He decidido dar a mi marido lo que necesita....

Pues sí.... si así me lo habéis aconsejado casi todos mis lectores, he decidido dar a mi marido lo que desea y aprovecharme de las situaciones....

He dejado pasar varios días para ordenar mis sentimientos después de sorprender a mi marido en casa con un travesti. Ahora he tomado una decisión.

Cara larga, boca cerrada, paso prohibido a nuestra habitación durante todo este tiempo. Él siempre mirándome de soslayo como un perro apaleado.

Ya estaba bien de cartigarle y de castigarme. Trás otra silenciosa cena y dejándole en el salón viendo la televisión me propuse sorprenderle, me duché y, desnuda encima de la cama en mi mejor estudiada sensual pose, exclamé:

-Fernando ¿puedes venir un momento?

Como un cohete acudió y, al verme desnuda y oferente, sonrió tímidamente.

-Anda, ven aquí conmigo- susurré con una sonrisa cómplice y dando palmaditas en su vacío lado del lecho.

Se desnudó rápidamente y acurrucándose a mi izquierda, de costado, como un niño, con su nariz en mi axila, como olfateando a hembra, pasó su brazo izquierdo por mi cintura. Eso ya me estremeció.

-Vamos a ver….. cuéntame cosas- insinué en voz bajita.

-Mira, no se como pudo ocurrir, me gustan las tías, me gustas tú, pero hay veces que ni yo mismo me entiendo- comenzó a confesarme –fue sólo curiosidad por una polla.

-Podíamos haber hablado de ello, yo puedo hacerte cosas que te sorprenderían, esos secretismos no pueden más que afectarnos en nuestra vida de pareja…. si queremos continuar con ella- respondí mientras acariciaba suavemente su antebrazo poniéndo sus pelillos de punta y consiguiendo enderezar enérgicamente su pene como ya notaba en mi costado.

-Claro que quiero… yo al menos- contestó Fernando –porque… tú también has estado haciendo tus cositas fuera de casa ….

-¡Nada comparado con lo tuyo, cerdo¡- hube de responder ligeramente iracunda pero moviendo mi cadera para que su erección no decreciera, y continué –he jugado un poquito con alguien pero nada más.

-Cuéntamelo ¡Cuéntamelo, por favor!– y su mano recorría mi monte de Venus –Dime lo que has hecho, ¿Has follado con alguien verdad? ¿Te la han metido?

-¿Y para qué quieres saberlo? ¡Oye! ¡Parece que eso te excita!- le dije mientras incorporándome de lado puse mi mano cerquísima de su polla.

-Sí… me excita…. me excita pensarte con otro…. imaginarte follando…. siempre me ha excitado pero no me atrevía a decírtelo- su polla palpitaba de excitación –por favor, cuéntame con quien has follado, cómo lo has hecho, ¿es alguien que conozco? ¿dónde lo hacíais?

-No voy a contarte nada porque luego te enfadas y no vas a soportarlo- le contesté y Fernando rápidamente me replicó: -Te prometo que no me enfado y seré mucho más cariñoso contigo y….. te querré sólo a ti…. y…te traré flores…...- encadenaba sus promesas y su sumisión.

-Bueno- cedí suspuestamente a sus ruegos –verás…. Pasó una vez en casa de Pablo que estaba tan triste que empecé a consolarle; te prometo que le abracé solo para confortarle pero enseguida noté la dureza de su sexo y apenas pude controlarle.

-¿Pablo? ¿El vecino marica? ¿Y le excitaste? ¿Te arrimó material? ¿Le acariciaste la polla?- encadenaba sus preguntas Fernando preso de una excitada emoción mientras su mano bajaba hacia mi sexo y la yema de su dedo anular se posaba sobre la fundita de mi clítoris que ya empezaba a crecer como una pequeña pollita, cosa que me encanta. Abrí ligeramente las piernas para alentar su exploración que comenzó con una cariñosa rotación sobre mi botoncito ya descapullado y durito. Una corriente me recorría interiormente desde su dedo hasta mis ingles y hasta un poquito más debajo de mi ombligo.

Continué con mi historieta:

-Le acaricié el pene por encima del pantalón pero antes de que me diera cuenta, Pablo se estaba desnudando torpemente y colocó su polla en mi mano; después comenzó a recorrer mi cuello con su boca en pequeños besos y acarició con su lengua el lóbulo de mi oreja izquierda. Me estaba poniendo a tope y tú bien sabes, Fernandito, que yo tengo un punto de no retorno-.

-¿Estabais solos? Por favor dime si te la metió, ¿la tiene grande? ¿cómo te folló? –murmuraba Fernando mientras movía sus caderas como follando para ampliar la caricia de mi mano en su sexo- ¡Si supieras la de veces que he fantaseado con eso! ¡Cómo me gustaría verlo! Muchos días me masturbo imaginándome algo así y repitiéndome: ¡Quiero que se la metan, quiero ver cómo se la meten! ¡Quiero verla bien folladita, quiero verla algo avergonzada delante de mí pero disfrutando! ¡Me muero por verla con ese rubor en las mejillas que demuestra el placer y anuncia el orgasmo! ¡Quiero verla como se corre y me mira cuando arquea su espalda y empuja sus caderas contra otra polla!.......

