Hermana y madre

Así nos iniciamos en el incesto

HERMANA Y MADRE

No sé bien cuando empezó todo aquello. Lo que sé es que me gusto el juego que iniciamos con mi hermana dos años mayor.

Empezó una tarde de un invierno crudo y que hacia que todos nos tuviésemos que quedar adentro de los hogares. Refugiados y aburridos.

Recuerdo que una tarde nublada, a la hora de la siesta, llegó hasta mi un rumor. Escuchaba voces cercanas, como ahogadas, pero algo nítidas.

Salí del cuarto, adivinando de donde provenían. Caminé aguzando la oreja. Hice unos pasos y me pareció que venían de l habitación de mi madre. Gemidos. Susurros.

__¡Siii sigue, así, cachorrita, ohhh, sí, ahí, ahí, lame, ahhhhh!!!__ mi madre estaba con alguien y estaba gozando. Cogiendo. Mi corazón se detuvo. No sabía que hacer. Si asomarme o irme corriendo de allí. Fue mas fuerte la curiosidad. La puerta entreabierta era una tentación.

Miré, no sabía lo que iba a ver. Mi madre de enormes tetas, abierta de piernas, con su conchita depilada, chorreando baba, y entre las piernas de mi madre, si, no lo podía creer, mis ojos no daban crédito a lo que veía, si, en medio de la piernas, aún sabrosas de mi madre, estaba mi hermana Susy.

Ella, mi hermana estaba con su hermosa cola apuntando para la puerta, y le metía lengua a mi madre, desbordada de locura y calentura. Tragué saliva. Respiré suave. Sin dejar de ver la escena espectacular, por otro lado, que las dos mujeres me brindaban. Ahora, con el paso del tiempo, creo que fue adrede.

__¡Sigue, morcito, sigue, ahhh, ahhhhh!!__ mi madre gritan teniendo otro orgasmo. Temblaba. A mi la calentura me empezó a absorber. Mi verga empezó a levantarse, aunque hacía esfuerzos porque no pasara, después de todo eran mi hermana y mi madre, las que estaban dándose placer, como dos perras insaciables.

A pesar de la sorpresa, la confusión, nunca la había visto a mi madre tan hermosa, se le transfiguraba la cara cuando la lengua de Susy se movía en su entrepierna. Observé. Mi madre giró su hermoso cuerpo.

__¡Cómeme el culo, chiquita, anda, como a ti te gusta!!

__¡Mi lengua se vuelve loca con tu ojete!!__ esas conversaciones, delataban un trato diferencial de ellas, desde hacía bastante tiempo, eso es lo que me pareció.

La lengua de Susy perforó el ojete divino de madre. Escarbó y los gemidos de la zorra se escapaban por el cuarto impregnado de sexo y fluidos.

Allí mismo saqué mi verga al aire y empecé a acariciarme descontrolado. El espectáculo que me ofrecían me volvían un ser lleno de lujuria y perversión. Las imágenes de aquellas mujeres chupándose me enajenaban. Meneaba mi pija cada vez mas dura, salvajemente.

Los suspiros de mi madre y Susy me encantaban, me calentaban y me transportaban a un mundo desconocido para mi, hasta esos días.

__¡Ahh te gusta madre, te gusta perra!!__ decía mi hermana llena de lujuria

__¡Me encanta mi niña puta, dame tu lengua ahhhhh!!__ gritaba la zorra de mi madre.

Mi pija empezó a expulsar chorros de leche en mi mano y en el piso y creo que salpiqué un poco la pared, descontroladamente. Mordí mis labios, los jugos salieron de mi cuerpo, seguí masajeando mi pija hasta que la última gota cayó de la punta brillosa y aún latiendo.

Busqué papel de cocina y limpié como pude el piso. Luego avergonzado y confuso y caliente me retiré a mi cuarto con esa imagen que me persiguió durante varios días.

Cada vez que la imagen me aparecía, mi verga se levantaba y se ponía dura y rígida de forma veloz.

Fue así que un día de tantos recibí la visita de Susy en mi cuarto. Yo estaba tirado leyendo una revista, despreocupado.

__¡Hola hermanito!

__¡Susy!

__¡Estas muy relajado!!

__¡Sí, en realidad, aburrido!

__¡También yo!¡Podríamos hacer algo!

__¡Si…jugar cartas!__ die burló, sabiendo que ella odiaba los juegos de cartas

__¡Ni se te ocurra, tonto!!

__¿Y entonces?

__¡Tengo algo mas divertido!!

__¡Dime!

__¡Yo te hago una pregunta, si no la sabes te quitas una prenda, si aciertas me quito una prenda yo!!__ el juego me pareció que iba a tener un final. Ese final a mi me gustaba. Es mas a medida que empezó a transcurrir el juego, mi sexo empezó a palpitar y a crecer, hasta llegar a tener una erección evidente.

