Hermana divorsiada
Dos hermanos cuarentones, con sus matrimonios destruidos, se encuentran una noche , donde todo puede pasar ...
Una noche hace tres meses más o menos, disfrutando de mi soltería, divorciado hace dos años, sin ningún compromiso, deambulando en busca de acción, terminé cerca de las 2 de la mañana en un conocido Pub de mi ciudad, para gente adulta , cuarentones, donde me topé con mi hermana menor. Ella tiene 42 años, yo 45 años, ya estamos viejos. Andaba con dos amigas del trabajo, yo solo, y al verme pasar y verme solo, me invito a sentarme con ellas.
Hace unos pocos meses ella también se había separado de su marido y era la primera salida que tenía desde ese acontecimiento. En un principio conversamos de cualquier tema entre los 4, hasta que en un momento que sus amigas nos dejaron solos cuando fueron al baño, le pregunte como estaba con su divorcio. Me dijo que la verdad estaba muy complicada, habían sido meses duros, más que por ella , por sus hijas, porque con mi cuñado ya las cosas andaban mal hace mucho tiempo, pero que era un excelente papá y que mis sobrinas andaban tristes, lo extrañaban muchísimo, etc. Sus amigas volvieron a la mesa, pero nosotros seguimos conversando de lo nuestro, aparte que por la bulla del local, no escuchaban mucho lo que hablábamos, casi gritándonos al oído. Terminé conversando de mi experiencia personal, el tema de sus hijas (que en ese momento estaban con el papá), de dinero, de las visitas, que tenía que separar las cosas , etc. , la hora pasó, ya era tarde , sus amigas se despiden y se van , dejándonos solos.
Estaba muy alegre y me dijo que le había servido muchísimo conversar conmigo, escuchar mi experiencia, recibir mis sabios consejos de hermano mayor y salir para desahogarse un rato, tomar nuevos aires, pasarlo bien. Yo por mi parte le decía que no se estresara mucho, que así es la vida, que era una mujer muy atractiva y que de seguro conseguiría pareja, obviamente que ahora no era el momento, pero que disfrutara su soltería. Y de seguro tenía razón, ya que mi hermana es una mujer muy especial, con un buen trabajo, es bonita, claro con unos kilitos de mas , pero casi nada, considerando su edad y madre de dos hijas , bien llamativa para el sexo opuesto, bien tetona y culona , de no haber sido mi hermana ,de seguro esa noche ya hubiese intentado algo con ella.
Habíamos bebido bastante y lo seguíamos haciendo, no al punto de estar ebrios pero sí ya bastante mareados, riéndonos, abrazándonos en todo momento. Estábamos en una de las esquinas del local, al fondo, sentados en un sillón de esos en forma de “L”, tapados por la mesa y con mi mano detrás de su espalda, cuando consciente o inconscientemente bromeando, le agarre una nalga. Ella no dijo nada, solo se rió, seguramente tomándolo como una travesura de su hermano mayor, pero al poco rato lo volví hacer, tampoco dijo nada, pero a la tercera vez, ella se acerca a mí, hablándome al oído (por la bulla del local), apoyando su mano en mi pierna, diciéndome que no la tocara que andaba sensible. Pero escuchando eso, no me detuve, al contrario al poco rato volví hacerlo, como si fuera un juego, dándome cuenta que a ella le gustaba el juego que hacía su hermano mayor.
Ordené otro trago y le pedí uno para ella. Me dijo que ya estaba pasada de copas, pero ya con pedirlo, la obligaba a tomárselo. Cuando llegó el mozo con los tragos, mientras los servía, le pegué un nuevo agarrón a su culo y esta vez le deje la mano ahí. Ella riéndose disimulando para que el mozo no se diera cuenta, hasta que el se va, vuelve apoyarse sobre mi pierna y me dice al oído que le sacara la mano, repitiéndome que estaba muy sensible, pero junto con decirme eso, me aprieta la pierna, recibiendo de mí parte un apretón más fuerte. Riéndose, siguió mirando el show, bebiendo su trago y yo con el brazo tras su espalda, con mi mano sin moverse de su culo. Con mi vaso en la otra mano, le hablaba al oído de cualquier cosa, notando que le daba cosquillas, pero que no sacaba la oreja. Lo repetí varias veces y en una, junto con hablarle al oído, le apretó el culo y le doy un suave mordisco en la oreja. Ahí se estremeció y se corrió un poco riéndose, pero volvió hablarme, sin separarse de mi oído, con su respiración más fuerte y su mano apretándome la pierna nuevamente, me pide que por favor le saque la mano, que eso la colocaba nerviosa
Obviamente no lo hice y sin sacar mi mano de sus nalgas, se las seguí acariciando, mientras ella apegada a mi oído, susurrándome risueña con voz traposa, me pedía una y otra vez que me detuviera, mientras con su mano me apretaba más fuerte la pierna, enterrándome ya las uñas, en clara evidencia que se estaba excitando, hasta que en ese momento, luego de un suave apretón de culo, se le escapó un pequeño gemido que no pudo retener. Con más fuerza se lo apreté dejándoselo apretado, hasta que ella subió un poco su mano y me toco a mí la entrepierna, con un suave gemido que escapo de su boca.
