Hermanas: tangas y bombachas V

Tras verla así, el muchacho se empezó a preguntar qué iba a pasar. Se puso algo nervioso y no pudo evitar que se le ponga dura de a poquito la pija. Florencia miraba a su hermana sorprendida.

*Capítulo IX:

Enseñando y aprendiendo*

Tras verla así, el muchacho se empezó a preguntar qué iba a pasar. Se puso algo nervioso y no pudo evitar que se le ponga dura de a poquito la pija.

Florencia miraba a su hermana sorprendida.

Agustina se acomodó así parada, inclinada apoyada en la mesa con la cola paradita. Giró la cabeza mirando en esa pose a su hermano atrás:

-Ahora pegate a mi y poneme tu pito acá –Dijo Agustina dándose una palmada en la cola encima de la falda.

Martín se estremeció. Ya tenía las pulsaciones demasiado elevadas. Se acercó a ella desde atrás, mirándola como tratando de que ella le diera el vía libre. Tenía un short de esas telas livianas, con lo que la erección se le fue notando más y más, hasta ya tenerla toda parada haciendo una enorme presión en el short, totalmente visible para sus hermanas. Le apoyó el bulto apenitas en la falda, casi sin tocarla.

-Dale no seas tímido pendejo!, pegate a mí todo lo que puedas.-Agustina

La chica con uno de sus brazos le tocó una de las caderas a su hermano trayéndolo hacia ella. Cuando el enorme bulto del muchacho se ajustó más a la cola de la chica, presionándola por arriba de la falda. Martín se apoyo lo más que pudo en su hermana, con su pija bajo el short tocando la falda ajustada.

-Bien! Así. Uyy! La tenés parada chanchito! –Dijo Agustina, sintiendo la pija dura en la cola, mientras empezaba a mojarse.

El muchacho no respondió. Se limitó a apoyarla más fuerte.

-Ahí me la estás apoyando en la cola hermanito, un poquito más abajo tengo la concha. Tratá de agacharte un poquito más, y apoyármela ahí, si?-Dijo Agustina mirándolo por arriba del hombro.

Martín hizo caso. Trató de flexionar ligeramente las rodillas para agacharse levemente y encontrar la conchita bajo la falda de su hermana mayor, mientras el miembro le palpitaba y daba saltitos de excitación bajo la tela. Flexionó levemente y volvió a apoyarla más abajo, esta vez ya debajo de la falda, apoyándola directamente en los cachetes de la cola.

Agustina se inclinó más todavía, de esa manera se le levantó la falda hasta la mitad del ojete, y dejó el bultito de la concha en la tanga a la vista entre sus piernas. La tanga blanca le tapaba con lo justo la conchita, dejando a la vista los labios abultados marcaditos en la tela.

-Ahí me podes ver donde tengo la chocha? Apóyamela ahí.-Dijo Agustina ya totalmente en cuatro, aún parada en el borde de la mesa, pero 100% inclinada hacía adelante.

Martín le podía ver donde tenía la concha por la marca en la tanga, así que le apoyó toda la pija justo en medio de la concha. Le encantó sentir sus piernas en contacto con los muslos de su hermana, y ni que hablar cuando sintió la verga apoyarse entre los labios vaginales de Agustina… se sentía calentito y delicioso, muy suavecito.

-Eso… eso hermanito, ahí…-Agustina.

Florencia no podía creer lo que veía. Nunca pensó que su hermana lo haría de verdad. Mirar todo eso la puso caliente. Sintió como el calorcito llegaba a su cuerpo viendo como la pija de su hermano se la apoyaba toda a su hermana.

Una vez que Martín tenía la pija bajo el short apoyada en la concha entangada de su hermana, se quedó quieto así esperando la siguiente indicación.

-Ahora vamos a enseñarle a coger a Florcha. Vení acá hermanita, para que veas de cerca.-Dijo Agustina.

Florencia se puso de pie, y en el movimiento sintió la bombacha húmeda. Se sentó en una silla justo al lado de sus hermanos, para ver todo a pocos centímetros.

-Bueno pendejo, ahora quiero que te muevas para atrás y adelante como si me estuvieras cogiendo, si?- Le indicó Agustina, tratando de enseñarles a coger a sus hermanos.

El muchacho afirmó positivamente con la cabeza. Ya empezaba a transpirar un poco, estaba tremendamente excitado, con la pija bien gorda y a punto de estallar, pero no podía tocarse. Se tiró para atrás, y volvió hacia delante, apoyándola nuevamente sobre la concha. Le estaba encantando sentir como la pija se le apoyaba en esa parte tan sexy de su hermana, además de sentirla bien suave con cada achuchón.

Siguió con ese ritmo, hacia atrás y adelante, cogiéndola con la ropa puesta. Apoyó ambas manos en las caderas de su hermana para hacerlo mejor.

