Hayner y Mimio, las dos mascotas de Izaak.(VI)

El alcohol hace mella en todos, tanto en los cachorros bravucones como en las "inocentes" gatitas.

No se como, ni porque, pero este capítulo quedó extremadamente largo, no se como ha podido suceder, he estado dándole vueltas, he eliminado algunas cosillas, he pulido otras, pero aún así sigue siendo gigantesco. Pensé en cortarlo por la mitad, pero no tenía sentido, los acontecimientos suceden todos en una misma noche, y dividirlo no habría sido muy coherente. Así que nada, os dejo esta monstruosidad de episodio que parece no tener fin, pero os lo prometo, lo tiene, ya lo veréis.

Por otro lado este capítulo se podría considerar un capítulo musical. Nuestros protagonistas van a un club y se me hizo mucho más sencillo escribir mientras escuchaba música, así que pensé, podría colocar los links de las canciones para que las escuchéis en los momentos adecuados. Y así lo voy a hacer. Os coloco aquí abajo tres links, en orden cronológico, y a lo largo del relato encontrareis asteriscos que os indicarán que empieza a sonar una canción. Sois libres de escucharlas o no, pero creí que así sería más sencillo ambientaros.

  1. https://www.youtube.com/watch?v=QK8mJJJvaes
  2. https://www.youtube.com/watch?v=7Kxnl90v1B4
  3. https://www.youtube.com/watch?v=yyDUC1LUXSU

En fin, no me extiendo más que ya bastante largo es el capítulo. Espero que no queráis matarme al final... T.T

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Dos días y medio maldiciéndose a si mismo por haber sido tan torpe , por haberse dejado llevar por la ira sin pararse a pensar en lo que vendría después. Se sentía ridículo, avergonzado y absolutamente estúpido, como cuando tras una soberana borrachera te despiertas y descubres todas las locuras que hiciste la noche anterior, solo que para Hayner aquellas locuras iban a tener unas consecuencias mucho peores que una simple resaca, unas fotos indiscretas, o levantarse junto a alguien que parecía haber perdido todo el atractivo entre las sábanas. Iban a ser infinitamente peores, desde luego que si. Le había tirado una lata de aceite a la cabeza, ¿en que estaría pensando?

Aquello para Izaak había sido una auténtica declaración de guerra y su amo no era de esos que solucionan los conflictos por la vía diplomática.

-La espalda recta Hayner...- de repente las palabras de Izaak lo hicieron abandonar sus reflexiones para corregir su postura inmediatamente.

-Señor, los Natsuhiro están a punto de llegar, su limusina acaba de tomar el desvío hacia la mansión-

-Gracias Ernest, baja a la entrada y preparate para recibirles, que Dennis y Carl se encarguen de su equipaje, yo bajaré en seguida.-respondió Izaak sonriendo mientras colocaba correctamente la pajarita que llevaba Hayner en torno al cuello.

Como siempre aquello que hacía sonreír a su amo provocaba que él muchacho se echara a temblar, no podía estar más nervioso, le habría gustado aflojar aquella pajarita asfixiante pero no podía hacerlo, en primer lugar porque aquello disgustaría a Izaak y en segundo porque le resultaba físicamente imposible al tener las manos atadas a la espalda. Sin embargo la principal función de aquellas ataduras no era proteger el pulcro aspecto de su pajarita si no que estaban destinadas a algo que Hayner llevaba un poco más arriba. En el momento en que Izaak se dio cuenta de lo agradable que era poder ver la cara de disgusto de su cachorro sin tener que soportar sus constantes y molestas protestas decidió que aquel trozo de cinta iba a ser muy útil para controlar al muchacho mientras sus invitados se encontraran bajo su techo, de ese modo se aseguraba de que no les faltara el respeto con su mala educación al tiempo que le enseñaba a medir sus palabras.

Así que desde la mañana del sábado su cachorro había lucido aquel nuevo complemento, tenía la boca tapada en todo momento, solo le quitaba la cinta para darle de comer y antes de hacerlo le recordaba que no quería oír ni una sola palabra. La primera vez que se la quitó tras sus cuatro primeras horas de silencio el muchacho comenzó a proferir improperios como si su boca fuera una fuente y los insultos el agua, así que su amo se vio obligado a cerrar el grifo, volvió a sellar sus labios y lo dejó sin comer, cuando llegó la noche el muchacho ya había captado la idea, en esa ocasión no abrió la boca más que para comer y beber, lo único que tenía en el cuerpo era aquel misero trozo de pan que Ibritte le había dado como desayuno y estaba muerto de hambre, así que intentó contenerse. Sin embargo Izaak seguía sin estar contento con su actitud, no le parecía que estuviera arrepentido de sus actos, simplemente se callaba por su propio bien, por ello al llegar la hora de dormir decidió hacer una llamada, se llevó a Hayner a su despacho lo sentó junto a su escritorio y cogió el teléfono, marcó y puso el manos libres para que su cachorro pudiera oír la conversación.

-Creía que estas no eran horas de llamar...- dijo la voz del teléfono a modo de saludo.

-Siempre te lo tomas todo al pie de la letra ¿no?-respondió su amo riendo.

-Si el que habla eres tu sabes que sí, a los abogados hay que tomarlos muy en serio. Pero dime, ¿que es lo que te quita el sueño y te obliga a llamarme a estas horas?-

-No es qué si no quién, ¿verdad Hayner?- dijo mirando al muchacho sentado sobre la alfombra.

-¿Lo tienes ahí?¿Que es lo que ha hecho esta vez?¿Volvió a intentar escapar?-al parecer aquella voz estaba bastante enterada de las correrías de Hayner.

-No, que va, afortunadamente ya hemos superado esa fase, lo de ahora es la insumisión, si te cuento lo que se ha atrevido a hacer esta mañana no te lo crees. Esta empezando a agotar mi paciencia, por eso te llamo, quería proponerte un trato Tatsu...- al decir aquello en su rostro apareció una sonrisa propia del mismísimo diablo, y es que así era como Hayner lo veía en aquel momento.