Ya le acariciaba la cola continuamente y ella me pedía una y otra vez que la cortara, riéndose, hasta que me dijo al oído, que la cortara, que la estaba calentando de verdad. Ya de ahí, le dije directamente que nos fuéramos a otro lugar, pero me dijo que no, que estaba loco, aunque no se separaba de mí, le gustaban mis caricias, yo seguía tocándola y ella a mí. Le volví a insistir que nos fuéramos a otro lugar donde pudiésemos estar solos, y ella seguía rechazando mi propuesta, diciéndome que se nos estaba escapando de las manos la situación.
Ahí ya se me puse descarado y con la mano que acariciaba su cola, se la metí por debajo de sus nalgas y comencé a dedearle el culo fuertemente. Ya sus risas se desvanecieron completamente, se estremeció enterrándome las uñas en la pierna, apoyó en mi hombro suspirando, diciéndome con su voz traposa, que no fuera malo, que si no fuera su hermano seguro ya abría accedido, pero que por favor la dejara, que no quería. Sin embargo, no se me separaba, hablándonos al oído hasta que en un momento, casi nuestros labios se toparon. Ella ya no se reía para nada, estaba pensando en la situación nerviosa, hasta que separándose, se me quedó mirando fijamente a los ojos muy seria, manteniendo un minuto de silencio , hasta que me dijo “vamos”.
Se levantó al baño, mientras yo pagaba la cuenta. Me di cuenta que un tipo que estaba cerca nuestro sonreía, seguramente había visto como le agarraba el culo, claro que ni sospechaba que era mi hermana. Estaba bastante mareado por el alcohol, la esperé de pié en el pasillo al lado de la barra, para irnos lo antes posible, imaginándome lo que me esperaba, hasta que salió del baño y por su forma de caminar, también se le habían pasado las copas. La vi caminar hacia mí, esas anchas caderas, esas gruesas piernas y un par de tetas de infarto que moría por chupar. Caminé detrás de ella nervioso, de que alguien se fuera a dar cuenta, salimos al estacionamiento sin decir nada, ni siquiera abrazados, pero apenas nos subimos a mi vehículo, percatándonos que no había nadie cerca que nos viera, nos besamos apasionadamente.
Mi mano de inmediato se metió bajo su falda, tocando sus piernas, llegando hasta su calzón, tocando su sexo, sin encontrar ninguna resistencia de su parte, mientras ella me devoraba la boca, emitiendo suaves gemidos. Me encontré con una grata sorpresa, su calzoncito estaba mojado y por lo que pude tocar, una frondosa capa de pelos cubría su sexo, tal como a mí me gustan, al natural. Salí lo más rápido que pude, mientras nos tocábamos las piernas, casi sin decir nada, conduje hasta mi casa. En el trayecto volvió a decirme que no podíamos hacer esto, que éramos hermanos, que se moría de ganas, pero que estaba muy mal, pero no le hice caso.
Entramos a mi casa y apenas cerramos la puerta, el deseo nos consumió, nos besamos con mucha pasión, tocándonos desesperados por todos lados. Besándola apoyándola contra la pared, le metí las manos bajo la falda, agarrándole el culo fuertemente, un culo exquisito, redondo y carnoso, mientras ella se restregaba contra mi verga con frenesí. No alcanzamos a llegar a mi cuarto, ya ahí nos empezamos a desnudar uno al otro. Le solté la blusa, agarrándole sus grandes pechos fuertemente sin dejar de besarla, mientras ella ya tenía en su mano, mi verga dura a más no poder a la espera de acción.
