H.d.u.v.c 4
La volteo muy sorprendida, quiso taparse los ojos para que no se los viera...al momento de querer soltarla pude notar unos moretones de tamaño considerable que al momento del apretón visiblemente le dolieron...
-Angie: ¿Dime que es lo que estás haciendo?....
Mientras tanto a muchísimos kilómetros lejos de la ciudad de México, donde nuestra protagonista está intentando descifrar sus sentimientos, se encuentra diana la cual ese día se quedó pensando si lo que había hecho era correcto o no, era cierto que la quería, pero ¿de verdad la amaba como se lo decía en su carta?
Tomo sus cosas y camino de regreso a su casa, una vez ahí comenzó la lluvia de llamadas de la casa de su amiga, ella solo se limitó a decir que estaba en su casa, la verdad es que no sabía cómo decirles después alguna excusa, es mas no sabía cómo iban a reaccionar, pero pues eso ya era cosa que no le importaba, lo único que le importaba era que estuvieran lejos de Melissa.
Esa noche la ocupo completamente para recordar su vida desde el momento en el que se conocieron. Recordó el primer día de clases en la secundaria, aquel día parecía que iba a comenzar el ciclo más largo y aburrido de la historia, no fue porque una niña de cabello largo y negro hasta la cintura llego pidiendo disculpas por la tardanza, eso la saco de su monotonía, al parecer esa niña le llamo la atención. El maestro le pidió que tomara su lugar, claro si encontraba algúno disponible, el cual era justo a un lado de diana, ella llego y se sentó, la miro a los ojos y le dijo: hola mucho gusto soy Melissa, Melissa Junoth.
DIANA:
la verdad es que quede de lio cuando su mirada se quedó quieta ante la mía, esos ojos negros tan lindos me dejaron embobada, pero yo que iba a saber tan solo era una niña de 14 años ¿en verdad ya sabía lo que quería? Mmm no lo creo.
En fin comenzaron a pasar las clases, la verdad es que a ninguna les había puesto atención, solo tenía la mirada fija en esta niña que sería mi nueva compañera de clases, esa sonrisa que tenía era capaz de cambiarle el ánimo a cualquiera, y si tan solo me la pudiera dedicar unos minutos solo para mí. No, no creo, además en que estoy pensando, yo estoy muy mal debo olvidar el tema.
Comenzaron a pasar los días, y como era de esperarse en todas las jovencitas comencé a entrar a la pubertad, estábamos comenzando a cambiar, ahora ya era un poco más alta también me estaba haciendo de un cuerpazo que por dios no creo aparentar casi 15 años, los cuales estaba por cumplir, mas sin embargo Melissa no se quedaba atrás a pesar de ser un poco más llenita, también era un encanto de chamaca, su cabello largo y ondulado me fascinaba y esa mirada tan penetrante que por dios a cualquiera atraparía y esa sonrisa que siempre me ha gustado, aun cuando más triste me siento, me sacaba de mi malestar, como quería a mi amiga y ella a mí. Desde que nos conocimos nos hicimos inseparables, siempre tenía un tema divertido que contar o algo con que entretener, era muy divertido estar con ella cada clase, cada receso todo el tiempo.
Íbamos ya casi a mitad del año escolar, cuando comencé a notar que se comportaba de una manera un poco extraña, ese brillo de sus ojos que detonaban alegría estaba desapareciendo, ya no era como antes, de un día para otro dejo de hacer bromas, de contar historias, ya estaba dejando de ser esa linda niña que yo conocí, un día sin más ni más le pregunte:
-yo: Melissa que te sucede desde hace varios días te veo un poco rara ya no eres la misma que conocí.
-Melissa: no, no es nada lo que pasa es que ultima mente he estado muy cansada a causa de las clases, pero ya pasara.
Efectivamente no le creí había algo que no me dejaba tranquila como un presentimiento pero no hice caso, y me fui, pues empezarían las vacaciones, de mitad de curso.
Las vacaciones las pasamos fuera del país con mis padres y hermanos, debo decir que me divertí mucho, pero extrañaba a mi amiga, las vacaciones duraron 2 meses, y en esos dos meses si me mando dos mensajes , uno por mes, yo creo que era decir muchísimo, estas mismas terminaron y regresamos a la escuela.
A decir verdad me extraño mucho su comportamiento, antes a pesar de vernos en la escuela , me mandaba una letanía de mensajes y ahora solo dos , en dos meses si era de pensarse, pero porque me preocupaba tanto si no me hablaba, no lo sé solo sabía que la extrañaba, por razones que no entendía.
