Helénicos
Una pequeña fantasía en la antigua Grecia. Chicos y hombres que se aman, nudismo y deportes.
HELÉNICOS
Sitio: Grecia
Año: ¡Qué mas da!, hace muchos, muchos años. En una galaxia muy muy lejana... ¡Ehhh! No, no es esta historia... Sigamos:
Dos jóvenes atletas compiten de forma amistosa en el gimnasio. Van totalmente desnudos, y cuando sueltan el disco, lanzan la jabalina o corren sus virilidades bailan. Un espectador que tiene algo mas de edad que ellos aplaude sus hazañas, posiblemente sea un entrenador.
Se fija especialmente en las partes que les cuelgan a los muchachos entre las piernas y se excita. Ambos muestran unos miembros muy dignos de honrar a Priapo, dios de la virilidad.
El hombre aplaude la mejor actuación:
-Bien Diomedes. Magnífico Aquiles.
Cuando finalizan sus ejercicios ambos se acercan al lugar donde Eros sonríe cubierto solo con una túnica corta que le llega al comienzo de los musculosos muslos, bajo la que no lleva nada. Y que aparece levantada por su pene erecto. Excitado por el bello espectáculo que los jóvenes le habían ofrecido.
Diomedes el experto lanzador de disco sonríe cuando se fija en el estado del pene de su amigo y dice:
-seguro que tú quieres lanzar otra cosa.
Bromea.
Eros poniéndose entre ambos, y pasando los brazos por los hombros desnudos de sus compañeros le responde:
- mientras seas tu quien lo recoja. Con este culito tan duro.
Y le dio un suave azote en las nalgas desnudas.
Se encaminan a los baños, una versión primitiva pero funcional de las termas o los baños turcos, y piden una piscina privada. Donde Eros pudo deshacerse de su poca ropa y agarrar los ya trempantes miembros de sus amigos. Acariciándolos suavemente y con cariño.
Esta masturbación duró poco, enseguida Aquiles hace sentar al mayor de ellos al borde del charco y metiéndose en el agua se introdujo la polla gigantesca en la boca y se dedicó a chuparla con furia, dando leves mordiscos en el tronco y pasando una y otra vez la lengua por el glande y los huevos.
Diomedes, mientras tanto, de pie con cada una de las piernas la lado de su entrenador le había dado a este a mamar del caño del amor. Este se metió los testículos en la boca, pasó sus labios por el tronco de tan espléndido miembro y se metió el glande en la boca, tan solo un segundo lo suficiente para apreciar su dureza y enseguida dándole un empujón lo arrojó al agua.
Cayó detrás de Aquiles y Eros le dijo:
- dale por el culo ahí en el agua.
No haciéndoselo repetir tomó aire y se sumergió para besar las nalgas poderosas de su amante. Se las abrió y chupó de ese canal de delicias ahora inundado hasta que se le acabó el aire, que no fue pronto pues era un gran atleta. Aquiles gemía notando la lengua experta acariciando su ano. Entonces sin soltar el culo con las manos sacó la cabeza del agua para respirar.
Seguía tocando y metió un dedo en el ano para sacarlo enseguida e introducir su pene por el estrecho, pero bien acostumbrado agujero. Sus manos se desplazaron hacia la polla sumergida complaciéndose en una lenta masturbación. Aquiles seguía dándole furiosas lamidas al gordísimo sexo del maduro hasta que este estremeciéndose soltó su carga de semen.
El joven chupador lo tragó todo incluso lo que escurría sobre los muslos y huevos del mayor. Y lo que había escapado de su boca. Sentía además los besos y mordiscos en los hombros, la nuca y el cuello del otro bello efebo mientras la picha de este lo empalaba con oleadas de placer y su polla era masturbada.
Poco ya tardaron en estallar en sendos orgasmos los dos garzones que se encontraban en el agua. Se lavaron y salieron de la piscina Eros se puso enseguida a mamar del sexo de Aquiles y Aquiles se derretía por el sexo. Ya no paró hasta tener su semen en la boca.
Creo que fue Eros y no Afrodita quien reveló a los troyanos el Talón de Aquiles después de un desengaño amoroso y que el punto débil de este héroe griego no era el talón sino mas bien su pene siempre erecto.
