Hércules mi Amor Especial

Cuando pasas tu vida cuidando un hijo que al final termina mudándose, sientes que tu vida termina, pero muchas veces, solo es el inicio de una nueva vida que te traerá nuevos placeres, eso me enseño mi amado perro Hércules

Dichoso Foro

Hola, mi nombre es Esmeralda J., soy mama soltera, tengo 36 años de edad, actualmente vivo sola, pues mi hijo Adrian se fue a vivir con su pareja, me alegra mucho el que mi hijo ya sea un adulto y haga su vida.

Soy una mujer de tés morena, cabello algo rizado de color negro, me llega a los hombros, soy algo pequeña de tamaño y complexión, mido 1.56, peso 60 Kg, mi espalda es chica, busto de copa B, no es muy grande, pero tampoco pequeño, un poco colgado por haber amantado a un bebe, caderas amplias y algo nalgona, mis piernas son torneadas y mis pantorrillas gruesas, afortunadamente mi cintura es chica, pero por mi embarazo tengo algo de vientre, ya que cuando me embarace de mi Adrian fue a los 15 años, y desde entonces mi prioridad fue mi hijo, así que no tenía mucho tiempo para la vanidad, gracias a mi genética que no permitió que me pusiera gorda y panzona.

Si llegue a salir con algunos hombres pero ninguno llego a convencerme del todo, la mayoría como siempre, eran unos patanes, así que preferí darme mi tiempo así qué deje de salir con hombres, esto fue hasta apenas hace un par de años, y el ultimo año, fue cuando mi hijo se mudo, ahora que estoy sola me siento más tranquila y feliz, Adrian antes de irse, me dejo a nuestro perro Hércules, un Rottweiler negro, de año y medio de edad, mi hijo lo cuidaba tanto que estaba bien alimentado y musculoso, pues le daba proteínicos y lo hacía hacer ejercicio, y como no podía llevárselo a su departamento, me lo dejo a mi cuidado, también eh cuidado de Hércules, es un perro que amo mucho y más ahora que es mi compañero de vivienda.

Cierto día mi amiga de la prepa Luz María me invito a tomar un café, platicamos de varias cosas, de los amigos de la escuela y nos pusimos al día, ella tenía poco de haberse divorciado, al igual que yo tenía un hijo de 18 años el cual se había ido a estudiar a Canadá, así que ella vivía sola como yo, salió el tema de los amantes, por supuesto yo le dije que tenía un par de años que no salía con alguien y ella me confesó que desde hace 3 años dejo de salir con hombres, y ambas comentamos el punto de que todos eran unos perdedores y patanes, así que mejor “sola que mal acompañada”.

-          Si amiga, son unos perdedores, la verdad estoy mejor sola…. Bueno, sí, estoy sola, jeje, - rio mi amiga, yo sabía que me ocultaba algo, así que insistí un poco más para saber que me ocultaba.

-          Que te haces, debes tener un amante por ahí verdad, te haces.

-          Ay amiga, claro que no… - Me respondió mientras Miraba la mesa y evitaba hacer contacto con mis ojos, así que insiste mas, quería enterarme del chisme.

-          Ya cuéntame, somos amigas, que tiene de malo, si tienes algún galán por ahí, podrías presentarme uno ya de paso, jaja, digo sé que somos mujeres y tenemos nuestras necesidades, ya dime – aun con mi insistencia, ella no me dijo palabra alguna sobre el tema.

-          No, ya te dijo que no, no salgo con algún hombre, ya cambiando de tema, voy a contarte algo, pero prométeme que nos vas a pensar que estoy loca, ni vas a juzgarme, ok?

-          Si, sabes que nunca te eh juzgado, aun cuando te casaste con José, que te dije que no te convenía, pero cuéntame, de que trata? – mi amiga despertó algo de curiosidad en mi.

-          Pues, mira, hace un tiempo, eh estado entrando a un foro que encontré en Internet, me había llegado un enlace a mi correo, no sabía de que trataba pero por curiosidad decidí entrar y me tope con algo increíble… Ya sé mejor te mando el enlace a tu correo, vale, así lo vez por propios ojos

No entendía de que me habla mi amiga, pero ya era tiempo de retirarnos, pagamos la cuenta y cada quien se fue a su casa, llego la noche y estaba en la sala de mi casa, Hércules me acompañaba recostado junto a mi sobre el sofá, el jugaba con un peluche de Alf, que le encantaba, yo miraba televisión, era sábado, así que no tenía que preocuparme por ir al trabajo al día siguiente, fue cuando me llego al celular un correo, era de mi amiga, me había mandado un enlace.

De: Luz María

Para: Esmeralda Jiménez

Asunto: Foro del que te hable

Este es el enlace Esme, entra y chécalo, solo te pido seas de mente abierta, no me juzgues, velo  y saques tus conclusiones amiga.

Saludos.

No le tome mucha importancia, así que no abrí el enlace, lo deje y continúe con los hábitos de mis días, entre semana iba a mi trabajo como encargada de una cadena de farmacias, en el que llevaba ya años trabajando, así pasaron los días, dos semanas corrieron, llego nuevamente el Sábado, ya era noche y navegando en mi celular, me llego otro correo de mi amiga, Malucita.

De: Luz María

Para: Esmeralda Jiménez

Asunto: Foro del que te hable

Hola Esme, que te pareció el foro, maravilloso verdad?, la verdad me da mucha curiosidad, eh platicado con algunas personas de ahí y dicen que están felices de haberlo hecho.

Saludos.

