HdeD (4) - La cacería de Dacil (4 de 4)
Dacil es expuesta a pleno sol, tras su captura por Zell.....Y atormentada hasta que llega la hora de partida y la cesión de Carlos a su hermano Zell, temporalmente.........Dacil sufrirá el recorrido, desde su sumisión forzada, hasta ser una poni-girl......... Espero que esta cuarta parte os agrade también........... Un beso........Sandra Raquel.
Historia de Dacil
La cacería de Dacil (4 de 4)
Mi mente retornó rápidamente a la vara colocada sobre mis pechos. Solo la separaba y la colocaba sobre los dos pechos a la vez. Parecía como si deseara medir el golpe perfecto. No me atrevía a mirarle y mis ojos estaban como hipnotizados sobre la vara tierna de bambú que tocaba mis pechos.
Una de las veces y sin que me hubiera preparado, recibí la primera descarga sobre mis ya sensibilizados pechos. Me quedé tan sorprendida, que ni siquiera grité. Al separarse la vara, observé como una fina línea rosada iba adquiriendo mas y mas intensidad, hasta quedar una línea rojiza muy delgada, pero que comenzaba a quemar mi fina piel. Sin embargo, sólo alcé mi mirada hacia la suya, al tiempo que él descargaba un nuevo azote en el mismo lugar, que me hizo temblar de dolor. Y mientras mis lágrimas saltaban de mis parpados, sus risotadas eran acompañadas de fuertes golpes sobre distintas partes de mi pecho.
Después de mas de 10 golpes en la parte alta de mis pechos, se dedicó a golpeármelos frontalmente, con lo que el dolor aumentó hasta cotas en las que creí desvanecerme, ya que al margen del dolor acumulado, algunas veces me cruzaba los pezones con toda la rabia del fuego.
Unos minutos después, terminaba golpeando en el centro de mi sexo y sobre cada muslo, con mucha rabia contenida. Mi cuerpo se convulsionaba en estertores constantes y muy visibles, acompañados de mis gritos, lamentos y jadeos.
Muy bien, descansa ya, zorra. Déjate caer de lado y quédate boca abajo, yo mismo te ataré a las estacas. Y pobre de tí si alguna no te sujeta.
Me dejé caer de lado, para rodar y quedarme bocabajo. Ni siquiera pensaba en los animales que me habían seguido visitando desde todo el calvario que soportaba.
Zell, me desenganchó las cadenas que unían mis muñecas y tobillos y cogiéndome de un brazo me arrastró, sin miramiento alguno, hasta el centro de las 4 estacas clavadas.
Mi pecho y vientre fueron los mas agredidos en el arrastre, pero a aquel monstruo nada le importaba de mis sufrimientos. Quedé tendida sobre el suelo, jadeando y llorando sin poder contenerme, mientras él me separaba las piernas y anclaba una cadena a cada argolla de los mismos.
Mis piernas fueron muy separadas, aunque sin excesiva tensión. Entonces sentí como cogía mi brazo izquierdo y colocaba otra cadena y que anclava en una de las estacas. Tensó un poco haciendo que mi cuerpo se desplazara sobre el rugoso suelo y volvió a mí, para proceder con el otro brazo. Me tensó un poco mas y mi cuerpo se arrastró nuevamente por la rugosidad sádica del suelo. Actuó después con las cadenas de mis piernas, abriéndolas mas aún y dejándome tensada completamente. Y una vez, inmovilizada en todo mi cuerpo con excepción de mi cabeza, dijo :
Zorra, es tu hora de descanso. Dentro de media hora, vendré para darte la vuelta y así disfrutes del sol, por ambas caras...jajajajajaja.
Escuché sus pasos alejarse y quedé hundida en mil dolores y sensaciones espantosas. Unos minutos después mi cuerpo se iba aplacando de dolores y dando paso a picores horribles. Toda una orgía de pequeños insectos, cuyas patitas me producían una desazón que era incapaz de poder soportar.