Así fue que llegué a quedar en calzoncillos y ella en tanga.

__¡Veo que tu pito esta parado!!

__¿Tu dices?

__¡Sí vamos, me lo dejas ver!!

__¡Igual lo vas a ver si me ganas esta pregunta!!__ dije inocente

__¡A ver quiero ver tu verga, ¿No quieres que la toque?__ dijo y yo me quité veloz el calzoncillo. Nuevamente aparecían las imágenes de ella y mi madre. Mi verga salto rocosa hacia arriba. Ella la alcanzó con la mano. La movió, la acarició con los dedos de la otra mano. Ya salía un pegajoso líquido seminal, mi calentura era descomunal, ella estaba sentada a mi lado y parecía disfrutar de todo aquello tanto como yo.

__¿Te gusta?__ me preguntaba jadeando la perra.

__¡Sí claro!__ decía yo en tanto tragaba saliva. Amasaba mis bolas, y mi verga era sobada de manera magistral y dedicada ella me miraba a los ojos, y sonreía picara y entregada a su tarea, lo hacía de manera genial.

Gozaba plenamente de aquella paja que me brindaba mi hermana.

__¿Quieres chupar mis tetas?

__¡Sí claro, ahh, me , me encantarían, se ven, ahhh, tan lindas!!__ hice el ademan de acariciarlas. Ella se alejo sonriendo sin dejar mi pija erecta.

__¡Ohh dejame por favor, dejame tocarlas!

__¡te hare una pregunta!__ dijo mojando sus labios

__¡Si, ahhh, dime, ohhh, si sigue!!!

__¿La tetas de mama te gustan?

__¡Ohh como no me van a gustar, ahhh, ahh, son hermosas!!!

__¡Si, bien!¡Me gusta lo que dices!!__ diciendo así se acercó a mi boca con sus tetas paradas y me las dio a probar. Fue el sumun. aquellas hermosas tetas eran un bocado impensado para mi. Las lamí. Las chupe y arranque los primeros gemidos de la boca de Susy, aquella zorra pervertida que me estaba pajeando increíblemente.

__¡Ohh si hermanito chúpalas, cómelas, ahhh!!!__ parecía un bebe glotón, las mordisqueaba, y ella aceleró sus masajes, sentí fiebre, sentí una corriente que no podría detener y me deje ir en sus manos, las llene de leche, un torrente de semen salió disparado de mis entrañas y ella recogió con sus dedos y mostrándome se comió parte de mi semen.

__¡Oh Susy que gran paja!!!__ ella seguía agarrando mi verga que se derrumbaba paulatinamente y me beso sin mas, haciendo que probara parte de mi propio sabor. Nuestras lenguas estallaron en besos y chupadas, haciendo que la saliva escapara de nuestras bocas salvajes y calientes.

Ella se movió después de un momento en que nos besábamos. Se acomodó un poco la ropa. Se puso de pie. Me miro me dijo que luego tendría mas novedades, que aquello recién comenzaba.

Me quedé super pensativo. Un poco preocupado. Sin saber adonde nos llevaría todo aquello. Cavile, pero luego, fui dejando fluir, me quedé con muchas ganas, obviamente, de hacer algo mas con aquella putita zorra de Susy, mi hermana, la calentona, al rato estaba alzado otra vez, con ganas de penetrar a aquella mujer que me había calentado tanto.

Paso el tiempo y cayó la noche. Cenamos como todas las noches. La cena fue normal. Ni un dicho de lo ocurrido aquella tarde. Mi hermana me miraba como hasta aquel día, sin dejar traslucir ninguna emoción extraña.

Yo estaba nervioso. Muy caliente, no podía quitar la visión de su mano en mi verga, de sus pechos en mi boca golosa. Me había quedado con ganas. Estaba a punto de descontrolarme.

__¡Escucha luego lavamos los paltos Susy!__ dijo mi madre

__¡No madre, los lavo ahora, Rudy me ayudara!!__ dijo sonriendo y me miro con sorna.

__¡Eh, sí madre, yo la ayudo!!__ dije torpe

__¡Esta bien, pero luego quiero verlos en mi habitación, estamos!!__ dijo severamente

__¿Qué hicimos?__ pregunté a Susy

__¡Nada!¡No te asustes, no es nada malo!!__ diciendo así me restregó su orto por encima del pantalón. Mi verga enseguida se puso tiesa. Yo sin vergüenza tome unos de sus pechos y los apreté deliciosamente. Pellizqué su culo y ella jugaba a escapar de aquellos ataques provocados. Estaba muy caliente, ardiendo. Sentía que me derretiría en cualquier instante.