-Soy todo oídos.-

-Bien, pues mi idea es esta, si te parece bien, me gustaría compartirlo contigo y que le enseñaras buenos modales durante tu visita. Creo que le vendría bien un cambio de aires, conocer a otro amo, a lo mejor así aprende a apreciar más los privilegios que tiene, y ya que de Mimio no aprende había pensado que quizás no te importaría traer a Jin.-

-Pues no lo había decidido, aunque si quieres puedo llevarlo, claro. Pero dime, ¿a qué te refieres con compartirlo exactamente?-

-Pues siento decepcionarte pero Hayner aún es virgen, y quiero que lo siga siendo cuando te vayas.-

-¿Aún sigue desmayándose?- preguntó Tatsu entre risas provocando que el muchacho se ruborizara avergonzado de que también estuviera al tanto de sus reacciones de damisela en apuros.

-Si, incluso lo podrías intentar si quisieras, apuesto a que no conseguirías más que tener que cargar con él hasta su cama...-al escuchar aquella sugerencia Hayner empezó a asustarse e intentó llamar la atención de su amo.- Tendrías que verlo ahora mismo, no para de negar con la cabeza, ya ves, solo con oír hablar del tema entra en pánico.-

-Resumiendo, que pretendes ponerme la miel en los labios pero sin dejarme probarla, ¿no es eso?- contestó la voz de Tatsu que sonaba bastante decepcionada.

-No, eso era lo que pensaba esta mañana, pero después de verme cubierto de aceite de motor y no quiero risas al respecto, he cambiado de opinión, yo solo te pongo una frontera, si no la cruzas puedes hacer con él lo que quieras.- y en ese instante Hayner sintió como si una bala acabara de atravaserle el pecho.

Desde ese momento dejó de escuchar a su amo, veía como movía los labios pero no alcanzaba a entender sus palabras, era presa del pánico más absoluto, ¿qué era lo que había hecho?, el solito había cavado su propia tumba, si no fuera tan impulsivo nada de aquello habría sucedido, ahora estaría en su cama con Mimio sin más preocupación que el mantenimiento de su muralla. Pero no, el prefirió montar en cólera y ahora iba a pagar por su irreflexivo comportamiento, había colmado la paciencia de su amo e iba a tener que vérselas con un absoluto desconocido que prácticamente tenía carta blanca para hacer con él lo que quisiera.

-Hayner...Hayner...- de repente un chasquido de dedos frente a su cara le hizo enfocar la vista que hasta ese momento vagaba perdida por la habitación y volvió a escuchar las palabras de su amo, ya había colgado el teléfono y al parecer ahora se dirigía a él- En fin, me imagino que lo que acabas de oír te ha causado un gran impacto, así que seré caritativo y abriré una tanda de ruegos y preguntas, pero te advierto, si cuando te quite la cinta lo primero que oigo es alguna falta de respeto por mínima que sea, llamaré mañana a primera hora a Tatsu para decirle que no hay fronteras, y si eso sucede significará que yo las habré cruzado esta misma noche, con desmayo o sin él, ¿me he explicado bien cachorrito?- le preguntó con una mirada muy seria, Hayner asintió lentamente y el tirón de la cinta no se hizo esperar, al igual que los ruegos.

-Por favor no lo hagas.- fue lo primero que dijo en cuanto su boca quedó libre.

-No me has dejado más remedio Hayner.-

-L-lo se, es culpa mía, pero no...-

-¿Acabas de admitir que es culpa tuya?- preguntó su amo sorprendido.

-S-si.-

-Pues ahí lo tienes, he tomado la decisión correcta, solo con saber que vas a estar con Tatsu ya estás empezando a portarte mejor.-

-Pero no tiene por que ser así, tu mismo lo has dicho ya me estoy portando mejor, no hace falta que este con Tatsu, no volveré a hacer nada como lo de hoy, lo juro, seré educado como tu quieres, pero por favor no me obligues a...-

-Yo no te voy a obligar a nada Hayner, a partir del lunes estarás en manos de Tatsu, el decidirá que hacer contigo, además, tendrás ayuda, podrás aprender de Jin.- respondió su amo tranquilamente como si eso fuera a tranquilizarlo.

-¿Quién es Jin?-

-Vaya, me alegro de que hayamos acabado ya con los ruegos y comencemos con las preguntas.-

-No, no hemos terminado con los ruegos yo solo...-

-Jin va a ser tu ejemplo a seguir, es el sumiso de Tatsu, lleva ya muchos años con él, así que tendrás un profesor excelente y me imagino que al ser un chico no te provocara tantas distracciones como Mimio. Él te enseñará a complacer a Tatsu y a...-

-¿Qué? ¡No! Yo no quiero aprender eso, no quiero complacer a Tatsu, el no es mi...- de repente Hayner se quedó callado, no quería terminar aquella frase y ni si quiera sabía porque la había empezado.

-¿Él no es tu qué?-

-Nada.-

-Hayner, te he hecho una pregunta, quiero que termines esa frase.- insistió sonriendo al ver como el rojo volvía a colorear las mejillas del muchacho.

-Él n-no...no es m-mi, mi amo.- dijo a regañadientes.

-¿Quién es tu amo entonces?-inquirió Izaak que disfrutaba enormemente al ver lo confuso que estaba su cachorro.

-Tu.- murmuró.

-Vamos Hayner, quiero oírlo, eso no ha llegado ni a susurro.-

-Tu.- repitió de nuevo.

-Debo sufrir un caso de sordera espontanea, ¿me lo podrías repetir?- insistió una vez más deleitándose en la expresión avergonzada de Hayner.

-Tu, tu eres mi amo, ¿estas contento ya?- estalló.

-Si, no ha estado mal, ha sido una buena frase teniendo en cuenta que es lo último que te oiré decir de aquí al lunes cachorrito.- y sin dejarle tiempo de reaccionar le colocó un nuevo trozo de cinta aislante obligandole a permanecer en silencio durante dos días.

Y allí estaba ahora, viendo como su amo salía del despacho, con los brazos atados, la boca tapada y en ropa interior. En esa ocasión él iba a ser la sorpresa para aquellos que cruzaran las puertas de roble y su amo lo había dejado claro al dejarle medio desnudo, con aquella pajarita que parecía representar un lazo de regalo y con Mimio al lado vestida como una auténtica geisha y por tanto tapada de pies a cabeza. Tenía ganas de salir corriendo de allí, de esconderse en el rincón más oscuro de la mansión donde nadie lo pudiera encontrar, pero ya era demasiado tarde, todas sus posibilidades de huida se esfumaban porque las voces y las risas se iban aproximando a las robustas puertas de roble a cada segundo que pasaba.