El sol hería mi piel de tal modo que era capaz de sentir la carne freirse dentro de mi misma. La sensibilidad en mi piel, que a cada segundo era mas aguda, acompañada de las visitas de moscas y sobre todo de las hormigas que correteaban por mi cuerpo, me hacía desear irme de aquel mundo de dolor y perversión. Dada mi postura forzada, no era capaz de realizar movimiento alguno que auyentase a aquellos minúsculos diablos que asediaban mi cuerpo, hasta convertirme en un guiñapo.
Sólo era capaz de auyentarlos de mi cara y del comienzo de mis brazos, pero un poco mas adelante campaban a sus anchas, casi como regodeándose de mi impotencia. Y lo mas horrible de todo, no sentir a algún ser cerca de mí. Eso me hacía sentir la soledad mas cruel y profunda.
Estaba en estos pensamientos tan derrotistas, cuando me pareció escuchar un crujido en la tierra detrás de mí. No sabía que es lo que había allí ya que no era capaz de girar totalmente mi cuello, por la tensión en mis brazos. Entonces grité, casi sin fuerzas, pero grité y resoplé en la rugosa, cálida y polvorienta tierra.
Nadie me contestó, pero algo o alguien estaba detrás de mí. El miedo me hizo ponerme mas tensa aún. Intenté forzar mi cuello, aún haciéndome daño, pero mis hombros comprimían mi cabeza y me hacían de muro, impidiéndome la visión.
Removí los pies y mis manos y mi cabeza osciló a uno y otro lado, gritando como una poseída...y de repente, un ruido atroz y secó que quedó retumbando en mis oídos, a la vez que sentía algo que caía pesadamente entre mis nalgas y los muslos.
Me quedé lívida, sin apenas respirar. Cuando mis oídos comenzaron a perder aquel eco que me había ensordecido, pude escuchar pisadas de botas que se acercaban corriendo hasta mí. Seguí sintiendo algo sobre mi cuerpo, era algo caliente, pero incapaz de saber de que se trataba.
Y ya las voces y risas, me anunciaron que mis sádicos captores, eran quienes se acercaban hasta mí. Y escuché a Zell, decir :
Vaya, tuvo suerte la zorra ésta de que me subiera al árbol...jajajajajaja.
Cierto, Zell.
Las botas de alguien se plantaron delante de mí, mientras hurgaba en mis anclajes, hasta dejarme liberada de la muñeca izquierda. Sin embargo, fui incapaz de mover ese brazo. Lo tenía dormido y acalambrado. Fui liberada de mis tobillos, cuando me quitaban lo que fuera de encima de mis nalgas. Y sólo pude recoger un poco mis muslos. Mi mano derecha, quedaba liberada también.
Las risas y palabrotas de ellos, al menos me daban la vida que necesitaba. Me había sentido tan inmensamente perdida, que casi agradecía sentir vida cerca de mí. Sentí unas manos que tocaban mi colorada piel, haciéndome exclamar de dolor. Pero al dueño de esas manos no parecía importarle lo que yo pudiera sufrir. Y sin más, fui volteada sin previo aviso hasta quedar con mi espalda hipersensibilizada sobre la cálida y áspera tierra.
Y pude ver de que se trataba, lo que había caído sobre mi cuerpo. Ni mas ni menos, que un zorro o algo así, que se desangraba cerca de mi cuerpo, mientras todos reían ante la palidez de mi cara.
Poco a poco, conseguía sentir de nuevo mis brazos y los llevaba hacia mi cuerpo, mas que por cubrirme, por retirarlos de la rasposa tierra y alegar a las hormigas que aún deambulaban libremente por los mismos y por mis pechos y vientre, a la vez que cerraba mis muslos y movía un poco mis piernas doloridas.
¡Vaya, nuestra zorra está viva!...jajajajaja
Si, es verdad, parece que tiene ganas de jugar......jajajajaja
No, preciosa, aún no has terminado de tu baño de sol. El Sol está muy rico y no hay que desaprovecharlo así como así...jajajajajaja
Y todos se carcajearon delante de mí, mientras pasaban sus tallos de bambú por diversas partes de mi cuerpo, cosquilleándome mas que los insectos.