Recordé que no había entrado al foro que me había mandado, decidí ir a la Lap y entrar a mi correo para abrir el enlace, así que fui al escritorio de la sala, me senté en la silla secretarial, prendí la Lap y entre a mi mail, abrí el enlace y fue cuando entre a un foro que trataba sobre zoofilia, una comunidad de mujeres que compartían sus experiencias de tener perros como amantes, fotos de ellas y sus perros, nada pornográfico, eran más fotos tipo familiar, ellas se veían felices al igual que sus caninos, me saque de onda, no entendía bien de que trataba, así que me dio algo de curiosidad, entre algunos enlaces y leí las experiencias de aquellos usuarios, ellas narraban lo felices que eran, poco a poco fui entrando a secciones donde eran más explicitas, y ahí si contaban sobre lo satisfechas que eran al tener relaciones sexuales con sus caninos, ya no eran sus mascotas, hablaban de ellos como si fueran sus amantes, novios e incluso algunas los llamaban sus esposos, me pareció algo raro, pero a la vez intrigante.

Continúe leyendo, hasta encontrar sus narraciones eróticas, que contaban según sus palabras como habían sido sus primeras veces con sus amantes, al momento me pareció algo aberrante, pero poco a poco mi opinión fue cambiando, me preguntaba si en realidad era posible que las mujeres humano pudieran sostener relaciones sexuales con perros, sobre todo el hecho de resultaban sumamente placenteras en sus palabras y mucho mejores que la de tener sexo con hombres, la curiosidad me gano, así que abrí otra ventana de mi navegador y me anime a buscar más sobre el tema, fue ahí cuando entre a otros sitios mas explícitos con videos y fotos, ya era pornografía.

Mis ojos no podían creer lo que miraba, en realidad eran mujeres teniendo sexo con perros, si era posible ese acto, abrí algunas imágenes y videos de dueñas con sus perros, teniendo el coito o presumiendo el tamaño del pene de su canino, algo que nunca antes había visto, pues me era difícil de asimilar, el tamaño promedio de esas vergas eran grandes y gordas, rojas y con venas marcadas de lo hinchadas, sin darme cuenta pase bastante rato mirando videos y fotos, mi percepción cambio, deje de sentir asco ante lo que miraba, y cuando voltee a un lado me percate de que Hércules estaba junto a mí, el miraba fijamente el monitor 4K de la Lap, todo se veía a alta resolución, sabía que los perros al ver en esa resolución era igual que estar viendo la realidad.

Hércules no dejaba de mirar las escenas de video, donde un perro estaba montado sobre su dueña, tomándola con frenesí, poseyéndola, estaba atento a lo que pasaba en la Lap, me asombre de ver que él no quitaba la mirada del monitor, supongo que ya tenía rato mirando junto conmigo los videos e imágenes, ya que el sonido, aun estando bajo, se escuchaban los gemidos de las mujeres y algunos ladridos y gruñidos de los perros, creo que ahí fue cuando él se intereso y se acerco a mirar, de momento deje correr el video, mentiría si dijera que no empezaba a sentir algo de excitación al estar viendo los videos que halle, ya que las mujeres parecían gozarlo de lo más rico, yo soy de signo escorpión, soy muy apasionada y temperamental, me gusta el sexo, disfruto de él, y la pausa, de 2 años ya me estaba cobrando la factura, así que el ver esos videos si tuvieron un efecto en mi cuerpo aun que yo no lo aceptara del todo en mi mente.

Mejor detuve el video, ya habían pasado un par de horas, ya debía preparar mi cena y darle de comer a Hércules, cerré la Lap y me dispuse a mis actividades, le serví su comida a mi lindo Hércules lo saque al patio para que hiciera sus necesidades, mientras yo me calentaba comida de ayer, comí, lave los trastes, abrí la puerta del patio, le silbe a Hércules, este llego corriendo de inmediato, me fui a mi dormitorio y me prepare para dormir, me puse mi pijama de dos piezas, playera y pantalón holgados y cómodos.

Empecé a conciliar el sueño, pero no dure más que un par de horas, me levante para ir al baño y en el camino escuchaba unos ruidos en el cuarto de servicio, con algo de miedo me dirigí al lugar, no sin antes tomar un bate del cuarto de mi hijo, llegue al cuarto de servicio y prendí la luz, era Hércules que había tirado la cesta de la ropa sucia, estaba revolcándose en mi ropa, sobre todo jugando una de mis pantaletas, una de color blanca, la traía entre sus patas y la estaba oliendo, mientras se revolcaba sobre la demás ropa.

-          Hércules, que carajos haces, me espantaste, pensé que era alguna rata o peor aun alguien que se había metido a la casa, mírate, tiraste toda mi ropa, dame eso!

Le grite, Intente quitarle mis pantaletas que traía jugando y olfateando, parecía que estaba tratando de inhalar todo el aroma de esa prenda, se la quite y lo mire a los ojos

-          Eres un perro malo y muy travieso. – le alce la voz, mientras me devolvió la mirada recostado boca arriba sobre mi ropa

Lo hice a un lado y este se paro, se fue a un lado de la puerta, mientras recogía la ropa que había tirado Hércules, vi mis pantaletas y eran las mismas que me había quitado antes de dormir, me quede un poco pensativa, al incorpórame voltee a ver a Hércules y esté estaba sentadito mirándome recoger su travesura, fue cuando mire bien y vi que algo rojo se asomaba de entre sus patas, era su pene, estaba asomándose su verga, un pedazo de carne rojizo, eran alrededor de 10 cm, me saque de onda, nunca antes lo había visto que asomara algo, supuse que ya había entrado en temporada de brama, y ese era el motivo de esa imagen.

No le di importancia alguna, solo complete el recoger la ropa y lo lleve a la sala, ya caminando a mi habitación el me seguía, lo detuve, le di la orden de que se fuera a su cojín de dormir, al escuchar mi voz que lo regañaba entendió y soltando un leve gruñido de queja me hizo caso y se fue a dormir, me metí bajo las cobijas de mi cama y trate de conciliar el sueño nuevamente, pero sin querer las imágenes de lo sucedido me llegaba a la mente.