Agustina la miraba de costado a Florcha, con cara de excitación. Florencia miraba como la pija de su hermano parecía que iba a romper el short de lo empinada que estaba. Verla empujar y salir de la entrepierna de Agustina, la estaba calentando mucho, sintiendo que ya se le estaba mojando bastante la concha al ver todo eso.

Martín seguía cogiendo a su hermana con solo un short y una tanga de por medio, mientras, Agustina le habló:

-Podés tocarme las lolas hermanito. Poneme la mano en una teta.

La chica misma le agarró una mano al muchacho que tenía en su cadera, y se la llevo hasta su teta derecha. El chico apoyó la palma entera de su manito abierta sobre la teta de su hermana encima de la remera. La sentía pesada, suave y firme, estaba tremenda!

-Podés así pendejo? Tratá de acariciarme la teta mientras me seguís cogiendo. Ves bien Flor?-Preguntó Agus.

-Sí.

Estaban cruzando los límites. Florencia mirando todo eso estaba tan mojada que necesitaba tocarse el clítoris ya, como sea. Se aguantaba como podía.

Agustina si bien estaba más acostumbrada al sexo, sentía su chocha húmeda y recibir los pijazos de su hermanito la pusieron re caliente y excitada. También se estaba mojando a cada segundo.

Martín no aguantaba más. Estar cogiendose a Agustina, en cuatro, en la cocina, con Florcha mirando al lado, por más que sea con la ropa puesta, lo estaba dejando hirviendo. Cada vez que le apoyaba la pija en la concha, era un delirio de placer. Y más ahora, que le estaba acariciando como podía una de sus grandes tetas. Se la acariciaba encima de la remera ajustada, sentía que obviamente su hermana no traía corpiño. A cada caricia, podía sentir con su mano, el pezón de la chica bajo la remera.

Si se tocaba la verga con su mano, terminaría al instante.

-Y Flor, ves? Así se coge. Querés probar un ratito?-Le preguntó Agustina.

Florcha no sabía que decir, la tomó con sorpresa a la pregunta. Por un lado, le gustaba tanto lo que estaba viendo, que quería decir que sí, pero por otro, trataba de mantener la compostura y decir que no.

-No sé. –Florencia.

-Dale, ponete así como yo.-Agustina.

Florcha no lo pensó otra vez y se puso de pie. Imitó la posición de su hermana, parada en cuatro apoyando las manos y brazos en la mesa.

-Así?-Preguntó Florencia.

-Sí! Dale hermanito, le toca a ella ahora.-Respondió Agustina.

Martín retiró la mano que tenía en la teta de Agustina, y se separó de ella. Se puso atrás de Florcha.

Florencia traía puesta una calza ajustada negra, estilo leggings. Se le marcaba todo el enorme orto que tenía.

Al muchacho le encantó como se veía ese culazo apretado por la calza. Agustina se puso de pie, acomodándose la faldita, y se sentó al lado. Empezó con las indicaciones para sus hermanos:

-Bueno, ya sabés más o menos como hacer ¿no?-Le dijo Agustina a Martín.

-Sí.

-Poné las manos en sus caderas para que estés más cómodo, y apoyale el pito hasta encontrarle la chocha.

Agustina veía como Martín con esa enorme erección en el short, se acercaba a su hermana y se la apoyaba en medio del culo, encima de la calza. Le encantaba como se veía el paquete de su hermano, pero quería verle la pija.

Florcha se estremeció al sentir ese duro miembro apretando contra su cola. Ya la pobre sentía la bombacha inundada. Era la primera vez que hacía una cosa así con un chico… y era su hermanito menor!

El chico se inclinó con las rodillas y trató de apoyarla más abajo, buscando la zona de la vagina de su hermana. Una vez que apoyó su pene excitado en el cuerpo de Florencia, Agustina habló:

-Ahí tenés la concha Flor?

-Un poquitín más abajo.-Respondió Florencia.

Martín se despegó apenas, fue más abajo y apoyó de nuevo sobre la calza.

-Ahí.-Confirmó Florcha.

Florencia sintió la pija dura y parada de su hermano apoyando de lleno en su conchita bajo la calza.

-Bueno hermanito, ahora cojela como te enseñe.-Indicó Agustina.

Martín empezó a moverse como antes, moviéndose atrás y adelante lentamente sobre el cuerpo de su hermana.

Florencia permanecía con los ojos cerrados, mordiéndose el labio, mientras notaba como su hermano se la estaba cogiendo en cuatro con la ropa puesta. El muchacho comenzó a aumentar un poco la velocidad.

Su pija chocaba contra la concha, mientras su pubis chocaba contra la cola de su hermana. Estaba siendo apoteósico.

Agustina no se perdía detalle de todo, mientras disimuladamente se apretaba sus muslos para rozarse la conchita que ya la tenía mojada.