Comenzó la primera clase y me había extrañado que no llegara, siempre era muy puntual, nunca había faltado, así que supuse que tendría algún problema, pero que llegaría en cualquier momento, moría por poder abrazarla, pero eso no sucedió porque jamás llego.
Pasaron las clases y ese sentimiento de que algo me faltaba no me abandonaba, en verdad me sentía sola, lo peor es que no contestaba el móvil, y la verdad no sabía cómo llegar a su casa, nunca desde que la conocí me dijo donde vivía y eso me frustraba de sobremanera, como hacer para encontrarla.
Al salir de clases, llegue al parque detrás de la torre del agua donde nos sentábamos a platicar, hay me puse a pensar tantas cosas, y fue cuando me di cuenta de que lo que sentía no era una amistad ordinaria, ¿era acaso que ella me gustaba? No lo es, me fui de ahí pensando en esa idea pero la descarte por que no era posible ¿sería que me gustaban las mujeres?
Total, paso una larga semana, y ella o había asistido. Desde ese día me paraba en la entrada de la escuela, no había día que no lo hiciera, y esperaba su llegada hasta el sonar del timbre de la entrada, pero siempre era lo mismo no había ningún cambio.
Esta situación había comenzado a desesperarme, a esta altura, ya era capaz de comenzar a buscar por cada rincón de la ciudad, una pista de donde vivía, algún amigo o compañero de clase tendría su dirección, alguien debía saber algo de ella.
Fue en ese momento cuando al pararme en la puerta como todos los días, pude notar a lo lejos una silueta conocida, y como el día estaba un poco nublado, no lo distinguía bien, pero me llene de emoción, y a la vez de muchas preguntas, mientras más se acercaba mis nervios aumentaban. Justo cuando la tuve en frente de mí, no pude pronunciar palabra alguna, pero no hizo falta decir nada, puesto que sin voltearme a ver, me regalo media sonrisa y entro de prisa, tan solo alcance a escuchar que me murmuro un leve hola y se marcho de prisa.
Me quede estática en ese mismo sitio. ¿Qué paso? ¿Por qué después de no vernos ni hablarnos una semana acumulando los días de vacaciones, lo único que me regala es eso? ¿Qué paso con la niña risueña y atenta que conocí?, no entendía nada, esta situación era mucho para mí, estaba tan metida en mis pensamientos que me salte la primer clase, y me fui al patio trasero de la escuela, donde yo sabía que ningún maestro y ni un prefecto pasaría hay a esa hora.
Sonó la campana y con un nudo en la garganta llegue de nuevo a mi salón. Al llegar a mi lugar puse mi mochila en el suelo una vez que pude quitar de ahí a todos los que estaban intentando sacar una respuesta del por qué había faltado tantos días. Ella seguía sentada e inmóvil, parecía no darse cuenta de que yo estaba ahí. En ese momento llego el profesor, me senté saque mis libros y comencé a anotar lo que nos dictaba, pero en realidad no ponía atención, toda estaba concentrada en la chica que estaba a un lado. Las clases estaban pasando, ya no faltaba casi para el receso, lo único que pude notar en esta vista es que aquel brillo en sus ojos había desaparecido, y volví a preguntarme lo mismo una y otra vez, ¿Qué paso? Sonó la campana del receso, esperaba que me volteara a ver y que me dijera algo, pero no fue así, tan solo cerro sus libros, y salió del salón. Cuando salió pude sentir una sensación muy fría que me dejo de nuevo estática, pero esta vez reaccione y la seguí.
Me di cuenta de que se dirigía a ese parque solitario a donde íbamos a platicar todas las tardes, y no lo dude, fui tras de ella. El regaño y el castigo por salir de la escuela seria severo si me cachaban, pero bien valdría la pena si conseguía una respuesta, necesitaba llegar al fondo de esto.
En todo el camino al parecer no se dio cuenta de que la seguí. Una vez que llego, se sentó y me di cuenta como en silencio comenzó a llora. En este llanto me di cuenta de que se sentía mucho dolor, y más sin embargo la deje que siguiera, que se desahogara. Cuando pareció calmarse le pregunte:
Yo: ¿Melissa que te sucede porque lloras?
Ella volteo muy sorprendida, quiso taparse los ojos para que no se los viera. Al querer quitarle las manos de la cara forcejeamos, pero al final no pudo yo era un poco más fuerte, y al momento de querer soltarla pude notar unos moretones de tamaño considerable que al momento del apretón visiblemente le dolieron, y aunque lo quería disimular en sus ojos quisieron salir unas lagrimas.
Yo: ¿pero qué demonios es esto, qué diablos te paso?
Melissa: ¡déjame¡ me quito las manos con brusquedad, lo que me pase o deje de pasar no es de tu incumbencia.