Caímos al sofá besándonos y sacándonos toda la ropa, quedando completamente desnudos. .Sentados uno al lado del otro, con una mano detrás de su cuello y con la otra acariciando todo su cuerpo desnudo , frotando la palma de mi mano con su abundante mata de pelos , masturbándola, acariciando sus pechos mientras ella con sus piernas abiertas se dejaba tocar.
Me quedé sentado en el sofá, mi hermana arrodillada en la alfombra, con mi verga en sus manos besándome el pecho, hasta que hizo lo que yo quería, bajó y se la metió a la boca, dándome una chupada fuerte, restregándola por su cara, gimiendo en todo momento. Me dejé querer, con mis piernas abiertas, solo veía la cabeza de mi hermana subiendo y bajando, haciéndome un mamón exquisito que duro harto rato. Luego la saqué de ahí y la hice subir. Colocando una pierna a cada lado quedó sobre mí, colocándome las tetas en la boca, las que chupé con devoción, mientras le manoseaba sin cesar el culo, hasta que ella levantándose un poco se acomoda la verga entre sus piernas y baja lentamente, enterrándosela de a poco hasta que llegó al fondo, dejándola ahí unos segundo donde recién soltó el gemido acallado y comenzó follarme fuertemente, a subir y a bajar sellando nuestro incestuoso encuentro.
Mi hermana estaba como poseída, caliente a más no poder, subía y bajaba a un ritmo constante muy acelerado, estrujándome al máximo. Aguanté un buen rato sin problemas enterrándosela hasta el fondo, pero tuve que sacarla de encima si no me haría acabar al poco rato. La tome de la cintura y le dije que nos fuéramos al cuarto. Sin dejar de besarnos ni tocarnos, caminamos por el pasillo desnudos, hasta que llegamos a mi habitación, donde sin dudarlo, prendí la luz para verla completamente desnuda.
La acosté sobre la cama, admirando su maduro cuerpo por unos segundos, ella con sus ojos cerrados. Era una mujer como me gustan a mí, de contextura gruesa, tetona y culona, de sexo muy velludo, un leve sobre peso, pero para su edad, con dos hijas, no era nada, piernas hermosas, pero lo más morboso, mi hermana. Me abalancé sobre ella, rodamos por la cama, abrazados y besándonos, apretando su culo empujándola hacia mí. Me la devoré a besos, hasta que le abro las piernas y le como la concha con la misma devoción que ella lo había hecho conmigo. Con ambas manos le abría su sexo y le pasaba la lengua de arriba abajo, mientras ella, con las piernas abiertas y recogidas, gemía de placer con las caricias orales que su hermano mayor le entregaba. Una y otra vez mi lengua saboreo el jugoso coño de mi hermanita, realmente delicioso, haciéndola jadear de placer por un buen rato, hasta que me subí nuevamente sobre ella besándola con sus mismos jugos y volviendo a penetrarla violentamente.
Estaba muy mojada, ansiosa de tenerme adentro nuevamente. Me agarro del culo y me empujó contra ella, gimiendo en todo momento. Comencé a follármela como si en eso se me fuera la vida. No dejábamos de besarnos, mientras con mis manos apegadas a su culo, la apretaba contra mi cuerpo, introduciéndole toda mi virilidad hasta lo más profundo de su ser
Me salí de ella y me monte en su pecho, metiéndole la verga entre sus grandes tetas , donde se las apreté contra mi verga , llevándola bien arriba para que me la chupara. Luego baje y volví a meterme de cabeza entre sus gruesos muslos, devorándole la concha con fuerza, haciéndola gemir de placer. Estaba muy mojada, mas aun con mi saliva, convulsionándose de placer con la lengua de su hermano mayor, hasta que bruscamente , la doy vuelta y le como el culo con alevosía. Le separaba las nalgas y le metía la lengua en el culo, mientras ella gemía de placer y me pedía que siguiera, moviendo el culo de atrás adelante. Por un buen rato su ano estuvo en mi boca, sacándole alaridos de placer que se escuchaban por todo el cuarto. Ahí me acosté sobre ella y se la metí nuevamente, dándole con todo, mientras ella gemía y gemía a más no poder.