__¡Ven vamos, madre nos espera!!__ camine detrás de ella. Me tomo la mano. Yo iba detrás de aquella mujercita salvaje y sensual. Entramos a la habitación de madre. Abrí grandes los ojos. estaba sentada al borde de la gran cama, desnuda por completo y peinando su largo y sedoso cabello.

__¿Te gusta lo que ves?__ preguntó mi hermana mientras iba y besaba la nuca de nuestra madre, que brillaba hermosamente en aquella cama. Mi pija era una roca, no soportaría mucho tiempo más aquella volcánica sensación.

__¿No dice s nada querido?__ dijo mi madre y pude ver sus enormes pechos, tan hermosos, parecían llenos de miel y de leche.

__¡Ven, acércate, no temas, soy una mujer!!__ mi hermana Susy, en tanto quedó desnuda igual que mi madre y comenzó a besar los pechos de madre, que empezó a suspirar y gemir como una gata en celo. Ella tomo mi mano, yo de pie, ella sentada. Aflojo mi cinto y el pantalón cayó al piso, quite mi remera, y ella lentamente quitó mi calzoncillo y de inmediato saltó mi poronga endurecida y venosa.

__¡Oh que belleza de pija tienes hijo!!__ diciendo así se la metió a la boca sin dudarlo. Empezó a succionar y yo puse los ojos en blanco al borde del desmayo. Con sus manos acariciaba mis bolas, a punto de explotar. Las sopesaba. Las estrujaba.

__¡Oh mami, mami, vas a hacerme acabar!!

__¡Ohh le darás la leche a mami, sí, dame, dámela, bebe!!__ mientras mi hermana metía los dedos en la concha de mi madre que se abría a la voracidad y al placer. Estábamos todos enloquecidos y muy alzados. Mi madre se comía mi verga sin remilgos, dándome un placer exquisito.

La boca de mi madre mamaba mi carne y me hacía temblar, no puede aguantar mas y empecé a largar mi corrida , abundante leche fui largando y llenando la boca de madre que tragó y tragó hasta la última gota. Muy golosa. Temblaba todo mi cuerpo. Ella sentada, siguió lamiendo y chupando, hasta sacar hasta el pequeño resto de semen que quedaba en mi pedazo ya un poco flácido.

__¡Ven arrodíllate, besa a tu madre cariño!!!__ Me metí en medio de las piernas de madre y mi lengua se hundió en aquella húmeda almeja. Chupé, metía mi lengua hasta el fondo, los gemidos de madre empezaron a hacerse oír por todo el cuerpo. Mi hermana seguía chupando los globos de nuestra madre y su saliva chorreaba y caía por mi cara, yo me comía la concha, guiado por madre que llevaba mi cabeza, mostrando los lugares que a ella le gustaban ser acariciados por mi lengua fogosa e incansable.

Ella tenía orgasmos uno detrás de otro, sin descanso. De vez en cuando se besaban en la boca con Susy, que también gemía y ya madre le clavaba los dedos pero en el ojete.

Mi pija se había levantado otra vez, aún no estaba satisfecho. Madre noto esto, y se acostó sobre la cama. Me tiré sobre ella, bese su boca por vez primera. Nuestras lenguas chocaron fogosas, salvajes. Cuando menos lo pensaba, estuve dentro de ella. El calor de su almeja era sensacional. Empecé s bombear por instinto.

__¡Despacio, cariño, no te apures, así, despacio, ohhh, me gusta tu verga en mi!!!__ decía mi madre totalmente caliente y emputecida. Yo hice mas lentas mis embestidas, tratando de controlarme. Mi hermana se puso a horcajadas en la cara de mi madre y su conchita fue directo a la boca. La lengua empezó a clavarse en Susy que tomaba mi cara y me llenaba de besos y lamidas.

Entonces me aferré a los globos de mi madre, mi boca los saboreó, los chupé interminablemente, no quería salir de allí. los había deseado durante mucho tiempo y sabía que no me saciaría fácilmente.

__¡Ahhh cariño, me estas haciendo gozar como perra!!¡¡No me acabes dentro, trata, ay, ay ahhh!!!__ gemía ella y yo bombeaba despacio, aguantando, aguantando. Saqué veloz la verga de su interior y como pude la lleva a la cara de ellas que se extasiaron bebiendo mis jugos que saltaban por toda su cara. Ambas recibieron gotas pegajosas y luego se chupaban entre ambas, hasta limpiarse una a la otra, se besaban y se chupaban.

Quedamos unos momentos tirados, yo en medio de ellas. Mi madre besaba mis tetillas, mientras mi hermana buscaba mis labios y jugaba con mi lengua.

Así empezó aquel juego con mi hermana y mi madre. Duro años, me fui de casa y cuando regresaba, teníamos sesiones de sexo interminables. Mi hermana nunca se fue de casa y compartieron amantes con mi madre hasta que la vida quiso.-