A Florencia le estaba encantando como su hermano se la cogía con la ropa puesta. Cada vez que sentía la pija dura y parada del chico chocar contra su vagina, le provocaba demasiado placer. Tenía la concha excitada, caliente y empapada. La pobre bombacha no daba abasto para absorber los flujos de tanta excitación que esa chochita virgen emanaba. Ya se le estaba empezando a mojar la calza.

A Martín le empezaba a doler la pija, la tenía muy muy parada, y al no poder sacarla del short, le estaba apretando demasiado.

Tras algunos movimientos más, en una de esas apoyadas fuertes sobre su hermana, Martín sintió que se venía, estaba por acabar. Se detuvo de inmediato. Se separó un poco de Florcha, y permaneció quieto.

-Pasa algo?-Preguntó Agustina.

-Perdón, es que… si seguía… iba a acabar.-Martín.

-Ahhh, está bien, no te preocupes. Estás muy caliente?-Agustina.

-Sí, mucho. Casi no aguanto más.

-Se te nota!-Dijo Agustina, mirándole directamente el bulto en el short.

Florencia seguía en su posición, con los ojos cerrados y la cara de excitada, esperando ansiosa a recibir más apoyadas sobre la concha.

-Bueno hermanito, cogela un poquito más y cuando ya ves que te venís, parás, así terminamos. –Le ordenó Agustina.

Le apoyó de nuevo la pija dura sobre la conchita a su hermana. La apretó sintiendo toda la cola gorda de Florcha en esa calza ajustada, lo hizo tres veces, cuando volvió a sentir que iba a acabar. Se separó inmediatamente de nuevo.

-No puedo más.-Le dijo Martín a Agustina.

-Ok. Lo hiciste muy bien pendejo… descansá ahora.-Le respondió su hermana mayor.

Martín agarró una de las sillas y se sentó, tratando de bajarse la calentura para que la pija le dejara de doler bajo el short, estaba extasiado.

Florencia se incorporó, se acomodó el pelo y también se volvió a sentar en una de las sillas, ya totalmente empapada entre sus piernas. No recordaba estar tan mojada. Creía que se había meado.

Ya con los tres sentados en la mesa, Agustina fue la primera en hablar:

-Bueno hermanita… ya te enseñe a coger ! –Dijo Agustina sonriendo.

-Ja… y yo que te estaba jodiendo cuando te lo dije! –Florcha.

-Soy buena maestra al final? Jajajaja.

-Jajaja sí...

-Y…? Te gustó coger?-Pregunto Agustina.

-...Sí... estuvo bueno.-Florcha.

-Cuando te la metan de verdad va a ser mil veces mejor. Estás excitada Flor?- Le preguntó Agustina a su hermana.

-Sí.-Respondió Florcha.

-Mucho o poco?

-Creo que mucho.

-Mojaste la bombacha? -Volvió a preguntar Agus.

-Si, mal boluda. ¿Vos? -Florencia.

-Yo también estoy un poco mojada.-Dijo Agustina mirándose la entrepierna.

Martín escuchaba todo eso y estaba como loco, seguía con la pija al palo.

-A vos hermanito? Te gustó?-Le preguntó Agus.

-Siiii.-Martín.

Florencia bostezó.

-Me agarró un poco de sueño.. vamos a charlar un ratito más a la pieza?-Florcha.

-Dale.. yo también tengo sueñito ya.-Agustina.

Martín se puso de pie y abrió la heladera… se fijó en que podía tomar, y agarró una lata de coca-cola fría. La noche primaveral estaba demasiado caliente…

Ambas hermanas se pararon y caminaron hasta su habitación. Le dijeron al muchacho que entre también. Cerraron la puerta y Martín les convidó de la lata de gaseosa. Primero tomó un trago Agustina, se quitó las botas y se acostó en su cama, luego Florcha bebió un sorbo de la lata y se acostó ella también en su propia cama. Martín acomodó un puff rosa que había allí y se recostó en él, en medio de ambas camas.

Ambas chicas lo miraban y todavía tenía el paquete hinchado, síntoma de seguir con la pija paradita. No tanto como antes, pero aún estaba excitado y se le notaba.

-Dios, no puede hacer tanto calor! –Dijo Agustina tirando la frazada de la cama al piso.

Mientras Agustina luchaba con sus pies tratando de tirar la frazada al suelo, con esos movimientos de piernas, Martín le miraba los muslos, tratando de verle la tanga debajo de la falda. Alcanzó a vérsela un poquitín ahí abajo… se le puso la pija dura como una roca de nuevo.

Florencia se la estaba mirando justo, y vio como la pija de su hermano se ponía cada vez más parada en el short, levantándose cada vez más en el pantalón… le encantó. Sintió un cosquilleo en la concha. Le pudo la curiosidad.

“¿Cómo se sentirá? ¿No le molesta tenerla así apretada?” Pensaba Florencia.

