Haz aquello que no has hecho

-tú quieres seguir- me dijo, yo sólo seguí bailando y provocándolo, me indicó que me sentase a su lado, -quiero que hagas lo que no has hecho- y yo sabía que era aquello...

Estaba a su lado conversando como una más de todos quienes estábamos allí, su convalecencia nos había reunido a todos, disimuladamente me acerque hasta quedar en su cama, me acerque a su oído, con todos conversando no resultaba raro que le hablase de ese modo - todavía te gustan mis tetas- y se dio vuelta afirmando con su cabeza, -y mi culito- , me miró e hizo un gesto para que acercara mi oído, - pa’ romperlo y azotarlo - murmuró, lo vi sonreír, sabía que pese a todo se excitaba al escucharme, por lo que le pregunte si quería que siguiésemos conversando, sólo dijo a mi oído que siguiera, que le gustaba verme de nuevo, de hecho hacía tiempo que no nos veíamos, me levante dejando que viera mi culo en mi ceñido jeans y volví con un vaso de agua que le ayudé a beber sosteniendo su cabeza, - no me estoy muriendo perra retrasada aún podría preñarte -, me dijo haciendo el gesto de acariciar una de mis piernas, que esquive con toda soltura, y llamó a mi madre pidiéndole que ya se fuese la gente porque estaba cansado.

De a poco la casa se fue desocupando, fui a despedirme y acercando su cara me espetó -quédate que quiero verte bien culeada- , por lo que empece a hacer tiempo despidiendo de los otros, de lejos le vi hablar con Roberto, su compadre, mientras este me miraba, notando la depravación en su cara. No venía preparada y mi cuerpo se estremeció. La casa quedó vacía, Manuel, mi padrastro en la cama, Roberto en un sillón a los pies de la misma y Jaime, mi hermanastro que daba vueltas por distintas partes, me hizo un gesto para que me acercara, me tomo el pelo mientras me besaba, con fuerza tiró de él separándome, me deslice por la cama como me pedía, me sujetó de las manos mientras mis pies caían libres al final de la cama semi flexionando mi cuerpo y levantando mi culo, me ordenó que no mirase, por lo que cerré mis ojos, sentía el respirar de Roberto, apresurado,  un grito escapó de mi al sentir el chicotazo en mi culo, aprete mi manos, - dale Jaime si a esta maraca le gusta - y un segundo golpe se estrelló en mis nalgas, no era primera vez, a Jaime le fascinaba chicotearme, les excitaba ver el movimiento de mi culo intentando evitar los golpes que caían uno tras otro en mi trasero, la habitación se llenaba de mis gritos y llanto, mientras Jaime desahogaba su rabia y lujuria en cada uno de sus azotes, Roberto lo hizo detenerse, pasó sus manos bajo mi cadera y lo desabrochó tirándolo hasta bajarlo hasta mis rodillas junto a mis calzones, lo cual evitaba el movimiento de mis piernas separadamente, con sus manos limpió mis lagrimas y acarició mi culo en una pausa de mi castigo - ¿de verdad te gusta no, cerda? - preguntó mi padrastro, afirmé con mi cabeza aún llorando y viendo su cara de excitación, - ¿quieres seguir putita? , preguntó Roberto, pero no alcancé a contestar, Jaime descargo dos fuertes azotes en mi culo - claro que quiere y si no quiere no importa - dijo, logrando que pese al dolor mi excitación se disparase al darme cuenta que para él no era sino una cosa para su placer, que no era otra cosa que lo que siempre he sabido que soy una puta inútil que ha nacido para ser humillada, degradada, vejada y emputecida para el entretenimiento de cualquier hombre, entre mi llanto dije lo más fuerte que podía - entre los dos, háganlo entre los dos, dejen marcadas mis nalgas, sin piedad con esta cerda - y un chicotazo se estrelló en mi espalda, desordenadamente entre ambos me azotaban, mi padrastro llevó sus manos a mi cintura y llevó mi remera sobre mi cabeza sacándola, desabrocho mis sostén y también lo saco, tomó mis manos y me hizo girar sobre la cama a la vez que les decía - en las tetas, péguenle en las tetas -, Jaime se alejó para empezar a masturbarse, Roberto descargaba su cinturón en mi cuerpo como enajenado inflamando mis tetas, erizando mis pezones, enrojeciendo mi vientre, insultándome, -estúpida zorra, come moco, puta…-. Debo haberme desmayado, pues no recuerdo más, desperté abrazada a mi padrastro que acariciaba mi pelo.