-Pues sí, estábamos solos, el vive sólo hace tiempo desde que faltó su madre, y sí….. estuvimos follando…. fue muy dulce aunque al principio casi me arrancó la ropa. Me folló casi como si lo hiciera por primera vez….. con cierta torpeza, mucha dulzura y mucha….mucha resistencia.

-¿Te gustó? ¿Tiene la polla grande? ¿Cómo te pusiste tú? ¿Tardó mucho en correrse? –siguió mi marido preguntando obsesivamente.

-Me gustó, tiene la polla grandecita, más larga que la tuya pero algo más finita ¡es estupenda para el culi….!- interrumpí mi explicación, quería mantener a mi marido al máximo pero poco a poco – en cuanto me tumbé boca arriba y abrí un poquito las piernas, Pablo deslizó su polla dentro de mi sexo y empezó a volverme loca. Después de follarme un buen rato, la sacó y me puso boca abajo en la cama, tirando suavemente hacia arriba de mis caderas hizo que quedara apoyada sobre mis codos y mis rodillas.

-¡¡Por favor!! ¡Cuéntame cómo te la metió por el culito! ¿Tú te acariciabas entretanto? –mi marido estaba en su máxima excitación y se colocó sobre mí casi aplastándome con ansia, su polla buscó mi coñito que estaba ya encharcado el pobre, y cuando entraba la noté con más dureza que nunca. Metí mi mano entre nuestros cuerpos y entre nuestras piernas logrando alcanzar sus huevos que acaricié alternando con pequeños pellizcos y clavaditas de uñas -¡¡Me gusta!! ¡¡Como me gusta que me pellizques los huevos!!..... ¡Mi zorrita! ¡¡Mi niña!! ¡¡Sigue contándome cosas!! ¿Le haces a él ésto? ¿Es así como follas con otros?- farfullaba Fernando entre dientes pero empujando con su polla más dura que una piedra.

-Sí, le hago estas cositas y otras….- proseguí – a Pablo le acaricio el culito y le excita mucho… pero… espera que te sigo contando…. yo estaba boca abajo sobre codos y rodillas y él comenzó a recorrer con su polla todo el hueco entre mis nalgas….. desde mi ano hasta mi clítoris y de nuevo hacia arriba, muy despacio y muy dulce, haciéndome desear cada vez más que me la metiera hasta el fondo.

¡Te la metió! ¿En el culo o en el coño?- me interrumpió casi gritando - ¿Te la…. metió…. en el culito o en el coño? –y besándome con ímpetu entreabrió mis dientes con su lengua y chupó de la mía hasta sacar la puntita. Arriba y abajo, Fernando empezó a chupar mi lengua enhiesta como si chupara una polla pequeña. Era como una declaración de intenciones. A él parecía excitarle mucho pero a mi no me gustó demasiado e interrumpí la mamada de lengua.

-Me la metió y me la estuvo metiendo un buen rato pero yo no quería que se corriese dentro de mi e hice que se saliera, le coloqué de rodillas con las piernas algo abiertas y le metí el pulgar de mi mano izquierda en su culito mientras que, con los otros cuatro dedos, sujeté sus huevos y con la mano derecha empecé a pajearle- yo ya no sé si me estaba inventando cosas o estaba mezclando detalles de unas folladas con otros de otras; en realidad a Fernando le daría lo mismo y mientras empujaba con un esfuerzo supremo me pidió: -Pellízcame los pezones, pellízcame fuerte… ¡¡ahora!! ¡¡Le estabas haciendo una paja a Pablo con un dedo en su culo!!

Claro –le susurré al oído mientras pellizcaba sus tetitas tal como el me pedía, quizá apretando un poco demasiado- sabes que me gusta ese control, cogeros por la polla, llevaros cogidos de ella como un buey por la argolla de su nariz, iríais donde fuera, haríais lo que fuera, me gusta derramaros y controlaros porque entonces me siento poderosa y me hace feliz.

-Pellízcame las tetas fuerte… ¡¡ahora!!- Insistió Fernando y sacándola de mi coño acabó con su mano vertiéndose en mi tripa entre convulsiones, pocas veces le había visto un orgasmo tan fuerte, casi me asustó…… durante unos minutos estuvo boca arriba como en convulsiones, balbuceando y dando pequeños botes cuando parecía haberse calmado por unos segundos.

-Creo que tienes que conocer mejor a Pablo, podemos quedar un día con él…… cuando a mí me apetezca- Fernando levantó su mirada hacia mí, besó la curva de mi costado y pude observar como, muy despacito…. muy despacito…. su pene daba pequeños botes enderezándose nuevamente sobre su vientre.