Hazme un favor

Una amiga me pidió que le guardará su maleta durante unas horas. Yo no me pude negar, pero mi amiga no sabía que a cambio del favor yo iba a disfrutar un rato con sus braguitas sucias.

HAZME UN FAVOR

Un día, me llama mi amiga Isabel diciéndome que había tenido un problema y que si la podía ayudar. Me cuenta que se había marchado unos días fuera y que al volver se había dado cuenta de que había perdido las llaves de su casa. Vive sola, así que no podía entrar en su casa hasta que fuese a buscar otro juego de llaves a la agencia que le alquila el piso. Me pide que si le puedo hacer un favor y dejarla llevar a mi casa la maleta con la ropa que se había llevado de viaje mientras ella iba a la agencia, así no tenia que ir cargando con el peso. Yo que digo que si encantado y quedamos en que me traería la maleta esa misma tarde.

Cuando viene a mi casa, me dice que tardará unas 2 o 3 horas en volver y que ya me llamará antes de pasar a buscar la maleta para asegurarse de que estoy en casa. Me da las gracias por el favor y se marcha.

La verdad es que mi amiga no es nada guapa. Es bajita y un poco rellenita, aunque debo admitir que tiene unas tetas y un culito bastante ricos. Además, tener esa maleta en casa era una tentación para mí, que soy bastante curioso. Al principio no sabía si hacerlo, me parecía que estaba mal revolver en la maleta de mi amiga, pero al final me decidí a abrirla.

El olor típico de la ropa sucia me vino enseguida que abrí la maleta. Sin revolver demasiado la ropa, ya que no quería que ella se diese cuenta de nada, fui buscando lo que más deseaba encontrar, las braguitas sucias de mi amiga.

No tardé nada en hallar unas bragas de color rosa claro, eran pequeñitas pero sin llegar a ser un tanga. Luego saqué un tanga negro de algodón y otras braguitas a rayas bastante sencillas. Las extendí en el suelo de mi habitación y contemplé ese hermoso tesoro que acababa de encontrar. Estaba nervioso y excitado y no sabía por donde empezar.

El solo hecho de tener ahí delante esas braguitas ya me la había puesto bastante dura, así que me desnudé rápidamente dispuesto a hacerme una buena paja. Fui oliendo las bragas una a una, acercándomelas a la cara todo lo que podía y aspirando fuerte su perfume. El olor a chumino y a culo era bastante intenso, me inundaba la nariz y me excitaba cada vez más. Me imaginaba la raja de mi amiga rozando aquellas prendas, impregnándolas de sus fluidos y de su aroma, y mi polla se ponía cada vez más dura.

Tenía el pene rebosando líquido lubricante. Me tumbé en la cama y empecé a meneármela con fuerza mientras olía las braguitas rosas. El hecho de estar haciendo algo que muchos considerarían sucio me excitaba aún más y, aunque intenté aguantar todo lo que pude, no tardé mucho en correrme. Joder, pensé, aquello me había puesto a cien. Me había manchado todo de leche de la enorme corrida que había soltado. Me limpié un poco, miré el reloj y me entusiasmó comprobar que aún quedaba bastante rato hasta que volviera mi amiga a por sus cosas.

Descansé un poco para recuperar fuerzas, aunque la verdad es que no me hizo falta mucho rato porqué tener esas braguitas cerca me excitaba tanto que la volvía a tener dura. Esta vez quise probar algo diferente, me puse el tanga negro a ver que sensación me producía. Fue bastante agradable, la tira del tanga se me clavaba en el culo y daba mucho gustito. La polla se me ponía cada vez más dura y se salía por un lado del tanga. No podía resistirme más y me la empecé a cascar otra vez.

Tirado en el suelo de mi habitación me la meneaba como un loco. Gemía y gemía totalmente descontrolado de placer. Mientras seguía con el tanga de mi amiga puesto iba oliendo las otras dos bragas. Me encantaba su olor a coño, ese olor intenso que se te graba en lo más hondo de tus sentidos y te vuelve loco. Sólo puedes pensar en sentir ese olor otra vez y no paras hasta conseguirlo.

De nuevo no tarde mucho en correrme de tan excitado que estaba, no me podía creer que aquellas braguitas sucias me podían poner tan cachondo. Pero así era y lo único que deseaba es que aquello no acabase nunca. Ojalá mi amiga no volviese y pudiese tener sus bragas para poder disfrutar con ellas siempre.