-No te duele? –Le preguntó Florcha a su hermano, mirándole la pija.

Martín y Agustina miraron a su hermana, tratando de averiguar a quien le hablaba. Agustina se dio cuenta que le hablaba a su hermano, y tras arrojar la frazada al piso, ella también le miró el bulto en el pantalón.

Martín se dio cuenta que le hablaba a él, pero no sabía a qué se refería, estaba embobado tratando de verle la tanga a su otra hermana.

-Qué cosa? –Preguntó el chico.

-Tu pito. No te molesta tenerlo así?-Volvió a preguntarle una curiosa Florencia.

Martín inmediatamente se percató de que la tenía súper parada y erecta, muy empinada en el short y dejó la lata en el piso, para llevarse ambas manos a esa zona para taparse la erección.

-Perdón.. es que… -Dijo el muchacho avergonzado.

-¿Qué hacés? No te tapes! –Dijo Agustina riéndose.

-Te da vergüenza? –Le preguntó Florencia.

-Sí !!!

-No seas tonto…somos tus hermanas, no tengas vergüenza.-Dijo Agustina.

-Pero…-Trató de decir algo Martín, cuando lo interrumpió Flor.

-Dale, no vas a tener vergüenza de tus hermanitas.-Dijo Florcha.

-Queremos ver como la tenes… mostranos, no seas malo.-Dijo Agustina excitada, tratando de convencerlo.

Martín se convenció y se sacó las manos de su paquete, que nuevamente quedó a la vista de sus hermanas.

Agustina y Florcha se la miraron fijamente y con atención, se quedaron ambas muy embobadas viéndole el ajustado y apretado bulto en el pantalón a su hermano.

-Parece que te gustó mucho coger, jajaja. No se te baja! –Dijo riéndose Agustina.

-Ya… no te burles! Me tapo de vuelta… –Martín.

-Nooo, estaba jodiendo hermanito. A mi también me gustó, si estoy mojada. A Flor también. O no que todavía estás excitada vos también Flor? –Le preguntó Agustina.

-Sí. -Respondió Florcha.

-Ves?

-Bueno, pero a ustedes no se les nota.. son re tramposas! –Martín.

-Jajaja.

-Jajajaja.

Ambas chicas se rieron.

-No me respondiste todavía. No te molesta tenerla así apretada? -Florcha.

-Si me molesta…y me duele un poco, pero no es nada.

Agustina y Florencia se miraron mutuamente y se sonrieron. Se leyeron los pensamientos una a otra.

-Querés sacarla? Así no te duele…-Dijo Agustina.

Martín se la quedó mirando.

-Estás loca? Me la van a ver!

-Si decís que te duele... la tenés muy apretadita, te vas a lastimar.-Agustina.

-Ya te dije que no es nada.. puedo estar así.-Martín.

-Seguro? La tenés re parada! No quiero que te lastimes el pito por nuestra culpa.

-Estoy bien hermanita.. sí me duele un poco, pero tranquila que no me va a pasar nada.

La pija le iba a estallar. Si no estallaba el short antes. Estar hablando con sus hermanas de esas cosas, más la cogida con ropa de hacia unos minutos… tenerla tanto tiempo apretada al pantalón le empezaba a pasar factura, era un dolorcito muy incómodo, aunque lleno de placer.

Entre Agustina y Florencia, que traían la suma de alcohol + excitación… estaban desatadas.

-Agu, te acordas cuando éramos chiquitas y lo veíamos desnudo? Que no sabíamos que era lo que tenía ahí.. jajaja!-Dijo riéndose Florcha.

-Siii.. jaja que le preguntábamos a mami porqué tenía pito!! –Contestó entre risas Agustina.

-Ustedes me veían desnudo?!?!? Cómo??-Martín.

-Si… creo que cuando te bañabas… mamá te sacaba la ropa y te bañaba ella, y nosotras mirábamos de curiosas!

-Recién me vengo a enterar!

-Jajaja… y parece que te creció mucho, eh.-Dijo Agustina.

Martín llevó su mano ahí para acomodársela un poco, ya empezaba a sufrir las consecuencias de tenerla tanto tiempo parada y apretada.

-Si te molesta mucho, sacátela… en serio.-Florcha.

-Para ustedes es fácil! –Martín.

-Bueno, pero no vas a estar tanto tiempo con eso doliéndote ahí... te vas a lastimar.-Agustina.

-Pero me da mucha vergüenza! –Martín.

-¿Vas a tener vergüenza de nosotras? Si ya te la vimos cuando eras chiquito! –Florencia.

-Eso.. dale, no podes tener vergüenza de tus hermanas. –Agustina.

-¿Están seguras? No sé.-Dijo Martín.

-Dale, queremos ver como te creció, jaja. –Florcha.