-          Hércules abra estaba oliendo esa pantaletas en especifico debido a que la había mojado con mi fluido vaginal al estar viendo los videos de hace rato?, - pensé, la duda me ocupada la mente

-          Sería posible que mi Hércules estuviera revolcándose en mi ropa para sentir mi aroma y cubrirse con ello?, sobre todo olfatear con esa intensidad mi topa intima, mis fluidos lo habían alterado? – contemple esa idea

-          No, no debo dejarme creer eso, seguro solo fue una coincidencia –resolví en mi mente

Aun así me llegaban a la mente, las imágenes de los videos y fotos que presencie, ya quería dormir, pero por accidente me di a la tarea de estar fantaseando sobre ello, en realidad sería maravilloso el sexo con un canino, digo, al parecer estaban bien dotados, y sobre todo pues eran seres vivos muy leales y fieles, te amaban igual que un buen hijo ama a una madre, son obedientes y no andan ahí queriendo engañarte con otra, y por cierto, por qué me paso ese enlace Luz María?, ella estaría contemplando lo mismo, o acaso ella ya lo habría hecho, no, no podía creerlo, aun que ella siempre fue más aventada que yo, trate de ya no darle más vuelta al asunto y me forcé a dormir.

Sorpresa

Pasó otra semana, y en ciertos tres días después de llegar del trabajo, halle a mi Hércules revolcándose en mi ropa sucia nuevamente, acostado sobre el montón que generaba en la semana.

-          Hércules, carajo, ya son tres veces en esta semana que llego del trabajo y estas sobre mi ropa sucia, que voy hacer contigo? – Regañe a mi adorado perrito, pero el solo me miraba con sus ojos tiernos, se veía feliz revolcándose sobre mi ropa.

Llego la mañana del domingo, y desde que mi Adrian se fue de casa yo acostumbraba salir en las mañanas a correr al parque de la colonia, siendo Hércules mi compañero de ejercicio, me vestí con mi conjunto deportivo, unos leggins negros de licra, mi top negro y mi chamarra, tenis blancos, Hércules ya me esperaba en la puerta sentadito, le puse su correa y salimos al parque, después de una hora y media de trotar regresamos a casa, lo deje en la sala, me dirigí a bañarme, me desnude y entre a la regadera, el chorro de agua caliente me hacía sentir relajada, termine de bañarme, y aun algo empapada, me dispuse a regresar a mi habitación, solo envolví mi cabello negro y rizado con una toalla, me puse mis pantaletas blancas y mi top de lycra, sin sostén esta vez, mis pezones endurecidos por el frio, se marcaban atreves de top, al final ya vivía sola, así que ya no había problema alguno de pasearme en ropa interior o desnuda por la casa, en el camino me tope con Hércules, quien estaba atento a mí, pensé que él quería que le diera de desayunar, fui a la cocina que no estaba lejos del baño, mi casa no era muy grande, solo tenía un par de recamaras, el cuarto de servicio, el baño, sala comedor y cocina, fui a la alacena y me alce para tomar una lata de comida de la que le gustaba a mi hermoso Hércules, fue cuando sentí la larga trompa y húmeda nariz de Hércules atravesar mis nalgas para meterse entre mis piernas, y olfatearme con fuerza, la acción de mi canino me espanto, di un saltito y grite.

-          Ay!, Hércules qué demonios haces?- Me gire para conseguir sacar su trompa debajo de mis nalgas, luego empuje con mi mano derecha su cabeza para alejar su hocico que intentaba presionar entre mis piernas.

Lo empuje con fuerza, estaba tan pesado que no pude alejarlo mucho, de hecho solo le moví el cuello, el seguía parado delante de mí, aun que aplique mucha fuerza no logre moverle de su sitio, el solo soltó un par de lengüetazos rumbo a mis genitales, gracias a la pantaletas no consiguió tocar mi concha, me moví rápidamente de lugar y mire fijamente a Hércules, mi mirada le hizo darse cuenta de que estaba algo enojada y que lo regañaría, el solo se quedo mirándome, sobre todo miraba a mi entrepierna, pensé que haría algún movimiento insistente para lamerme pero no lo hizo, deje la lata sobre la plancha de la cocina y me dirigí a mi habitación.

Mientras me vestía me preguntaba qué demonios le pasaba a Hércules, el jamás se había portado así, que sería lo que le ocurría, me preguntaba si haber visto esos videos en la Lap, eran la causa, trate de no darle importancia, me vestí con unos pantalones ajustados de mezclilla azul, un suéter café, y mis botas favoritas negras, unas que me llegaban justo a la pantorrilla, hice como que no había pasado nada, continúe normal, le serví su comida, al igual me prepare mi desayuno.

Transcurría el día del domingo, hable por celular con mi hijo, fui al súper a comprar algunas cosas de la despensa, prepare la comida y comimos, revise mi Facebook, y nuevamente al final del día llego, me senté a ver TV, Hércules como era su costumbre se recostó a mi lado sobre el sofá con su peluche de Alf, ese día note que mi canino no me había prestado mucha atención, ya era hora de cenar, así que me fui a cambiar a la recamara, me dije, ya debe estar todo normal, debió ser una leve fase mi Hércules.

Me quite el pantalón de mezclilla, suéter y mis botas negras, solo me quede en pantaletas, y me puse una playera holgada, mis tenis blancos, para sentirme cómoda, salí de mi habitación, Hércules seguía en el sofá, el no me había escuchado, cuando me dirigí a la cocina para coger una lata de su comida, me puse de puntitas como en la mañana para alcanzarla, justo cuando cogí la lata, sentí nuevamente su hocico tocar mis nalgas, inmediatamente me gire, para evitar a Hércules quien me miraba fijamente, no dejaba de verme en la entrepierna, me quede viéndolo fijamente, el se giro un poco de ángulo y fue cuando note que algo le colgaba de entre las patas.

Era su sexo, traía de fuera su pene, un pedazo de carne, grande, gordo y rojizo colgando, calcule un tamaño como de 25 cm de verga canina, pele los ojos, Hércules se había acomodado de tal ángulo que sentí en lo profundo de mi ser, en esa parte primitiva de mujer, de hembra, que Hércules me estaba mostrando su virilidad, su masculinidad, de que él, era un macho Alfa, fuerte, poderoso y potente, mi sangre helo y me aun que quise evitarlo, no podía dejar de mirar esa verga que él portaba y me mostraba con orgullo.

