Hechos 7

Un nuevo acontecimiento con mi hijo, en una tarde de sabado

El paso del tiempo nos iba convirtiendo a mi hijo y a mi en amantes furtivos, que aprovechaban la mas minima oportunidad para poder satisfacer sus necesidades, o dar rienda suelta a su amor, depende de como se vea el caso. Mi madre, viviendo con nosotros, era la barrera insalvable que nos impedia exteriorizar nuestros sentimientos, nuestros deseos, nuestra pasión.

Intentabamos llevar una vida normal, de madre e hijo, pero a veces se nos escapaban caricias, miradas complices, deseos reprimidos. Creo que jamas mi madre fue consciente de lo que en realidad pasaba en esa casa cuando ella se ausentaba o cuando ella dormia o simplemente cuando ella se despistaba. En alguna ocasión estuvo a punto, muy a punto, de pillarnos. Aunque extremes al máximo la seguridad o intentes por todos los medios ser lo más discreto posible, en momentos de pasión todo pasa a un segundo plano y se baja la guardia.

Recuerdo en una ocasión que ella, mi madre, había salido. No sé con exactitud si a dar una vuelta con alguna amiga, a hacer alguna compra o a qué en concreto. Lo cierto es que no estaba en casa. Juan y yo nos encontrabamos viendo algun bodrio de los que ponen en televisión algun sábado por la tarde, tampoco recuerdo bien que programa o película estabamos viendo.

Juan estaba sentado en el sofá, yo tumbada encima de él, apoyando mi cabeza en su piernas, de costado. De cuando en cuando, zapeaba de canal en canal buscando algun programa que pudiera entretenernos a los dos. En ese momento, salvando la pose en la que nos encontrabamos, nuestro comportamiento podia pasar perfectamente como el de una madre y un hijo, en realidad lo que eramos.

•    vaya coñazo de televisión -dijo Juan al enesimo cambio de canal-

•    quieres que nos vayamos a dar una vuelta?

•    no me apetece salir, mamá... pero podias bajar al video-club y alquilar una pelicula

•    joder, Juan, no me fastidies, no me apetece vestirme ahora

•    anda, mamá... -lo dijo con ese tonillo infantil que solía poner cuando queria conseguir algo-

Me levanté y me fui hasta la habitación, donde me puse cualquier cosa que tuviera a mano. El video-club se encontraba justo debajo de casa y practicamente era salir del portal y llegar hasta el local.

Antes de salir, le pregunté que película le apetecía que alquilara. Juan se me quedó mirando con cara de pillo y me dijo esbozando una sonrisa

•    coge la que te apetezca a ti y una de esas que me gustan a mi

A Juan le gustaba ver peliculas pornográficas, a mi no me disgustaba precisamente, pero no era algo que me volviera loca. Me gustaba verlas con él, habitualmente no la veiamos de un tirón, en algunos casos ni la veiamos, era una especie de aditivo para nuestros juegos pecaminosos.

•    traete una, mamá

•    pero que guarro eres, hijo mío

•    traela

Cogí las llaves de casa antes de salir que, como siempre, se encontraban en una especia de taquillón que había en el recibidor de la casa y bajé hasta el video club. Elegí una pelicula cualquiera y me fui hasta la zona de peliculas X, separada del resto, en una esquina, donde se agolpaban todo un grupo de titulos a cual mas hortera y que no dejaba lugar a ninguna duda. No merecía la pena leer la sinopsis del fim en la contracarátula, solo con leer el titulo se sabia perfectamente el guión que te ibas a encontrar.

No soliamos alquilar muchas peliculas de ese tipo, por razones obvias: no teniamos muchas ocasiones para visionarlas, y no era cosa de ponernos a ver una pelicula porno estando mi madre en casa, naturalmente. Normalmente era yo quien las alquilaba. Al principio, como todo, te da un poco de vergüenza o pudor, era como si la chica de detras del mostrador, la dependienta, al entregarme la cinta se me quedara mirando y pensara para ella “esta se va de fiesta”, o algo así.

El caso es que escogi una pelicula cualquiera y otra de cine convencional, por asi llamarlo. Subi a casa, en donde encontre a Juan exactamente en la misma posición que le habia dejado unos minutos antes. No tardé mucho y así me lo hizo saber

•    que prontito has venido...

•    tampoco esta tan lejos el video-club

•    que has cogido?