Yo: ¿Qué? Haber de un día para otro dejas de asistir, en las vacaciones en realidad no supe nada de ti, todo este tiempo quise dar contigo y no lo logre, no tengo tu dirección y el móvil no lo contestas, ahora que ya estás en frente de mi te comportas así, lejos de ser la persona que eras, ahora hasta peleas conmigo, cuando de ti yo solo esperaba tan siquiera un hola como estas y no esto, de verdad no entiendo porque me he preocupado tanto por ti.
Al terminar de decir lo último me arrepentí como le estaba diciendo eso.
Yo. No, no te quería decir eso…
Melissa: no ya no le acomodes, después de todo ya lo dijiste. Mira si tanto te pesaba mejor ya no me sigas y no me hables, lo último que necesito son más problemas, déjame en paz y no me vuelvas a hablar.
Dicho esto se levanto y se echo a correr, antes de esto pude alcanzar a notar como sus lagrimas salían de nuevo sin poderlas contener.
¿Por qué le dije eso si ella es lo más importante para mí? De esa manera solo la estaba lastimando.
Me senté un momento a contemplar el paisaje, a la escuela no podía volver, puesto que se darían cuenta de todo, hay me quede el resto del día y sin darme cuenta me quede dormida.
Cuando volví a despertar, me di cuenta de que habían pasado varias horas, el sol estaba ya en posición para ocultarse. Me levante y me sacudí la ropa, me acomode un poco el cabello y tome camino hacia mi casa. Me sentía muy agotada mentalmente, y en eso otra idea que me atemorizo paso de repente como un rayo, mis cosas, mi mochila, mi chamarra, se quedaron en el salón de clases, lo más seguro es que con eso mis padres ya se habrán dado cuenta, o ya se habrán enterado de que deje la escuela. En ese momento lo único que atine hacer fue ir de regreso a buscar mi mochila, aunque lo hice pensando en que no tendría éxito.
Llegue. Este lugar por las tardes no imparte clases, por lo tanto al ver el lugar completamente solo me dio un poco de miedo. Una vez dentro de mi salón encontré mi pupitre pero no encontré nada, demonios, me dije a mi misma.
“Ya que, me atendré a las consecuencias” seguí pensando mientras caminaba.
Ya casi llegando a la puerta escuche una voz conocida detrás de mí, en cierta manera hasta emoción me causaba, era una extraña mescla de sentimientos, lo que suelen llamar sentimientos encontrados. Cuando me gire para ver de quien se trataba, con sorpresa vi que era Melissa la que me llamaba:
Melissa: ¿a dónde vas con esa cara de pocos amigos?
Yo no conteste la verdad lo que había pasado en la mañana me tenía muy mal y ¿de un momento a otro me lo preguntaba?, no sabía que decir.
Meli: ¡mmm no contestas¡ ok de todos modos solo venia a dejarte algo que es muy valioso y que de momento te va a salvar la vida.
En ese momento me entrego mi mochila y lo que había dejado.
Y siguió hablando: también quiero que me perdones, la verdad es que me sentí pésimo cuando Salí corriendo esta mañana.
Yo: y por que hiciste las cosas así, ni siquiera me diste tiempo de explicarte nada, eres mi mejor amiga, y por eso soy tan insistente en lo que te sucede, me importas bastante y si te llega a pasar algo yo… yo….
Ella no pronuncio palabra alguna des pues de lo que le dije, tan solo salieron unas lagrimas que corrieron por sus mejillas, y en ese momento me abrazo, esa sensación fue muy gratificante, y a la vez placentera, pero por otro lado verla así me destrozaba el alma. Lo único que atine a hacer fue acariciar su cabello y decirle que todo estaba bien, después de un rato se calmo y comenzó a decirme:
Meli: perdóname, eres mi mejor amiga, pero esto me resulta muy difícil, mi vida acaba de cambiar, y la verdad no estoy muy segura de que hacer,
Yo: entonces dime, estoy dispuesta a escuchar cualquier verdad por muy fuerte que esta sea.
Meli: ok. Mira quiero que me escuches bien, si no te pude marcar, y fui muy distante contigo en vacaciones, es porque mi mama me prohibió hablar con cualquier compañera, y me dijo, bueno más bien casi me obligo a terminar cualquier tipo de amistad con mis amigas. En cierta manera, me amenazaron con hacer cualquier daño si me acercaba a alguna mujer.
Yo: ¿pero por que, por que no quieren que te acerques a tus amigas, en este caso a las mujeres que te rodean?
Meli: te voy a confesar un secreto, espero esto no te aleje de mi, pues no sé cómo lo vallas a tomar, pero en este caso eres la única persona en quien puedo confiar.