Acaricie su cabeza en un gesto de ternura que, no obstante, traicionaba mi cara y mis labios, la mano de mi padrastro en mi muslo apenas moviéndose, hacía efecto en mi conchita que sentía humedecerse, le pregunte por los otros, diciéndome que habían salido a comprar “copete”, mi cuerpo dolía y estaba totalmente enrojecido, comencé a acariciar su pecho hasta llegar a su entrepierna, sobajeando su verga casi en un ruego para que esta cobrase vida, él besaba mi cuello, me acomodé poniéndome de guatita en su cama entre sus piernas dejando todo mi culo a la vista, carnoso, enrojecido y con las marcas de los azotes en él y mi espalda, estirando su brazo lo acarició, el ambiente se tensionaba, mi padrastro recostado sólo se dejaba hacer, llevé su verga a mi boca, engulléndola pese a su resistencia a endurecerse, acomodó mi pelo hacia un lado para ver sin dificultad mi boca llena de pico; el silencio sólo era interrumpido por el sonido que provocaba su respiración; yo le miraba sin dejar de succionar su verga, lamía su miembro en toda su extensión, rozando sus bolas enredando mi lengua en su glande, succionando para extraer su néctar, masturbándolo, levante mi culo poniéndome a cuatro patas, sabía que le excitaba verme ofrecida, - siiii perra regala tu culo - me dijo, escuché sus resoplidos y chupé mas rápido y profundamente clavando su mástil en mi garganta esperando su explosión, quería ver su semen por lo que lo masturbé hasta que eyaculó derramando su leche en mi mano que llevé a mi boca y chupé para comer su leche, restos de su semen había caído en la parte interior de su muslo, por lo que lengüeteé, paladeando y relamiéndome totalmente extasiada. Saliendo del trance en que me sentía por la excitación, advertí que Roberto y Jaime habían llegado y me miraban, me acomodé nuevamente al lado de mi padrastro jugando con el semen en mi boca, hasta tragarlo -mírenle la cara de gusto, esta es puta de verdad, le encanta el pico- dijo Roberto mientras se levantaba y abría una botella de whisky de la cual bebió directamente pasándosela a mi hermano que me miraba con sus ojos inyectados de lujuria.

Me quedé tirada al lado de mi padrastro viéndolos beber y conversar, no dije nada, hace mucho que no sentía que mi única finalidad es satisfacer a quien me usa, estaba extasiada, admirándolos pensando en que sólo quería que se corrieran en mí, - quieres que me culeen - le pregunte, y sin esperar su respuesta abrí mis piernas dejando ver toda mi concha, mis tetas caían en mi cuerpo, grandes e hinchadas, me imaginaba muy puta, dejé que mi mano se deslizase por mi clítoris, vi a mi hermano venir con su verga iniesta y espontáneamente abrí aún más mis piernas, las tomó para apoyarlas en sus hombros a la vez que con todo el peso de su cuerpo clavaba mi concha hasta el fondo, todo el aire escapó de mi cuerpo en un estertor de placer -te gusta maraca- preguntó y sin esperar respuesta aserruchaba mi concha, afirmado en mis tetas que estrujaba hasta causarme aún más dolor en ellas, su entrada y salida marcaba mi respiración, sentía su fierro candente golpeando mi útero, y yo sólo podía pedirle que siguiera, -duro, duro, duro…- era lo que salía de mis labios, -no pares soy tu perra, no pares, dale , dale, mételo- , él estaba transpirando pero no se detenía, me bombeaba de forma inmisericorde, se afirmó de mis rodillas abriendo aún más mis piernas, mientras miraba el vaivén de mis tetas al ritmo de sus embestidas, una bofetada dio vuelta mi cara, -maraca te vamos a reventar…. bastarda reculia…...pide más- y mi respuestas lo provocaban, su caderas parecían querer desencajar las mías pues eran verdaderos golpes en mi concha y nalgas, veía sus ojos, su cara y sabía que su muerte estaba cerca, llevé mis brazos a su cuello, lo tome acercándolo a mí, le pedí que acababara, que me lo metiera todo con fuerza, que me destrozara la concha, - córrete….dale acaba…..embarázame Jaime, embaraza a esta zorra- le dije en el momento mismo que el explotaba regando mi interior con su leche joven y soltándose de mí, me miró un segundo, sacó su verga de golpe y volvió a abofetearme -estúpida, perra concha tu mare, eres mi hermana- y me empujó sobre la cama.