•    pues no lo sé, una de llorar y la que me has pedido

•    pero de qué va la buena

•    pues no te digo, de llorar...

•    venga mamá no seas tonta, de que va la guarrilla

•    joder, Juan, de qué va a ir...? de follar, supongo

Los dos nos reimos. Le pregunté cual queria que pusiera primero, sabiendo que se caia por su propio peso que primero se pondria la porno, entre otras razones, porque era el unico momento que teniamos para verla. Mi hijo me dijo que pusiera la porno. Saqué la cinta de su caratula y la introduje en el video. El estuche, por si acaso, lo guardé dentro de un cajón del mueble donde se encontraba la television. Era una cajon que usabamos para guardar mantelerias y servilletas, lo camufé más o menos para que no fuera visible a simple vista, si alguien abría el cajón.

La pelicula dio comienzo y ya en la primera escena y sin venir a cuento una pareja se encontraba desnuda sobre una cama que giraba y hacian un sesenta y nueve. Me fui hasta mi habitación a quitarme la ropa que me habia puesto para bajar al video-club. Me puse una batita que solía llevar en casa, bastante fea, por cierto, con florecitas pequeñas estampadas en colores rosa y amarillo.

Cuando volvi al sofa, Juan estaba atentamente mirando el televisor, no perdia el más minimo detalle de la follada de la pareja. Me sente junto a él e instintivamente me fije en su paquete que ya se encontraba abultado, signo evidente de que lo que estaba viendo le estaba excitando. En la pantalla una impresionante polla, de las que se ven pocas veces en la vida real, al menos yo, se introducía dentro del sexo totalmente depilado de una rubia platino con unas enormes tetas operadas.

Nunca fui muy aficionada a ese tipo de peliculas, con el tiempo me aficione al porno casero, que es de otro estilo, mas cercano, mas proximo y para mi mejor, sin la retorica de las “grandes producciones”, pero, no obstante, me excitaba al verla.

•    estas empalmado, nene

•    como para no estarlo....

•    lo dices por la tia o por el tio

•    joder, mamá, lo digo por los dos: menudo polvazo

Me acerque hasta el y le di un besito en la mejilla, mientras mi mano se apoyaba en su duro miembro que amenzaba con romper lo que encontrara a su paso. El apoyo se convirtio en roce y el roce en sobo descarado. Mi hijo con los ojos puestos en la pantalla de la televisión, viendo como a la pareja folladora, se les habia unido, no se sabe por qué razón, otra mujer morena de tetas operadas, se dejaba hacer por mi, no se movia para nada, se recostó incluso en el sofa para un mayor disfrute de su parte. Eses gesto, el recostarse en el sofa, fue como una especie de señal, el pistoletazo de salida, que me indicaba que debia bajar la cremallera del pantalón de mi hijo, desabrocharle el botón, y sacar a la luz su polla que sin ser tan monumental como la del protagonista de la peli, tampoco estaba mal y desde luego a mi me parecía mucho mas apetecible y mas acorde con mis gustos.

Con la polla de Juan ya fuera del pantalón, totalmente erecta, desafiante, el masaje se hacia mas practico y satisfactorio, tanto para el que lo recibia como para mi que se lo estaba haciendo y que notaba que mis flujos empezaban a aflorar, notando humecidas mis braguitas,

•    quieres que te la chupe?

•    quiero que me la comas

•    joder, como estamos, eh?

•    cachondo, mama, muy cachondo

•    te estan poniendo esos cachondo? -me referia a los actores evidentemente-

•    esos y tu que hay que ver como lo haces

Me gustó que me dijera eso, siempre me gusta que mi hijo me diga que disfruta cuando y como se lo hago, creo que a cualquier mujer le gusta que su pareja le haga saber que sus caricias son bien recibidas.

Baje hasta su polla que estaba durísima y me la meti en la boca, mientras mi mano subia y bajaba por toda su extensión. Mi hijo gemia de vez en cuando, a veces miraba hacia arriba, para ver su cara, y le encontraba con los ojos cerrados, disfrutando del placer que yo le estaba proporcionando con mi mamada.

•    cometela asi, mama, cometela

Me cogia la cabeza y la movia como si pretendiera follarme la boca, como marcando el ritmo de la mamada. Eso no me ha gustado nunca, prefiero ser yo la que controle la chupada, porque al mover la cabeza a veces se introduce en exceso el miembro y me dan arcadas. Le retiraba la mano pero el volvia a ponerlas sobre mi cabeza.