Me sentí tan abrumada, que dejé mis brazos a ambos lados de mi cuerpo sin intentar alejar a los insectos o protegerme de las varas sobre mi sensibilizada piel maltratada.
Pero nadie interpretó mi sumisión en aquel instante y simplemente, siguieron incordiándome sin miramiento alguno.
Bueno, amigos, creo que ya es hora de esta ramera se dore por el otro lado, ¿no creéis?.
Nadie respondió, aunque si hubo mas risotadas y muchas mas, cuando me zarandeaban y yo gemía de dolor al ser arrastrada por mi espalda y nalgas unos metros por la tierra. Me anclaron de nuevo las cadenas a mis argollas, tras separarme mucho mas mis piernas y brazos. Luego me tensaron aún mas fuerte que la vez anterior, riéndose mucho mas ante mis lamentos.
Disfruta de tu siguiente sesión bronceadora, zorra...jajajajaja
Y tras estas palabras todos se alejaron de mí, dejándome de nuevo a merced de moscas y hormigas, pero sobre todo de los agresivos rayos del sol. Sentí morirme nada mas ver surcados mis pechos, por hormigas juguetonas, que no cesaban de moverse...y las moscas que se plantaban en una y otra parte de mi cuerpo, a cual mas sensible.
Los minutos pasaban muy lentamente y a pesar de mover mi cabeza a uno y otro lado, para auyentar a cuantos bichos pudiera, solo sentía como los rayos asesinos del sol hacía freir de nuevo mi piel, aun mas sensible y maltratada que la anterior. Mantenía mis ojos cerrados, pues no podía soportar la luz directa.
El tiempo pasaba tan lentamente y los picores eran tan terribles que mi mente se escondió para pensar en tiempos mas felices...."hacía tan pocos días...era feliz en la Institución, junto a mi Julia.....éramos mas que hermanas o amigas....éramos casi una persona.....".
Miraba a ambos lados y por encima de mis pechos, ya muy enrojecidos del sol, para ver si aquellos monstruos se acercaban a mí y era liberada, pero nadie se veía por los alrededores. Tampoco escuchaba mas sonido que el de mi respiración y jadeos y algunas veces el revolotear de las moscas cerca de mis oídos.
Pero antes de que me desvaneciera, escuché sonidos que provenían de una arboleda que podía ver al elevar mi cabeza por entre mis pechos. El sudor y el calor, me estaban venciendo..y ya casi no hacía caso de los extremos picores que me producían aquellos diminutos seres, en lo que yo debía ser la intrusa y enemiga.
Los sonidos se hicieron mas y mas intensos y al mirar por entre mis dos pechos, pude ver que se acercaban muchos de ellos. Pensé que mi mente ya deliraba, pues me parecía ver a mi Amo Breo junto a Zell. Pero debía ser una alucinación provocada por el calor.
Pero no, era mi Amo Breo. Cuando lo tuve cerca de mi cuerpo, lo supe. Además su voz inconfundible y la de Zell mas apagada, solo podía significar que era él. Una vez cada hermano a ambos lados de mi cuerpo expuesto al martirio, mi Amo dijo :
Bueno, parece que tu zorra ya está bastante solarizada ¿verdad?.
Si, puede que sí...jajajajajajaja
Creo que será mejor ir pensando en quitarla de este terreno o se la comerán las hormigas.
Tienes razón Breo. Además ya que has llegado tú, haremos que tu esclava sea digna juguete de su Amo....jajajajajaja
Vale, que sea mi juguete, aunque realmente es el tuyo, según las bases de la cacería.
Cierto hermano, pero ya que te has dignado venir a visitarnos, te honraré cediéndote a mi trofeo. Amigos, desatadla y cuando pueda caminar, la traéis hasta la arboleda.
Sólo escuche palabras de asentimiento y algunas palabrotas humillantes hacia mí, mientras era desatada. Después con sus varas apartaron a los insectos, lo que me hizo morir de sensaciones angustiosas.
Minutos después me levantaban del suelo, mientras mis lágrimas saltaban histéricas de mis ojos, ante el escozor de toda mi piel. Y sin mas dilaciones era obligada a caminar, ayudada por un par de cazadores hasta al arboleda, en donde ya plácidamente instalados, se encontraban Breo y Zell tomando un refresco.