Sitio: Grecia
Año: ¡Qué mas da!, hace muchos, muchos años. En una galaxia muy muy lejana... ¡Ehhh! No, no es esta historia... Sigamos:
Dos jóvenes atletas compiten de forma amistosa en el gimnasio. Van totalmente desnudos, y cuando sueltan el disco, lanzan la jabalina o corren sus virilidades bailan. Un espectador que tiene algo mas de edad que ellos aplaude sus hazañas, posiblemente sea un entrenador.
Se fija especialmente en las partes que les cuelgan a los muchachos entre las piernas y se excita. Ambos muestran unos miembros muy dignos de honrar a Priapo, dios de la virilidad.
El hombre aplaude la mejor actuación:
-Bien Diomedes. Magnífico Aquiles.
Cuando finalizan sus ejercicios ambos se acercan al lugar donde Eros sonríe cubierto solo con una túnica corta que le llega al comienzo de los musculosos muslos, bajo la que no lleva nada. Y que aparece levantada por su pene erecto. Excitado por el bello espectáculo que los jóvenes le habían ofrecido.
Diomedes el experto lanzador de disco sonríe cuando se fija en el estado del pene de su amigo y dice:
-seguro que tú quieres lanzar otra cosa.
Bromea.
Eros poniéndose entre ambos, y pasando los brazos por los hombros desnudos de sus compañeros le responde:
- mientras seas tu quien lo recoja. Con este culito tan duro.
Y le dio un suave azote en las nalgas desnudas.
Se encaminan a los baños, una versión primitiva pero funcional de las termas o los baños turcos, y piden una piscina privada. Donde Eros pudo deshacerse de su poca ropa y agarrar los ya trempantes miembros de sus amigos. Acariciándolos suavemente y con cariño.
Esta masturbación duró poco, enseguida Aquiles hace sentar al mayor de ellos al borde del charco y metiéndose en el agua se introdujo la polla gigantesca en la boca y se dedicó a chuparla con furia, dando leves mordiscos en el tronco y pasando una y otra vez la lengua por el glande y los huevos.
Diomedes, mientras tanto, de pie con cada una de las piernas la lado de su entrenador le había dado a este a mamar del caño del amor. Este se metió los testículos en la boca, pasó sus labios por el tronco de tan espléndido miembro y se metió el glande en la boca, tan solo un segundo lo suficiente para apreciar su dureza y enseguida dándole un empujón lo arrojó al agua.
Cayó detrás de Aquiles y Eros le dijo:
- dale por el culo ahí en el agua.
No haciéndoselo repetir tomó aire y se sumergió para besar las nalgas poderosas de su amante. Se las abrió y chupó de ese canal de delicias ahora inundado hasta que se le acabó el aire, que no fue pronto pues era un gran atleta. Aquiles gemía notando la lengua experta acariciando su ano. Entonces sin soltar el culo con las manos sacó la cabeza del agua para respirar.
Seguía tocando y metió un dedo en el ano para sacarlo enseguida e introducir su pene por el estrecho, pero bien acostumbrado agujero. Sus manos se desplazaron hacia la polla sumergida complaciéndose en una lenta masturbación. Aquiles seguía dándole furiosas lamidas al gordísimo sexo del maduro hasta que este estremeciéndose soltó su carga de semen.
El joven chupador lo tragó todo incluso lo que escurría sobre los muslos y huevos del mayor. Y lo que había escapado de su boca. Sentía además los besos y mordiscos en los hombros, la nuca y el cuello del otro bello efebo mientras la picha de este lo empalaba con oleadas de placer y su polla era masturbada.
Poco ya tardaron en estallar en sendos orgasmos los dos garzones que se encontraban en el agua. Se lavaron y salieron de la piscina Eros se puso enseguida a mamar del sexo de Aquiles y Aquiles se derretía por el sexo. Ya no paró hasta tener su semen en la boca.
Creo que fue Eros y no Afrodita quien reveló a los troyanos el Talón de Aquiles después de un desengaño amoroso y que el punto débil de este héroe griego no era el talón sino mas bien su pene siempre erecto.