La suelto un poco, ella misma se coloca en cuatro patas, con su rico culo levantado mirándome hacia atrás ofreciéndomelo, donde arrodillándome en la cama y aferrado a sus caderas , se lo meto violentamente , pero luego me baje de la cama , agarrándola de las caderas, la acomodé más atrás y ahí si que comencé a penetrarla como un animal. Mi pelvis chocaba fuertemente contra sus nalgas, que amortiguaban mis bruscas embestidas
Mi hermana gritaba de placer y me pedía mas y mas, mirándome hacia atrás con cara de caliente, pidiéndome que no me detuviera. Que rico follar con una mujer así de caliente, hace mucho rato que no me tocaba una así y como estaba dopado con alcohol, dure mucho rato haciéndola parir en esa posición. Luego cambiamos, ella arriba mío, se enterraba mi verga hasta el fondo, viendo sus grandes tetas rebotando una y otra vez, a veces solo parando para colocármelas en la cara para que se las chupara.
Estaba a punto de acabar, mas le pedí que me la colocara en la cara, cosa que hizo de inmediato. Con sus piernas a cada lado de mi cabeza, me colocó la concha en la cara y se dejo chupar restregándola fuertemente por un rato, hasta que ella misma cambió de posición , terminado en posición 69, engulléndose mi sexo , mientras yo le comía el de ella. Sentía mi verga fuertemente agarrada con su mano, mientras su boca no dejaba de succionármela, hasta que en esa posición me dice que ya no se aguantaba más. Aumente mi ataque, abriéndole el coño con ambas manos, moviendo mi lengua más rápido diciéndole que acabara en mi boca. Ella estaba como loca, incluso no podía seguir chupándomela, ya que sus gritos de placer no se lo permitían. Se metía mi verga a la boca y me la chupaba unos segundos, pero la tenía que sacar para soltar los fuertes alaridos que se le escapaban de su boca, hasta que gritando me dijo que acababa.
Comenzó a gemir mas y mas fuerte , hasta que queda en silencio , cuando un chorro algo espeso cayó en mi boca, el que devoré sin contemplaciones , recién ahí, mi hermana soltó un fuerte grito y convulsionaba alcanzando un monstruosos orgasmo en la boca de su hermano, acabando escandalosamente , gritando como si la estuviesen matando. Yo chupaba y chupaba, mi hermana moviéndose descontrolada, con mi rostro todo mojado por su fluidos, sintiendo su mano apretándome la verga muy fuertemente, que creo que eso me ayudo a no acabar.
Luego que dejó de gritar, me pidió que acabara yo, en la misma posición, dándome una chupada más fuerte aun, restregándola por su cara, pidiéndome mi leche en su boca. Habíamos culiado tanto rato, que tenía mi leche muy acumulada, y por lo mismo, no salía tan fácilmente. La escuchaba pidiéndomela casi suplicándome que se la echara en la boca, con tantas ganas, me concentre en acabar yo ahora, y luego de una chupada de unos cuantos minutos comencé a sentir ese cosquilleo tan delicioso, avisándole que estaba listo. Con más fuerza aun, me la chupó, para terminar masturbándome fuertemente con su boca abierta esperando que mi leche saliera.
Le grité que me venía , ella apuntando mi verga a su boca, hasta mi leche salió disparada, cayendo en su boca abierta, uno , dos tres lechazos , hasta que se la metió a la boca chupándomela fuertemente , haciéndome llegar al cielo.
A pesar de haber acabado ambos, en la misma posición, con mi hermana arriba con su entre pierna y culo en mi cara, continúe besándole su sexo y su culo, jugando con sus ricas nalgas , acariciándoselas , apretándoselas, mientras ella me acariciaba las bolas y mi verga , ya más blanda.
Se recostó a mi lado , besándome suavemente en los labios, acariciando mi pecho , bajando su mano hasta mis genitales , dándome largas caricias y yo dejándome querer. Conversamos mucho rato, siempre tocándonos. Me dedique a chuparle las tetas por un largo rato , jugando con ellas , acariciándoselas , restregándome con ellas, luego me dio la espalda, la abrace por detrás , le acaricié el culo mil veces , hasta que se me paró de nuevo. En la misma posición que la tenía, le metí la verga entre las piernas y cuando encontré la humedad de su sexo, la volví a penetrar por detrás, suavemente al principio, apretándole las tetas, hasta que nuevamente terminamos follando como dos adolecentes, en todas las poses imaginables. Mi hermana era una diosa en la cama, fogosa , caliente, muy caliente , se entregaba por completo al placer, se quejaba , gemía , se colocaba en poses sugerentes , me la chupaba , todo , todo le gustaba hacer , salvo la penetración anal. Parecía como si en años no hubiese recibido verga. Terminamos abrazados luego de una larga y exquisita follada, , cuando nos dimos cuenta que el sol ya comenzaba a salir.