•    dame mas, mama, mas... mas

Deje de chuparle por un momento y le pregunté que mas queria. Juan sabia de sobra que no nos podiamos poner a hechar un polvo allí por si su abuela volvía de improviso, asi que no entendia realmente lo que me pedia.

•    meteme un dedo en el culo

•    quieres que te meta un dedo?

•    si

•    y si te hago daño

•    seguro que no me lo haces, metelo

Volvi a mi trabajo oral mientras el se bajaba aun mas lo pantalones que ya estaban a la altura de sus rodillas y arqueaba el cuerpo de tal forma que permitia un espacio entre el sofa para que yo intrdujera mi mano y pudiera llegar hasta su culo, en donde con el dedo corazón empece a pasarlo en circulos primero y despues a hacer un simulacro de penetracion en su agujero. Poco a poco el dedo empezo a introducirse, mientras yo seguia con la mamada y Juan con sus gemidos de placer, cada vez mas sonoros, cada vez demostrando mayor placer. La pelicula ya no le interesaba, ahora se concentraba exclusivamente en su disfrute, su concentracion se fijaba unicamente en lo que mi boca y mi dedo le proporcionaban

•    sigue, mama, sigue... joder que bien lo haces

Yo me sentia orgullosa de saber que mi hijo estaba pasando un momento de enorme gusto, en algun descanso le pregunte

•    te gusta, cariño?

•    me encanta

Pero volvi a empujar mi cabeza para que llegara lo antes posible a su tronco erguido. Notaba como Juan se iba tensando, notaba las primeras gotas brotar, las gotas que preceden a la corrida. Notaba en mi boca el sabor agridulce. Los gemidos de Juan se multiplicaban de una manera martilleante y me aviso

•    mama, me voy a correr... no pares que me voy a correr

Aceleré mi trabajo lo mas posible, con la boca, con el dedo en su culo con la otra mano que estaba alrededor de su polla. Un grito seco sono justo en el momento que sentia en mi paladar un disparo de leche y luego otro que llego a mi garganta y otro y otro mas. Mi boca se lleno de lefa en un instante. Y mi hijo se derrumbaba literalmente en el sofa. Habia tenido una corrida espectacular, una gran corrida que su madre le habia proporcionado. Era tanta la leche acumulada, que tuve que ir al baño y soltar en el lavabo el sobrante.

Me quede mirando el liquido blanquecino que se escurria sobre el lavabo, espeso. Abri el grifo para borrar las huella de esa corrida expulsada por mi boca. Juan se habia corrido abundantemente, pero yo estaba muy caliente, tremendamente cachonda y con un deseo incontrolado de conseguir mi orgasmo.

Me senté sobre el inodoro, me abri la bata e introduje mi mano directamente en mi coño. Me hice una paja que fue corta, pero con un orgasmo intenso. Habia conseguido correrme en un par de minutos, a lo más.

Cuando sali hacia el salon, Juan estaba medio alelado, no se habia recuperado de su explosión. Le dije que se pusiera bien los pantalones, cosa que hizo pero no de forma inmediata, era como si le costase subirselo y abrocharse. En ese momento se oyo como alguien introducia la llave en la puerta. Mi hijo de una forma rapida termino de abotonarse y cogiendo el mando del video quito la pelicula.

Mi madre entro en casa. Nos dijo hola y se fue hacia su habitación a cambiarse

•    esto no puede ser, Juan, casi nos pilla -le dije en voz muy baja para que no nos oyera mi madre desde su habitacion-

•    no pasa nada, mama, no ha pasado nada

•    joder, pero cualquier dia nos va a pillar en plena faena

•    a mi lo que me preocupa ere tu, que te has quedado a dos velas

•    por mi no te preocupes, que no me he quedado a dos velas, como tu dices

•    ah, no? y eso?

•    y tu qué crees...

•    te has hecho un dedo?

•    pues claro

•    coño! y cuando?

•    cuando he ido al baño

En ese momento salio mi madre de su habitacion y nos dijo que iba a ir preparando la cena. Yo me levante para ir a ayudarle, me pase la mano por la nariz y olia a mi propio coño, a la corrida reciente que habia tenido. Fui hasta el baño y me lave las manos. Al volver a pasar por el salón mi hijo me chistó, a modo de llamada y me dijo, tirandome un beso: mama, te quiero. Yo tambien le queria a él, realmente le amaba con todo mi corazon