Cuando me ví ante ellos dos, Zell se levantó y dijo :
Hermano, un poco de sexo te gustará. Fíjate que sensiblera está....jajajajja, pero creo que se prestará a que su Amo la disfrute. Amigos, lanzad cuerdas desde esta rama, la colgaremos de los pies, para follarla en la boca...es algo que me apetece muchísimo, aunque cederé el honor de ser el primero, a mi hermano Breo.
Nuevas risas, mientras yo no cesaba de mirar disimuladamente a mi Amo, que aceptó sin pensarlo demasiado. Y una vez bajadas las cuerdas desde una enorme rama, me hicieron tumbar en el suelo de espaldas a mi Amo, para una vez anclados mis argollas de los tobillos a los ganchos de cada cuerda, proceder a izarme.
Sentí escalofríos horribles cuando mi cuerpo se arrastraba por la rugosa arena, mientras mis piernas abiertas completamente iban tirando de mis caderas. Grité como una poseída, pero mis gritos parecían animarlos más.
En cuanto estuve suspendida por mis tobillos, Zell dirigió las órdenes de mi ascensión, hasta que mi cara quedó a la altura de su abultado pantalón. Me ancló las pulseras al collarín, en la nuca y dijo :
Hermano, es toda tuya. Si deseas calentarla un poco las tetas o el coño, a mí me encantará verla debatirse...jajajajaja.
Gracias Zell, pero la pondré los pezones calentitos solo con mis dedos, ma seduce mas como se retuerce sin gritos......jajajajajaja.
Como tu desees Breo, es tu turno.
Observé atemorizada mucho mas que minutos antes, como todos se desnudaban y sacaban sus miembros viriles, tensos y agresivos. Breo tras quitarse la ropa, me dejó impresionada al ver el tamaño de su polla a escasos cm de mi boca. Sus manos recorrieron mis pechos sobre sensibilizados por el sol, hasta coger mis pezones.
Mientras los tocaba suavemente, haciéndome sufrir mas a cada instante, acercó su boca hasta mi sexo expuesto y con su lengua comenzó a acariciarlo. Al principio suavemente, para ir subiendo en intensidad segundo a segundo. A su vez ya retorcía mis pezones de un modo mas agresivo y su polla buscaba mi boca para hacer callar de mis lamentos.
Cuando consiguió colarse dentro de mí, se agarró fuertemente a mis pezones y comenzó a balancearme, de modo que su polla se clavaba dentro de mi garganta, haciéndome sentir arcadas y axfisiándome en cada entrada profunda. Por otra parte, las sensaciones que sentía en mi sexo masajeado constantemente hizo que mi clítoris abandonara su cueva de seguridad y aflorara al exterior, cosa que aprovechó mi Amo para arrancarme sacudidas de placer y dolor al mismo tiempo.
Su polla entraba y salía de mi boca sin detenerse un solo instante. Yo respiraba como podía, con mis ojos cerrados de los que aún así saltaban mis lágrimas. Sabía que su explosión en mi boca era inminente por su descontrol cada vez mas fuerte, haciéndome morir de dolor en mis pechos y en mi garganta.
En un momento determinado, sentí que se metía mas dentro de mi boca y sin esperarlo, sentí que me mordía fuertemente mi ya super excitado clítoris, porvocándome una contracción involuntaria en mi boca y apretando mis dientes sobre su polla, haciendo que estallara dentro de mi garganta, cubriendo mi exófago invertido de una lechada caliente que alcanzó hasta el estómago. Mientras me removía de terribles dolores en mi sexo y en mis pechos retorcidos brutalmente.
Se retiraba fugazmente con lo que cogía aire renovado y se clavaba dentro de mi boca, sin dejar de soltar esperma caliente y espesa, que no podía tragar y resbalaba por mis mejillas, surcando mis ojos y cabellos.