-Sinceramente no creo que sea capaz de llevar todo eso a vuestras habitaciones antes de que salgamos de aquí.-le comentaba su amo a alguien.

-No lo subestimes, es mucho más fuerte de lo que parece, las llevará.- respondió Tatsu, Hayner aún no lo veía pero su voz se le había quedado grabada durante la conversación telefónica.

-Teniendo en cuenta el tiempo que pienso pasarme deleitándome con esa preciosidad creo que Jin podría subir y bajar las maletas al menos diez veces...-ese comentario que al igual que sus ojos iba dirigido a Mimio debía ser de Ashai, el menor de los dos hermanos que fue el primero en entrar a la habitación.

Hayner se quedó pasmado observando el aspecto de aquellos dos hombres, no podían ser más distintos de la imagen mental que se había construido de ellos, para empezar eran altísimos, ambos sobrepasaban el metro ochenta con tranquilidad haciéndole sentir minúsculo con su metro sesenta y nueve. Tampoco eran altos por ser grandes o corpulentos, su figura era estilizada y a pesar de llevar sendos trajes de ejecutivo se apreciaba de que sus cuerpos debían estar bien trabajados. Además de todo ello ambos lucían una curiosa coloración en sus ojos teniendo en cuenta su raza, Ashai los tenia de color miel y los de Tatsu eran tan verdes como los del propio Hayner. En resumidas cuentas, el esperaba encontrarse con dos japoneses bajitos, regordetes y tal vez con gafas de culo de vaso y en vez de eso tenía ante así a dos jóvenes adonis que podrían figurar como ninjas en cualquier película de Hollywood. Una recóndita parte de su ser se alegró por ello, al menos no iba a tener que cumplir los caprichos de alguien que no le agradase, y por supuesto la otra parte se negaba a admitir ni tan siquiera por un segundo que aquellos dos hermanos le pudieran resultar atractivos, pero sus ojos le delataban no podía dejar de mirarlos, hasta que de repente aquellos ojos verdes se quedaron clavados en los suyos.

-Tenías toda la razón Izaak, este cachorro tuyo necesita mucha, mucha, mucha disciplina, tendremos que empezar por lo básico.-

-No conseguirás que aprenda si quiera lo básico, ¿que te crees que he estado intentando yo todo este tiempo?...Hayner, ¿qué haces?- le preguntó su amo obligandole a apartar la mirada de Tatsu.- Mira a Mimio Hayner, vamos no es tan difícil...-

El muchacho hizo lo que su amo le ordenaba y entonces vio como la gatita tenía la mirada fija en el suelo con la cabecita inclinada en un gesto de respeto, cosa que debería estar haciendo él también y que por supuesto había olvidado por completo. Inmediatamente hizo una reverencia inclinando la cabeza unos instantes esperando que su falta de respeto no hubiera sido demasiado grande.

-Bueno, al menos ha sido capaz de darse cuenta, es lento pero creo que algo se podrá hacer.-respondió Tatsu sonriendo.

-No entiendo como es posible que os preocupe su saludo teniéndola a ella delante, estas absolutamente preciosa Mimio.- al oír su nombre la gatita levantó la cabeza, miró a su amo buscando su aprobación y en cuanto este asintió ella respondió al saludo.

-Mimio es feliz por agradar al señor Ashai y esta muy contenta por conocerlo.- contesto con una sonrisa encantadora.

-Y yo me alegro de conocerte a ti cielo, lastima que tu amo no me deje conocerte mejor.- respondió Ashai entre risas mientras le daba a Mimio un caballeroso beso en el dorso de la mano, que hacía sonrojar a la muchacha.

-¿Lo de hablar en tercera persona se lo has impuesto tu?- preguntó Tatsu curioso.

-No, cuando compré a Mimio ya lo hacía, según su antiguo dueño lo hace desde que sabe hablar, es incapaz de referirse a si misma de otro modo.- respondió Izaak mirando a su gatita con cariño.

-Me pareces muy interesante Mimio, yo también me alegro de conocerte al fin.- saludó entonces Tatsu.

-Mimio agradece sus palabras y se siente honrada por conocer al señor Tatsu.-contestó la gatita.

-Es que es para comérsela, ¿no tendría quizás una hermana?- Ashai no podía apartar los ojos de la chiquilla, tal y como Izaak esperaba no podía ser más de su agrado.

-No Ashai, siento informarte de que Mimio es única, tendrás que conformarte con mirarla, pero no te preocupes que observarla la puedes observar todo el tiempo que quieras. ¿Queréis tomar algo mientras preparan la cena?-

Los dos hermanos aceptaron el ofrecimiento de su anfitrión y los tres se sentaron en los butacones que rodeaban la chimenea mientras Mimio que ya había conseguido dominar el arte de andar con aquellos extraños zapatos iba de un lado a otro sirviendoles licores y Hayner se limitaba a oír la conversación arrodillado en la alfombra junto a Izaak. Al cabo del rato comenzaron a charlar del asunto que se traían entre manos, al parecer los hermanos pretendían construir una moderna pagoda destinada al lucrativo mundo del placer, en ella vivirían tanto chicos como chicas que trabajarían ofreciendo sus encantos al mejor postor, querían que el local sirviera al mismo tiempo de residencia para sus trabajadores y de hotel nocturno en el que sus clientes pudieran disfrutar de todo tipo de lujos. El papel de Izaak en todo aquello era administrativo, querían tener a todos sus empleados asegurados y protegidos por ley y en ese aspecto su amo iba a serles de gran ayuda. Tras lo que se convirtió en una larga y tediosa charla sobre legislaciones, Ernest apareció para anunciarles que la cena estaba lista.

Cuando llegaron al comedor además de un espectacular banquete les esperaba también Jin, Hayner aprovechó para observarlo disimuladamente mientras Izaak le liberaba de su mordaza y comenzaba a desatar las cuerdas que le oprimían por primera vez desde el sábado, el estilo que Jin mostraba era similar al suyo propio, aunque el tenía la suerte de poder llevar pantalones tampoco llevaba camisa ni nada que cubriera su pecho en el cual lucía un delicado tatuaje, un par de símbolos japoneses rodeados por un dragón. Hayner se sintió aliviado de ver que al menos él no le sacaba una cabeza, debía ser aproximadamente de su misma estatura, un centímetro arriba o abajo, también era delgado como él y su pelo negro y alborotado le ocultaba parcialmente sus oscuros ojos. La mirada que le devolvía era directa y curiosa, parecía estar analizandole del mismo modo en que él lo hacía, pero en cuanto su amo se dirigió a él su expresión cambio y se mostró sumiso y dispuesto.