-Se nota que te duele, dale así también se la mostras a Flor, que todavía nunca vio una…va a ser la primera que vea así grandecita y parada. Aparte yo también quiero vértela. –Dijo Agustina.

-Está bien… ustedes ganan. –Martín.

El muchacho dejó la lata a un lado en el piso, y se llevó ambas manos a su short, agarró el elástico junto con el bóxer debajo y se lo fue bajando de a poco.

Las chicas miraban atentamente sin perderse ni un detalle de lo que pasaba ahí abajo. Lo primero que vieron fue el pubis de su hermanito con algunos pelitos claros, y luego le empezaron a ver el comienzo del tronco de la pija.

Martín siguió bajándose la prenda hasta que todo su caliente miembro quedó afuera, a la vista de ambas. Saltó como un resorte hacia fuera. Se bajó el short más, hasta también sacar los huevos afuera. Allí se detuvo, dejando el pantalón debajo de las bolas. La pija dura quedó al aire, parada, apuntando al techo.

Agustina y Florencia se la estaban viendo a su hermano menor. La tenía demasiado dura, con el prepucio recubriendo el glande, tapándolo.

-Wow… te creció un montón jaja!! –Dijo Agustina, devorándola con la mirada.

-En serio? No sé… como es de tamaño? Está bien? La de tu novio es más grande?-Preguntó Martín, con la preocupación lógica de todos los hombres.

-Mmmm.. no… creo que es más o menos del mismo tamaño… está perfecta!! –Respondió Agustina.

La tenía normal, era de un tamaño estándar.

Florencia la miraba con devoción. Era la primer pija que veía y le encantaba. Se puso la sábana encima para que no la vean, y disimuladamente se tocó encima de la calza. Palpó primero la zona del clítoris, y luego bajó con sus dedos, notando como tenía la calza húmeda. Estaba tan mojada que los flujos habían traspasado la bombacha ya.

-Y Flor.. qué te parece? ¿Te gusta? –Preguntó Agustina a su hermana.

-Sí. –Se limitó a responder ella.

-Hermanito, te animás a bajarte la piel para mostrarle la cabecita? –Preguntó Agustina.

-Ok.

Martín colocó tres dedos en su pija y se bajó el prepucio como se lo pidió su hermana, quedó a la vista el glande rojizo, bien excitado y todo húmedo por líquido pre seminal, muy a la vista porque se veía brillante.

A Florencia ver aquello la excitó aún más… no paraba de mojarse. Su conchita seguía lubricando como nunca. A Agustina también le encantaba y disfrutaba con todo ello.

Martín se sentía muy caliente pero algo incómodo, sus hermanas se la miraban sin pestañear!

-Me siento un poco acosado. No puedo verlas yo a ustedes?-Martín.

-¡Jajaja! Hoy me tocaste una teta, no es suficiente?-Agustina.

-Tenés razón.. pero..

-Ah!!! ¿Y las bombachas mojadas? No podés quejarte de desigualdad eh! Jajaja. -Dijo Agustina riéndose.

-Jajaja… me tapaste la boca, hdp.

-Si querés, antes de ir a dormir te doy mi tanga, para que veas lo justa que soy, je.

-Si quiero!

-¿Vos Flor, se la vas a dar?-Preguntó Agus a su hermana.

-Sí…creo que es justo por habernos enseñado el pito. Aunque esta vez la moje mucho!-Florcha.

-Ves que buenas que somos?

-Jaja sí.. gracias a las dos.

-¿Y cuanto tiempo la podes tener parada así? –Preguntó curiosa Florencia.

-Bueno… mientras esté excitado la voy a tener así…cuando deje de estar caliente se me va a bajar.. o después de acabar.

Florencia seguía mirándosela, viendo esa cabecita roja y húmeda que le parecía deliciosa, con el resto de la verga apuntando al techo.

-Parece que a Flor le encanta tu pija hermanito!-Dijo Agustina.

-Sí, está re linda boluda.-Florcha.

-A mi también me gusta! Está hermosa así paradita.-Agustina.

-Bueno.. ustedes pueden ver lo caliente que estoy, pero yo no a ustedes! Eso sí que no es justo! –Dijo el chico.

-¿Qué querés ver? Nosotras también estamos excitadas!-Agustina.

-Bueno, quiero que me lo demuestren como yo a ustedes!-Martín.

-¿Cómo? Querés que te muestre la tanga? No sé como demostrarte que estoy mojada.

-Sí! Así estamos a mano…

Agustina no se lo pensó dos veces. Se sentó en la cama, en el borde, y abrió las piernas un poco. Se levantó un poco la falda, para mostrarle la entrepierna a su hermano.

-Mirame! Notás lo mojada que estoy?-Agustina.

-Ciertamente no veo desde acá. Puedo ver de más cerca?-Martín.

-Dale.