Yo. Pues caray dime por favor, no creo que se la muerte lo que me digas, o ¿de eso depende tu vida?
Meli: no tanto así pero esto es mi vida de hoy en adelante, amiga a mí… (Levanto la vista al cielo, y luego como con temor en el fondo de su mirada me volteo a ver fijamente) a mí me gustan las mujeres...
Si bien esa noticia me sorprendió un poco, pero en mi familia nadie juzga a las personas por eso, y me lo han enseñado, y hasta en cierta forma me daba gusto, pues al parecer a mí también me gustaban, y había una en especial por la cual la vida daría sin pensarlo, una con la que siempre he contado y quisiera conmigo toda la vida: Melissa Junoth
Yo: hay Meli tranquila no pasa nada, yo no te puedo juzgar, y si eres lo que dices, por mi no hay problema, pero ¿esta confesión a que viene, que tiene que ver con todo esto?
Antes de contestar ella miro al cielo, suspiro profundamente, y luego mirándome continúo:
Meli: lo que pasa es que a mitad de las vacaciones, inicie una conversación en el chat con una persona, era una chava que acababa de conocer, y como no quise rodeos le dije lo que era, la verdad no tenía mucho de haberme dado cuenta, los hombres no me atraen, pero cuando veo a las mujeres me vuelvo diferente. Ese día esta chica con la que hablaba, me había preguntado sobre mí, de ratito mi madre me mando por unas cosas a la tienda. Deje la pagina abierta, pero no apague el ordenador, tan solo el monitor. Cuando regrese pude notar el ambiente diferente, al entrar a mi habitación, vi a mi padre sentado, y a mi madre quitando el ordenador. Cuando le quise preguntar qué es lo que hacía, tan solo sentí un fuerte golpe en la cara por parte de mi padre, que me tiro al suelo por la fuerza, el me dijo: “yo no quiero una aberración en mi familia”
Cuando mire a mi madre, ella me miro con una gran tristeza, pero a la vez con un profundo odio, sus ojos me decían cosas que jamás había visto en mi vida, una mescla de coraje con resentimiento y a la vez desilusión, que de verlo me provocaba un cruel pinchazo al corazón.
Cuando termino de desmontar el ordenador. Salió del cuarto, y me dijo:”quiero que me entregues el maldito celular, y le dejas de hablar a tus supuestas amigas, de seguro son las que te meten ideas estúpidas en la cabeza”.
Me quede sin habla en ese momento no sabía lo que había pasado, fue en ese momento cuando entro mi padre, el cual también me dijo:” ¿así que a la señorita le gustan las mujeres he? Pues yo te voy a enseñar que las cosas antinaturales como se arreglan”, terminado de decir esto me dio una golpiza con la cual ya no me pude volver a levantar, los golpes fueron de lo más salvaje, pero los golpes en mi físico no eran nada como los golpes en medio de mi alma que me dieron ambos por no saber comprenderme, dime acaso ¿es un delito lo que estoy haciendo? Desde ese dia los golpes no han parado cada que puede mi padre me golpea, y mi madre no dice nada al contrario, hasta le aconseja donde darme para que me duela mas, dice que esa es la única manera de que me componga.
Sus lágrimas salían incontrolablemente, ahora ya entendía el motivo por el cual estaba así desde que llego, el motivo por el cual tenía esos moretones en sus brazos, y de inmediato pensé que esos no serian los únicos. Verla así me destrozaba el alma, no lograba entender por qué sus padres habían reaccionado así en ese momento casi sin darme cuenta la abrase, estaba a punto de decirle mil cosas cuando una voz bastante molesta y del modo grito desde atrás: “Melissa ¿qué demonios estás haciendo con esa chamaca?”.
En ese momento mire a Meli, en su rostro se reflejaba el terror, cuando me di cuenta de que la persona que detrás de nosotras estaba era….
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¬¬ ESTA BIEN O ESTA MAL NO LO SE SOLO LES AGRADESCO PROFUNDAMENTE EL QUE SE TOMEN 5 MINUTOS PARA LEERME DE VERDAD ESTO ES UN POCO DIFICIL PERO NO ME VOY A DAR POR VENCIDA, ALGUN DIA VOY A ALCANZAR EL TALENTO DE LOS GRNDES. LES AGRADESCO SUS COMENTARIOS TRATARE DE TOMARLOS AUNQUE SABEN, NI YO MISMA SE EN QUE VA A TERMINAR ESTO, DISCULPEN EL ENREDO PERO YA VERAN MAS ADELANTE, JEJEJEJE ESPERO SUS COMENTARIOS Y DE NUEVO LES AGRADESCO MUCHO SU ATENCION.
BESOS Y SALUDOS DESDE MEXICO...
YULIANA.