-Jin, acercate tienes que conocer a Mimio y a Hayner, vas a pasar unos días con ellos.-

En cuanto el muchacho se acercó lo primero que hizo fue inclinar la cabeza saludando a Izaak respetuosamente y a continuación se dirigió a Mimio.

-Es un placer conocerte Mimio.- en respuesta la gatita se le acercó y tal como hizo con Hayner el primer día le olisqueo levemente la nariz y rozó su mejilla contra la de él alegremente haciéndole sonreír, parecía que se llevarían bien.

Entonces Jin se dispuso a saludar a Hayner que seguía mirándolo mientras se frotaba los antebrazos entumecidos por las ataduras, pero Tatsu le interrumpió.

-Jin, ya que estás aquí para servir de ejemplo a Hayner, ¿por qué no le enseñas uno de esos saludos tuyos tan agradables?-

Jin se acercó a Hayner a tal distancia que este podía notar el calor que despedía su cuerpo semidesnudo, sus ojos rasgados se quedaron clavados en los suyos durante un instante mientras una sonrisa doblada aparecía en su rostro, entonces levantó la mano derecha muy despacio, Hayner siguió su trayectoria con la mirada lentamente pensando lo raro que era que ese saludo tan especial fuera a limitarse a un simple “hola” acompañado de un gesto con la mano, pero evidentemente se equivocaba, ni Jin dijo una sola palabra ni aquella mano se agitó amistosamente , de repente Hayner la perdió de vista y para cuando la volvió a ubicar ya no lo veía si no que la sentía en su nuca y los labios de Jin se habían hecho dueños de los suyos dándole un beso cálido y húmedo que le dejó completamente trastornado.

-Creo que me va a gustar eso de ser tu profesor Hayner.- le dijo una vez se apartó de él mordiéndose el labio inferior de tal forma que Hayner sintió como si una hoguera le ardiera en el pecho.

Tanto su amo como sus invitados se echaron a reír ante la confusa cara del muchacho que parecía haberse quedado mudo y paralizado tras el saludo. No se esperaba algo como aquello, ni mucho menos se esperaba su propia reacción, por que por poco que le gustara admitirlo la realidad era que tal y como Tatsu decía el saludo resultaba agradable, el problema era que a él no debía agradarle, al menos no lo habría hecho en el pasado, pero en las últimas semanas Hayner ya no sabía ni que era lo que le gustaba, así que la única reacción que tuvo fue sonrojarse y bajar la mirada abochornado al tiempo que se dirigía a su sitio bajo la mesa con la intención de pasar lo más desapercibido posible durante la cena.

-Me imagino que ahora querréis descansar después de un viaje tan largo ¿no?- comentó su señor cuando los platos quedaron vacíos.

-¿Descansar? Izaak ¿que te crees que he hecho en el jet? Yo quiero salir.-respondió Ashai animado.

-Vamos Ashai, yo si estoy cansado, ¿a donde quieres ir a estas horas?-

-Si hubieras pasado el viaje durmiendo y no tonteando con Jin ahora no estarías cansado...-

-No tonteaba, es que nunca había subido a un avión, estaba asustado, tenía que distraerle.- se defendió Tatsu.

-Curiosa tu manera de distraer...-

-¿Os vais a poner de acuerdo?- inquirió su amo mirando con malicia a Tatsu que parecía no querer comentar nada más sobre su manera de quitarle el miedo a Jin.

-No tenemos que ponernos de acuerdo, vamos a salir, esta claro. Vosotros ya estáis bien acompañados, pero os recuerdo que a mi ninguno de los presentes va a calentarme la cama esta noche, así que saldremos para buscarme algo de compañía.-

-Como quieras...- cedió Tatsu.

Media hora más tarde los Natsuhiro esperaban junto con Hayner en las escaleras del exterior de la mansión, los dos hermanos se habían cambiado de ropa, ahora llevaban un look más informal pero aún así su estilo seguía siendo elegante, pantalones pitillo, camisas entalladas y abrigos de corte militar hasta la rodilla, listos para pasar por delante de un photocall o salir en algún anuncio de perfume. Lo cierto era que Hayner tampoco desentonaría en ninguno de los dos sitios, su amo lo había vestido para salir, llevaba unos levi´s ajustados, una camisa blanca, un chaleco gris y la pajarita había sido sustituida por una fina corbata negra, lo único malo es que Izaak lo mandó bajar mientras elegía la ropa para Mimio y no le dio ningún abrigo, así que se estaba quedando helado, pero nunca había estado vestido con ropa tan cara y aquello le gustaba. Mientras esperaba a que bajasen junto a los japoneses se percató de que Jin tampoco estaba con ellos y tras unos minutos de indecisión reunió el valor suficiente para abrir la boca y preguntar por él.

-¿Jin no... no viene con nosotros?- murmuró con timidez atrayendo la atención de Tatsu.

-No, tiene cosas que hacer, pero no te preocupes, ya lo verás luego.- le respondió pasandole el brazo por el hombro al ver como tiritaba.

-Tatsu, te recuerdo que no te lo tienes que ligar, va a hacer lo que le mandes.- se burló su hermano.

-Tu y tu humor...no me lo estoy ligando, es solo que no quiero que se quede helado.- respondió mientras frotaba el brazo de Hayner que empezó a notar como el frío dejaba paso a un calor que parecía emanar de su cara-¿A qué así estás mejor?-

-S-si, gracias.- consiguió responder pensando que habría sido mejor no preguntar nada.

Unos minutos más tarde las puertas se abrieron y por fin salieron Izaak y Mimio, Hayner se alegró al ver que su amo había recordado coger un abrigo para él, pero cuando se fijo en Mimio lo del abrigo pasó a un segundo plano. Cierto era que como geisha había estado adorable, preciosa, encantadora, pero en esos momentos la muchacha era lo más sexy que Hayner había visto en toda su vida. Llevaba unos altísimos zapatos de tacón negros, desde ellos ascendían por sus piernas unas medias que acababan sobre su muslo en un ancho liguero y subiendo un poco más aparecía un escueto short que hacía que el muchacho deseara con todas sus fuerzas verla de espaldas, finalmente un jersey rojo que dejaba su hombro derecho al descubierto cerraba el conjunto y a todo ello se sumaba la casaca que Izaak le colocaba por encima en esos momentos, era larga por detrás pero corta por delante de manera que sus piernas pudieran lucirse como merecían.