El chico se acercó aún más, poniendo la cara casi entre las piernas de su hermana mayor. Observó lo que parecía la tanga húmeda, apenas se notaba, lo que se volvía a notar eran los labios de la concha marcados en la tanga. Al estar tan cerca, lo invadió un olor bastante conocido.

-Agu… espero que no te moleste lo que te voy a decir, pero el olor que tenés es riquísimo!-Dijo el muchacho, sintiéndole el olor que le era familiar.

-Jajaja! Es mi concha excitada pendejo…

-Me dejás olértela un minuto de más cerca?

-…Bueno, si es lo que te gusta… oleme la concha.. pero no se vale tocar! –Agustina.

El muchacho no se lo podía creer. Su cara estaba a centímetros de la vagina de Agustina… el olor tan característico provenía de su entrepierna, tapada por la tanga húmeda. Le sintió el olor a excitada hasta que la chica misma cerró sus piernas delante de él.

-Te gusta? –Preguntó Agustina.

-Sí.

-Ves lo excitada que estoy? Mostrale vos Flor.

-Hago lo mismo? –Preguntó Florcha.

-Si querés… -Le respondió Agustina, volviéndose a acostar en la cama.

En esta ocasión, fue Florencia la que se quitó la sábana y se sentó en el borde de su cama, abriendo ligeramente sus piernas. No se bajó la calza.

Martín inmediatamente se volteó hacia el otro lado y se puso entre las piernas de Florcha. La miró para que ella le diera el vía libre. La chica le hizo el gesto de que lo hiciese.

Movió la cabeza hasta poner su nariz cerca de la entrepierna. Empezó a olerle la concha a su otra hermana. Esta vez el olor era más fuerte, aunque igual de rico. Permaneció así mientras la pija le daba saltos de lo caliente que estaba. Mientras se la olía ahí abajo, Florencia le miraba la verga parada, y el glande rojizo todo húmedo. Ella seguía chorreando. Sentía que estaba mojada hasta la cola. Hacer eso era muy excitante. Tras unos segundos oliendo la conchita de Flor, la chica le cerró las piernas.

-Yo también tengo olor rico?-Florcha.

-Siiii.

Ambas se rieron. Florencia se volvió a acostar, mientras que Martín también se recostó en el puff, con la pija apuntando al techo más que nunca. Las chicas no dejaban de vérsela…

Luego de un rato más de seguir hablando otras cuestiones sin mucha importancia, ya cuando estaba cerca de amanecer, el sueño se hizo presente.

-Bueno… creo que me voy a dormir ya. –Dijo Agustina tapándose con la sábana.

Florcha ya estaba tapadita. Martín permanecía en el puff en el medio de ambas camas, aún con la chota en pie de guerra.

Agustina se metió la mano bajo la falda, y se bajó la tanguita blanca mojada por sus muslos, hasta llegar a los tobillos y sacársela. Al estar cubierta por la sábana, no podía verse nada. La tomó y se la mostró al chico, riéndose. Se la tiró a su hermano. Él la agarró.

-Tu regalo hermanito.

-Gracias Agu!

Florcha al ver esto, hizo lo propio. Abajo de la sábana, se bajó la calza hasta sacársela, mientras Martín y su hermana la observaban. Florencia tiró de su bombacha hasta los pies, quitándosela por completo. Cada movimiento que hacía, notaba lo mojada que estaba, toda enchastrada. Se la alcanzó a su hermanito también.

De pronto Martín tenía la tanga blanca y húmeda de su hermana Agustina en una mano, y en la otra una bombacha negra toda enchastrada de su otra hermana Florencia, y él con la pija dura a la vista de ambas.

-Gracias Flor.

-De nada.

El chico lo primero que hizo fue acomodar la doblada tanga de Agustina, y la olió primero, en la zona vaginal. Estaba muy húmeda y brillosa, con mucho olor. Le encantó.

Pasó a la otra. Abrió bien la bombacha negra y se dio cuenta de que esta estaba directamente muy mojada. Lo notaba a cada tacto con sus dedos, que Florencia se debía haber chorreado como una zorra. La parte interior estaba toda llena de flujos hasta la parte más delgada de la cola, completamente empapada. ¿No se habrá meado?

Le sintió el olor y era muy profundo y embriagador… tremendo.

A todo esto, las chicas no se perdían detalle de cómo lo hacía su hermano.

-Cuál te gusta más? –Preguntó en broma Agustina.

-¡Ambas!

Eso lo puso a full al pendejo calenturiento. Era demasiado, demasiada excitación. Tenía que tocarse ya.

Agustina se daba cuenta de lo desesperado que estaba, se le notaba mucho.

-Bueno chicas… si no les importa.. voy a… -Trataba de explicar Martín, haciendo gestos con las prendas en sus manos.

-No hay problema de que lo hagas acá hermanito.-Dijo una ya muy caliente Agustina.

-Acá??!?! En serio??

