejando al chico hacer lo que estaba haciendo.

Mientras sentía la suave teta y el duro pezón de su hermana en una mano, se pajeaba ahora rápido con la otra, tocándole a cada movimiento todo el culo gordo a su hermanita, con la mano y con la pija.

  • …Avisá cuando vayas a acabar pendejo! No me vas a acabar en la cola!

  • Siiiii… te voy a acabar en la cola hermanita…te voy a llenar la cola de lechita… por ser tan calienta pijas… y a Agustina le voy a hacer lo mismo, por ser tan calentonas!

Florcha se resignó. El chico ya sentía que se venía, haciéndose la paja en el enorme ojete de su hermana, casi desnudo, con la bombacha toda metida y estirada.

Le metió la pija un poco entre las nalgas, y se pajeó fuerte tocándola toda, con la pija metida en la raja de la cola, y con la mano tocándole todo el ojete mientras se pajeaba, con los movimientos.

  • AAAAhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh

Empezó a salirle la leche, seguía pajeándose en el ojete de su hermana, con una mano en una de sus tetas, se fueron sucediendo los enormes chorros de semen, uno atrás de otro, chocando contra el culo de Florencia, la leche le caía en los cachetes, en la bombacha, en el medio de la raja del orto, se le metían ahí…

La chica sentía como la leche bien caliente se le escurría por el medio de la cola… casi iba a tener un orgasmo sin tocarse. Notaba los chorritos de semen salpicarle toda la cola… en ese momento estaba tan excitada que se le hizo agua la conchita, sintiéndola toda mojadita, junto con la tela de la bombacha también empapada en flujo.

Martín se sacudió la pija, dejando saltar las últimas gotas de leche en la cola de su hermana, y se separó de ella, completamente exhausto.

Florencia se acomodó un poco, dándose la vuelta y mirando a su hermano.

  • Te fuiste al carajo… tengo la cola llena de leche pendejo sucio! Cochino!!

  • Andá así a tu pieza… mostrale a Agus como te dejé.. así también la voy a dejar a ella!

Florencia empezó a caminar por el pasillo con la botella de agua que le había pedido Agustina en la mano, con las tetas afuera del corpiño, con la cola repleta de lechita caliente de su hermano, toda manoseada y con la bombacha violeta manchada con semen y toda estirada metida adentro de la cola. Encima a cada paso que daba, sentía como la leche se le empezaba a caer por sus muslos, y también notaba como tenía la concha bien viscosa, llena de ‘miel’ vaginal, toda hinchadita producto de su excitación.

Abrió la puerta de la pieza, y vió a Agustina acostada en la cama, aparentemente escuchando música con los auriculares.

Inmediatamente la vió a su hermana, y se sacó los auriculares, se puso de pie y se la quedó mirando, re sorprendida, sin entender porqué estaba con las tetas afuera.

  • Acá tenés el agua…-Dijo Florcha, dándole la botella a su hermana.

  • …Qué… ¿qué hiciste?... ¿Porqué estás así?

  • Tu hermanito se hizo la paja en mi cola, mirá, me llenó de leche.

Florencia se dio vuelta, mostrándole toda la cola salpicada de semen.

  • Boluda… pará pará. ¿¡¿¡¿Cómo?!?!?

  • Qué no entendés? Nos pasamos.. lo calentamos tanto que me hizo esto!

  • Dios! ¿Y te gustó?.. Mirá todo lo que acabó… esto pasó recién???!!!??

  • Sí!…

Agustina le miraba la cola, y la bombacha… todo manchado con semen. Llevó un par de dedos a la cola de Florcha, y juntó leche de los cachetes. Lo sintió tibio, así que se lo metió en la boca.

  • Mmm todavía esta tibiecito boluda.. probalo…

Florcha llevó una de sus manos atrás, a su ojete, se metió un par de dedos en la raja del culo, y juntó leche… se la metió en la boca, y se la tragó, chupándose los dedos.

  • Sí, está rica.

Agustina probó más, se agachó para estar a la altura de la cola de su hermana, y le metió los dedos entre las nalgas, donde había más leche. Juntó esperma y se lo comió…

  • A ver, abrí la cola así saco más lechita.-Dijo Agustina.

Florencia, con ambas manos, agarró los cachetes de su cola, abriéndosela bien para su hermana.

Ahora se le veía toda la bombacha doblada ahí clavada, mientras que se le veía todo el semen salpicado alrededor.

Agustina le pasó los dedos por toda esa zona, cerca del ano, juntando lechita, y metiéndose los dedos en la boca, tragándosela toda. Le dio una palmada en un cachete, y se puso de pie.

  • ¿Y te tocó las tetas que las tenés afuera del corpiño?