Yo seguía quieta mirándolo, y vi como mientras me miraba la entrepierna, jadeaba con la lengua de fuera, mostrando signo de antojo, pensé que sería por la lata de comida, pero no dejaba de mirarme mi entrepierna, así que no era la lata de comida, por instinto primitivo y básico, mi cuerpo me hizo saber que en realidad el sentía deseos por mí, así que mi cuerpo reacciono, sentí ese calorcito recorrer mi cuerpo, el llenado de sangre en mi vagina, la lubricación inmediata en mi choco, mis labios vaginales dilatarse, era esa danza invisible, ese ritual de apareamiento que ha existido desde el principio de los tiempos, fue cuando algo se disparo en mi interior, algo hizo clic en ese instante.

Despertó en mi, un deseo ardiente por él, yo sentía deseos por mi lindo Hércules, ese cachorrito que había cuidado desde que inicio su vida, ese canino por el que sentía mucho cariño, pero ahora era un perro adulto, grande, fuerte, y que se postraba delante de mí, como macho, mostrándome su virilidad descomunal e insinuándome que quería tomarme como suya, mi perro quería clamarme como su hembra y mujer, me sentí alagada, yo sabía de alguna forma que él era un macho Alfa natural, hecho y nacido semental por la naturaleza y derecho divino, Hércules se me fue acercando y trato de olfatear mi chocho húmedo, la segregación de mis fluidos lo llamaban, también algo dentro de mí, me hizo no ceder tan fácil, así que empuje con toda mi fuerza su cabeza, sentía que debía imponerme ante él y no dejarlo continuar.

Sentí como evadió con facilidad mi empujón, seguido de ello se ergio en dos patas delante de mí, por un momento pensé que sus patas delanteras las recargaría y aterrizaría sobre mí pecho, así que levante mis brazos a fin de cubrirme, pero en vez de ello, dejo caer sus dos patas delanteras a mis costados, recargándose sobre la plancha de la cocina que yacía detrás de mí, encerrándome en medio de él, sé que lo hizo con el fin de hacerme sentir su prisionera y cortar mi escape, el fácilmente rebaso mi altura, al erguirse en sus dos patas, su cabeza y cuello gacho quedaban frente a mi rostro, soltó un ligero gruñido, me sentí intimidada por su complexión y altura, así que agache mi cabeza y mire su corpulento cuerpo, se veía gigante y asombroso para mí, un maravilloso perro negro, con un ese pelaje brilloso, por un momento paso por mi mente que me atacaría por haberlo detenido, pero solo me olfateo el cabello y cuello, mire que él seguía con su verga de fuera, esta vez estaba más cerca de mí, miraba ese pedazo grueso de carne con venas, podía sentir el calor que emitía el cuerpo de mi Hércules, me arme de valor y levante la cabeza para confrontarlo con la mirada, con algo de miedo lo mire a los ojos y tome su cuello con mis manos, lo acaricie un poco, seguido tome su cabeza y la dirigí a mi mirada y con cariño le hable.

-          No mi amor, no puedes hacer eso, no está bien, yo soy humana y tu eres un canino, eres hermoso, mi bebe, pero mis sentimientos por ti, no pueden ser más que de una madre a su pequeño, además yo soy tu dueña y yo mando, entiendes.

Aun con algo de miedo y excitación, pues el verlo delante de mí, tapando mis salida con sus patas, el ser más alto y corpulento que yo, me di cuenta que sí él lo deseara, con facilidad podría tirarme al piso y hacer conmigo lo que quisiera, pues no podría detenerlo con mi fuerza y peso, no sería una adversario para él, pero ese segundo pensamiento se disperso en cuanto me dio un leve chillo, se quejaba de que no lo deje proseguir, él en verdad quería poseerme, pero me respeto, me respeto y solo se bajo, él solito se alejo y no intento hacer movimiento alguno.

-          Ven bonito, es hora de darte de cenar – Hércules parecía entenderme y con un ligero quejido gutural me obedeció

Camine con mis reservas, pero tenía que demostrar que estaba decidida, que yo tenía el control de la situación, abrí la lata y se la serví en su plato, el me respeto y no intento lamerme o pegar nuevamente su cabeza entre mis piernas, le serví un poco de leche en su otro plato, mientras él comía yo me prepare mi cena, al termina Hércules de cenar, fue a la puerta del patio, le abrí para que saliera hacer sus necesidades, mientras tendría tiempo de cenar, solo pensaba en lo que había sucedido hace unos instantes, las sensaciones que me provoco y como pude controlarlo, analizaba el comportamiento inconsciente de mi cuerpo, no daba crédito a lo que había vivido y sentido, termine de cenar y me asome por la ventana mirando a lo lejos a mi hermoso Hércules el cual olfateaba las plantas, se entretenía con ellas, sabía que tenía que tomar una decisión, no podía engañarme, yo lo deseaba tanto como él a mí, la decisión estaba tomada, quería dejarlo proseguir a mi lindo canino, pero no tenía conocimiento de que hacer, fue cuando recordé haber visto en el foro consejos para mujeres novatas que deseaban iniciarse en el hermoso acto de hacer el amor con un canino.

Fui a la Lap, me metí al sitio del foro, para buscar los consejos, y entre la búsqueda vi que había un post con un nombre de usuario que coincidía con el apodo “Malucita”, sí, ese era mi amiga Luz María, mi amiga siempre usaba ese alias que solo yo conocía, me sorprendí, pues al abrir su post, vi una foto de una mujer con el rostro tapado con emoticón y a su mascota hijo, Sansón, un perro Rottweiler, de un color rojo cobrizo, tosco, grande y fuerte al igual que mi bebe, yo podía reconocer a ese perro donde fuera, pues Sansón era el padre de mi Hércules, solo 3 años más grande que mi precioso, y también la complexión de mi amiga aun con ese emoticón tapándole la cara podía reconocerla sin problema, su mensaje decía que el hacerse pareja de su canino había sido lo mejor que le había pasado.

