Hechos de mi vida (4)
Lo que sucedio en la recamara de Mauro....
Al entrar a la recámara de Mauro, lo que vio me dejo pasmada. Estaba ricamente decorada y con buen gusto. Me invito a sentarme en la cama y él se sentó a un lado mío. Me hablaba amorosamente y dando me confianza. Me pregunto que si antes lo había hecho o era virgen como le había dicho mi tía Verónica. Le dije que nunca nadie me había metido su verga en mi culito. Que nada mas mi tía Verónica me había estado entrenando con dildo y vergas de plástico para irme acostumbrando a ellas y asi que cuando me la metieran con una verga natural no me hiciera sufrir mucho y pudiera gozarla en grande. Que me entreno muy bien para hacer sexo oral, que ese si lo había hecho muchas veces, pero que nunca me había tragado el semen siempre lo había escupido. Que el me dijo que la virginidad de mi culito y el tragarme el semen deberia ser con alguien que valiera la pena. Y que ese alguien yo consideraba que era él.
Entonces me abrazo, amorosamente, y me empezó a besar en forma furiosa. Sentía como su lengua taladraba mi boca y como entraba y salía de ella. Esto me empezó a calentar. Sentia que sus manos recogían todo mi cuerpo acaraiciandolo en una forma que hicieron que mis pezones y mi verga se pusieran erectos. Me masajeó, en un forma tan especial, las nalgas que hizo que la piel se me pusiera de gallina y me empezara a palpitar mi fundillito virginal pidiendo con mas intensidad, cada vez, una verga. Que me perforara el ano y me quitara lo virgen y me hiciera sentirme como una verdadera mujer. Que me hiciera una mujer
Me acostó, en la cama, con la cara colocada en una almohada y también me coloco una almohada en mi vientre para poder exponer mi culo en toda su expresión. Me beso el cuello, pasando su lengua y dandome pequeños mordiscos. Sentí el aroma de su aliento, cuando me metía su lengua en mis orejas, me excitó aun más. Pero esa posición únicamente me permtía acariciarme la verga sin poder masturbarme como yo quería. Bajo su lengua hacia mi espalda recorriendo toda mi columna, lo que hacia que me estremeciera de placer y soltara uno que otro quejido que acallaba con un largo beso. Para después volver a su labor con esa lengua tan maravillosa que estaba haciendome ver visiones y calentándome aun mas cada vez que la pasaba en mi cuerpo.
Cuando llego a mis nalgas, con ayuda de sus manos, me las separó exponiendo en todo su esplendor un culito rosado y palpitante que pediría a gritos verga si pudiera hablar. Poso su lengua en mi hoyito, primero muy lentamente haciendo movimientos circulares que parecían como una llave que hacia que mi culito se abriera. Esto lo aprovechó para meterme su lengua en mi canal amoroso y provocarme casi un orgasmo. Así continuó lentamente hasta que me dejo mi ano muy bien lubricado con su saliva. Se colocó a horcajadas delante de mi cabeza y su carnosa verga busco con ansias mi boca. Yo la abrí al máximo para recibir ese pedazo de carne palpitante y húmedo, por el abundante líquido preseminal. Y empecé a mimárselo lo mejor que podía. Mientras en continuó masajeandome los inmensos cachetes de mis nalgas y metiéndome todos los dedos de su mano en mi culito. Con uno me masajeo la próstatas qu hizo que tuviera mi primera venida con abundante leche que había estado esperando ese momento para salir.
Se colocó entre mis piernas y volvió a mamarme el hoyito del amor y a meterme su lengua hasta lo más profundo que podía. Cuando creyó que estaba los suficiente mente lubricada con su saliva se dispuso a meterme su verga en mi estrecho canal. Pero yo estaba tan excitada que le pedía, le suplicaba que por favor me metiera su vergota en mi culito. El abrió mis nalgas y expuso el culito, bien mojado por la abundante saliva que había aplicado. Y coloco su cabezota en mi entrada, después de haberla lubricado con su saliva. Empujo, pero en el primer regate mi culo se opuso. En un nuevo intento apenas me abrió mi fundillito. Me dijo que era verdad lo que le había dicho mi tía Verónica que si era virgen. Así que fue al baño y trajo un pomo con una substancia grasosa y me la aplicó abundantemente en el culo y con un dedo me lubrico mi canalito virginal y después se aplico abundantemente en toda su verga, pero en mayor cantidad en su cabezota. Me coloco nuevamente en la posición inicial y el tomo también su lugar. y empezó el regateo. Sentía como poco a poco la verga iba penetrandome, como con sus manos me movía la cadera para ir acomodando la cabeza de tal forma penetrara completamente. Esa hazaña la logro después de muchas dificultades para él y mucho dolor de parte mía. Pero a pesar de todo fue muy delicado y amoroso conmigo, se detenía cuando le decía que me dolía mucho y empujaba cuando le decía que podía continuar.
