Hay que ejercitarse

Los beneficios de asistir a un gimnasio y conocer personas en muy buena condición...

¡HAY QUE EJERCITARSE!

La semana pasada asistí a una fiesta del gimnasio en donde estoy inscrito, era con el fin de integrar a todos los miembros del mismo, era una reunión bastante aburrida, ya que casi no conocía a nadie, excepto por mis compañeros de ejercicio, pero de pronto vi a una chica con un par de tetas enormes, cintura pequeña, cabello castaño y una cara hermosa (de las piernas se los describiré después, porque traía pantalón). Lo primero que se me vino a la mente fue tratar de averiguar si alguien la conocía, pregunté entre mis amistades y la respuesta fue negativa, como no estaba dispuesto a quedarme con las ganas, me acerqué directamente a ella y me presenté: - Hola - dije - me llamo Ricardo y estoy tratando de platicar con alguien, ya que tengo poco de haberme inscrito aquí.

La respuesta no se hizo esperar - ¡Hola!, Soy Martha, y tengo solo una semana de haber entrado, no conozco a nadie, te doy las gracias por hacerme compañía - me contestó, no me esperaba esa respuesta y decidí no dejarla sola por ningún motivo. Continuamos platicando gran parte de la reunión sobre temas en general, casi a la hora de terminar el convivio, me ofrecí a acompañarla a su casa, ya que era algo tarde, y aceptó con gusto.

Al salir hacía algo de frío y pude notar que sus pezones empezaban a levantarse, ¡qué hermosos se veían!, Le ofrecí mi chamarra para que se tapara y me la aceptó con gusto, llegamos a mi coche y le abrí la puerta para que entrara, entré rápidamente y ella me dijo - Vivo por lindavista, ¿no te desvío mucho? - Rápidamente contesté - ¡Para nada!, Es para mi un placer llevarte.

Llegando a su casa me ofreció un café, el cuál por supuesto acepté, entramos y fue a prepararlo, cuando regresó, continuamos platicando, solo que ahora el tema era más caliente, que si su novio le acariciaba las tetas, que si ella ya lo había hecho, etc., ella me respondía a todo sin pena, - ya hice el amor con él, ha sido mi único novio, pero termina muy rápido y me deja a medio camino, no se que hacer - sin pensarlo mucho dije - pues necesitas hacerlo con alguien más, para que te des cuenta como se debe hacer, ¿no crees? - asombrada respondió - ¡eso sería ponerle los cuernos! No se lo merece -. Para vencer su resistencia agregué - pues si quieres sentir vibrar tu cuerpo de placer, necesitas saber como llegar al orgasmo antes que él, porque de otra forma va a ser muy difícil que tengas una relación sexual plena y placentera - terminé diciendo, ella con cara de ¡what!, agregó - pues estoy dispuesta a sentir el placer

¡Eso era lo que estaba esperando!, Inmediatamente la empecé a besar y a acariciar aquellos enormes melones, eran duros y sus pezones parecían querer romper su blusa, metí las manos bajo su ropa y le di masaje sobre su brassiere, ella estaba gozando las caricias y dijo como en un suspiro - ¡quítame todo!, Quiero sentir tus manos sobre mi piel - no me lo dijo 2 veces, nos desvestimos como de rayo y las caricias abarcaron nuestros cuerpos completos.

Lo primero que hice con la lengua, fue recorrer toda su espalda, bajando muy despacio hasta sus caderas y nalgas, en donde estuve un poco más de tiempo, sintiendo sus estremecimientos de placer, poco a poco seguí hasta sus piernas las cuales eran perfectas, mucho mejor que las de las modelos de pantimedias, muslos, redondeados, pantorrillas torneadas y de un color dorado precioso, se notaba que había estado en la playa, a continuación le di vuelta para seguir con ese delicioso recorrido, empecé por sus pies, subiendo hacia su osito peludo y caliente, pasé por la parte interior de sus muslos hasta que llegué a su rosada cosita, me abrí paso entre su selva hasta pude lamer su ardiente clítoris, me le metí en la boca y lo chupé como si quisiera arrancarlo de su lugar, ella se retorcía de placer, y tomándome de los cabellos, me apretaba más y más contra su sexo, continué así por algunos minutos hasta que la escuché gemir, en ese momento sentí en la lengua como me entregaba sus más íntimos jugos, ¡logró el tan ansiado orgasmo!, Ella dijo con voz apenas audible - ¡eres increíble papacito!, Nunca había sentido tanto placer - después cayó en mis brazos.

Pasada la batalla inicial, y después de que se repuso de las energías perdidas, continué con lo que le faltaba, que se comiera todo mi caramelo, empezó besando toda la cabeza para después metérsela hasta la empuñadura, yo estaba gozando al máximo aquella deliciosa sensación, y como no quería venirme en su boca, la acomodé sobre la alfombra y se la clavé en su húmeda y caliente cueva, ella me atrapó con sus piernas y, tomando el mismo ritmo de mis embestidas, lograba que cada penetración fuera totalmente profunda y placentera, aumenté el ritmo al máximo al sentir un nuevo orgasmo dentro de ella, y no pudiendo contenerme más, le pedí que cambiáramos de posición, gustosa accedió a hacerlo y se montó sobre de mí como si fuera una experta jinete.

Empezó a hacerlo muy lento y paulatinamente fue aumentando la velocidad hasta lograr su tercer oleada de placer, yo ya estaba a punto de explotar dentro de ella, sin embargo quise alargar las sensaciones y decidí, ahora sí, terminar en su boca, con algo de enfado de desmontó de mi tranca y se acostó boca arriba rodeando con sus hermosos pechos mi tranca, me masturbó unos momentos con esas tetas tan tersas y después acercó sus sensuales labios a la cabeza de mi pene, lo introdujo lentamente, centímetro a centímetro, buscando con sus ojos mi mirada, y así saber cuanto placer me estaba provocando, sin previo aviso, se lo metí hasta donde pude en la garganta y exploté en un torrente de placer, ella rodeó con su boca mi garrote y no dejó escapar ni la más pequeña gota de mi leche, se acercó a besarme para compartir conmigo ese delicioso sabor, mezcla de nuestros orgasmos, los cuales bebimos hasta la última gota.

Martha, con la cara llena de satisfacción, me preguntó - ¿hay algo más que debo aprender?, No quiero perderme nada de esto, ¡es delicioso! - le respondí con la verdad - Aún hay mucho más, pero debe ser dosificado, ya que lo aprendido debe practicarse para que cada vez lo hagas mejor - me dio un apasionado beso y dijo - espero con ansias la siguiente lección, ¿qué te parece la próxima semana?

La siguiente lección se las platicaré en un relato futuro.

Don Pato

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