-Yo no tengo ningún problema, así es más cómodo para vos ahí acostadito. Para vos es un problema Flor?

-No… que lo haga acá así lo vemos, tengo curiosidad.-Florcha.

-Ya la escuchaste hermanito.-Agustina.

Jugando, tonteando, y bromeando en la mesa de la cocina, las hermanas y el chico terminaron en la pieza los tres re contra excitados y calientes. Esa noche el límite se rompió.

Martín se llevó una mano a su miembro, mientras sostenía ahora con la otra, ambas prendas. Se la subió y bajó lento dos o tres veces, cuando notó que le ardía.

Se llevó la manito a la boca y se escupió algo de saliva. Volvió a la pija y la embardunó con baba. Mucho mejor. Ahora su mano se deslizaba perfecto en su tronco duro y palpitante hacia ya un par de horas. Bendita juventud.

Mientras empezaba la paja húmeda, olió ambas prendas, las dos juntas. Lo que lo estimulaba el olor a concha de sus hermanas era inaudito.

El chico pensaba en que sus hermanas ahora mismo estaban desnudas bajo la sábana, ambas con la concha bien mojada y caliente, viéndolo hacerse una paja con sus tangas y bombachas repletas de humedad vaginal.

El bendito problemita apareció otra vez. Bajo esas impresionantes condiciones de morbo y calentura, era imposible aguantar mucho.

Florencia y Agustina miraban atentas y sin pestañear como su hermano menor se hacía una lenta paja, subiendo hasta el glande hinchado y gordito, hasta la base, alcanzando a rozarse los huevos. Agustina tenía los pezones duros bajo la remera, y la conchita toda hinchada y viscosa, lista para meter lo que sea. Florcha estaba igual, pero encharcada, sintiendo los muslos y las sábanas del colchón ya mojadas. Hacía rato era solo una sensación, pero ahora ya sentía de verdad tener la cola mojada en flujos también. Por no mencionar que sentía mariposas en el estómago. Estaban fuera de control.

Martín continuó con su trabajo. Se masturbaba lento para estirar al máximo el momento. De a ratos paraba, y se ponía a oler la bombacha de Florcha, y de a ratos la tanga de Agus, mientras se pajeaba.

Verle oler su propia bombacha mojada, a Florencia la concha le pedía a gritos una toqueteada. Disimuladamente debajo de la sábana, se tocó el clítoris hinchadísimo que tenía en ese momento. Notó sus dedos mojados. Otra que en cuanto se tocase un poquito, iba a tener un orgasmo.

El muchacho como acto final, sintió el olor de ambas conchas aspirando las dos prendas juntas, sintiendo su mano llena de flujos vaginales de sus hermanas, y ya era hora. Apenas sintió que se venía, llevó ambas telas a su pija, para acabarlas encima delante de sus dueñas calenturientas.

Se pajeaba ahora a toda velocidad para que salga la leche, mientras obtenía ese tremendo orgasmo aguantado desde hacia horas, habiéndose cogido a sus hermanas con ropa, habiéndoles enseñado la pija, habiéndoles olido la concha directamente de sus entrepiernas, y con sus tangas y bombachas que ellas mismas le dieron.

El primer chorro salió disparado contra la cama de Agustina, pegando en el borde de madera. Los demás se estrellaron contra la tanga de su hermana mayor y la bombacha de Florencia. Sus huevos descargaban semen, y más semen, estaba siendo un orgasmo bastante más largo de lo normal… que gusto! Cuando dejó de salir leche, Martín se limpió con ambas prendas toda la pija, dejándola completamente limpia. Salió tanto semen que tanto la tanga blanca como la bombacha negra quedaron repletas de leche caliente.

El chico se relajó, y les mostró ambas telas a sus hermanas, una en cada mano, mientras la verga se le ponía flácida de a poquito…

Entre las chicas excitadas, y el semen vertido por el muchacho, el olor a sexo que había en esa habitación era supremo.

Ambas hembras se quedaron mirando atontadas como esa pija caliente sacó tanto esperma. Agustina estiró la mano para alcanzar la del chico, y agarró su tanga…

De inmediato sintió sus dedos calentitos por estar tocando la leche de su hermano.

-Mirá lo caliente que estabas!! Me la enchastraste toda con tu semen.-Dijo Agustina mirando la tanga de cerca.

Florcha también estiró la mano y agarró su bombacha negra, que ahora parecía blanca por la enorme cantidad de leche.

Ambas estaban tocando el semen caliente recién eyaculado de su hermanito.

-Viste lo calentito que está boluda? -Agustina.

-Sí…-Florcha.

-¿Te animás a probarlo?-Agustina.

-¿¡¿En serio?! ¿No es un asco?

-Probalo antes de que se enfríe Flor!

-¿Que gusto tiene? Probalo primero!