-Te recuerdo hermano que no te la puedes ligar, tendrás que buscarte otro objetivo.- le dijo Tatsu a un Ashai al que le brillaban los ojos tanto como a Hayner.

-Lo se, y no sabes como lo lamento, no va a habrá ninguna que este a su altura...-

La limusina les dejó frente las puertas de un local donde una cola infinita de personas esperaba para entrar, unas enormes letras rojas custodiaban la entrada junto con dos tipos también enormes y con cara de pocos amigos, “INSANIAM” se llamaba aquel club y aunque las letras no se inmutaron, las caras de los dos guardas de la entrada si que cambiaron al ver a Izaak.

-Buenas noches señor Von Willerbrand, el jefe se alegrará de verle.- saludó uno de ellos al tiempo que el otro retiraba el grueso cordón rojo que cerraba el paso permitiendoles la entrada para fastidio de los pobres desafortunados que esperaban al raso.

*En cuanto atravesaron las gruesas cortinas negras que aislaban el recibidor unas amables chicas encorsetadas y subidas en unos tacones aún más altos que los de Mimio se encargaron de sus abrigos, y les dieron entrada al club, ante ellos aparecieron unas enormes escaleras de caracol que parecían descender a los confines de la tierra en la más absoluta oscuridad, Izaak tomo a Mimio de la mano y bajó el primer peldaño que se iluminó en cuanto puso un pie sobre él, así el grupo comenzó a bajar aquellas luminosas escaleras mientras el sonido de la música aumentaba. Cuando por fin llegaron al final ante ellos se desplegaron de nuevo unas cortinas y por fin pudieron ver el club, la música estaba a un volumen ensordecedor, y mil cuerpos se agitaban y vibraban dejándose llevar por su ritmo, los camareros andaban atareados de un lado a otro sirviendo cócteles y luchando porque sus bandejas sobrevivieran al empuje de la multitud, los flashes y las luces destacaban las ondulantes siluetas de las gogos que bailaban sobre sus pedestales, la gente había llenado el local aprovechando las vacaciones de invierno y a nadie parecía importarle que fuera lunes. Entonces uno de los camareros reparó en el grupo y en seguida se acercó a su amo con una sonrisa blanca como la nieve que destacaba frente al oscuro tono de su piel.

-¡Izaak! Como me alegro de verte, hacía mucho que no nos hacías una visita, te echábamos de menos.- le saludó mientras le estrechaba la mano efusivamente.

-¿A quién echabais de menos, a mi o a mis propinas?-le contestó su amo riendo.

-Los camareros a tus propinas, las camareras a ti, y algunos como yo a las dos cosas...-

-Pues en ese caso, ¿porque no me demuestras cuanto nos echabas de menos y me consigues el reservado del centro?-le dijo Izaak sacando la billetera del bolsillo interior de su chaleco haciendo que la sonrisa del camarero se hiciera aún mayor.

-Eso esta hecho amigo, seguidme.-

-Gracias Mike, ya sabía yo que podía contar contigo.-

Aunque llegaron al otro extremo de la sala en lo que parecieron los diez minutos más largos de sus vidas lo cierto es que el esfuerzo de atravesar la multitud mereció la pena. El reservado era un amplio semicírculo contorneado por un escandaloso sillón bermellón y una mesa bastante original, era una esfera negra repleta de agujeros en los que colocar los vasos de manera que fuera prácticamente imposible volcarlos y de su base emanaba una neblina blanquecina mientras que diminutos leds morados se balanceaban sobre sus cabezas dándole al conjunto un extraño aspecto onírico. En cuanto todos tomaron asiento y recuperaron el aliento Mike comenzó a tomarles nota.

-¿Qué os traigo entonces?-

-Pues a ver, vosotros, ¿que queréis?- preguntó Izaak a sus invitados.

-Dejo elegir al borracho...- alegó Tatsu señalando a su hermano.

-¿Tu invitas?-

-Si Ashai, ya que no te parece suficiente que me encargue de respaldar tus negocios, que te ofrezca mi casa y que te deje llevarte a la primera alma cándida que encuentres por aquí a mi cama, te invitaré, todo sea por contentarte...- le respondió sarcástico.

-En ese caso Sake, el mejor que tengas Mike y en ingentes cantidades, no me decepciones.- contestó Ashai entusiasmado.

-No lo haré señor.-

-Mimio, ¿te gustaría tomar algo?-le preguntó Izaak a la muchacha.

-¿Mimio puede beber?-

-Claro, ¿quieres que pida algo para ti entonces?-

-Si, a Mimio le gustaría.- respondió la chiquilla alegre ante la novedad.

-De acuerdo, pues aparte del cargamento de Sake para mi amigo trae un par de copas de vodka negro.-

-Hecho.-

-Izaak, yo no... ¿no puedo tomar nada?-

-Claro, la otra copa de Vodka es para ti.-

-¿Por que me pides una bebida de chica?-

-¿Es que quieres algo más fuerte? ¿Serás capaz?-

-Claro que seré capaz, no soy un crio.- protestó ofendido.

-Hayner ¿crees que podrás entonces de beber tanto como nosotros?- le preguntó Tatsu atraído por su indignación.

-Claro que podré, el pelo rojo no es lo único que tengo de irlandés...- respondió el muchacho altivo.

-De acuerdo, pues bebe con nosotros entonces, pero para hacerlo más interesante... ¿por que no apostamos?

-Piensa bien lo que vas a hacer, no es muy sensato apostar contra Tatsu cachorrito...- le advirtió su amo en un intento de protegerlo que Hayner desgraciadamente decidió ignorar.

-¿Qué quieres apostar?-

-Apuesto a que no eres capaz de beber tanto como él.- contestó Tatsu refiriéndose de nuevo a su hermano, quién lejos de ofenderse por sus insinuaciones se reía orgulloso de su fama de borracho.

-Acepto la apuesta.- respondió el cachorrito envalentonado.