Cuando se retiró de mi boca, estaba medio muerta. Respiraba entrecortadamente. Había sido mi Amo quien me había provocado semekjante dolor. Y ahora le tocaba el turno a Zell, al odioso Zell. Estaba segura que eran mis últimos instantes en esta horrible vida.
Cuando Zell, se plantó delante de mí, me sentí morir de terror. Su polla enorme era aún mas amenazante que su mirada diabólica. Palpó mis pezones entre gemidos y contorsiones mías de dolor y dijo :
Vaya hermano, la has hecho un buen trabajito, aunque yo lo complementaré. Creo que unos azotes en estos inflamados pezones, la sentarán muy bien a nuestra zorrita y la predispondrán a mas placeres....jajajajaja, pero que pasará con esa rajita aún sin maltratar.....uummmm, veamos....si, ya está tambié se la azotaré, asi estará caliente en ambos lugares a la vez.
Ni siquiera grité o lloré. Ya no podía sentir mas terror del que ya vivía. Le ví como acercaba su vara de tierno y elástico bambú y cimbreándola en el aire la descargaba sobre mi sexo abierto. Un golpe limpio, que me dejó sin respiración, entre los dos labios de la vagina. Sólo un fuego abrasador que recorrió mi ser como una descarga. Y sin prisa y sonriéndome maliciosamente, un golpe nuevo sobre mis tetas, rozando mi pezón izquierdo ligeramente.
Mi grito, pareción sorprenderle y volvió a asestarme otro latigazo en el mismo lugar. A mi nuevo grito, se paró sonriente ante mi cara y meneó su cabeza. Se irguió de nuevo y otro azote mas, pero mas centrado y cruzando mis dos pezones a la vez. Creí morirme de dolor. Siguió azotándome alternativamente la vagina y los pechos, hasta que ya cansado se acopló en mi boca, mientras me pellizcaba partes distintas de mi cuerpo.
Sentí axfisiarme una y otra vez. Nada de placer como con mi Amo Breo. Solo dolor y muy vivo. Y cada vez mas fuerte, hasta que después de clavarme su polla enorme reiteradas veces en mi garganta, se corrió dentro de mi boca, haciéndome padecer el suplicio de tragarme su interminable lechada caliente.
Cuando se retiró, me sentí tan floja que me desvanecí. Fui reanimada, aunque no sé cuanto tiempo habría transcurrido. El sol ya estaba algo mas inclinado, pero tampoco recordaba la altura que tenía cuando estaba con Zell.
Los otros cuatro cazadores, se limitaron a follarme la boca, pero sin intentar mas cosas por recomendaciones de mi Amo Breo y Zell, situación que me extrañó un poco.
Antes de bajarme de la rama que me suspendía, mi Amo Breo aplicó un spray por todo mi cuerpo, que me dejó helada completamente, aunque a los dos minutos cuando ya estaba sobre la tierra, manteniendo una posición semi fetal, sentí que los rigores del calor y los azotes se iban calmando.
En cuanto me vieron mas tranquila, Zell me hizo tomar una nueva pastilla y beber agua, poco a poco. Y entonces escuchar a mi Amo decir :
Zell, te quedas a cargo de ella, pasaré a buscarla el Lunes. Me iré con nuestros amigos. ¿Estás seguro, que no necesitas que te envíe algún medio de locomoción?.
Estoy seguro, hermano. Esta putita y yo daremos un largo paseo y después en el lago ya tendremos medios para desplazarnos.
Amigos, dejemos a esta pareja a solas...jajajajajja....ya nos veremos Zell y ¡¡cuídala!!.
Lo haré, descuida.....si no ha palmado ya, creo que aguantará.....jajajajaja...adiós.
Cuando se hubieron ido, yo me ovillé mas aún, pero Zell solo sonrió y me dijo :
En pie zorra, tenemos mucho camino que recorrer. Parece que pueda llover y no deseo mojarme. Tu llevarás mi macuto y el arma con la que te he cazado.
Ni siquiera rechisté cuando me colocaba en mi espalda desnuda el pesado macuto y posteriormente la bandolera del rifle cruzando mis pechos.