Agustina miró a su hermana para enseñarle como hacerlo. Pasó uno de sus deditos por la tanga para juntar un poco de semen, y se lo metió en la boca, apretándose el dedo con los labios. Le agradó el sabor, pero más le gustó sentirlo calentito.

Se sacó el dedo de la boca y buscó más, para darle otra probadita.

-Está rico boluda, dale probalo.-Agustina.

-Ok.

Florcha trató de hacer lo mismo. Hundió uno de sus dedos en la bombacha llena de sus flujos y la leche de su hermano. Juntó algo de semen y se lo metió en la boquita. La primera sensación fue sabor algo dulce.

-Mm. Está raro… es un sabor muy raro, medio dulce, ¿no?-Florcha.

-Sí… será la coca-cola! Jajaja-Dijo riéndose Agustina, mientras le daba otra probada, esta vez juntando más leche aún calentita de su tanga.

Florencia hacia lo propio. Juntaban semen con los deditos y se lo metían en la boca. Dieron un par de probaditas más, hasta que se fue enfriando el esperma. Luego le entregaron las prendas completamente sucias a su hermano para que las lleve al lavarropas.

Martín no se podía creer lo que había visto. Probar su leche??? Si todo lo que había sucedido no era suficiente… habían más sorpresas! Si viendo como sus hermanas se metían sus propios dedos llenos de leche y flujos vaginales en la boca, casi la tenía ya erecta de nuevo!

Se subió el short y salió de la habitación, con ambas telas encastradas.

-Hasta mañana chicas… y gracias.

-Hasta mañana hermanito… ah, y acordate que ni una palabra a NADIE.

El muchacho asintió con la cabeza y salió.

Fue hasta el lavadero y las tiró allí dentro. Había más ropa, así que lo puso en funcionamiento y cerró la puerta.

Se fue a su habitación a dormir, ya con los primeros rayos de sol de la mañana saliendo.

Las hermanas, se quedaron hablando de lo sucedido, mientras seguían acostadas en sus camas.

-Che.. no nos habremos pasado un poco?-Florcha.

-Boluda.. estoy más excitada que nunca y me venís a preguntar eso? Jajaja.

-Jaja… yo también… no sabés como tengo la concha… me mojé mal! Estoy manchando la sábana, haceme acordar mañana de lavarla.-Florcha.

-Me encantó la pija que tiene. Me dieron unas ganas de metérmela en la boca! –Agustina.

-¿Y después cuando se hizo la paja? No puedo creer como nos pusimos!

-Perdóname pero yo necesito tocarme hermanita.

-Yo también Agus.

-Bueno, hagámoslo las dos juntas.. pero sin hacer ruido!

Florencia y Agustina se quitaron toda la ropa, y se taparon con la sábana. Se empezaron a masturbar.

Agustina se pasaba una mano por el pubis peladito, tocando el clítoris. Casi se muere. Siguió bajando frotándose los labios bien húmedos. Se metió dos dedos fácilmente en la concha, los sacaba y metía. Con la otra mano, se chupó un dedo y se lo metió ligeramente en la cola.

Florencia, se abrió bien de piernas, se tocó primero el pubis peludo, y después la vagina. Palpó como tenía los labios, súper hinchados. El clítoris lo sentía grandecito, y muy sensible. Tenía la concha chorreando, se deslizó un dedo un poquito adentro de la chocha pero no quería forzar el himen. Se contentó como siempre disfrutando el clítoris.

Mientras ambas emitían leves gemiditos, estaban por llegar al orgasmo.

-¿Ya probaste meterte el dedo en la concha?-Agustina entre jadeos.

-…No… todavía no, me duele un poco.-Florcha.

-Mmmhhh… intenta metértelo en la cola.-Agustina.

Florencia, mientras mantenía una mano en el clítoris, con la otra buscó su ano, levantó la cola un poco y se metió la mano entre sus enormes nalgas. No hacía falta lubricación porque estaba llena hasta el ojete de flujo. Encontró el agujerito y trató de metérselo, entró re fácil. Se estremeció enseguida al sentir medio dedo adentro del culo. Se masturbó más el clítoris, con el dedito metido adentro de la cola y acabó. Se retorció en toda la cama, emitiendo gemidos bajos.

-Ahhhhh mmmmmm….uhhh

Agustina escuchó a su hermana y también se vino, masturbándose el clítoris con dos dedos entrando y saliendo de su conchita.

Tras los súper-orgasmos… se quedaron calladas y quietas, despatarradas sobre las camas, a patas abiertas.

-Uffff… hermanita! Creo que nunca tuve uno así!-Agustina.

-Mmmhhh ni yo… estuvo tremendo!-Florcha.

-Como nos puso este pendejo, por dios…

Florencia se sacó el dedo de adentro la cola, mientras se acariciaba la concha con su mano… así hasta que se durmió. Agustina palmó enseguida.

Continuará…