Después que me metió la cabezota de su verga en mi ano. Lo demás fue más fácil, pero no por ello menos doloroso. Fue metiendo centímetro a centímetro su verga en mi culo hasta que me dijo que ya estaba toda adentro. Se detuvo un momento para que mis esfínteres lograran dilatarse y en esta forma iniciarla a meter y sacarla. Ya no sentía dolor, sino que me invadió una placer que no había sentido antes. Sola me empecé a moverme hacia adelante y hacia atrás para meterme la verga y sacarla. Sintiendo un placer inmenso. Aunque aun sentía extraño estar invadida, en mi canal amoroso, por ese trozo de carne de unos 21 cm. de largo. Sentía como palpitaba mi culo cada vez que entraba y salía. Primero con un ritmo muy lento y después aumentó la velocidad hasta hacerse frenético. Yo le pedía que me la metiera mas y con mas fuerza, que me rompiera el culo a vergazos. Pero el decía calmada amor todo a su debido tiempo, ahora nada mas fija tu atención en las sensaciones que te produce mi verga en tu culo y dejate llevar por ella. Yo me sentía transportada hasta el séptimo cielo. Me hacia temblar todo mi cuerpo, quejarme, maldecir, pedir mas.
No quería que se acabara esas sensaciones, nuevas para mi, quería tener su verga en mi culo toda una eternidad. Pero en un momento empecé a sentir que me rozaba intensamente mi próstata, era porque su verga había aumentado de diámetro, y esto me llevó a un orgasmo muy largo, como nunca lo había sentido. Movía mis caderas freneticamente provocando, también, en Mauro sensaciones mágicas que hicieron en pocos minutos que empezara a darme su leche caliente en mi recto. Sentí como su verga aumentó de tamaño y en forma espasmodica se contraía para arrojarme chorros de leche en mi culito caliente. Que ni aun así se había enfriado. Aun quería pelea, por lo que seguía moviendo mis caderas hacia atrás y hacia adelante. Esto hizo que la verga de Mauro continuara erecta, pero con menor diámetro, por la venida que había tenido. Seguimos todavía por un tiempo prolongado cogiendo, pero con menor intensidad en los embates, pero esto no fue obstáculo para tener un nuevo orgasmo prolongado pero menos intenso que el anterior.
Cuando saco su verga de mi culo, esta aun tenida dimensiones de consideracion. Por lo que cuando se la empecé a mamar pude meter una parte mayor de ese mástil. Le succione la cabecita intensamente para poder sacarle la mayor leche posible. Y me la trague no sin antes pasearla por mi boca por un buen rato para poder saborearla a placer. Nos quedamos abrazados, yo arriba de su pecho. Lo besé intensamente, metiéndole mi lengua hasta donde me fue posible. Mientras hacia esto lo empecé a masturbar lentamente. Con estos movimientos hice que salieran los resto de semen, por el orificio de su verga, y los recogí con mis dedos. Estos los metía en mi boca haciendo que también Mauro probara su semen.
El se quedó recostado sobre su espalda y cerro los ojos. Mientras tanto yo me aprovechaba y le mamaba su verga, que a pesar de estar flácida, aun guardaba grandes dimensiones. Esto me permitió metérmela, casi completamente, en mi boca y le succionaba con mucha intensidad haciendo que recuperara su vigor, pero minutos después volvía a estar flácida. Continuamos con este juego hasta que empezamos a tener sueño. Y me acurruque entre sus brazos y nos quedamos dormidos.
No se cuanto tiempo transcurrió cuando me despertaron unas manos que me estaban acariciando. Por la forma creí que era Mauro pero no, él estaba profundamente dormido. Cuando me despabile vi que era el buen mozo que se había cogido a la actriz porno. Me cargo con una facilidad y me separó de Mauro. Con un dedo en la boca me hizo una señal de guardar silencio. Me recosto en la alfombra y sin mediar palabra empezó a besarme con mayor intensidad que Mauro. Entre beso y beso me dijo que era primo de Mauro y que se llamaba Enrique pero que era conocido por sus amistades como el supermacho. Le toque su verga y era un poco menor que la de Mauro y le dije porque le decían así, si no estaba mas dotado que los otros invitados e incluso la actriz porno estaba mas dotado que el. Me dijo que era por lo que aguantaba sin venirse, podía estar cogiendo por mucho tiempo sin que hubiera algún asomo de eyaculación. Que esto lo hacia cuando el quería. Entonces lo rete para ver si yo lo hacia venirse cuando yo quisiera. Me dijo que estaba de acuerdo pero que íbamos a apostar. Le dije que si ganaba me llevaría a la playa por un semana y el me replicó que si él ganaba me cogerían todos los invitados a la fiesta. Quedamos de acuerdo.