Me levanté de la cama y me acerqué al sillón donde Roberto - te toca - le dije y me senté en sus piernas, llevé mi cabeza hacía atrás diciéndole muy bajito al oído que me masturbara, -mastúrbame para ellos- mientras abría mis piernas, a la vez que su mano comenzaba a jugar en mi conchita, acariciaba mi abertura recorriendo toda su extensión, introducía sus dedos batiendo mis jugos y obligándome a chupar sus dedos con mis jugos mezclados con la leche de mi hermano, mis gemidos aumentaban en intensidad y volumen, mis piernas temblaban y amenazaban con cerrarse mientras yo aún me obligaba a mantenerlas abiertas, podía sentir a los otros, pero no quería verlos, elevaba mis caderas buscando su mano, me obligó a levantarme sin sacar su mano de mi concha, sentía su verga erecta a la entrada de mi culo, afirmé su verga con mi mano y me obligué a descender por ella sintiendo como se estiraba mi ano hasta que mi esfínter fue vencido, se movía afirmando mis piernas y mantenía su miembro enterrado en mi culo, sentía sus manos en mi cuerpo, en mi espalda, mi culo, me recorrían entera, haciéndome casi desfallecer de placer, yo sólo pedía que no parase, llevaba tanto tiempo sin ser tocada que muy pronto me derramé en espasmos y resoplidos que dejaban escapar mis ansias, mientras él no dejaba de besarme y estrujar mis tetas, estaba casi hipnotizada de placer pero pude percibir que había acabado, me levanté sacando la verga de mi culito, me giré y lengüeteé sus piernas absorbiendo como pude los restos de su leche tibia, quedándome allí mientras seguía acariciándome explorando mi cuerpo, jugaba con mi lengua en ella, la introducía en mi boca tratando de clavarla lo más profundo, llenándola de saliva y acariciando sus bolas, no dejaba de pajearse a sí mismo mientras yo la absorbía con mi boca, casi ahogado de placer le escuche -ahora puta ahora- por lo que rápidamente lleve mi boca a su pene atrapando su glande mientras él seguía masturbándose hasta venirse en mi boca llenándola con su corrida de semen espeso, dejando se cuerpo descansar en su asiento, el vicio reflejado en mi cara, le rogué que me dejara seguir, chupando su pene obscuro sin ser negro, acariciaba sus piernas sin dejar de chupar, tanto tiempo hasta que sentí su verga endurecerse nuevamente, busqué sus manos y las llevé a mi cabeza pidiéndole que me forzara, él no lo rechazó  y afirmando mi nuca se daba su propio placer hundía mi cabeza forzando mi boca hasta sentir mis arcadas retirándola sólo para dejarme tomar un poco de aire, mis lagrimas bañaban su miembro, mientras mi boca subía y bajaba por su tronco erecto y mi lengua se enredaba en su glande, hasta que forzándome totalmente explotó directamente en mi garganta casi provocándome vómitos, obligándome a tragar su semen mientras él sufría el relajo de orgasmo manteniendo su verga en mi boca.