  • Sí…

  • ¿Cómo fue?

  • Yo me hice la tonta mostrándole bien la cola como siempre.. y él se paró y me puso contra el mesón.. ahí empezó a pajearse en mi cola.. y después me pidió que saque las tetas.. me las tocó.. encima me dijo que a vos también te lo iba a hacer! jaja..

  • En serio?!?!?

  • Sí…Al principio traté de pararlo, pero no pude. Ya después me calentó tanto que me excité toda…

  • Me imagino.. a ver mostrame.. ¿te excitaste mucho? ¿Te mojaste?

  • Sí.. si cuando me empezó a caer la leche toda calentita en la cola, casi acabo sin tocarme!

  • Jo!… a ver hermanita, mostrame como tenés la conchita.

Agustina llevó una mano a la entrepierna de su hermana, y apoyó dos dedos en la bombacha, sobre la concha de Flor.

  • Me parece a mí o tenés la bombacha re mojada?

  • La tengo re mojada Agus!

Era la primera vez que a Florcha, otra persona le tocaba la conchita. Su hermana se la había visto miles de veces cuando se cambiaban, pero nunca se la había tocado.

Agustina le apoyó y hundió un poco los dedos entre los labios de la chocha, hundiendo la bombachita en la vagina.

Florcha se estremeció, al sentir otros dedos que no eran los de ella, en la concha. Se agarró de su hermana, porque le empezaron a temblar un poquito las piernas. Apoyó su mano en uno de los hombros de Agustina.

  • Epa! Así que así te dejó el pendejito…te puedo bajar la bombachita un poco?

  • …Sí…-Respondió Florencia entre jadeos.

Agustina, con ambas manos, le bajó la bombacha mojada y olorosa a su hermana, hasta los muslos.

Volvió a meter sus dedos en la concha de Flor, ahora tocándole directamente los labios vaginales, completamente llenos de flujo.

  • Mmmm… cómo te mojas chanchita… a ver.. donde tenés el clítoris…

Agustina le buscó el botoncito, embardunándose los dedos de esa sustancia babosa de la conchita de su hermana. Se lo encontró. Florcha se volvió loca apenas se lo tocó.

  • Acá está! ¿Te gusta?

  • Siii…

Agustina dejó esos dos deditos encima del clítoris hinchado, mientras que con la otra mano, la llevó hacia la cola de Flor. Se chupó un dedo, y se lo metió en la raja de la cola, tratando de buscarle el agujerito.

  • Jaja.. no te asustes! Te voy a meter un dedito en la cola.. así está más bueno!

Florencia se limitaba a cerrar los ojos y morder los labios… su hermana le acarició con el dedo la cola, hasta que le encontró el agujerito bien cerrado… lo puso encima, y empujó para adentro, metiéndole un poco el dedo.

Con la otra mano, empezó a mover sus dedos sobre el clítoris, notando que Florencia iba a terminar pronto, estaba demasiado excitada. Sacó el dedo del culo, y lo volvió a chupar, lo metió de nuevo, y ahora le entró más, le entró el dedo en el culo hasta la mitad.

Ahora le masturbaba fuerte el clítoris lleno de flujo, mientras que le metía y sacaba medio dedo de la cola, notando como Florencia estaba casi temblando.

  • Acabá hermanita… mirá cómo te llenaron la cola de leche… quien diría que sos virgen… acabá pendeja!

  • MMMMMMHHHHHHMMMMM AAAAHHHHHHHHHHHH

A Florencia le llegó el orgasmo, se tensó entera, las piernas le flaquearon, mientras se agarraba de su hermana, que la estaba masturbando con dos dedos en el clítoris y otro metido en la cola, diciéndole cosas chanchas al oído! Su propia hermana mayor! Que sea ella, la calentó mucho más…

Mientras se venía con el dedo de Agus metido en el culo, se relajó, quedando totalmente floja… Agustina le sacó el dedito de la cola, y la acompañó hasta la cama, la ayudó a acostarse… estaba llena de flujo vaginal, de leche de su hermano… y súper cansada. Se quedó acostada boca arriba en la cama, toda enchastrada.

  • ¿Te gustó?-Le preguntó Agustina.

  • Sí… mucho…

  • Mmm.. mirá cómo estabas hermanita…¿Dijiste que el pendejo me iba a hacer lo mismo a mí?

  • Sí. Porque somos muy provocadoras…ja.

  • Me dieron ganas boluda!.. Ahora viéndote así.. Quiero que me llene la cola de leche a mi también! Espero que todavía le quede lechita en los huevos!

Agustina se sacó el shortcito, quedándose en corpiño y bombacha. Salió de la habitación, camino a la cocina…

Continuará…