La muy cabrona se me había adelantado, ella ya había experimentado el coito con su perro, ella era de la misma estatura y complexión que yo, así que me sorprendió tratar de imaginar cómo pudo haberlo hecho con su perro, pero no me extrañaba, al final Luz María siempre fue más aventada que, recuerdo cuando íbamos juntas a la prepa, con esto acontecido fue cuando me decidí por completo a que también tenía que hacerlo con mi Hércules, busque los consejos para novatas, los leí con detenimiento, no eran tan difíciles, algunas cosas ya habían sucedido, no tenia que acostumbrarlo a mi aroma, ni llamar su atención, el travieso ya se me había adelantado durante la semana, en cuanto a su higiene, lo mantenía saludable con sus vacunas, las constantes desparasitaciones y siempre limpio, uñas cortadas y las croquetas especiales, mantenían limpios sus colmillos, su aliento por la comida y dieta eran agradables, además el ya se me había insinuado, así que solo debía seguir con los consejos básicos para poder tener sexo con él.

Ya era tarde y le abrí la puerta a mi Hércules para que entrara a casa, fue directo a su cojín de dormir, no sin antes, chillarme un poco, sabía que me estaba rogando para que cediera y me dejara ser suya.

-          No mi amor, ya es tarde, es hora de dormir, mañana tengo que ir al trabajo – le dije a mi Hércules muy decidida y seria.

El solo me miro, pero podía ver en sus ojos que solo estaba portándose decente, respetando mi decisión, seguro porque también me veía como una madre, alguien que lo cuido desde cachorro y eso era lo que impedía que se portara como el clásico Macho y me doblegara a la fuerza, requería de mi permiso para proceder, y eso me gustaba, me hacía sentir segura, me hacia amarlo aun mas, mi hermoso hijo perro, un macho alfa, respetando a su madre humana.

Cerré la puerta de mi habitación, me puse mi pijama holgada y me fue a acostar, no sin antes meditar lo sucedido, al poco ratito me quede dormida, solo pasaron un par de horas, desperté de súbito, abrí mis ojos y sentí un calor en mi cuerpo, me sentía cachonda, sentía ganas de tener sexo, supongo que el saber que tenia a un macho cerca, había hecho reaccionar a mi cuerpo, así que sin pensarlo más me dispuse, era momento de ceder ante mi Hércules, así que me levante, me quite mi pijama, de mi buro saque un conjunto azul cielo con encajes, un top y unas pantaletas cacheteros, me cambie de inmediato, descalza frente a mi espejo, me observe, me gustaba como me veía con mi conjunto, me sentía una mujer hermosa, bella, sexy, empoderada, saque una velas aromáticas que tenía en mi closet, las coloque en mis cómodas y buro, las prendí, las velas eran lo único que alumbraba mi recamara, abrí la puerta de mi recamara y la deje entre abierta, camine rápido a recostarme de lado sobre mi cama, recargada sobre mi codo izquierdo, mire directo hacia la puerta, recargue mi otro codo sobre mi cintura, mis piernas un poco cruzadas, espere paciente a ver si mi Hércules entraba a mi habitación o si tendría que llamarle.

Para mi sorpresa, ocurrió lo primero, mi lindo canino abrió con su corpulento cuerpo la puerta, no fue necesario que le llamara, él se quedo parado en la puerta mirándome, entendió que yo estaba esperándolo sobre mi cama, estaba mandándole le mensaje de que yo finalmente cedía ante su presión y lo dejaría ser mi macho, con el dedo índice de mi mano derecha le hice una seña de que viniera a mí, entendió a la perfección, camino directo a la cama, con esa confianza en cada paso que daba, me demostraba su autoridad y poder, la que solo un macho semental tendría.

Hércules llego a la cama y de un brinco se monto, yo solo me quede quieta, mi canino se acerco a la altura de mi rostro, yo agache la cabeza en forma de sumisión, lamio un poco mi boca, yo le correspondí las lamidas, nuestras lenguas se tocaron, sentí la aspereza y humedad de su lengua, su saliva se entremezclo con la mía, era algo nuevo, raro, pero muy agradable, me hacia subir mi lívido, muy tranquilo dejo de lamer mi rostro y olfatear mi cabello, se dirigió lentamente a mi pelvis, olfateo con delicadeza, el estaba inhalando mi aroma, como tratando de embriagarse con ello, sin mas empecé a sentir el calor correr en mi entrepierna, mi chocho se calentó, mis labios vaginales se dilataron y empecé a mojar como loca, deseaba a mi Hércules, le acaricie su cuerpo, sentía el detalle de sus músculos, robustos, duros y fibrosos, me gustaba la sensación de su pelaje negro, sentirlo olfateando y lamiendo mis pantaletas me excitaban mucho, era una danza erótica entre él y yo, un ritual mágico para los dos, me di la vuelta y le di mi espalda, mis voluptuosas nalgas quedaron a su hocico, el me lamio un glúteo y nuevamente metió su hocico entre mis piernas buscando mi sexo, así como en la mañana había hecho.

Esta vez no lo interrumpiría, sentí la humedad de su nariz, su lengua buscando insistente mi cosita húmeda, las pantaletas cacheteros era lo único que impedía que me lamiera el coño, doble mis piernas había arriba, cruzando mis tobillos como una colegiala, me recargue sobre mis hombros y deje a mi Hércules continuar intentando lamer mi concha, para mí era un juego erótico, mi amado perro sabía que no podía tocar mi vagina, así que se acerco a mi espalda y sentí su húmeda nariz, me daba ligeras lamidas en la espalda, eran como besos para mí, hasta llegar a mis hombros, moví mi cabello negro rizado, gire un poco mi cabeza y lo mire a los ojos, me devolvió la mirada, yo sonreía muy coqueta, me sentía como una colegiala que estaba siendo seducida por el atleta popular de la escuela, mis pupilas dilatadas por la excitación se comunicaban en silencio con los ojos de mi Hércules.