Bebimos largo rato, conversamos sobre la situación de salud de mi padrastro, la noche languidecía y Roberto sin dejar de alabar nuestra depravación se despidió con un beso, Jaime le siguió quedándonos solos con mi padrastro, yo seguí bebiendo, alcoholizarme me hace sentir aun mas como una puta, como una cabaretera, puse música y le baile, él ya no era capaz de sostener una erección mas allá del sexo oral, pero seguía siendo el mismo pervertido que tantas veces me había emputecido, - tú quieres seguir - me dijo, yo sólo seguí bailando y provocándolo, me indicó que me sentase a su lado, - quiero que hagas lo que no has hecho - y yo sabía que era aquello, me quedé en silencio, muchas veces había estado a punto de hacerlo, mi cabeza daba vueltas entre el alcohol y mis dudas, sólo me levanté, tome un trago y le dije - ya -.

Llegaron y se sorprendieron al verme desnuda, yo seguí bailando y bebiendo mientras ellos conversaban con mi padrastro, me los presentó como Julián y Danilo, aunque poco me importaba, estaba ahí para darles placer no para sentirlo y así complacer a mi padrastro, rápidamente me acerque a Julián y comencé a chupar su verga, no esperaba su reacción, se levantó me tomo del cuello y me arrojó al sillón subiéndose a horcajadas en mi pecho, mientras me abofeteaba y golpeaba mis tetas, no dejaba de mirarle y pedirle que lo hiciese más fuerte, su verga se restregaba en mi cara, Danilo tiro de mis piernas haciéndome caer al suelo y dejando mi cabeza apoyada en el sillón, Julián no perdió oportunidad y metió profundamente su miembro en mi boca, cargando todo el peso de su cuerpo, ahogándome y provocándome arcadas, afirmaba mi cabeza del pelo llevándola contra su cuerpo a la vez que toda la fuerza de su caderas empujaba su miembro contra mi boca, escuchaba sus quejidos de placer, mientras luchaba tirando de sus pantalones hacía atrás en busca de aire, -culéatela, dale fuerte- escuche decir a Danilo que ahora afirmaba mis piernas introduciendo su miembro en mi concha, comenzando un mete y saca rápido y fuerte, que acentuaba mi falta de aire, una corriente eléctrica recorría mi cuerpo, me torcía, me hacía temblar, Julián seguía mancillando mi boca introduciendo su verga, obligándome a chuparlo, mientras mi Danilo llenaba mi concha de leche, y salía de mi cuerpo, Julián acabó e intencionalmente arrojó su carga en mi cara -no te limpies maraca- me dijo.

Había sido rápido, miraba a mi padrastro que recostado sobaba su pene, el alcohol alegraba las conversaciones, yo estaba abierta de piernas, entre ellos, dejando toda mi conchita expuesta, uno frotaba suavemente mis labios vaginales, el otro tocaba su verga a la vez que estrujaba, pellizcaba y golpeaba mis tetas mientras me insultaban de una forma tan soez que me hacían repetir en mi mente que había nacido para ser culeada, para ser una puta, su vergas me llamaban por lo que me acomodé volteándome quedando sobre las piernas de uno de ellos exponiendo mi culito el cual no tardó en recibir unos dedos penetrándome y robándome nuevos gemidos, - le voy a dar a esta perra hasta que ladre -, dijo Danilo, lo cual sólo lograba que impulsara mi culo contra aquella mano desconocida, elevándolo buscando que llegara a fondo en mis intestinos, ¿ te gusta por el poto ?, preguntó el que trepanaba mi ano, me levanté sólo un poco y comencé a acariciar el pecho de Julián,  sobajeaba su verga mientras el besaba mi cuello y otras manos acariciaban mi culo, el ambiente se tensionaba y el calor se podía cortar, el recostado sólo se dejaba hacer, sobaba descaradamente su miembro y el otro estrujaba como podía mis tetas, bajé mi cabeza llevando su verga a mi boca, engulléndola totalmente erecta y endurecida, el silencio sólo era interrumpido por el sonido que provocaban nuestros cuerpos y el murmullo de placer que arrancaba de mi garganta, lamí la verga en toda su extensión ensalivándola abundantemente, me liberé de las manos que jugaban con mi cuerpo, me paré poniéndome de espaldas frente a él, acerqué mi culito y con una de mis manos lleve su miembro a la entrada de mi ano, deslizándome sin parar, sintiendo como se forzaba el esfínter, como abría mis tripas, como mis labios atrapados en mis dientes vencían el dolor, hasta sentir esa verga casi en mi estómago, le di unos sentones para que mi culo se acostumbrara al grosor de su verga, abrí mis piernas para invitar a otro a gozar de mi concha, el cual no se hizo de rogar comenzando un mete y saca fuerte y profundo, la descoordinación de sus movimientos hacía que estuviese siempre siendo penetrada, al liberarse mi concha mi culo era llenado de verga y al liberarse mi culo la otra verga golpeaba mi útero, buscaba poder respirar con mi boca semiabierta que soñaba con un miembro que no llegaría.