-Estupendo, pues acabas de aceptar que tu adiestramiento conmigo empiece esta misma noche si no eres capaz de beber tanto como Ashai, y créeme cachorro, no lo serás...-

A partir de ese momento las cosas comenzaron a acelerarse, Mike trajo la primera botella de sake junto a cuatro pequeños vasos que Izaak rellenaba cada pocos minutos, todos charlaban animadamente mientras Hayner se concentraba en seguirle el ritmo a Ashai y Mimio daba sorbos a su bebida mientras se balanceaba al son de la música observando a las gogos. A medida que pasaba la noche las botellas de sake rellenaban cada vez más huecos de la esférica mesa, las conversaciones cada vez tenían menos sentido, las carcajadas eran más sonoras, Hayner se sentía cada vez más mareado y de repente Mimio interrumpió la conversación de su amo con una petición bastante sorprendente, que quizás tendría algo que beber con que la gatita iba ya por la tercera copa.

-Amo, ¿Mimio puede bailar?-

-Claro, claro que puedes bailar, adelante.- le respondió Izaak señalandole todo el espacio que tenía entre la multitud y su asiento.

-No amo, Mimio quiere bailar allí.- respondió mientras le señalaba el lugar al que se refería.

Lo que la gatita señalaba era la columna más cercana sobre la que una gogo se contorneaba con la música.

-¿Quieres bailar ahí arriba como ella?- le preguntó Izaak sorprendido.

-Si amo, por favor.-

-Vamos Izaak, dejala que suba, a mi me parece una estupenda idea.- le animo Ashai sonriente.

-Como quieras, pero primero tendremos que bajar a esa chica de ahí. ¡Mike!- el camarero que cruzaba ante el reservado en ese momento se acercó inmediatamente.

-¿Más sake?- creyó adivinar.

-Si, pero luego, ahora te necesito para otra cosa, quiero que ella se suba ahí arriba.- le dijo señalando igual que acababa de hacer su gatita.- Avisa a Phill.-

Entonces el camarero se sacó el walkie que llevaba en el cinturón y transmitió a su jefe la petición de Izaak.

-Dice que no puede bajar a ninguna gogo, están trabajando y si a la gente no le gusta como baila ella, empezará a perder clientes.- respondió Mike.

-Dile a Phil que perderá el local entero si empiezo a hablar en el juzgado sobre las partidas de poker que se están jugando ahora mismo en el piso de arriba...-

-Dice que como amigo dejas mucho que desear y que la deja subir.- contestó Mike riendo.

-Claro que la deja.-

-Vamos preciosa ven conmigo, será mejor que este acompañado cuando le diga a July que se bajé de ahí.- la cogió de la mano y se la llevó atravesando el gentío.

Un par de minutos después pudieron ver como la gogo bajaba de su columna protestando al acabar la canción que sonaba en ese momento* y Mimio empezaba a subir los escalones siguiendo el ritmo de la siguiente canción, cuando estuvo arriba la música paró, un pulsó comenzó a oírse y de nuevo los altavoces rompieron el silencio de la sala al mismo tiempo que la gatita empezó a bailar haciendo añicos todas las ideas que en el reservado se pudieran tener de ella y atrayendo las miradas de todos aquellos que se encontraban bajo el pedestal.

-Pero qué...- Ashai se quedó boquiabierto mirando a la chiquilla que estaba disfrutando como nunca.-¿Sabías que bailaba así?-

-¿A que te refier...- por primera vez en la vida Izaak se quedó a medias en una frase absolutamente perplejo, al ver su reacción Hayner dirigió también la mirada hacía la pista de baile y lo que vio le hizo escupir la bebida que tenía en la boca.

Por lo que se veía Mimio debía haberse dejado toda la inocencia y su cándida adorabilidad en el asiento por que lo que bailaba sobre la columna en ese momento no era una gatita si no una pantera, y sus movimientos eran los más sensuales y descarados que los presentes habían visto en su vida. Movía sus caderas con lentitud, sabiendo que al menos un centenar de ojos la seguían, elevaba sus brazos acariciando su cuerpo como a más de uno le gustaría hacer en ese momento y su pecho parecía a punto de estallar bombeado por la vibrante música, daba vueltas sobre aquella tarima haciéndose desear y coqueteaba con sus adoradores con una sonrisa de satisfacción arrebatadora.

Conseguía hacerle sombra a cualquiera de las gogos de la sala y todo llevando el doble de ropa que ellas, pero como se suele decir es mucho más sugerente la insinuación que un burdo desnudo y Mimio estaba demostrando que sabía insinuarse muy bien.

-Creo que ha sido una de las mejores inversiones que has hecho en tu vida Izaak.- comentó Tatsu intentando sacar a sus compañeros del hipnótico vaivén de las caderas de la gatita.

-Eso parece...- contestó su amo al tiempo que cerraba la boca de Hayner que aún no había conseguido reaccionar aunque algo bajo sus pantalones si que había comenzado a hacerlo.

-Habrá que ver como nos la llevamos de aquí sin provocar una revuelta.- añadió Ashai riendo.

-Hayner deberías concentrarte en la bebida, ese último vaso no cuenta, aunque haya estado en tu boca ahora está esparcido por el suelo.- le advirtió Tatsu haciendo que el muchacho buscase a tientas otro vaso en la mesa sin apartar los ojos ni un solo segundo de los sensuales y felinos movimientos de Mimio.

-¿Sabéis qué? Creo que lo mejor será que me meta ahí dentro a buscar al alma cándida de la noche, como siga mirando a Mimio voy a acabar aún peor que Hayner.- insinuó Ashai mientras se retiraba en busca de una amiga dejando solo al cachorrito con sus dos amos que clavaron la vista en sus pantalones al instante.

-¿Qué es eso Hayner?- le preguntó Izaak con la inocencia que Mimio se había dejado abandonada.

-No... no es...-

-Izaak, ¿tu le has dado permiso para eso?- preguntó Tatsu que había decidido cambiar de sitio colocándose al otro lado de Hayner haciéndolo sentir aún más incomodo.