Me gire nuevamente boca arriba y esta vez mire a mi precioso hijo perruno, yo lo deseaba, sin más levante mi cadera, con mis manos me baje las pantaletas, doblando mis piernas hice que mis pantaletas las recorrieran hasta llegar a mi pies y finalmente las patee hacia atrás, deje completamente desnudo mi sexo, baje la cadera, abrí un poco mis piernas, con mi mano derecha, acaricie mis bellos púbicos, él me miraba sin perder detalle, con mi mano izquierda toque su pata derecha y mi muchacho se acerco a mi húmeda vagina, la olfateo, levante mi pierna izquierda y la recargue sobre su lomo, hice quedar en medio de mis piernas a mi hermoso Hércules, el empezó a lamer mi coño, empezó a darme lengüetazos continuos y con ritmo.

-          Ahh… - Me arranco un rico gemido, sentí tan delicioso su lengua áspera.

Me deshice con sentir su saliva en mi caliente chocho, mis fluidos eran lamidos por mi precioso, cada lengüetazo me hacia gemir y excitarme mucho.

-          Ahh... Ahh….- Hércules escuchaba a la perfección mis gemidos y sabía muy bien lo que hacía.

Él continuaba lamiéndome sin parar, la sensación de su lengua estimulando mi clítoris y la excitación que recorría mi cuerpo de lo que estaba haciendo me hicieron llegar rápidamente al orgasmo.

-          AHHH.. Dios… Ohhh. - Espasmos internos sentí en mi vagina, las contracciones tan deliciosas, me volvían loca de placer, quería más.

Con mis manos tome la cabeza de Hércules y lo acariciaba mientras movía mis caderas en círculos para hacer que mi hermoso macho lamiera los fluidos que solté por mi previo orgasmo, me acomode de lado y me le acerque, comencé a acariciar el bulto peludo de mi amado, estimulándolo y apretando delicadamente para hacerle sacar esa verga suya, no tuve que hacer mucho, la verga de mi Hércules fue saliendo como un cohete, finalmente conseguí sacar esos centímetros de pene rojo, grande y gordo, sus venas se veían a simple vista, la textura de su pene era suave y húmeda, con todo y su bulbo eran como 25 cm, con mi mano estimulaba su verga, el daba ligeros quejidos, yo sabía muy bien que eran de gozo, pues jadeaba con la lengua de fuera, se había quedado inmóvil al sentiré que le estimulaba su virilidad canina, y haciéndole una rica masturbada el soltó unos chorros de liquido pre seminal viscoso, era su lubricante natural, todo termino cayendo sobre mis sabanas.

Me hinque sobre la cama, acaricie a mi amado en su lomo, cuello, cabeza, el camino detrás de mí, colocando su cuerpo justo a mi espalda, yo hincada, sentada sobre mis pies, voltee a tratar de mirarlo, admiraba el tamaño de mi Hércules, un perro grande y fornido, me hacía sentir pequeña e indefensa, sentía como su presencia se me imponía, eso me gustaba, pues era mi precioso, mi niño lindo, pero también mi guardia y protector, y ahora también estaba por convertirse en mi macho, sin más, me dio un ligero empujón con su cabeza, quería que me pusiera en cuatro, pero decidí en ese momento hacerme un poco la difícil, no cedí tan fácil como él quería, así que me empujo con más fuerza, logrando moverme, me recargue en la cama y me puse culo para arriba.

Quede en cuatro, hice a un lado mi cabellera rizada para poder seguir mirándolo sobre mi hombro, él se tomo su tiempo en olfatear mi culo y vagina, me puse nerviosa, eso provoco que mi choco dejara de lubricar, sentí miedo en ese momento, supongo mi amado se percato de lo ocurrido y me soltó unas lamidas directo a mi sexo desnudo que yacía indefenso delante de él, con sus lamidas me hizo sentí rico, pues estaba lubricando mi vagina con su saliva, parecía saber mi amado que yo lo necesitaba, también entendí que ya estaba muy pronto el momento, en que montaría, mire de reojo su enorme verga roja, era lo más grande que yo había presenciado en mi vida, tuve un momento de arrepentimiento y miedo, quise parar esta locura que había iniciado, así que gatee hacia delante a fin de escapar de Hércules y lograr incorporarme en pie.

Pero mi plan fallo, ya que mi niño lindo no me lo permitió, pues con sus patas delanteras velozmente las monto sobre mi cintura, aprisionándome con ellas, sentí como su fuerza actuó y me impidió avanzar, me sujeto de tal forma que era como si me dijera, “ Esta vez no te me vas a escapar ”, entendí que no aceptaría otra negativa de mi parte, como todo macho Alfa, ahora era “ Me la bebía o la derramaba” , me dio un tirón fuerte jalando mis caderas hacia él, ya me veía como su hembra y que me haría suya, eso ayudo a disipar mi miedo, mis dudas, mi parte interior primitiva se activo y mi vagina comenzó a lubricar a chorros nuevamente, se dilataron los labios, abriéndose como los pétalos de una flor, así que con mi mano tome la punta de su vergota y lo jale delicadamente a mí, lo lleve todo el camino hasta presentarle a su puntita carnosa, la entrada a mi templo de Venus, lo sagrado de mi cuerpo, el me entendió a la perfección, pues mientras lo guiaba a mi conchita, el se iba levantando dando brinquitos hasta que su abdomen y parte baja tocaron base con mis nalgas.

Empezó a dar ligeros brinquitos a fin de acomodarse para entrar en mí, la punta de su miembro se fue abriendo paso y camino en mi vagina cachonda, mientras él me tiraba de las caderas hacia su sexo, sentí como conseguía ir entrando en mi cuerpo, abriéndome mis entrañas con esa enorme verga que tenia, me arrebato un gemido.

-          Ahhh… Mh… Ohhh… - Gemía y jadeaba de excitación, tenía a mi hermoso perro entrando en mi cuerpo.