Me dejé el tanga puesto y me tumbé en la cama para descansar un poco. Dos pajas seguidas no es cualquier cosa. Me relajé bastante acariciando aquél tanguita, me gustabas sentirlo en mi piel, apretándose en mi culo y en los huevos. Me revolcaba en la cama para rozar aún más y sentir mejor el tanguita puesto. Era una sensación muy agradable y se me pasó más de una hora sin darme cuenta.

Miré el reloj y vi que aún quedaba un rato hasta que volviera mi amiga. Aunque en verdad no sabía muy bien a que hora iba a volver, pero aquella era una oportunidad única que tenía que aprovechar. Me quité el tanga y volví a oler bien todas aquellas braguitas y la polla no tardó en ponérseme dura como un palo. Me empecé a pajear otra vez disfrutando de ese aroma tan rico.

Mientras me la machacaba no podía dejar de imaginar el coñito de mi amiga. Me lo imaginaba bien abierto y mojadito, manchando las braguitas con su flujo y llenándolas de rico olor. Deseaba tener ese ardiente conejito justo en frente de mi cara, sentir bien su intenso aroma y luego empezar a comérmelo como nunca se lo habían comido. Quería chuparlo a través de las bragas, para sentir su delicioso tacto en mi boca. Notar como la tela se va humedeciendo cada vez más hasta quedar empapada.

Qué rico, pensaba mientras me la seguía meneando. Cogí las braguitas a rayas y me pajeé rozando la tela contra mi polla erecta. El tacto del algodón era delicioso, su roce me producía un placer inmenso y yo seguía absorto en mis pensamientos. Me imaginaba a mi amiga a cuatro patas, su enorme culo justo enfrente de mí con solo la tirita del tanga apenas tapando sus ricos agujeritos. Yo me acercaba y apartaba el tanga para dejar al descubierto ese húmedo coñito.

Seguía cascándomela como un loco, con unas braguitas en una mano rozando mi polla y otras acercándomelas a la cara, oliéndolas, mientras seguía imaginando ese polvo. Podía ver claramente la cara de mi amiga gozando como una perra. Disfrutando como nunca había disfrutado. Seguro que nunca había tenido un pollón del calibre del mío clavado en su coño y follándola como yo la estaba follando. Imaginaba sus grandes tetas, con unos pezones grandes y rosaditos, bamboleándose al ritmo de mis culadas.

Ya estaba al borde del éxtasis cuando mi móvil sonó. Mierda, pensé al tener que parar de esa manera. Era mi amiga que llamaba para venir a buscar la maleta. Me aclaré la voz y contesté. A pesar del susto por la repentina llamada de teléfono, seguía con la polla bien tiesa y chorreando líquido lubricante, así que seguí cascándomela mientras hablaba con ella. Aquello me dio mucho morbo, ya que ella seguramente nunca se hubiese podido imaginar lo que yo estaba haciendo al otro lado del teléfono, y expresamente alargué la llamada algo más de lo necesario.

Colgué el teléfono y entonces me di cuenta de que mi amiga estaba a punto de llegar y de que yo aún estaba pajeándome con sus bragas en la mano. Me dispuse a acabar cuanto antes y empecé a meneármela aún más rápido. Sentí algo más de excitación aún por el hecho de que mi amiga estaba al llegar y aquello me ayudó a acabar antes. Pero era tanta la calentura acumulada que al correrme no me pude controlar y manché las bragas de semen.

Nervioso fui rápidamente a limpiarlas como pude. Lo volví a dejar todo en su sitio y me vestí justo en el momento en que mi amiga llamó a la puerta. Por los pelos, pensé. Yo seguía nervioso y estaba bastante sudado cuando abrí la puerta y le di su maleta. Ella me preguntó si me pasaba algo y yo le dije que nada, que había estado haciendo algo de ejercicio en mi casa. Si supiese que clase de ejercicio había estado haciendo… Lo último en que hubiese pensado es que yo había estado masturbándome con sus bragas sucias. Es una chica bastante recatada así que seguro que nunca en la vida se le habría ocurrido que me había podido poner su ropa interior y cascado tres ricas pajas a su salud.

Aprovecho este relato para decir que si hay alguien que tiene el mismo fetiche que yo con las bragas que se ponga en contacto conmigo. Mi msn es mrbighead69@hotmail.com escribidme o agregadme al messenger y podemos compartir experiencias similares a las del relato.