Helena (1)
Era una calurosa tarde de verano, Helena llevaba ya varios días acampando junto a tres amigas en un paraje natural, era el último verano antes de entrar en la universidad, tanto para ella como para las demás, por lo que se suponía que era una de las últimas ocasiones en las que podría disfrutar de todas sus amigas de la infancia, ya que el verano estaba acabando.
Capítulo 1
Dos desconocidos
Era una calurosa tarde de verano, Helena llevaba ya varios días acampando junto a tres amigas en un paraje natural, era el último verano antes de entrar en la universidad, tanto para ella como para las demás, por lo que se suponía que era una de las últimas ocasiones en las que podría disfrutar de todas sus amigas de la infancia, ya que el verano estaba acabando.
No estaban solas las cuatro amigas, durante los días que llevaban acampado habían conocido a muchos más grupos de jóvenes y no tan jóvenes que al igual que ellas habían decidido acampar en aquel hermoso paraje natural, alejado del bullicio y el ajetreo de la gran ciudad, rodeado de árboles centenarios y con unas instalaciones ideales para los campistas como servicios y alquiler de parcelas con tomas de corriente por un precio reducido. Unos kilómetros más arriba, se encontraba un pequeño hotel con unas instalaciones más lujosas y unos precios no tan reducidos, aunque razonables dada su ubicación, que contaba con una piscina para los clientes y a la que en verano podían acceder también los campistas a cambio de un módico precio. Allí solían pasar Helena y sus amigas las tardes cuando estaban cansadas de hacer senderismo o simplemente cuando querían refrescarse y conocer gente nueva, aunque "conocer" es una palabra que se queda corta si nos referimos a las relaciones que se entablaron aquellos días, puesto que una de sus amigas tuvo alguna que otra noche de pasión con un muchacho al que acaba de conocer y otra incluso llevaba algunos días con otro muchacho a la que ella llamaba "mi chico"
Helena por su parte, no tenía especial interés en encontrar a alguien, ya que acababa de salir de una relación algo tormentosa y no deseaba volver a naufragar tan pronto en los mares del amor, por lo que pasaba más tiempo con su otra compañera de viaje, comprometida con una relación seria con su novio de toda la vida.
Pero aquella tarde fue especial, Helena estaba tumbada al sol con su amiga, comiendo algunas chucherías que había comprado un kiosco del último pueblo por el que pasaron haciendo senderismo, mientras sus otras amigas encontraban en una vorágine de besos y caricias con "sus chicos", cuando se paró delante de ella un chico que sin ningún tipo de presentación ni preliminar espetó:
* ¿Me das una chuchería de esa bolsa que tienes?
Helena era una chica algo tímida y reservada, por lo que la pregunta le cogió de improviso, y se quedo bloqueada por un instante, por lo que él le dijo:
* Oh, lo siento, perdón por ser tan maleducado
Pero ella le corto la frase:
* no, no, perdóname tú a mí, es que estaba intentando recordarte, pero no me suena haberte visto por la zona de acampada, ¿acabas de llegar?
Ciertamente Helena no recordaba haber visto antes a aquel chico, era alto, tenía el pelo oscuro y unos ojos de un marrón profundo en los que Helena se fijó en seguida, coronados con unas cejas que casi parecían obra de un pincel, tenía unos labios sonrosados que hacían contraste con su piel, más morena, era delgado e iba muy bien vestido para estar de acampada.
De hecho no estoy de acampada , le contestó él, llegué hace una par de días con un amigo, con la idea de descansar del trabajo, cambiar la universidad por la vida laboral es bastante estresante * ¿Qué has estudiado?* Le pregunto ella Enfermería, y en cuanto he acabado me he puesto a trabajar para cubrir vacaciones, hasta finales de verano no he conseguido juntar algunos días para poder disfrutar de unas mini-vacaciones
¡Ah! Yo voy a estudiar medicina, y como me tengo que ir de mi ciudad para hacer la carrera, al igual que mis amigas, estamos disfrutando de unas vacaciones juntas
Bueno, ya se que estoy hablando con una futura médico, lo que no se es como se llama este proyecto de doctora
¡Helena!, me llamo Helena, respondió al darse cuenta de que todavía ni siquiera se habían presentado, y esta es mi amiga Laura
- Hola Laura, dijo en voz alta saludando a su amiga a lo que esta contesto con un ligero movimiento con su mano. Encantado de conocerte dirigiéndose de nuevo a Helena, yo me llamo Ángel. Bueno Helena, pues ya nos veremos por aquí.*
Se giró y continuó su camino dirección a las instalaciones del hotel, pero Helena lo llamó antes de que se marchara:
- ¡Ángel! ¿No querías una "chuche" de la bolsa? Se te ha olvidado
- Muchas gracias Helena, pero ya tengo lo que quería, ¡hasta luego!
Y se fue andando tras dedicarle una sonrisa al ver que Helena se acababa de sonrojar.
Ya no eran dos desconocidos.