-Yo no recuerdo haberlo hecho.-

-Pues yo tampoco, pero seguro que debe haber una buena explicación.-

Hayner se bebió de un trago el vaso que tenía en la mano, lo soltó en la mesa y colocó sus manos sobre su entrepierna intentando ocultar la traición de su cuerpo. Sentía la cara arder, parecía que de repente el aire hubiera dejado de fluir a su alrededor y tener a su amo a un lado y a Tatsu al otro no era la mejor situación para poder deshacerse de la sensación de asfixia que empezaba a apoderarse de él. No sabía que hacer para quitarse aquel par de miradas acusadoras de encima así que como siempre decidió que lo mejor sería echarle la culpa a otro.

-No, no es lo que pensáis... es que no he podido controlarlo, he bebido mucho y...-

-Claro debe ser cosa del alcohol, por supuesto.- le tranquilizó Tatsu comprensivo colocando una mano apaciguadora sobre su muslo.

-¿Quieres decir entonces que esto no tiene nada que ver Hayner?- preguntó Izaak mientras le sujetaba la barbilla obligándolo a mirar de nuevo a Mimio.

-N-no... yo no, simplemente me sorprendió, n-nada más...- balbuceó.

-¿Siempre tartamudea así cuando está nervioso?- quiso saber Tatsu mientras subía y bajaba su mano distraidamente por la pierna de Hayner que lejos de calmarse estaba cada vez más inquieto.

-Siempre que esta nervioso y siempre que miente.-

-P-por favor, no es culpa mía, ha sido sin querer, no he podido...-

-Tranquilo cachorrito, no pasa nada, si yo te entiendo perfectamente. Ya se que no eres capaz de controlarte, para eso esta aquí Tatsu ¿no?-le respondió Izaak.

-Claro que si, podemos empezar el adiestramiento cuando quieras, no hay por que esperar a que salgamos de aquí...-

-P-pero hicimos una apuesta, y no la he perdido.- replicó Hayner.

-Es cierto, no las has perdido, aún.-

-No va a tardar mucho, mira quien viene por ahí...- señaló Izaak.

-Esto ya es un récord, ha conseguido encandilar a esa pobre ingenua en menos de que ¿dos minutos?-

-Tu hermano siempre a tenido un don para estas cosas.-

-¡Ya estoy de vuelta!, dejadme que os presente a mi amiga, esta hermosura es Natalie.- saludó un Ashai eufórico por su triunfo.

-Encantada, ¿que tal?- saludó también la tal Natalie que podría haber sido perfectamente uno de los ángeles de Victoria Secret de ese año.

-Muy bien preciosa, dejame que me presente, estos son Tatsu, Hayner y yo soy Izaak, en cuanto vuelva también la conocerás pero la que esta volviendo locos a los presentes es Mimio.- le respondió amistoso su amo.

-¿Es amiga vuestra? … pues deberíais tener cuidado cuando se baje de ahí le esperaba más de una novia cabreada, los tiene a todos embobados.-

-¿Quieres tomar algo Natalie?-

-Pues no estaría de más una copa.-

-Hablando de copas de más...Ashai, ¿no crees que es momento de acabar con la apuesta?-le recordó su hermano.

-¡Como quieras!-

Mientras esperaban que Mike apareciera por algún lado Tatsu decidió continuar incomodando a Hayner, se había pegado a él lo máximo posible y no le había quitado las manos de encima, Izaak por su parte rodeaba los hombros del muchacho con su brazo, lo tenían absolutamente acorralado y eso al parecer encendió la curiosidad de Natalie, que ni corta ni perezosa decidió que no había nada de malo en que le aclararan las ideas.

-Perdonad mi atrevimiento pero sois...- insinuó englobando a los tres con un dedo acusador.

-N-no, no somos...- intentó negar Hayner ruborizado.

-Si, somos un trío.- sentenció de repente Izaak dejando a su pobre cachorro mudo.

-¿Los tres? ¡Venga ya! No me lo creo...-

-¿Por qué no?- quiso saber Tatsu.

-Vamos... se os ve muy serios para eso, ya me entendéis.-

-Es que las apariencias engañan, ¿acaso quieres una prueba?- preguntó su amo provocandola.

-¿Como lo pensáis probar?-

-Que mejor modo que este.- respondió Izaak lanzando una mirada cómplice a Tatsu.

Sin previo aviso hizo a Hayner volver la cara hacia él dándole un beso largo y lento que dejó al muchacho sin aliento y sin capacidad de reacción de manera que cuando Izaak lo soltó y Tatsu se apoderó de sus labios lo único que pudo hacer fue dejarse llevar y permitir que aquella lengua intrusa acariciara a la suya con descaro.

-¡Wow! Después de esto no voy a tener más remedio que creeros, quien lo iba a decir...-aplaudió Natalie entusiasmada ante el espectáculo.

-Si te ha gustado, puedes ver más luego en su casa.- la invitó Tatsu riendo.

-No te preocupes hermano, que de entretenerla luego ya me encargo yo.- contestó Ashai rodeando la cintura de Natalie posesivo.

En esos momentos apareció por fin Mike que como buen camarero, sin que nadie le hubiera pedido nada ya traía una nueva botella de sake y un par de copas pensando que Mimio estaría sedienta cuando bajara del que ya se había convertido en su altar.

-Vamos a ver Hayner, te voy a explicar como va a ir esto. No lo voy a alargar más y será muy sencillo, se sirven los vasos y bebemos, se rellenan y bebemos y así hasta que uno de los dos no pueda más ¿de acuerdo irlandés?- le preguntó Ashai a un Hayner que aún seguía rojo como un pimiento tras la sesión doble de besos que le acababan de regalar y absolutamente indignado al mismo tiempo por el hecho de que su erección no hubiera desaparecido tras ello.

-D-de acuerdo.- respondió a duras penas.

-Bien, pues vamos haya, no va a durar mucho tu tranquilo.- le dijo el japonés mientras llenaba los dos primeros vasos.

*Y entonces comenzó la batalla, Ashai bebía y Hayner también, Ashai se reía y Hayner intentaba concentrarse en el siguiente vaso, bebían, Ashai besaba a su amiga mientras Hayner les miraba, bebían, y Ashai les servía de nuevo, Hayner intentaba coger su vaso pero teniendo en cuenta que veía triple era un proceso costoso, bebían de nuevo, así una y otra y otra vez, hasta que llegaron a la que iba a ser la onceava ronda. Ashai estaba fresco como una rosa mirando desafiante a su oponente que se tambaleaba en su asiento mientras alargaba la mano para atrapar a aquel escurridizo vaso, la música atronaba en sus oídos y decía algo sobre unas líneas borrosas, no podía ser más oportuna, Hayner lo veía todo absolutamente borroso y distorsionado. Intentó coger por enésima vez el maldito vaso pero se le escurrió entre los dedos y él lo vio caer a cámara lenta desapareciendo finalmente entre la neblina que emanaba de la mesa.

