Herencia amatoria (6)

Nuevo capítulo de la serie en el que el acaudalado Eric Sugranyes, su secetario de dirección y su novio mantienen un ardiente trío. Pero como hemos recordado hasta loa saciedad puede que ni nada ni nadie sean lo que parecen.

Herencia amatoria (VI)

En primer lugar, y antes de continuar con el relato quiero agradecer los e-mail que me han llegado alabando los capítulos anteriores de esta serie de relatos (algunos tan halagadores que me hicieron ganar, por unos minutos, quilos de vanidad que, afortunadamente, en pocos minutos se convirtieron en un reto para revisar y mejorar al máximo las nuevas entregas). Gracias a todos!

También quiero pedir humildemente perdón a todos los lectores de www.todorelatos.com por mi poca constancia y celeridad a la hora de ir completando los capítulos de esta narración. Lo siento, el trabajo y el cansancio me vencen más a menudo de lo que desearía, pero prometo solucionarlo en breve.

En tercer lugar, quiero aclarar una duda que me ha llegado por diferentes canales. El hecho de que esta sea la sexta entrega del relato pero su séptimo capítulo responde al hecho de que la 1ª y la 2ª parte se publicaran en una única entrega. Ya se sabe, empiezas muy animado,

Pero dejémonos de cháchara y vamos a lo que –o por lo menos eso espero- estáis desando leer:

7ª parte: las habilidades de Toni

El hecho de que Aleix y Toni se mostraran tan desinhibidos provocó en mí el efecto contrario. Ante su provocación me corté inesperadamente y me quedé inmóvil e hipnotizado contemplando la escena que me ofrecían esos dos fabulosos ejemplares de hombre. Aleix demostraba tener unas tragaderas impresionantes y un hambre de pene casi insaciable; los 18 cm. de Toni aparecían y desaparecían a toda velocidad siendo succionados con deleite por la boca ansiosa de mi nuevo secretario de dirección. Mi amante mientras tanto se balanceaba hacia delante y hacía atrás follando literalmente la cavidad bucal de Aleix mientras su cara, habitualmente con un semblante frío e inexpresivo dibujaba esa expresión de placer que tan íntimamente había conocido en los últimos días.

Tras una discreta indicación de Toni, Aleix se levantó, abandonó su nabo inhiesto y se acercó hacía mí caminando muy despacio, moviéndose de una manera casi felina. De repente paró y empezó a acariciar todo su cuerpo subiendo lentamente su camisa y mostrándome su tanga negro que ya se demostraba insuficiente para ocultar un paquete de dimensiones considerables y por cuyos laterales escapaban unos testículos de tonalidad muy oscura coronados por un abundante entresijo de vello de un color negro muy brillante.

De repente, y de una manera muy teatral empezó desabrocharla y apareció un pecho discretamente musculazo y muy fibroso cubierto de una cascada de vello que caía por su esternón y desaparecía en el interior de su tanga. Con cada botón desabrochado daba un nuevo paso hacía mí y cuando nos separaban menos de dos metros arrojó la prenda bruscamente y quedó ante mí semidesnudo mientras acariciaba y pellizcaba lentamente sus tetillas negruzcas con una mano e introducía la otra en el interior del tanga propinándose un acelerado masaje circular.

Toni se acercó a él, pegó su sexo desnudo a su culo e introdujo su mano derecha dentro del minúsculo tanga sacando al exterior un glande rosado, circundado y de un diámetro considerable que empezó a masajear con la yema de sus dedos mientras unas gotas de líquido preseminal afloraban tímidamente por el impresionante agujero del prepucio de Aleix.

Mi subordinado se despojó lentamente de su tanga dejando al descubierto un impresionante pene de, por lo menos, 23 cm. de largo por 7 ò 8 de diámetro y unos grandes testículos que hacían honor al tamaño del mismo que Toni empezó a acariciar y estirar apasionadamente y como si tuviera una necesidad imperiosa de arrancarlos del cuerpo de Aleix, a la vez que masajeaba su pene que empezó a arrojar gran cantidad de precum.

Mi pene estaba de nuevo en su máximo esplendor y mis testículos completamente endurecidos pugnaban por salir de entre mis ropas y participar en los juegos amorosos que me ofrecían esos excelentes ejemplares de macho.

Como si hubiese leído mis pensamientos, Aleix se acercó a mí y me despojó en cuestión de segundos de la chaqueta y de la corbata mientras, demostrando una gran habilidad desabrochando los botones de mi camisa con su boca mientras iba lamiendo lentamente cada centímetro erógeno de mi piel que iba quedando al descubierto: mi cuello, la parte posterior de mis orejas, mis tetillas

De repente, me despojó de la camisa, al tiempo que hacía un gesto a Toni que se calzó un preservativo, se acercó a él por detrás y de una estocada lo penetró hasta que sus cuerpos quedaron unidos como si fueran uno sólo y empezó a lamer mis axilas perfectamente depiladas mientras emitía pequeños chillidos de placer causados por la brutal cogida que le estaba propinando mi subdirector general, amigo y amante.

Ante lo ocupados que estaban ambos, el uno lamiéndome de la manera más sensual en lo que lo habían hecho en toda mi vida y el otro disfrutando de su penetración, yo mismo me despojé de la ropa que me quedaba mientras Aleix, siempre dispuesto, se tragaba de una sola vez mis 19 centímetros y acariciaba con su nariz mis testículos -otalmente hinchados por la excitación de este tan inesperado escarceo sexual- y se masturbaba al mismo tiempo.

Al cabo de unos minutos, eyaculaos los tres casi al unísono, primero Toni que se despojó de su preservativo y se corrió sobre la espalda encorvada de Aleix, éste sobre la moqueta y yo en la boca de éste mientras el primero lamía su propio semen y, a la vez, los cachetes y la espalda del segundo.