La sensación era magnifica para mi, el sentir a mi hermoso niño irme abriendo y llenando mi vagina con su vergota me gustaba, continuo dando movimientos de cadera empujando a cada movimiento su enorme miembro dentro de mí, solo retrocedía ligeramente para continuar arremetiendo hacia adelante, ir entrando a fondo, la fuerza y su peso se hicieron presentes, así que tumbe mi torso contra la cama, mi cabeza quedo completa recostada de lado y con mis codos, hice base para tener fuerza mientras arqueaba mi cintura levantando a tope mi culo para poder sostener el peso de mi amado con mis nalgas y piernas hincadas.

-          Ahh Dios, Ah… Mi niño! – gemí mientras sentía unas ligeras embestidas de verga.

Mi Hércules fue delicado en ese momento, no se dejo ir con frenesí como los perros que llegue a ver en videos, él por el contrario parecía saber que era mi primera vez y no quiso se brusco.

-          Oh. Hércules… Ahh… Mi amor… Sigue… Ahh… si, me gusta… AHH..

Sentí como se introdujo más, su verga iba creciendo e hinchándose, mi vagina se expandía conforme la cosota de mi amado se expandía, podía sentir todas esas sensaciones a la perfección, sentía el aumento de temperatura en mi cuerpo, causado por lo caliente del cuerpo fornido de mi Hércules y trasmitido a mi por su enorme verga que yacía dentro de mí interior, Hércules ya tenía toda su virilidad de fuera y dentro de mí, sentí su nudo empezar a chocar contra los labios de mi vagina, rozando mi clítoris, provocándome placer, ahí alcance mi segundo orgasmo.

-          Ahh.. Ahh. Dios.. Que rico, Ahhh.. sigue mi amor, sigue… Ahhh.. Asi, Asi… Ahhh.. Si… Ahh – gemía placentera mientras mi cuerpo se contraía por mi orgasmo.

Temblaba de placer, la secreción fría de mi orgasmo empezó a nivelar mi temperatura interior, sentí el cambio de caliente a tibio, empape por completo la verga de mi amado Hércules, su cosota se deslizaba sin problema alguno, entraba y salía sin dificultad alguna, el jadeaba como loco, mientras yo gozaba y gemía.

-          Ahh.. Ahh, Ahh… Hércules… Mi niño… Ahh… Dios… me hiciste venir, hiciste que Mami tener otro orgasmo, eres magnifico mi amor… sigue… dame más, más.

Recordé que si ya tenía su nudo de fuera, el podía abotonarme, no era recomendable si eras primeriza, así que con mi mano derecha la coloque a la entrada de mi vagina, sujete su verga a fin de que mi mano toponeara su nudo y no dejarlo entrar, supongo que la rica sensación que le provocaron mis fluidos al empaparle la verga, lo calentaron mas, pues empezó a arremeter con mayor fuerza y velocidad, ahora si se puso algo frenético, me la empujaba con dureza, sentía la fuerza de su cuerpo, la punta de su sexo presionaba tocando mi fondo, su vergota presionaba ya en mi cérvix, eso me excito mucho, me había llenado por completo, había estirado mi sexo al tamaño de su vergota, a su voluntad, yo era prácticamente su funda, yo le calzaba como un guante a una mano, que abrazaba y cubría por completo su virilidad.

-          Ahh... Dios… Ahhh… Si, si, sigue así mi amor… Ahhh… mi amor… - Sus jadeos se incrementaron junto con mis gemidos, se hacían uno al unisonó.

Hércules me cogía con fuerza, al cabo de unos minutos, me canse, ya no podía sostenerme más con un solo brazo, así que tuve que soltar su vergota que toponeaba el nudo de mi amado, estaba sintiendo tan rico que ya no me importaba nada, solo deseaba seguir siendo suya, seguir sintiendo ese placer que me provocaba, que continuara cogiéndome tan duro como ya había empezado hacer.

-          Ahhh Hércules… Ahhh… mi amor… Ahhh.. Ahhh…

El placer era magnifico, hacia años no sentía algo tan rico y delicioso como ser profanado mi cuerpo por un macho tan grande y viril, y paso lo inevitable, pues en uno de esos empujones, su nudo se metió en mi concha caliente, mi niño lindo quedo atorado dentro de mí, el estaba siendo aprisionado por mi vagina, tenía toda su verga dentro de mí, consiguiendo estirar aun mas mi vagina.

-          Ogg… Auu… Dios… Oh… - Gemí al final pues sentí como se atoro mi amado Hércules.

Mi amado no intento zafarse, al contrario, entendí que su meta era quedar atorado dentro de mí, meterme entera su enorme verga, lo cual ya había conseguido mi travieso, yo también me quede inmóvil, sintiendo como su virilidad hinchada quedaba por completo en mi interior, por lo que leí, ese era el momento en que mi amado empezaría a eyacular su semen con espermas, ya no era el pre seminal, ya estaba por llenarme con sus espermas, de soltar todas su semillas en mi interior y inundarme con su amor.

Sentía la presión de la punta de su verga apretar y toponear por completo a la abertura de mi cuelo uterino, esa sensación me enloquecía, mi instinto primitivo de hembra me decía que Hércules era una magnificó espécimen, un macho digo para reproducirme con él, la sensación provocada por su hinchazón causo que su nudo presionara mi punto G, provocándome otro orgasmo nuevamente, yo solo apreté con mis manos las sabanas y solté un quejido de amor.

-          Oggg… Dios!... ohhhh…. Mhh… Oh… Mi lindo Hércules… Ohhh…

Mi vagina empapo nuevamente la vergota de mi amado, y ahí fue cuando sentí las palpitaciones del sexo de mi Hércules, estaba soltando su semen dentro de mí, yo podía sentir como brotaba la lechita caliente de mi macho, como poco a poco a chorritos me iba llenando mi útero.

-          Ahh Si, si, si, suéltalo todo mi amor, dame toda esa leche tuya, dámela toda.

No sentía nada de asco, muy por el contrario, me sentía contenta de haber conseguido que mi macho empezara a vaciarse dentro de mí, las palpitaciones de la verga de mi amado continuaban haciendo que su nudo rosara y diera presión a mi punto G, como si alguien apretara un botón con un dedo, la estimulación me resultaba sumamente placentera, era algo mágico y hermoso, estábamos pegados el uno al otro, me tenia bien ensartada mi Hércules.