-Me parece que has perdido irlandés.- le dijo el vencedor entre carcajadas.

-T-tengo que... que ir a...- intentó balbucear el muchacho con las manos en la boca.

Afortunadamente su amo consiguió interpretar a tiempo sus murmullos y agarrándolo del brazo lo guió al baño lo más rápido que pudo. Hayner se lanzó inmediatamente a abrazar la taza más cercana que encontró y dejó que todo el alcohol que le sobraba se fuera por donde había venido mientras Izaak le sujetaba la cabeza en un tierno y completamente impropio gesto. Cuando por fin el estómago del muchacho quedó vacío lo ayudó a levantarse, se enjuago la boca y se lavo la cara, sin embargo aquello no le pareció suficiente a su amo, llamó a Mike y le pidió que le trajera un cubo y mucho hielo, llenó el cubo de agua y añadió el hielo y sin mediar palabra agarró a su desprevenido cachorro por el pelo y le sumergió la cabeza entera en el cubo.

-¿Por qué has hecho eso?- exclamó Hayner en cuanto sacó la cabeza del barreño chorreando.

-Deberías darme las gracias, el agua fría te ayudara a despejarte.-

-¡No estaba fría, estaba helada!-protestó.

-Para de quejarte y secate, estas empapando la camisa.- le dijo mientras le tendía una toalla.

En cuanto tuvo el pelo lo bastante seco salieron del baño y volvieron al reservado, les sorprendió que fuera mucho más fácil internarse entre la muchedumbre, pero entonces repararon en que la gatita ya no estaba sobre su columna, aquello explicaba que el gentío se dispersase. Al llegar a sus asientos se encontraron a Mimio que veía feliz y acalorada el vodka que Mike le había llevado.

-¡Amo!- exclamó mientras abandonaba su copa de mala manera en la mesa y se lanzaba a los brazos de Izaak.

-Hola Mimio, ¿te lo has pasado bien?-le preguntó él sujentandola por la cintura.

-Si, Mimio se ha divertido mucho, ha visto el amo bailar a Mimio.-

-Claro que sí, ¿como no iba a verte? No me habías dicho nada de que bailases tan bien.-

-Es que Mimio no había bailado nunca amo.-

-Pues ninguno de los individuos con los que he tenido que pelearme lo habría dicho Mimio.-añadió en ese momento Tatsu mientras sacaba un trozo de hielo de la copa que había vaciado la gatita y se lo pasaba por unos nudillos enrojecidos.

-¿Que ha pasado?- preguntó Izaak.

-Pues que como siempre yo tenía razón, cuando Tatsu se acercó para bajarla de allí el club enteró se amotinó, un tipo creyó que podía echar mano de lo que no era suyo, se negaban a dejarla ir, la cosa empezó a ponerse fea y tuvimos que marcar ciertos límites.- respondió Ashai con una sonrisa torcida.

-Vaya, siento que hayáis tenido que llegar a las manos por ella, pero os agradezco que la hayáis protegido, yo mismo lo habría hecho de no haber estado cuidando a esta nenita...- contestó su amo lanzandole una mirada despectiva a Hayner que habría preferido su ya conocido apodo de “cachorrito”.

-En fin, no ha sido para tanto, no te preocupes, no ha habido que lamentar heridos, al menos por nuestra parte.- replicó riendo Ashai.

-Y ahora que ya estamos todos juntos, y mi nenita se encuentra mejor, ¿por qué no nos largamos de aquí antes de que tu amigo Phill nos eché por agitadores?-sugirió Tatsu mirando a su “nenita” de un modo que la hizo estremecer.

Por desgracia para Hayner su amo decidió hacerle caso, salieron del local y regresaron a la limusina, acompañados de Natalie. No habían alcanzado si quiera la mitad del trayecto cuando Mimio se quedó profundamente dormida en el regazo de su amo, Hayner habría preferido estar en su lugar en vez de tener que sentarse junto a Tatsu y dejar que su mirada le recordase silenciosa que había perdido la apuesta, incluso habría preferido seguir vomitando durante del viaje, todo por tal de que el japonés se despegase de él aunque fuera unos milímetros, pero gracias a la genial idea de Izaak ahora mismo estaba despejadisimo, tan despejado que podía sentir el pulso de Tatsu a través de la mano que de nuevo reposaba sobre su muslo. Al llegar a la mansión Izaak bajó a Mimio del vehículo en brazos y todos le siguieron veloces hacia su interior que prometía una cálida y confortable acogida, una vez allí Ashai y la preciosa Natalie se esfumaron rumbó a su habitación raudos como el rayo y solo quedaron los dos amos con sus mascotas al final de la escalera.

-En fin, espero que paséis una buena noche.- se despidió Izaak con su gatita en brazos.

-Seguro que sí, ¿verdad Hayner?-

-S-si...- murmuró sin mucha convicción.

Al verse allí frente a su amo, junto a Tatsu y oyendo como Izaak se despedía de ellos al muchacho se le hizo un nudo en la garganta. De repente la situación se hizo extremadamente real, su amo lo iba a dejar en manos de otro, se iba con Mimio y lo dejaba solo a merced de los deseos de Tatsu, que por la manera en que lo miraba iban a ser de todo menos inocentes. En ese momento habría querido ponerse de rodillas, rogar a Izaak que le dejase irse con él que no quería estar con Tatsu, que él era su amo y que había aprendido la lección, estaba apunto de llevar a cabo ese pensamiento fruto de la desesperación pero entonces levantó la mirada y vio la sonrisa triunfante de Izaak, parecía estar esperando esa reacción, estaba preparado para rechazar sus súplicas y regodearse en sus ruegos y entonces el miedo dejó paso a la ira, la expresión de Hayner cambió, se enderezó en un gesto de dignidad y se olvidó de lo que se le venía encima.

-Buenas noches.- dijo desafiante mirando fijamente a su amo.

-Buenas noches cachorrito, estoy deseando ver como me das mañana los buenos días...-