Y comenzamos a caminar, rumbo al infierno. Mi mente ya no manejaba mas información, simplemente me dejaba guiar y yo caminaba al ritmo que él marcaba. Paraba cuando él lo indicaba y así hasta que llegamos a la orilla del lago.
Para entonces, grandes nubarrones se habían formado ya y amenazaban con soltar agua.
Seguimos caminando por la orilla del lago, cuando las primeras gotas comenzaron a caer. Zell me hizo parar y sacó del macuto una funda para el rifle y un chubasquero para él. Y en cuanto se cubrió convenientemente el cielo se abrió y cayó una tromba de agua, que me caló hasta los huesos, aunque no me importaba mucho pues me refrescaba y me ayudaba a mantenerme mas despejada.
Pocos minutos después y caminando entre charcos y barro, sin que hubiera cesado de llover un solo instante, llegamos hasta un embarcadero de madera. Había varias barcas de 2 remos cada una. Zell, retiró su rifle de mi cuerpo y después el macuto, depositándolo en una barca que era la mas grande de todas.
A mi me hizo meterme en el agua fria del lago, para limpiar mis pies de barro. Una vez limpia y medio tiritando, me indicó que subiera a la barca y me sentara en la parte delantera, de cara a la popa. Le obedecí entre pequeños escalofríos y tiritonas.
En cuanto subió él, me cruzó los pechos y el vientre con un látigo de cuero que sacó del macuto y me dijo :
Ahora puta, a remar. Y procura hacerlo suavemente o te azotaré hasta sacarte las costillas.
Ante semejantes palabras amenazantes, cogí los remos y comencé a moverlos con mucho esfuerzo, recordando como lo hacía de pequeña cuando íbamos de campamentos.
Cuando ya nos alejábamos de la orilla, dejó de llover y salió de nuevo un sol maravilloso, momento que aprovechó Zell para quitarse el chubasquero y estirarse en su asiento, dejando sus botas llenas de barro entre mis muslos y topando con mi sexo abierto, ya que me hacía remar con las piernas separadas.
La travesía no fue excesivamente larga y alcanzábamos la otra orilla en menos de media hora. Nada mas desembarcar, me indicó un tronco caído y tras hacerme apollar las tetas sobre el mismo y dejar mis brazos a lo largo del rugoso tronco, me separó las piernas y se clavó en mi ano, rompiéndome literalmente en dos.
Me sentí morir del tremendo dolor al soportar esa monstruosa polla dentro de mi recto, hasta que se corrió dentro de mí con otra enorme lechada. Nada mas retirarse y encomendándome que no me moviera, me azotó las nalgas hasta que se cansó. Creía que deseaba en aquel momento sacrificarme ya, pero recordé las palabras de mi Amo y pensé que era solo una crueldad mas.
Pasados 10 minutos de estertores y convulsiones por la pequeña flagelación, me hizo incorporarme y me condujo hasta un carrito cercano. Era como un coche de caballo, ligero. Y yo era la encargada de ser la yegua en ese momento.
Me colocó los arneses y el bocado y me ató las pulseras a los mástiles paralelos del tiro.
Cargó el macuto y el rifle y levantó la capota, pues comenzaba a llover de nuevo. Y a golpe de látigo, comencé a actuar de chica pony. La distancia que recorrimos no fue excesiva, pero suficiente para que el agua me hiciera mas penoso el recorrido, a la vez que doloroso por los continuados azotes que me asestaba en la parte del cuerpo que le apetecía.
Al llegar a su enorme finca, escuché una jauría corriendo enloquecida hacia nosotros, pero él sabedor de mi miedo me azotaba mas fuerte y seguido, insultándome para que no me detuviera.
Los perros llegaron a nuestra altura y saltaron sobre mi desnudez con sus patas embarradas y hasta mordiendo mis tetas mas de una vez, aunque no me despedazaron. Y así llena de un pánico total, llegamos hasta la enorme fachada de su mansión, custodiados por sus innumerables canes.
En las escalinatas, me manda detener y aguardarle a que él regrese, mientras la lluvia sigue cayendo sobre mi indefenso y maltratado cuerpo y los perros brincan y me arañan sin cesar.