Gire mi rostro hacia la cómoda de mi cuarto, ahí tenía un espejo, no alcanzaba a verme por el ángulo, solo podía ver el reflejo de mi culo levantado sosteniendo a mi amado, y el cuerpo de mi Hércules, sosteniéndome con firmeza de mis caderas, jadeando y esbozando una mueca que denotaba felicidad, me gustaba mirarlo, se veía contento, satisfecho, al igual que yo, él por fin me había tomado y clamado como suya, me había convertido en su hembrita, en su perrita humana, completando el acto de principio a fin, eyaculando su semen dentro de mi cuerpo.

-          Ps, ps – llame la atención de mi macho, el bajo su cabeza a mirarme, pero después miro hacia el espejo.

Así nuestras miradas se cruzaron, miro fijamente a mis pupilas dilatadas, le mande besitos cariñosos y me sonrió, se empujo hacia mí, moviendo su sexo dentro de mí, haciendome sentir como empujaba mis entrañas, me arranco un ligero gemido involuntario.

-          Ahhh!… Malvado… Eres un tremendo, sabes que me tienes bien ensartada y me lo restriegas verdad… Eso te gusta?, tenerme así, tenerme a tu Mamita linda como tu hembra, me acabas de convertir en tu perrita humana… Oye… Te amo… - le mande otros besitos de amor.

Yo disfrutaba la sensación provocada por mi amado, el se giro y sentí como jalaba su vergota atorada en mi chochito delicado, fue un poco brusco, quedamos culo contra culo, supongo mi amor se canso y quería reposar en cuatro patas, no le culpo, yo me sentía igual cansada, mi cuerpo había tenido varios orgasmos, las contracciones de mi vagina y mi cuerpo me agotaron, por lo que me había informado sabia que estaríamos atorados así por varios minutos, unos 20 o 30 minutos.

Al poco rato la hinchazón de su verga fue disminuyendo, hasta que un sonidito “ POP ” se escucho, su pene canino resbalo de mi interior, escurriendo sus fluidos mezclados con los míos, en breve mis piernas se llenaron de liquido que escurría, yo cansada me deje caer boca abajo sobre la cama, recostándome completamente con mis piernas abiertas y desguanzadas, Hércules se giro y empezó a lamer mi conchita empapada, limpiando todo el fluido que brotaba, limpio mi vagina y mis piernas, sentí que para mi amado, era parte del ritual que él me acicalara y consumiera nuestros fluidos, yo sentía rico, sentía que me estaba consintiendo después de haberme hecho su hembra.

Mire el reloj y vi que habíamos estado pegados por 20 minutos, se me pasaron rápido, no sentí que fuera tanto, finalmente Hércules se bajo de la cama y me dio un ligero gruñido, se dirigió a la puerta, se giro tomando asiento y me ladro, yo solo lo miraba, pero me volvió a soltar otro ladrido, me hizo entender que quería que lo siguiera, me incorpore como pude, mis brazos y piernas estaban entumidas y me temblaban un poco, me levante y senté sobre la cama, me puse mis tenis y lo seguí, el se dirigió a la cocina y se sentó a un lado de su plato, lo que quería era que le diera de comer.

-          Ah!, Míralo, el señor quiere que le dé de comer?, - Me sorprendió que quería que lo alimentara, como clásico macho, una vez que me cogió ahora quería que lo atendiera dándole de comer.

Para nada me sentí ofendida, al contrario, me saco una sonrisa, me hizo sentir que era mi macho, y yo su hembra y ahora debía atenderle y alimentar a mi señor y dueño.

-          Mh.. Mi dueño – pensé, eso sentiría ahora mi Hércules, que él era mi dueño, pase de ser su Mamita linda, su dueña, a ser su hembra, su perrita, jaja, ahora yo debía obedecerle?

-          No!, claro que no – Exclame, mi amado volteo a mirarme a los ojos, me incline un poco a él mientras yacía sentado.

-          Yo soy tu dueña, eh, yo sigo siendo tu Mamita linda y tu mi niño hermoso, así que yo sigo mandado eh. – Mi Hércules solo emitió un gruñido, como si me hubiera entendido mi exclamación final, regreso a tu plato y continuo comiendo.

Regrese a pasitos a mi recamara, aun me sentía desguanzada, sentía dolorcito en mis piernas, me preguntaba si la vergota de Hércules abría causado algún daño en mi interior, me preocupe un poco así que tome un espejito que tenia y procure observarme detalladamente mi conchita, no, nada que indicara daño, todo normal, solo una ligera molestia en mi interior, pero debió ser por todo lo que me había estirado la cosota de mi amor, apague las velas y me recosté en mi cama, acomodándome de lado, pensé que mi Hércules se quedaría a dormir en su colchonetita, pero para mi sorpresa, entro caminando a mi habitación, se monto en mi cama, me empujo con su hocico, quería que le hiciera espacio.

-          Ey, que haces?, - exclame, me termine moviendo y le hice un espacio, se recostó.

-          Mh.. vaya, vaya, ahora quiere dormirse conmigo el joven? –le dije.

Desde que tuve a mi Hércules siempre lo acostumbre a dormir en su espacio y jamás lo deje subirse a mi cama, máximo al sofá lo dejaba treparse, y ahora el muy cabrón se acostaba en mi cama, vaya que se tomo enserio su papel, pero por otro lado me sentí contenta, pues mi amante canino, negro y fornido, me demostraba con esa acción que yo le importaba mucho, que ahora que me veía como su hembra, así quería compartir lecho conmigo, me acurruque a su lado y lo abrace, el calor de su cuerpo y el aroma de su pelaje me embriagaban, me hacían sentirme segura y satisfecha, mi hermoso niño, mi lindo Hércules, ahora era mi macho semental, me sentía muy feliz, juntitos nos quedamos dormidos.