Empecé por lo que mejor tenia para calentar un hombre. Lo bese en la boca, en todo el cuerpo. Le pase la lengua en todo su fornido cuerpo y me detuve en su verga que estaba muy rígida y se la empecé a mamar. Use todas las técnica que mi tía Verónica me había enseñado. Nada mas logre que se pusiera mas rígida pero ni una gota de líquido seminal y de semen. Le succiones su verga hasta que tomo una colocación carmesí y ni así. Entonces le unte abundante lubricante, a su verga y a mi ano. Y me dispuse a sentarme sobre ella. Tuve dificultades para lograr metérmela, pero al fin entro su cabeza, que era de menores dimensiones que la de Mauro. Ya que este me había dejado muy dolorida. Cuando al fin me la metí empecé un movimiento hacia arriba y hacia abajo con un ritmo lento y combinado con movimientos circulares de mi cadera. En ocasiones reposaba un momento dejando toda su verga adentro de mi recto, esto lo lograba al sentarme completamente. Todo esto me calentó al máximo e hizo que tuviera un gran orgasmo que me provoco que gimiera de placer y que no pudiera contenerme de gritar. Estos gritos hicieron que despertara Mauro. Se nos acerca y me pregunta que se suponía que estaba haciendo. No le podía contestar porque estaba gozando de lo lindo y el orgasmo me había dejado muda. Entonces Enrique le dijo a Mauro de la apuesta. Mientras continuaba cabalgando y logrando mas placer y sentir que me llegaban orgasmos pequeños pero muy seguidos, que me estaban volviendo loca. Estos dos estaban en platica cerrada sin prestarme atención alguna.
Entonces cambie de actitud y con una mano le tome la verga a Mauro y me la lleve a la boca. Le empecé da dar una mamada de antología que hizo que dejara de platicar con Enrique y me tomo con las dos manos la cabeza y me empezó a coger por la boca. Pero no dejaba de estar haciéndole a Enrique una tremenda cabalgada. De repente sentí que la verga de Enrique crecía más y este empezó a jadear y a quejarse señal de que se estaba calentando mucho. Con sus manos me acariciaba freneticamente mis tetas tan fuerte que me producía un dolor mezclado con placer. Cuando pude ví la cara de Enrique y este estaba extasiado observando muy atento la mamada que le estaba dando a Mauro. No tardamos todos en ponernos en la misma sintonía y logramos venirnos todos al mismo tiempo. Yo le mamaba intensamente la verga a Mauro y no dejaba que ninguna gota de semen se desperdiciara. En eso estaba cuando sentí que Enrique me levanta en brazos y me quita de mi montura sexual. Me empuja y se prende de la verga de Mauro y me da una cátedra de como se mama una verga deseada. Volteo y veo a Mauro que tiene una cara de satisfacción y que empieza a cogerse a Enrique por la boca. Yo me hice la desentendida y me dirigí a la verga de Enrique, que ya estaba completamente erecta y muy rígida, y se la empecé a mamar. No tardaron en venirse los dos. Enrique se trago hasta la última gota de semen que salió de la verga de Mauro y yo me trague todo el semen que salió de la verga de Enrique.
Nos recostamos los tres en la cama y Mauro y Enrique empezaron a besarse. Me ignoraron un momento y después se volvieron hacia mi. Enrique me empezó a mamar mi verga, ya flácida, en una forma magistral mientras Mauro me besaba. Así pasamos algún tiempo y hasta que el sueño nos venció. Por la mañana desperté tarde,y no estaban el par de primos. Me encontré con la sorpresa de que estaba mi tía Verónica acostada a un lado mío. Al despertar me dijo que ya era tiempo de irnos. Le dije que me dejara si quiera bañarme. Pero me dijo que no. Que nos fuéramos ya. Al pasar por el salón donde había sido la fiesta, este estaba perfectamente limpio como si nunca hubiera habido jaleo. Tomo un sobre de una mesa y al salir estaba un taxi esperándonos.
Nos fuimos hasta nuestra casa. Ya en ella me dijo que habíamos ganado mucho dinero. Que había puesto a subasta mi culito virgen y que los dos primos habían sido los ganadores. Así que ellos se cobraron lo que pagaron por mi. Asi que además de ser mi tía también era mi madrota...
Así continuamos hasta que mi tía se caso con una comerciante y yo me fui a vivir con una mozo guapo, que se convirtió en mi padrote hasta el momento actual.....