Me senté en el suelo y ellos cayeron sobre mí casi por inercia. Descansamos unos minutos los tres mientras disfrutábamos de nuestra propia desnudez y de nuestras caricias y lamidas.

En pocos minutos los tres estábamos de nuevo empalmados y dispuestos a iniciar un nuevo "rendez-vous". De repente, Toni se puso a gatas y nos hizo un gesto para que cualquiera de los dos tomara de nuevo la iniciativa. Aleix se levantó y empezó a lamer con verdadera devoción el orificio de éste dejando también su culo en pompa.

Mi lengua y mis dedos parecieron tener vida propia y, en cuestión de segundos, se comenzaron a penetrar el ano de Aleix que, pese a que ya estaba suficientemente dilatado por la cogida de Toni, iba abriendo primero dos, después tres y hasta cuatro de mis dedos.

De repente, Aleix se levantó e introdujo su pene de una estocada, como media hora antes había hecho Toni con él. Éste lanzó un grito desesperado de dolor ante la violenta embestida pero enseguida sus alaridos de dolor se convirtieron en suspiros de placer. Yo hice lo mismo con mi secretario de dirección y substituí mis dedos por mi pene que fue acogido sin ninguna expresión de dolor por su ya dilatadísimo ano

Después de varios minutos de en esta posición, Toni nos sorprendió con una inesperada proposición:

Quiero que me folléis los dos a la vez.

Estás seguro de eso? –preguntamos Aleix y yo a la vez-

Sí, quiero sentir mi culo completamente lleno, como una peli que ví el otro día en Paris.

De acuerdo –le dije- lo haremos con cuidado y si no puedes soportar el dolor lo dejamos, ¿vale?

Tranquilo, te sorprenderás de mi capacidad anal –me susurró al oido- No es mi primera vez,...en una ocasión con tu padre

¿Con papá?

Es igual te lo cuento otro día… Por favor hazlo.

Me llenó una especie de rabia (o de celos por todo lo que había compartido con papá), me acosté al lado de Aleix, buscamos una postura que nos permitiera juntar nuestros penes y a una indicación mía los dos penetramos su culo sin ninguna compasión. De repente, ejercí mi posición de jefe y decidí hacerme dueño de la situación. Acomodamos nuestros penes en el ano de Toni mientras éste emitía un sonoro gemido de dolor. Aleix oprimió mi brazo como indicándome que me relajara y lo penetráramos más despacio pero mi empeciñamiento y mi mirada severa lo convencieron de que lo mejor era ponerse de mi parte en esta guerra sexual y continuamos penetrando a Toni con una gran brusquedad.

El culo de Toni se acostumbró en cuestión de segundos a la brutalidad de sus dos visitantes y los alaridos de dolor de Toni se convirtieron en sonoros gritos y espasmos de placer mientras el majestuoso pene de Aleix seguía el ritmo bestial con que el mío violaba –o casi- el ano de mi amigo.

A los pocos minutos y ante la proximidad de nuestra corrida, un servidor y Aleix, ante mis i ndicaciones, obligamos a Toni a darse la vuelta y a lamer nuestros penes, en un primer momento pasando del uno al otro, hasta que al final, y ante nuestra inminente corrida, los acogió los dos a la vez en su boca y tragó nuestras corridas con una gran expresión de pacer y relamiéndose los labios después para no perderse ni un hilillo de nuestro semen al tiempo que su polla estallaba en una gran corrida sobre su pecho de Aleix que Toni lamió vorazmente.

Acto seguido, y llevado por una furia inexplicable, entré al baño, me duché y salí apremiándolos a que se vistieran y volvieran a sus trabajos con la máxima celeridad.

Toni no pareció extrañarse de mi mal humor y, mientras Aleix se aseaba, se vestiá y volvía rápidamente a su lugar de trabajo, recogió toda nuestra ropa, me fue pasando mis prendas e incluso arregló el nudo de mi corbata antes de entrar al baño y salir a los pocos minutos regalándome un apasionado beso que apaciguó mi furia y me llevó de nuevo a una erección:

Siento haber hablado de tu padre –susurró mientras lamía la zona erógena de detrás de mi oreja.

Perdóname tu a mí. ¿Estás bien?

Me considero un hombre totalmente lleno y completo –dijo con una mirada de complicidad- Estaré en mi despacho. Aleix y Aisha llevan tu agenda de reuniones para hoy. Nos vemos en de media hora en la junta de accionistas minoritarios.

De acuerdo. Repaso el correo electrónico, compruebo la agenda con ellos y bajo en seguida.

Abrí el ordenador y entré en la intranet de mi empresa para revisar los e-mail, mientras ordenaba a Aleix y Aisha que se reunieran conmigo en 10 minutos. Todos los correos respondían a citaciones mías o me convocaban a pesadas cenas y a actos diversos y muy aburridos. Hasta que el séptimo correo me dejó totalmente helado; rezaba así:

"ESPERO QUE HAYAS DISFRUTADO A TOPE DE ESTA SESIÓN DE SEXO MATINAL PERO TAL COMO TE DIJE AYER; PUEDE QUE NADA NI NADIE SEAN LO QUE PARECEN. UTILIZA EL INSTINTO DE LOS SUGRANYES Y DESCUBRIRÁS TODOS LOS ENIGMAS.

SIGO VIGILÁNDOTE Y NO DEJARÉ QUE NADA MALO TE OCURRA PORQUÉ ASÍ SE LO PROMETÍ A TU PADRE.

POR CIERTO, UN CONSEJO, PARA TRIUNFAR EN TUS NUEVOS RETOS, SOLO TIENES QUE SER TU MISMO.

TU ALIADO QUE TE QUIERE.-)".

Continuará