Danilo salió de mi concha, alejándose para beber, de reojo veía a mi padrastro –gritaras como una cerda, ahora si te van a reventar el culo- dijo al sorprenderme mirándolo, Danilo, tomó mis tobillos levantó mis piernas y las llevó a sus hombros, mi culito expuesto, mi padrastro y yo sabíamos lo que venía, -lo querís cochina culiá- preguntó y mi cara y ademán le dijo que sí, Danilo acercó su verga a mi culo aún relleno y comenzó a luchar por introducirla mientras no dejaba de insultarme, poco a poco mi ano cedió, el dolor era intensísimo pero él no dejaba de moverse, podía sentir como entraban los dos miembros en mi culo que yo imaginaba rasgado, mis gritos colmaban la casa, moría de placer, no del físico porque el dolor era casi insoportable, pero si al verme usada a su antojo aún en contra de mi voluntad, como una basura inservible para otra cosa que no fuese servir al placer de ellos.

Salieron de mi cuerpo y levantándose acabaron en mi cara y pelo dejándome totalmente encharcada y con el semen deslizándose por mi rostro, el dolor y sentirme tan emputecida casi me hacía perder la conciencia, cerré los ojos, toda mi piel estaba erizada, mis pezones duros, la excitación desbordaba mi cuerpo, la tensión se acumulaba en mis extremidades, tirada en el piso mientras Julián me masturbaba intentando meter su puño en mi concha, mis manos trataban de apresar nuevamente sus vergas, los gemidos desgarran mi boca, y no pude resistir más, me entregué a la más bella agonía, explotando en un orgasmo tan violento, tan llenó de espasmos que los obligó a liberar mi lastimado cuerpo.

Estaba totalmente sudada, mojada mi concha, mi pelo y cara con semen, por la forma en que me miraban percibí que debería ser un verdadero espectáculo, me tiré de espaldas en el piso, quería descansar, - hazme acabar Erika- escuché decir a mi padrastro, no reaccioné de inmediato, de a poco me giré y a cuatro patas dejando ver todo mi culo fui hacia él, lamí sus muslos hasta llegar a su miembro, chupe su verga, lamí sus bolas y me detuve largo tiempo en su ano sucio mientras lo masturbaba, sentí que abrieron mis nalgas, sentí la verga posarse en la entrada de mi culo y lenta pero profundamente penetrar mis tripas, comenzó a moverse sacándola en su totalidad para volver a enterrarla en mi cuerpo, -chupa perra chupa- me decía, y mi lengua no paraba de agitarse en la verga de mi padrastro, iba a acabar lo sentía venir mientras otro, que no sabía ni me importaba saber cuál era no dejaba de aserrucharme el culo, -charqueen a esta basura- dijo mi padrastro, invitándolos a acabar en mí, me llenaron el culo de leche, mientras él acababa en mi cara, -ni se te ocurra limpiarte- dijo Julián mientras yo, ahora sí, me tendí en el piso.

Amanecía Julián y Danilo se fueron, con mi padrastro conversamos lo vivido sólo para seguir excitándonos, yo estaba más que caliente, necesitaba seguir, necesitaba que me usaran, no tenía nada para salir a callejear, le pedí una camisa y salí sin asearme, sintiendo el semen en mi espalda, mis piernas, mi cara y pelo que se había secado, quería verme tan puta que hasta con solo verme me preguntasen cuanto cobro o me violasen, pero sabía que era difícil, la luz ya recortaba la ciudad y yo me veía como una basura.